Una mirada realista al problema del cálculo económico El problema del cálculo económico está en el centro del debate entre aquellos que apoyan al libre mercado y los socialistas. Y debido a que una Economía Basada en Recursos sugiere la distribución de recursos a la gente sin la presencia de un precio nos encontramos no solo siendo etiquetados como socialistas, sino que los mismos argumentos que se nos exponen, se les exponen a los socialistas. Así que tenemos el debate del cálculo económico. En su núcleo esta la pregunta: “¿Seremos capaces de distribuir los recursos eficientemente sin un mecanismo de precios?” Primero vayamos a los antecedentes de las posiciones de la escuela de pensamiento Austriaco/Libre Mercado y entonces hablemos de cómo se relaciona esto a nuestros propios argumentos sobre el tema. ¿Así que como se supone que funciona el mecanismo de precios en cuanto a la distribución de recursos? La idea detrás del mecanismo de precios es que en el Mercado a los recursos se les dará un valor por el mercado mismo. El valor sería calculado en base al costo de producción que incluye los recursos gastados y el trabajo. Y entonces finalmente la demanda del consumidor. La teoría es que si un productor de un determinado producto cobra demasiado por una cosa, entonces nadie la comprará. Por lo tanto forzando al productor a bajar los costos. Las fuerzas competitivas también juegan un papel aquí ya que los productores rivales de un determinado producto buscarán el dominio del mercado al ofrecer precios competitivos. Así que poniendo esto en una analogía: Bob produce aparatos. Bob calcula un precio basado en el costo de los recursos que fueron usados al hacer los aparatos, incluyendo cuánto tuvo que pagar a sus empleados en la fábrica. El por supuesto quiere tener una ganancia así que cobra un precio que está por arriba y más allá de los costos de producción. Si se pone demasiado codicioso entonces la gente puede comprar un producto rival que tenga un precio menor. Así que Mises y los otros economistas Austriacos básicamente nos dicen que está es la manera más eficiente de distribuir los recursos. Y de hecho es la única manera que funcionaría. Veamos por qué. De Wikipedia: Ludwing Von Mises argumentaba en un famoso artículo “El Cálculo Económico en la Comunidad Socialista” que el sistema de precios en las economías socialistas era necesariamente deficiente porque el gobierno poseía o controlaba los medios de producción, por lo tanto ningún precio racional podía obtenerse para bienes capitales ya que eran meras transferencias internas de bienes en un sistema socialista y no “objetos de intercambio”, a diferencia de los productos finales. Por lo tanto, no tenían precio y por esto el sistema sería necesariamente ineficiente ya que los planeadores centrales no sabrían como distribuir los recursos disponibles eficientemente. Esto lo llevó a declarar:
“…la actividad económica racional es imposible en una comunidad socialista.” Y: “Sin dinero que facilite las comparaciones fáciles, el socialismo carece de una manera de comparar diferentes bienes y servicios. Las decisiones serán por lo tanto grandemente arbitrarias y sin suficiente conocimiento, y muy a menudo al capricho de los burócratas.” Pero, ¿Qué hay de las ineficiencias del sistema de precios? ¿Qué tan buen trabajo hace cuando se trata de distribuir los recursos eficientemente? Echemos un vistazo. Mises sugiere que no pueden alcanzarse precios racionales sin un sistema de precios. ¿Pero acaso se alcanzan precios racionales dentro de un sistema de precios? No. ¿La razón? El motor de precios completo es dirigido por la motivación del lucro. Y el lucro de ninguna manera depende de la racionalidad. Primeramente, hablemos acerca de la publicidad. La publicidad ha evolucionado a través de los años hacia un mero lavado de cerebro. Se especializan en asegurarse de que los consumidores tengan deseos irracionales de productos que ni siquiera necesitan. ¡O que incluso son dañinos para ellos! El trabajo de Edward Bernays en asistir a las compañías cigarreras en su búsqueda de dar a las mujeres el deseo irracional de fumar es un ejemplo que menciono frecuentemente en V-RADIO. Documentales como “Psywar” y “Consuming Kids” realmente escavan profundamente dentro de la muy oscura realidad de la publicidad su habilidad de atacar a nuestra mente de manera que nos ocasiona sentir “necesidades” de objetos que no tienen un propósito racional. Una industria tal es la industria de la moda. Un ciclo interminable de convencer a la gente de que al menos que usen cierta ropa, (y más específicamente estén dispuestos a pagar un precio más alto por ella) valen menos como ser humano. El bolso de $3000 dólares que se menciona en “Zeitgeist: Moving Forward” es solo un ejemplo de muchas modas absurdas a las que los recursos son destinados. Una compañía llamada Louis Vuitton felizmente venderá su bolsa de hombro por $8000 dólares. Un par de zapatos por $1000 dólares. ¡O un cinturón por $3000 dólares! El mecanismo de precios lleva añadidos a él elementos de estratificación social. Esto nos trae de vuelta a la razón de que unos zapatos Air Jordan que se compraron en Foot Locker fueron de alguna manera más valiosos que unos comprados en K-Mart. Simplemente porque la persona pudo pagar el precio. Fue por lo tanto más a la moda. El asunto de la moda va más allá de la ropa. Accesorios, coches, casas, etc. El sistema entero está diseñado para decirle a la gente que entre más alto el precio pagado mejor. Pero no estamos hablando de que mientras más se haya pagado mejor será el producto. ¡Estamos hablando de una industria que convence a la gente de que el precio alto que pago alguien le da más valor como persona! Investigaciones psicológicas y sociológicas se hacen por compañías de publicidad para conectar sus productos con nuestra autoestima, nuestro atractivo con el sexo opuesto, y nuestro estatus dentro de la sociedad. Si tú vas cargando una bolsa de hombro de $8000 dólares entonces significa que eres superior en un nivel fundamental a la persona que lleva una bolsa de $30 dólares.
El sistema de precios está sujeto a la corrupción en otras maneras. La obsolescencia planeada y la obsolescencia percibida de bienes están construidas dentro del sistema para asegurar que la gente este por siempre en las tiendas moviendo inventario. Los productos están hechos para romperse o no ser fácilmente reparables de manera intencional por el bien del lucro. El precio para reparar determinados productos es establecido de manera que se vuelva más costoso el simplemente reparar un objeto que el comprar uno completamente nuevo. El sistema de precios crea la motivación para hacer toda esto de manera contraria al impacto ambiental y ecológico de tal producción. Porque es un sistema para una economía con el lucro como el motivador los productores de determinados productos son motivados a encontrar maneras de tomar atajos en lo posible en cuanto a la seguridad ecológica de sus productos. Los productos son hechos sin tomar en cuenta el reciclado porque un producto que es fácil de desbaratar para ser reciclado en muchas ocasiones es más fácil de reparar. Esto permitiría al consumidor a simplemente reparar sus productos en vez de comprar unos nuevos. El sistema de precios ya que está basado en solo los caprichos de los consumidores, también permite la producción de bienes sin importar los efectos a largo plazo de usar determinados recursos. El consumidor en la tienda no considera, ni se les motiva para que considerar, las implicaciones a largo plazo de sus compras. ¿Qué le hará al ambiente el que yo compre todos estos productos plásticos? ¿Qué tal si esta basura inútil que estoy comprando tiene recursos en ella que serán requeridos para la supervivencia de la humanidad? ¿Qué impacto tendrá en mis nietos el hecho de que compre un IPod nuevo cada año? ¿O en sus hijos? Nada de esto es tomado en consideración por el sistema de precios. Porque si quieres poder ofrecer tus bienes al menor precio posible, el sistema de precios también te motiva a explotar al trabajador. Los bienes de Wal-Mart fabricados en fábricas maquiladoras donde explotan al obrero pueden ofrecerse a un precio mucho más bajo que los productos fabricados localmente. Y el sistema de precios motivado por el lucro solo servirá para perpetuar esto. Llevando empleos a economías más desesperadas donde la gente esté más dispuesta a aceptar un estilo de vida no mejor que la esclavitud convencional. Otro ejemplo de la corrupción del modelo de precios es cuando los negocios se coluden para vender productos vitales a un precio siempre en aumento. Por ejemplo la industria petrolera. Las compañías petroleras formaron un cartel para cooperar en cuál debe ser el precio de la gasolina. Acordaron competir por no más de algunos centavos en la bomba. El beneficio de esto es que las ganancias en todas las compañías petroleras subieron colectivamente a alturas record. También fue de beneficio de todos en el cartel que esto pasara. Y debido a que la gasolina no es una comodidad opcional pudieron salirse con la suya. No era como si todos los consumidores pudieran simplemente elegir no conducir al trabajo. Una prueba más de la falla del mecanismo de precios es que afuera de las tiendas que venden estos productos hay continuamente gente sin hogar tirada en la calle. Gente que podrían alimentarse por MESES si tuvieran aunque sea un cuarto del dinero gastado en un simple artículo a los precios mencionados arriba. Cuando se trata de un sistema que coloca los recursos, los miles de millones de personas hambrientas en este planeta son
un testamento de la absoluta falla del sistema de mercado para dar alguna opción a esta gente. No hay mecanismo en el mercado o el sistema de precios que distribuya los recursos a esta gente a pesar del hecho de que tecnológicamente podemos proveer para ellos. Al atacar cualquier sistema planeado centralmente, los economistas austriacos apuntan a ejemplos tales como los varios casos de hambrunas masivas supuestamente creadas por las economías planeadas centralmente. Apuntan a campos de muerte y gulags como las soluciones inevitables de las fallidas economías planeadas centralmente. Que cuando la escasez existe nos veremos forzados a reducir la población. Por supuesto que dejan fuera el hecho de que un gran número de estas muertes fueron creadas en regímenes fascistas al tratar de mantenerse en el poder. Pero siguen llevando con orgullo el sistema de mercado con sus economías basadas en precios con la ausencia de campamentos de la muerte y gulags. Pero dejan de mencionar que aun en los libres mercados aun habría grandes grupos de gente pobre y con hambre. Los “campamentos de la muerte” del sistema de mercado son lugares como África, donde cientos de miles de gente mueren de hambre cada día. El sistema de precios no tiene lugar para la gente que no puede encontrar maneras de ser útil a la gente que tiene más. Básicamente, sugiriendo que las economías planeadas centralmente llevan a la hambruna ignora la obvia verdad de que el sistema de mercado hace exactamente lo mismo. Pero mucho más insidioso es que todo el tiempo la gente es llevada a creer que es un sistema justo el que está llevando a toda esa gente a morir. E incluso los alienta a pensar que de alguna manera es su culpa el que estos mueran. Si tan solo hubieran trabajado más duro o iniciado su propio negocio estarían muy bien. Les venden a todos el sueño de que ellos también pueden ser ricos y famosos si se aplican. Y esta ilusión ayuda a todos a estar de acuerdo en ser parte de un sistema donde el 1% de la población tiene el 40% de la riqueza, y donde las estadísticas están muy en contra de que la gente que no es parte de ese 1% pueda ser parte de él algún día. Es irónico que el mismo incidente de las reglas cambiando súbitamente en el libro “Animal Farm” que se supone es una historia acerca del comunismo se aplique también a gente viviendo en un sistema capitalista. “Todos los animales son iguales. Pero algunos animales son MÁS iguales que otros…” Mises y sus discípulos decían que las economías centralmente planeadas fallan debido al hecho de que los recursos serían distribuidos de acuerdo a los “caprichos” de los burócratas. Y que aparentemente en su lugar, debemos permitir que los recursos se distribuyan de acuerdo a los “caprichos” de los consumidores. Consumidores cuyos “caprichos” están siendo controlados por un sistema motivado en el lucro. Si estuviéramos hablando de un mundo con recursos infinitos esto podría funcionar. Pero como se ha demostrado anteriormente, los “caprichos” del consumidor en un mundo motivado por el lucro no son de manera alguna racionales. Y el hecho de que haya alguien en algún lugar dispuesto a pagar $8000 dólares por una bolsa mientras que la gente muere de hambre afuera de la tienda en donde la compran es una prueba de que el mecanismo de precios no es eficiente en lo absoluto. Y que precios ”racionales” no están siendo alcanzados. No hay nada racional en una bolsa de $8000 dólares. Punto. Así que veamos los obstáculos que Mises y Hayek sugieren que jamás seremos capaces
de vencer. El problema del conocimiento:¿Seremos capaces de obtener la información que necesitamos eficientemente en cuanto a las necesidades de nuestros consumidores dentro de la sociedad? Mises parece pensar que este es un problema infranqueable. Que jamás seremos capaces de obtener suficiente información para poder hacer decisiones racionales acerca de que producir. Esta como muchas otras teorías austriacas es obviamente obsoleta. La tecnología de la información es vastamente superior a cualquier cosa que Mises pudo haber concebido en los 1920’s cuando dijo que sería imposible. La otra noción que es presentada por Hayek es que la gente no tendría incentivo para compartir la información que tiene. Lo cual simplemente no tiene sentido. Obviamente en una economía basada en recursos el incentivo es que queremos comer, queremos alojamiento, ropa, etc. Así que compartimos la información para que el sistema funcione. Otro argumento contra los economistas Austriacos de Wikipedia: “También se ha dicho que la opinión de que encontrar un verdadero equilibrio económico no es solo difícil sino imposible para un planeador central se aplica igualmente al sistema de mercado; como cualquier Maquina de Turing Universal puede hacer lo que cualquier otra Máquina de Turing puede hacer, un sistema de calculadoras dispersas (por ejemplo El mercado) no tiene ventaja en principio sobre una calculadora central. Los economistas Austriacos enfatizan que un planeador central no puede tener acceso a toda la información necesaria (incluyendo condiciones locales, conocimientos y cambio de preferencias individuales) para alimentar a semejante calculadora central.” Como ya lo he ilustrado antes, el mecanismo de precios tiene muchas fallas y es demasiado abierto a la corrupción. Así que nunca estuvieron operando desde algún tipo de sistema superior para empezar. Como se indicó arriba, no hay ventaja especial para la humanidad al operar como un montón de gente tomando decisiones económicas basados en caprichos. Y las nociones de que cualquier economía centralmente planeada fallaría debido a la falta de información está basada en una idea completamente obsoleta en cuanto a qué información tendría acceso cualquier planeador central. La idea de que los deseos son infinitos o irracionales: Este concepto básicamente trabaja bajo la premisa de que los deseos de la gente son infinitos y no son entendibles o medibles. Y esta premisa está equivocada. Las necesidades de los seres humanos son de hecho calculables. Y de hecho una vez que todo el ruido que ha contaminado los “deseos” de la humanidad se ha ido, (publicidad, moda, etc.) el decidir que producir será mucho más fácil. La razón por la que es difícil de calcular hoy es porque la humanidad tiene una idea inflada de lo que “necesita” que está basada grandemente en el condicionamiento que se nos da a través de la publicidad a edades tempranas. Toda esta industria de convencer a la gente de consumir cosas que no necesitan cambiará bastamente la cantidad de recursos gastados. Yo mismo he sentido ya como mis propios hábitos de consumo han cambiado una vez que fui
consciente de la gran máquina de propaganda que esta puesta para hacer que la gente crea que el acto de consumir en sí mismo es una expresión de libertad. Veo ahora como la gente se encadena a si misma a la deuda por interminables cantidades de basura que está diseñada a fallar tan pronto como la paguen. Mi perspectiva entera cambio en que comprar y por qué. No hay razón para que el resto de la humanidad no experimente esto también. ¿Así que cuál es la diferencia entre lo que nosotros sugerimos otras economías “centralmente planeadas”? Bueno, primeramente, todos esos sistemas abogaban por la fuerza o la coerción para lograr sus metas. Cada uno de esos sistemas fueron dirigidos por gente que no entendía el impacto ambiental en el comportamiento humano. Dependían de leyes, prisiones, etc. para lidiar con los problemas inevitables que surgen de las circunstancias de escasez. En segundo lugar, y más importante los puntos que Mises y Hayek usaban para indicar las fallas en aquellos sistemas no aplican para el nuestro. No hay “caprichos” que se usen para decidir la distribución de los recursos. Todos esos sistemas fueron micro cósmicos intentos de planeamiento central basado en opiniones. Como se ha indicado anteriormente, era al “capricho” de los burócratas y tales caprichos no existen en nuestro sistema que está basado en el método científico. Cada ciudadano de la sociedad estaría al tanto del estado de los recursos en el planeta y de las implicaciones de su consumo. En tercer lugar, la tecnología disponible para nosotros es vastamente superior a la que era disponible en el tiempo en el que cualquiera de estos pensadores monetarios contemplaba sus limitaciones. Aun sin la tecnología moderna que tenemos hoy, esto era alcanzable. En principios de 1970 el gobierno de Chile pidió a un científico investigador británico llamado Stafford Beer que desarrollara un sistema para monitorear información en todo el país con el propósito de tener una economía controlada por computadora. El sistema era altamente avanzado para su tiempo y funcionó. Era llamado Proyecto Cybersyn. Cuando estuve haciendo investigación al respecto no me sorprendió ver que muchos bloggers conservadores han hecho reportes falsos en cuanto a su éxito. Pero sin fallar la gente que estuvo involucrada en el proyecto salió y refuto cada absurdo que se decía. Chile había decidido nacionalizar su producción de cobre. Al más puro estilo del “sicario económico” los Estados Unidos no les gusto eso mucho y eventualmente salieron a dar problemas al gobierno socialista chileno. Lo siguiente es de una de las cuentas de alguien involucrado en el proyecto: “A través de todo Chile, con apoyo secreto de la CIA, pequeños empresarios conservadores se pusieron en huelga. El abastecimiento de comida y combustibles amenazaba con terminar. Entonces el gobierno se dio cuenta que Cybersyn ofrecía una forma de flanquear a los huelguistas. Los telexes podían usarse para obtener inteligencia acerca de donde eran peores las escaseces, y en donde la gente estaba aún trabajando para aliviarlas. (Ref. Andy Beckett/Guardian) Los Telex interconectados, intercambiando 2000 mensajes al día, fueron un instrumento potente, permitiéndole al gobierno identificar y organizar fuentes de transporte de
recursos alternas que mantenían a la economía en movimiento.” Debido al proyecto Cybersyn, el gobierno chileno fue capaz de mantener su economía en funcionamiento usando una fracción de los recursos previamente demandados. Y la huelga que fue un intento de librarse del presidente que tuvo la audacia de pensar que el cobre chileno debía ser usado por la gente de Chile, fracasó. Espero poder tener a alguien involucrado en este proyecto en V-RADIO en algún momento. Pero baste decir, con unas máquinas telex antiguas fueron capaces de mantener su economía funcionando. Y esa tecnología es minimizada por las capacidades de nuestra tecnología de información actual. Versiones más complejas del estilo de administración del Proyecto Cybersyn ya están siendo usadas por corporaciones bien establecidas en todo el mundo para mantener sus propias infraestructuras. En conclusión, es importante recordar que la escuela de economía Austriaca y las opiniones de Ludwig Von Mises no son infalibles. Representan las limitaciones que son establecidas por los hombres que tienen limitaciones en su entendimiento de las capacidades de la tecnología. Esas limitaciones son inherentes en la humanidad ya que la tecnología siempre logra exceder nuestras expectativas. Los hermanos Wright hacían máquinas para volar mientras los intelectuales de la época recibían pagos por escribir libros acerca de porque el hombre nunca podría volar. Es importante entender que cuando lidies con personas que apoyan esta escuela de economía, recuerdes que la escuela Austriaca es una filosofía marginal. No es aceptada por la mayoría de los economistas y es de hecho rechazada como escuela principal de economía debido a la actitud en la filosofía de lanzar las manos en el aire y dejar cada cosa resolverse como quiera. “¡No funcionará porque Mises lo dice!” no es un argumento así como tampoco lo es el citar a los físicos expertos que dijeron que el hombre jamás volaría. Durante mi presentación en la Conferencia Agora use la analogía de una nave espacial. Cuando una nave espacial va a un viaje prolongado no hay economía de libre mercado establecida abordo para determinar cómo se usarán los recursos abordo. Son calculados por científicos en tierra antes de que la nave salga en camino. Aunque la humanidad vive en una nave espacial muy grande que llamamos Tierra, mientras más crezca nuestra población y mientras más sea la capacidad tecnológica de impactar nuestras condiciones ambientales, lo más “pequeña” que la tierra se vuelve. En una situación de recursos limitados permitir los caprichos de cualquiera para determinar la distribución de los recursos no solo sería peligroso, sino suicida. Y el peligro de que alguien “posea” aquellos recursos exclusivamente para ellos mismos con el incentivo del lucro como factor seria obvio. Nadie debe tener tal poder. No dejarías a nadie poseer todo el oxígeno en la nave espacial en la que estas. El oxígeno debe ser considerado la herencia común de todos los que estén abordo. Al final he notado una tendencia al debatir estos temas. La gente no quiere considerar que pueden no ser libres de comprar cualquier cosa que sus corazones deseen. El sistema de mercado y su mecanismo de precios permiten que la gente continúe viendo a los recursos como algo que siempre estará ahí esperándolos. Ven a la gente como nosotros indicando esas limitaciones y ellos proyectan que nosotros vamos a querer
forzar limitaciones sobre ellos. Fallan en darse cuenta que no importa que tan libre ellos piensen que son si solo hay 6 onzas de un determinado recurso en la tierra no tienen el derecho de consumir 7 onzas. No porque vamos a forzarlos, sino porque solo hay 6 Oz. Y si no tiene gran cuidado en el uso de esos recursos limitados nadie tendrá acceso a ellos. Luego esta ese problema del efecto del “Billón Dorado”. Una teoría que dice que el “mundo occidental” está consumiendo los recursos a un ritmo que excede por mucho al resto del mundo. Es a través del imperialismo que hemos mantenido estas circunstancias de unos pocos países privilegiados ganando todos los beneficios de la civilización mientras saqueamos los recursos de cualquier país que pudiera desear usar sus propios recursos para mejorarse a sí mismo y el nivel de vida de su gente. En un artículo llamado: “Un choque de civilizaciones: ¿Una posibilidad?” de David Bryan el describe este problema: “Bajo la una vez popular teoría del “billón dorado”, la gente que vive en las naciones económicamente avanzadas de Europa, Japón y Estados Unidos disfruta plenamente de los frutos de la civilización a expensas de aquellos menos afortunados en otros lugares del mundo. Estos días este “billón dorado”, está siendo diluido por el firme y creciente flujo de migrantes llegando del tercer mundo lo cual significa que estamos hablando ahora de un número considerablemente más grande de “privilegiados” cuya cómoda existencia no será garantizada por el resto del mundo. Lo cual también debe significar que estamos entrando a un nuevo redefinición del mapa global, digamos, por China, la cual está trabajando muy duro para hacerse rica y ya está poniendo sus ojos en el liderazgo económico.” La gente que ves que es adicta al estilo de vida que han sido condicionados a creer es “justo” están tratando desesperadamente de ignorar el hecho de que no podemos mantener que el 40% de los recursos este en las manos de un pequeño porcentaje de la población por siempre. Y podemos solo mantenerlo a través del imperialismo enmascarado como “Hacer el mundo más seguro para la democracia…” No hay suficientes recursos para todos en el planeta para seguir viviendo un estilo de vida derrochador como el del americano promedio. Guerras mundiales siempre han sido medios por los que estas luchas por dominar han sido libradas. Desde el imperio romano hasta la segunda guerra mundial. Y con la tecnología haciéndose cada vez más peligrosa estamos viendo una destrucción en una escala nunca antes vista. La humanidad debe superar la idea de que pelear por la posición de dominio en la economía mundial es aceptable. Necesitamos superar la idea de que cualquier nación debe estar mejor que la mayoría de las naciones. La realidad es que los estilos de vida que disfrutamos en el primer mundo no son debido a la magia del libre mercado. El sistema entero se mantiene a través del imperialismo. Y el resto del mundo no va a aguantar eso por siempre. El sistema de mercado expandiéndose a escala global haría que A) se establezca el escenario para una apocalíptica tercera guerra mundial o arrastraría el nivel de vida de todos en el planeta hacia abajo. EL sistema de mercado se mantiene de la idea de igual oportunidad y realmente no hay oportunidades iguales para que todo el mundo viva el estilo de vida derrochador y egoísta que tenemos en el occidente. Los recursos no alcanzan para esto. Pero una sociedad diseñada usando el método científico para surgir con valores racionales, acceso estratégico de los bienes, y
un enfoque igualitario puede proveer un gran estilo de vida para todos. El mecanismo de precios no es más racional que un burócrata decidiendo arbitrariamente como gastar los recursos. Y ni los caprichos de los burócratas en una economía planeada centralmente, ni los caprichos de los consumidores en una economía del lucro con mecanismo de precios son suficientes para decidir adecuadamente como deben distribuirse los recursos en un planeta con recursos finitos. No tenemos como especie, la libertad de usar los recursos sin contemplar el impacto que esto tendrá en la tierra que vivimos. Y es por eso que debemos usar el método científico para el interés social si es que vamos a sobrevivir.