Nunca sin intercersor

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NU

SIN

INTE ----SOR Las buenas nuevas acerca del juicio

Morris l. Venden

ASOCIACIÓN CASA EDITORA SUDAMERICANA Av. San Martín 4555, 1602 Florida Buenos Aires, Argentina


Título del original: Neve'/' Without an Inte7'cessor, Pacific Press Publishing Association, Boise, LO, E.U.A., 1996. Editor y traductor: Aldo D. Orrego Diseño y tapa: Néstor Rasi IMPRESO EN LA ARGENTINA Printed in Argentina Primera edición MCMXCVIII - 4M

Es propiedad. © Pacific Press Pub!. Assn. (1996). © ACES (1998). Queda hecho el depósito que marca la ley 11. 723. ISBN 950-573-677-0

I 232 , VEN

Venden, Morris L Nunca sin un intercesor - 1a. ed. - Florida (Buenos Aires): Asociación Casa Editora Sudamericana, 1998. 167 p, 20x14 cm. Traducción de Aldo D Orrego ISBN 950-573-677-0 I Título - 1 Jesucristo

Impreso, mediante el sistema offset, en talleres propios.

200798 --36517--


CONTENIDO Prefacio ....................................................................... 7 Introducción: No lea este libro si ............................... 9 1.

Las malas nuevas del evangelio ................................ 13

2.

Tribulación con gracia .............................................. 27

3.

Las malas nuevas acerca de la obediencia ............... 33

4.

Las buenas nuevas acerca del juicio ......................... 43

5.

El juicio preadvenimiento es bíblico ........................ 57

6.

Nunca sin un intercesor .......................................... 59

7.

Viviendo sin pecar .................................................... 73

8.

Venciendo pecados conocidos .................................. 83

9.

Las malas nuevas acerca de las bodas ....................... 97

10.

Apocalipsis 3:5 para pecadores ............................... 107

11.

Buenas nuevas para los legalistas ............................ 121

12.

Buenas nuevas para los fariseos .............................. 135

13.

Buenas nuevas acerca de la expiación .................... 145 Apéndice ................................................................ 157 5



PREFACIO

E

ste libro es una versión revisada y actualizada de mi ante' rior libro titulado: Good News and Bad News About the 1udgment [Buenas nuevas y malas nuevas acerca del jui, cio]. Incluye capítulos del libro original y evidencias adicionales de que el juicio preadvenimiento está fundamentado sólidamen, te en la Biblia, sin necesidad de fuentes extrabíblicas. Esta edi, ción también incluye un trabajo escrito por Debbie Vance (con, fío en que le gustará) y dos capítulos de mi libro The Retum of Elijah [El retomo de Elías]. El agregado del capítulo "Nunca sin un intercesor" le da al libro su nuevo título, y son las buenas nuevas para quienes han comprendido mal este tema. "Apoca' lipsis 3:5 para pecadores" también es nuevo, e igualmente son buenas nuevas. En un tiempo cuando las encuestas muestran que el 50% de los adventistas ya no cree en el juicio preadvenimiento (la única enseñanza singular de nuestra iglesia), es importante llamar nue, vamente la atención al asunto. Y, contrariamente a lo que usted pudo haber oído, el juicio preadvenimiento no es una mala nue, va. ¡No, si usted entiende el evangelio! Me siento animado de que la Asociación Casa Editora Suda, mericana haya decidido publicar este material de vital importan' cia. ¡Bendiciones para la ACES! Morris Venden 7



NO LEA ESTE LIBRO SI ...

N

o lea este libro si desea una exégesis erudita acerca de las profecías de Daniel y el Apocalipsis. Si está buscando alguna clave para interpretar los aspectos intrincados de Hebreos, o algo que le sirva de ayuda en la traducción del texto griego, o ideas directrices para confeccionar su propia maqueta a escala del santuario, entonces será mejor que busque en otra parte. En nuestra iglesia el diálogo concerniente al juicio investigador y tópicos relacionados parece más bien un intento por consolidar nuestras creencias concernientes al pecado, la justificación y la salvación. Porque en realidad, el juicio investigador, como un evento histórico y escatológico, no es amenazador. Lo que asusta a muchos adventistas es sin duda saber cómo relacionar el pecado y la justificación. No estamos seguros de que nuestra creencia en la salvación sólo por fe en Jesucristo pueda sostenemos en un escenario judicial en pleno desarrollo, completado con libros de registros angelicales para cada pensamiento, palabra y hecho. La idea de que se esté investigando nuestra vida no es animadora, y nuestra seguridad de salvación empalidece ante la posibilidad de que nuestros nombres sean borrados del libro de la vida. Lo que nos provoca insomnio no es nuestra incomprensión de cómo Daniel 8 se relaciona con Levítico 16. Es nuestra falta de comprensión de cómo las aparentes malas nuevas del juicio 9


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se relacionan con las buenas nuevas del evangelio. En muchas mentes todavía se encuentra, escondida detrás de las cuestiones teológicas acerca de este hito de nuestra fe, la pregunta no respondida: "Suponiendo que los eruditos demostraran, más allá de toda sombra de dudas, que el juicio investigador es en realidad una verdad bíblica, ¿entonces qué?" La premisa de este libro es que las verdades del santuario y el juicio son imposibles de entender correctamente a menos que se comprenda correctamente el evangelio. Sin embargo, el evangelio se entiende claramente sólo cuando tenemos una correcta comprensión del santuario y del juicio. Las dos verdades van juntas. Quienes hoy estén abandonando su creencia acerca del juicio, al final descubrirán que también deberían abandonar la del evangelio. Las noticias acerca del juicio y del evangelio son, ambas, igualmente buenas y malas. Quizá, cuando entendamos las malas nuevas del evangelio, estaremos mejor equipados para comprender las buenas nuevas del juicio. Si usted está interesado en la creencia y la experiencia de la salvación sólo por fe en Jesús, pero está igualmente interesado en seguir aceptando los pilares singulares de nuestra fe, entonces 10 invito a un estudio cuidadoso de la relación entre estos temas. ¡Continúe leyendo, porque tengo algunas buenas nuevas para usted! Pero primero, las malas.

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POR ESO PUEDE TAMBIÉN SALVAR .. PERPETUAMENTE A LOS QUE POR ÉL SE ACERCAN A DIOS. VIVIENDO SIEMPRE PARA INTERCEDER POR ELLOS.

HEBREOS 7:25


¿Cómo se sentiría si lo primero que descubre al entrar al cielo fuera que H. M. S. Richards no está entre los redimidos? ¿y qué pasaría sí después encuentra que en la siguiente puerta tiene como vecino a Adolfo Hitler? lO qué le acontecería si busca en vano a su hijo/a, quien ha estado intensamente involucrado en el escenario de la droga, y luego descubre que la persona que le vendía la "pasta" vive cruzando la calle? Ahora bien, ¡no estoy haciendo campaña por ninguno de ellos! Pero sabemos que habrá grandes sorpresas en el cielo. Gente que creíamos que con toda seguridad debería faltar, y personas que, creíamos, no tendrían que estar presentes. Dios juzga por medio de un sistema diferente del nuestro, porque nosotros miramos sólo la apariencia exterior, pero Dios mira el corazón. Mientras tratamos de comprender un poco más acerca del sistema divino, echemos una mirada a Mateo 20: 1-16. Es uno de los relatos más extraños que Jesús contara alguna vez. Y nos enfrenta cara a cara con las malas nuevas del evangelio. "El reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña. y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a la viña. Saliendo cerca de la hora tercera del día [9 de la mañana], vio a otros que estaban en la plaza desocupados y les dijo: 'Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo'. Y ellos fueron" (vs. 1-4). Ellos no acordaron una suma de pago, 13


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aceptaron "lo que sea justo"; confiaron en él. Versículos 5-7: "Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo. Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados y les dijo: '¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados?' Le dijeron: 'Porque nadie nos ha contratado'. Elles dijo: 'Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo' ". Bien, un obrero a las 5 de la tarde no debe perder tiempo con sólo una hora para terminar la jornada de labor. Aunque si todo lo que hace es atiborrarse de uvas durante la última hora y no se esfuerza por trabajar, aún está en mejores condiciones que si se hubiese quedado parado en una esquina sin hacer nada. Estos obreros, que fueron contratados a última hora, estaban frescos. No habían hecho nada durante todo el día. ¿Que usted no puede verlos arrancando uvas lo más orondos y despreocupadamente, con total desparpajo, sólo por la novedad de tener algo que hacer antes que estar dando vueltas por ahí? Quizá también el resto de los trabajadores se quejó y dijo: "Es verdad, están llenos de brío. Pero esperemos a que trabajen doce horas como nosotros, y luego veremos qué sucede con su entusiasmo". Y finalmente llegó la hora de salida. El propietario de la viña es un camorrero Pero ahora la trama se complica. Versículo 8: "Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: 'Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los últimos hasta los primeros". He aquí la primera señal de malestar. Estas personas se habían levantado antes de la salida del sol, tomado un desayuno precipitadamente y caminado calle abajo hasta la esquina o calle principal donde los autobuses azules, con vidrios polarizados, los recogían y llevaban a los viñedos. Habían estado trabajando por 14


LAS MALAS NUEVAS DEL EVANGELIO espacio de doce horas. Estaban acalorados y llenos de polvo. Estaban fatigados y ansiosos por regresar a casa, bañarse, comer algo, prestar un poco de atención a los niños e irse a dormir luego de leer el diario de la tarde. Caerían exhaustos en la cama, sólo para recomenzar todo al día siguiente. Y ahora, en lugar de obtener su paga y permitírsele continuar su camino, debían quedarse y esperar a que primero se les pagara a los miserables obreros que sólo trabajaron una hora. Ahora bien, ¿no concuerda conmigo en que el propietario de la viña es un agitador? Entonces la Biblia dice: "Llegaron los que habían ido cerca de la hora undécima y recibieron cada uno un denario [el jornal de un día]" (v. 9). Repentinamente las cosas comenzaron a pintar bien. Pintaba bien para los obreros de la hora undécima, quienes recibieron el pago por un día completo por sólo trabajar una hora. Bueno, usted podría tener dos reacciones extremas si estuviera en su lugar. Una reacción podría ser figurarse que el propietario de la viña tenía sus momentos de debilidad, y entonces planear cómo poder robarle al día siguiente. La segunda, una reacción opuesta, sería estar tan agradecido por la generosidad del bondadoso dueño de la viña que resolviera venir al día siguiente iY trabajar gratis! Pero no sólo para los obreros que trabajaron una hora venían bien las cosas. También para los que habían trabajado por espacio de doce horas. Miraron por encima de los hombros de uno de los que había recibido su paga primero, sacaron sus calculadoras de bolsillo iY se imaginaron que al fin habían conseguido unas buenas vacaciones! En sus mentes ya estaban corriendo hacia sus casas y anunciando las buenas nuevas a la familia, preparando la cocinilla y la pequeña tienda de campaña, y cargando todo en la camioneta. Estaban impresionados por la generosidad del dueño. 15


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Pero no pennanecieron impactados por mucho tiempo. Ver, sículo 10: "Al llegar también los primeros, pensaron que habían de recibir más, pero también ellos recibieron cada uno un dena, rio". Ahora bien, ¿éstas son buenas nuevas o malas nuevas? Si el dueño de la viña hubiese optado por pagar primero a los obreros que habían trabajado doce horas y enviarlos de regre, so, entonces no habrían descubierto el pago a los otros obreros. Pero por alguna razón, este propietario deseó que ellos lo vieran. Era un agitador. En tal caso, ¡proteja su dinero! Cuando los obreros que habían trabajado doce horas vieron que sus planes de vacaciones se cancelaban, se trastornaron. El registro dice: "Y al recibirlo, munnuraban contra el padre de fa' milia, diciendo: 'Estos últimos han trabajado una sola hora y los ha tratado igual que a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día'. Él, respondiendo, dijo a uno de ellos: 'Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No conviniste conmigo en un de, nario? Toma lo que es tuyo y vete; pero quiero dar a este último lo mismo que a ti. ¿No me está permitido hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno?' Así, los primeros serán últimos y los últimos, primeros, porque muchos son llamados, pero pocos escogidos" (vs. 11,16). "Toma lo que es tuyo y vete". Aparentemente, incluso no querían recibir su paga. Estaban listos para decirle al viñero que se guardara su sucio dinero. El había alegado para quedarse con lo de ellos. Ahora bien, ¿no concuerda conmigo en que este vi, ñero es un alborotador? Si usted no piensa que el viñero estaba tratando de agitar la situación, ¡puede que tenga alguna otra idea de lo que es este propietario! Y si él es Dios, entonces usted no desea admitir que algunas veces el sistema de Dios nos parece extraño, porque el 16


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sistema del mundo que usamos es totalmente diferente. Incluso los espiritualmente maduros, quienes han aprendido a apreciar el sistema de Dios hasta en lo que a cosas celestiales se refiere, to~ davía deben vivir por el sistema de méritos en los asuntos tempo~ rales. En nuestro trabajo, en nuestras escuelas, en nuestra vida en la tierra, todo está basado en el sistema de méritos. Usted consigue lo que merece, y merece lo que consigue. No más y, con esperanza, no menos. Esto ha permeado toda la sociedad. Ha permeado la iglesia. Desde la niñez en adelante, todos hemos tenido que vivir con el sistema de méritos. Los regalos no son inmaculados Recibir un regalo, real y verdaderamente gratis, es una cosa rara en este mundo; incluso puede hacer que el receptor se sienta incómodo. Hasta en las loterías y las apuestas a los caballos se tienen que tomar grandes precauciones y molestias para probar a todo el mundo que fue el azar lo que favoreció al ganador; que el ganador no es el favorito de nadie. Así, premiar o regalar por cualquier método, excepto por selección al azar, no se considera "limpio". Y quienes ofician como intermediarios y controlan el regalo adjudicado a otro --como, por ejemplo, en una situación de herencia- a menudo quedan desconcertados ante la falta de equidad de tal acto. Cuando estaba en primer grado, iba a la escuela en la ciudad de Nueva York. Cada año trabajábamos duramente para progre~ sar en las tareas escolares. Estaba estudiando para ser un Rayito de Luz y un Constructor (usted sabe, el vegetariano programa de los Boy Scout). Trabajaba y miraba adelante ansiosamente hacia la noche de la investidura. Cuando arribó, el director de jóvenes distribuyó sobre la mesa todas las insignias y medallas ("botones") para quienes se~ rían investidos en las diversas clases. Allí estaban las clases de 17


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Amigo y Camarada (¡esto fue antes de que siquiera hubiera oído acerca de los rusos!), y las de Guía y Guía Mayor. La banda para el Guía Mayor era un hermoso pañuelo anaranjado, con un brillante sujetador de plástico. Todas las clases tenían sujetadores de plástico, excepto Rayito de Luz y Constructor. Para ellos sólo había un pequeño y sencillo pañuelo verde, y uno tenía ctUe juntar los extremos y anudarlo alrededor del cuello. Recuerdo que era tanta la ansiedad por obtener uno de esos sujetadores de plástico, que esa noche le esbocé mi sonrisa más grande al director de jóvenes, esperando que se impresionara conmigo y me diera uno de esos sujetadores. Pero no hubo forma de conseguirlo, y cuando el servicio de investidura se desarrolló y terminó, yo había conseguido exactamente lo que merecía, y había merecido exactamente lo que conseguí: mis botones de Constructor y Rayito de Luz, y mi pequeño pañuelo verde. Pero entonces alguien tuvo una idea brillante. Mi padre y mi tío eran evangelistas, y estaban dando conferencias en el Camegie Hall de la ciudad. Y alguien dijo: "¿Por qué no llamamos a los evangelistas y sus esposas y los investimos como Guías Mayores? Ellos deben conocer todos los requisitos". De manera que invitaron a mi padre y a mi madre, y a mi tío y a mi tía, los hicieron pasar al frente y los invistieron como Guías Mayores. ¡Consiguieron los sujetadores de plástico y todo lo demás! ¡Y yo sabía muy bien que mi padre y mi madre jamás habían aprendido siquiera los requerimientos de Rayito de Luz y Constructor! Yo siempre había amado a mi padre y a mi madre ... hasta entonces. y aún los amo, creo. ¡Pero no estoy tan seguro acerca del director de jóvenes! Toda esta experiencia hizo retroceder mi interés por las clases progresivas por espacio de veinte años. 18


LAS MALAS NUEVAS DEL EVANGELIO No soy digno En Lucas 7 leemos acerca del siervo del centurión que estaba enfermo. Y ante su ruego, los líderes judíos vinieron a Jesús pi~ diéndole que su siervo fuera sanado. Todavía permanecían en el sistema de méritos. Usted nunca los encontraría viniendo y su~ plicando por la sanidad de un ciego de nacimiento, un leproso o una pequeña viuda. Pero el centurión les había construido una sinagoga. De manera que vinieron a Jesús y "le rogaron con soli~ citud, diciéndole: 'Es digno de que le concedas esto, porque ama a nuestra nación y nos edificó una sinagoga' " (vs. 4, 5). Jesús se dirigió a la casa del centurión, y cuando finalmente el centurión vino a Jesús, y a pesar de que los líderes judíos pen~ saban que era digno, el centurión dijo de sí mismo: "No soy dig~ no". Entonces Jesús se maravilló de él y dijo: "Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe" (vs. 6, 9). He aquí las malas nuevas El he<;ho es que nadie podrá alguna vez ser digno, y la ver~ dad es que ninguno jamás ganará o merecerá la gracia o favor de Dios. Estas son las malas nuevas del evangelio. Ha sido una en~ fennedad universal de la humanidad que deseáramos ser dignos. Cuando nos hemos fatigado a lo largo del calor del día y luego vemos que quienes vinieron a última hora reciben un pago igual al nuestro, encontramos difícil recibir nuestra recompensa. El mensaje de que jamás seremos salvos en fonna alguna sobre la base de nuestras propias obras, pueden ser malas nuevas para quien acostumbra a pagar su parte de la consumición. Sin em~ bargo, ése es el fundamento de la economía de Dios. Todo el tiempo él descansa sobre el sistema del regalo. Imaginemos que es llamado alIado de la cama de un misio~ nero moribundo. Los ancianos han venido para ungirlo. Y usted le recuerda, al Señor de todo, sus años de servicio fiel: cómo en~ 19


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terró a un hijo o a una hija, quizá una esposa, fuera de su hogar en los vastos campos misioneros. Usted le recuerda al 3eñor de todo lo que todavía podría hacer en su obra. No lo dice explícita~ mente, pero lo hace, en el fondo: "Señor, este hombre realmente merece tu ayuda". Y el misionero muere, y usted regresa por su camino sorprendiéndose acerca del sistema de trabajo de Dios. Entonces va al lado de la cama de un reincidente. Se está muriendo en un hospital de un ataque al corazón. Apenas hay suficiente sangre corriendo a través de su cerebro como para per, mitirle pensar. Entre espasmos él dice: "Pastor, soy un reinciden' te. He tratado muy mal a Dios por años. Pero por favor, ore por mí para que pueda resucitar en la resurrección de los justos". No hay ancianos ni hay aceite. Usted ni siquiera pide que sea sana, do. Sólo pide que resucite en la resurrección de los justos. Y él es sanado y sale del hospital con un corazón aparentemente tan bueno como el de cualquier cuerpo saludable. Y usted regresa por su camino, rumiando el sistema de Dios. La gratuita gracia de Dios puede ser buenas nuevas para un moribundo reincidente, pero ¿qué con respecto al misionero? ¿No merece al menos un tratamiento igual? ¿No lo merece? y continuamos asombrados por la forma de obrar de Dios.

La recompensa extra para los obreros de doce horas Con el fin de entender por qué el sistema de Dios son bue, nas nuevas para los obreros de doce horas, para el misionero mo, ribundo, como así también para los que vinieron último, debe' mos retroceder hasta Mateo 19. Un joven rico había venido a Jesús preguntándole qué hacer para entrar en la vida eterna. Jesús le dijo que vendiera todo lo que tenía, lo diera a los pobres y que viniera y lo siguiera. El joven rico se retiró entristecido, porque tenía grandes posesiones (vea los vs. 16,22). Los discípulos aguardaban expectantes, y uno de ellos se las 20


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ingenió para tener el suficiente coraje como para preguntar lo que todos estaban pensando: "Señor, este joven rico se fue por' que tenía grandes posesiones y no deseaba venderlas para darlas. No obstante, nosotros aún estamos aquí. No nos hemos retira, Jo, y lo hemos dejado todo para seguirte. ¿Qué vamos a obte, ner?" (vea el v. 27). Si usted hubiese estado en los zapatos de Jesús en esa coyun, tura, fácilmente se habría desanimado. Había trabajado con estos hombres por casi tres años, tratando de enseñarles los valores del reino. Si hubiese sido uno de nosotros, bien podría haber dicho: "Tus hombres son incurables. Dame otros doce. Comenzaré de nuevo". Pero Jesús fue paciente, y los encontró donde estaban. El dijo: "En el reino habrá doce tronos, y cada uno de ustedes ten, Jrá un trono, y juzgarán a las doce tribus de Israel" (vea el v. 28). iY usted puede ver a Pedro y a los otros discípulos irguiéndo, se un poco más mientras comienzan a imaginarse la escena! Pero entonces Jesús hizo una declaración muy interesante, que no deberíamos perdérnosla: "Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hi, jos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna" (v. 29), y Marcos agrega: "Ahora en este tiem, po ... yen el siglo venidero la vida eterna" (Mar. 10:30). Por fa' vor, note las dos recompensas. Quienes lo han dejado todo y han seguido a Jesús recibirán cien veces más. ¿Cuándo? Ahora. En este tiempo presente. Y la otra recompensa es la vida eterna al final de los siglos, cuando Jesús vuelva por segunda vez. De modo que hay dos recompensas. Y con esto en mente, podemos regresar al viñedo y al resto del relato. Existe la recom, pensa de ser capaz de trabajar a lo largo del día con el bondadoso viñero. Es remunerativo estar involucrado en el servicio y en una obra significativa todo un día. No es necesario esperar hasta el final del día por la recompensa; la recibimos a lo largo del día. 21


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Si usted mantiene una relación vital con Jesús, si uste<i ca' noce a Dios como es su privilegio conocerle, entonces su interés primario no estará centrado en la recompensa al final del día. Su primer interés es el gozo del compañerismo y servirlo a él correc, tamente ahora. ¿No es verdad? Esos obreros de una hora, quienes se pasaron el día en la esquina, ¿son ganadores o perdedores? ¡Es aburrido estar fuera de la viña! Porque el viñedo es un lugar exci, tanteo Salvo que usted esté meramente gastando el tiempo, tra, tanda duramente de hacerlo para el cielo, fácilmente puede en, tender esto. Si usted no conoce la emoción de entrar en relación y servicio con el Señor Jesús hoy, entonces es un miserable, y se' rá miserable hasta el final. La persona más feliz hoyes la que está más involucrada en el servicio a otros, y la persona más miserable hoyes la que está más dirigida hacia sí misma. Si su enfoque total está en usted mismo y en tratar de hacerse feliz, usted será un miserable. Pero cuando usted se olvida del yo y se extiende hacia otros, encuen, tra automáticamente la felicidad. Son mayores las recompensas que vienen con el peso y el calor del día, las cuales compensan justamente ese peso y calor, incluso si no hubiese galardón al fi, nal. Si Dios lo llama a usted a algún lugar difícil para servirlo y usted sabe que él lo ha llamado, entonces el sacrificio no está en ir. ¡El sacrificio estaría en permanecer en casa! Y muchos misio, neros le pueden decir que esto es verdad.

El ocio es una verdadera carga Cierta vez, mientras estaba en el colegio, hacia fin de año la presión académica aumentó; me sentía fatigado. De modo que una mañana le dije a mi hermano cuánto deseaba poder acostar' me por una semana. Ese mismo día, en lo alto del campo de gimnasia, estábamos saltando con garrocha y la mía se rompió.

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LAS MALAS NUEVAS DEL EVANGELIO Caí de cabeza, y el golpe me dejó inconsciente. Tuve una con, moción cerebral, y también padecí un extraño problema cardíaco llamado fricción pericardial (frotamiento producido por trau, ma). Los estudiantes de Medicina en Loma Linda encontraron una curiosidad escuchar los latidos de mi corazón desde el otro extremo de la habitación. Y el doctor dijo: "Tendrá que hacer reposo por una semana". Yo lo amé ... durante las primeras tres horas. Luego fue terrible. ¿Alguna vez ha salido de vacaciones y ha estado tan agotado que resolvió no hacer otra cosa que armar una cabaña y algún mosquitero, y dormir o leer mientras pasea por el lago? Y tan pronto como arriba al lago, se apresura a armar la cabaña yana' dar bajo el mosquitero. Pero después de treinta minutos no puede permanecer allí por más tiempo. Y muy pronto está construyendo una balsa, o embalsando la ensenada, o puliendo el tapa cubos de su auto. En toda la vida. la actividad es la única manera de sobrevivir¡ tan necesaria para la vida cristiana como para la vida física. Es trabajando como permanecemos vivos. Incluso en el cielo, esa tierra de descanso, todavía existirá el gozo de servir a otros. Esto es lo que los ángeles están hacien, do. Ellos han encontrado su gozo por miles de años en ministrar a los seres humanos, quienes son, en todo aspecto, inferiores a ellos. ¿Puede imaginarlo? Un día su ángel guardián viene a su mansión de visita, y le dice: "¿Te gustaría realizar una excur, sión?" y usted le dice: "Seguro, cuenta conmigo. Espérame mien, tras empaco". "No", dice él, "no necesitas empacar. ¡Nada de empacar!" Usted dice: "Oh, eso está bien. Bueno, déjame despedirme de mis amigos y luego partimos". "Ellos estarán aquí cuando regreses", le recuerda. "¡Ellos es' 23


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tarán aquí para siempre!" De modo que está listo para partir. Usted ha tenido la oportunidad de comparar los registros con este ángel amigo. Encontró el tiempo cuando lo salvó de escalar hasta la cima del Nevada Falls en Yosemite, EE.UU.; usted ni siquiera sabía que estaba en peligro. Además le ha agradecido por salvarlo de ese choque frontal en la autopista. Y usted está ansioso por pasar más tiempo con él. "¿ A dónde vamos?" HA un pequeño planeta, en la orilla exterior de una galaxia, para que oigan el relato de labios humanos de a qué se parece ser rescatado de un mundo de pecado". Usted sabe que los ángeles nunca sintieron el gozo que trae consigo nuestra salvación, de modo que usted parte en un vuelo incansable hacia los mundos lejanos para contarles, a quienes todavía no han oído, a qué se asemeja estar perdido y ser encontrado nuevamente. y una vez más usted está involucrado en el principio sin fin y universal de que la persona más feliz es aquella que tiende la mano hacia los otros. Por lo tanto, lo invito a las recompensas, cien veces tanto aquí y ahora, de trabajar con este bondadoso, amante y generoso viñero. El también ha hecho provisión para entregar las recompensas hacia el final del día, a todos, ya sea que trabajen a lo largo del día o vengan a último momento. ¿No se unirá conmigo en rogar juntos a Dios que transforme nuestros corazones de tal manera que podamos aceptar su sistema y así ser felices con él en el cielo para siempre? De la misma manera como aceptamos su gracia hoy, libremente, seremos capacitados para ver que las malas nuevas del evangelio en realidad son, después de todo, buenas nuevas. 24



POR ESO PUEDE TAMBIÉN SALVAR PERPETUAMENTE A LOS QUE POR ÉL SE ACERCAN A DIOS. VIVIENDO SIEMPRE PARA INTERCEDER POR ELLOS.

HEBREOS 7:2S


Un pensamiento verdadero para gente simpática: la gracia IHll'de ser un problema. En efecto, la Biblia rebosa de relatos qlll' muestran cómo la gracia, vez tras vez, malogra los planes tal como los conocemos. El hermano mayor se enojó cuando el Padre organizó una fil'sta para un crápula despilfarrador de dinero que, cayendo en dl'sgracia, había regresado a casa. Los empleados de tiempo completo refunfuñaron cuando el capataz entregó a todos los obreros de tiempo parcial la paga por un día completo. Las ~oventa y nueve ovejas son dejadas en el redil mien, tras el pastor sale en busca de una que se ha perdido. Ahora bien, estos relatos pueden ser curiosos, e incluso útiles, si usted es un hijo vagabundo, el obrero de tiempo par, dal o una oveja perdida. Pero un miembro de iglesia de cuarta generación, altamente capacitado, denominacionalmente edu, cado y religiosamente comprometido con la iglesia, difícilmen, te pueda sentirse tipificado bajo tales términos. Todavía existe mucha de esa antigua religión corriendo a través de mis venas de muchacho bueno. De manera que yo me identifico y simpatizo con el herma, no mayor, el obrero de tiempo completo, y con las noventa y nueve ovejitas, aun cuando he oído estos relatos setenta veces siete y reconozco sus conclusiones ingeniosas semejantes a las 27


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que me contaba mi madre ... La gracia parece estar contra mí, y eso no me hace ninguna gracia. La gente buena, que toma estos relatos con seriedad, puede ver que parte de la tribulación con la gracia es que ésta no toma a la gente buena con seriedad. Al menos no tan seriamente como nos tomamos a nosotros mismos. Un problema civil Desde hace algunos años a esta parte me he enorgullecido de mí mismo por no ser un legalista, cualquier cosa que esto sea. El problema con la gracia es que ella no me deja espacio para compadecerme acerca de algo que sayona soy, y es bastante sorda a los nombres con que me llamo ... Lo cual me lleva a otro punto. La gracia es incómoda no sólo para la persona legalista o religiosa. La gracia puede ser una cosa penosa incluso para la gente común delicada de estómago. Y si usted desea ir un poco más allá, le diré esto: Hay algo acerca de la naturaleza humana en general que hace difícil para cualquiera de nosotros mantener una mano vacía. Porque si lo hacemos, la gracia llenará esa mano. ¿Y qué podría ser mas incómodo que eso? Los regalos son un problema para nosotros. Somos discípulos del haz-tu-propio-camino, del sistema de arrastra-tu-propio-peso. Nos sentimos capaces, confiados en nosotros mismos, altamente capacitados. Y somos culpables. Creemos, bien en lo profundo, que no merecemos nada para lo cual no hayamos trabajado, sufrido o pagado, y entrecerramos nuestros ojos en medio de la multitud que almuerza gratis. Por más que hablemos acerca de dar, muy a menudo no mezclamos la realidad con los negocios y las obligaciones; nos resulta embarazoso recibir un regalo cuando no tenemos forma de retribuir la atención. 28


TRIBULACIÓN CON GRACIA

Aceptar un regalo abiertamente ... equivalente a caridad, Ilnrll 10 cual desde la niñez la gente simpática aprendió que es hm'no dar y malo recibir. Pero si la gente civilizada tiene dificultad para recibir la NIal'Ía como el regalo que es, nosotros también tenemos perturlindones con su forma de trastrocar nuestro buen orden y pom·do patas para arriba. Creemos en sombreros blancos y en III)lllhreros negros, y no nos gusta la forma en que la gracia paref(' mezclarlos y elevarlos, y hacer que el sombrero equivocado ~'lIhalgue con la princesa a la puesta del sol, mientras el Sr. Meu·n·dor permanece solo y despreciado por una total falta de (·lJllidad. Existe algo indómito alrededor de un Dios que proIllocionaría esa especie de fin para el espectáculo. Es obvio que lodavía no lo hemos civilizado exitosamente hacia nuestro N('ntido de justicia y propiedad. Pieles antiguas Podría mencionar muchos otros problemas que posee la ),(racia, pero me detendré aquí y, en su lugar, nos dirigiremos a otro relato contado por Jesús. Incluso Jesús admitió que la grada podría ser problemática. "Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo, porque tal remiendo tira del vestido y se hace peor la rotura. N i echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, el vino se derrama y los odres se pierden; pero echa el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente" (Mat. 9:16, 17). De modo que en el encuentro de lo nuevo y lo viejo podemos reconocer que la tribulación con la gracia es un problema con nosotros. Nosotros somos camisas viejas para vestidos nuevos, vasos antiguos para vino nuevo ... demasiado orgullosos para el regalo. 29


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Pero la gracia también alcanza a los hermanos mayores, y con ello una elección. Podemos sostenemos aferrados a la vida como nosotros pensamos que debería ser, asidos a todo lo que nos hace creer que somos buenos, y hacer las cosas que dan sentido a nuestra visión, y tener todo bajo control. O podemos seguir las aparentemente duras palabras sin sentido: "Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará" (Luc. 17:33), y abrimos a la gracia, creyendo que ella nos dará algo que va más allá de los odres hecho trizas y los contenedores rotos, aunque no tengamos ni la más remota idea de lo que resultará. Yo, por mí mismo, no puedo decir qué sucederá, porque es la naturaleza de la gracia el sorprendemos. Y por el resto de nuestra vida, toda vez que pensemos que estamos desenvolviendo el último paquete y caminando a través de la última puerta, y estemos tentados a preguntar: "¿Qué más podría ser posible?", encontraremos algo para abrir depositado a nuestros pies y algo para transitar descubierto delante de nosotros ... Puedo decirle una cosa más: Quienes nos alejemos de nuestra justicia y perdamos nuestra vida, obtendremos una nueva visión de estos relatos perturbadores. Nos veremos a nosotros mismos como la oveja perdida de un rebaño de noventa y nueve, como el pródigo en la fraternidad de nuestro anciano padre, y crónicamente tardíos para nuestros trabajos de tiempo completo. Entonces podremos conocer a un Pastor, a un Padre y a un Patrón generoso. Podremos encontrar nuestra vida y reír ante lo inesperado de todo. Porque tan seguramente como sabemos que nos hemos perdido, seremos encontrados. Encontrados por una gracia cuyo negocio no es hacer de gente buena mucho mejores, sino encontrar a uno vagabundeando y regresarlo a casa. Llevarlo al hogar para una fiesta. 30


TRIBULACIÓN CON GRACIA

(Usado con permiso del autor, Debbie Vanee. OriginalIIIt'nlt' publicado en la Adventist Review [Revista Adventista, t'lI 11\~lés] el 7 de enero de 1988.)

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POR ESO PUEDE TAMBIÉN SALVAR PERPETUAMENTE A LOS QUE POR ÉL SE ACERCAN A DIOS. VIVIENDO SIEMPRE PARA INTERCEDER POR ELLOS.

HEBREOS 7:25


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LA ¡Alguna vez se sintió agotado de tanto cantar? Si su respueslill'~ Nl), entonces existen dos posibilidades: o usted no se cansa 11" (',mtar, o usted ya no canta. En cualquiera de esos casos, este llll'lt 1110 no es para usted. Pero si su respuesta es Sí, entonces Iwy huenas nuevas para usted -y malas nuevas acerca de la Illwdicncia-, las cuales le pueden proporcionar un ánimo treIIl1'l\do.

La mayoría somos capaces de aceptar, en algún momento u las malas nuevas del evangelio: no podemos alcanzar o mela gracia perdonadora de Dios. Admitimos que todas nuesII'IIS huenas obras nunca podrán ganamos la salvación. Pero no IlIlIl las buenas obras las que nos desvelan por las noches mientras I'sl amos acostados contemplando el cielo raso. ¡Es otro género de cosas! Leemos textos semejantes a Apocalipsis 3:5 y descubriII1IIS que aun cuando nuestros nombres estén en el libro de la vid:t, l'S posible que sean borrados de allí. Vemos por doquier sen:tks que enfatizan la cercanía de la venida de Cristo. Vemos el pecado y las faltas reinantes en nuestra vida. Y nos sentimos an· ':lIstiados. Sabemos que no estamos haciendo todo bien. Y coIlH'llZamOS a preguntamos dónde se inserta la obediencia con lo qUl' hemos creído acerca de la salvación por la sola fe en Jesu\ nsto. Ahora tengo una solución para usted. Le garantizo que funciona, y es a prueba de fuego. Usted tendrá que pulsar un botón. 01 ro,

IC'll'l"

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NUNCA SIN UN INTERCESOR

Si usted elige pulsar dicho botón, nunca fallará, o caerá o pecará de nuevo; para siempre. ¿Le interesa? Espere un minuto antes de decidir, porque una vez que oprima el botón, cercenará algunas de sus diversiones; puede cambiar su estilo de vida drásticamente. ¿Está seguro de que está listo para vivir sin pecar? ¿Está seguro de que desea hacerlo?

Pulse por victoria Alrededor del mundo existen dos respuestas a esta oferta. Una respuesta es: "¡Rápido! ¡Muéstreme el botón!" La otra es: "¡De ningún modo! Tengo suficiente diversión de la manera que soy". Por lo general no hay punto intermedio. ¿Decidió pulsar el botón? (¡Sería interesante saber cuántos como usted lo han pulsado actualmente!) Sabemos que pulsar determinado botón, por no mencionar la partitura, en realidad no resolverá el problema del canto. Pero a menudo estamos deseosos de intentar algo, sólo por si acaso. ¿Alguna vez ha estado en un servicio religioso donde escribió sus pecados en un pedacito de papel y lo llevó al frente de la iglesia para ser quemado en un altar provisorio? ¿Alguna vez se ha sentado y ha hecho una lista de resoluciones para el año nuevo? ¿Alguna vez ha realizado promesas de jamás volver a pecar? Si vencer fuera tan simple, muchos de nosotros habríamos llegado a ser vencedores hace tiempo. De hecho, aun si vencer fuera extremadamente difícil, muchos habríamos llegado a ser vencedores largo tiempo atrás si sólo hubiésemos conocido con certeza cómo 34


LAS MALAS NUEVAS ACERCA DE LA OBEDIENCIA

realizarlo. Pero no hemos llegado a saber cómo ponerlo en práctica, y así continuamos probando triquiñuelas inservibles. ¿Qué opciones están disponibles para cuando usted ve el abismo entre su desempeño y el modelo de obediencia de Dios? Quizás hubo un tiempo cuando pensó que la solución estaba en que simplemente corriera más agua bajo el puente. Muchos jóvenes tienen la idea de que para cuando tengan veinte, o quizá treinta años, de alguna manera habrán resuelto del problema del pecado. Pero quienes sobrepasamos los treinta descubrimos que teníamos que elevar el número. ¡Ahora está por los cuarenta, o sesenta o noventa! ¡Justificación por senilidad! Y el complot se complica, porque las señales no son de naturaleza tal que nos den mucha seguridad de tener la idoneidad de alcanzar la vejez con la suficiente capacidad como para dejar de pecar antes de que Jesús venga otra vez, antes de que el tiempo de prueba termine para todos. Hoy existen señales de la venida de Cristo que fueron profetizadas como las verdaderamente finales antes de que Jesús regrese. Noventa años atrás, dos cosas fueron predichas que ocurrirían en nuestra iglesia en el mismo fin: (1) El juicio investigador sería probado, y (2) el espíritu de profecía sería atacado. Y, si sus ojos están abiertos, podrá ver que estas profecías se están cumpliendo por todas partes. El tiempo está llegando a su fin, y nosotros aún no somos vencedores. Por causa de las evidencias de que la venida de Jesús ciertamente ocurrirá en nuestros días, la gente está entrando en pánico. Una de nuestras más grandes tentaciones es acomodar nuestra teología para adaptarla a nuestra experiencia, en vez de buscar cómo cambiar nuestra experiencia para adaptarla a la teología de Dios. Y a pesar de los intentos por esconder nuestra preocupación real, tendríamos que admitir que no es mucho lo que Elena de 35


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White dice, por ejemplo, acerca de las formaciones geológicas de los volcanes, y con lo cual estamos teniendo muchas tribulaciones. El problema es lo que ella dice acerca del pecado y la justificación. No pienso que la gente esté muy preocupada acerca de si ella tomó prestado material de William Hanna, Alfred Edersheim o Uriah Smith. Pienso que están preocupados acerca de lo que ella tiene que decir con respecto al pecado y la justicia. El mundo cristiano nominal (y por "nominal" quiero significar "sólo de nombre") ha enfrentado el problema por medio de tres enseñanzas: (1) La salvación fue garantizada en la cruz. (2) Todo lo que una persona tiene que hacer es creer. Y (3) nadie puede guardar la ley de modo alguno. Todas ellas han permeado nuestra iglesia. Hay fuerzas poderosas que obran tratando de inducimos a simplemente aceptar la teología del mundo cristiano nominal. Somos urgidos a unimos a ellos en la proclamación de que el juicio investigador es una farsa y el don espiritual a esta iglesia un engaño, y dar por sentado que somos vencedores. Por eso, resulta muy importante entender la misión de la iglesia al remanente, una misión que va más allá que la de Lutero y los otros reformadores, la cual prepara a un pueblo para la venida de jesús. La acusación original de Satanás fue que la ley de Dios no podía ser obedecida. Cuando el hombre quebrantó la ley de Dios, Satanás se regocijó y agregó otra acusación: el hombre nunca podrá ser perdonado. Ni idea tenía de que Dios pagaría la penalidad por sí mismo. Porque la vida y la muerte de jesús hicieron posible que los pecadores fueran perdonados y la ley de Dios obedecida, no sólo por jesús, sino también por quienes vivieran la vida de fe que él vivió. El doble mensaje de perdón '1 obediencia es el corazón de la misión del remanente durante el tiempo de los tres ángeles y la obra final de Cristo en el cielo. jesús, como nuestro Sumo Sacerdote, provee perdón a los pecadores y poder para obedecer. Estas dos verdades son igualmente necesarias. Es extremadamente 36


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importante que el pueblo final de Dios entienda esta doble obra de Cristo. De lo contrario, será imposible para ellos cumplir su misión. La justificación por la fe -la obra de Dios por nosotros- y la justicia de Cristo -la cual incluye la obra de Dios en nosotros- son los dos temas a ser presentados a un mundo que perece. El tema principal del propio libro de Jesús, el libro del Apocalipsis, es el perdón. Victoria es la nota resaltante del mensaje de todo el libro. Se nos recuerda vez tras vez que la gracia de Dios incluye no sólo el favor inmerecido, sino también el poder inmere-

cido. Pablo lo entendió, porque dice en Romanos 1:17: "El justo por la fe vivirá". Quienes han sido justificados por la fe también deben vivir por la fe. No sólo la justificación viene solamente por fe, sino que, del mismo modo, vencer viene sólo por fe. "Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él" (Col. 2:6). Toda la salvación se realiza a través de la fe en Jesús y sólo por medio de la fe. Todo es un don gratuito. Volver a la viña Jesús usó la analogía de los obreros en la viña para enseñar las malas nuevas del evangelio, y podemos unimos nuevamente a él en la viña para aprender acerca de las malas nuevas de la obediencia. Probablemente Juan 15 sea uno de los pasajes más descollantes de todas las Escrituras: nos muestra cómo surge la obediencia y al mismo tiempo nos enseña que la obediencia genuina es natural y espontánea. Porque la obediencia es el fruto de la fe. Los frutos del Espíritu son los frutos de la fe. Y los frutos de la fe se desarrollan en nuestra vida de la misma manera como se desarrollan los frutos en un viñedo. El desarrollo sucede cuando las ramas están conectadas a la vid y permanecen en ella. "Permaneced en mí, y 37


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yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, este lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer" (Juan 15:4, 5). ¿Qué significa la palabra habitar? Si usted recorre su Biblia y realiza un estudio de esa palabra, descubrirá que significa nada más y nada menos que "permanecer". Los dos hombres en camino a Emaús le dijeron al Extraño: "Mora con nosotros". Permanece con nosotros, porque ya es tarde. Existen dos cosas importantes en la vida cristiana. La primera es conseguir a Jesús; la segunda es permanecer con Jesús. En términos de la viña, lo importante de las ramas es llegar a estar conectadas con la vid, pero igualmente importante es que las ramas pennanezcan unidas a la vid. He aquí uno de los problemas en el mundo cristiano. La gente ha trabajado bajo el engaño de que si ellos se conectan con Jesús en algún punto del tiempo, él se encargará de todo de allí en adelante. Y se llegan a desanimar cuando descubren que ese no es el caso. Nada sucede porque sí cuando nos unimos a Jesús, a menos que permanezcamos en él. ¿Y cómo permanecemos en él? De la misma manera como lo conseguimos. La conexión viene por la fe, y la fe viene por la comunicación. Si usted no se comunica con alguien, no estará personalmente familiarizado con él; no lo conocerá. Y si usted no conoce a alguien, no confiará en él. Es así de simple. El más grande problema de nuestra iglesia hoy día es que no estamos conectados a la vid. No empleamos tiempo, día tras día, para comunicamos con Cristo. No habitamos en él. Y el resultado será encontrar que estamos produciendo poco fruto, casi nada. La obediencia genuina surge naturalmente como resultado de una relación continua con Jesús, así como el fruto viene naturalmente como resultado de que la rama continúa conectada a la 38


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vid. Reconocemos que este principio es verdadero para el mundo natural, y muchos admitimos que también es correcto para la vida espiritual. Pero a pesar del reconocimiento, una encuesta entre miembros de iglesia revela que sólo alrededor de uno de cada cuatro o cinco está empleando alguna clase de tiempo en el estu' dio personal, diario, de la Biblia, y en la oración y la comunica' ción con Dios. Si usted está interesado en llevar fruto, responda las siguien' tes preguntas: ¿Conozco a Dios? ¿Lo reconozco como mi Amigo personal? ¿Empleé un tiempo significativo para conversar con él esta mañana? ¿O estuve demasiado ocupado en mis planes? Dado que a partir de esta parábola de la vid y las ramas entendemos que, como ramas, no podemos hacer nada si no estamos unidos a él, entonces el único lugar legítimo para concentrar nuestro es, fuerzo debería ser en llegar a estar conectados con él. Pero esto nos plantea un problema: que el fruto no se desa, rrolla de la noche a la mañana. Y nosotros vivimos acelerados. De manera que cuando oímos que la base completa de la vida cristiana consiste en entrar en compañerismo con el Señor jesús y mantenerse en comunión con él, decimos: "Esto suena bien. Creo que trataré de lograrlo". Entonces tratamos, y no funciona. Todavía cometemos errores y caemos, y fallamos, y pecamos. Y después de unos pocos días o semanas, o quizá meses, tiramos todo el negocio a la basura y volvemos a nuestras triquiñuelas, retroce' diendo para tratar de ser lo suficientemente buenos y esperar, contra toda esperanza, que todo funcione. ¿Qué tratar después de probar relacionarse? De modo que, ¿qué nos queda? Después que usted ha "trata, do" de relacionarse con jesús y no "funcionó", ¿qué tratará la si, guiente vez? La respuesta es: Nada. Porque, en realidad, ¡usted no ha tratado de relacionarse con jesús en ningún momento! La rela, 39


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ción con Jesús involucra un compromiso total. Involucra darnos a nosotros mismos con la posibilidad de incluso llegar a ser vencedores separados de él. Involucra resolver continuar buscando a Jesús día a día, hasta que venga otra vez, no importa qué suceda con nuestra vida mientras tanto. Involucra llegar a estar absolutamente sujetos al único principio que Dios estableció como prioridad en su día: que lo invitemos a tener el control de nuestra vida, día tras día, ¡ya sea que alguna vez consigamos ir al cielo o no! El propósito de la relación no es llevamos al cielo. No consiste en otorgamos la victoria sobre nuestros pecados. El propósito de la relación es conocer a Dios como es nuestro privilegio conocerle. Es por consideración a él que lo debemos buscar día a día, no por consideración a nosotros. Y mientras es inevitable que quienes perseveran hasta el fin en buscar una relación continua con Jesús serán salvados y vencedores, ésta no es la razón primaria para buscar relacionamos con Jesús. El diablo sabe que si puede hacemos pensar que el propósito de la relación es para vencer, nos ganó. Cuando -por causa de nuestra inmadurez- hace que pequemos, consigue que descartemos la relación sobre la base del "no funciona". Tan pronto como consigue que desechemos la relación por cualquier razón, sabe que nos ha vencido. Si usted tiene sus ojos abiertos, puede ver este propósito subyacente en todo aquello con lo que el diablo nos golpea. ¿Falló hoy? El diablo insinúa: "Bien puede ser que tengas que renunciar al relacionamiento; la próxima vez prueba otra cosa". ¿Está teniendo pruebas, tristezas y desánimos? El aconseja: "Bien puede ser que tengas que renunciar él esta pequeña relación, porque no funciona". ¿Está impaciente por desarrollar el fruto del Espíritu en su vida? El sugiere: "Mejor trata alguna otra cosa, dado que este asunto de la relación está obrando demasiado lentamente". Como verá, no puede mantener funcionado una relación si 40


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su motivación primaria es vencer pecados. Incluso si ha estado venciendo y experimentando la victoria, la cual es un subproducto de mirar a Jesús, es casi seguro que alguna vez miró a su alrededor, puso su atención en sí mismo, comenzó a examinarse por frutos, y volvió a caer y a fallar. Es una ley espiritual que cuando nos miramos a nosotros mismos, somos vencidos. Pero cuando miramos a Jesús, somos vencedores. Y una de las principales razones por las cuales toma tanto tiempo que el fruto se desarrolle, es porque insistimos en oscilar para atrás y para adelante entre dos extremos: primero mirar a Jesús y depender de su poder, pero luego examinamos para ver cuánto estamos haciendo. ¡Cuántos de nosotros han pasado toda su vida cristiana como niños en un jardín: arrancando los minúsculos brotes verdes cada pocos minutos para ver si hay algún rabanito por allí! ¡Esfuerzo mal dirigido! ¿Qué tratar, después de tratar la relación? No hay nada más que tratar. La relación es el fin del esfuerzo. Y he aquí por qué son malas nuevas: Porque no hay nada que usted pueda hacer para ganar o merecer su obediencia. Es un regalo. ¡Y estas son malas nuevas para la persona que ha hecho bastante bien, en lo exterior, buena parte del tiempo! Es una cosa humillante darse cuenta de que uno era tan incapaz de tratar con su pecaminosidad presente como 10 fue tratar con sus pecados pasados. Pero a los efectos de la salvación, la respuesta está en el viñedo. Significa estar conectados con la Vid continua e inquebrantablemente, día tras día. Es encontrar el gozo en la compañía del Propietario de la viña. Son malas nuevas porque usted no puede merecer nada de ello. i Pero aún son las mejores nuevas en el mundo entero!

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POR ESO PUEDE TAMBIÉN SALVAR PERPETUAMENTE A LOS QUE POR ÉL SE ACERCAN A DIOS. VIVIENDO SIEMPRE PARA INTERCEDER POR ELLOS.

HEBREOS 7:25


Imagínese conmigo en el escenario del cielo, bien atrás en el tiempo, antes del comienzo de la historia de este mundo. Lucifer ha cantado. Dios lo llama a comparecer ante su trono y allí mismo lo destruye. A la mañana siguiente los ángeles se reúnen alrededor del trono y preguntan: "¿Dónde está Lucifer?" Dios dice: "Se ha ido". Los ángeles inquieren: "¿Qué significa 'ido'?" Dios responde: "Lo maté". "¿Lo mataste? ¿Qué significa 'maté'?" "Lo destruí porque había pecado". y los ángeles interrogan: "¿Pecado? ¿Qué es eso? ¿De qué nos está hablando?" Dios dice: "¿No confían en mí?" y ellos dicen: "Bien, siempre confiamos ... hasta ahora". Hay gente que dice que no hay necesidad de un juicio investigador, porque el Señor conoce quiénes son suyos. i Por supuesto que lo sabe! Pero si Dios hubiera deseado pasar por alto nuestra inteligencia, dejando nuestras preguntas sin responder y tener un gobierno basado en una verdad ciega, lo tendría que haber comenzado hace mucho tiempo atrás, ¿verdad? Si hubiese deseado usar tal aproximación, podría haberlo hecho mucho tiempo antes del comienzo del pecado y al menos habernos librado de todos los años de dolor y miseria que el pecado nos ha traído. Pero no lo hizo. Eligió permitir que el pecado se mostrara 43


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a sí mismo hasta el mismo fin, de tal modo que nunca surja de nuevo. y ha operado de esa forma durante toda la gran controversia para que cada uno de nosotros pueda basar su confianza en una comprensión inteligente de sus métodos. ¿Quién necesita del juicio investigador? Quizá recuerde haber oído acerca del encuentro de Glacier View, donde los administradores y los teólogos de la iglesia discutieron algunos de los temas relacionados con el juicio investigador. Cuando llegó el sábado inmediatamente siguiente a ese encuentro, la iglesia en el Colegio Unión del Pacífico invitó a algunos de los delegados a Glacier View a dar un informe preliminar. La iglesia estaba atestada. Después de los informes iniciales desde el frente, hubo tiempo para preguntas y respuestas con micrófono circulante. En un momento dado, un hombre, ubicado en la parte del fondo del santuario, saltó de su asiento y preguntó con voz grave: "De todos modos, ¿quién necesita del juicio investigador?" ¿Necesitamos un juicio investigador? Dios necesita de dicho juicio; no para su información, sino más bien para su vindicación (¡Dios necesita ser vindicado para vindicamos!). Nosotros lo necesitamos; no para nuestra vindicación, ¡sino más bien para nuestra información! Los ángeles y los mundos no caídos necesitan del juicio. Y paralelo a esto, la fiscalía -el diablo y sus ángeleslo demanda. Este juicio tiene una parte vital en la vindicación de Dios delante del universo. Mientras tratamos de entender los asuntos involucrados en la necesidad de un juicio preadvenimiento, retrocedamos a las típicas escenas de una corte de los años pasados. En aquellos días, cuando había bombeadores en el patio trasero y lámparas de querosén sobre mesas cubiertas de hule, a menudo existía un juez distrital que viajaba de un lugar a otro para sentarse en un tribunal y juzgar las disputas que habían surgido desde la última vez que ha44


LAS BUENAS NUEVAS ACERCA OH JUICIO ¡'1i11'~lado

en la ciudad. De hecho, el orden de los eventos en un 1'111' ~.~., judicial no ha cambiadu demasiado hoy, incluso en la "111'1 ~'llIa Corte de Justicia de los Estados Unidos. En primer lugar, PIII'¡ que haya un juicio debe haber una acusación. Luego viene el l' 111 11 11 ucado de que la corte va a convocar a juicio. Hay una au, dlo'l\( la del caso particular, lu cual Involucra investigación de las "Vl\kIlClas. Después de la mv'_'stigación, el juez o jurado toma la dl'\ Isitín concerniente al ca:-,() y dicta el veredicto: culpable/no I IIll'ahle. Finalmente, se pronunCla la sentencia y luego se la eje, I 111 a. Algún tiempo atrás tuve el privilegio de encontrarme con 111\ grupo de abogados provenientes de la Unión del Lago, U ~.LJ U. Ante mi requisitoria, estos abogados tuvieron reminis, (1'lIdas acerca de la forma en que la justicia era considerada en los dlas de la primitiva historia norteamericana. Al margen de esa discusión, surgió una parábola. Tenía el sabor a Lejano Oeste, en un tiempo cuando la frontera occidental estaba en Illinois. Está dividida en dos partes. Quizá lo ayude a entender el propósito del ¡llicio investigador un poco más claramente. Cómo se procedió Reinaba gran excitación en el pequeño poblado de Mill Creek aquella tarde de 1845. Había llegado el juez de los nueve distritos de Illinois: David Davis de Bloomingdale. Como era usual, venía acompañado de varios juristas distritales, incluido lino llamado Abraham Lincoln. La presencia de Lincoln con' tribuía a suscitar la excitación, porque los ciudadanos de Mill Creek no olvidaban las veces en que viniera a la ciudad con el Juez Davis. Porque, además de ser un excelente jurista, Abra' ham Lincoln contaba los relatos más cómicos que alguna vez se hayan oído. Habían pasado casi seis meses desde la última sesión judicial 45


NUNCA SIN UN INTERCESOR

en Mill Creek, por lo que se había acumulado una gran cantidad de casos para tratar. El viejo Thomas Jacobs era sospechoso de haber prendido fuego a la herrería. El y el herrero se habían cruzado palabras muy fuertes. El viejo Thomas había hecho bastantes amenazas de tono subido, y esa misma noche la herrería ardió hasta los cimientos. Hubo testigos que decían haber visto al viejo Thomas por allí, en medio del fuego, riéndose a más no poder y palmotéandose las rodillas. Luego estaba la pelea en la taberna entre Henry Whitney y Ebenezer Bates. Whitney finalmente había sacado su revólver y abatido a Ebenezer a sangre fría. Algunos decían que Ebenezer sólo le había preguntado por algo y que Whitney sólo se había defendido. Pero otros estaban del lado de Ebenezer y decían que había sido asesinado, lisa y llanamente. Quizás el caso más sobresaliente era el de Jess Adams. Un día había cabalgado hacia la ciudad, y fue directamente al Banco de Mill Creekj allí dirigió su pistola hacia el cajero y demandó todo el efectivo del Banco. Se las había ingeniado para escapar hasta unos 25 kilómetros del pueblo antes que el sheriff y sus agentes lo atraparan. Y había estado en la cárcel del pueblo desde entonces. Aparte de estos casos espectaculares estaban las disputas usuales sobre límites de propiedad, deudas y juicios hipotecarios, demandas por calumnias, etc. Y un hombre llamado Silas Foster estaba acusado de robar cerdos. Se hizo el anuncio de que la corte sesionaría a la semana siguiente, y la gente se enfrascó en sus asuntos legales. Los juristas comenzaron a trabajar en los casos asignados. Llegó el tiempo anunciado, y se emplazó el juicio distrital. Todo el pueblo se agolpó en la sala de la corte, y durante cada receso se podía escuchar discutir acaloradamente los pro y los contra de cada caso. Los abogados examinaban e interrogaban, y 46


LAS BUENAS NUEVAS ACERCA DEL JUICIO prl~sentaban

objeciones en toda oportunidad. Abe Lincoln tenía \lna destreza especial para traer la verdad a la luz, y, en un caso que defendió, incluso el fiscal terminó admitiendo que estaba en h) correcto. Mientras la gente escuchaba cada caso y oía las evi, dencias por sí misma, estaba convencida de que se hacía justicia. Uno por uno los casos eran traídos delante de la corte. Los juristas se retiraban a deliberar, y luego se emitía el veredicto: wlpable/no culpable. Mientras el Juez Davis sentenciaba a quie, nes habían sido encontrados culpables y absolvía a quienes ha, bían sido encontrados inocentes, el pueblo estaba satisfecho. La última mañana en que el juez y sus abogados estuvieron en la ciudad, hubo un ahorcamiento. Henry Whitney había sido encontrado culpable de asesinato. Luego el juez distrital y su cÜ' mitiva se dirigieron a la siguiente ciudad. La segunda parte de esta parábola cubre el mismo terreno. Vayamos al comienzo otra vez, ¡por favor! ¿Me sigue? Esta vez el relato es acerca de ... Cómo no se procedió Reinaba gran excitación en el pequeño poblado de MilI Creek aquella tarde de 1845. Había arribado el juez de los nueve distritos de Illinois: David Davis de Bloomingdale. Como era usual, venía acompañado por Abe Lincoln y varios juristas distri, tales. Habían pasado casi seis meses desde la última sesión judicial en Mill Creek, y se había acumulado una gran cantidad de casos por tratar. El viejo Thomas Jacobs era sospechoso de haber prendido fuego a la herrería. Luego de una pelea en la taberna entre Henry Whitner y Ebenezer Bates, Ebenezer estaba muerto. Jesse Adams estaba en la cárcel aguardando un juicio por robo al Banco. Y es' taba la habitual variedad de disputas menores. 47


NUNt. 'A SIN UN INTEFCTSOR

Se anuncia que la corte sesionaría inme-li,ltamente. Todo el pueblo se agolpa en la sala de la corte. El Jue:. Davis blande su martillo sobre el escritorio y dice: "Thomas Jacobs, no culpable. Silas Foster, no culpable. Henry Whitney, culpabk por portar un arma, a ser colgado al amanecer. Jesse Adams, no culpable. La corte se cierra". El fiscal pega un salto: "Usted no puede hacer esto", reclama. "¿Dónde cree que está? Usted no puede absolver a esta gente sin un juicio imparcial ni puede sentenciarlos antes de que se haya probado su culpabilidad". La gente de la ciudad se pone de lado del acusador. "El está en lo correcto", dicen. "¿Cómo puede el juez saber quién es culpable y quién no lo es?" Abe Lincoln levanta su voz para hacerse oír por encima del tumulto. "¿No tienen confianza en el juicio? El juez sabe quiénes deben ser absueltos. Ha estado observando las cosas mientras estaba en Bloomingdale. Ha guardado registros cuidadosos. Tiene evidencias, y no comete errores". Pero la gente se agita aún más. "El juez puede tener evidencias, y puede no tenerlas", dicen. "Pero nosotros no tenemos evidencias. No es suficiente pretender tener evidencias. La evidencia debe ser examinada abiertamente antes de que se emita la sentencia. Toda la corte necesita ver la evidencia, no solamente el juez". Los abogados distritales tratan desesperadamente de convencer a la gente de Mill Creek de que se debe confiar en el juez. Pero la gente insiste en que la verdad debe basarse en una comprensión inteligente de las razones para las decisiones del juez. La última mañana el juez y sus abogados están en la ciudad; hay un ahorcamiento. Es colgado el juez. 48


LAS BUENAS NUEVAS ACERCA DEL JUICIO

Lo siento por los jueces De manera que, ¿quién necesitaba el juicio investigador en Mill Creek? ¡Quienes estaban acusados! El fiscal lo necesitaba. ¡l(ldo el pueblo lo necesitaba! Y al final, ¡incluso el juez lo nece~ sitaba! Dios fue vindicado en la cruz por proveer perdón para cada 11110 en todo el mundo. Por medio de la muerte de Jesús se pagó la penalidad del pecado, y Dios ahora puede ser justo y el justificador de quienes creen en él. Sin embargo, el juicio investigador mues~ Ira al universo que Dios está justificado en perdonar al que consj~ I!UC perdonar. Porque independientemente del hecho de que la \ ruz fue un sacrificio suficiente para todo el mundo, sólo quienes 11) acepten conseguirán perdón. Y finalmente, el juicio durante II)S mil años justifica a Dios por no perdonar a quienes no deben .,er perdonados. Repasemos una vez más. (1) La cruz justifica a I )ios para perdonar a alguien. (2) El juicio investigador justifica a I)ios por perdonar a los que consiguen el perdón. Y (3) el juicio por espacio de mil años justifica a Dios por no perdonar a quienes no consiguieron el perdón. Dios está intentando conseguir que toda persona entre en su reino para siempre. Pero también intenta asegurarse de que cuan~ do consiga hacemos entrar allí, seamos felices para siempre. ¿Po~ dría usted ser feliz por siempre, en el cielo, si sus amados más queri~ dos estuvieran ausentes y no sabe por qué? Dios desea que usted sepa por qué, y que lo sepa con claridad. Porque no sólo desea que usted esté en el cielo, y que sea feliz allí, sino que también está absolutamente comprometido en manejar las cosas de tal manera que el problema del pecado nunca surja otra vez. Y el jui~ do investigador es uno de sus métodos para lograr esto. Existe un grupo de personas que peregrina para estar, algún día, sobre un mar semejante a un vidrio, y usted, no lo dude, está esperando ser uno de ellos. Apocalipsis 15 dice que ellos cantan 49


NUNCA SIN UN INTERCESOR

un canto, llamado el Canto de Moisés y del Cordero. Y cantan: "Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos" (v. 3). Es, to significa que cuando conseguimos ir al cielo, ya sea que nues, tras amados estén o no estén allí, existe un plan que nos capacita para ser felices para siempre y seguir cantando desde lo más pro, fundo del corazón, sin reservas: "Justos y verdaderos son tus ca, minos, Rey de los santos". De manera que, ¿quién necesita el jui, cio investigador? Usted y yo. Pero alguien dice: "Espere un minuto. Si el juicio investiga' dar comenzó en 1844 y terminará un poco antes del regreso de Jesús, y si nosotros no podemos estar allí, ¿cómo será para naso' tros?" ¡Pero es que todos estaremos allí! ¿Sabe cuándo usted y yo compareceremos en el juicio investigador? Cuando vayamos al cielo y formulemos algunas preguntas, durante los mil ~.-lOS. lma, gine que detiene a un ángel que está pasando y le dice: "Por favor, ¿es correcto hacer preguntas aquí?" El dice: "Por supuesto. ¿Qué desea preguntad" y usted le formula sus preguntas. El replica: "Estoy encantado de que preguntara. Tuvimos un juicio preadvenimiento específica' mente para este propósito, y me gustaría mostrarle qué se hizo en dicho juicio". De modo que asistiremos al juicio investigador du, rante los mil años, ¿correcto? No podría haber mil años, durante el cual incluso juzgaremos a los ángeles (de acuerdo con las Es, crituras), si antes no hubiese tenido lugar el juicio preadveni' miento. Ideas distorsionadas acerca del juicio Algunas veces se ha retratado el juicio como un tiempo cuando los ángeles salen del cielo con calculadoras y suman todos nuestros actos buenos y todos nuestros actos malos. Y si tenemos


LAS BUENAS NUEVAS ACERCA DEL JUICIO

4.l)90 hechos buenos y sólo 4.080 hechos malos, entonces entra' IIlOS. Recuerdo que cuando era muchacho armaba aeroplanos en ,·1 aserrín, mientras mi padre y mi tío llevaban adelante sus reu, IlInnes evangelizadoras. Estaba agradecido de que mi apellido fue, 1.1 Venden y no Adams, porque, por supuesto, ¡Dios juzga alfabéti, 1,lIllente! Hemos comprendido muy mal el propósito de los libros de I\'glstro que Dios lleva y, por causa de ello, algunos han estado ,1II~iosos por excluir totalmente la idea de libros. Pero los libros ',"11 una enseñanza bíblica. Apocalipsis 3:5 nos habla acerca de dios: "El vencedor será vestido de vestiduras blancas, y no borraré ~II nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de llIi Padre y delante de sus ángeles". En las Escrituras se habla repe, II-Iamente de libros. Pero no necesitamos malgastar nuestro tiem, 1") tratando de resolver si ellos tienen encuadernación de lujo, o 1',~1 án en rústica, o preguntamos cuánto sabe Dios cerca de com, putadoras y microfilms. Los libros representan los registros que Dios guarda. Usted no puede ver a Dios despreciar los registros del mal, porque el diablo ha mantenido un registro de todos los pecados que nos ha hecho cometer, y dice: "¿Deseas guardar registros? Muy bien, te mostraré cómo llevar registros". Y Dios lleva un re, J.listro minucioso; no con el propósito de no permitimos el ingreso al cielo, sino con el fin de hacemos entrar en el cielo a pesar de las acusaciones del diablo. De acuerdo con las Escrituras, hay un juicio preadvenimien, lo. Apocalipsis 14:6 y 7 nos habla acerca de ello: "En medio del rielo vi volar otro ángel que tenía el evangelio eterno para predi, carlo a los habitantes de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo. Decía a gran voz: 'Temed a Dios y dadlc .. 1 ~"'. ,"~.!~le !:: hora de su juicio ha llegado. Adorad a aquel qllt' hi:u el Ciclo y la Ilerra, el mar y las fuentes de las aguas' ". No fue hasta el tiempo 51


NUNCA SIN UN INTERCESOR

del mensaje del primer ángel que las buenas nuevas podían in' cluir el mensaje de que la hora del juicio había venido, pero han sido eternas buenas nuevas que la hora del juicio de Dios haya llegado. Que Dios haya programado un juicio preadvenimiento para abrir los registros delante del mundo entero, antes que venga con la recompensa para cada persona, son buenas nuevas ahora y siempre 10 serán. Las malas nuevas explican las buenas Una de las razones por las que muchos están teniendo tribu, laciones en aceptar las buenas nuevas del juicio es que nunca han aceptado realmente las malas nuevas del evangelio. Es el legalista quien se queja de que la enseñanza del juicio investigador daña su seguridad. El legalista tradicional mira al juicio investigador y comienza a obrar para llegar a ser 10 suficientemente bueno para pasarlo. Su atención no está en jesús y su sacrificio todo suficien, te. Está en sí mismo y en sus propias obras. Su preocupación 10 muestra como un legalista, porque está mirando sus obras como la causa de su salvación, en lugar de mirar a jesús y 10 que ya ha he' cho. El "legalista evangélico" dice: "Es 10 que jesús hizo en la cruz 10 que nos salva". ¡Pero luego se engaña con el hecho de que inte, riormente todavía descansa en el sistema de salvación por obras cuando tiene que deshacerse del juicio investigador para conservar su seguridad! Si el sacrificio de jesús es la base de nuestra salva, ción y jesús 10 pagó todo, todo 10 que le adeudo, entonces no de, bería perturbar nuestra seguridad ni una jota que se investiguen nuestras obras. Olvidamos que el perdón es un don, no algo que podemos ganar o merecer de alguna forma. También olvidamos que la obediencia es un don, y que el único prerrequisito para re, cibir un don es entrar en relación con el Dador. El que está mi, rando a jesús, no sólo por perdón sino también por poder para 52


LAS BUENAS NUEVAS ACERCA DEL JUICIO vencer, puede continuar mirando a Jesús durante el tiempo del juicio, descansando en la seguridad de que quien "comenzó en vosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo" (FiI. 1:6). Entonces el juicio se convierte en buenas nuevas, por' que significa que podemos mirar hacia arriba y levantar nuestras vahezas, porque nuestra redención está cerca. Es posible hacer un estudio cuidadoso de la escritura profética l'l lllcemiente a este pilar de nuestra fe y poner al descubierto todo d apoyo bíblico para ello y, sin embargo, aún perder su significado para nuestras vidas. (A propósito, muchos de los aparentes pro, hlemas se resuelven fácilmente si recordamos que Daniel 7, 8 y 9 son una unidad -no Daniel 8 por sí solo--, y que se los debería l'studiar juntos.) Pero nuestra mayor necesidad como iglesia no es más erudición e investigación. Nuestra mayor necesidad es ex' pcrimentar el conocimiento personal de Jesús y la relación con (-1, de manera que podamos recibir sus dones de remisión y per, dón, de arrepentimiento y obediencia, incluso el don de la seguri, dad que viene de conocerlo y amarlo. Hay más involucrado en la salvación que la simple acepta' dón de una sola vez del sacrificio de Jesús. Es posible tener nues, tros nombres anotados en el libro de la vida, pero luego tener que horrarlos. Mateo 24: 12 y 13 dice: "Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Pero el que perseverare hasta el fin, este será salvo". Esta es la razón de por qué es necesa, rio el juicio preadvenimiento. Su propósito es revelar -no des, cubrir, sino revelar- a quienes no sólo aceptaron a Jesús, sino que continuaron aceptándolo día tras día, resistiendo hasta el fin. Serían malas nuevas para quienes no han llegado a ser vence' Jores tener sus nombres borrados del libro de la vida. Pero no soy yo el vencedor, lo es Jesús. Y si persevero hasta el fin en relacio, narme con él, él-verá en ello que yo también soy un vencedor. 53


NUNCA SIN UN INTERCESOR

Libre de la cárcel del diablo Quienes están interesados en los eventos de los últimos días deberían estar doblemente interesados en los mismos eventos finales. Se nos ha dicho que, en el fin, "habrá un solo interés prevaleciente, un solo propósito que absorberá todos los demás: Cristo, justicia nuestra" (Hijos e hijas de Dios, p. 261). Se predijo noventa años atrás que el último gran engaño de Satanás sería un ataque sobre el don de profecía a esta iglesia (vea Mensajes selectos, t. 1, p. 54). Y se nos ha dicho que otro de los últimos eventos sería el intento por desacreditar nuestra creencia en la doctrina del santuario (vea El otro poder, pp. 52-54). Hoy estamos viendo el cumplimiento de estas profecías. Pero cuando permitimos que el tema de Cristo nuestra justicia absorba al juicio investigador, cuando vemos cómo aún el juicio es parte de las buenas nuevas, ¡entonces estamos protegidos contra los engaños finales de Satanás! ¡La verdad protege! ¿No son buenas nuevas las de que ya estamos casi en el tiempo cuando seremos liberados de la cárcel del diablo? El Dios del cielo ha manejado la gran controversia de tal forma que vendrá el tiempo cuando el mismo Satanás, por su propia elección, caerá de rodillas y admitirá que Dios ha sido imparcial y justo. "El fin del conflicto", en El conflicto de los siglos, nos cuenta acerca de ese dramático momento. Ocurre al final de los mil años. Es en el momento cuando todos los que hayan vivido o muerto se encuentran por primera y última vez. Algunos estarán en el interior de la ciudad, mirando hacia afuera; otros estarán fuera de la ciudad, mirando hacia adentro. El enemigo es arrancado de la dimensión en la que ha estado operando, y los ojos de todos se fijan en él. Isaías 14:16 y 17 dice: "Se inclinarán hacia ti los que te vean; te contemplarán, diciendo: '¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos, que puso el mundo como un desierto, que asoló ')4


LAS BUENAS NUEVAS ACERCA DEL JUICIO

sus ciudades, que a sus presos nunca les abrió la cárcel?' ". Lo miraremos, quizá sobre alguna elevación, imponente por encima de multitudes de gentes, y diremos: "¿Es este el hombre?" Tan pronto Satanás se incline y admita que Dios es justo, se odiará a sí mismo por ello. Saltará sobre sus pies y se precipitará cntre los millones de seres tratando de incitarlos para un último intento de tomar la ciudad. Pero su poder habrá desaparecido. Ellos simplemente permanecerán quietos y fijarán la mirada en él. Nadie hará un movimiento. Entonces descenderá fuego del cielo, y el pecado y los pecadores no serán más. ¿Piensa usted que los que están dentro de la ciudad estarán gritando, arrojando sus sombreros al aire y batiendo tambores? No, porque allí afuera pueden estar algunos de sus amados. Y cuando usted se imagina a Dios mientras él ve el fin úl:!mo de millones de amados, ¿no puede ver sus lágrimas? Incluso Lucifer fue su hijo, su creación, el querubín cubridor. Y ~l l )1O~ pw,o en ei corazón de los padres y de las madres amar también al hijo o a la hija descarriado/a, ¿piensa que Dios amará menos a alguien? De manera que al mirar a la muchedumbre ese día, no piense que habrá mucha algarabía. Yo creo que podremos ver al Padre convulsionado en angustia. Podremos ver a Jesús sollozando. Los ;íngeles estarán llorando, y también nosotros lloraremos, mientras veamos al Padre diciendo adiós a sus amados hijos que rehusaron amarlo. Pero el Espíritu Santo, conocido como el Consolador, traerá el pañuelo y ayudará al Padre a enjugar sus lágrimas. Me gustaría estar allí. ¿A usted no? Será un tiempo terrible y solemne. Pero por causa de la forma en que Dios ha manejado el problema del pecado, sí, incluso en parte por causa de la justicia revelada a través del juicio investigador, es una escena que jamás se repetirá a lo largo de todas las edades de la eternidad. 55


POR ESO PUEDE TAMBIÉN SALVAR PERPETUAMENTE A LOS QUE POR ÉL SE ACERCAN A DIOS. VIVIENDO SIEMPRE PARA INTERCEDER POR ELLOS.

HEBREOS 7:25


En caso de que alguien le haya dicho que el juicio preadvenimiento, la única y singular enseñanza de los adventistas del séptimo día, no es bíblico, tengo buenas nuevas para usted. El juicio preadvenimiento, algunas veces llamado investigaJor, es tan bíblico como su Biblia. Y usted no encontrará una porción más bíblica que ésa. No fue algo fabricado por cierta gente desconcertada después de 1844 para ayudarlos a enfrentar

el gran chasco. Este juicio está predicho en Daniel 7, el cual fue escrito varios cientos de años antes del nacimiento de Jesús. Si todavía no ha leído 1844 hecho simple, de Clifford Goldstein, entonces tiene un gran privilegio aguardándolo. El muestra, sin referirse a ninguna fuente extrabíblica, cómo el juicio preadvenimiento está construido sobre un poderoso fundamento bíblico. He incluido un capítulo clave de ese libro en el Apéndice de éste (vea la p. 157). Le sugiero que lo lea detenidamente ahora. ¡Creo que lo impresionará!

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POR ESO PUEDE TAMBIÉN SALVAR PERPETUAMENTE A LOS QUE POR ÉL SE ACERCAN A DIOS. VIVIENDO SIEMPRE PARA INTERCEDER POR ELLOS.

HEBREOS 7:25


Me gustaría saber lo siguiente: ¿Está usted involucrado con aspiradoras? Yo he estado asociado con las aspiradoras la mayor parte de mi vida. Si retrocedo hasta mi niñez, me veo en uno de mis deberes de los viernes de tarde: pasar la aspiradora. Esto incluía encargarme de los accesorios eléctricos, las partes tapizadas y los cortinados; absolutamente todo. Algunas veces, cuando mi madre no estaba mirando, jugaba un poquito por los alrededores; lIsted sabe, tratar de chuparse las mejillas. Una vez traté de aspirar mis cejas, lo que no fue demasiado inteligente. Lo hice sobre mis cabellos, y no sabe cuánto tuve que lamentar esa única vez. Pero había una cosa que era bastante clara. Y era que cuando usted abandona el vestíbulo y trata de hacer una habitación más con el mismo enchufe, y el enchufe se sale de la pared, tiene un problema de corriente. Debe estar conectado a la corriente si quiere hacer el trabajo. Ahora bien, yo podría haber retrocedido y desenchufado el cable, y luego haber ido a la aspiradora y tratado de que funcionara poniéndola patas para arriba y haber empujando los cepillos rodantes para hacerlos girar. Todo esto sería muy estúpido. Sería un insulto a la fuente de energía si usted piensa que tiene que agregar algún esfuerzo a su capacidad. Ya sea que esté hablando acerca de la vid y las ramas, o de la aspiradora, o de los tranvías de San Francisco, usted no conseguir:í algo a menos que esté conectado con la fuente de poder. Lo


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cual nos lleva a un gran interrogante, el que a su vez ha conducido a una suerte de incomprensión acerca de Dios a través de los años. Mucha gente cree, basada en un conjunto de párrafos de El conflicto de los siglos, que durante el tiempo de tribulación que sigue al cierre del tiempo de prueba, los cristianos tendrán que vivir con sus propios poderes. ¿Ha oído alguna vez esto? ¿Ha oído que usted tendrá que vivir sin un intercesor? No deseo poner en duda los hechos básicos presentados en El gran conflicto. Pero me gustaría que reconsiderara el contexto, y lo que realmente significan las declaraciones. Algunos han llegado a concebir la idea de que vamos a necesitar una gran reserva de justicia en nuestras baterías, o suficiente justicia por hábito o momentánea, como una forma de guiamos a través de este tiempo, cuando seremos nuestros propios dueños. Esta es una grosera distorsión del mensaje real del evangelio. Puede conducir a un verdadero desánimo a la gente débil y a una sorpresa mayúscula a los más fuertes. De modo que me gustaría dedicarme a eso. Lo miraremos desde el punto de vista de una respuesta típica que he tratado de ofrecer en años anteriores, e incluso lo escribí en un libro. Le daré el intento de solución más primitiva, y luego la nueva aproximación que he descubierto recientemente. ¿Ha experimentado alguna vez que su cerebro se parte ampliamente con una idea enteramente nueva? Es una suerte de excitación, incluso puede ser exultante, especialmente si la idea es tan obvia que nota que ha estado demasiado ciego como para no verla antes. De cualquier manera, permítame echar una mirada a lo que significa vivir sin un intercesor. En primer lugar, necesitamos reconocer que ningún ser creado por Dios, ya sea un nacido pecador, un ángel no caído o al60


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guien no caído en un planeta distante, puede de manera alguna vivir con su propio poder. Es imposible. Nosotros no tenemos po~ der. No tenemos poder para vivir. No obstante toda nuestra ge~ nialidad y nuestra ciencia, la humanidad aún no ha llegado ni por cerca a producir vida. De modo que somos dependientes de Dios para cada latido de nuestro corazón (vea Hech. 17:28). También somos dependientes de Dios para la justicia (vea Dan. 9:7). Hemos aprendido tanto de la Biblia como de la dura experiencia personal que todos nuestros intentos de justicia se encaminan a producir sólo rasgos inmundos. De modo que, de~ pendencia es la palabra clave para los seres caídos y los no caídos. y no me diga que habrá un tiempo, durante el tiempo de tribula~ ción por venir, cuando viviremos en base a nuestra propia prepa~ ración. Es imposible. Ahora bien, esta idea de vivir sin un intercesor nos lleva a echar una mirada escritural a la idea de intercesión. Comence~ mas con Isaías 53, donde tenemos el famoso capítulo del sufri~ miento de Cristo. El fue herido por nuestras transgresiones y moli~ do por nuestras iniquidades. El versículo 12 dice: "Derramó su vi~ da hasta la muerte". Esto es lo que se dice de nuestro Salvador: "Y fue contado con los pecadores". Estas son buenas nuevas para los transgresores. "Habiendo él llevado el pecado de muchos y orado por los transgresores". De modo que Jesús, nuestro Señor, por causa de su muerte y lo que le ha seguido, es alguien que in~ tercede por los transgresores. Romanos 8:26 incluye a otro miembro de la Deidad, el Espí~ ritu Santo, como un intercesor: alguien que interviene cuando tenemos un problema. Note: "De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, pues qué hemos de pedir como con~ viene, no lo sabemos ..." Nosotros incluso no sabemos cómo orar correctamente. Estoy contento de que Dios reconoce esto, y de que nosotros podamos reconocerlo: "Pero el Espíritu mismo in~ 61


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tercede por nosotros con gemidos indecibles". De modo que el Espíritu Santo intercede en nuestra vida de oración. y mientras estamos en Romanos 8, no pasemos por alto el versículo 34: "Cristo es el que murió; más aún,el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros". Ahora vayamos a un texto interesante que es muy significativo en este contexto. Hebreos 7:25 dice: "Por eso puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios ... " ¿Existe alguien, o usted sabe de alguien, que necesite ser salvado perpetuamente? "Oh, yo justamente pertenezco a la clase de medio pecadores", podría decir alguien. No, cuanto más vamos a jesús y más nos damos cuenta de su presencia, más sabemos que necesitamos ser salvados hasta lo sumo. El texto continúa diciendo: "Viviendo siempre para interceder por ellos". ¿Por cuánto tiempo intercederá? ¿Vivirá para hacer intercesión por nosotros hasta el fin del tiempo de gracia? ¡No! No dice que intercede hasta el fin del tiempo de prueba. El vivirá para hacer intercesión por nosotros siempre. De modo que desechemos esa idea de que habrá un tiempo cuando no tendremos intercesor. Por supuesto, esto nos lleva a otra pregunta: ¿Qué quieren decir ciertas personas cuando hablan acerca de vivir sin un intercesor? Primero, permítame presentarle otras seguridades más del apóstol Pablo: "Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni principados ni potestades, ni lo presente ni lo por venir, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo jesús, Señor nuestro" (Rom. 8:38,39). Pablo arranca todos los impedimentos, recordándonos que nada puede separamos de jesús; y esto es verdad, excepto para la única persona que tiene la capacidad para separarme de jesús: yo 62


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mismo. En la medida en que Jesús está interesado, él todavía sostiene su promesa original: "Yo estoy con vosotros siempre". ¿Dice: "Incluso hasta el fin del tiempo de gracia"? ¡No! El dice: "Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mat. 28:20). Bien, que al menos le toque pasar el tiempo de prueba. Pero lo último que verifiqué: el fin del mundo es sólo el comienzo de la eternidad, donde él continuará "viviendo siempre para interceder por nosotros". ¿Quiere decir que él seguirá intercediendo por nosotros ya sea que esté dentro o fuera del santuario celestial, para siempre? ¡Sí! Ahora vayamos a otro texto, Daniel 12:1, que trata del fin del tiempo de prueba y del tiempo de tribulación cual no fue jamás. Note la expresión: "En aquel tiempo se levantará Miguel [o ( :nstn], el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pue!JIu' . ¿Los hijos de tu pueblo? De los de Daniel. ¿Quién fue Da!,ieU Uno del pueblo judío. ¿Cuál es la aplicación moderna? "Y '1 Vl}SotroS sois de Cristo, ciertamente descendientes de Abraham sllis, y herederos según la promesa" (Gál. 3:29). En otras palabras, Miguel, Cristo, se levanta por usted y por mí al fin del tiempo de gracia. No nos abandonará. Se parará por nosotros, así como lo estuvo el día cuando Esteban fue apedreado y él miró y vio los cielos abiertos y a Jesús de pie. ¡Jesús no estaba por sentarse! Jesús no está por sentarse al ver la tribulación que vendrá sobre su pueblo y sobre los hijos de su pueblo. Está parado por nosotros. ¿Se ve abandonado en ese momento? ¿Seremos dejados a nuestra propia suerte? De ninguna manera. Aquí vemos la realidad de la continua intercesión de Cristo por nuestra salvación. Nunca estaremos sin un intercesor por nuestra salvación. En otras palabras, Cristo continuamente efectúa la intercesión que nos salva del pecado y de la muerte. Para los seres no caídos, su intercesión los guarda de la muerte y de la caída. De modo que si llegamos a estar sin un intercesor, deberá ser 63


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por alguna otra cosa que por la salvación. Lo consideraremos en un momento. Mientras tanto, permítame una pequeña mirada a lo que significa ser un intercesor. "Cristo es el Sumo Sacerdote de la iglesia. Y él tiene una obra que hacer que ninguna otra persona puede realizar. Por su gracia, es capaz de guardar a todos de la transgresión" (Signs of the Times [Las Señales de los Tiempos], 14 de febrero de 1900). Parte de su obra en el cielo consiste en guardar a la gente de la transgresión. Los ángeles, los mundos no caídos y los santos que han aceptado su gracia están incluidos en su obra intercesora (salvación de caer). "Es tan necesario que Cristo nos mantuviera por su intercesión como que nos redimiera con su sangre ... A los comprados por su sangre, ahora los guarda por su intercesión" (Maau5cnto 73, 1893). Para mí esto claramente indica que su poder para guardamos de caer es exactamente tan necesario como su perdón. ¿Qué vemos aquí? Vemos perdón y poder disponibles. Los dos aspectos de la justicia de Cristo son perdón (imputado) y poder (impartido). Vemos justificación y santificación. Ambos están involucrados en su obra intercesora. "Cristo intercede en favor del hombre, y esa misma obra mediadora conserva también el orden de los mundos invisibles" (Mensajes para los jóvenes, p. 252). Mediador e intercesor son sinónimos. Su obra como intercesor incluye mantener libres de caer a los otros mundos. Esos mundos se han dado cuenta de que ellos no pueden guardarse de caer sin el constante poder de Dios. Adán descubrió, para nuestra gran pérdida, que no podía guardarse de caer sin el constante poder de Dios. Enfrentémoslo, hermano/a: necesitamos admitir que necesitamos a Jesús. Ningún ser creado es capaz de mantener su propio corazón latiendo o viviendo con justicia fuera de Dios; la idea de intercesión incluye tanto el perdón como el poder. 64


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Vivir sin un intercesor ha sido explicado por algunos de esta ti lrma: Quienes estén vivos cuando termine el tiempo de prueba habrán descubierto cómo permitir que Dios los conduzca a aceplar su poder de manera que no tengan que guardarse de caer nunca más. Esto deja fuera de acción al ministerio celestial, porque ya no se lo necesita para el perdón de los pecados. En otras palahras, existe un grupo de personas que vencerá porque han entendido plenamente el poder de intercesión de Cristo así como su perdón. Y cuando estas personas no estén pecando más, porque han aceptado el poder de Cristo, no necesitarán de su perdón. (Pero, sea como fuere, ¡esta gente aún necesitará de la interceNi(m de Cristo para el pasado así como para el poder!) Este concepto de estar más allá de la necesidad de intercelIión trae consigo sus problemas. Uno de ellos es que conduce a IIlgunas personas al perfeccionismo, y la preocupación por la perfi.'edón no es buena, porque enfoca nuestra atención en nosotros. La idea de que Jesús deja el santuario celestial y no tiene que perdonarnos más nos conduce a otro problema: ¿Para qué necesitumos su gracia justificadora y su perdón? Después de todo, eso no nos sirve para nuestra pecaminosidad presente. Todos tenemos un registro de ruta de viaje horroroso que enfrcntar. Los pecados nos han sido perdonados a través de la intercl'sión de Cristo. Pero si, después de millones de años en el país cl,lestial, alguien retrocediera y dragara nuestro pasado de las proflmdidades del mar, y si la intercesión de Cristo fuera removida, tlllcdaríamos hundidos y ahogados con ese mal registro para siempre.

¿Por qué es que Dios es capaz de tomar ese registro de ruta y tl'harlo en lo profundo del mar y no recordarlo nunca más? Sólo pI)r causa de la eterna obra intercesora de Cristo. Su continua Ill'ilcia justificadora tendrá cuidado de nuestro registro de ruta pa"lid a para siempre. Por lo tanto, si nunca pecara otra vez, desde 65


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ese momento en adelante, todavía necesitaría su intercesión, en términos de perdón, por causa de mi pasado. Así, necesitamos ser muy cuidadosos si pensamos suprimir su intercesión por perdÓn, a menos que deseemos estar de pie en la presencia de Dios con to, dos nuestros pecados pasados cargados sobre los hombros. En un intento por explicar "sin un intercesor" en un libro anterior, escribí algo similar a lo que he escrito arriba: "Dios nos habrá llevado por su gracia a un punto donde ya no necesitare' mos un intercesor para el perdón de los pecados, dado que ya se nos habrá dado la victoria. Pero siempre y para siempre necesita, remos su intercesión para obtener poder. Por supuesto, la razón de por qué ya no necesitaremos su intercesión por nuestra peca' minosidad es que habremos descubierto su intercesión para recibir poder". Suena bien. Estaba convencido. Pero esta idea trajo otro problema. ¿Qué sucede con la gente que viene a Cristo treinta minutos antes de que termine el tiempo de prueba? Ellos no habrán tenido un lapso de vida para ser transformados por la gracia y para llegar a ser vencedores. ¿Necesitarán algún perdón durante el tiempo fi, nal de tribulación? ¿Es posible que alguien pierda la paciencia y necesite perdón por simplemente desear darle un puñetazo a una persona de la Coalición Cristiana de derecha durante el tiempo de tribulación? El ladrón sobre la cruz no tuvo tiempo para crecer. ¿Estamos abriendo la puerta para algún tipo de cirugía indolora que se realizará a favor de estos justos muertos, quienes no termi, naron de crecer en Cristo, y por quienes viven y llegan treinta minutos antes de que se cierre el tiempo de prueba? (Ahora, no estoy sugiriendo que en el cielo continuará el pecar. No creo eso. Tres problemas que nos dan muchísima per, turbación --el mundo, la carne y el diablo-- serán eliminados para siempre cuando venga el cielo. Por otro lado, estaremos tan desencantados con el pecado y tan dominados por la constante 66


NUNCA SIN UN INTERCESOR dependencia de un Dios amante, visible, que nadie elegirá sepa, rarse de él otra vez para siempre.) Recientemente, alguien me mostró algo que me ayudó a en, tender exactamente lo que significan las declaraciones acerca de cstar sin un intercesor en el tiempo del fin. Fue una idea entera' mente nueva para mí. Miremos Apocalipsis 22: 11. Aquí tenemos una declaración que se efectúa cuando termina el tiempo de prueba, cuando Miguel se pone de pie: "El que es injusto, sea in' justo todavía; el que es impuro, sea impuro todavía; el que es jus' lo, practique la justicia todavía, y el que es santo, santifíquese más todavía". ¿Por qué se enumeran estos cuatro grupos aquí? Nunca antes lo había pensado. Porque Dios no dijo: "El que es justo, sea justo todavía; y el que es injusto, sea injusto todavía". En su lugar, habla de cuatro gnJpos distintos. La identidad del primer grupo es obvia: "El que es injusto, /lca injusto todavía". Es la persona que nunca aceptó la gracia jus' I ificadora de Dios, quien persistió hasta el final en resistir a las lIúplicas del Espíritu Santo; esta persona nunca fue cristiana y nunca intentó serlo. (En este grupo también encontrará a los upóstatas.) Luego: "El que es impuro, sea impuro todavía". Esto es intere, liante. Lo de,jaremos por un momento. "El que es justo. practique la justicia todavía". ¿Quiénes son éNtoS? Incluye al ladrón en la cruz. ¿Que él fue justo? Sí. Por causa de la justicia imputada de Jesús por él. Este grupo incluye a quie, nes aceptaron a Cristo treinta minutos antes del cierre del tiempo de prueba. ¿Son justos? Sí. Están cubiertos por la justicia de Cris, lo. El último grupo mencionado corresponde a los santos. "Y el que es santo, santifíquese más todavía". ¿Podría ser que aquí estu, vieran los 144 mil? Son los que han estado en el camino, y han crecido y experimentado los dos aspectos de la mediación o in, 67


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tercesión de Cristo: tanto el perdón como el poder. Son santos sólo porque son vencedores, y no cayeron más. No me uno al rango de quienes dicen que es imposible ven~ cer al pecado. Su Biblia hace claro que siempre ha habido poder disponible para vencer (vea Heb. 13:20, 21; 2 Coro 10:4,5). La victoria es posible antes de la segunda venida. Por el proceso de eliminación, es fácil ver quiénes son los "impuros" de Apocalipsis 22. Busqué la palabra impuro con la computadora en la concordancia bíblica. No hay muchos "impu~ ros" en la Biblia. Tiene que ver con quienes están tratando de producir su propia justicia, y todo lo que pueden producir son ras~ gos impuros (vea Isa. 64:6). Estas personas van en camino a per~ manecer impuras a menos que acepten la limpieza de Cristo. y quizás "impuro" pueda también incluir a quienes han aceptado la limpieza de Cristo, pero luego se apartaron y volvie~ ron al fango: los apóstatas. De cualquier manera, debe haber algu~ na razón por la que Dios indica aquí cuatro grupos distintos. Pues bien, ¿es posible que, justo antes de que Jesús venga, haya un grupo que no necesitará el perdón de Dios? Sí. ¿Necesita~ rán todavía la cruz y su gracia justificadora por su pasado? Sí. ¿Po~ drán sostenerse sin un intercesor por poder? No. ¿Puede alguien sostenerse sin un intercesor (ángeles, mundos no caídos o san~ tos)? No. Es imposible para cualquier ser creado sostenerse de caer sin un intercesor para la vida y para la salvación. Pues bien, ¿habrá algún momento, en algún sentido, en que este mundo estará sin intercesor? Aquí es donde me comienzo a sentir muy tonto, porque la respuesta es demasiado obvia. Oh, si pudiéramos leer con ojos abiertos en lugar de recordar lo que he~ mos oído en nuestra vida; si fuésemos semejantes a los bereanos y escudriñáramos para ver si estas cosas son así. ¿Le gustaría tener la respuesta? He aquí la respuesta para quienes piensan que estaremos sin 68


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un intercesor cuando Cristo arroje el incensario. ¡Mire la siguiente famosa cita y verifique el contexto! "Cuando él [Cristo] abandone el santuario, las tinieblas envolverán a los habitantes de la tierra. Durante ese tiempo terrible, los justos deben vivir sin intercesor, a la vista del santo Dios. Nada refrena ya a los malos y Satanás domina por completo a los impenitentes empedernidos". A la vista del santo Dios, el maligno se I (lma más furioso, exactamente como los dos endemoniados lo esluvieron en presencia de Jesús (vea Mat. 8:28, 29) "La paciencia de Dios ha concluido. El mundo ha rechazado su misericordia, despreciado su amor y pisoteado su ley. Los impíos han dejado l'Oncluir su tiempo de gracia; el Espíritu de Dios, al que se opusieran obstinadamente, acabó por apartarse de ellos. Desamparados ya de la gracia divina, están a merced de Satanás, el cual sumirá l'ntonces a los habitantes de la tierra en una gran tribulación final. Cuando los ángeles de Dios dejen ya de contener los vientos violentos de las pasiones humanas, todos los elementos de conI ención se desencadenarán. El mundo entero será envuelto en una ruina más espantosa que la que cayó antiguamente sobre JerulIalén ... El mismo poder destructor ejercido por santos ángeles l'uando Dios se lo ordena, lo ejercerán los ángeles malvados cuando él lo permita" (El conflicto de los siglos, pp. 671, 672). ¿Qué nos está diciendo este pasaje? Está hablando acerca de la Intercesión, la intervención que Dios ha manifestado para guardar 11 este mundo de caerse a pedazos. Eso llega a un fin. Cuando este mundo ya no tenga más un intercesor contra Satanás y los cuatro vientos sean dejados sueltos, todo el infierno se desatará. Esto es lo que significa cuando ambos, tanto los justos como los impíos, vivinin sin un intercesor. ¿Asustado? ¡Sí! ¿Estaremos aterrorizados? Probablemente sí. Porque aún somos humanos y todavía tenemos IIcntimientos. Recuerde el tiempo de angustia de Jacob. Será un tiempo de ansiedad. Pero no necesitamos ser devastados por eso. 69


NUNCA SIN UN INTERCESOR Si usted está entre el pueblo de Dios, probablemente estará en alguno de los siguientes tres lugares durante ese tiempo: O esta, rá en prisi6n (y no estará demasiado asustado, porque los ángeles vendrán y harán de la prisi6n un palacio), o estará peleando para llegar a las montañas y rocas, o ya estará escondido en las monta, ñas y rocas. Hay promesas para los hijos de Dios doquiera estén: en prisi6n, huyendo o en las rocas y montañas. Su pan yagua serán seguros (pero no galletitas de chocolate y golosinas). Y usted tendrá a su alrededor las fuerzas del cielo duplicadas, triplicadas y cuadruplicadas, porque los ángeles y el Espíritu Santo, quienes abandonaron al malvado porque el malvado los rechaz6, redoblarán su guardia alrededor del pueblo de Dios. ¿Solos? Nunca. ¿Sostenidos con nuestro propio poder? Jamás. (Dios también intervendrá por naso, tros por medio del envío de las siete últimas plagas, las cuales le darán al impío algo en qué pensar durante ese tiempo.) "El amor de Dios para con sus hijos durante el período de prueba más dura es tan grande y tan tierno como en los días de su mayor prosperidad; pero necesitan pasar por el horno de fuego; debe consumirse su mundanalidad, para que la imagen de Cristo se refleje perfectamente" (El conflicto de los siglos, p. 679). Evidente, mente Dios tiene un prop6sito para el estrés que tendrá que pasar su pueblo. Bajo tal estrés, quienes vienen a Cristo treinta minutos antes del fin del tiempo de gracia podrán crecer lo suficiente en tan corto tiempo como lo hicieron los demás en años. Bien, ¿qué hacen estas conclusiones por nosotros? Estoy agradecido de recibir, en mi coraz6n, que la intercesi6n y la mediaci6n de Cristo en mi beneficio, tanto por perd6n como por poder, con, tinuará inquebrantablemente para siempre. La única cosa que cuenta en este punto es: El Señor ya viene, ¿estamos listos? Si en este punto usted ha sido una víctima, semejante a algunos de nosÚ' tras, de la idea de que con el fin de estar listo y de prepararse debe

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comenzar a tratar de vivir una vida mejor, olvídelo. ¡Olvídelo! Ilay una sola cosa que deberíamos hacer para preparamos o estar listos: que nuestra "aspiradora" esté enchufada. Hacer que nuestro tranvía tenga su parte superior tocando la fuente de energía elécI rica. Conseguir que nuestras ramas estén unidas a la Vid. ¿Cómo hacerlo? Es tan simple, que los niños y las niñas pueden comprenderlo. Caiga de rodillas delante de su Biblia y estudie la vida de Cristo, y busque entenderlo como su mejor amigo. Eso es todo. Y si usted no tiene tiempo para eso, usted no tiene tiempo para vivir, ni incluso otro momento. Porque esta es la forma en que su obra inI ercesora acontece en nuestro beneficio. "Los que tardan en prepararse para el día del Señor, no podrán hacerlo en el tiempo de la angustia ni en ningún momento subsiguiente. El caso de los tales l'S desesperado" (El conflicto de los siglos, p. 678). "Debemos damos tiempo para orar. Si nos dejamos absorber por los intereses mundanos, el Señor puede damos ese tiempo que necesitamos, quitándonos nuestros ídolos, ya sean éstos oro, casas () tierras feraces" (El conflicto de los siglos, p. 680). ¿Por qué? Porque nos ama. ¿Admitiremos que lo necesitamos? ¿Admitirá que lo necesila? Retrocedamos hasta 1855. En ese año Frederick Whitefield escribió un canto de confesión y admonición. Y si usted se encuentra en el cuadro que él pintó, cántelo ahora.

Jesús, te necesito, pues soy tan pobre y vil; recorro, peregrino, un mundo muy hostil. Tu amor será mi apoyo; me anima ver tu faz; en medio del peligro descanso en tu paz.

Jesús, te necesito; muy pronto te veré, y en calles celestiales contigo andaré. y con los redimidos elevaré mi voz cantándote loores, mi Salvador, mi Dios. 71


POR ESO PUEDE TAMBIÉN SALVAR PERPETUAMENTE A LOS QUE POR ÉL SE ACERCAN A DIOS. VIVIENDO SIEMPRE PAM INTERCEDER POR ELLOS.

HEBREOS 7:25


7 VIVIENDO SIN PECAR He aquí una cita (El conflicto de los siglos, p. 425) que bien merece que nos detengamos a leerla: "Los que vivan en la tierra cuando cese la in, tercesi6n de Cristo en el santuario celestial de' berán estar en pie en la presencia del Dios san, to sin mediador [en el santuario]. Sus vestiduras deberán estar sin mácula; sus caracteres, purifica, dos de todo pecado por la sangre de la aspersión. Por la gracia de Dios y sus propios y diligentes esfuerzos [para continuar recibiendo la gracia de Dios] deberán ser vencedores en la lucha con el mal. Mientras se prosigue el juicio in, vestigador en el cielo, mientras que los pecados de los creyentes arrepentidos son quitados del santuario, debe llevarse a cabo una obra espe' cial de purificación, de liberación del pecado, entre el pueblo de Dios en la tierra. Esta obra está presentada con mayor claridad en los mensajes del capítulo 14 del Apocalipsis. "Cuando esta obra haya quedado consumada, los discípulos de Cristo estarán listos para su ve, nida".

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NUNCA SIN UN INTERCESOR

Cuando usted hace la pregunta: "¿Puede alguien vivir sin pecar?", por lo general obtiene una respuesta negativa o un gran signo de interrogación. Tanto es así que existe un libro, disponi~ ble en las librerías religiosas, How to Live the Victorious Christian Life [Cómo vivir la vida cristiana victoriosa], ¡escrito por un cristiano anónimo! (esta es la forma en que se describe al autor). Toda vez que usted discuta si una persona puede vivir o no sin pecar, usualmente una de las primeras preguntas es: ¿Quién pue~ de hacerlo? Quizá porque si no puedo pensar en alguien que algu~ na vez lo haya hecho, entonces eso me saca la presión. En Apocalipsis 14:12 notamos que el grupo de gente que vi~ ve en tiempos de la segunda venida de Jesús tiene paciencia y guarda los mandamientos de Dios. No dice que lo enseñan o que simplemente lo creen o lo aprueban. Dice que lo guardan. De manera que es importante para quienes vivan en el tiempo del fin estudiar el tema de vencer el pecado. Cuando discutimos de vencer el pecado, hablamos acerca de lo que le sucede a la naturaleza pecaminosa. No hablamos de pecados desconocidos. Esto es competencia del Espíritu Santo. Estamos discutiendo de vencer pecados conocidos. Recuerde que "ningún apóstolo profeta pretendió haber vivido sin pecado. Los hombres que han estado más cerca de Dios, los hombres que estuvieron dispuestos a sacrificar la vida antes de cometer a sa~ biendas un acto pecaminoso, los hombres honrados por Dios con luz divina y poder, confesaron la pecaminosidad de su natu~ raleza. No pusieron su confianza en la carne, no pretendieron poseer justicia propia, sino que confiaron plenamente en la justi~ cia de Cristo" (Los hechos de los apóstoles, p. 463) Aunque Juan dice que si nosotros decimos que no tenemos pecado, nos enga~ ñamos a nosotros mismos, también dice: "Estas cosas os escribo para que no pequéis" (1 Juan 2:1). Es posible vencer pecados co~ nacidos incluso aunque todavía tengamos naturalezas pecamino~ 74


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sas e incluso aunque aún podamos tener pecados desconocidos en nuestras vidas. De modo que en nuestro estudio de vencer el pecado, limi, ternos nuestro pensamiento al área de los pecados conocidos. Me gustaría darle algunas evidencias de que debemos acep' tar algo más que el perdón, de que también debemos aceptar el poder de Cristo. El Deseado de todas las gentes, en la página 509, dice: "La justicia de Cristo no es un manto para cubrir pecados que no han sido confesados ni abandonados; es un principio de vida que transforma el carácter y rige la conducta". ¿Le suena a algo semejante en adición al perdón? El tomo 1 de Mensajes selec, tos dice esto: "Nadie puede cubrir su alma con el manto de justi, cia de Cristo mientras practique pecados conocidos, o descuide deberes conocidos" (p. 429J El Deseado de todas las gentes, página 278: "La intervención del tentador no ha de ser tenida por excu, sa para cometer una mala acción. Satanás se alegra cuando oye a los que profesan seguir a Cristo buscando excusas por su deformi, dad de carácter. Son estas excusas las que inducen a pecar. No hay disculpa para el pecado. Un temperamento santo, una vida semejante a la de Cristo, es accesible para todo hijo de Dios arrepentido y creyente". Palabras de vida del gran Maestro, página 257: "Pero el amor de Dios no lo induce a disculpar el pecado. No lo disculpó en Satanás; no lo disculpó en Adán o en Caín; ni lo disculpará en ningún otro de los hijos de los hombres. El no tolerará nuestros pecados ni pasará por alto nuestros defectos de carácter. Espera que los venzamos en su nombre". ¿Son claras estas citas? Usted sabe que, de haber sido posible, nos habría sido mucho más confortable adoptar algunas de las excusas habituales para nuestros pecados, errores y problemas. Pero usted no puede hacerlo y enfrentar la verdad en la Palabra de Dios (vea Heb. 13:20,21). No minemos el modelo de verdad de Dios hacia abajo, hacia nuestro nivel de realización. 75


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¿Puede alguien vivir sin pecar? La respuesta se SI. Jesús lo hizo. De acuerdo con Hebreos 4:15, él "fue tentado en todo se, gún nuestra semejanza, pero sin pecado". Y 1 Pedro 2:22 dice que "él no cometió pecado ni se halló engaño en su boca". Y la propia declaración de Jesús en Juan 16:33 es: "Confiad, yo he vencido al mundo". Esta no es una declaración pretenciosa, por, que Jesús no se adjudicó el crédito por haber vencido. Dio el crédito a su Padre (vea Mat. 19:17). Mateo 19 habla de un joven que vino a Jesús y dijo: "Maes, tro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?" (v. 16). Note lo primero que Jesús le dice: "¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino uno: Dios". Jamás olvidemos que Jesús vino para vivir su vida gracias al poder de su Padre, no con su propia fortaleza. De modo que Jesús le recordó al joven, y a nosotros hoy, que vino para ser un ejemplo para nosotros de cómo vivir nuestras vidas. La vida de victoria que Jesús vivió mientras estuvo en la tie, rra fue vivida de la misma manera que nosotros la podemos vivir. Hemos sido advertidos contra tratar de especular sobre la natura' leza de Cristo, en dos formas: en tratar de imaginarnos cómo pu, do haber nacido sin pecado siendo de parentesco humano, o so' bre cómo pudo haber sido tentado en todo punto semejante a nosotros (¿TV? ¿Drogas? ¿Golpear a su esposa cuando ni siquiera tuvo una esposa?). No gaste su tiempo en estos dos puntos. Pero también se nos ha dicho que la humanidad de Cristo es un tópi, co extremadamente importante y maravilloso. ¿Qué hay de ma, ravilloso en ello? Es maravilloso cuando podemos darnos cuenta de que Jesús vivió su vida como hombre, no como Dios. Aunque había nacido Dios, no usó su propio poder divino para vivir su vida. El dijo: "No puedo yo hacer nada por mí mismo" (Juan 5:30). Vivió dependiendo de un poder superior, y nosotros pode, mos vivir de la misma manera. 76


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No necesito que se me diga que no tengo algún poder dentro de mí para vencer el pecado. Pero necesito darme cuenta de que el poder que Jesús tuvo de lo alto también está disponible para mí. De modo que cuando Jesús dice que no hay nadie bueno sino sólo uno, y que ese uno es Dios (vea Luc. 18:19), estaba incluyendo en esa declaración la idea de que la bondad vista en su vida venía de su Padre, y que ese es el mayor indicio para responder a la pregunta de si se puede o no vivir sin pecar. ¿De qué modo se respondió a la pregunta de si alguien puede vivir sin pecar? Jesús lo hizo. ¿Podemos nosotros con el énfasis en nosotros mismos? La respuesta es NO. Romanos 8:7 dice que la mente pecaminosa no se sujeta a la ley de Dios, ni siquiera puede. Romanos 3:23 dice que todos hemos pecado. De modo que no podemos vivir sin pecar. Romanos 3:10-12 declara que no hay justo ni siquiera uno; sí, ni uno. No hay nadie que haga el bien. Todos nos hemos descarriado del camino, y hasta que no nos demos cuenta de nuestra condición desesperada, no existen posibilidades para nosotros de vivir sin pecar. De este modo llegamos a un extraño enigma, un misterio. En 2 Corintios 10:4 y 5 se dice que nosotros podemos obedecer (vea también Heb. 13:20,21). De un modo u otro la gente que está sin esperanza e incapaz de producir obediencia puede llegar a ser obediente. Jesús vivió sin pecar. Nosotros no podemos, ¡pero debemos poder! Apocalipsis 3:5 es justamente un ejemplo de un hilo dorado que corre a todo lo largo del último libro de la Biblia: "El que venciere ... " Vencer es una de las últimas cosas que vislumbramos mientras miramos la Biblia. Es una de las últimas realidades concernientes al pueblo que vive justo antes de que Jesús venga otra vez. ¿Cómo es posible? Vea a la mujer arrastrada hasta Jesús y a los hombres con piedras, listos para hacer su perversa obra. Jesús le dice a ella: "Ni yo te condeno". Yen la presencia de su amor y 77


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comprensión, los fariseos desaparecen. Entonces le dice: "Vete, y no peques más". Jesús le otorga el equilibrio apropiado. Ella no necesita sentirse condenada, pero ya no necesita continuar pecando. Es posible vivir sin pecar, y no necesitamos hundimos en la desesperación tratando de figuramos quién lo ha hecho. Los hermanos Wright no decidieron que era posible sobre la base de quién lo había hecho. Si lo hubieran pensado, habrían continuado trabajando en su negocio de bicicletas. Tratar de decidir la verdad sobre la base de la experiencia es algo muy peligroso. Se llama "existencialismo", y lo conducirá al error. La verdad debe ser decidida sobre la verdad. Medimos nuestra experiencia por la Palabra de Dios: nunca medimos la Palabra de Dios por nuestra experiencia. Si vivir sin pecar es posible para nosotros, ¿cómo es posible? Primero, sin Jesús no podemos hacer nada: Juan 15:5. Pero a través de él podemos hacer todas las cosas: Filipenses 4:13. De manera que el gran paso sería ponerse en contacto con Jesús para entrar en esa relación y compañerismo con él. En 1 Juan 1:9 dice: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiamos de toda maldad". De modo que debemos llegar al punto de admitir nuestra necesidad, o confesar que somos pecadores. Y Judas 24 dice: "A aquel que es poderoso para guardaros sin caída y presentaros sin mancha". El poder está disponible para guardamos de caer, como también para perdonamos por las veces cuando no hacemos uso de ese poder mientras estamos creciendo. "Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo" (2 Coro 10:4,5). ¿No le suena bueno esto? ¿No son bue78


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nas nuevas que Dios tiene disponible algo más que sólo perdón, y que también desea damos poder para obedecer, para vencer? ¿Puede alguien vivir sin pecar? Sí, Jesús lo hizo. ¿Podemos nosotros? No ¿Debemos? ¡Sí! ¿Es posible? ¡Sí! ¿Cómo? De la misma manera que Jesús lo hizo: dependiendo de él como él de, pendió de su Padre. Volvamos atrás y hagamos la misma pregunta de una manera un poco diferente. ¿Jesús venció pecados conocidos? La respuesta es obviamente SI. ¿Puede Jesús vivir su vida en mí? "Oh", dice alguien, "¡eso es panteísmo!" ¡No, no lo es! El panteísmo piensa que Dios está en el árbol, en la flor, en la roca. ¡Eso es panteísmo! Dios en usted no es panteísmo sino una bue, na enseñanza bíblica. Juan 6:56: "El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él". De manera que Cristo puede habitar en nosotros. Juan 14:17: "El Espíritu de verdad ... vive con vosotros y estará en vosotros". El Espíritu Santo puede habitar en nosotros. Juan 14:20: "En aquel día vosotros conoce, réis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vaso' tros". Juan 15:5: "El que permanece en mí y yo en éL." Y Juan 15: 7: "Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vaso' tros, pedid todo lo que queráis y os será hecho". Esto nos da un indicio de cómo es que Cristo habita en nosotros. Es a través de su Palabra. Salmos 119: 11: "En mi corazón he guardado tus di, chos, para no pecar contra ti". Y Mateo 26:41: "Velad y orad pa, ra que no entréis en tentación". De modo que es a través del es, tudio de la Biblia, a través de la oración, que Cristo habita en nuestros corazones. Y cuando Cristo habita en nuestros coraza' nes, entonces tenemos victoria y poder. Sólo mientras Cristo ha, hita dentro estamos capacitados para vencer el pecado. Jesús es nuestro abogado con el Padre y es paciente con no, sotros mientras tratamos de entender lo que significa vencer el pecado. Pero también nos presenta el desafío: "Estas cosas os es, 79


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cribo para que no pequéis. Pero si alguno ha pecado, abogado te~ nemos para con el Padre" (1 Juan 2:1,2). ¿Puede alguien vivir sin pecar? Jesús 10 hizo. ¿Podemos noso~ tras? No, no podemos. ¿Debemos? Sí. ¿Cómo? De la misma ma~ nera como Jesús 10 hizo: confiando en un poder por encima de nosotros. Tan pronto como estemos dependiendo de él, se nos dará la victoria y el poder para obedecer. Y él nos conducirá exactamente tan firmemente como él es capaz, si continuamos en compañerismo con él día a día, hasta el momento cuando de~ penderemos totalmente de su poder todo el tiempo. Y cuando llegue ese tiempo, viviremos sin pecar, porque Jesús estará vi~ viendo en nosotras.

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POR ESO PUEDE TAMBIÉN SALVA PERPETUAMENTE A LOS QUE POR ÉL SE ACERCAN A DIOS. VIVIENDO SIEMPRE PARA INTERCEDER POR ELLOS.

HEBREOS 7:25


La Biblia dice bien claramente que nadie podría jamás decir que está sin pecado. "Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros" (1 Juan 1:8). Cuando hablamos de vencer pecados conocidos, no estamos hablando de estar sin pecados. Si una persona fuera ca, paz de dejar de pecar hoy, todavía no estaría sin pecado por causa de su naturaleza pecaminosa. Pero he oído a la gente decir que jamás alguien realmente vence el pecado, porque el apóstol Pablo, uno de los más grandes cristianos que alguna vez vivió, dice: "Yo soy el primero de los pecadores" (vea 1 Tim. 1:15). Ellos asumen, por esta declara, ción, que Pablo está diciendo: "Yo me mantengo pecando todo el tiempo". Pablo ofrece plenitud de evidencias, en otros lugares, de que él conoce la victoria a través del poder de Dios. Pero él 110 pretende impecabilidad, y nadie hoy día lo podrá pretender si realmente conoce el poder de Dios en su vida para vencer el pe, loado. "Nadie que pretende santidad es realmente santo. Quienes están registrados como santos en los libros del cielo no están en, terados del hecho, y son los últimos en hablar de su bondad" (The Faith 1 Live By, p. 140). Aunque jamás pretenderemos estar sin pecado, todavía te' nemos la oportunidad disponible para vencer los pecados conoci, uos. Es posible, es necesario, es nuestro privilegio y es el propósi, to de Dios para nosotros. 83


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Permítame darle un ejemplo acertado de una lógica y un razonamiento simples, escrito por Meade McGuire, uno de los santos de antaño. "Hay muchos pecados de los cuales creemos que deben ser interrumpidos. Todos afirmamos que el borracho, el adúltero, el asesino o el la, drón deben vencer esos pecados o se perderán. No les permitimos dejar de cometerlos gradualmente, o les damos muy pocos años o meses en los cuales ganar la victoria, sino que decimos: Usted debe parar de una buena vez. La pregunta es: ¿Puede parar de una buena vez? Si es así, ¿por qué no puede cualquier pecado, y todos los peca' dos, dej ar de ser cometidos de una buena vez? Sin embargo, por lo general son los así llamados pecados menores los que persisten. Pero si los más grandes pueden dejar de ser cometidos de una buena vez, ¿por qué no los más pequeños? Miles de personas están agotadas de pecar habi, tualmente y suspiran por dejar de hacerlo. Pero no saben cómo". Pienso que la mayoría de nosotros concuerda en que sería ridículo decirle al asesino: "Bien, en realidad usted nunca vence, rá esto, pero mientras más lo odie, todo estará bien". Y, ¿debería haber algún modelo diferente para otros? ¿Cómo hacer para vencer pecados conocidos? ¿Cuánto tiempo requerirá? Supongo que en este punto podríamos unimos al rango de las personas poderosas y decir: "Bien, si usted sabe que es pecado, ¡quítelo!" Pero la persona débil dice: "He tratado, pero no puedo quitarlo". La persona fuerte replica: "Puedes si 84


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l'res realmente sincero en desear quitarlo". Y de esta manera a la Ill'rsona débil se le da la carga adicional de ser considerado no Nincero así como también pecaminoso. Me gustaría recordarle que si la religión de Jesucristo, y el poder de Dios, no es lo sufí, l'Íentemente bueno para la persona más débil del mundo, no es hueno para nada. Se nos dice en 1 Juan 5:4 que "esta es la victoria que ha ven, ~ ¡do al mundo, nuestra fe". Yen el libro Patriarcas y profetas, pági, lIas 712 y 713, dice que toda falla de parte del pueblo de Dios se debe a su falta de fe. De modo que la fe debe ser de importancia primaria en la comprensión de cómo vencer los pecados conoci, dI )s. Lo que necesitamos recordar es que la fe nunca es algo en lo que nos ocupamos o algo que elaboramos. Nunca se autogenera. Es una cualidad espontánea que resulta de conocer a Dios. Por lo I anto, no ponemos nuestra atención en conseguir fe, prestamos atención en conocer a Dios, y la fe llega naturalmente. La fe siempre fluye a partir de la relación de fe. La fe es un don (vea Efe. 2:8), y la forma de recibir un don consiste en entrar en rela, l'i(¡n con el único que es dador del don. Si sigue este razonamien, lo a todo lo largo de su conclusión lógica, entonces usted ya no estará involucrado en un esfuerzo por guardarse de pecar. Su atención no estará en su comportamiento, menos aún en tratar de hacer que usted tenga fe. Usted mirará totalmente a Jesús, en la relación de fe con él, yel resto vendrá como cosa natural. Dentro de esa relación de fe, me gustaría sugerirle varias wsas que suceden en la vida de la persona a quien Dios está conduciendo para vencer el pecado. Para aquellos que desean saber cuánto tiempo lleva todo esto, puedo recordarles que eso no puede ser respondido por medio del calendario. El "cuánto tiempo" de vencer el pecado es dependiente, no del tiempo, si, no de las condiciones en la vida cristiana, y estas varían con ca, da individuo. 85


NUNCA SIN UN INTERCESOR tory in

Christ [Victoria en Cristo], nos da las siguientes perspecti-

vas para pelear la batalla correcta: "Por un largo tiempo traté de obtener la victoria sobre el pecado, pero fallaba. Hasta que no hace mucho aprendí la razón. En lugar de hacer la parte que Dios esperaba que yo hiciera, la cual podía hacer, estaba tratando de hacer la parte de Dios, la cual él no esperaba que yo la hiciese, y que no podría hacer. Primeramente, mi parte no consiste en obtener la victoria, sino en recibir la victoria que ya ha sido ganada para mí por Jesucristo. " 'Pero', preguntará usted, '¿no habla la Biblia acerca de soldados, guerras y batallas?' Sí, ciertamente que lo hace. '¿No se nos dice que debemos esforzamos por entrar en ella?' Seguramente lo estamos haciendo. 'Bien, ¿entonces qué?' Sólo esto: deberíamos estar seguros de qué batalla estamos peleando, y por qué cosa nos estamos esforzando. "Como hombre, Cristo peleó la batalla de la vida, y conquistó. Como mi representante personal, él ganó esta victoria para mí, y de ese modo su palabra para mí es: 'Confiad, yo he vencido al mundo' Ouan 16:33]. Por lo tanto, puedo decir con profunda gratitud: 'Gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo' [1 Coro 16:57]. Mi dificultad se debía a esto: que yo no le prestaba atención al hecho de que la victoria es un don, ya ganado y listo para ser otorgado a todos los que deseen re88


VENCIENDO PECADOS CONOCIDOS

cibirlo. Yo asumía la responsabilidad de tratar de ganar lo que él ya había ganado para mí. Eso me hacía fallar. "Esta victoria es inseparable de Cristo, de él mismo, y cuando aprendí a cómo recibir a Cristo como mi victoria a través de la unión con él, entré en una nueva experiencia. No quiero decir que no tenía algunos conflictos, y que no he co, metido algunos errores. Lejos de ello. Pero mis conflictos han sucedido cuando las influencias fueron desplegadas para llevarme e inducirme a perder mi confianza en Cristo como mi Salva, dor personal, y a separarme de él. Mis errores han sido cometidos cuando he permitido que al, go se interpusiera entre mí y él para impedirme mirar a su bendito rostro con la mirada de la fe. Cuando fijo mis ojos sobre el enemigo, o sobre las dificultades, o sobre mí mismo y mis fallas pasadas, me desanimo y fallo en recibir la victo, ria. Por lo tanto, 'Mirar a Jesús' es mi lema. La batalla que estoy peleando es 'la buena batalla de la fe', pero las armas de esta guerra no son carnales. No creo en mí mismo, y por lo tanto no tengo confianza en mi propio poder para vencer el mal. Me oigo diciéndome a mí mismo: 'Mi poder se perfecciona en la debilidad', y de esa manera someto mi ser entero a su control, permitiéndole obrar en mí 'tanto el querer como el hacer'. Y cuando actúo en base a la fe de que él hará esto en el camino de la victoria, no me defrauda. Por vivir su vida de victoria en mí, él me da la victoria" (pp. 25,27). 89


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Jesús dijo la misma cosa en Mateo 23: "¡Hipócritas!, porque limpiáis lo de afuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de. injusticia" (v. 25). "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es" (2 Coro 5:17). Lo que a menudo hemos hecho ha sido tratar lo más arduamente posible de ser nuevas criaturas antes de tratar de estar en Cristo. "Todo el que permanece en él, no peca" (1 Juan 3:6). Pero nosotros hemos estado gastando tiempo y energía tratando de "no pecar", cuando se supone que el tiempo, el esfuerzo y la energía debería estar dirigido a habitar en él. ¿Lo seguirá en todo? ¡Qué verdad fantástica! Y sin embargo parece ser un punto muy difícil de atrapar por la mente humana, y realizamos esfuerzos desesperados, parcialmente por causa del odio del corazón humano, mientras acariciamos la idea de que podemos hacerlo por nosotros mismos. No es verdad que Jesús lo hace todo, porque Jesús no puede buscarse a sí mismo por nosotros. Aquí es donde nuestra voluntad, nuestra fuerza de voluntad, y nuestro esfuerzo hu, mano tienen que dirigirse en busca de Jesús y en el logro de una creciente relación con él día tras día. El no lo hace todo. El no puede buscarse a sí mismo por nosotros. Pero Jesús ha prometido que si buscamos relacionamos con él, él obrará para guardamos de caer. Y lo que Jesús ha prometido, es capaz de concretar. El no necesita mi ayuda para eso. De modo que es crucial, al llegar al punto de vencer el pecado, que entendamos claramente la diferencia entre la batalla de la fe y la batalla del pecado. 4. La cuarta condición para vencer pecados conocidos es damos cuenta de que la relación de fe continua requiere servi, cio y superación. "La fuerza para resistir al mal se obtiene mejor mediante el servicio agresivo" (Los hechos de los apóstoles, p. 90


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86). "Los que sirvan a otros serán servidos por el príncipe de los pastores. Ellos mismos beberán del agua de la vida y serán satisfechos. No desearán diversiones excitantes, o algún cam~ hio en su vida. El gran tema de su interés será cómo salvar las almas que están a punto de perecer" (El Deseado de todas las Rentes, p. 596). "El esfuerzo por hacer bien a otros se tornará en bendiciones para nosotros mismos. Este fue el designio de Dios, al darnos una parte que hacer en el plan de la reden~ ción" (El camino a Cristo, p. 78). "Todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará" (Mar. 8:35). Si no estoy involucrado en la testificación, la superación y el servicio a otros, es inevi~ table que pronto o más tarde tenga que admitir que soy un cristiano derrotado, incluso en términos de vencer el pecado. 5. Otro punto principal dentro de las condiciones para vencer los pecados conocidos es saber que Dios nos justifica. No nos condena. "Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condena?" (Rom. 8:33, 34). A propósito, permítame respon~ der esa pregunta. ¿Quién es el que condena? Es Satanás, aun~ que el hombre a menudo se une a él en su obra de condena~ ción. ¿Alguna vez condenó a alguien, ya sea consciente o inadvertidamente? ¿Alguna vez se ha sentido condenado por alguien? Se ha comprobado, incluso sicológicamente, que la con~ denación tiene dentro de sí algo que mantiene a la persona atada en los mismos problemas y casi lo fuerza a continuar dentro de ellos. Es la atmósfera de aceptación amante -lo opuesto de condenación- lo que da a la gente la habilidad para crecer más allá de sus propios problemas. Esto es algo que los padres tienen que aprender a menudo. Algunas veces los cónyuges matrimoniales también tie~ nen tribulaciones de aprendizaje. Pero la condenación casi


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fuerza a una persona a continuar lo que está haciendo. Esta es la razón por la cual Pablo, cuando vio la diferencia entre la batalla de la fe y la batalla del pecado, inmediatamente percibió la idea con la que comienza Romanos 8: "Ahora, pues, ninguna condenación hay". Ahora, cómo un Dios de justicia, quien odia el pecado, quien en la persona de Jesús podía estremecerse hasta el mismo pensamiento y retroceder ante la presencia del pecado, todavía puede amar al pecador y no condenarlo, es quizás un misterio para el entendimiento humano. Pero él no condena. Así lo dice la Biblia. 6. Otra condición es saber cómo habitar en Cristo; no solamente cómo ir a él en primer lugar y descargar mis problemas sobre él, sino cómo permanecer en ese estado. "Todo el que permanece en él, no peca" (1 Juan 3:6). Es tan simple. No se complique con otros significados. Lea la Biblia como ella la lee. "Si moramos en Cristo, si el amor de Dios mora en nosotrós, nuestros sentimientos, nuestros pensamientos, nuestros propósitos, nuestras acciones, tienen que estar en armonía con la voluntad de Dios" (El camino a Cristo, pp. 60, 61). Esta no es una condición que prevalezca al momento en que una persona se convierte en cristiana. No sucedió de la noche a la mañana para Abrahán o Elías el Tisbita, o para los discípulos o para muchos otros. Habitar en Cristo significa más que la experiencia inicial de la conversión. Estamos hablando acerca de aprender a confiar en su poder y su fortaleza en lugar de nuestro propio poder y fortaleza. No podemos realizar esto. Sólo el Espíritu puede realizarlo por nosotros. No podemos librarnos a nosotros mismos de la autodependencia. Sólo podemos consentir en que Cristo haga el trabajo (vea Palabras de vida del gran Maestro, p. 123), dando nuestro consentimiento para continuar la relación con Jesús día tras día. Pero mientras continuamos con él, él nos conducirá a una de-


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pendencia más y más constante de él y menos y menos de nosotros mismos. 7. Con el fin de experimentar y entender la victoria sobre los pecados conocidos, debemos conocer la amante presencia de Dios. Como un escudo contra la tentación y el pecado, nada es más grande que la sensación constante de la presencia de Dios. Veamos cómo obra esto en nuestra vida diaria. Digamos que tengo un problema con el alcohol, estoy sediento y tomo mi automóvil y me voy al bar más cercano. Soy débil. No puedo evitarlo. Pero mientras manejo hasta el estacionamiento, veo por el espejo retrovisor que mi presidente de asociación viene en su auto detrás de mí. Yo pensaba que era débil, pero repentinamente soy fuerte. Giro en U y regreso a mi casa. Usted ve a dos adolescentes en el parque. La luna está brillando. Están abriéndose paso en la difícil lucha contra la tentación. Son débiles. Repentinamente ven acercarse unas figuras que se recortan contra la luz, son su madre y su padre. Ellos pensaban que eran débiles, ¡ahora son fuertes! ¿Qué hace la diferencia? La presencia de alguien que cuida. Quizás estos ejemplos están basados en cierta medida sobre el temor. Pero el amor es mucho más poderoso que el temor, así como los cielos son más altos que la Tierra. Si estoy casado y soy fiel a mi esposa sólo en base al temor, entonces si hago un viaje al otro lado del mundo, a 10.000 km de mi casa, estaré libre del temor porque su presencia no existe. Pero si tengo una matrimonio basado en una relación de amor, puedo alejarme 10.000 km y todavía seguir siendo fiel. El amor recorre una gran distancia. El amor de Dios también obra a grandes distancias. Es la amante presencia de Dios, no su presencia condenatoria, lo que nos rodea y nos da el poder para vencer el pecado. En el li93


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bro La educación, página 255, dice: "Como escudo contra la tentación e inspiración para ser puros y sinceros, ninguna in, fluencia puede igualar a la de la sensación de la presencia de Dios". "No hay lugar a donde podamos volar", dice un antiguo himno, "donde no esté la presencia de Dios". Y si nos damos cuenta de eso, habrá una gran diferencia, ¿no es verdad? 8. y finalmente, la última condición para vencer pecados conocidos es damos cuenta de lo que el pecado hizo a Jesús. Si sólo pudiéramos damos cuenta constantemente de lo que el pe, cado le hace a él, qué diferente obraríamos. Vea a Pedro maldi, ciendo y lamentándose al lado del fuego. Está tratando de de' fenderse. Está mirando más allá de Jesús. Pero repentinamente sus ojos son dirigidos hacia el rostro de Jesús, y cuando ve la mi, rada de piedad y desconsuelo en ese rostro, se da cuenta de que aparte de todas las espinas, los escupitajos y bofetadas, ha sido él quien más duramente que toda la multitud ha tratado a Jesús. En la mirada de Jesús no hay censura, no hay condenación, no hay enojo. Y el corazón de Pedro se quebranta. Recuerda qué maravilloso amigo ha sido siempre Jesús, cuán leal y verdadero. Recuerda cómo había prometido defender a Jesús no mucho antes de este momento, y se da cuenta de que le ha fallado totalmente. Se da cuenta de lo que su pecado ha hecho con su mejor Amigo. ¿Le gustaría unirse a mí en un clamor al cielo para que Dios nos ayude a ver lo que nuestros pecados le han hecho a Jesús? Y si eso no ocurre, nada lo hará. No es extraño que se nos haya dicho que deberíamos gastar una hora de profunda meditación cada día en la contemplación de la vida de Cristo, especialmente las escenas finales. Porque mientras veamos lo que nuestros pecados han hecho con Jesús, eso será lo que nos disuada poderosamente de pecar. Me gustaría pedirle que haga una decisión, en su propio 94


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corazón, con respecto a lo que usted va a hacer con Jesús. ¿Se decidirá a buscar tener, por la gracia de Dios, una vida perso, nal significativa con Dios, saber lo que significa caer sobre sus rodillas delante de la Palabra de Dios día tras día de manera que pueda aprender a conocer a Jesús y darse cuenta de su pre, sencia amante en su vida?

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POR ESO PUEDE TAMBIÉN SALVAR PERPETUAMENTE A LOS QUE POR ÉL SE ACERCAN A DIOS. VIVIENDO SIEMPRE PARA INTERCEDER POR ELLOS.

HEBREOS 7:25


Jesús enseñó acerca del juicio investigador. Si las profecías de Daniel y el Apocalipsis le parecen complicadas, si concuerda con Pedro en que los escritos de Pablo son difíciles de entender, si su conocimiento de griego comienza y termina con el simple hecho de que agápe es una cierta clase de amor, ¡entonces hay buenas nuevas! El mayor Maestro del mundo que alguna vez co, noció el mundo, enseñó acerca del juicio investigador tan sim' plemente que incluso un niño puede entenderlo. Las enseñanzas de Jesús son tan al punto y al instante como las noticias radiales de hoy día. Y si a usted le gustaría obtener información, hoy o mañana, acerca de alguna clase de asunto cotidiano dentro de la iglesia, las enseñanzas de Jesús vienen exactamente al punto. Mateo 22:1 es el lugar por donde comenzaremos a mirar una de las enseñanzas de Jesús: el tema del juicio investigador. "Res' pondiendo Jesús, les volvió a hablar en parábolas". Note nueva, mente el método de instrucción favorito de Jesús: parábolas. En Marcos 4:34 va un poco más para decir que "sin parábolas no les hablaba". Continuemos con el versículo 2 de Mateo 22: "El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo una fiesta de bodas a su hijo". ¿Qué significa la frase "el reino de los cielos"? Es otra frase para salvación por la fe. En El gran conflicto, página 395, se nos dice que, "en muchas de sus parábolas, Cristo emplea la expre' sión 'el reino de los cielos' para designar la obra de la gracia divi, 97


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na en los corazones de los hombres". De manera que una cosa importante a observar en esta parábola es que enseña acerca de la salvación por la fe. y el reino de los cielos es semejante a un cierto rey que reali, zó una boda para su hijo. Si usted quisiera saber más acerca de este casamiento, vaya a Apocalipsis 19:9: "El ángel me dijo: 'Es, cribe: "Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero" , ". En el contexto de Apocalipsis 19, usted encontrará el tiempo predicho cuando el Cordero -Jesús--- se encuentra con su novia -la iglesia- y tiene lugar el casamien, too Esto se refiere a los últimos eventos, justo antes de que Jesús venga de nuevo, y al tiempo de su venida. Ahora volvamos a Mateo 22. El "envió a sus siervos a lla, mar a los invitados a la boda, pero éstos no quisieron asistir. Vol, vió a enviar otros siervos con este encargo: 'Decid a los invitados que ya he preparado mi comida. He hecho matar mis toros mis animales engordados, y todo está dispuesto; venid a la boda'. Pe, ro ellos, sin hacer caso, se fueron: uno a su labranza, otro a sus negocios; y otros, tomando a los siervos, los golpearon y los mata, ron" (vs. 3,6). Aquí tiene, en el marco de los días de Jesús, el re' cordativo al pueblo judío de que sus padres habían tratado ruda' mente a los profetas. Ser profeta era una ocupación de alto ries, go, y las tumbas de los profetas eran el recordativo de ese hecho. Versículo 7: "Al oírlo el rey, se enojó y, enviando sus ejérci, tos, mató a aquellos homicidas y quemó su ciudad". lA qué se estaba refiriendo Jesús aquí? Era una predicción de la destruc, ción de Jerusalén, la cual ocurrió en el 70 d.C. Versículos 8 y 9: "Entonces dijo a sus siervos: 'La boda a la verdad está prepara' da, pero los que fueron invitados no eran dignos. Id, pues, a las salidas de los caminos y llamad a la boda a cuantos halléis". Aquí usted tiene el evangelio yendo a los gentiles y al resto del mundo en los días de la iglesia apostólica. 98


LAS MALAS NUEVAS ACERCA DE LAS BODAS Invitaciones para buenos V malos "Entonces salieron los siervos por los caminos y reunieron a todos los que hallaron, tanto malos como buenos, y la boda se llenó de invitados" (v. 10). Estas son buenas nuevas para todos, ¡no es cierto? Nadie es dejado fuera. Ya sea que usted fuese un fariseo o un publicano. Jesús está determinado a hacer todo lo posible para urgirlos a venir a la boda. Jesús hizo toda lo posible cuando estuvo aquí para alcanzar a todos; él alcanzó a María Magdalena y la sacó de su vida de pecado. Alcanzó a Simón el fariseo y le mostró su necesidad de salvación. Amó a fariseos, sa~ duceos, prostitutas, ladrones y clases trabajadoras. Envió la invi~ tación a todos, tanto malos como buenos, y dicha invitación también nos habría incluido a cada uno de nosotros. La boda es~ taba surtida de invitados. Pero ahora la trama se complica. En los días de Cristo era costumbre para una persona adinerada, un rey en particular, que cuando preparaba una boda para su hijo, enviara no sólo la invi~ tación sino también un vestido de bodas para la persona invita~ da. Esto resolvía un montón de problemas. ¿Puede usted imaginar recibiendo una invitación para las bodas del hijo del rey? ¿Qué es lo primero que diría su esposa? "¿Qué me voy a poner?" Para ellos, el problema estaba resuelto. De manera que no había dife~ rencia si usted era rico o pobre, si usted vivía en un palacio o en un gueto. Incluso los más pobres que habían recibido una invita~ ción para las bodas del hijo del rey, podían ir vestidos como mi~ Ilonarios. El rey se comprometió en grandes gastos para proveer las vestimentas de bodas. Si alguien fuera a exhibirse en el casa~ miento sin el vestido de bodas, sería un insulto para el rey, un insulto para el hijo del rey y, en cierto sentido, todo el reino sen~ tiría la afrenta. Con esto en mente, vayamos al versículo 11: "Cuando entró 99


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el rey para ver a los invitados, vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda". Evidentemente, el rey vino a ver a los invita~ dos antes de que comenzara la cena de bodas de su hijo. El rey viene a ver a los invitados -a examinar a los invitados-; ¿po~ dríamos ir un poco más lejos como para decir que viene a "in~ vestigar" a los invitados? "Cuando entró el rey para ver a los invi~ tados, vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda". Bien, dice usted, probablemente estaba vestido con su traje de sábado. O quizá con su equipo de jogging. O con remera musculo~ sa y vaqueros Levis. No, estaba desnudo. Vayamos a Apocalipsis 3:17. La gente a quien le falta la justicia de Cristo es desventura~ da, miserable, pobre, ciega y ¿qué? Desnuda. De modo que el hombre tuvo la audacia de mostrarse desnudo en la boda. Escrituralmente, por más que se desempeñara con acierto, para él sería como tener algún rasgo inmundo, porque todas nuestras justicias son como trapos de inmundicia (Isa. 64:6). Pe~ ro notemos cómo lo trató el rey. Versículo 12: "Y le dijo: 'Amigo' ". ¿No son buenas nuevas? El dijo: " 'Amigo, ¿cómo entraste aquí sin estar vestido de bodas?' "¿Hubo algún malentendido? Tú debes haber recibido la invitación, porque estás aquí. ¿Pero qué sucedió con el vestido de bodas? ¿No te llegó a tiempo la enco~ mienda? ¿Tienes alguna explicación? ¿Querrías decir algo?" El rey lo trató con dignidad.

Él se quedó mudo La Biblia dice que el hombre se quedó mudo. Por lo general, la gente inteligente se queda callada cuando no tiene nada que decir. Y fue sólo entonces que el rey dijo a los siervos: "Atadlo de pies y manos y echadlo a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes" (v. 13). Y el rey también debe de haberse puesto a llorar. "Pues muchos son llamados, pero pocos escogi~ dos" (v. 14). 100


LAS MALAS NUEVAS ACERCA DE LAS BODAS Todos hemos sido invitados a la cena de bodas del Cordero. Los amigables brazos de la cruz aún señalan el camino al país ce, lestial, y Jesús pagó por todos. Cuando Jesús inclinó su cabeza y murió, adquirió el derecho a perdonar, incluso, a quien en lo fu, turo nacería y aceptaría su perdón. La invitación, y nuestra aceptación de esa invitación, es lo que está involucrada en la justificación por la fe. "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe" (Efe. 2:8, 9). Sin embargo, la invitación a las bodas y la aceptación de esa invitación no es la única parte del relato. También está el vestido de bodas. Más aún, no es suficiente que el hijo del rey tenga puesto un vestido de bodas. Cada uno y todo invitado debe llevar un vestido de bodas, o se encontrará a sí mismo en las ti, nieblas de afuera en lugar de estar en la cena de casamiento. ¡Y esas sí que serían malas nuevas! El examen, la investigación por parte del rey, incluye más que chequear para ver quién ha res, pondido a la invitación. También está mirando quiénes llevan puesto el vestido de bodas. Volvamos a Apocalipsis 19:6,8 para encontrar lo que es el vestido de bodas. "Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas y como la voz de gran, des truenos, que decía: 'Aleluya, porque el Señor, nuestro Dios Todopoderoso, reina. Gocémonos, alegrémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente (pues el lino fino significa las acciones justas de los santos)' ". 101


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Algunas otras versiones dicen, acertadamente: "Y el lino re' presenta las buenas obras de los consagrados" (Nueva Biblia espa, ñola); "Ese lino es la recta conducta de los que pertenecen al pue, blo de Dios" (Dios habla hoy); "El lino simboliza las buenas aedo, nes de los santos" (El libro del pueblo de Dios). Pero espere un minuto. ¿Puede alguien, santo o cualquier otro, producir justicia? ¿Pueden los santos producir acciones buenas? Jeremías 23:6 dice que el Señor es nuestra justicia. De modo que cualquier clase de hecho bueno o justicia que usted ve en los santos es porque el Señor está obrando. Pero note que esta justicia en Apocalipsis 19 no es su justicia en mi lugar. No es una justicia sustitutoria; es su justicia vivida en la vida. Así, este vestido de bodas representa la segunda fase de la salvación sólo por fe: el área de la santificación, o el vivir la vida cristiana, o la obra que Dios desea hacer en nosotros. Por honor al rey De manera que cuando el rey viene a examinar a los invita' dos, ve que hay un hombre que no tiene puesto el vestido de bo, das. Evidentemente, el hombre deseó la invitación, deseó estar en el casamiento, pero se había rehusado a ponerse el vestido de bodas. "Entre los que aceptaron la invitación, había algunos que sólo pensaban en su propio beneficio. Vinieron para disfrutar del banquete, pero no con el deseo de honrar al rey" (Palabras de vida del gmn Maestro, p. 251). Permítame parafrasear esto. Había algunos que estaban interesados en ingresar ellos mis, mos al cielo, pero no tenían deseos de aceptar la justicia de Cristo en sus vidas, honrarlo. "Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" (Mat. 5:16). ¿Me conduce por sendas de justicia por el honor debido a qué nom102


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bre? Por el honor de su nombre. Si su propósito primario para ser un cristiano es conseguir por usted mismo ir al cielo, nunca llegará. Por supuesto, debería, mos estar interesados en llegar al cielo. Pero una vez que hemos aceptado a Jesús, nuestra llegada al cielo es cierta. Ahora bien, existe una necesidad mucho mayor: honrar y glorificar al Rey y a su Hijo. "El vestido de boda de la parábola representa el carácter pu, ro y sin mancha que poseerán los verdaderos seguidores de Cris, to... Este manto, tejido en el telar del cielo, no tiene un solo hilo de invención humana" (Palabras de (Iida del gran Maestro, pp. 252, 253). Por favor, note que la santificación -Cristo viviendo su vida en mí por medio del Espíritu Santo-, la obediencia, la victoria y el vencer no tienen en sí mismos ningún hilo de in' vención humana. Todo lo que debemos hacer es aceptarlos como regalos. "Por su perfecta obediencia ha hecho posible que cada ser humano obedezca los mandamientos de Dios. Cuando nos sometemos a Cristo, el corazón se une con su corazón, la volun, tad se fusiona con su voluntad, la mente llega a ser una con su mente, los pensamientos se sujetan a él; vivimos su vida. Esto es lo que significa estar vestidos con el manto de su justicia" (lbúl.., p.253). El poder para vivir como Jesús vivió, en dependencia de Dios, está disponible para nosotros. Es posible para nosotros po' nemos el vestido de bodas, aceptar la justicia de Cristo en nues, tras vidas, y así llevar honor y gloria al Rey del cielo. Una vez salvo siempre salvo tanto tiempo como se mantenga salvo Algunos años atrás estaba de novio con una bella señorita. Ella vivía en San Franc.isco, y yo vivía en Los Angeles. Llegó el día que habíamos concordado en llegar a ser esposo y esposa. 103


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Manejé hasta San Francisco, donde sus padres estaban preparan~ do el casamiento. Mientras estábamos delante del predicador, éste dijo: "¿Lo prometes?" Y yo dije: "Sí". y luego le preguntó a ella: "¿Lo prometes?' Y ella contestó: "Sí". Entonces él dijo: "Es~ tán casados". Después del casamiento, ella se fue a su casa con sus parien~ tes, y yo me volví a Los Angeles. Dos años más tarde algunas personas me preguntaron: "¿Están casados?" y yo dije: "Sí". Ellos me dijeron: "Nunca hemos visto a su esposa". y yo repliqué: "Tampoco yo la he visto por dos años". "¿Le escribe?" "No". "¿La llama por teléfono?" "No". "¿Y ustedes están casados?" Yo dije: "Sí. Tengo un certificado que lo prueba". Y ellos me dijeron: "¡Sería mejor que lo verifique!" A propósito, ésta es una parábola. Pero si alguien tuviera que investigar mi matrimonio bajo tales condiciones, encontraría que tal matrimonio ya no existe. Hay gente que se ha unido a la iglesia veinte años atrás, ha aceptado a Jesús, pero no ha hecho nada más al respecto desde entonces. Una investigación muy bien podría revelar que su salvación está seriamente cuestionada. Creemos en "una vez casados, siempre casados", siempre que se mantenga casado. Y creemos que "una vez salvo, siempre salvo",

siempre que se mantenga salvo. El matrimonio se basa en una relación. Cuando no hay más relación, no hay más matrimonio. La salvación también se basa en una relación, y sin esa relación y comunicación, la salvación ya no existe (vea Juan 17:3; Mat. 7:23). Hoy somos cristianos si 104


LAS MALAS NUEVAS ACERCA DE LAS BODAS tenemos una relación actual con Jesús. Y quienes perseveren hasta el fin en esta relación con Cristo, también serán vencedores. De modo que cuando el Rey viene a examinar a los invitados, viene a revelar quién ha perseverado hasta el final y quién ha llegado a ser un vencedor. Pero, sin embargo, no soy un vencedor "Bien", dice usted, "no me está yendo muy bien en ese asunto. Aún no he llegado a ser un vencedor. Todavía caigo y caigo". Me gustaría recordarle que vencer es un área exclusiva de Dios; no es suyo. La obediencia es un área de Dios. Viene por la sola fe en Jesucristo. No es algo que ganamos; es algo que recibimos. La victoria no es algo por lo cual nos esforzamos, por lo cual tratamos o trabajamos duro para conseguirlo. Es algo que viene como un subproducto de la relación de fe. Vestirse la vestimenta de bodas es simplemente aceptar el don que Dios nos ha dado: santificación, de la misma manera como recibimos el don de la justificación. Incluso el mundo cristiano de hoy está todavía aguardando oír estas buenas nuevas. Es parte de nuestro mensaje especial como el pueblo remanente. Sin embargo, muchos de nosotros continuamos trabajando duro, tratando de ser vencedores. Esta es la razón por la que no somos vencedores: porque no podemos trabajar por un don. Tratar de ganar un don es un insulto al dador. El vestido de bodas es gratis. El Rey mismo lo ha provisto para nosotros. Todo lo que necesitamos hacer es aceptarlo.

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POR ESO PUEDE TAMBIÉN SALVAR PERPETUAMENTE A LOS QUE POR ÉL SE ACERCAN A DIOS. VIVIENDO SIEMPRE PARA INTERCEDER POR ELLOS.

HEBREOS 7:25


He aquí uno de los textos favoritos del diablo. El ha resal, tado este pasaje con su marcador amarillo por mucho tiempo. Aparentemente, muchas personas han crecido en el camino cristiano como yo lo hice, con sus mentes encerradas bajo llave en la típica interpretación de Apocalipsis 3:5: la interpretación del comportamiento. De esa manera, prestemos atención a este texto y entremos en el corazón del asunto; tratemos de enten, der lo que está diciendo y lo que no está diciendo Apocalipsis 3:5. He aquí el texto: "El vencedor será vestido de vestiduras blancas, y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles". En una primera lectura suena como que debemos vencer nuestros pecados con el fin de ser vestidos con vestiduras blancas, no ver borrados nuestros nombre del libro de la vida y para que Je, sús confiese nuestro nombre delante de su Padre y delante de sus ángeles. Justamente aquí está la gran piedra en el camino. "No estoy venciendo mis pecados lo suficiente, Señor, de modo que probablemente no alcance a hacer tiempo para conseguir la vestidura blanca e impedirte que borres mi nombre". Esto puede llevar a una persona al desánimo, porque cual, quier condición que tengamos que enfrentar, que no podamos enfrentar, va en camino a llevarnos al desánimo. De modo que, comencemos adecuadamente por la primera 107


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frase del Apocalipsis 3:5 y veamos si podemos entender este texto. "El vencedor... " ¿Qué venció? El texto no puede estar hablando acerca de vencer nuestros pecados. Eso es algo que el texto no dice. Porque si tenemos que vencer nuestros pecados para mantener nuestros nombres en el libro, somos semejantes a la persona cuya bocina del auto no funciona y, aproximándose a la puerta del taller mecánico, encuentra un cartelito que dice: "¡Toque bocina para que lo atendamos!" ¡Estaríamos sin esperanza y sin ayuda! Y sin embargo muchos de nosotros gasta tiempo y malgasta esfuerzo tratando de vencer sus pecados. Cuando recuerdo todos los esfuerzos para vencer que he practicado en el pasado, desde mis años de adolescente en adelante, me resulta fatigoso siquiera pensar en ello. Tenía siete pecados al mismo tiempo. Y estaba trabajando duramente con ellos, cuando alguien me envió una lista de cien más para vencer. Esto es lo que puede desanimarnos. Por lo tanto, algo que no está diciendo el texto es que tengamos que vencer los pecados de las siete iglesias a las cuales se refiere. Supongo que, contextualmente, podríamos decir: "Bien, está hablando de todas esas manifestaciones del mal en las siete iglesias del Apocalipsis". No, nosotros no venceremos al mal. Nosotros nunca lograremos vencer al mal en cualesquiera de sus manifestaciones. Santiago 4:7 dice: "Resistid al diablo". Pero nos dice cómo. Resistimos al diablo por "acercarnos a Dios" y someternos a Dios. Pero nosotros, porque sí, nunca venceremos al mal en alguna de sus manifestaciones. De modo que de lo que el texto está hablando es acerca de vencer el problema real del pecado: vivir separados de Dios. Y se refiere a la persona que puso a Jesús como prioridad máxima en su vida diaria. Por favor note, en el texto, la diferencia entre una interpretación centrada en el comportamiento (vencer nuestros pecados o malos comportamientos), y una centrada 108


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l'n la relación (venciendo el problema de relación en vivir una vida aparte de Dios). Ahora bien, si por la gracia de Dios respondo a su invita, ción para vencer el Pecado, singular (una vida vivida aparte de Dios), y comienzo a acercarme a Dios y a permanecer con Dios día tras día, entonces recibo una promesa. Este texto incluye algo por lo cual deberíamos estar verdaderamente agradecidos: "Será vestido de vestiduras blancas". De manera que aquí hay buenas nuevas: Si sé lo que significa dejar de vivir aparte de Jesús día a día, estoy en camino de ser vestido con vestiduras blancas. Lo cual nos conduce a la siguiente pregunta: ¿Qué es lo que no dice el texto? En su interior descansa un problema, porque es sorprendente cuánta gente identifica esta vestidura blanca in, mediatamente como la justicia de Cristo para nosotros, la justifi, cación. Leí no hace mucho tiempo atrás, en un libro conocido, que la vestidura blanca es la justicia de Cristo para nosotros. La llamamos justicia imputada. Pero esto no es lo que se menciona aquí. Esto no es lo que el texto está diciendo. Está hablando de la justicia de Cristo en no, sotros -la justicia impartida de Cristo--, la santificación. Per, mítame darle una evidencia escritural para esto: Apocalipsis 19:7 y 8. Hablando de la novia, la esposa del Cordem viniendo a las bodas, dice: "Gocémonos, alegrémonos y démosle gloria, por' que han llegado las bodas del Cordero y su esposa se ha prepara, do. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente (pues el lino fino significa las acciones justas de los santos)". Esto en la versión Reina,Valera. En otras versiones, como lo hemos visto en el capítulo anterior, también se enfatiza la idea de actos, hechos, buenos. Obviamente, este texto se está refiriendo a la justicia de Cristo obrando en la vida, en hechos y acciones, lo cual llamamos justicia impartida. Esto es poderosa, mente bíblico. 109


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El libro Palabras de W:la del gran Maestro lo clarifica en el ca, pítulo llamado "Ante el tribunal supremo". Notemos un puñado de líneas: "El vestido de boda de la parábola [se refiere a Mat. 22] representa el carácter puro y sin mancha que poseerán los verdaderos seguidores de Cristo" (pág. 252). No dice "tendrán que" o "deben" poseer. Dice: "El carácter puro y sin mancha que poseerán los verdaderos seguidores de Cristo". (Aquí hay una promesa.) "Este manto, tejido en el telar del cielo, no tiene un solo hilo de invención humana" (p. 311). Ninguna de nuestra obras están mezcladas en todo el tej ido. Es totalmente un manto de Dios. El pasaje pasa a describir, en detalle, lo que es el manto: "Cuando nos sometemos a Cristo, el corazón se une con su cora, zón, la voluntad se fusiona con su voluntad, la mente llega a ser una con su mente, los pensamientos se sujetan a él; vivimos su vida. Esto es lo que significa estar vestidos con el manto de su justicia" (p. 253). Así, poniendo Apocalipsis 3:5 junto con esto, podemos concluir que el asunto real es tratar de vivir una vida victoriosa separados de Dios día tras día. Pero si vencemos sobre dicha ten' dencia humana, la promesa es que seremos vestidos con su justi, cia impartida, la cual obrará en la vida. Esto claramente se refie, re a un cambio de carácter. Si la primera parte del texto se estu, viera refiriendo a que nosotros vencemos nuestros pecados, en, tonces nunca conseguiríamos llegar a la segunda parte y al manto blanco. Porque ser vestido con vestiduras blancas es la manera como vencemos nuestros pecados. Hay un interesante texto en Apocalipsis 16:15, el cual reali, za una apelación muy personal. Jesús está hablando acerca de su segunda venida y dice: "Yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela y guarda sus vestiduras, no sea que ande desnudo y vean su vergüenza". De nuevo, en el Apocalipsis, las vestiduras 110


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son la justicia de Cristo obrando en la vida. A esto necesitamos prestar atención: qué estamos permitiendo que Dios haga para vencer nuestra tendencia a vivir separados de él, y para proveernos de este manto celestial de manera que no estemos desnudos y no seamos avergonzados. Otro texto que incluye el mismo pensamiento se encuentra en 1 Juan 2:28: "Ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados" ¿Cuál es la clave? ¿Cuál es el secreto para no ser avergonzados en su venida? Habitar en él. ¿Qué significa esto? Mantenemos en relación con él día tras día. y esto es lo que está involucrado en vencer, de modo que podamos ser vestidos de blanco. De esto habla Apocalipsis 3:5. La siguiente parte de Apocalipsis 3:5 dice: "Y no borraré su nombre del libro de la vida". Lo cual indica que en algún momento fueron ingresados nuestros nombres en el libro de la vida. He oído decir que nuestros nombres están escritos en el libro de la vida desde el día en que nacimos. Pero no pienso así. La evidencia es que nuestros nombres son registrados en el libro de la vida cuando aceptamos a Cristo, o cuando profesamos aceptarlo. He aquí un par de líneas del libro El conflicto de los siglos, las cuales indican cuándo se escriben nuestros nombres en el libro de la vida: "El libro de la vida contiene los nombres de todos los que entraron alguna vez en el servicio de Dios" (p. 534). En las páginas 537 y 538 del mismo libro se clarifica que aquellos nombres que serán dejados o borrados del libro de la vida son los de quienes creyeron en Jesús. Y en la página 481 se hace referencia a la investigación de los casos "de los que en todos los siglos han profesado ser discípulos de Cristo". i Incluso los que meramente profesaron ser cristianos están registrados en el libro de la vida! Es muy interesante que Dios irá hasta las últimas consecuencias en su preocupación por conseguir que cada uno entre a su reino. 111


NUNCA SIN UN INTERCESOR

Que nuestros nombres estén escritos en el libro de la vida, involucra mucho más que el hecho de que nuestros nombres lo estén en los registros de la iglesia. Justamente aquí entramos en un territorio interesante. Recientemente nuestra congregación fue convocada a una reunión administrativa. Estábamos tratando de aceptar lo que algunos de los feligreses ya nos habían dicho: que ya no estaban más interesados. No nos habían mantenido informados de su dirección, su número telefónico, cómo ubicar~ los o cualquier otro dato. Por lo general, tales personas suelen clasificarse como miembros extraviados y, finalmente, son borra~ dos como miembros de iglesia. Bien, en el proceso de considerar estos nombres en la reunión encontramos que quienes habían confeccionado la lista de miembros habían cometido algunos errores. Habían listado al menos a una mujer como extraviada cuando ella había sido la que nos dio la bienvenida a la iglesia esa misma mañana. Estoy contento de que tuviéramos la reu~ nión y la encontráramos. Algunas veces nos movemos demasiado apresuradamente para quitar los nombres de la gente de los regis~ tras de la iglesia. ¡Pero Dios no comete errores! ¡Y él no desea quitar nuestros nombres del libro de la vida! En otros tiempos hemos sido demasiado apresurados para ingresar nombres en los registros de la iglesia. Leí un libro que alguien me alcanzó los otros días. En efecto, lo leí de un tirón. Y realmente tuve sentimientos encontrados, porque el libro es per~ tinente. Se llama Ten Who Left [Diez que apostataron] (escrito por Fred Comforth y Tim Lale [Boise, Pacific Press, 1995]), y presenta la historia de diez personas que abandonaron nuestra iglesia. Hacia el final, el libro dice: "Este libro podrá dejarlo eno~ jada, triste, confundido o temblando". Me identifiqué con todo lo de arriba. Mientras leía el libro, me destrocé en pedazos. Tenía un prefacio escrito por el secretario de nuestro presidente de la División Norteamericana, y estaba casi totalmente centrado en 112


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la iglesia. El libro reconoce, por lo que los autores han dejado traslucir, que muchos ven a la iglesia sólo como más que un club social, y la dejan porque alguien no fue simpático con ellos. Elli~ hro señala que en esa línea puede haber tanto como dos millones de ex adventistas en Norteamérica. ¡Dos millones! Nuestra membresía actual es de 10 millones de miembros, y sólo el 50% de ellos asiste a la iglesia una vez al mes. El libro ilustra que muchos adventistas miran su religión co~ mo extremadamente centrada en el comportamiento. Este libro demuestra uno de nuestros problemas más grandes: simplemente tratar de conseguir que más personas entren en la iglesia. Algu~ nas veces, en nuestro apresuramiento, llevamos gente a la iglesia por razones equivocadas. Para los diez interrogados estaba esta pregunta entre otras: "¿Qué piensa usted cuando oye la palabra 'salvación'?" Una persona respondió: "Ser salvado". "¿Cómo consigue salvarse?" "No lo sé" (23 años). Mientras leía el libro, me dolía el corazón al darme cuenta de que por demasiado tiempo nuestro énfasis primario ha estado en ridiculizar a los católicos, conseguir que todos guarden los diez mandamientos, vayan a la iglesia el sábado y luego bautizar~ los. Sin embargo nos maravillamos de que haya dos millones de ex miembros y de por qué muchos de los borrados sienten que fueron manipulados para unirse a la iglesia. Estábamos examinando el problema de los miles de borra~ dos de la iglesia en nuestras reuniones administrativas. Y voy a asumir una posición firme. No pienso que la mayoría de quienes dejaron la iglesia estuvieran adentro. No creo que alguna vez hayan estado adentro, porque pienso que una vez salvado, casi siempre salvado (verifique esto en su Biblia). Por favor, incluya la palabra casi. Creo que alguien que realmente viene a Cristo -al~ 113


NUNCA SIN UN INTERCESOR

guien verdaderamente convertido y que entra en una relación con Jesús- encontrará muy, pero muy difícil dejarlo. Creo que una persona que no conoce esa experiencia encuentra muy fácil dejarlo, porque para él la iglesia no es nada más que un club so.. cial. Entonces la pregunta que debemos hacemos es: Estos borra.. dos, ¿son la clase de gente que respondía a la religión centrada en el comportamiento, quienes gustan de ver a los católicos calcina' dos, y quienes piensan que deben guardar los mandamientos por su propia rígida disciplina? Después de un tiempo, esa clase de religión es desabrida. Si nuestro propósito primario es conseguir gente que guarde todos los mandamientos, sea autodisciplinada, la gente responderá con una voluntad de hierro. Pero ellos se cansarán después de algún tiempo. Debe haber algo más que eso. La gente débil tratará de responder, pero abandonarán rápida, mente porque no pueden estar por mucho tiempo agregando hi, pocresía a las fallas. Si usted lee este libro, Ten Who Left, encontrará representa' da una sección de gente semejante a algunos que usted ha cono' cido. Ellos nunca estuvieron adentro. Sus parientes nunca lo es, tuvieron, y muchos de los educadores a donde ellos fueron a estu' diar nunca lo estuvieron. ¿Qué significa vencer el Pecado de vivir la vida aparte de Cristo? Significa entrar en relación con Dios, con Jesús, lo cual es todo a lo que se refiere la experiencia cristiana. Si esta no es la verdad primaria del mensaje de nuestra iglesia, entonces no so' mas nada más que un club social. Yeso explica por qué hemos perdido más miembros de los que hemos conservado. ¿Que esto lo pone triste? Sí. ¿Que lo deja confundido? Sí. ¿Que lo hace temblar? Sí. ¿Que le da rabia? Sí. ¿Cuándo iremos al encuentro del llamado a despertar? y luego, hacia el final del libro, leí: "Tenemos un grupo es' 114


APOCALIPSIS 3:5 PARA PECADORES

pecial al cual alcanzar: las personas que alguna vez conocieron ,,1 gran mensaje del adventismo pero se alejaron del compañeris~ mo". ¿Quién alguna vez conoció el gran mensaje del adventis~ mo? ¿Qué es eso? Si eso no es Jesús y su justicia, en lugar de la nuestra, entonces todos estamos muertos. Y uno de los grandes misterios es por qué seguimos trayendo gente a la iglesia de la misma forma año tras año, año tras año. Deberíamos haber salido del desierto y estado un poco más allá de la línea que eso. ¡Un poco más allá! No debemos obsequiar el evangelio y el evangelismo mien~ Iras pensamos que somos una súper organización de venta. No debemos usar las súper técnicas de venta para manipular a la gente para que entre a la iglesia. Eso no los llevará a permanecer. Pero lo interesante es que quienes pudieron haber sido ma~ nipulados, quienes nunca vinieron a Cristo, quienes vinieron a la iglesia sólo para hacer profesión de fe, también están escritos en el libro de la vida. Aparentemente, esos nombres están escritos en el cielo. Dios está tan ansioso por conseguir que todos entren, que incluso escribió el nombre de quienes sólo profesan creer en él. ¡Asombroso! ¡Realmente admirable! Entonces, por supuesto, viene el juicio preadvenimiento. Durante ese juicio, Dios descubre quiénes realmente han acepta~ do a Cristo y han permanecido con él. Y sus nombres no son bo~ rrados. La siguiente parte de Apocalipsis 3:5 dice: "Y confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles". Jesús dice en Mateo 10:32: "A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también lo confesaré delante de mi Padre que está en los cielos". ¿Usted quiere decir que él opera sobre el principio de "si me rascas la espalda, te rascaré"? Suena semejan~ te a eso. "A cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos". 115


NUNCA SIN UN INTERCESOR

Así de simple. Lo que no significa que Dios tenga estropeados sus sentimientos. Es el principio de quien va a ser feliz en el cie# lo. ¿A qué se puede comparar el tener a jesús de pie y confe# sándome delante de su Padre y delante de todos los ángeles? ¡Es# to es terrible! Cuando nuestros nombres vengan a juicio, y no estemos allí (porque el juicio preadvenimiento acontece antes de que entremos allO, y jesús vaya a nuestro lugar y diga: "Yo les dije a ellos que no tendrán que estar aquí hoy porque son mis amigos, y yo soy su amigo, y yo estoy aquí representándolos". ¡Qué pensamiento aterrador! Algún día chequearemos los "vi# deos" de ese juicio en el reino, y observaremos esos videos para siempre. Bien, volvamos al vencer. ¿Qué es lo que vencemos en Apocalipsis 3:5? Vencemos la autodependencia por responder a la amante atracción de Dios. Vencemos el tema real del Pecado: vivir una vida aparte de jesús. (Juan 16:9 nos dice lo que es peca# do: no confiar en jesús. También lo dice Romanos 14:23.) ¿Cómo comenzamos? Comienza con la conversión (el gran tópico descuidado en todas las iglesias evangélicas, incluyendo la nuestra). Comienza con la conversión cuando estamos crucifi# cados con Cristo (vea Gál. 2:20). ¿Qué significa esto? Esto signi# fica que estoy muerto. Vengo a darme cuenta de que cuando en# frento las cosas del tiempo y la eternidad, estoy muerto. Es dema# siado grande para mí. He llegado al final de mis propios recur# sos. Esta es una obra difícil para gente terca, pujante, autodisci# plinada. Pero todos tendremos que ir allí, ya sea que seamos débi# les o fuertes: al punto donde nos damos cuenta de que no somos lo suficientemente grandes como para manejar el tiempo, mu# cho menos la eternidad. Y le pedimos a jesús que sea nuestro Salvador, Señor y Amigo. Este es el momento cuando realmente comienza la vida cristiana. 116


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¿Cómo se la mantiene? "Pues aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado" (Heb. 12:4). Jesús es nuestro ejemplo aquí. Y Jesús nunca disputó contra los pecados. Por favor, subraye esto. Jesús no tuvo la tribulación de desear cometer pecados. Si usted investigara esto cuidadosamente, encontrará que esos pecados (nosotros usualmente lo llamamos pecado) eran del disgusto de Jesús. El sentía repulsión por ellos. El no batalló con pecados, pero sí con el Pecado, hasta la sangre. Y el diablo lo apremió todo el camino, tratando de conseguir que se separara de su Padre, el cual es el tema concreto con el Pecado. La esencia de las tentaciones de Satanás es: "Tú eres lo suficientemente grande como para vivir por ti mismo. Después de todo, también eres Dios. ¿Por qué no te separas y dependes de ti mismo?" A lo largo de toda su vida el diablo trató de hacer entrar a Jesús en este tema, el asunto del Pecado. Pero nada separaría a Jesús de su Padre. No tenemos idea de la estrecha intimidad de Jesús y su Padre cuando él estuvo aquí en la Tierra. Y él resistió hasta la sangre para permanecer en esa relación. De esto es lo que se está hablando. ¿Ha resistido hasta la sangre? Más aún, ¿ha resistido hasta la sangre, esforzándose contra la tentación de vivir la vida apartado de Jesús día a día? ¿Lo ha hecho? ¿O está contento con leer un texto rápidamente por la mañana con su mano sobre el picaporte de la puerta, listo para enfrentar la vida con su propia fortaleza? En 1 Juan 2:28 se menciona este punto tan importante muy claramente: "Ahora, hijitos, permaneced en mí". Morar con él. Permanecer en una relación con él día a día. Y si usted lo hace, no será avergonzado cuando venga, porque tendrá puesta la vestimenta. Es una promesa. Si venzo sobre el vivir la vida aparte de Jesús, el vestido blanco estará allí. Es una promesa. Es la vestimenta que tendrá el pueblo de Dios. Usted dice: "Sin embargo, no la tengo". La tendrá. Es una promesa. Es por esto que estoy 117


POR ESO PUEDE TAMBIÉN SALVAR PERPETUAMENTE A LOS QUE POR ÉL SE ACERCAN A DIOS. VIVIENDO SIEMPRE PARA INTERCEDER POR ELLOS.

HEBREOS 7:25


Tengo una amiga que fue instructora bíblica en la Unión dd Pacífico por muchos años. Su nombre es Mary Walsh. Cuando estaba por los ochenta, todavía conseguía que la gente Sl~ levantara por la mañana o por la noche para estudiar la Bihlia. Y dondequiera ella escuchaba que alguien echaba por tierra el legalismo, pegaba un salto. Ella diría: "Soy una legalista. Estoy contenta de ser una legalista". Sin embargo, su definición de legalismo es que un legalista es alguien que cree en la ley de Dios. En ese caso, entonces, todos los adventistas del séptimo día deberían ser legalistas. Cada cristiano debería ser un legalista. Pero la definición usual de un legalista es de un color un poco diferente, ¿no es cierto? La definición corriente de legalista es: uno que trata de obrar su camino al cielo por guardar la ley. Un legalista es alguien que depende de sus buenas obras para ganar la salvación. Es alguien que piensa que ser bueno es lo que hace a una persona cristiana. Y si hay algo en lo que el apóstol Pablo está en desacuerdo en sus escritos, es con la idea de que la ley puede incluso ser usada como un método de salvación. Sin embargo, me gustaría ir un paso más adelante y darle una definición adicional. Un legalista es alguien que espera salvarse, pero está viviendo aparte de Jesús. Alguien que espera ser salvo, pero está viviendo a cierta distancia del Señor Jesús, no 121


NUNCA SIN UN INTERCESOR

tiene otra elección: está dependiendo de sus propias obras para ir al cielo. Esta es la única otra opción. De manera que si las mediciones son correctas, y si las tres cuartas partes de los miembros de nuestra iglesia no tienen tiempo para Dios o la Biblia, o la oración o las devociones personales día tras día, entonces las tres cuartas partes de los miembros de iglesia son legalistas. Usted y yo hemos nacido legalistas. Cada uno en este mundo ha sufrido de la enfermedad del legalismo en un grado u otro. Cada día 10 experimentamos, y aun cuando pensemos que podemos tener una teoría de la sola fe en Jesucristo, es sólo la diaria aceptación de la gracia de Dios la que puede en la práctica mantenernos por encima de la vida de un legalista. Esto puede sonar un poco falso, porque hay dos clases diferentes de legalistas. ¡Está el legalista negro y el legalista escarlata! Podríamos llamarlos legalistas rígidos y legalistas liberales. Por legalista negro quiero significar al que tiene traje negro, corbata negra, zapatos negros, medias negras ¡y cara larga! El encuentra su seguridad en las normas de la iglesia que él sostiene, y juzga a todos los que fallan en lograr su cumplimiento. ( ¡A propósito, desde su punto de vista, prácticamente todos alguna vez fallamos en lograr cumplir!) Es el fariseo, y su comportamiento exterior está bien controlado. El legalista escarlata se describe en el Apocalipsis: la mujer que está vestida de escarlata y adornada con joyas, etc. Esta clase de legalista es reaccionaria contra la forma de legalismo de la antigua guardia. Esta gente lleva joyas y se maquilla, va a los cines, no son peculiares con respecto a la observancia del sábado y sienten un orgullo no disimulado por el hecho de que ya no son más legalistas. Pero ambos tipos de legalistas están engañados. Son tan legalistas como siempre, sólo que los aflige distintas formas de la misma enfermedad. El legalista liberal es tanto o 122


BUENAS NUEVAS PARA LOS LEGALISTAS más legalista que el rígido, porque ambos no saben nada de la rdación personal con Jesús. Ambos están confiando en sus pro, pios caminos en lugar de confiar en Cristo, el único que tiene poder de dar salvación. Buenas nuevas y malas nuevas Leamos las buenas nuevas y las malas nuevas para los lega, listas, comenzando con los versículos 30 al 32 de Romanos 9: "¡Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justi, da, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por la fe; mientras que Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcan, z(¡. ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino dependiendo de las obras de la Ley". Este era el problema del mundo religioso de aquel enton, ces: gente tratando de salvarse a sí misma por sus propias obras de observancia a la ley. Luego dice: "De modo que tropezaron en la piedra de tropiezo, como está escrito: 'He aquí pongo en Sión piedra de tropiezo y roca de caída; y el que crea en él no se' rá defraudado" (vs. 32, 33). ¿Quién es la piedra de tropiezo? Je, sús. Continuando con el capítulo 10, los versículos 1 al 4: "Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios es por la salvación de Israel, porque yo soy testigo de que tienen celo por Dios, pero no conforme al verdadero conoci, miento. Ignorando la justicia de Dios y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado [entregado] a la justicia de Dios, pues el fin de la Leyes Cristo, para justicia a todo aquel que cree". Por favor, note que el versículo no dice que Cristo es el fin de la ley, sino que Cristo es el fin de la ley para justicia a todo aquel que cree. Hay malas nuevas para los legalistas en este pasaje, porque ellos nunca obtendrán la justicia por obrar por ella, ni por muy 123


NUNCA SIN UN INTERCESOR

duro que trabajen. Pero también hay buenas nuevas para los legalistas, porque no tendrán que gastarse en un esfuerzo inútil. Cristo es el fin de la ley para justicia a todo aquel que cree. Y estas son buenas nuevas, ¡especialmente para los legalistas! Es el legalista quien ha estado trabajando muy duramentl' en trata de ganar la salvación. Y las palabras de amigable invitación de Cristo, "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar" (Mat. 11:28), son las mejores buenas nuevas que alguna vez hayan oído los legalistas; es decir, cuando su significado queda claro. Son buenas nuevas para oír y aceptar que Cristo es el fin de la justicia por obras para todo el que cree. Cómo ser un vencedor sin llegar a ser un legalista Independientemente de que nunca podemos obtener la justicia por nuestras buenas obras y nuestra obediencia, permanece el hecho de que el tema de la obediencia y la victoria todavía es importante en la vida cristiana. Incluso el legalista reconoce que el tema de vencer deber ser manejado de alguna manera. El legalista escarlata concluye que la victoria no es necesaria, incluso que puede no ser posible. Pero a esta teoría no la puede sostener la lógica y la razón, mucho menos la Escritura. Porque aún el legalista más liberal, quien rebaja la norma en lugar de mejorar el desempeño, concordará en que hay límites. Digamos que usted tiene problemas con las normas bíblicas, y que descarta las normas eclesiásticas. Eso puede tomar cierta forma; por ejemplo, si su problema fuera con la asistencia a los cines. ¿Pero qué pasa si el problema es que usted es un asesino o un abusador de niños, o que no puede parar de robar bancos? ¿Cuánto más bajo puede ir la norma? El legalista liberal es capaz de convenir con la norma liberal actual, ¿pero qué acerca del legalista más liberal, a quien le gustaría ver una norma más liberal? Suponga 124


BUENAS NUEVAS PARA LOS LEGALISTAS qlle usted se encontrara con que ni siquiera podría unirse a los

legalistas liberales, ¿lo sería porque su poder de voluntad es tan débil que ni siquiera puede forzarse para convenir con la norma más baja de desempeño? ¿Entonces qué? Por otra parte, por mucho tiempo el legalista rígido, tradi\ ¡onal, ha visto que toda la evidencia de debilidad por parte de los demás es simplemente una evidencia de falta de sinceridad. Ellos buscan despectivamente al pecador atribulado y dicen: "Si realmente lo desearas, podrías hacerlo". Y el que ha fallado no súlo tiene la culpa de la derrota, sino también la carga adicional de ser considerado no sincero e hipócrita. Tiene que haber buenas nuevas para ambos tipos de legalistas. Tiene que existir una tercera opción. ¡Y la hay! Es la opción de la relación con Cristo. Para todos los legalistas de hoy -para los liberales que desean las normas más bajas, como también para los tradicionalistas, quienes desean que las normas incluso sean más rígidas-, Jesús vino y se ofreció a sí mismo. Cristo fue el fin de la ley para justificarlos. Y él es el fin de la ley para justicia hoy, para quienes confiamos en él. Pero siendo los legalistas de nacimiento que somos, encontramos difícil entender cómo obra esto. Aceptamos la teoría de que las obras no están en el lugar correcto. Admitimos que esto es una buena nueva. Y entonces tratamos de figuramos cómo actúa hoy en la vida práctica. Recibí una carta que expresaba el dilema muy bien. La he llevado por todas partes en mi archivo por varios años hasta ahora. El papel está descolorido, pero su contenido aún está fresco. Fue escrita por una joven esposa de ministro, una brillante mujer que había estudiado griego y hebreo, y que era una teóloga en todo su derecho. Pero ella estaba tratando de apoderarse del lado práctico de las buenas nuevas para los legalistas. Fue escrita en papel heliográfico, de manera que llegué a llamarla la "carta azul". 125


NUNCA SIN UN INTERCESOR

La carta azul "¡Ayúdeme! Tengo algunas preguntas que hubiera deseado que fueran respondidas algunos años atrás; ¡tan elementalmente rehusé cuestionarlas! Por favor, disimule las ideas cristianas infantiles y dígame lo que ha descubierto, puesto que usted ha estado en la misma situación mucho tiempo antes que yo. Este asunto de la voluntad, ¿hasta dónde lo llevamos? Dar nuestra voluntad a Dios, ¿es todo lo que tenemos que hacer? "Para clarificar, he aquí un ejemplo. Y es todo en sí mismo, no el problema; sólo un ejemplo. Pero los principios pueden aplicarse. ¿Alguna vez ha tenido que combatir contra el apetito. ¿Le dijo a Dios que no podía controlarlo, le pidió que lo controlara por usted y le dio su voluntad? ¿Y luego le pidió a Dios que le hiciera no desear comer? "Mientras tanto, cuando usted tenía hambre, ¿tomaría píldoras dietéticas para ayudarle a Dios? ¿Estaría todo el día ocupado en cuidarse de comer? ¿O dice así: 'Muy bien, Dios. Haz todo lo que desees hacer con mi voluntad, incluyendo el control de mi apetito. Yo no puedo. De manera que descanso en ti', de acuerdo con su buena voluntad, y entonces se sienta y come mientras aguarda a que Dios cambie su voluntad y sus acciones? "Cuando Dios me coloca en el lugar donde no deseo comer porque es contra la voluntad de Dios [justo aquí la ilustración se quiebra; lo último que oí es ¡que Dios está a favor de comer!], y yo no deseo herirlo, pero todavía deseo comer porque es agradable al gusto, ¿debería seguir adelante y co126


BUENAS NUEVAS PARA LOS LEGALISTAS mer mientras espero a que Dios me quite el deseo? ¿O debería ejercer mi poder de voluntad y tratar de no hacerlo? ¿Cuál es la relación entre voluntad y poder de voluntad? Cuando le pido a Dios que lim~ pie mis pecados y me de un nuevo corazón, ¿debo creer que hará eso porque lo ha prometido? Luego, lo que hago, ¿es justamente esperar a que él lo haga todo, no importa cuánto tiempo tome; la filosofía de "no gustar para abandonarlo"? Dios, ¿quita el alimento o el apetito? ¿Responderá a la oración por otras cosas mientras continúa la indulgencia del apetito? "He leído una cantidad de respuestas y prome~ sas en la Biblia, el espíritu de profecía y en otros lugares, y he experimentado la solución a muchos problemas, pero en estos momentos estoy frustra~ da. Puede ser que sea impaciente o esté buscando una salida fácil. Pero pienso que estoy siendo ho~ nesta con Dios y conmigo misma. ¿Cuán literales son estas instrucciones? ¡Estoy ansiosa por su res~ puesta, porque quiero permanecer".

¿C6mo respondería usted? Pronto, después de haber recibido la "carta azul", la llevé conmigo a una reunión de pastores y comencé a preguntar a la rueda para conseguir algunas respuestas de mis colegas. Una per~ sona dijo: "Ella no tiene suficiente fe". Otra agregó: "Ella es im~ paciente. Debería darle más tiempo a Dios". Alguien también dijo: "¡Pienso que realmente tiene un problema!" Y yo exclamé: "¡Gracias a todos!" Alguien dijo: "Algunas veces Dios nos dará una espina en 127


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la carne para mantenemos humildes", Otro agregó: "Nadie I'S perfecto", Alguien más: "i Puede ser que tenga un problema hor monal!" Y otro más acotó: "Necesitaría más detalles antes de po der darle una respuesta", Las respuestas surgieron unas tras otras. La cuestión de la obediencia, el vencer y la victoria no está ni por lejos clara en nuestras mentes, Y cuanto más cerca estem! IS del cierre de los acontecimientos, en el tiempo del juicio, más ansiosos llegaremos a estar. En todas partes hay personas que saben acerca de escatolo.. gía, y no pueden pasar por alto las evidencias de que las cosas justamente están sobrecogiéndonos. Y dicen: "Si se supone que tengo que ser perfecto y uno de los vencedores para tal y tal tiempo, entonces tendré que hacerlo mejor de 10 que 10 estoy haciendo ahora". Y es por esto que algunos han hecho un cambio drástico en su teología en tiempos recientes. Ellos saben, de acuerdo con su desempeño presente y pasado, que no 10 están logrando. De manera que cambian su teología para sostener su experiencia. Al hacerlo así, quizás están dejando de lado una de las ave~ nidas más grandes que Dios tiene en mente para capacitarlos pa~ ra vencer: el de llegar al final de sus propios recursos. Es por cau~ sa de que 10 estamos haciendo bastante bien -porque nos figura~ mas que tenemos mucho tiempo y porque hemos pensado que podríamos ser vencedores si tratábamos un poco más duramente y por más tiempo-, que aguardamos tanto tiempo para vencer, para sometemos a Dios, para ganar la esperanza de que alguna vez podríamos tener éxito en nuestros propios esfuerzos. "Los sa~ nos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos" (Mat. 9:12), ¿Será posible que una de las mayores razones por las cuales aún no somos completos es que todavía no hemos admitido estar enfermos y, por 10 tanto, no hemos ido al gran Médico por sana~ miento? 128


BUENAS NUEVAS PARA LOS LEGALISTAS Conocí a una mujer que cierta vez estuvo lista para conver!irse en adventista excepto por una cosa: no podía dejar de fumar. No podía entender su problema. Había experimentado una maravillosa liberación del alcohol y de algunos otros vicios. Pero Sil problema con el cigarrillo persistía. Después que mi familia y y() nos movimos a otra ciudad, un día recibí un llamada telefóninI de esta mujer. Se estaba muriendo de cáncer de pulmón y llamaba desde el hospital donde aguardaba por una cirugía. Me pidió si podía orar por ella. Y entonces dijo: "A propósito, he dejado de fumar". Yo dije: "¿Cómo sucedió eso?" y ella contestó: "¡Tenía que hacerlo!" Mientras más adelante le seguí preguntando, me dijo dos cosas. Primero: nunca había pensado que fumar fuera un mal negocio. Podía verse al dejar de beber. Podía ver sus efectos adversos y su comportamiento cuando estaba bebida. Pero, ¿fumar? No era un problema demasiado grande. ¿Qué había de malo en fumar? y, segundo, ella siempre había pensado que podía dejar de fumar en cualquier momento, cuando lo deseara. Por supuesto, el beber había sido algo que no podía controlar. De modo que había sido compelida a renunciar al esfuerzo personal y había permitido que Dios le diera la victoria. Pero cuando llegó al fumar, pensó que podía manejarlo por sí misma; pensaba que el poder de la voluntad era suficiente. Cuando el "humo comenzó a levantarse" contra ella, cuando desarrolló el cáncer pulmonar, se enfrentó cara a cara con dos hechos. Uno, fumar era un monstruo; era mortal. Y dos, que era impotente para controlar su deseo de fumar como lo había sido para controlar su deseo por el alcohol. Pero había continuado su relación con el Señor Jesús, y una vez que reconoció y admitió su desesperada situación y su necesidad del poder de Dios, fue capacitada para recibir el don de la victoria también sobre su hábito de fumar. 129


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Rendirse significa entregarse Nadie que alguna vez se rindió al enemigo mientras pensaba que podía ganar la guerra. La rendición sólo viene después que se ha esfumado toda esperanza de ganar. La razón por la que no nos hemos rendido en primera instancia, o no hemos permanecid() rendidos en segunda instancia, es porque nuestra naturaleza legalista quiere sostenerse en la cima, y nos quedamos esperando que quizá, si peleamos un poquito más intensamente y un poco más de tiempo, venceremos por nosotros mismos. ¿Alguna vez ha llegado al final de su cuerda en algún problema particular, vuelto a Dios y experimentado la victoria que viene como un don de su parte? Y luego, ¿alguna vez ha permanecido en esa posición por un período de tiempo, sólo para ver que el diablo viene y lo tienta en ese punto? "Tú estás haciendo lo imposible para vencer ese pecado. Ahora que has quebrado el hábito de pecar y has adquirido práctica de cómo vencer un poco, puedes manejarlo por ti mismo". Y tan pronto como usted trata, cae otra vez. ¿Ha notado que le suceda esto? Y así fluctuamos hacia adelante y hacia atrás entre rendimos a Dios y tratar de manejar las cosas a nuestra manera. Lo que finalmente sucederá es que desperdiciaremos el tiempo. Para quienes están absolutamente encadenados a la relación con Cristo pero han perdido el tiempo en aprender a cómo ser vencedores, les queda una sola alternativa. Es la alternativa que Dios ha estado tratando de enseñamos todo este tiempo: entregamos. Completamente. Para siempre. Y cuando finalmente nos damos cuenta de los resultados mortales del problema del pecado cuando hemos tratado de manejarlo a nuestra manera, y cuando al mismo tiempo hemos visto cuán impotentes somos • para manejar el pecado a nuestro modo, nos entregaremos y ni siquiera intentaremos vencer con nuestra propia fortaleza. Y una vez que nos hemos entregado -final, completa y totalmente-, 130


BUENAS NUEVAS PARA LOS LEGALISTAS aprenderemos lo que Pablo aprendió cuando dijo: "Cuando soy débil, entonces soy fuerte" (2 Coro 12:10). El asunto básico En todas las discusiones, los diálogos y los debates en nuestra iglesia existe un común denominador. A menudo está oculto, pero el tema básico es si la obediencia viene sólo por fe en Jesu~ cristo o por nuestro propio trabajo duro. Permítame explicarle por qué esto es un asunto básico. Si mi obediencia es algo que obro por mí mismo, entonces mi producto final será rasgos in~ mundos. Incluso si llego tan lejos como para decir: "Bien, Dios tendrás que ayudarme", y al mismo tiempo confío en mí mismo para hacer alguna parte de ello, mi producto final serán, no im~ porta en que esté involucrado, rasgos inmundos. Cualquier clase de justicia, obediencia o victoria que de alguna manera esté tra~ tanda de producir, será imperfecto. No tengo otra opción, ¿co~ rrecto? Si esto es verdad, entonces sería imposible para mí guar~ dar los mandamientos de Dios. Pero el pueblo remanente del cual se habla en Apocalipsis son quienes guardan los mandamientos de Dios. Son los vencedo~ res, cuyos nombres son retenidos en el libro de la vida durante el tiempo del juicio. De manera que debe haber una forma de obe~ decer a Dios y guardar sus mandamientos para que algunos de nosotros escapen. Necesitamos entender algo. ¿Qué es? Que la obediencia viene sólo por la fe en Jesucristo. Esto significa que debemos entrar en una relación de absoluta dependencia de Dios. Esta relación le permite a él hacer lo que siempre ha de~ seado hacer: vivir su vida en nosotros. Entonces querrá y hará de acuerdo con su buena voluntad. Y todo lo que Jesús hace es una completa y real obediencia. De modo que la persona que cree que la obediencia viene sólo a través de la fe, a través de la de~ pendencia en Jesús, que es quien trae el poder, también cree que 131


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a Jesús le es posible obedecer los mandamientos de Dios dentro de la persona dependiente. Por largo tiempo la iglesia ha sostenido dos creencias incompatibles. Una es que podemos guardar los mandamientos de Dios, que podemos vencer. Incluso algunos han sugerido cosas semejantes a la perfección. La otra es que mientras necesitamos la ayuda de Dios, se supone que necesitamos trabajar mucho en nuestra propia obediencia. Estas dos creencias son incompatibles. Al menos en esta área, el énfasis de la "nueva teología" es consistente. Ellos dicen: "Sí, se supone que usted debe obrar intensamente en su propia obediencia y hacer lo mejor que pueda. Pero usted no puede obedecer, no puede guardar los mandamientos de Dios". Al menos son consistentes porque las dos posiciones van juntas. Llegará el tiempo cuando tendremos que unimos a la "nueva teología" y rechazar la posibilidad de vencer, o tendremos que encontrar que la obediencia sólo por fe en Jesucristo es todo lo que necesitamos. Obediencia sólo por fe La obediencia viene sólo por fe; ¡así lo dice la Biblia! Romanos 1:17: "El justo por la fe vivirá". Los justos son quienes han aceptado la justificación por la fe. Esos son los justos. Vivir la vida cristiana es comprender que ella forma parte de la santificación. De modo que Pablo está diciendo que quienes han sido justificados por la fe, también deben ser santificados por la fe. Así, y no de otra manera, es como obra. Porque sólo quien vive por fe es capaz de hacer las obras. "El justo por la fe vivirá". En Juan 15:5 Jesús dice: "Separados de mí nada podéis hacer". Pero Filipenses 4:13 dice: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". De modo que la conclusión es que debemos relacio132


BUENAS NUEVAS PARA LOS LEGALISTAS

narnos con él a través de la comunicación, la relación y el tiempo empleado para estar con Jesús día a día. Y es esto lo que las tres cuartas partes de la iglesia no está haciendo. Esta falta de relación es la razón por la que nos envuelve el pánico cuando vemos que el fin está muy cerca. Hemos olvidado que toda la base de la vida cristiana es el compañerismo y la relación con Jesús día tras día. Gastamos tiempo y energía tratando de ser buenos. Pero olvidamos que el cristiano es quien conoce a Jesús personalmente. La única alternativa para el legalista es la relación con Jesús. Son buenas nuevas para el que ha estado obrando en su comportamiento -tratando de hacer los deberes, tratando de hacer lo que es correcto- aprender que está disponible una motivación mayor. Esa motivación es el poder del amor. Mientras aprendamos a conocer a Jesús, aprenderemos a amarlo. El amor por él cambiará nuestros deseos, motivos y corazones. La obediencia, que parece ser un deber desagradable o una total imposibilidad, llega a ser la cosa más natural del mundo. Porque llegamos a ser cambiados a su imagen contemplándolo. El deber se convierte en una delicia y el sacrificio en un placer. Y las noticias de la pronta venida de Jesús llegan a ser buenas nuevas -las noticias terroríficas-, ¡incluso para los legalistas!

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POR ESO PUEDE TAMBIÉN SALVAR PERPETUAMENTE A LOS QUE POR ÉL SE ACERCAN A DIOS. VIVIENDO SIEMPRE PARA INTERCEDER POR ELLOS.

HEBREOS 7:25


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BUE1J:f¿j§ ~A%~t:6SARA ¿Alguna vez jugó al juego llamado "seguir~al~líder"? Chicos y chicas lo han jugado por años. Puedo recordar cuando en el ex~ tranjero dirigía a otros jovencitos con sus trajes de baño a través de la pileta de natación, a través del barro, y en cualquier otro lu~ gar ridículo que se pudiera pensar. Ellos venían en fila recta de~ trás, porque estaban jugando a "seguir~al~líder". Y aún cuando está considerado un juego de niños, la mayoría de nosotros conti~ núa jugándolo de una u otra manera. Toda la industria de la pu~ blicidad está construida sobre esta tendencia de los seres huma~ nos a seguir al líder: hacer lo que ven hacer a alguien. Las ovejas son notables por eso de seguir al líder. En una carnicería de la ciudad de Nueva York se entrenó a un carnero para saltar dentro del tobogán tan pronto como se abriera la puerta. Una oveja lo siguió. Justo antes de la sección de matanza en la carnicería había abierta una pequeña puerta. Cuando el carnero alcanzó ese punto, saltó afuera, las puertas laterales se cerraron detrás de él y la oveja se quedó dentro. El carnero vol~ vió por otro grupo. La gente en la carnicería acuñó un nombre apropiado para el carnero: ¡Judas! Y el juego de seguir~al~líder terminó trágicamente, por lo menos para la oveja. Siguiendo a los líderes religiosos En el tiempo de Cristo, la gente seguía a los líderes. Había dos grupos principales: los fariseos y los saduceos. Los líderes 135


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eran de oficio, y el pueblo los seguía. Pero tanto los líderes COllH 1 el pueblo estaban extraviados. Jesús contó una parábola acerca de este síndrome de seguir-al-líder, tal vez una de las parábola~ más cortas que alguna vez contó. Se encuentra en Lucas 6:39 y 40: "Les dijo también una parábola: '¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo? El discípulo nll es superior a su maestro; pero todo el que sea perfeccionado, será como su maestro' ". Quizá podríamos parafrasear esta última parte de la siguiente manera: "Los seguidores invariablemente serán semejantes a sus líderes, y rara vez un seguidor se elevará por sobre sus líderes". Podríamos mencionar un nombre para dar un ejemplo clásico del peligro que significa que la gente siga ciegamente el liderazgo de otras personas: Hitler. Y el pueblo germano no es más crédulo que el resto de nosotros. Todos somos propensos a seguir a los líderes. Algunas veces el líder más centrado en el yo es el que atrae a los seguidores más centrados en el yo. La tragedia en los días de Cristo era que toda una nación perecía por causa de que estaban siguiendo ciegamente a sus líderes religiosos en lugar de estudiar las Escrituras por ellos mismos. El gran peligro que enfrentamos como iglesia hoyes que dependemos de otras personas. Esta es una de las razones primarias para la desunión. No tenemos el hábito de estudiar las Escrituras por nosotros mismos. Muchos estudian un poco de las enseñanzas de los líderes, pero ni siquiera en la misma proporción estudian las Escrituras por ellos mismos. Uno de los peligros de hablar de los líderes es que algunas personas piensan inmediatamente en Washington, D.e. [donde está la Asociación General]. Quisiera asegurarle que esto no es un ataque al liderazgo oficial de la iglesia. Como a menudo la gente elige por líderes a quienes no tienen una posición de liderazgo oficial en la estructura organizada de la iglt::sia, ésta es más 136


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bien una advertencia contra el hecho de seguir a cualquiera, inde, pendientemente de su ocupación. Debemos ser seguidores de Cristo. Nadie debe ser seguido ciegamente, incluso pensando que la mayoría de la gente que así lo hace no admitiría su cegue, ra. La apropiada función de un líder es ayudar a la gente a ver por sí mismos. Necesitamos líderes. Dios cree en el liderazgo. De acuerdo con las Escrituras, incluso el cielo tiene su sistema de liderazgo. Pero la función del líder es conducir a la gente a conocer a Jesús por ellos mismos. El propósito del liderazgo no es manipular la verdad para que la gente la acepte sin una investigación poste' rior. Existe un antiguo adagio que dice: "Puedes dar un pescado a un hombre, y lo alimentarás por un día. Puedes enseñarle a pes' car, y lo alimentarás para el resto de la vida". Y si bien no es una ilustración muy vegetariana, todavía dice la verdad. Pablo fue un líder poderoso en la iglesia primitiva. El no estaba ciego, y enseñó la verdad que recibió de Dios. Pero los bereanos lo che' queaban por ellos mismos; tenían la combinación perfecta. Su lección para nosotros es esta: si tenemos el hábito de estudiar la verdad por nosotros mismos, no seremos extraviados. ¿Quiénes eran los fariseos y los saduceos? Los fariseos y los saduceos en el tiempo de Cristo eran los únicos representantes de la nación. Quienes seguían a los sadu, ceas se asemejaron a sus líderes; quienes seguían a los fariseos llegaron a ser farisaicos. Pero no estamos obteniendo una lec, ción histórica cuando miramos a esos líderes religiosos de los tiempos de Cristo, porque sus características aún están presentes en nuestra iglesia tanto en los líderes como en los seguidores, por aquéllos que en cada nivel de la iglesia son espiritualmente ciegos. En términos de comportamiento, los fariseos eran los con, 137


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servadores, y los saduceos eran los liberales. Los fariseos observa' ban muchos más ritos, ceremonias y tradiciones que las observa, das por los saduceos. Pero ambos eran legalistas, porque ambos grupos tenían puesta su atención en su desempeño en lugar de centrarla en Dios. Los fariseos eran tradicionalistas, de acuerdo con Marcos 7 y Mateo 15, y muy leales en sostener aquello que habían recibido de manos de sus padres. Los saduceos eran los intelectuales que amaban discutir cuestiones difíciles, tales como el estado matri, monial en el cielo. Los fariseos eran perfeccionistas; los saduceos no eran perfeccionistas. Los saduceos no creían en la resurrección de los muertos, fí, sica o espiritualmente. No creían en el poder de Dios obrando dentro de la vida. No aceptaban el juicio, y creían que sólo los primeros cinco libros de la Escritura eran inspirados. Entre los saduceos estaban algunos de los peores enemigos de jesús. Los fariseos y los saduceos se oponían violentamente entre sí. Como la nación judía en tiempos de Cristo tenía muchas dis, cordias teológicas, la gente se alineaba detrás de los líderes: algu, nos seguían a los fariseos, otros seguían a los saduceos. N inguno de los grupos -fariseos o saduceos- se había convertido a Cristo. Ningún grupo podía ofrecer una esperanza de salvación realista para la persona débil. Ningún grupo tenía tiempo para las prostitutas, los ladrones y los publicanos. Ambos grupos malinterpretaban las profecías y el reino de los cielos que jesús enseñaba. El principio de que el hombre puede salvarse a sí mismo por su propia justicia era el dogma de ambos grupos, aún cuando tenían una gran teoría de la justificación y la sangre de los corderos fluía libremente en sus servicios de sacrificios. A ambos grupos, por causa de su religión externa, jesús llamó hipócritas. La esencia de la enseñanza de Cristo -la entrega del yo- no tenía cabida en su pensamiento o experiencia. N in138


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gún grupo había experimentado la obra sobrenatural del Espíritu sobre la Tierra. Nunca habían experimentado la nueva capaci~ dad de conocer a Dios, el cual todavía no estaba presente en el corazón no convertido. Esta era la razón por la que había tan po~ co estudio significativo de las Escrituras, tan poca oración priva~ da verdadera, tan poca relación con Dios. La capacidad ni si~ quiera estaba allí. Y mientras estos hipócritas eran minuciosos guardadores del sábado, cumplidores con el diezmo y reformado~ res de la salud, había tan poco en el interior que respondiera a las verdades de la Palabra de Dios, que terminaron atando las Escri~ turas a sus brazos y frentes en un intento por sustituir lo que les faltaba en el interior. No había lugar para la Palabra de Dios en sus corazones. El yo era el centro de su atención. Nadie es más orgulloso que un fariseo. Y el nuevo nacimiento, que habría oca~ sionado la muerte del fariseo a causa del cambio de corazón, era amenazador para quienes estaban interesados sólo en cambiar lo exterior. Los fariseos y saduceos no gustaban de Jesús Los líderes religiosos no gustaban de jesús porque él recibía a los pecadores, los descarados pecadores a quienes ellos desprecia~ ban. No gustaban de jesús porque estaba más interesado en el verdadero significado del sábado que en las regulaciones exter~ nas que ellos habían inventado. No gustaban de jesús porque no estaba impresionado con su piedad externa. No gustaban de jesús por causa de su enseñanza de entrega del yo, lo que más temían. No gustaban de jesús porque no vivía de acuerdo con sus expec~ tativas como Mesías. No gustaban de jesús porque no los trataba con el respeto que tan vehementemente deseaban. Y por encima de todo, no gustaban de jesús por causa de la condenación que sentían en su presencia. Los fariseos y los saduceos eran víctimas de la salvación por las obras, y a pesar de la apariencia 139


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cuidadosa que trataban de mantener delante de las multitudes, todos tenían sus problemas a escondidas. Esto los ponía incómodos en presencia de Jesús, cuya pureza era un reproche a sus pecados. No gustaban de Jesús porque no deseaban renunciar a la idea de salvarse por sí mismos. Otra razón por la que no gustaban de Jesús era la manera de su venida. Como líderes religiosos habrían querido ser los primeros en anunciar la venida del Mesías. Ser pasados por alto, ser informados de su nacimiento por pastores ignorantes y gentiles de otras naciones, fue más de 10 que podía soportar su orgullo. Rehusaron aceptar 10 que Dios podía estar tratando de comunicarles a través de esos canales. Una vez que hicieron pública su posición, fueron demasiado soberbios como para retractarse; por 10 tanto, continuaron hasta el fin negando el testimonio de sus propios sentidos. Su motivación para ser religiosos se traducía en un intento por ganar las bendiciones temporales que resultan de una vida moral. Les gustaba ver a las "langostas" detenidas en línea, una al lado de otra, mirando absortas mientras ellos daban su diezmo. Gustaban del respeto de la gente. Y aunque eran como perros y gatos unos con otros, finalmente se unieron para crucificar a Jesús. Ambos grupos eran legalistas, ambos estaban contra Jesús y ambos estaban equivocados. Es verdad que tenían una aceptación limitada de Jesús; aceptémoslo. No 10 rechazaron totalmente, a pesar de que no gustaban de él. Creían que era un profeta. Lo aceptaban como un sanador y obrador de milagros. Lo aceptaban como un gran maestro. Pero no aceptaron a Jesús como Salvador, Señor y Dios. El señorío fue donde ellos no cruzaron la línea. Y su aceptación limitada, al final, los condujo a un rechazo total. La gente, que los estaba siguiendo ciegamente, también terminó rechazando a Jesús, a pesar de las tremendas evidencias de que él era 140


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exactamente lo que pretendía ser. Algunas veces la gente se asombraba ante la falta de aceptación de Jesús por parte de sus tí, deres, pero continuaron hasta el fin siguiendo a los dirigentes que habían elegido. Hoy, ¿podría ser posible estar entre los fariseos o los sadu, ceos? ¿Todavía es posible ser un legalista conservador, que espera ir al cielo por sus propias obras? ¿Es posible ser un gran defensor de las tradiciones que hemos recibido de los padres y fallar en re' conocer y aceptar al Cristo viviente? ¿Es posible ser un saduceo, alguien que encuentra su seguridad en una norma de conducta liberal, no cree en la resurrección del ser espiritualmente muerto y no acepta que Dios tiene el poder para que él pueda vencer el pecado? ¿Es posible hoy unirse a quienes descartan creer en un juicio y son selectivos acerca de cuál escrito inspirado aceptar? ¿Es posible sostener una teoría de la justicia por la fe en Jesús cuando nos justifica, pero rechazar la justicia por fe que obra en la vida a favor de tratar duramente con nuestras propias fuerzas? Ya sea que usted se vea como fariseo o como saduceo, el cuadro se presenta bastante negro. Es como mirar las malas nue, vas justamente en ese sentido. Pero hay buenas nuevas para los fariseos y saduceos de hoy, así como hubo buenas nuevas para los de los días de Jesús. ¡Jesús también amaba a los fariseos! Las buenas nuevas para fariseos y saduceos es que son ama, dos por Jesús de igual manera que cualquier otro pecador en este mundo. "Mientras Jesús ministraba a todos los que venían a él, anhelaba bendecir a los que no venían. Mientras atraía a los pu, blicanos, los paganos y los samaritanos, anhelaba alcanzar a los sacerdotes y maestros que estaban trabados por el prejuicio y la tradición. No dejó sin probar medio alguno por el cual pudiesen ser alcanzados" (El Deseado de todas las gentes, p. 230). Cristo es 141


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capaz de salvar a los fariseos y saduceos, y a toda la gente que ha sido seguidora de estos líderes y han sido participantes de su espíritu. jesús aún está tratando de atraerlos a cada uno para que lo conozcan personalmente, para que vengan a él personalmente y para que acepten personalmente su don de salvación. ¿Cuáles son las buenas nuevas para los fariseos? Que ser un fariseo no es un pecado imperdonable. La enfermedad de la hipocresía no es incurable. jesús tiene el poder disponible para cambiar incluso a los fariseos y saduceos, de manera que sean tan justos interior como exteriormente. Usted puede unirs~ a las excepciones a la regla. Usted puede unirse a uno de los líderes fariseos que visitó una noche a jesús para discutir temas de la religión, pero que tardó en experimentar el nuevo nacimiento que jesús le contó en la entrevista. Pero cuando tuvo una relación vital con Dios, lo primero que hizo fue dar de sus riquezas para sostener a la iglesia primitiva después de la crucifixión de jesús. Usted puede unirse a un hombre llamado Simón, quien organizó una fiesta para pagar a jesús por haberlo sanado de su lepra. Pero terminó aceptando a jesús en su propia fiesta y llegó a ser un seguidor de Cristo. Usted se puede unir al escriba pensativo que vino a jesús con el propósito de entramparlo y humillarlo delante de la gente, pero que vio en las palabras de jesús una sabiduría que superaba la suya. Y jesús le dijo: "No estás lejos del reino de Dios" (Mar. 12:34). Hacia el fin del ministerio de jesús aquí en la Tierra, cuando los fariseos y saduceos finalmente se unieron en su enemistad contra jesús, el Sanedrín los reunió para determinar cómo se librarían por sí mismos de ese jesús. Y después de discutir por algún tiempo, Caifás se puso de pie. Con una expresión de desprecio en su rostro, dijo a los líderes que se habían congregado: " 'Vosotros no sabéis nada, ni os dais cuenta de que nos conviene 142


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que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca'. Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación; y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos" (Juan 11:49-52). Estas son las buenas nuevas para los fariseos en una sola línea: es expeditivo para ti que un solo hombre muera por la gente. Escucha, amigable escriba que vienes a Jesús para entramparlo con preguntas: es expeditivo para ti que un hombre muera por el pueblo. Escucha, Simón, el leproso: es expeditivo para ti que un hombre muera por el pueblo. Escuchen, fariseos y saduceos, dondequiera se encuentren hoy. Deben entregar su vida doble, entregar su desempeño externo para cubrir su vacío interior, y venir a Jesús por el don gratuito de la salvación. Es expeditivo para ti, son buenas nuevas para ti, que un Hombre muera por la gente. y ese Hombre murió. Y por siempre desde ese tiempo, han sido buenas nuevas. Si usted está jugando a seguir-al-líder, puede perderse las buenas nuevas. Pero puede ser una excepción y, en lugar de eso, seguir a Jesús.

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POR ESO PUEDE TAMBIÉN SALVAR PERPETUAMENTE A LOS QUE POR ÉL SE ACERCAN A DIOS. VIVIENDO SIEMPRE PARA INTERCEDER POR ELLOS.

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13 BUE~tirhlttVI1teCA "Porque, si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación [expiación, en algunas versiones inglesas)" (Rom. 5:10, 11). Si usted está interesado en leer por sí mismo todo lo que se dice acerca de la expiación en el Nuevo Testamento, ¡hágalo! Estos versículos en Romanos son los únicos en el Nuevo Testamento que mencionan directamente la expiación. Suena como que la expiación es completa: "Hemos recibido ahora la reconciliación". ¿Cree usted en una expiación completa? ¿O cree en una expiación incompleta? ¿O, en todo caso, está ocupado tratando de recordar lo que significa la palabra expiación? La expiación es un término teológico, la clase de tema que usted podría pasar semanas o meses estudiando en el seminario. Pero los cristianos evangélicos algunas veces acusaron a los adventistas de no creer en una expiación completa, y las discusiones y el diálogo dentro de nuestra propia iglesia con respecto a lo que creemos acerca de la expiación se han convertido en un tópico muy pertinente. Quizá lo primero que deberíamos hacer es obtener una buena y clara definición de lo que significa la palabra expiación. En el Dictionary of Christian Theology, de Richardson, se la define como 145


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sigue: "Anular las consecuencias de un acto equivocado con vistas a la restauración de la relación quebrada por el acto errado". ¿Cuál fue el acto equivocado? Fue la entrada del pecado hace tiempo en el jardín. Note las palabras clave: "con vistas a la res~ tauración de la relación quebrantada por el acto errado". ¿Cuál fue la relación que se quebró por causa del pecado? La relación donde la humanidad era capaz de caminar en el jardín, al fresco del día, y conversar con Dios cara a cara. Hoy nosotros no tenemos esa clase de relación con Dios. De manera que esa sería una expiación completa, ¿o no? Completa, pero no completa En el Congreso de la Asociación General realizado en DaHas, en 1980, los delegados sostenían una discusión muy ardua en el salón de reuniones con respecto al enunciado de las creencias de nuestra iglesia. Hablaban acerca de la expiación. Finalmente, W. G. C. Murdock, que había sido el decano de nuestro seminario teológico por años, tomó el micrófono y dijo: "Los adventistas del séptimo día siempre han creído en una expiación completa no completada". En un sentido, la expiación debe estar completa: haber sido completa en la cruz. Pero también hay un sentido en el que la expiación aún no está completada. El mundo evangélico cristiano desea aseguramos que lo realizado por Jesús en la cruz, cuando tomó nuestro lugar, es suficiente y lo que basta. Y es verdad que su sacrificio fue completo. Pero la expiación involucra más que el sacrificio de Jesús en términos de anular las consecuencias de los actos equivocados, en términos de restaurar la relación quebrantada por el acto erróneo. Porque si la expiación ha sido completada en la cruz, entonces no debería haber más pecado, o enferme~ dad, o dolor, o tristeza, o separación, o niños maltratados, o cortejos fúnebres, o lápidas, o corazones quebrantados desde ese momento. 146


BUENAS NUEVAS ACERCA DE LA EXPIACIÓN

Nosotros no podemos agregar nada a lo que Jesús ya ha he, cho por nosotros. Cuando Jesús murió por nuestros pecados, de acuerdo con las Escrituras, hizo lo suficiente para pagar nuestra salvación. Todo lo que podemos hacer es aceptarlo. Pero aunque no hay nada que nosotros podamos agregar a lo que Cristo hizo en la cruz, i eso no significa que no haya nada que él pueda agregar a ese acto! El proceso de la redención, la restauración de la rela, ción quebrantada, no se completó en la cruz. La obra del Espíritu Santo es esencial para el proceso de restauración, porque sin la obra del Espíritu en nuestras vidas seríamos incapaces de aceptar el sacrificio de Jesús en favor de nosotros. Además, la obra de Cristo como nuestro Sumo Sacerdote es esencial para la restaura' ción de la relación quebrantada. Sin su ministración sacerdotal, la restauración sería incompleta. Y es esencial para la restaura' ción de la relación quebrantada que él venga otra vez, para lim, piar el mundo del pecado y para vindicar su nombre y su ley de' lante del universo entero. Hay mucho más involucrado en la ex' piación, hay mucho más involucrado en la restauración de la re' lación quebrantada entre Dios y el hombre, que el sacrificio de Jesús, tan esencial como lo fue en el plan de salvación.

El Día de la Expiación Para entender más claramente lo que está involucrado en la expiación, retrocedamos al Antiguo Testamento para examinar las raíces del concepto de expiación. El libro de Levítico habla acerca de un día de la expiación en el capítulo 23:26,28. Lo invi, taría a realizar un deber en su casa: examinar cada uno de estos pasajes por usted mismo. Levítico 16:8,10 nos habla acerca de los dos machos cabríos sobre los cuales, al comienzo del Día de la Expiación, Aarón echó suertes. Uno de ellos era el macho ca' brío del Señor, y el otro era la víctima expiatoria. Algunos nos han acusado de que hemos hecho a Satanás nuestro Salvador por lograr que el macho cabrío por Azazel esté asociado a la ex' 147


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piación. Pero no hay nada más bíblico que involucrar en la expiación al macho cabrío por Azazel. Eso está claramente expresa.. do en Levítico 16:8~ 10. Léalo por usted mismo. Levítico 16:15 y 16 claramente dice que el sacerdote hace la expiación. i El macho cabrío no hace la expiación! Existen dos factores involucrados en la expiación: un animal y un sacerdote que ofrece el sacrificio. De manera que la obra del sacerdote es esencial para la expiación. Y finalmente, en Levítico 16:21 y 22 llega a su culminación del Día de la Expiación con el macho cabrío por Azazel, representando al diablo, enviado al desierto para nunca más ser visto otra vez. Así, los servicios de la expiación en el antiguo Israel incluían el día entero. Cuando se ofre~ cía el sacrificio en el atrio, como una ofrenda quemada, al comienzo del día, el Día de la Expiación aún no estaba completo. El sacrificio era completo. Pero el Día de la Expiación no se ha, bía completado. Y no era hasta que el macho cabrío por Azazel era enviado al desierto que se completaba el Día de la Expia~ ción. Las buenas nuevas del sacrificio completo El aspecto completado del sacrificio de la expiación son buenas nuevas. Pablo dijo: Dios "por nosotros lo hizo [a Jesús] pecado, para que nosotros seamos justicia de Dios en él" (2 Coro 5:21). Por causa de esa fase completada del sacrificio de la ex' piación, Jesús puede acercarse a usted personalmente, hoy, y mi, rarlo con ojos de amistad. Puede acercarse a usted con las buenas nuevas de que él tomará todos sus pecados y le dará toda su justi~ cia. Elle ofrece esto hoy. ¿Está interesado? Quizás usted diga: "Eso es lo que Jesús hizo por mí hace veinte años, cuando por primera vez me hice cristiano. Pero ha corrido bastante agua bajo el puente desde entonces. He fallado, he caído y he pecado vez tras vez. Hace tiempo que gasté mis 490 veces de perdón". 148


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Pero también hay buenas nuevas para usted. Por causa del completo sacrificio de la expiación, ese versículo es tan bueno para usted hoy como lo fue para cuando por primera vez llegó a ser cristiano. Jesús le está ofreciendo a usted hoy, no importa lo que usted es o dónde ha estado, su justicia a cambio de sus peca~ dos. Usted puede aceptar eso de nuevo hoy, y nuevamente estar de pie delante de Dios más que plenamente perdonado, ¡súper perdonado! Porque usted puede estar delante de Dios incluso co~ mo si nunca hubiere pecado. Jesús lo pagó todo, y ésas han sido las buenas nuevas para nuestro mundo, y para el universo, desde entonces. ¡También son buenas nuevas que la expiación completa aún no está completada! Son buenas nuevas para Lloyd Funkhouser, un miembro de mi parroquia. Usted tal vez leyó el libro Funky, la historia de su vida escrita por Bárbara Herrera. El perdió ambas piernas como resultado de un accidente automovilístico. Lo he visto enseñar la lección de la escuela sabática desde su silla de ruedas. Lo he visto en la plataforma, en su silla de ruedas, can~ tando su himno favorito: "Yo te necesito, precioso Jesús, porque soy muy pobre; un extranjero y un peregrino, no tengo provisio~ nes terrenales ... Guía mis vacilantes pasos, sé mi fortaleza y sos~ tén". Si la expiación fue completada, las nuevas son malas para Lloyd Funkhouser. Porque él ha estado mirando hacia adelante, hacia el día cuando podrá correr, brincar y saltar como un cabri~ too Estamos corriendo la carrera de los cien metros con él y un día nos regocijaremos por verlo ganar. Son buenas nuevas que la expiación completa todavía no esté completada. Son buenas nuevas para una mujer que conozco que yace en un sanatorio particular por largos y tediosos años; está paralizada desde el cuello hacia abajo. Serían malas nuevas para ella si la expiación estuviera completada, porque está miran~ do hacia adelante cuando llegue el tiempo en que podrá alimen~ tarse por sí misma, vestirse y moverse libremente por donde de~ 149


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see ir. ¡Jamás desearía estar nuevamente postrada por toda la eternidad! Leí la noticia en un diario de un hombre en California que golpeaba a su pequeña hija de seis años. Ella no gritaba. De manera que la siguió golpeando por espacio de media hora. Al final de la media hora la niña le pidió: "Papi, por favor, ¿me darías agua?" E inmediatamente murió. Eso nunca habría sucedido si la expiación hubiera sido completada. El pecado, el sufrimiento y la pena continúan. Serían malas nuevas si la expiación estuviera completada y ya no hubiera nada más para ofrecer. Sin embargo, se nos han dado las buenas nuevas, la esperanza, la promesa, de que llegará el tiempo cuando la expiación se completará y todo el universo será libre de la tragedia del pecado. La buena nueva para hoyes que la fase final de la expiación está muy cerca. No tendremos que esperar mucho tiempo más. Apocalipsis nos asegura que la hora del juicio de Dios ha llegado. ¡De eso es lo que trata todo el ritual del Día de la Expiación! Nos regocijamos porque nos damos cuenta de que nuestro custodio terrenal está por encima de todo. Jesús, nuestro Sustituto y Salvador, nuestro Sumo Sacerdote e Intercesor, nuestro Juez y nuestro Rey, casi ha finalizado su obra. Pronto se completará la expiación. Por causa de esta tremenda verdad, todos los detalles de lo.s eventos finales también son buenas nuevas, porque cada uno es un paso adicional para el tiempo cuando la expiación al fin será completada y también se completará la restauración de la relación quebrantada. En conclusión, me gustaría compartir una parábola para ilustrar el hecho de que la expiación, mientras aún no está completada, con toda seguridad se está acercando a su culminación. ¡Y éstas son buenas nuevas! 150


BUENAS NUEVAS ACERCA DE LA EXPIACIÓN Buenas nuevas y malas nuevas Tomás era un criminal-realmente muy malo-, no preci~ samente ese fullero común, cotidiano, de las pequeñas ciudades que usted conoce. El era un pez gordo. Era timador, mentiroso, ladrón, tahúr, adúltero y asesino. El vendería a su propia madre si con ello pudiera conseguir lo que deseara. Se odiaba a sí mismo, y no tenía escrúpulos en haber hecho algo que creía que tenía que hacer. Pero había sido atrapado. Ahora estaba en la prisión tratando de imaginarse cuál sería su próximo movimiento. Pensaba desesperadamente en escapar. Consideró la posibilidad del suicidio, pero no era posible; estaba demasiado bien custodiado. Ensayó toda suerte de discursos para negar sus actividades ilegales, pero ninguno sonó convincente, incluso para él. Estaba en un gran problema, y Tomás lo sabía. Cuanto más tiempo se pasaba sentado en la prisión, forzado a pensar, tanto más abatido se sentía. Todo el futuro se veía negro. Parecía que las cosas posiblemente no podrían ser peores. Real~ mente estaba en las últimas. Un día un guardiacárcel vino a la celda de Tomás y le dijo: "Tomás, tengo algunas buenas nuevas y algunas malas nuevas para ti". Tomás lo miró de mal humor. Sin embargo, muy pro~ fundo en lo interior sintió despertarse el deseo vehemente de algún cambio en la miseria de sólo estar sentado allí día tras día, sin esperanzas. Se fortaleció para lo peor. "Las buenas nuevas son que ha sido asignado un abogado para tu caso, y él es el mejor abogado en todo el mundo". Tomás permanecía en silencio. Sa~ bía que, en alguna parte, había una trampa. Y con toda seguri~ dad, allí la había. El oficial continuó: "Las malas nuevas son que también fue designado el fiscal, y él es el mejor fiscal del mun~ do". Tomás siguió en silencio. El carcelero sacudió su cabeza. "Ese abogado debe estar loco para pensar en defenderte. Pero, de cualquier manera, vendrá a verte mañana". Y luego se dio vuelta y se alejó. 151


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Al siguiente día, una suerte de apacible caballero vino hasta la celda de Tomás y golpeó. Tomás miró alarmado y entonces se largó a reír a mandíbula batiente: -Usted ha conseguido la llave, hombre -dijo-, ¿por qué golpeó? -Sólo entro cuando soy invitado -respondió el visitante. -Bien, entre -dijo Tomás-. No pensaba salir a ningún lado. El visitante abrió la puerta, entró y se sentó. -De modo que quién es usted, ¿se puede saber? -preguntó Tomás. -Soy un abogado; entiendo que usted estaba aguardando a que un abogado tome su caso. -Sí -dijo Tomás-. Después de un buen tiempo finalmente me enviaron a alguien. Pero hábleme de sus calificaciones. Un hombre de aquí dijo que supuestamente usted es bueno. Pero si usted es tan bueno, yo no soy capaz de pagar su precio. Sea franco conmigo, de manera que pueda saber a qué atenerme. -Bien -dijo el abogado-, tengo algunas buenas nuevas y algunas malas nuevas para usted. Las buenas nuevas son que yo jamás pierdo un caso. Puedo garantizarle el éxito en el juicio, si usted se coloca en mis manos. -y las malas nuevas son el precio, ¿verdad? -dijo Tomás. El abogado asintió con la cabeza. -Está bien, no se detenga. ¿Cuánto me va a costar? -Es gratis. -¿Debo mendigar su perdón? -Es gratis -repitió el abogado. -Hey, no soy un hombre rico, pero no necesito su caridad -dijo Tomás inflexiblemente-. Si consigo salir de este resumidero, podré conseguir el dinero. 152


BUENAS NUEVAS ACERCA DE LA EXPIACIÓN

¡Toda la expiación es un regalo! El abogado sonrió amablemente. -No, si usted desea mi ayuda, debe aceptarlo como un regalo. Usted no puede pagarme parte alguna de ella. Es total y completamente gratis. Es una de las condiciones para que yo tome el caso. Tomás se mantuvo en silencio unos pocos minutos y luego preguntó: -¿Cuáles son las otras condiciones para recibir su ayuda? -Bien --contestó el abogado-, tengo otras buenas nuevas y malas nuevas para usted. Las buenas nuevas son que todo lo que tiene que hacer, si usted desea que tome su caso, es pedírmelo. Y yo lo tomaré inmediatamente. Las malas nuevas son que si yo tomara su caso, usted debería declararse culpable. Tomás quedó boquiabierto. -¿Usted no es culpable? -preguntó el abogado. -Uhhh ... sí. Pero si confieso mi culpabilidad a todos los cargos hechos contra mí, no tendré ni un suspiro de posibilidad. Ellos me arrojarían todo el Código civil encima. ¿Cómo se le ocurre pensar que será capaz de ayudarme si me considero culpable? -Tengo algunas malas nuevas y algunas buenas nuevas para usted --dijo el abogado-. Las malas nuevas son que si usted se considera culpable, por supuesto, será condenado. Y si usted no se declara culpable, el fiscal tiene suficientes pruebas como para que de cualquier forma sea condenado. De una u otra manera, no hay dudas de que usted recibirá la sentencia de muerte. -Entonces, ¿para qué tengo un juicio? --dijo Tomás. -Usted ha olvidado que tengo algunas buenas nuevas dice el abogado-. Estoy deseando tomar su sentencia y dejarlo libre a usted. -De ninguna manera -vocifera Tomás-. Usted no es quien ha vivido la vida extraviada. Yo lo he hecho. Yo no he hecho nada bueno. No merezco sino la muerte. Lo que merezco es 153


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morir en la horca. No hay manera en que usted pueda pagar por mis crímenes. El abogado replicó gentilmente: -Pero Tomás, ya lo he pagado. Todo lo que queda es que acepte mi sustitución en beneficio de Ud. Es suyo, si la acepta, y es completa. Cubre completamente sus crímenes. Después de un largo momento, Tomás preguntó tranquila~ mente: -¿Hay algo que yo debería saber antes del juicio? El abogado asintió con un movimiento de cabeza. --Sí, tengo algunas buenas nuevas y malas nuevas para usted. Las buenas nuevas son que usted será perdonado. Eso es indiscuti~ ble. Usted será capaz de estar delante de Dios y los hombres como si nunca hubiera pecado. Pero puede ser que haya algunas malas nuevas para usted. -¿A qué se refiere? -preguntó Tomás. -Es lo siguiente: usted ya no será un criminal. -¿Qué significa eso? --Que usted será una nueva persona. Tendrá una nueva orientación. Hay más en mi obra que simplemente pagar la penali~ dad de sus delitos y fechorías. Tengo incluso algo más para comple~ tar en su vida. Mientras usted aguarde a que tenga lugar el juicio, no continuará mintiendo, engañando, robando o matando. Usted llegará a ser puro, honesto y confiable. Trabajaremos estrecha~ mente, usted y yo. Llegaremos a ser grandes y buenos amigos. Mientras nos mantengamos asociados día tras día, usted llegará a odiar las cosas que alguna vez amó y amará las cosas que alguna vez odió. Usted llegará a ser una nueva persona totalmente. -Yo no estoy seguro acerca de eso ---dijo Tomás--. La pers~ pectiva del perdón me parece muy linda, pero ¿qué pasa si deseo andar en mis propios caminos? ¿No podemos hacer un arreglo de manera que pueda ser librado de la penalidad de mis acciones? ¿No es eso completamente suficiente? ¿En realidad tengo que dejar 154


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de ser un delincuente? -El perdón es sólo bueno para quienes están deseando que yo les dé una nueva vida -dijo el abogado. Tomás se quedó mirando el piso mientras el abogado esperaba pacientemente por su decisión. Por último, Tomás levantó su ca~ beza. -Me gustaría pedirle que torne mi caso -dijo-. Admito que soy culpable. Y en realidad, no deseo seguir siendo un delincuente. Acepto su ayuda. El abogado se levantó y extendió su mano. Tomás la asió fir~ memente y se selló el contrato. -¿Hay algo que debería saber antes de que me deje? ¡Pero la expiación todavía no se ha completado! -Sí, hay una cosa final -replicó el abogado-. Tengo unas pequeñas buenas nuevas y malas nuevas para usted. Tomás sonrió. -Déme las malas nuevas primero y luego el resto. ¡Aunque, después de todo, de repente no me parece corno que cualesquiera de sus malas nuevas hayan sido tan malas! El abogado también sonrió. -Muy bien. Las malas nuevas son que hemos establecido la fecha para su juicio. -¿Por qué? Esas no son malas nuevas en absoluto ---excla~ mó Tomás--. Con un abogado corno usted, ¿piensa que desearía permanecer en este lugar para siempre y que, incluso, mi caso nunca llegue a la corte? ¡Las nuevas del inminente juicio son nue~ vas tremendas! Y sus buenas nuevas tendrán que ser demasiado buenas corno para superar a las malas. El abogado miró a los ojos de Tomás por un momento antes de decir amablemente: -Las buenas nuevas son éstas: Cuando usted llegue al juicio, no sólo seré su abogado defensor. También seré su juez. 155



APÉNDICE ¿Qué capítulo de Daniel da más información concerniente al juicio investigador? Creo que la mayoría respondería: Daniel 8. En ese capítulo se encuentra el texto clave: "Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado" (Dan. 8:14). No obstante, esa respuesta está equivocada. Aunque Daniel 8 revela información valiosa, su importancia radica en que nos da la fecha del juicio. En realidad, la mayor cantidad de referen~ cias al juicio investigador en Daniel se encuentra en el capítulo 7. Si sólo tuviéramos Daniel 7, podríamos probar la existencia del juicio de los creyentes previo al advenimiento, y también podríamos deducir el tiempo aproximado de ese juicio. Daniel 7 repite Daniel 2, sólo que agrega detalles adicionales. En este capítulo, Daniel mismo sueña acerca de cuatro grandes bestias que salen del mar. La primera bestia era como un león; la segunda bestia como un oso; la tercera bestia como un leopardo, aunque tenía cuatro alas y cuatro cabezas; y la cuarta bestia era "espantosa, terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos grandes dientes de hierro; devoraba y desmenuzaba, pisoteaba las sobras con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que había visto antes de ella; y tenía diez cuernos" (vs. 4~ 7). ¿Qué significan esas bestias? En la explicación de la visión, Daniel se entera de que representan cuatro reyes o reinos que 157


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surgirán, y que "la cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra" (v. 23). La primera bestia, e11eón, es Babilonia. La segunda bes~ tia, el oso, simboliza a Medo~Persia. El que estuviese alzado de un costado más que del otro muestra la diferencia de poder entre las dos naciones de ese imperio. Las tres costillas que llevaba en~ tre los dientes (v. 5) se cree que son Lidia, Babilonia y Egipto, tres naciones que fueron aplastadas por el poder Medo~Persa. El leopardo era el próximo gran imperio mundial, y simbolizaba a los griegos bajo la dirección de Alejandro Magno. La cuarta bes~ tia, desde luego, era el último gran imperio: el romano. Durante siglos, numerosos eruditos de la Biblia, judíos y cristianos, han estado de acuerdo en cuanto al significado de esta secuencia exacta de naciones. Esta interpretación no es exclusi~ vamente adventista. Note, también, que la profecía de Daniel 7 es similar a Da~ nie1 2. Daniel 7 brinda más detalles que Daniel 2, y provee el fundamento para el resto de las profecías que estudiaremos. En Daniel 2 y 7 se pone énfasis en el cuarto reino. Y en ambos capítulos -aunque el cuarto reino es simbolizado por cosas diferentes-- se observan similitudes. La primera, desde luego, es que se trata del cuarto poder en las dos visiones. En ambas sucede a Grecia. En ambos lugares se 10 describe como "fuerte" (Dan. 2:40; 7:7). Los dos pasajes tienen la palabra hierro en sus descripciones. Vea Daniel 2:40; 7:7 y 19. Ambos reinos desmenuzan a otros poderes. Vea Danie12:40; 7:19 y 23. Y ambos po~ deres son divididos entre "reyes" o reinos (Dan. 2:41, 44; 7:24). Es claro que se describe al mismo poder. Sin embargo, en Daniel 7 aparece otro poder. Este poder no se separa de la cuarta bestia, Roma pagana; más bien, surge direc~ tamente de entre los diez cuernos que son parte de la cuarta bestia. Este poder es el cuerno pequeño. "Mientras yo contemplaba los cuernos, otro cuerno pequeño salió entre ellos, y delante de él 158


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fueron arrancados tres cuernos de los primeros. Este cuerno tenía ojos como de hombre y una boca que hablaba con gran insolencia" (v. 8). Más adelante se menciona nuevamente que el cuerno pequeño surge de la cuarta bestia, "de los diez cuernos que tenía en su cabeza, y del otro que le había salido, ante el cual habían caído tres. Este mismo cuerno tenía ojos y una boca que hablaba con gran insolencia, y parecía más grande que sus compañeros. Y veía yo que este cuerno hacía guerra contra los santos y los vencía" (vs. 20, 21). Más adelante se explica lo que son la cuarta bestia y el cuerno pequeño. "La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará. Los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ello~ se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y derribará a tres reyes. Hablará palabras contra el Altísimo, a los santos del Altísimo quebrantará y pensará en cambiar los tiempos y la Ley; y serán entregados en sus manos hasta tiempo, tiempos y medio tiempo" (vs. 23-25). En Daniel 2 vimos que el hierro era el poder que surgiría después de Grecia, y aunque cambió de forma, todavía tenía hierro hasta el final. Todavía era el mismo poder. En Daniel 7 teníamos una bestia que representaba a Babilonia, otra bestia para Medo-Persia, otra para Grecia y otra para Roma. El poder conocido como el cuerno pequeño era parte de la cuarta bestia que surgió después de Grecia, pero hacia el fin del tiempo pasa a la etapa de cuerno pequeño. Lo importante es que en Daniel 7, al igual que en Daniel 2, el poder que surge después de Grecia permanece hasta el fin del tiempo, aunque en una forma diferente. Notamos que la cuarta bestia, y el cuerno que surge de ella, ocupan un lugar central en Daniel 7. Se dedica más tiempo a 159


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ellos que al resto de las bestias combinadas, y se describe con mayor detalle el cuerno pequeño que cualquier otra bestia, in, cluso la cuarta. Obviamente, la identificación del cuerno peque, ño es de importancia clave. Por varios siglos, los estudiosos de la Biblia han comprobado, sin dejar lugar a dudas, que el cuerno pequeño simboliza el poder papal. Y con toda razón: se ajusta perfectamente. La mayoría de los adventistas han entendido esta identifi, cación. Sin entrar en detalles (hay mucho material disponible sobre el tema), hagamos un repaso: • Primero, el cuerno pequeño surgió de la Roma pagana. El papado también surgió de la Roma pagana. • El cuerno pequeño surgió de entre las diez tribus bárbaras que sucedieron al Imperio Romano pagano. El papado surgió entre las diez tribus, haciendo caer a tres de ellas, tal como el versículo 24 dijo que sucedería ("Y derribará a tres reyes"). • Se dice que el cuerno pequeño es "diferente" de los otros cuernos, e indudablemente el papado, un poder único en su clase, difería de las tribus bárbaras. • El pequeño cuerno habría de ser más recio que los otros, y evidentemente el papado fue más poderoso que las tri, bus bárbaras; si no hubiera sido así, no podría haber derri, bado a tres de éstas. • El cuerno pequeño hablaría "palabras contra el Altísi, mo". Las aseveraciones papales concernientes a la fun, ción y al poder del Papa son "grandes palabras" contra Dios. • El cuerno pequeño "hacía guerra contra los santos", y la historia muestra cómo el papado guerreó contra los hijos de Dios. • Este poder "pensará en cambiar los tiempos y la Ley". 160


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Cuando estudié esta profecía por primera vez, fui a la escuela católica, pedí un catecismo y busqué los Diez Mandamientos. Tal como se me había enseñado, el mandamiento que prohíbe la adoración de ídolos había sido eliminado. ¡Eso sí que es cambiar la Ley! Desde luego, todos los adventistas conocen las numerosas aseveraciones del Papa acerca del cambio de la observancia del sábado al domingo, tales como: "La iglesia católica por más del mil años antes de la existencia de un protestante, por virtud de su divina misión, cambió el día de reposo del sábado al domingo" (The Catholic Mirror [El Espejo Católico], 23 de septiembre de 1893). La señal definitiva de identificación, quizá la más importante, es que se da una profecía de tiempo concerniente a la actividad del papado. Los santos serían entregados en su mano "hasta tiempo, tiempos y medio tiempo" (v. 25). En la descripción del cuerno pequeño encontramos la primera profecía apocalíptica de tiempo en el libro de Daniel. "Tiempo, tiempos y medio tiempo" es una frase reconocida por eruditos judíos y gentiles con el significado de tres años y medio. Un tiempo es igual a un año, tiempos se refiere a dos años, y medio tiempo es la mitad de un año. En Apocalipsis 12 se hace referencia a este mismo período de tiempo y se iguala con "1.260 días". En la profecía, tres años y medio es igual a 1.260 días. Daniel 7, entonces, señala un período de tiempo del cuerno pequeño equivalente a tres años y medio o 1.260 días. Durante muchos años, los adventistas y otros han aplicado el principio de día por año a esta profecía. Si aplicamos el principio de día por año a los 1.260 días, tendremos 1.260 años. ¿Se ajusta esto a un período de tiempo para el papado? 161


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En 1698, Drue Cressner, un estudioso británico de la Biblia que estudiaba las profecías en Daniel 7 y Apocalipsis, llegó a las siguientes conclusiones: el cuerno pequeño de Daniel ~e refería al papado; el principio de día por año debe ser aplicado a estas profecías; y algo de naturaleza drástica sucedería al papado alrededor del año 1800. En sus propias palabras: "El tiempo de la bestia termina alrededor del año 1800" (citado por LeRoy Froom, The Prophetic Faith of Our Fathers [La fe profética de nuestros padres], t. 2, p. 595). Sabemos que en el 538 d.C. el último poder arriano (uno de los tres cuernos derribados) fue expulsado de Roma, dándosele al papado la autoridad total sobre la ciudad. Exactamente 1.260 años después, en 1798, el general francés Berthier tomó preso al Papa. Usted puede leer acerca de este suceso en publicaciones católicas que describen el cautiverio del Papa, quien murió en el exilio a manos de los franceses. (Sabemos que aunque el papado recibió una herida mortal, más tarde revivió. Daniel 7, que cubre miles de años en unos pocos versículos, no tiene espacio para detalles. Más adelante, en el Apocalipsis, especialmente el capítulo 13, se nos brinda un enfoque más detallado de lo que sucedió al final del período de 1.260 años y la recuperación del papado.) Drue Cressner, al aplicar las profecías al papado, predijo que algo sucedería "cerca del año 1800". ¡SU predicción sería como si alguien en 1888 hubiera predicho quién sería el presidente de los Estados Unidos en 1988! La razón por la que él pudo ser tan exacto, es que el papado cumple esta profecía perfectamente. Por siglos, los protestantes unánimemente aplicaron esta profecía al papado. Lutero, Zwinglio, Calvino, Melanchton y todos los reformadores durante los siguientes tres siglos entendieron que el cuerno pequeño de Daniel 7 se refería al papado. (Para un estudio limitado de por qué 162


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pocos protestantes aplican esta profecía al papado actualmente, vea mi librito Manos sobre el abismo, Pacific Press, 1988). Aun antes de la Reforma, un erudito judío llamado Isaac Abravanel, después de estudiar Daniel 7, escribió: "He llegado a la conclusión privada de que el cuerno pequeño se refiere al dominio del papado" (citado por LeRoy Froom, La fe profética de nuestros padres, t. 2, p. 228). Hasta el momento hemos visto --en orden cronológico-- a Babilonia, Medo-Persia, Grecia, Roma pagana y Roma papal. Esta es la secuencia exacta de Daniel 7: Babilonia Medo-Persia Grecia Roma pagana Roma papal Pero ¿qué viene después de Roma papal en la profecía? "Mientras yo contemplaba los cuernos, otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros. Este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba con gran insolencia. Estuve mirando hasta que fueron puestos unos tronos, y se sentó un Anciano de días. Su vestido era

blanco como la nieve; el pelo de su cabeza, como lana limpia; su trono, llama de fuego, y fuego ardiente las ruedas del mismo. Un río de fuego procedia y salia de delante de él; miles de miles lo servían, y mi, llones de millones estaban delante de él. El Juez se senro y los libros fueron abiertos ... y le fue dado dominio, gloria V reino, para que todos los pueblos, naciones V lenguas lo sirvieran; su d~ minio es dominio etemo, que nunca pasará, V su reino es uno que nunca será destruido" (vs. 8-14). El versículo 8 describe el poder del cuerno pequeño. ¿Qué viene inmediatamente después en los versículos 9 y lO? Vemos tronos que fueron "puestos". Vemos al "Anciano de días", a 163


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quien reconocemos como Dios. Vemos ríos de fuego; vemos "mi~ Hones de millones" delante de él, y finalmente: "El Juez se sentó y los libros fueron abiertos". ¡Indudablemente, esta escena descri, be un juicio en el cielo! ¡Lea los versículos 8 hasta el 10 nuevamente! Se trata de una típica escena de juicio y, obviamente, considerando el con, texto, este juicio ocurre en el cielo. ¿Y qué sucede después de esta escena de juicio celestial? Dios establece su reino, un reino "que nunca será destruido" (v. 14). ¿Cuándo es que Dios finalmente establece su reino? En oca' sión de la segunda venida de Jesús. Observe el orden específico de eventos en estos pocos versículos. Esta parte es crucial. Tenemos este cuerno pequeño (el que surge de la cuarta bestia, según las tres descripciones cita' das), luego una escena de juicio en el cielo y finalmente Dios establece su reino. Cuerno pequeño. Juicio en el cielo. Dios establece su reino. Lea estos versículos nuevamente hasta que pueda notar esta secuen, cia. Es importante que lo entienda. Esta secuencia es tan crucial que se repite nuevamente en el mismo capítulo. "Y veía yo que este cuerno [papado] hacía guerra contra los santos y los vencía; hasta que vino el Anciano de días, y se hizo justicia a los santos del Altísimo {juicio1; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino [el reino de Dios]" (vs.

21,22). Nuevamente, en el mismo orden cronológico que antes: cuerno pequeño (papado), el juicio y el reino de Dios. Esta secuencia es tan importante que la tenemos por tercera vez en el mismo capítulo. "Hablará contra el Altísimo, a los san, tos del Altísimo quebrantará y pensará en cambiar los tiempos y la Ley; y serán entregados en sus manos hasta tiempo, tiempos y medio tiempo. Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio, 164


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para que sea destruido y arruinado hasta el fin, y que el reino, el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo sean dados al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios lo servirán y obedecerán" (vs.25-27). Aquí tenemos una descripción del cuerno pequeño que termina con la primera profecía de tiempo en Daniel, lo que destaca una fase de la obra de este cuerno pequeño. Después del cuerno pequeño tenemos el juicio. Finalmente, Dios establece su reino. La secuencia, que se encuentra tres veces en Daniel 7, es esta: 1. Roma papal (cuerno pequeño) 2. Juicio en el cielo 3. El reino de Dios establecido Veamos la secuencia que tenemos en el capítulo 7 en comparación con el capítulo 2:

DANIEL 2

DANIEL 7

Babilonia Medo- Persia Grecia Roma (pagana) Roma (Europa/papal)

Babilonia Medo-Persia Grecia Roma (pagana) Roma (papal) Juicio en el cielo Reino de Dios

Reino de Dios

Vemos en el diagrama anterior que todo 10 que ocurre en Daniel 2 y Daniel 7 es cronológico. Se mueve a 10 largo de una línea temporal desde el pasado hasta el futuro. ¿Dónde es que este diagrama localiza al juicio en el cielo? Primero fue Babilonia. Después de Babilonia fue Medo-Persia. Después de Medo-Persia fue Grecia. Después de Grecia, Ro165


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