El club de los jóvenes curiosos

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“El club de los jóvenes curiosos”

©2024

©De esta edición:

2024, Editorial Perro Salchicha

Av. de Jerez, S/N, 41001 Sevilla, España

Coordinación de literatura: Editorial Perro Salchicha

Ilustraciones: Editorial Perro Salchicha

Dirección de arte: Editorial Perro Salchicha

Proyecto Gráfico: Editorial Perro Salchicha

ISBN: 978-61-321-0924-6

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2024-14240

Registro proyecto editorial N.° 31501401800967

Primera Edición: agosto 2024

Primera reimpresión: agosto 2024

Tiraje: 2500 ejemplares

Impreso en el Perú - Printed in Peru

Cecosami

Calle 3 Urb Santa Raquel

Publicado en agosto de 2024

Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en, o trasmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma y por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo pro escrito de la Editorial

En el tranquilo campo de La Matucana, mi amiga Eliana y yo, con 14 y 15 años, decidimos formar un club para hablar sobre las inquietudes de la adolescencia. Eliana, apasionada por los atardeceres y la música, siempre estaba llena de ideas. Nos reuníamos casi todos los sábados en su casa del árbol, donde discutíamos lo que nos esperaba en esta nueva etapa y los temas de la vida adulta.

Una mañana, en la clase de Ciencias Sociales, nos hablaron sobre los cambios físicos y emocionales que ocurren durante la adolescencia. Esto despertó nuestra curiosidad, así que decidimos investigar más a fondo.

¿Qué es el estrés? ¿Ansiedad? ¿Por qué nosotros y no otros? ¿Qué pasa si no quiero crecer? ¿Qué sucede después? ¿Por qué tanto miedo?

En los últimos sábados, hemos hablado mucho sobre los cambios físicos y, sobre todo, los emocionales. A mí ya me está cambiando la voz y Eliana está más sensible que nunca.

Es raro; de la noche a la mañana, no nos reconocemos y estamos algo perdidos. No quiero crecer. ¿Y si crezco y no me gusta cómo soy? ¿Hormonas? ¡Dios mío!

¿Cómo es posible que tengamos que soportar todo esto? Solo somos adolescentes. ¿Ser adultos? ¿Todo esto tenemos que pasar para terminar pagando impuestos? Nos explicaron que es normal, pero ¿qué es ‘normal’? ¿Ser sensible? Eliana llora al ver a unos abuelitos abrazados en el parque, y a mí solo me surgen más dudas. Cada día es más confuso.

Nuestros amigos están pasando por lo mismo; muchos ya se están desarrollando físicamente. ¿Por qué actúan como si lo tuvieran todo bajo control? ¿No tienen miedo? Sí, sabemos que es normal, lo explicaron en clase, pero ¿qué más? Estamos creciendo y es irreversible. No hay un manual que nos diga cuándo pasarán las cosas. Queremos estar preparados.

Es increíble lo cambiante que somos. Dicen que es el momento más difícil de la vida. No te soportas ni a ti mismo, y tus padres te preguntan cosas como “¿Ya sabes qué estudiar?” o “¿A qué universidad quieres entrar?”

No sabes qué responder o te inventas algo para aparentar que sí.

Para algunos adolescentes, la experiencia puede ser muy diferente.

Algunos han tenido padres que los apoyaron desde niños, y otros están ausentes. En mi caso, mis padres nunca han estado presentes, y creo que esa es la razón por la que aún no logro encontrarme a mí mismo. A veces siento que dependo emocional y psicológicamente de otros.

¿Dependencia emocional? Sé que mis amigos y Eliana siempre estarán para mí, pero ¿y si yo no puedo estar para ellos? ¿Quién me asegura que con tantos cambios no termine cambiando yo? No quiero perder a nadie, y menos a mí mismo.

Estamos seguros de que no somos los únicos con tantas ganas de entender todo esto.

Esa misma tarde decidimos organizar una presentación en la escuela para compartir lo que habíamos aprendido. Nos dimos cuenta de que no éramos los únicos con tanto miedo.

Fue un éxito total; se notaba el interés de todos por encontrarse a sí mismos y el agradecimiento porque, por fin, nos atrevimos a hablar, no desde el miedo, sino con ganas de aprender y sin juzgar.

Desde entonces, la casa del árbol se convirtió en un refugio de encuentro no solo para nosotros, sino para cualquier joven que necesitara hablar y encontrar respuestas.

Comprendimos que la adolescencia es un período de cambios significativos, pero que con confianza y valentía podemos enfrentar. Así, el club de los Jóvenes Curiosos se convirtió en un faro de luz y comprensión para muchos adolescentes.

Este cuento ilustra cómo los jóvenes pueden aprender y entender mejor la adolescencia, investigando y compartiendo sus propias vivencias para así ayudar a otros en este viaje llamado adolescencia.

Este es el diario del Club de los Jóvenes

Curiosos. ¿Estás preparado para afrontar todo lo que conlleva ser un adolescente?

Pronto descubrirás secretos que desafían tus emociones y vivirás una aventura que cambiará tu vida para siempre.

¿Te atreves a unirte al club?

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