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MÉXICO LINDO

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MARCAN PARÍS

MARCAN PARÍS

POR CLAUDIA CÁNDANO

La sensación de llegar a un espacio abierto es deliciosa por muchísimas razones. Me aventuraría a decir que la más importante es que te hace sentir libre. Las corrientes de aire que se presentan por cualquier parte, el paisaje infinito y el olor, que me cuesta describir, pero para mí el olor es clave para percibir la libertad. Y una vez que sientes que puedes hacer lo que quieras, ayuda estar en un lugar que estéticamente es perfecto. Así es el Four Seasons Resort Tamarindo en México.

¿Te acuerdas de un anuncio en el que un papá le decía a su hijo que todo lo que tocaba el sol sería suyo? Bueno, pues más o menos así se siente en Tamarindo, solo que puede ser tuyo por algunos días, no para siempre. Esta reserva natural en las playas de Jalisco tiene 1,200 hectáreas de tierra, pero si a eso le sumas el mar, se vuelve todo lo que toca el sol. ¿Ya te están dando ganas de ir?

Además de una naturaleza diversa en donde encuentras selva tropical, montañas y playas desiertas, también hay una parte creada por la mano humana que vale la pena conocer. Este resort fue diseñado ni más ni menos que por Víctor Legorreta y Mauricio Rocha, dos de los arquitectos mexicanos con más prestigio. Y en conjunto con el paisajista Mario Schjetnan lograron un proyecto que se funde con el paisaje y que se desvanece en la naturaleza. La estructura es auténticamente mexicana y entremezcla elementos de la cultura prehispánica con detalles de la arquitectura contemporánea. Siempre respetando el entorno, tanto que solo 2% del área está desarrollada y el resto respeta la biodiversidad de la reserva. Si ves la construcción desde la playa, parecen líneas que se esconden en la selva. Y si estás sentado en un camastro de la alberca o en el lobby, las líneas se funden con el mar. La idea de que esté hecho en niveles (120 metros de altura desde el nivel del mar) viene de la referencia de los templos prehispánicos, y cada una de sus plataformas son como escalinatas revestidas por piedra y agua que te llevan hasta el lobby. Aquí quiero hacer una pausa, porque este espacio que te recibe lo merece, especialmente por el impresionante mural de arte huichol que representa una noche de estrellas en Tamarindo y con una carga importante de simbolismos de la cultura. Esta obra fue creada por un grupo de artesanos de Kauyumare, una organización que agrupa a artistas huicholes con el fin de preservar sus técnicas y tradiciones ancestrales. Los muebles de madera (diseño de Uribe Krayer) y cojines en crudo combinados con otros azules, también de textiles artesanales de Chiapas, son el complemento ideal para hacer un espacio armónico y que resalte el mural.

Una de las cosas que más me gustó de Four Seasons Resort Tamarindo fue el interiorismo curado por Ofelia Uribe y Erica Krayer (Uribe Krayer) y Esterlina Campuzano (Estudio Esterlina). El trabajo de estas tres diseñadoras de interiores busca la integración de los espacios con tonalidades neutras y un enfoque en los materiales para darle protagonismo a los colores de la naturaleza. Otro eje dentro de la creación de los espacios fueron los textiles. Algunos se ven en los cojines, como mencionaba, y fueron hechos en telar de cintura por mujeres de Chiapas y curados por Onora. Otros, que vemos como obras de arte colgados en las habitaciones, son del gran maestro textilero Remigio Mestas, quien hace una gran labor al rescatar, preservar y renovar el arte textil indígena, especialmente en Oaxaca. Les paso el tip, en la tienda pueden encontrar opciones espectaculares de huipiles, blusas y otras piezas de Remigio.

El mobiliario de las habitaciones y las suites fue diseñado por el estudio Uribe Krayer en maderas recuperadas, especialemente de parota. La curaduría puramente de artesanía mexicana se hizo con la ayuda de Taller Maya y Ensamble Artesano.

Las 157 habitaciones son pequeñas galerías de arte mexicano llenas de detalles que van desde árboles de la vida creados por el artesano Óscar Soteno en el Estado de México, unos increíbles páneles de Olinalá creados por Víctor García Mejía, Gabriel García Mejía, Alicia Ortega García e Ismael Espinoza Pérez, de Guerrerro, hasta piezas de la dupla de fotógrafas Lake Verea. Cada cuarto tiene artesanías de distintos puntos del país y juntas hacen un buen resumen de la riqueza que tenemos en la creación de objetos de colección.

Por otro lado, los uniformes del staff del hotel son de Kris Goyri. El diseñador mexicano trabajó con la inspiración del entorno y la mezcló con siluetas de la ropa prehispánica para lograr una colección llena de color que le da coherencia a todo lo que vemos dentro de la reserva. Las guayaberas rayadas en tonalidades cálidas y los vestidos azules son piezas que todos quisiéramos llevarnos como souvenir.

Me costó trabajo elegir un espacio favorito, porque a la hora del atardecer la alberca principal puede ser el lugar ideal para verlo mientras te tomas un mezcal o tequila, pero la terraza de la habitación también es perfecta para acostarte en la hamaca con un café y tu libro, para después darte un baño en la regadera exterior.

Les recomiendo que vayan a Four Seasons Resort Tamarindo, para que se den una idea de lo que es un paraíso mexicano.

Los materiales principales de la construcción son concreto, madera, metal y muros de piedras labradas colocados a mano.

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