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DISEÑAR LA VIDA QUE QUIERES
Lourdes Castañeda enfrentó la falta de referentes mujeres en su carrera, pero decidió crear su camino y buscar oportunidades para crecer.
Lourdes Castañeda decidió estudiar Ingeniería en un momento en el que esa carrera parecía estar reservada para hombres. Era finales de los 90 y su decisión levantó olas. Entonces no había muchos ejemplos de mujeres ingenieras exitosas y eso generó preocupación respecto a que la joven tuviera más paredes que puertas para desenvolverse profesionalmente.
“Me acuerdo de la discusión con mi mamá. En ese momento, la ingeniería no parecía una carrera en donde las mujeres tuvieran un camino profesional claro. Y ella entonces me decía: ‘Para qué vas a estudiar ingeniería, en qué vas a trabajar, eso es muy complicado’. Y yo estoy segura de que ella me lo decía porque tenía un interés genuino en que, tanto mis hermanos como yo, realmente tuviéramos oportunidades para desarrollarnos”, recuerda.
Pero Castañeda no quiso asumir que “algo le toca o no” simplemente por ser mujer. En 1999 se matriculó en la carrera de Ingeniería Industrial en la Universidad Panamericana y decidió que, en adelante, “diseñaría la vida que quería vivir”.
A la mitad de la carrera buscó estudiar un semestre en el extranjero y estuvo alrededor de siete meses en Canadá, lo que le permitió tener una idea más clara de todas las posibilidades profesionales que tendría como ingeniera.
Cuando regresó a México, y ya en los últimos meses de la carrera, aprovechó la visita de Unilever, como parte del programa de vinculación entre empresas y estudiantes que organizó su universidad, para dejar su currículum. “Me llamaba la atención que era una empresa transnacional global y que las oportunidades parecían infinitas”.
“Las empresas tienen que ir a las universidades y presentar aquellas actividades que antes quizás estaban pensadas para el género masculino”, dice Víctor Esquivel, socio director general de KPMG en México. “Es importante tener role model dentro de las organizaciones y tener constantemente ejemplos de cómo el género femenino está teniendo éxito”.
Castañeda ingresó al área de Marketing y Ventas como trainee en 2004.
Aunque nunca tuvo en mente, al menos no de manera consciente, ser la cabeza de la empresa, siempre tuvo claro que quería crecer dentro de la compañía. Esperaba encontrar inspiración en el camino recorrido por las mujeres que ya tenían una carrera consolidada en Unilever, pero se encontró con que la cantidad de mujeres en posiciones de liderazgo eran muy pocas.
“Entonces me pregunté si esta era la compañía en donde iba a poder crecer y lograr mis aspiraciones. Pero pensé: ‘Bueno, si no es así hoy, así será mañana’”.
El Camino Para Crecer
Castañeda empezó a allanar su propio camino y decidió aceptar todas las oportunidades que se le presentaban. En 2007, llegó el ofrecimiento de una primera gerencia en el área de Customer Marketing, y cuatro años después, para ocupar la gerencia de Brand Building Hair.
“No siempre estaba buscando un movimiento hacia arriba, pero sí tenía la ambición de ir creciendo dentro de la compañía, y parte de ese crecimiento lo obtuve con movimientos laterales en diferentes áreas. Más que ver solo hacia arriba, siempre pensaba en lo que la nueva posición me podía aportar a mí y lo que yo podía hacer por la posición”, dice.
La mayoría de sus cargos estuvieron en el área de Ventas y Mercadotecnia, donde vio una oportunidad para resolver las necesidades de las personas e impactar sus vidas de manera positiva a través de los productos, algo que ella quería lograr en su carrera. “Dentro de la ingeniería hay una parte importante de formación de procesos que te da estructura de pensamiento, y en ‘merca’ te permite aplicarla”.
El ascenso más retador en su carrera llegó en 2012, cuando le ofrecieron su primera dirección en el área de Customer Development-Customer Marketing, justo en su séptimo mes de embarazo. “Tomé
UNA DE LAS COSAS QUE HIZO LA DIFERENCIA EN MI CRECIMIENTO DENTRO DE LA COMPAÑÍA FUE TOMAR DIFERENTES OPORTUNIDADES, NO SIEMPRE HACIA ARRIBA; ALGUNAS DE ELLAS FUERON MOVIMIENTOS LATERALES.
la decisión de ser mamá y, en ese momento, no tenía claro qué iba a significar para mi carrera”. Justo en ese punto, sus jefes le ofrecieron su primera dirección. “Eso me dio mucha motivación para seguir”, dice.
En los casi 19 años de carrera en Unilever, Castañeda ha desempeñado ocho posiciones, entre ellas, dos gerencias, dos direcciones y dos vicepresidencias, una presidencia local y otra regional. Hoy, ella es la directora general de la filial mexicana de Unilever y también es la directora general de la unidad de negocio de Nutrición de la compañía para Latinoamérica.
Al
Curiosamente, y a la hora de reflexionar sobre cuáles han sido los mayores retos que ha enfrentado en su carrera, Castañeda menciona el lograr un balance entre su trabajo y su vida personal. “Me parece que ha sido un reto constante, pero hubo un consejo que me dieron en algún momento: ‘Tu vida es mucho más que tu cargo laboral. Asegúrate de que en ella haya algo más que solo trabajo’. Y creo que he disfrutado tanto mi carrera porque hace sinergia con lo que quiero lograr”.
FLEXIBILIDAD, LA CLAVE
Unilever ha trabajado, desde 2011, en esquemas flexibles que han facilitado la llegada de más mujeres a posiciones de liderazgo. “Somos una organización que trabaja por objetivos. ¿Qué te da eso? Que puedes adaptar tu agenda, tus horarios, a tu estilo de vida”, dice. No obstante, Castañeda asegura que, para que estos programas realmente puedan empoderar al talento femenino, no deben ser exclusivos para las mujeres, sino que sea una facilidad que tenga toda la compañía.
“No es un programa de mujeres, que solo las beneficia a ellas, sino que es común. Entonces, debemos generar puentes que nos permitan llegar a donde queremos estar, incluir a los hombres para que puedan entender qué necesitamos, porque a ellos les toca ser los habilitadores de esta flexibilidad”, dice.
A diferencia de hace 19 años, cuando Castañeda llegó como trainee a Unilever, hoy hay 50% de mujeres en posiciones de gerencia hacia arriba.
“Algo que fue muy importante para mí fue el poder tener claridad sobre para qué estaba trabajando. Yo busco impactar positivamente la vida de las personas con lo que hago y tener un propósito que vaya más allá de solo llegar a un objetivo numérico. Genuinamente, me da un aliciente para trabajar cada día”, concluye.