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ESTRATEGIAS PARA LA MITIGACIÓN DE LA RESISTENCIA BACTERIANA

Uso Y Desarrollo De Bacteri Fagos En El Rubro Veterinario

Uno de los retos que más tiene ocupado al gremio del área de la salud es la conocida resistencia bacteriana, que ha dado origen a las denominadas “superbacterias”, las cuales son capaces de resistir los efectos de una amplia gama de antibióticos. Por tanto, la necesidad de buscar nuevas estrategias de tratamiento para infecciones bacterianas ha reanudado los estudios sobre los virus bacteriófagos.

Debido a esta situación, exploramos los avances que se han logrado desde el descubrimiento de estos agentes virales, el enfoque que se les ha dado con el pasar del tiempo, los resultados que se han conseguido con las nuevas tecnologías, así como su uso actual y algunos resultados alcanzados.

La resistencia bacteriana ha sido propiciada por diversos factores desde el descubrimiento de los antibióticos, estos se han utilizado con diversos fines tanto de forma individual en la clínica, como a nivel de producción animal, siendo este último uno de los principales mercados en donde se explota el uso de antibióticos, ya que su función principal es preventiva, fungiendo como promotores del crecimiento. Sin embargo, dadas las situaciones actuales, esta práctica ha sido prohibida en muchos países, ya que los residuos farmacológicos y el uso desmedido de estos, han incrementado la presión de adaptación hacia estos microorganismos, acelerando el fenómeno de resistencia bacteriana.

Durante el año 2017, se produjeron en torno a 700,000 muertes por bacterias resistentes a antibióticos, y se calcula que para 2050 se superen las 10 millones de muertes.

(A.Santos, 2017)

Este resultado biológico se da gracias a los plásmidos. Los plásmidos son cadenas circulares de material genético y son los responsables de la adaptación celular que sufren las cepas bacterianas para lidiar con los efectos de los antibacterianos. Estas cadenas de ADN se replican de manera independiente al material genético de la bacteria, una vez que la bacteria muere y libera sus plásmidos, estos pueden ser captados por otras bacterias adyacentes de tal forma que ahora cuentan con la información necesaria para fabricar las herramientas con las que resistirán al agente patógeno. Así, aquellas bacterias que hayan conseguido interiorizar los plásmidos tendrán la información genética necesaria para generar los mecanismos de defensa necesarios para su supervivencia.

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