Al final del trabajo

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Al final del trabajo Simon Gush


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Red, 2014-2016


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Red, 2014-2016


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Al final del trabajo

Al final del trabajo es la primera exposición en México del artista sudafricano Simon Gush. En ella se presentan obras recientes que reflexionan sobre el problema del trabajo en el mundo contemporáneo. La idea de “al final” nos remite, por un lado, a la distribución del tiempo a partir de la jornada laboral y, por el otro, al problema de la desaparición del trabajo en el capitalismo posfordista, donde lo que se desvanece no sólo es el trabajo como principal potencia de la actividad humana sino el trabajador como fuerza social. La muestra presenta una serie de aproximaciones a las transformaciones del trabajo, tanto en su materialidad como en su representación. A través de su investigación, el artista explora la configuración de nuestras sociedades así como la creación de la temporalidad con la distribución laboral del tiempo. Por otro lado, a partir de la tensión entre la memoria y los objetos, Gush abre la historia de las luchas laborales y raciales en Sudáfrica para poder pensar en la imagen como una intervención política. Gush construye una historia del problema laboral en Sudáfrica; lo contundente de su investigación permite abrir un problema global en el que nos encontramos todos. ¿Cómo operar bajo los términos del trabajo cuando éste desaparece como forma de establecer un común y una fuerza social? Si bien puede parecer muy lejana la historia de Sudáfrica, esta exposición invita a reflexionar sobre el trabajo de forma local. Quizá nuestro referente no está en el norte sino en ese sur global que algunos han dado por llamar shitholes, sin entender que de estos lugares emanan propuestas que permiten pensar otras salidas y formulaciones. Curaduría: Helena Chávez Mac Gregor (Investigadora IIE, UNAM) Virginia Roy Luzarraga (Curadora adjunta MUAC, UNAM)

Sin título (Cosatu) 1, 2011 (en colaboración con Louise Almon)


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Al final del trabajo

Al final del trabajo es la primera exposición en México del artista sudafricano Simon Gush. En ella se presentan obras recientes que reflexionan sobre el problema del trabajo en el mundo contemporáneo. La idea de “al final” nos remite, por un lado, a la distribución del tiempo a partir de la jornada laboral y, por el otro, al problema de la desaparición del trabajo en el capitalismo posfordista, donde lo que se desvanece no sólo es el trabajo como principal potencia de la actividad humana sino el trabajador como fuerza social. La muestra presenta una serie de aproximaciones a las transformaciones del trabajo, tanto en su materialidad como en su representación. A través de su investigación, el artista explora la configuración de nuestras sociedades así como la creación de la temporalidad con la distribución laboral del tiempo. Por otro lado, a partir de la tensión entre la memoria y los objetos, Gush abre la historia de las luchas laborales y raciales en Sudáfrica para poder pensar en la imagen como una intervención política. Gush construye una historia del problema laboral en Sudáfrica; lo contundente de su investigación permite abrir un problema global en el que nos encontramos todos. ¿Cómo operar bajo los términos del trabajo cuando éste desaparece como forma de establecer un común y una fuerza social? Si bien puede parecer muy lejana la historia de Sudáfrica, esta exposición invita a reflexionar sobre el trabajo de forma local. Quizá nuestro referente no está en el norte sino en ese sur global que algunos han dado por llamar shitholes, sin entender que de estos lugares emanan propuestas que permiten pensar otras salidas y formulaciones. Curaduría: Helena Chávez Mac Gregor (Investigadora IIE, UNAM) Virginia Roy Luzarraga (Curadora adjunta MUAC, UNAM)

Sin título (Cosatu) 1, 2011 (en colaboración con Louise Almon)


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Un problema visible (VI)

La era del postrabajo está aquí. No se trata de la liberación del trabajo a través de la automatización, ni del nacimiento de una era donde impere el ocio. No se trata de una sociedad utópica más allá del trabajo, donde éste ha sido deliberadamente desplazado del centro. Sin embargo, el trabajo está en retroceso. Ya no puede ocupar justificadamente el lugar que una vez tuvo en la estructura o en nuestra imaginación. El postrabajo está aquí y con aquí me refiero a este punto geográfico, Sudáfrica, y a este momento, ahora.

Desempleable La crisis del desempleo es un tema muy debatido en Sudáfrica. Oficialmente, la tasa de desempleo es del 27.7% y la tasa de desempleo expandida, que incluye a aquellos que han abandonado la búsqueda de trabajo, es de 36.4%.1 Para quienes tienen un empleo formal, es probable que el trabajo sea subcontratado y precario, y para quienes no trabajan como asalariados, su trabajo es en gran medida intermitente e informal, si es que lo tienen. Sin embargo, a pesar de su creciente ausencia, el trabajo domina los cimientos de nuestra sociedad. La función simbólica de un empleo dentro de la sociedad no ha disminuido. Todavía es el medio a través del cual la mayoría de los sudafricanos se imaginan a sí mismos cumpliendo sus sueños y ambiciones. El trabajo juega un papel central en la subjetividad, cómo nos vemos a nosotros mismos y nuestro lugar en la sociedad. La lucha contra el desempleo, con el fin de mejorar las condiciones de vida, a menudo se articula a través de la lucha por un trabajo digno.

1 Estadísticas de Sudáfrica, Encuesta trimestral de población activa – Primer trimestre de 2017 (http://www.statssa.gov.za/publications/P0211/P02111stQuarter2017.pdf)


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Un problema visible (VI)

La era del postrabajo está aquí. No se trata de la liberación del trabajo a través de la automatización, ni del nacimiento de una era donde impere el ocio. No se trata de una sociedad utópica más allá del trabajo, donde éste ha sido deliberadamente desplazado del centro. Sin embargo, el trabajo está en retroceso. Ya no puede ocupar justificadamente el lugar que una vez tuvo en la estructura o en nuestra imaginación. El postrabajo está aquí y con aquí me refiero a este punto geográfico, Sudáfrica, y a este momento, ahora.

Desempleable La crisis del desempleo es un tema muy debatido en Sudáfrica. Oficialmente, la tasa de desempleo es del 27.7% y la tasa de desempleo expandida, que incluye a aquellos que han abandonado la búsqueda de trabajo, es de 36.4%.1 Para quienes tienen un empleo formal, es probable que el trabajo sea subcontratado y precario, y para quienes no trabajan como asalariados, su trabajo es en gran medida intermitente e informal, si es que lo tienen. Sin embargo, a pesar de su creciente ausencia, el trabajo domina los cimientos de nuestra sociedad. La función simbólica de un empleo dentro de la sociedad no ha disminuido. Todavía es el medio a través del cual la mayoría de los sudafricanos se imaginan a sí mismos cumpliendo sus sueños y ambiciones. El trabajo juega un papel central en la subjetividad, cómo nos vemos a nosotros mismos y nuestro lugar en la sociedad. La lucha contra el desempleo, con el fin de mejorar las condiciones de vida, a menudo se articula a través de la lucha por un trabajo digno.

1 Estadísticas de Sudáfrica, Encuesta trimestral de población activa – Primer trimestre de 2017 (http://www.statssa.gov.za/publications/P0211/P02111stQuarter2017.pdf)


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Ideológicamente, Sudáfrica se puede describir como lo que la teórica Kathi Weeks llama una sociedad de trabajo.2 Weeks sugiere que el papel del trabajo no se limita simplemente a ser el medio a través del cual se distribuye el ingreso, sino que es un principio fundamental de estructuración.

servicios básicos; lo que resultó en que el acceso a tales servicios, fuera a través de pago.6 Debido a que todo esto se estableció en el contexto de una política que restaba importancia a las prestaciones sociales,7 el trabajo se convirtió en la forma principal (y la única oficial) de distribución del ingreso y, así, de acceso a los servicios.

El trabajo es el principal medio por el cual los individuos se integran

Sin embargo, esta centralización del trabajo no comenzó con la neoliberalización, sino que es la continuación y desarrollo de las movilizaciones de la época colonial y del apartheid de las formas de ética de trabajo (protestante). Esto es importante por la dimensión racial del problema. Lo que el gobierno posterior al apartheid trata de abordar no es solo una cuestión de clase, sino también que la gente de color experimenta el desempleo de forma abrumadora y desproporcionada.

no sólo en el sistema económico, sino también en los modos de cooperación social, política y familiar. El hecho de que las personas deban trabajar es fundamental para el contrato social básico; de hecho, el trabajo es parte de lo que se supone que transforma a los sujetos en individuos independientes del imaginario liberal, y por esa razón, se le trata como una obligación básica de la ciudadanía.3

Cuando el papel del trabajo como principal medio de acceso a la ciudadanía se combina con su carencia, se propaga la naturalización de la idea de que el empleo pleno es posible y de que el desempleo está sujeto al cambio. Se nos pide que creamos que es posible que el crecimiento económico supere la afluencia de personas en busca de empleo.4 De ello depende la racionalización de la política gubernamental. Aunque se puede argumentar que estos procesos comenzaron antes, en 1996, el gobierno posterior al apartheid, bajo la presidencia de Nelson Mandela, comenzó a adoptar una agresiva política neoliberal, conocida como Estrategia de Crecimiento, Empleo y Redistribución (GEAR).5 Esto representó la formalización de una contradicción como política oficial. La GEAR trajo consigo la precarización y flexibilización del mercado laboral y la dependencia en las empresas para resolver la crisis del desempleo, lo que provocó una disminución constante del trabajo. Al mismo tiempo, aceleró aún más la privatización de los Kathi Weeks, The Problem with Work: Feminism, Marxism, Antiwork Politics and Postwork Imaginaries (El problema con el trabajo: feminismo, marxismo, política antitrabajo e imaginarios del post-trabajo (Durham y Londres, Duke University Press, 2011), 5. Weeks se refiere específicamente a EE. UU., sin embargo, su idea es aplicable al contexto sudafricano.

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3

Es evidente que la situación en Sudáfrica está más allá del punto en el que los desempleados no pueden describirse adecuadamente como un “ejército de trabajadores de reserva”, pues están mucho más allá de los niveles estructuralmente requeridos para que el capitalismo mantenga su buen funcionamiento. La constante eliminación de los medios de subsistencia por parte de los sistemas coloniales, y ahora neoliberales, procede ahora de una manera que ha generado un exceso de población que no está destinada a integrarse. En ese sentido, los que están afuera no son desempleados, sino desempleables, sujetos a un sistema cerrado.

Ibid, 7.

Esta afluencia es a la vez resultado de la migración laboral y de los jóvenes que ingresan al mercado laboral.

4

Prishani Naidoo y Ahmed Veriava, Re-membering Movements: Trade Unions and New Social Movements in Neoliberal South Africa. (Re-capitulación de movimientos: sindicatos y nuevos movimientos sociales en la Sudáfrica neoliberal), Durban, Universidad de KwaZulu Natal, Investigación y educación en el desarrollo, Informe de investigación No. 28., 2005), 6. http://ccs. ukzn.ac.za/files/RReport_28.pdf

5

De igual forma, se puede argumentar que la privatización específicamente neoliberal es una continuación de la acumulación colonial primitiva. El despojo de los bienes comunes, que previamente tomaron la forma de tierras y recursos, y su concentración en manos de unos pocos, ahora incluye servicios básicos (agua, electricidad, educación y salud). Se trata de la creación de una frontera donde los que están afuera exceden las necesidades laborales del capital. Ahmed Veriava sostiene que “la acumulación primitiva en las sociedades poscoloniales a menudo deriva en grandes sectores de aquellos que pierden su subsistencia y no se integran al trabajo asalariado (formal)”.8

6

Ibid.

7

Ibid.

Ahmed Veriava, The two economies, primitive accumulation, and the government of the state (Las dos economías, la acumulación primitiva y el gobierno del estado), o, Reflecting on the politics of the governed from South Africa (Reflexionando sobre la política de los gobernados de Sudáfrica), Estudios comparativos de Asia del Sur, África y Medio Oriente, (en prensa).

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Ideológicamente, Sudáfrica se puede describir como lo que la teórica Kathi Weeks llama una sociedad de trabajo.2 Weeks sugiere que el papel del trabajo no se limita simplemente a ser el medio a través del cual se distribuye el ingreso, sino que es un principio fundamental de estructuración.

servicios básicos; lo que resultó en que el acceso a tales servicios, fuera a través de pago.6 Debido a que todo esto se estableció en el contexto de una política que restaba importancia a las prestaciones sociales,7 el trabajo se convirtió en la forma principal (y la única oficial) de distribución del ingreso y, así, de acceso a los servicios.

El trabajo es el principal medio por el cual los individuos se integran

Sin embargo, esta centralización del trabajo no comenzó con la neoliberalización, sino que es la continuación y desarrollo de las movilizaciones de la época colonial y del apartheid de las formas de ética de trabajo (protestante). Esto es importante por la dimensión racial del problema. Lo que el gobierno posterior al apartheid trata de abordar no es solo una cuestión de clase, sino también que la gente de color experimenta el desempleo de forma abrumadora y desproporcionada.

no sólo en el sistema económico, sino también en los modos de cooperación social, política y familiar. El hecho de que las personas deban trabajar es fundamental para el contrato social básico; de hecho, el trabajo es parte de lo que se supone que transforma a los sujetos en individuos independientes del imaginario liberal, y por esa razón, se le trata como una obligación básica de la ciudadanía.3

Cuando el papel del trabajo como principal medio de acceso a la ciudadanía se combina con su carencia, se propaga la naturalización de la idea de que el empleo pleno es posible y de que el desempleo está sujeto al cambio. Se nos pide que creamos que es posible que el crecimiento económico supere la afluencia de personas en busca de empleo.4 De ello depende la racionalización de la política gubernamental. Aunque se puede argumentar que estos procesos comenzaron antes, en 1996, el gobierno posterior al apartheid, bajo la presidencia de Nelson Mandela, comenzó a adoptar una agresiva política neoliberal, conocida como Estrategia de Crecimiento, Empleo y Redistribución (GEAR).5 Esto representó la formalización de una contradicción como política oficial. La GEAR trajo consigo la precarización y flexibilización del mercado laboral y la dependencia en las empresas para resolver la crisis del desempleo, lo que provocó una disminución constante del trabajo. Al mismo tiempo, aceleró aún más la privatización de los Kathi Weeks, The Problem with Work: Feminism, Marxism, Antiwork Politics and Postwork Imaginaries (El problema con el trabajo: feminismo, marxismo, política antitrabajo e imaginarios del post-trabajo (Durham y Londres, Duke University Press, 2011), 5. Weeks se refiere específicamente a EE. UU., sin embargo, su idea es aplicable al contexto sudafricano.

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Es evidente que la situación en Sudáfrica está más allá del punto en el que los desempleados no pueden describirse adecuadamente como un “ejército de trabajadores de reserva”, pues están mucho más allá de los niveles estructuralmente requeridos para que el capitalismo mantenga su buen funcionamiento. La constante eliminación de los medios de subsistencia por parte de los sistemas coloniales, y ahora neoliberales, procede ahora de una manera que ha generado un exceso de población que no está destinada a integrarse. En ese sentido, los que están afuera no son desempleados, sino desempleables, sujetos a un sistema cerrado.

Ibid, 7.

Esta afluencia es a la vez resultado de la migración laboral y de los jóvenes que ingresan al mercado laboral.

4

Prishani Naidoo y Ahmed Veriava, Re-membering Movements: Trade Unions and New Social Movements in Neoliberal South Africa. (Re-capitulación de movimientos: sindicatos y nuevos movimientos sociales en la Sudáfrica neoliberal), Durban, Universidad de KwaZulu Natal, Investigación y educación en el desarrollo, Informe de investigación No. 28., 2005), 6. http://ccs. ukzn.ac.za/files/RReport_28.pdf

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De igual forma, se puede argumentar que la privatización específicamente neoliberal es una continuación de la acumulación colonial primitiva. El despojo de los bienes comunes, que previamente tomaron la forma de tierras y recursos, y su concentración en manos de unos pocos, ahora incluye servicios básicos (agua, electricidad, educación y salud). Se trata de la creación de una frontera donde los que están afuera exceden las necesidades laborales del capital. Ahmed Veriava sostiene que “la acumulación primitiva en las sociedades poscoloniales a menudo deriva en grandes sectores de aquellos que pierden su subsistencia y no se integran al trabajo asalariado (formal)”.8

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Ibid.

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Ibid.

Ahmed Veriava, The two economies, primitive accumulation, and the government of the state (Las dos economías, la acumulación primitiva y el gobierno del estado), o, Reflecting on the politics of the governed from South Africa (Reflexionando sobre la política de los gobernados de Sudáfrica), Estudios comparativos de Asia del Sur, África y Medio Oriente, (en prensa).

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No representable He cuestionado en repetidas ocasiones sobre lo que representan las imágenes de trabajo, o más bien, ¿qué papel juegan? Existe un sentido de colaboración ideológica dentro de la tradición de la representación del trabajo. Hay una simetría en la forma en que las imágenes actúan en la creación de cosas visibles y cosas invisibles y cómo la ideología pone en primer plano un conjunto de ideas. Fundamentalmente, para naturalizar estas ideas, se debe invisibilizar a los otros. Comencé mi investigación sobre la historia de la representación del trabajo en el contexto sudafricano con la película Iseeyou (2013). En la película, intentaba responder a la pregunta de por qué, en 1964, el gobierno del apartheid (patrocinado por la Cámara Minera)9 había construido un monumento a los trabajadores de color.10 Esto me llevó a una intrigante problemática en torno a la estética del monumento. Su actitud heroica y su realismo reflejan minuciosamente el realismo socialista soviético. No es lo que uno esperaría de un gobierno claramente anticomunista. Me interesaba explorar lo que podría ser común entre estas concepciones de trabajo y lo que se movilizaba en ambos contextos. Fue inesperado, pero no contradictorio, que el apartheid celebrara el trabajo. Cuando se mira de cerca, el monumento no es sólo una glorificación del trabajo, sino de la ética del trabajo. Esto se enfatiza a través de la sugerencia moralista de su descripción heroica. En una película subsecuente, Calvin and Holiday (2014), formulo el argumento de que la base religiosa del apartheid, una forma local del calvinismo, influyó en la política laboral. La ética del trabajo calvinista pretende que el trabajo es moralmente estimulante y hace hincapié en que el trabajo es valioso en sí mismo. Ya sea conscientemente o no, ésto respondió a la continua lucha por el trabajo y legitimó aún más los procesos de despojo que buscaban obligar a las comunidades a trabajar. La Cámara Minera de Sudáfrica, antes llamada Cámara Minera de Transvaal, fue fundada en 1887 por los propietarios de las minas de Witwatersrand. Entre sus funciones se incluye presionar al gobierno en torno a la política. Es importante destacar que en 1897 fundó la Witwatersrand Native Labour Association-WNLA (Asociación de Trabajadores Nativos de Witwatersrand), que más tarde se convertiría en departamento de empleo de África, conocido como Teba (The Employment Bureau Africa), con el fin de regular el reclutamiento de trabajadores para las minas. A través de la WNLA se empezó a reclutar trabajadores activamente desde países del norte, como el Congo.

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10 Se trata del Monumento al Minero, ubicado fuera del Centro Cívico en Braamfontein. Realizado por David McGregor, supuestamente representa “un típico equipo clandestino de 1936” (según su placa). El equipo está formado por dos mineros negros acompañados por un minero blanco; como era de esperar, el minero blanco parece estar en posición de autoridad, guiando a los dos mineros negros. Estos últimos no llevan camisa y son musculosos, lo que representa una idea más física del trabajo.

13

A lo largo del siglo XX, se evidenció que las minas, principal industria de Sudáfrica, tuvieron problemas para conseguir suficientes trabajadores dentro de las fronteras del país. La resistencia de las comunidades locales desembocó en el desarrollo de un programa de trabajo migratorio que atrajo trabajadores de varios países vecinos para enfrentar el problema. La Cámara Minera fue esencial en este proceso; su departamento de cine y televisión produjo una serie de “documentales” que no sólo legitimaban el proceso a los extranjeros, sino que también tenían como objetivo dirigirse a nuevos trabajadores potenciales. Estas películas a menudo contaban la historia de lo benéfico que podía ser el trabajo en las minas para las personas y las comunidades,11 siempre con énfasis en cómo el dinero ganado se podría utilizar para mejorar la vida en el hogar. El trabajo representado en esas películas se muestra como algo duro, pero también heroico, masculino y ennoblecedor. Narrativas similares aparecen con regularidad en diversas películas y documentales locales. Tal es el caso, incluso, de aquellos que no están destinados a la propaganda y de algunos teoricamente críticos del apartheid, o al menos de sus relaciones raciales. En las películas de ficción Ipi Tombi (filmada en 1992 y presentada en 1997) y Dingaka (1964), por ejemplo, los personajes principales van a las minas para eludir el peligro en el hogar “rural”. En ambas películas, las minas proporcionan un lugar de escape seguro. Aunque la ciudad en sí misma, Johannesburgo, se presenta como llena de corrupción y de intenciones malvadas, la influencia moderna de la sociedad de trabajo resulta decisiva para resolver el problema original, cuando el personaje principal regresa a su pueblo. El trabajo en estas películas se muestra como algo duro, pero hay una alegría en su ejecución y siempre va acompañado de una canción. A finales de la década de 1970 en Sudáfrica se produjo un notable aumento del descontento laboral y, en 1979, las recomendaciones de la Comisión de Wiehahn al parlamento dieron como resultado la legalización de los sindicatos negros y no raciales.12 El resultado fue que los sindicatos se convirtieron en uno de los principales medios de movilización y resistencia, así como de difusión de información y Por ejemplo: “Native Recruiting Corporation” (alrededor de 1930), “Pondo Story” (1948) y más recientemente “Beyond the Gate” (2017).

11

Sakhela Buhlungu, A Paradox of Victory: COSATU and the Democratic Transformation in South Africa (Una paradoja de la victoria: COSATU y la Transformación democrática en Sudáfrica), Scottsville, Universidad de KwaZulu Natal Press, 2010, 55.

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No representable He cuestionado en repetidas ocasiones sobre lo que representan las imágenes de trabajo, o más bien, ¿qué papel juegan? Existe un sentido de colaboración ideológica dentro de la tradición de la representación del trabajo. Hay una simetría en la forma en que las imágenes actúan en la creación de cosas visibles y cosas invisibles y cómo la ideología pone en primer plano un conjunto de ideas. Fundamentalmente, para naturalizar estas ideas, se debe invisibilizar a los otros. Comencé mi investigación sobre la historia de la representación del trabajo en el contexto sudafricano con la película Iseeyou (2013). En la película, intentaba responder a la pregunta de por qué, en 1964, el gobierno del apartheid (patrocinado por la Cámara Minera)9 había construido un monumento a los trabajadores de color.10 Esto me llevó a una intrigante problemática en torno a la estética del monumento. Su actitud heroica y su realismo reflejan minuciosamente el realismo socialista soviético. No es lo que uno esperaría de un gobierno claramente anticomunista. Me interesaba explorar lo que podría ser común entre estas concepciones de trabajo y lo que se movilizaba en ambos contextos. Fue inesperado, pero no contradictorio, que el apartheid celebrara el trabajo. Cuando se mira de cerca, el monumento no es sólo una glorificación del trabajo, sino de la ética del trabajo. Esto se enfatiza a través de la sugerencia moralista de su descripción heroica. En una película subsecuente, Calvin and Holiday (2014), formulo el argumento de que la base religiosa del apartheid, una forma local del calvinismo, influyó en la política laboral. La ética del trabajo calvinista pretende que el trabajo es moralmente estimulante y hace hincapié en que el trabajo es valioso en sí mismo. Ya sea conscientemente o no, ésto respondió a la continua lucha por el trabajo y legitimó aún más los procesos de despojo que buscaban obligar a las comunidades a trabajar. La Cámara Minera de Sudáfrica, antes llamada Cámara Minera de Transvaal, fue fundada en 1887 por los propietarios de las minas de Witwatersrand. Entre sus funciones se incluye presionar al gobierno en torno a la política. Es importante destacar que en 1897 fundó la Witwatersrand Native Labour Association-WNLA (Asociación de Trabajadores Nativos de Witwatersrand), que más tarde se convertiría en departamento de empleo de África, conocido como Teba (The Employment Bureau Africa), con el fin de regular el reclutamiento de trabajadores para las minas. A través de la WNLA se empezó a reclutar trabajadores activamente desde países del norte, como el Congo.

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10 Se trata del Monumento al Minero, ubicado fuera del Centro Cívico en Braamfontein. Realizado por David McGregor, supuestamente representa “un típico equipo clandestino de 1936” (según su placa). El equipo está formado por dos mineros negros acompañados por un minero blanco; como era de esperar, el minero blanco parece estar en posición de autoridad, guiando a los dos mineros negros. Estos últimos no llevan camisa y son musculosos, lo que representa una idea más física del trabajo.

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A lo largo del siglo XX, se evidenció que las minas, principal industria de Sudáfrica, tuvieron problemas para conseguir suficientes trabajadores dentro de las fronteras del país. La resistencia de las comunidades locales desembocó en el desarrollo de un programa de trabajo migratorio que atrajo trabajadores de varios países vecinos para enfrentar el problema. La Cámara Minera fue esencial en este proceso; su departamento de cine y televisión produjo una serie de “documentales” que no sólo legitimaban el proceso a los extranjeros, sino que también tenían como objetivo dirigirse a nuevos trabajadores potenciales. Estas películas a menudo contaban la historia de lo benéfico que podía ser el trabajo en las minas para las personas y las comunidades,11 siempre con énfasis en cómo el dinero ganado se podría utilizar para mejorar la vida en el hogar. El trabajo representado en esas películas se muestra como algo duro, pero también heroico, masculino y ennoblecedor. Narrativas similares aparecen con regularidad en diversas películas y documentales locales. Tal es el caso, incluso, de aquellos que no están destinados a la propaganda y de algunos teoricamente críticos del apartheid, o al menos de sus relaciones raciales. En las películas de ficción Ipi Tombi (filmada en 1992 y presentada en 1997) y Dingaka (1964), por ejemplo, los personajes principales van a las minas para eludir el peligro en el hogar “rural”. En ambas películas, las minas proporcionan un lugar de escape seguro. Aunque la ciudad en sí misma, Johannesburgo, se presenta como llena de corrupción y de intenciones malvadas, la influencia moderna de la sociedad de trabajo resulta decisiva para resolver el problema original, cuando el personaje principal regresa a su pueblo. El trabajo en estas películas se muestra como algo duro, pero hay una alegría en su ejecución y siempre va acompañado de una canción. A finales de la década de 1970 en Sudáfrica se produjo un notable aumento del descontento laboral y, en 1979, las recomendaciones de la Comisión de Wiehahn al parlamento dieron como resultado la legalización de los sindicatos negros y no raciales.12 El resultado fue que los sindicatos se convirtieron en uno de los principales medios de movilización y resistencia, así como de difusión de información y Por ejemplo: “Native Recruiting Corporation” (alrededor de 1930), “Pondo Story” (1948) y más recientemente “Beyond the Gate” (2017).

11

Sakhela Buhlungu, A Paradox of Victory: COSATU and the Democratic Transformation in South Africa (Una paradoja de la victoria: COSATU y la Transformación democrática en Sudáfrica), Scottsville, Universidad de KwaZulu Natal Press, 2010, 55.

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educación política. La desestabilización de la producción y el rechazo a las condiciones del lugar de trabajo era una forma de socavar la base económica del apartheid.

producción, a la competencia a través de importaciones baratas. La liberalización de estos mercados laborales, junto con la reducción de los aranceles, supuso un colapso importante de los empleos, especialmente en la industria textil y del calzado.14

La subsecuente producción de imágenes a menudo documentó y criticó las condiciones de trabajo. La exposición itinerante de fotografía de 1986, The Cordoned Heart (El corazón acordonado), y el libro que la acompañó, analiza la pobreza en Sudáfrica desde varios ángulos y proporciona una muestra representativa de la visión de los fotógrafos respecto al trabajo. El libro, compuesto por ensayos breves de fotógrafos miembros del colectivo Afrapix,13 o relacionados con él, contiene fotografías de la migración, las condiciones de vida, los albergues de los trabajadores, las condiciones del transporte, los bantustanes, las evacuaciones forzadas, las reuniones sindicales y los propios trabajadores. En ese caso, el régimen del apartheid fue criticado esencialmente por su tratamiento del trabajo y los trabajadores. El documental de 1992 The Color of Gold (El color del oro), dirigido por Don Edkins y Mike Schlömer, sigue la tradición anterior. Es una película inusual, ya que muestra el trabajo en las minas con un ojo crítico, usando imágenes en movimiento. Aunque la cinta se desarrolla principalmente en los albergues ubicados alrededor de las minas, que muestran de manera más explícita las condiciones de vida de los trabajadores, al principio de la película se retratan brevemente los actos de trabajo. En esta cinta, el trabajo se realiza en un lugar estrecho, caliente e incómodo. Difícilmente podría describirse como algo heroico. En las escenas subterráneas de las minas, las sombras acechan, se deslizan en primer plano y envuelven a los sujetos; actúan sobre las imágenes como una presencia del peligro inherente al trabajo mismo. En contraste, las áreas de trabajo subterráneo en las películas de la Cámara Minera siempre están muy iluminadas. La transición del apartheid trajo consigo nuevos desafíos para los sindicatos. Una consecuencia del levantamiento de las sanciones a principios de los años noventa, fue que las industrias que estaban protegidas quedaron expuestas, especialmente el sector de la

Es un colectivo de fotógrafos documentales que tomó una posición explícitamente politizada en su trabajo. Fue creado por fotógrafos y activistas políticos en 1982. (http://www.sahistory.org.za/article/ afrapix).

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En este contexto de disminución de empleos, los sindicatos, en particular el COSATU,15 comenzaron el proceso de formalizar en la legislación sus ganancias obtenidas con gran esfuerzo. Sin embargo, el reconocimiento formal de los sindicatos trajo consigo marcos regulatorios. Además de los límites sobre la acción industrial, los procesos para la organización de los lugares de trabajo no se adecuaban a la naturaleza cambiante del trabajo.16 El problema de cómo hacer frente a nuevas formas de trabajo que a menudo son temporales, flexibles o subcontratados a través de intermediarios laborales, una experiencia problemática para los sindicatos de todo el mundo, se vio exacerbado. Para el COSATU, la sindicalización del servicio civil dio la ilusión de crecimiento a corto plazo, mientras que el número de miembros iba disminuyendo en otras industrias. La protección de las ganancias dentro del lugar de trabajo se posicionaba como uno de los lados de una falsa dicotomía, donde más empleos se basan en menos controles, menores salarios y mayor flexibilidad. La batalla perdida contra el mercado y la liberalización laboral ha cobrado su precio y ha distraído del cuestionamiento sobre a quiénes representan ahora los sindicatos. Si bien los sindicatos están muy conscientes de la necesidad de nuevas formas de organización y de representación que puedan ayudar a incorporar en sus filas a los trabajadores que están fuera del empleo formal, aún hay soluciones que deben surgir. Para que esto suceda, el trabajo no puede seguir teniendo un papel central en la identidad de la mano de obra. No se puede permitir que medie el acceso o la identidad ni social ni estructuralmente.

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Naidoo y Veriava, 7.

Congreso de Sindicatos Sudafricanos, una organización coordinadora que representa una serie de sindicatos de diferentes industrias. Formado en 1985, el Cosatu fue el órgano sindical más grande y dominante del país hasta que los acontecimientos recientes desestabilizaron su posición. El Cosatu ha estado en alianza con el Congreso Nacional Africano (ANC) y el Partido Comunista de Sudáfrica (SACP) desde su eliminación en 1989. 15

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Naidoo y Veriava, 8.


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educación política. La desestabilización de la producción y el rechazo a las condiciones del lugar de trabajo era una forma de socavar la base económica del apartheid.

producción, a la competencia a través de importaciones baratas. La liberalización de estos mercados laborales, junto con la reducción de los aranceles, supuso un colapso importante de los empleos, especialmente en la industria textil y del calzado.14

La subsecuente producción de imágenes a menudo documentó y criticó las condiciones de trabajo. La exposición itinerante de fotografía de 1986, The Cordoned Heart (El corazón acordonado), y el libro que la acompañó, analiza la pobreza en Sudáfrica desde varios ángulos y proporciona una muestra representativa de la visión de los fotógrafos respecto al trabajo. El libro, compuesto por ensayos breves de fotógrafos miembros del colectivo Afrapix,13 o relacionados con él, contiene fotografías de la migración, las condiciones de vida, los albergues de los trabajadores, las condiciones del transporte, los bantustanes, las evacuaciones forzadas, las reuniones sindicales y los propios trabajadores. En ese caso, el régimen del apartheid fue criticado esencialmente por su tratamiento del trabajo y los trabajadores. El documental de 1992 The Color of Gold (El color del oro), dirigido por Don Edkins y Mike Schlömer, sigue la tradición anterior. Es una película inusual, ya que muestra el trabajo en las minas con un ojo crítico, usando imágenes en movimiento. Aunque la cinta se desarrolla principalmente en los albergues ubicados alrededor de las minas, que muestran de manera más explícita las condiciones de vida de los trabajadores, al principio de la película se retratan brevemente los actos de trabajo. En esta cinta, el trabajo se realiza en un lugar estrecho, caliente e incómodo. Difícilmente podría describirse como algo heroico. En las escenas subterráneas de las minas, las sombras acechan, se deslizan en primer plano y envuelven a los sujetos; actúan sobre las imágenes como una presencia del peligro inherente al trabajo mismo. En contraste, las áreas de trabajo subterráneo en las películas de la Cámara Minera siempre están muy iluminadas. La transición del apartheid trajo consigo nuevos desafíos para los sindicatos. Una consecuencia del levantamiento de las sanciones a principios de los años noventa, fue que las industrias que estaban protegidas quedaron expuestas, especialmente el sector de la

Es un colectivo de fotógrafos documentales que tomó una posición explícitamente politizada en su trabajo. Fue creado por fotógrafos y activistas políticos en 1982. (http://www.sahistory.org.za/article/ afrapix).

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En este contexto de disminución de empleos, los sindicatos, en particular el COSATU,15 comenzaron el proceso de formalizar en la legislación sus ganancias obtenidas con gran esfuerzo. Sin embargo, el reconocimiento formal de los sindicatos trajo consigo marcos regulatorios. Además de los límites sobre la acción industrial, los procesos para la organización de los lugares de trabajo no se adecuaban a la naturaleza cambiante del trabajo.16 El problema de cómo hacer frente a nuevas formas de trabajo que a menudo son temporales, flexibles o subcontratados a través de intermediarios laborales, una experiencia problemática para los sindicatos de todo el mundo, se vio exacerbado. Para el COSATU, la sindicalización del servicio civil dio la ilusión de crecimiento a corto plazo, mientras que el número de miembros iba disminuyendo en otras industrias. La protección de las ganancias dentro del lugar de trabajo se posicionaba como uno de los lados de una falsa dicotomía, donde más empleos se basan en menos controles, menores salarios y mayor flexibilidad. La batalla perdida contra el mercado y la liberalización laboral ha cobrado su precio y ha distraído del cuestionamiento sobre a quiénes representan ahora los sindicatos. Si bien los sindicatos están muy conscientes de la necesidad de nuevas formas de organización y de representación que puedan ayudar a incorporar en sus filas a los trabajadores que están fuera del empleo formal, aún hay soluciones que deben surgir. Para que esto suceda, el trabajo no puede seguir teniendo un papel central en la identidad de la mano de obra. No se puede permitir que medie el acceso o la identidad ni social ni estructuralmente.

14

Naidoo y Veriava, 7.

Congreso de Sindicatos Sudafricanos, una organización coordinadora que representa una serie de sindicatos de diferentes industrias. Formado en 1985, el Cosatu fue el órgano sindical más grande y dominante del país hasta que los acontecimientos recientes desestabilizaron su posición. El Cosatu ha estado en alianza con el Congreso Nacional Africano (ANC) y el Partido Comunista de Sudáfrica (SACP) desde su eliminación en 1989. 15

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Naidoo y Veriava, 8.


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El problema de imaginar el trabajo tiene que comenzar ahora, desde afuera del trabajo. Es una cuestión sobre la que los productores de imágenes y las organizaciones laborales podrían trabajar simétricamente, replanteando las ideas de productividad, reconociendo y haciendo visibles formas de trabajo no valoradas que han sido marginadas o han surgido en el exterior. Es urgente despejar el espacio para que puedan surgir nuevas formas de representación y, lo que es más importante, de auto representación. El centro de gravedad ha cambiado. Simon Gush es un artista, cineasta e investigador establecido en Johannesburgo. Actualmente cursa una maestría en Sociología por la Universidad de Witwatersrand, con el apoyo de la Fundación Nacional de Investigación y el Oppenheimer Memorial Trust.

Before the Work Stopped 1, 2013


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El problema de imaginar el trabajo tiene que comenzar ahora, desde afuera del trabajo. Es una cuestión sobre la que los productores de imágenes y las organizaciones laborales podrían trabajar simétricamente, replanteando las ideas de productividad, reconociendo y haciendo visibles formas de trabajo no valoradas que han sido marginadas o han surgido en el exterior. Es urgente despejar el espacio para que puedan surgir nuevas formas de representación y, lo que es más importante, de auto representación. El centro de gravedad ha cambiado. Simon Gush es un artista, cineasta e investigador establecido en Johannesburgo. Actualmente cursa una maestría en Sociología por la Universidad de Witwatersrand, con el apoyo de la Fundación Nacional de Investigación y el Oppenheimer Memorial Trust.

Before the Work Stopped 1, 2013


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La fábrica como campo de batalla Helena Chávez Mac Gregor

Instituto de Investigaciones Estéticas, Universidad Nacional Autónoma de México

Desde el 2013 Simon Gush ha centrado su práctica artística alrededor del trabajo. Aunque el artista utiliza diferentes soportes, sus obras más contundentes se presentan como ensayos visuales en forma de imágenes movimiento. Obras como Lazy Nigel (2013), Iseeyou (2013), Sunday light (2013) After hours (2013) y After the Work Stopped (2013-) se construyen en la contraposición entre la lírica y el desasosiego. Si bien la imagen con la que trabaja Gush es de una belleza excepcional —generada casi siempre en blanco y negro y con unos grandes contrastes de luz—, la soledad que produce nos envía a la contradicción de, por un lado, estar en un mundo que ha significado a lo humano por su capacidad de trabajo y, por el otro, un presente donde el trabajo se difumina, se inmaterializa, se desvanece. En estas obras hay un acento por explorar el trabajo desde su vaciamiento para, en la ruptura de la representación clásica del trabajo, abrir la pregunta por el tiempo, el espacio y la historia. En este sentido, la obra de Gush toma distancia de una producción cinematográfica que ha presentado al trabajo desde su representación directa. Ésto, en el contexto sudafricano, se traduce, según el propio artista, en tomar cierta distancia de: Representaciones

del

trabajo

propagandísticas

y

coercitivas

típicas del régimen del Apartheid donde los cuerpos negros son presentados siempre como trabajadores primero; de las imágenes de los documentales sindicales celebratorios del trabajo que elimina el problema ideológico del trabajo y del material de archivo de la minería –médico, científico, o de mirada ingenieril- ya que en este tipo de materiales fílmicos producidos durante el Apartheid los trabajadores se convierten en engranajes de una maquinaria.1 1

Simon Gush en correspondencia con Helena Chávez Mac Gregor, Junio 19, 2016.


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La fábrica como campo de batalla Helena Chávez Mac Gregor

Instituto de Investigaciones Estéticas, Universidad Nacional Autónoma de México

Desde el 2013 Simon Gush ha centrado su práctica artística alrededor del trabajo. Aunque el artista utiliza diferentes soportes, sus obras más contundentes se presentan como ensayos visuales en forma de imágenes movimiento. Obras como Lazy Nigel (2013), Iseeyou (2013), Sunday light (2013) After hours (2013) y After the Work Stopped (2013-) se construyen en la contraposición entre la lírica y el desasosiego. Si bien la imagen con la que trabaja Gush es de una belleza excepcional —generada casi siempre en blanco y negro y con unos grandes contrastes de luz—, la soledad que produce nos envía a la contradicción de, por un lado, estar en un mundo que ha significado a lo humano por su capacidad de trabajo y, por el otro, un presente donde el trabajo se difumina, se inmaterializa, se desvanece. En estas obras hay un acento por explorar el trabajo desde su vaciamiento para, en la ruptura de la representación clásica del trabajo, abrir la pregunta por el tiempo, el espacio y la historia. En este sentido, la obra de Gush toma distancia de una producción cinematográfica que ha presentado al trabajo desde su representación directa. Ésto, en el contexto sudafricano, se traduce, según el propio artista, en tomar cierta distancia de: Representaciones

del

trabajo

propagandísticas

y

coercitivas

típicas del régimen del Apartheid donde los cuerpos negros son presentados siempre como trabajadores primero; de las imágenes de los documentales sindicales celebratorios del trabajo que elimina el problema ideológico del trabajo y del material de archivo de la minería –médico, científico, o de mirada ingenieril- ya que en este tipo de materiales fílmicos producidos durante el Apartheid los trabajadores se convierten en engranajes de una maquinaria.1 1

Simon Gush en correspondencia con Helena Chávez Mac Gregor, Junio 19, 2016.


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Esquivando el fuerte peso de las tradiciones humanistas y liberales de la imagen en relación con el trabajo, la obra de Gush se dirige hacia una crítica de la representación donde la imagen presenta un cuestionamiento de la historia. Planos de los lugares vaciados de trabajo que, bajo la luz de un tiempo sin actividad, cobran otra espacialidad. Las reflexiones del artista, que casi en todos sus trabajos componen una suerte de ensayo personal donde el artista es consciente de su enunciación –artista hombre y blanco produciendo en Sudáfrica después de un régimen como el Apartheid- actualizan una serie de preguntas sobre el trabajo donde lo que casi siempre está ausente es el sujeto.

de despojo sistemático. Estas condiciones tuvieron efectos directos en la transformación del trabajo y su esfera política. Como afirma Gily, “con formas específicas en cada territorio, la caída salarial en el mundo del trabajo no conoció excepciones, acompañada por sus sombras: el trabajo informal, las migraciones bíblicas, los migrantes privados de derechos y el debilitamiento de la organización social2.”

Presentar el trabajo sin el trabajador resulta paradójico para una estética que encontró en esta representación una forma de simbolizar procesos de subjetivación que dieron pie a procesos sociales y civiles, donde formas como ‘trabajador’, ‘proletariado, ‘campesino’ o ‘pueblo’ congregaban una enunciación colectiva que permitía una disputa y generaba un reclamo sobre la base de la igualdad que permitía otro reparto y otras condiciones laborales. Estas formas de organización han sido profundamente dañadas en los últimos veinte años y ese sujeto histórico está fragmentado, aislado y disminuido como fuerza política. Con la consolidación del neoliberalismo, el orden y distribución de las fuerzas que organizan el capital —trabajo vivo, naturaleza, tecnología y ciencia— se han reacomodado, transformando el mundo por completo: la privatización de bienes y servicios públicos, la desregulación del trabajo para favorecer la mano de obra barata, el desmoronamiento de las estructuras sindicales y de organización social para eliminar la resistencia a la restructuración de los derechos sociales previamente ganados han sido la constante de un proceso económico político sistémico. Como señala el historiador Adolfo Gilly, este proceso comenzó en los años 80 con la disputa por el trabajo que quedó condensada en las duras luchas sociales, pensemos por ejemplo en la huelga de los controladores aéreos en Estados Unidos con el presidente Reagan en 1981 o en las huelgas de los mineros en el Reino Unido en 1984 bajo el mandato de Tatcher. Posteriormente, estas luchas fueron subsumidas en una mundialización del mercado que desencadenó un proceso de apropiación de bienes comunes, provocando una situación

El trabajo se ha transformado, pero si pensamos en un arco temporal largo, es relativamente corto el tiempo de esta mutación. Por ello, estas representaciones del trabajo todavía tensan nuestros imaginarios y si bien es importante tenerlos presentes para dejar testimonio del pasado, es urgente generar elementos, formas y sensibilidades para pensar el presente. Pero, ¿cómo representar estos procesos económicos? Y, en ellos, ¿cómo presentar el trabajo y al trabajador?

Capital y representación del trabajo Mucha de la reflexión crítica de la economía de los últimos años -pensemos en la obra de autores como Franco Berardi ‘Bifo’, Maurizio Lazzarato o David Harvey ha estado centrada en interrogar este momento del capital para poder entender si los términos clásicos con los que Marx lo describió siguen funcionando o si bien en esta transformación, descrita como semiocapitalista, hay una serie de abstracciones que requieren una nueva sistematización. Lo que queda claro es que la propia capacidad de representar esta forma económica se ha vuelto cada vez más compleja y eso, en el campo del arte,3 ha abierto una fuerte investigación sobre la relación entre imagen y representación. Discutiendo con el artista Isaac Julien sobre por qué el capital es tan difícil de representar, Harvey afirma:

Adolfo Gily y Rhina Roux, El tiempo del despojo. Siete ensayos sobre un cambio de época (Ciudad de México: Editorial Ítaca, 2015), 27.

2

Me interesa situar el trabajo de Gush en esta tradición que parte de una generación de artistas, como es el caso de Isaac Julien y Harun Farocki, que si bien iniciaron sus carreras como cineastas, su práctica se fue decantando a una intervención más cercana al arte contemporáneo. Este desplazamiento a los circuitos de arte contemporáneo implican, entre otras cosas, una circulación y montajes distintos de los que ofrece el cine. Este viraje es algo que cineastas como Jonas Mekas o la documentalista Trin Minh-ha han explorado en años recientes y que en obras como las de Julien, Farocki o Steyerl marcan una tradición propia de la imagen movimiento en el arte contemporáneo que tiene como característica una pregunta sobre la representación y la imagen. En ese sentido, creo que la obra de Gush debe ser leída más desde esta tradición que desde otras escuelas o movimientos de producción visual, ya que la preocupación de éste parece también estar referida a cómo producir imágenes y presentarlas en un soporte y circulación propios del arte contemporáneo.

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Esquivando el fuerte peso de las tradiciones humanistas y liberales de la imagen en relación con el trabajo, la obra de Gush se dirige hacia una crítica de la representación donde la imagen presenta un cuestionamiento de la historia. Planos de los lugares vaciados de trabajo que, bajo la luz de un tiempo sin actividad, cobran otra espacialidad. Las reflexiones del artista, que casi en todos sus trabajos componen una suerte de ensayo personal donde el artista es consciente de su enunciación –artista hombre y blanco produciendo en Sudáfrica después de un régimen como el Apartheid- actualizan una serie de preguntas sobre el trabajo donde lo que casi siempre está ausente es el sujeto.

de despojo sistemático. Estas condiciones tuvieron efectos directos en la transformación del trabajo y su esfera política. Como afirma Gily, “con formas específicas en cada territorio, la caída salarial en el mundo del trabajo no conoció excepciones, acompañada por sus sombras: el trabajo informal, las migraciones bíblicas, los migrantes privados de derechos y el debilitamiento de la organización social2.”

Presentar el trabajo sin el trabajador resulta paradójico para una estética que encontró en esta representación una forma de simbolizar procesos de subjetivación que dieron pie a procesos sociales y civiles, donde formas como ‘trabajador’, ‘proletariado, ‘campesino’ o ‘pueblo’ congregaban una enunciación colectiva que permitía una disputa y generaba un reclamo sobre la base de la igualdad que permitía otro reparto y otras condiciones laborales. Estas formas de organización han sido profundamente dañadas en los últimos veinte años y ese sujeto histórico está fragmentado, aislado y disminuido como fuerza política. Con la consolidación del neoliberalismo, el orden y distribución de las fuerzas que organizan el capital —trabajo vivo, naturaleza, tecnología y ciencia— se han reacomodado, transformando el mundo por completo: la privatización de bienes y servicios públicos, la desregulación del trabajo para favorecer la mano de obra barata, el desmoronamiento de las estructuras sindicales y de organización social para eliminar la resistencia a la restructuración de los derechos sociales previamente ganados han sido la constante de un proceso económico político sistémico. Como señala el historiador Adolfo Gilly, este proceso comenzó en los años 80 con la disputa por el trabajo que quedó condensada en las duras luchas sociales, pensemos por ejemplo en la huelga de los controladores aéreos en Estados Unidos con el presidente Reagan en 1981 o en las huelgas de los mineros en el Reino Unido en 1984 bajo el mandato de Tatcher. Posteriormente, estas luchas fueron subsumidas en una mundialización del mercado que desencadenó un proceso de apropiación de bienes comunes, provocando una situación

El trabajo se ha transformado, pero si pensamos en un arco temporal largo, es relativamente corto el tiempo de esta mutación. Por ello, estas representaciones del trabajo todavía tensan nuestros imaginarios y si bien es importante tenerlos presentes para dejar testimonio del pasado, es urgente generar elementos, formas y sensibilidades para pensar el presente. Pero, ¿cómo representar estos procesos económicos? Y, en ellos, ¿cómo presentar el trabajo y al trabajador?

Capital y representación del trabajo Mucha de la reflexión crítica de la economía de los últimos años -pensemos en la obra de autores como Franco Berardi ‘Bifo’, Maurizio Lazzarato o David Harvey ha estado centrada en interrogar este momento del capital para poder entender si los términos clásicos con los que Marx lo describió siguen funcionando o si bien en esta transformación, descrita como semiocapitalista, hay una serie de abstracciones que requieren una nueva sistematización. Lo que queda claro es que la propia capacidad de representar esta forma económica se ha vuelto cada vez más compleja y eso, en el campo del arte,3 ha abierto una fuerte investigación sobre la relación entre imagen y representación. Discutiendo con el artista Isaac Julien sobre por qué el capital es tan difícil de representar, Harvey afirma:

Adolfo Gily y Rhina Roux, El tiempo del despojo. Siete ensayos sobre un cambio de época (Ciudad de México: Editorial Ítaca, 2015), 27.

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Me interesa situar el trabajo de Gush en esta tradición que parte de una generación de artistas, como es el caso de Isaac Julien y Harun Farocki, que si bien iniciaron sus carreras como cineastas, su práctica se fue decantando a una intervención más cercana al arte contemporáneo. Este desplazamiento a los circuitos de arte contemporáneo implican, entre otras cosas, una circulación y montajes distintos de los que ofrece el cine. Este viraje es algo que cineastas como Jonas Mekas o la documentalista Trin Minh-ha han explorado en años recientes y que en obras como las de Julien, Farocki o Steyerl marcan una tradición propia de la imagen movimiento en el arte contemporáneo que tiene como característica una pregunta sobre la representación y la imagen. En ese sentido, creo que la obra de Gush debe ser leída más desde esta tradición que desde otras escuelas o movimientos de producción visual, ya que la preocupación de éste parece también estar referida a cómo producir imágenes y presentarlas en un soporte y circulación propios del arte contemporáneo.

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Es un poco como la gravedad: no puedes sujetarla, no puedes sostenerla,

(...) ¿qué unifica a la formación de clase compleja y diversa, “la moderna

no puedes olerla ni tocarla; es una fuerza muy poderosa. Es una relación

población urbana pobre”? Ahora incluye a hombres y mujeres, a blancos

que hace que las cosas pasen. Y de la misma forma que sólo podemos

y negros, a desempleados de mucho tiempo, a la madre monoparental, a

intuir que la gravedad existe por sus efectos, sólo puedes realmente

las personas cuyas relaciones familiares se han roto, a los vulnerables, los

intuir que el capital existe por sus efectos. La manzana cae del árbol

desposeídos, los marginados, los inadaptados sociales, los abandonados,

y dices: “oh, debe ser la gravedad”. La fábrica cierra y dices: “Ah, debe

a quienes duermen en la calle, a los enfermos o adictos crónicos, a los

ser el capital”. Así que es esa intangibilidad. De hecho el lenguaje que

inmigrantes ilegales y a los solicitantes de asilo sin papeles. Pocos de

usa Marx es que el capital es inmaterial pero objetivo. Y me parece que

ellos podrían ser descritos como quienes intercambian su trabajo “de

es muy importante siempre tener eso en mente para no imaginar que

manera productiva” contra el capital. ¿Es esto un “proletariado” en el

puedes sujetarlo realmente de forma física.4

sentido clásico? ¿Comparten una posición o una conciencia de clase común con la mano de obra altamente capacitada tecnológica de hoy?

Ante la dificultad de proponer una representación del capital, lo que el artista británico presentó fue la discusión misma. Kapital (2013) es el registro de la conferencia Coreografiando el capital que se realizó en la Hayward Gallery en 2012 en la que participaron, además de Harvey y Julien, Stuart Hall, Irit Rigoff, Paul Gilroy y Colin MacCabe. Esta obra intenta reconstruir teóricamente el problema de la representación del capital, y la imagen que presenta es aquella de la abstracción de su propio concepto en las voces de diferentes aproximaciones teóricas. En este trabajo es interesante que si bien Harvey afirma la intangibilidad del capital, cree que los efectos todavía permiten pensar la economía actual bajo la propuesta de Marx y leer en toda esta variedad de posiciones respecto al trabajo una gran fuerza productiva a la que podría llamarse todavía ‘proletariado’. En ello Harvey, parece sugerir que si bien el capital no puede ser representado, el trabajo, aún en su fragmentación, podría verse en esa masa urbana como parte de una clase trabajadora única. Es decir, a pesar de los campos drásticos en la estructura de clases, un viaje en el metro de madrugada hacia Manhattan —que es donde Harvey encuentra esa revelación— demuestra claramente la continua existencia de un proletariado moderno. Ante ello, Stuart Hall cuestiona el revisionismo de Harvey para pensar en los elementos que fragmentan la supuesta ‘unidad’ del trabajador y cuestionar si realmente hay algo que hoy pueda corresponderse a la figura del proletariado:

Isaac Julien, ‘Transcripción de Kapital’, Isaac Julien. Playtime and Kapital (Ciudad de México: MUACUNAM, 2016), 71.

4

Marx habló del “lumpen proletariado”: ¿qué fue de ellos? Ampliado para incluir a todos menos al uno por ciento de los ricos, el término “proletariado” pierde su especificidad histórica.5

Esta pérdida de especificidad histórica es la que nos importa. Si el capital es difícil de representar también lo es el trabajador. Y esto se ha vuelto un problema pues la tensión de la representación del trabajo se enfrenta a una multiplicidad de heterogeneidades que no ha permitido una enunciación colectiva. Si lo que ha desaparecido es el trabajador en tanto que sujeto histórico, ¿cómo crear una imagen del trabajo? Una opción interesante ha estado en presentar a los personajes del trabajo, ya no tanto como una fuerza social unificada sino como microrrelatos que abren a la complejidad del escenario laboral actual. En este sentido podemos entender la obra Playtime (2014), del propio Julien, en la que escenifica diferentes instantáneas del capitalismo financiero en un entrelazamiento de personajes de ficción y espacios geopolíticos donde se desarrollan una serie de paisajes contemporáneos: un administrador de fondos de cobertura, un artista islandés relatando la bancarrota de 2008, un vendedor de arte discutiendo con unos periodistas y con el presidente de una casa de subastas frente una obra de arte en un cubo blanco y una trabajadora doméstica filipina atrapada en Dubai. Si bien aquí no hay una representación del sujeto histórico en cuanto tal, hay una puesta en escena de posibles paisajes donde los personajes se sitúan en entramados económicos que de alguna manera determinan su papel. Stuart Hall, “En el taller de Isaac Julien” en Isaac Julien, Playtime and Kapital (Ciudad de México: MUAC-UNAM, 2016), 36.

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Es un poco como la gravedad: no puedes sujetarla, no puedes sostenerla,

(...) ¿qué unifica a la formación de clase compleja y diversa, “la moderna

no puedes olerla ni tocarla; es una fuerza muy poderosa. Es una relación

población urbana pobre”? Ahora incluye a hombres y mujeres, a blancos

que hace que las cosas pasen. Y de la misma forma que sólo podemos

y negros, a desempleados de mucho tiempo, a la madre monoparental, a

intuir que la gravedad existe por sus efectos, sólo puedes realmente

las personas cuyas relaciones familiares se han roto, a los vulnerables, los

intuir que el capital existe por sus efectos. La manzana cae del árbol

desposeídos, los marginados, los inadaptados sociales, los abandonados,

y dices: “oh, debe ser la gravedad”. La fábrica cierra y dices: “Ah, debe

a quienes duermen en la calle, a los enfermos o adictos crónicos, a los

ser el capital”. Así que es esa intangibilidad. De hecho el lenguaje que

inmigrantes ilegales y a los solicitantes de asilo sin papeles. Pocos de

usa Marx es que el capital es inmaterial pero objetivo. Y me parece que

ellos podrían ser descritos como quienes intercambian su trabajo “de

es muy importante siempre tener eso en mente para no imaginar que

manera productiva” contra el capital. ¿Es esto un “proletariado” en el

puedes sujetarlo realmente de forma física.4

sentido clásico? ¿Comparten una posición o una conciencia de clase común con la mano de obra altamente capacitada tecnológica de hoy?

Ante la dificultad de proponer una representación del capital, lo que el artista británico presentó fue la discusión misma. Kapital (2013) es el registro de la conferencia Coreografiando el capital que se realizó en la Hayward Gallery en 2012 en la que participaron, además de Harvey y Julien, Stuart Hall, Irit Rigoff, Paul Gilroy y Colin MacCabe. Esta obra intenta reconstruir teóricamente el problema de la representación del capital, y la imagen que presenta es aquella de la abstracción de su propio concepto en las voces de diferentes aproximaciones teóricas. En este trabajo es interesante que si bien Harvey afirma la intangibilidad del capital, cree que los efectos todavía permiten pensar la economía actual bajo la propuesta de Marx y leer en toda esta variedad de posiciones respecto al trabajo una gran fuerza productiva a la que podría llamarse todavía ‘proletariado’. En ello Harvey, parece sugerir que si bien el capital no puede ser representado, el trabajo, aún en su fragmentación, podría verse en esa masa urbana como parte de una clase trabajadora única. Es decir, a pesar de los campos drásticos en la estructura de clases, un viaje en el metro de madrugada hacia Manhattan —que es donde Harvey encuentra esa revelación— demuestra claramente la continua existencia de un proletariado moderno. Ante ello, Stuart Hall cuestiona el revisionismo de Harvey para pensar en los elementos que fragmentan la supuesta ‘unidad’ del trabajador y cuestionar si realmente hay algo que hoy pueda corresponderse a la figura del proletariado:

Isaac Julien, ‘Transcripción de Kapital’, Isaac Julien. Playtime and Kapital (Ciudad de México: MUACUNAM, 2016), 71.

4

Marx habló del “lumpen proletariado”: ¿qué fue de ellos? Ampliado para incluir a todos menos al uno por ciento de los ricos, el término “proletariado” pierde su especificidad histórica.5

Esta pérdida de especificidad histórica es la que nos importa. Si el capital es difícil de representar también lo es el trabajador. Y esto se ha vuelto un problema pues la tensión de la representación del trabajo se enfrenta a una multiplicidad de heterogeneidades que no ha permitido una enunciación colectiva. Si lo que ha desaparecido es el trabajador en tanto que sujeto histórico, ¿cómo crear una imagen del trabajo? Una opción interesante ha estado en presentar a los personajes del trabajo, ya no tanto como una fuerza social unificada sino como microrrelatos que abren a la complejidad del escenario laboral actual. En este sentido podemos entender la obra Playtime (2014), del propio Julien, en la que escenifica diferentes instantáneas del capitalismo financiero en un entrelazamiento de personajes de ficción y espacios geopolíticos donde se desarrollan una serie de paisajes contemporáneos: un administrador de fondos de cobertura, un artista islandés relatando la bancarrota de 2008, un vendedor de arte discutiendo con unos periodistas y con el presidente de una casa de subastas frente una obra de arte en un cubo blanco y una trabajadora doméstica filipina atrapada en Dubai. Si bien aquí no hay una representación del sujeto histórico en cuanto tal, hay una puesta en escena de posibles paisajes donde los personajes se sitúan en entramados económicos que de alguna manera determinan su papel. Stuart Hall, “En el taller de Isaac Julien” en Isaac Julien, Playtime and Kapital (Ciudad de México: MUAC-UNAM, 2016), 36.

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Otro tipo de producción visual que ha abierto a formas actuales del trabajo fue la última investigación del artista Harun Farocki. Si bien desde la década de los 90 Farocki había presentando, en obras como la película Workers Leaving the Factory (1995) o la instalación de video multicanal Workers Leaving the Factory in Eleven Decades (2006), la relación de la imagen movimiento con la historia de la fábrica para mostrar las formas en que la historia del cine produjo representaciones clásicas del trabajador, entre 2011 y 2014, Farocki realizaría con Antje Ehmann el proyecto Labour in a single shot. En talleres por más de 15 ciudades del mundo (Bangalore, Berlín, Boston, Buenos Aires, Cairo, Hangzhou, Ginebra, Hannoi, Johannesburgo, Lisboa, Lodz, Ciudad de México, Moscú, Río de Janiero y Tel Aviv) trabajaron con otros cineastas y videoartistas para, en una sola toma, presentar las imágenes sobre el trabajo en los diferentes emplazamientos y geopolíticas. Los videos que forman este trabajo abren una gramática sobre el trabajo con la que intentan la empresa crítica de abrir los ojos:

es la lectura crítica del objeto que permite una puesta en escena del pasado desde el presente. Esta operación es la que me parece se puede leer en Red, de Simon Gush

Muchas veces el trabajo no es sólo invisible sino inimaginable. Por ello es vital hacer investigación para abrir los ojos y ponerse en movimiento. ¿Dónde podemos encontrar las diferentes formas del trabajo?, ¿qué está escondido?, ¿qué pasa en el centro de una ciudad,

La vuelta a la cosa Si bien la obra de Simon Gush sobre el trabajo había girado sobre el vaciamiento de la representación tornando la reflexión en una construcción casi poética sobre el espacio y el tiempo, su obra Red (2014) dio un giro radical al buscar una inflexión histórica. La tensión en esta obra está en relación a un objeto: el Mercedes-Benz rojo de Mandela. Ese objeto, tantas veces referido para contar ‘the story of a labour of love’,7 fue regalado por los trabajadores de la Mercedes-Benz de la ciudad de East London en 1990, al que posteriormente sería el presidente de Sudáfrica, cuando fue liberado tras 27 años de prisión. El objeto se ha inscrito en la historia como un ícono del proceso de reconciliación. Sin embargo, Gush vuelve a ese objeto para producir otra imagen, para que la historia que abra no sea necesariamente la de un símbolo de pacificación, sino una historia donde la fábrica fue un campo de batalla.

qué ocurre en la periferia?, ¿qué es característico y qué es inusual para cada ciudad?, ¿qué clase de procesos de trabajo presentan retos interesantes cinematográficamente?6

La multiplicación de actividades y de formas que adquiere el trabajo hoy responde a la crisis económica que ya mencionábamos y, entre las muchas de sus consecuencias, revela la fragmentación de una representación única de una clase trabajadora. Hay trabajo pero no hay un sujeto histórico que permita una enunciación colectiva. Si bien la línea abierta por artistas como Julien y Farocki es sumamente interesante para pensar los escenarios actuales, hay otra posibilidad que me gustaría explorar. En ella lo que aparece es el objeto como potencia histórica; aquí, ya no hay una búsqueda por el sujeto o por los personajes que han quedado en su lugar, sino que lo que potencializa Harun Farocki and Anje Ehman, http://www.labour-in-a-single-shot.net/en/project/concept/ (consultado el 23 de junio de 2016)

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Red es una serie construida de varias obras. Red, filme (81 min 49 seg) hecho en colaboración con James Carins, Red (sleep-in strike beds), Red (strike uniforms) en colaboración con Mokotjo Mohulo y Red (Mandela car). Instaladas de manera conjunta, el video entra en tensión con estos objetos que nunca fueron representados en cuanto tal en el filme. Éste, a simple vista, podría parecer un documental que presenta la memoria de un conflicto a través del relato de algunos de sus personajes. Sin embargo, aunque ciertamente hay un recuento de los hechos que rodearon la producción del Mercedes rojo de Mandela, hay una resistencia por parte de los realizadores de generar una representación de los trabajadores. Ni material de archivo, ni tomas de trabajadores en la fábrica. La pura fábrica vaciada de trabajadores en contraposición al relato parece boicotear el deseo del espectador de una mirada heroica.

La propia Mercedes-Benz cuenta la historia heroica de una negociación que, en el relato de la compañía, supuso una alianza entre ellos y los trabajadores. El momento se convierte así en ícono de la unificación sudafricana, olvidando el conflicto laboral que poco después de ello se desprendería. Cfr: https://www.youtube.com/watch?v=ZLtYr3d0wvs (consultado el 23 de julio de 2016)

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Otro tipo de producción visual que ha abierto a formas actuales del trabajo fue la última investigación del artista Harun Farocki. Si bien desde la década de los 90 Farocki había presentando, en obras como la película Workers Leaving the Factory (1995) o la instalación de video multicanal Workers Leaving the Factory in Eleven Decades (2006), la relación de la imagen movimiento con la historia de la fábrica para mostrar las formas en que la historia del cine produjo representaciones clásicas del trabajador, entre 2011 y 2014, Farocki realizaría con Antje Ehmann el proyecto Labour in a single shot. En talleres por más de 15 ciudades del mundo (Bangalore, Berlín, Boston, Buenos Aires, Cairo, Hangzhou, Ginebra, Hannoi, Johannesburgo, Lisboa, Lodz, Ciudad de México, Moscú, Río de Janiero y Tel Aviv) trabajaron con otros cineastas y videoartistas para, en una sola toma, presentar las imágenes sobre el trabajo en los diferentes emplazamientos y geopolíticas. Los videos que forman este trabajo abren una gramática sobre el trabajo con la que intentan la empresa crítica de abrir los ojos:

es la lectura crítica del objeto que permite una puesta en escena del pasado desde el presente. Esta operación es la que me parece se puede leer en Red, de Simon Gush

Muchas veces el trabajo no es sólo invisible sino inimaginable. Por ello es vital hacer investigación para abrir los ojos y ponerse en movimiento. ¿Dónde podemos encontrar las diferentes formas del trabajo?, ¿qué está escondido?, ¿qué pasa en el centro de una ciudad,

La vuelta a la cosa Si bien la obra de Simon Gush sobre el trabajo había girado sobre el vaciamiento de la representación tornando la reflexión en una construcción casi poética sobre el espacio y el tiempo, su obra Red (2014) dio un giro radical al buscar una inflexión histórica. La tensión en esta obra está en relación a un objeto: el Mercedes-Benz rojo de Mandela. Ese objeto, tantas veces referido para contar ‘the story of a labour of love’,7 fue regalado por los trabajadores de la Mercedes-Benz de la ciudad de East London en 1990, al que posteriormente sería el presidente de Sudáfrica, cuando fue liberado tras 27 años de prisión. El objeto se ha inscrito en la historia como un ícono del proceso de reconciliación. Sin embargo, Gush vuelve a ese objeto para producir otra imagen, para que la historia que abra no sea necesariamente la de un símbolo de pacificación, sino una historia donde la fábrica fue un campo de batalla.

qué ocurre en la periferia?, ¿qué es característico y qué es inusual para cada ciudad?, ¿qué clase de procesos de trabajo presentan retos interesantes cinematográficamente?6

La multiplicación de actividades y de formas que adquiere el trabajo hoy responde a la crisis económica que ya mencionábamos y, entre las muchas de sus consecuencias, revela la fragmentación de una representación única de una clase trabajadora. Hay trabajo pero no hay un sujeto histórico que permita una enunciación colectiva. Si bien la línea abierta por artistas como Julien y Farocki es sumamente interesante para pensar los escenarios actuales, hay otra posibilidad que me gustaría explorar. En ella lo que aparece es el objeto como potencia histórica; aquí, ya no hay una búsqueda por el sujeto o por los personajes que han quedado en su lugar, sino que lo que potencializa Harun Farocki and Anje Ehman, http://www.labour-in-a-single-shot.net/en/project/concept/ (consultado el 23 de junio de 2016)

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Red es una serie construida de varias obras. Red, filme (81 min 49 seg) hecho en colaboración con James Carins, Red (sleep-in strike beds), Red (strike uniforms) en colaboración con Mokotjo Mohulo y Red (Mandela car). Instaladas de manera conjunta, el video entra en tensión con estos objetos que nunca fueron representados en cuanto tal en el filme. Éste, a simple vista, podría parecer un documental que presenta la memoria de un conflicto a través del relato de algunos de sus personajes. Sin embargo, aunque ciertamente hay un recuento de los hechos que rodearon la producción del Mercedes rojo de Mandela, hay una resistencia por parte de los realizadores de generar una representación de los trabajadores. Ni material de archivo, ni tomas de trabajadores en la fábrica. La pura fábrica vaciada de trabajadores en contraposición al relato parece boicotear el deseo del espectador de una mirada heroica.

La propia Mercedes-Benz cuenta la historia heroica de una negociación que, en el relato de la compañía, supuso una alianza entre ellos y los trabajadores. El momento se convierte así en ícono de la unificación sudafricana, olvidando el conflicto laboral que poco después de ello se desprendería. Cfr: https://www.youtube.com/watch?v=ZLtYr3d0wvs (consultado el 23 de julio de 2016)

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No hay épica en Red. Aquí el trabajo, tanto en el video como en las instalaciones, está en volver al objeto, aunque sea de manera ficcional, para buscar en éste las potencias emancipatorias de la historia. En este sentido, lo que proponemos es leer Red desde una vuelta al objeto, donde éste se vuelve una fuerza política.

que fue central para su trabajo de los años 30, señala el modo en que la mercancía capitalista presiona para generar un real que se toma como natural y dado, escondiendo que es un constructo socioeconómico. A la luz de esta lectura de la mercancía, la operación crítica para Benjamin estaba en encontrar en los objetos, en las imágenes, en la arquitectura, aquella promesa fallida y buscar, como afirma Ricardo Ibarlucía en su análisis sobre la relación entre Benjamin y el surrealismo, “el espacio donde los sueños de una época se inmovilizan inscribiendo sobre el fetiche de la mercancía «la palabra historia con los caracteres de la caducidad.»”9

Una vuelta a la cosa porque, como ya veremos, ésta ha estado ahí acosando para hablar de la historia, poniendo el esquema estético moderno en reversa. Si la revolución copernicana de Kant consistió en un proyecto epistemológico que suprimía la armonía entre el sujeto y el objeto por un orden superior (concordancia final) para sustituirlo por una sumisión necesaria del objeto al sujeto, veremos cómo en las producciones de artistas como Gush hay una revuelta del objeto para que sea éste el que produzca el sentido y con ello se posibilite una historia diferente. Este centrarse en la cosa, parte de los planteamientos de Marx quien en textos como la Introducción general a la crítica de la economía política propone que no hay sujeto privilegiado ante la cosa. Lo que hay es una producción de un objeto, que como cualquier otro objeto de la producción capitalista, produce no sólo un objeto sino que produce al sujeto que lo consume.8 Marx piensa la historia a partir del objeto, el objeto es la historia en tanto que condensa las fuerzas sociales del modo de producción y se convierte así su rastro en una producción material. Si bien diferentes autores recuperaron estos planteamientos para un tipo de materialismo histórico, me interesa detenerme un momento en Walter Benjamin, quien de manera radical propuso ver en la experiencia estética de la cosa un proceso de emancipación para el sujeto. La cosa, para Benjamin, sería la que permitiría desplegar una experiencia emancipatoria al confrontar las fuerzas que la habían producido, abriendo una nueva revolución copernicana.

Desde el año de 1927 Benjamin ideó una investigación que correría paralelamente a todas sus preocupaciones, el proyecto fue llamado Passagen-Werk; en él Benjamin buscaría expresar el sentimiento de vértigo que caracterizó la concepción de la historia del siglo XIX, y que “corresponde a un punto de vista que integra el curso del mundo de una serie ilimitada de hechos coagulados en forma de cosas.”10 Benjamin va a buscar el carácter expresivo de los primeros productos industriales, de las primeras construcciones en hierro, de las primeras máquinas, de las primeras tiendas, de los afiches y de las baratijas, es decir, de los objetos con los que la modernidad dominó al mundo con sus fantasmagorías. Pasajes es un trabajo de montajes, un trabajo que recoge los sueños monumentales de la razón que se manifiestan en los objetos y que hereda la mirada de los surrealistas. Benjamin sostenía que “la filosofía no sólo debía recoger el surrealismo, sino ser surrealista ella misma”.11 Y con esto quiso decir buscar en los objetos su estrato onírico y no su estrato de promesa, de ideal, para encontrar el sentido que no deja aposento noble, para que desde ahí pueda emerger la historia que ha sido sepultada por la fantasmagoría del progreso. Ante la mirada surrealista, lo que se tambalea para Benjamin es el valor de uso, exponiendo, ya sin el influjo del encantamiento, el proceso de producción de la cosa como mercancía.

Para el filósofo alemán, los sueños de la modernidad, a la luz de la técnica, se petrificaron en los objetos, que se convirtieron en fantasmagorías de una época. Para Benjamin, la fantasmagoría, 9

Carlos Marx, Introducción general a la crítica de la economía política, (Ciudad de México: Siglo XXI Editores,1989), 42. 8

Ricardo Ibarlucía, Onirokitsch: Walter Benjamin y el surrealismo (Buenos Aires: Manantial, 1998), 67-68.

10

Walter Benjamin, El libro de los pasajes (Madrid: Akal, 2007) 50.

11

Theodor Adorno, Sobre Walter Benjamin (Madrid: Cátedra, 1995), 24.


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No hay épica en Red. Aquí el trabajo, tanto en el video como en las instalaciones, está en volver al objeto, aunque sea de manera ficcional, para buscar en éste las potencias emancipatorias de la historia. En este sentido, lo que proponemos es leer Red desde una vuelta al objeto, donde éste se vuelve una fuerza política.

que fue central para su trabajo de los años 30, señala el modo en que la mercancía capitalista presiona para generar un real que se toma como natural y dado, escondiendo que es un constructo socioeconómico. A la luz de esta lectura de la mercancía, la operación crítica para Benjamin estaba en encontrar en los objetos, en las imágenes, en la arquitectura, aquella promesa fallida y buscar, como afirma Ricardo Ibarlucía en su análisis sobre la relación entre Benjamin y el surrealismo, “el espacio donde los sueños de una época se inmovilizan inscribiendo sobre el fetiche de la mercancía «la palabra historia con los caracteres de la caducidad.»”9

Una vuelta a la cosa porque, como ya veremos, ésta ha estado ahí acosando para hablar de la historia, poniendo el esquema estético moderno en reversa. Si la revolución copernicana de Kant consistió en un proyecto epistemológico que suprimía la armonía entre el sujeto y el objeto por un orden superior (concordancia final) para sustituirlo por una sumisión necesaria del objeto al sujeto, veremos cómo en las producciones de artistas como Gush hay una revuelta del objeto para que sea éste el que produzca el sentido y con ello se posibilite una historia diferente. Este centrarse en la cosa, parte de los planteamientos de Marx quien en textos como la Introducción general a la crítica de la economía política propone que no hay sujeto privilegiado ante la cosa. Lo que hay es una producción de un objeto, que como cualquier otro objeto de la producción capitalista, produce no sólo un objeto sino que produce al sujeto que lo consume.8 Marx piensa la historia a partir del objeto, el objeto es la historia en tanto que condensa las fuerzas sociales del modo de producción y se convierte así su rastro en una producción material. Si bien diferentes autores recuperaron estos planteamientos para un tipo de materialismo histórico, me interesa detenerme un momento en Walter Benjamin, quien de manera radical propuso ver en la experiencia estética de la cosa un proceso de emancipación para el sujeto. La cosa, para Benjamin, sería la que permitiría desplegar una experiencia emancipatoria al confrontar las fuerzas que la habían producido, abriendo una nueva revolución copernicana.

Desde el año de 1927 Benjamin ideó una investigación que correría paralelamente a todas sus preocupaciones, el proyecto fue llamado Passagen-Werk; en él Benjamin buscaría expresar el sentimiento de vértigo que caracterizó la concepción de la historia del siglo XIX, y que “corresponde a un punto de vista que integra el curso del mundo de una serie ilimitada de hechos coagulados en forma de cosas.”10 Benjamin va a buscar el carácter expresivo de los primeros productos industriales, de las primeras construcciones en hierro, de las primeras máquinas, de las primeras tiendas, de los afiches y de las baratijas, es decir, de los objetos con los que la modernidad dominó al mundo con sus fantasmagorías. Pasajes es un trabajo de montajes, un trabajo que recoge los sueños monumentales de la razón que se manifiestan en los objetos y que hereda la mirada de los surrealistas. Benjamin sostenía que “la filosofía no sólo debía recoger el surrealismo, sino ser surrealista ella misma”.11 Y con esto quiso decir buscar en los objetos su estrato onírico y no su estrato de promesa, de ideal, para encontrar el sentido que no deja aposento noble, para que desde ahí pueda emerger la historia que ha sido sepultada por la fantasmagoría del progreso. Ante la mirada surrealista, lo que se tambalea para Benjamin es el valor de uso, exponiendo, ya sin el influjo del encantamiento, el proceso de producción de la cosa como mercancía.

Para el filósofo alemán, los sueños de la modernidad, a la luz de la técnica, se petrificaron en los objetos, que se convirtieron en fantasmagorías de una época. Para Benjamin, la fantasmagoría, 9

Carlos Marx, Introducción general a la crítica de la economía política, (Ciudad de México: Siglo XXI Editores,1989), 42. 8

Ricardo Ibarlucía, Onirokitsch: Walter Benjamin y el surrealismo (Buenos Aires: Manantial, 1998), 67-68.

10

Walter Benjamin, El libro de los pasajes (Madrid: Akal, 2007) 50.

11

Theodor Adorno, Sobre Walter Benjamin (Madrid: Cátedra, 1995), 24.


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En ese sentido, Benjamin recuperó los planteamientos de Marx sobre el carácter histórico de las cosas pero para plantear un proceso de emancipación del sujeto. La experiencia de estos objetos, la tensión entre su promesa y su fracaso, provocaría, según Benjamin, una revolución copernicana donde la estructura del progreso se desmantelaría en un “flash de la cognoscibilidad”. La cosa, vista desde esa apertura surrealista, permitiría golpear al sujeto para abrir la historia desde el ahora y no desde el encantamiento del pasado sobre el futuro.

29

La cosa toma la palabra En el siglo XXI algunos artistas parecen querer dar una vuelta de tuerca al esquema para volver a la cosa, ya no sólo como esperaba Benjamin para provocar una revuelta en el sujeto, sino para que la cosa tome la palabra. Así afirma la artista y teórica Hito Steyerl: Tradicionalmente, la práctica emancipatoria ha estado ligada a un deseo de convertirse en sujeto. La emancipación se concebía como devenir sujeto de la historia, de la representación o de la política.

En la Revolución Copernicana la percepción histórica opera de la

Devenir sujeto conllevaba la promesa de la autonomía, soberanía,

siguiente manera. Formalmente se ha pensado que un punto de

acción. Ser sujeto era bueno; ser objeto era malo. Pero, como todo el

vista fijo se había encontrado en “lo que ha sido”, y uno veía el

mundo sabe, ser un sujeto puede tener sus complicaciones. El sujeto

presente comprometido en concentrar tentativamente las fuerzas del

está siempre ya sujeto. Si bien la posición de sujeto implica un cierto

conocimiento sobre esta base. Ahora esta relación se ha volteado, y

grado de control, en realidad está sujeta a relaciones de poder. [ ]

lo que se ha encontrado se ha convertido en su reverso dialéctico –el

Pero mientras la lucha por devenir sujeto se enreda en sus propias

relámpago de la conciencia despierta. La política adquiere primacía

contradicciones, surgió una posibilidad diferente. ¿Y si para variar

sobre la historia. Los hechos se convierten en algo que sólo ahora nos

nos revistiéramos de objeto?¿Por qué no ser una cosa? ¿Un objeto sin

ocurren a nosotros, que por primera vez nos golpean; establecerlos es un

sujeto? ¿Una cosa entre otras? [ ]. 13

asunto de la memoria: la ocasión que nos es dada para recordar qué es lo más cercano, lo más gastado, lo más obvio.12

La cosa para Benjamin no intenta afirmar al sujeto, sino que, si es posible abrirla desde el estrato onírico, desmonta por completo las formas de dominación del capitalismo que encontró en la fantasmagoría de la mercancía la manera de esconder el modo de producción y producir el encantamiento. La emancipación para Benjamin está en que el sujeto rompa con el embrujo y elabore así otra historia. En este proceso la política toma primacía sobre la historia y empuja al sujeto a una emancipación que será revolucionaria. La última mitad del siglo XX insistió que el proceso de transformación podría estar guiado por este sujeto emancipado. Un sujeto histórico que pondría en revuelta las formas de dominación. En pleno siglo XXI, ese sujeto parece estar fragmentado y perdido en su propia agencia. ¿Cómo, entonces, insistir en un programa emancipatorio?

12

Benjamin, Arcades Project, pp. 388-389. (la traducción es mía)

La operación crítica de Steyerl parte del fracaso de las luchas emancipadoras del siglo XX que tuvieron su acento en el sujeto, quizá, plantea la artista, la posibilidad hoy está en la cosa, en buscar en ella las posibilidades de aparecer, de decir, de interrogar, de hacer historia. Este esquema parte de un cuestionamiento al modelo epistemológico de la modernidad donde la cosa es siempre pasiva. Esta recuperación, si bien parte de Marx y del carácter histórico de la cosa, también activa otras tradiciones antropológicas y filosóficas que han encontrado necesario, para proponer otros sistemas sociales, políticos y económicos, la agencia de la cosa.14

13

Hito Steyerl, ‘Una cosa como tú y yo’, Los condenados de la pantalla (Buenos Aires: Caja Negra, 2014), 53.

La relación que la modernidad planteó entre sujeto y objeto ha sido constitutiva de una construcción de mundo. En ella otras posibilidades epistémicas, estéticas y políticas quedaron fuera asumiendo una completa dominación. Este problema es importante de considerar sobre todo respecto a las consecuencias que tendrá para el capitalismo y las formas de explotación. A mediados del siglo XX este modelo de relaciones fue puesto en cuestión por la antropología y la teoría crítica, por no desarrollar ahora la tradición moderna de incorporar los objetos comunes que ya está presente en Zola, que han intentado incorporar la agencia a aquellos objetos que la modernidad extirpó y proponer nuevas formas de experiencia que no se limiten a la soberanía del sujeto entendida como pleno derecho a la dominación y explotación de las cosas. Lo que se abre en la crítica de autores como Alfred Gell, Eduardo Viveiro de Castro o Hito Steyerl, solo por mencionar a algunos, es plantear fisuras al modelo homogéneo de experiencia que la modernidad planteó y expuso como sistema mundo.

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En ese sentido, Benjamin recuperó los planteamientos de Marx sobre el carácter histórico de las cosas pero para plantear un proceso de emancipación del sujeto. La experiencia de estos objetos, la tensión entre su promesa y su fracaso, provocaría, según Benjamin, una revolución copernicana donde la estructura del progreso se desmantelaría en un “flash de la cognoscibilidad”. La cosa, vista desde esa apertura surrealista, permitiría golpear al sujeto para abrir la historia desde el ahora y no desde el encantamiento del pasado sobre el futuro.

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La cosa toma la palabra En el siglo XXI algunos artistas parecen querer dar una vuelta de tuerca al esquema para volver a la cosa, ya no sólo como esperaba Benjamin para provocar una revuelta en el sujeto, sino para que la cosa tome la palabra. Así afirma la artista y teórica Hito Steyerl: Tradicionalmente, la práctica emancipatoria ha estado ligada a un deseo de convertirse en sujeto. La emancipación se concebía como devenir sujeto de la historia, de la representación o de la política.

En la Revolución Copernicana la percepción histórica opera de la

Devenir sujeto conllevaba la promesa de la autonomía, soberanía,

siguiente manera. Formalmente se ha pensado que un punto de

acción. Ser sujeto era bueno; ser objeto era malo. Pero, como todo el

vista fijo se había encontrado en “lo que ha sido”, y uno veía el

mundo sabe, ser un sujeto puede tener sus complicaciones. El sujeto

presente comprometido en concentrar tentativamente las fuerzas del

está siempre ya sujeto. Si bien la posición de sujeto implica un cierto

conocimiento sobre esta base. Ahora esta relación se ha volteado, y

grado de control, en realidad está sujeta a relaciones de poder. [ ]

lo que se ha encontrado se ha convertido en su reverso dialéctico –el

Pero mientras la lucha por devenir sujeto se enreda en sus propias

relámpago de la conciencia despierta. La política adquiere primacía

contradicciones, surgió una posibilidad diferente. ¿Y si para variar

sobre la historia. Los hechos se convierten en algo que sólo ahora nos

nos revistiéramos de objeto?¿Por qué no ser una cosa? ¿Un objeto sin

ocurren a nosotros, que por primera vez nos golpean; establecerlos es un

sujeto? ¿Una cosa entre otras? [ ]. 13

asunto de la memoria: la ocasión que nos es dada para recordar qué es lo más cercano, lo más gastado, lo más obvio.12

La cosa para Benjamin no intenta afirmar al sujeto, sino que, si es posible abrirla desde el estrato onírico, desmonta por completo las formas de dominación del capitalismo que encontró en la fantasmagoría de la mercancía la manera de esconder el modo de producción y producir el encantamiento. La emancipación para Benjamin está en que el sujeto rompa con el embrujo y elabore así otra historia. En este proceso la política toma primacía sobre la historia y empuja al sujeto a una emancipación que será revolucionaria. La última mitad del siglo XX insistió que el proceso de transformación podría estar guiado por este sujeto emancipado. Un sujeto histórico que pondría en revuelta las formas de dominación. En pleno siglo XXI, ese sujeto parece estar fragmentado y perdido en su propia agencia. ¿Cómo, entonces, insistir en un programa emancipatorio?

12

Benjamin, Arcades Project, pp. 388-389. (la traducción es mía)

La operación crítica de Steyerl parte del fracaso de las luchas emancipadoras del siglo XX que tuvieron su acento en el sujeto, quizá, plantea la artista, la posibilidad hoy está en la cosa, en buscar en ella las posibilidades de aparecer, de decir, de interrogar, de hacer historia. Este esquema parte de un cuestionamiento al modelo epistemológico de la modernidad donde la cosa es siempre pasiva. Esta recuperación, si bien parte de Marx y del carácter histórico de la cosa, también activa otras tradiciones antropológicas y filosóficas que han encontrado necesario, para proponer otros sistemas sociales, políticos y económicos, la agencia de la cosa.14

13

Hito Steyerl, ‘Una cosa como tú y yo’, Los condenados de la pantalla (Buenos Aires: Caja Negra, 2014), 53.

La relación que la modernidad planteó entre sujeto y objeto ha sido constitutiva de una construcción de mundo. En ella otras posibilidades epistémicas, estéticas y políticas quedaron fuera asumiendo una completa dominación. Este problema es importante de considerar sobre todo respecto a las consecuencias que tendrá para el capitalismo y las formas de explotación. A mediados del siglo XX este modelo de relaciones fue puesto en cuestión por la antropología y la teoría crítica, por no desarrollar ahora la tradición moderna de incorporar los objetos comunes que ya está presente en Zola, que han intentado incorporar la agencia a aquellos objetos que la modernidad extirpó y proponer nuevas formas de experiencia que no se limiten a la soberanía del sujeto entendida como pleno derecho a la dominación y explotación de las cosas. Lo que se abre en la crítica de autores como Alfred Gell, Eduardo Viveiro de Castro o Hito Steyerl, solo por mencionar a algunos, es plantear fisuras al modelo homogéneo de experiencia que la modernidad planteó y expuso como sistema mundo.

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Iseeyou, 2013

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Iseeyou, 2013

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Estos planteamientos se pueden encontrar en la obra teórica de Steyerl, pero también es algo que está presente en su producción artística. La artista alemana lleva trabajando más de una década en la producción de una imagen crítica que permita poner en cuestión las formas de dominación, la construcción del valor del arte y las posibilidades políticas de una imagen en una época de saturación visual. En varias de sus obras las cosas están al centro de su investigación y el dispositivo gira para lograr hacer hablar la historia.

a los planteamientos del cineasta Harun Farocki, la imagen tiene que mostrar su producción para con ello poder describir las relaciones que ahí se suscitan. La posibilidad política de la imagen, parece sugerir DidiHuberman en el análisis de la obra de Farocki, es porque ésta es un objeto histórico, tecnológico y legal. Por ello es posible que el desmantelamiento de sus aparatos permita una crítica a la violencia.16

Uno de los ejemplos más contundentes está en su obra Adorno’s Grey (2012). En este video instalación la artista retoma un viejo rumor: el aula en la que daba clases Adorno estaba pintada de color gris. Este dato al que la artista busca acceder con una investigación de restauración, que recuerda una operación arqueológica o forense, pretende no sólo corroborar el hecho sino que ese color actúe como testigo para abrir qué fue lo que sucedió en la última lección de Adorno. El 22 de abril de 1969 en la Goethe Universität de Fráncfort del Meno, un grupo de estudiantes se desnudó los pechos en medio de la lección que impartía Adorno. Las alumnas, del grupo “Leather Jacket Fraktion” de la organización SDS (Sozialistische Deutsche Studentenbund), se desnudaron y rodearon al académico. Adorno recogió sus papeles y salió del salón. Esa sería la última lección de Adorno. El filósofo murió, sin terminar su última obra, la Teoría estética, pocos meses después. Mucho se ha especulado si la “busenattentat” o “atentado de los senos” no habría sido uno de los acontecimientos que llevó a la muerte al famoso teórico. ¿Por qué este acto habría llevado a Adorno a no retomar nunca su sesión y a no continuar con la docencia en la Universidad? Seguramente, no fueron los senos lo que lo espantó, sino el desencuentro. Lo que marca la anécdota fue una fractura irreparable entre un modo de entender la función de la teoría en la práctica política y el movimiento estudiantil.15 Hito Steyerl busca como testigo y, al no encontrarla, la ficcionaliza. Tras escarbar capa tras capa de pintura y yeso sin éxito, la artista recurre a un juego de luz para hacer aparecer el gris. No hay engaño. Cercana La investigación sobre esta pieza de Hito Steyerl y los planteamientos de Adorno sobre la separación entre teoría y praxis puede encontrarse desarrollado en mi texto ‘El color de la teoría’, artículo que aparecerá en el libro de la conmemoración de los 80 años de la fundación del Instituto de Investigaciones Estéticas.

Steyerl, sigue ese esquema y va construyendo la imagen mostrando siempre cómo se va produciendo. En el video, al tiempo que se expone cómo la luz simula el gris de Adorno, se escuchan entrevistas a filósofos y estudiantes, tanto actuales como de archivo, para volver al acontecimiento. Lo que ahí ocurrió es capital para entender la tensión entre la filosofía crítica y las movilizaciones que apuestan por la acción directa. El video se acompaña de una instalación, restos de muro que supondrían la cosa misma. Sabemos que Steyerl no encontró el gris de Adorno, pero la cosa funcionó como invocación para volver a pensar una de las historias ocultas de una fricción que devino en el distanciamiento de una filosofía crítica con el movimiento social. Esta obra de Steyerl no reflexiona sobre el trabajo, sino, más bien, sobre la tensión entre teoría y práctica que tiene, para Adorno, como correlato, la relación entre sujeto y objeto. Sin embargo, me interesa mencionarla porque es posible establecer relaciones con la pieza de Red. En ambos casos, hay una vuelta a la cosa que no pretende una restitución. Así como en Adorno’s Grey no se encuentra la pintura gris del aula donde Adorno dio clases por última vez, el MercedesBenz rojo de Mandela que tensa la proyección de Red y que el artista ha nombrado Red (Mandela car) no es el automóvil de Mandela. Ese, el original, está en el museo del Apartheid en Johannesburgo. La instalación que acompaña al filme es la instalación de un auto igual al del Mandela, el mismo modelo y el mismo año. Un auto al que el artista despoja de cualquier interioridad y deja solo la carrocería. Acompañando la estructura vaciada del automóvil, están desmontadas y colgadas a muro cuatro puertas, una cajuela y un cofre. No hay engaño posible, las piezas provienen de automóviles diferentes que comparten el modelo y el año pero que varían en el tono de rojo.

15

Georges Didi-Huberman, ‘How to Open Your Eyes’in Antje Ehmann and Kodwo Eshun eds., Harun Farocki, Against What? Against Whom? (London: Koening Books, 2010), 50.

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Estos planteamientos se pueden encontrar en la obra teórica de Steyerl, pero también es algo que está presente en su producción artística. La artista alemana lleva trabajando más de una década en la producción de una imagen crítica que permita poner en cuestión las formas de dominación, la construcción del valor del arte y las posibilidades políticas de una imagen en una época de saturación visual. En varias de sus obras las cosas están al centro de su investigación y el dispositivo gira para lograr hacer hablar la historia.

a los planteamientos del cineasta Harun Farocki, la imagen tiene que mostrar su producción para con ello poder describir las relaciones que ahí se suscitan. La posibilidad política de la imagen, parece sugerir DidiHuberman en el análisis de la obra de Farocki, es porque ésta es un objeto histórico, tecnológico y legal. Por ello es posible que el desmantelamiento de sus aparatos permita una crítica a la violencia.16

Uno de los ejemplos más contundentes está en su obra Adorno’s Grey (2012). En este video instalación la artista retoma un viejo rumor: el aula en la que daba clases Adorno estaba pintada de color gris. Este dato al que la artista busca acceder con una investigación de restauración, que recuerda una operación arqueológica o forense, pretende no sólo corroborar el hecho sino que ese color actúe como testigo para abrir qué fue lo que sucedió en la última lección de Adorno. El 22 de abril de 1969 en la Goethe Universität de Fráncfort del Meno, un grupo de estudiantes se desnudó los pechos en medio de la lección que impartía Adorno. Las alumnas, del grupo “Leather Jacket Fraktion” de la organización SDS (Sozialistische Deutsche Studentenbund), se desnudaron y rodearon al académico. Adorno recogió sus papeles y salió del salón. Esa sería la última lección de Adorno. El filósofo murió, sin terminar su última obra, la Teoría estética, pocos meses después. Mucho se ha especulado si la “busenattentat” o “atentado de los senos” no habría sido uno de los acontecimientos que llevó a la muerte al famoso teórico. ¿Por qué este acto habría llevado a Adorno a no retomar nunca su sesión y a no continuar con la docencia en la Universidad? Seguramente, no fueron los senos lo que lo espantó, sino el desencuentro. Lo que marca la anécdota fue una fractura irreparable entre un modo de entender la función de la teoría en la práctica política y el movimiento estudiantil.15 Hito Steyerl busca como testigo y, al no encontrarla, la ficcionaliza. Tras escarbar capa tras capa de pintura y yeso sin éxito, la artista recurre a un juego de luz para hacer aparecer el gris. No hay engaño. Cercana La investigación sobre esta pieza de Hito Steyerl y los planteamientos de Adorno sobre la separación entre teoría y praxis puede encontrarse desarrollado en mi texto ‘El color de la teoría’, artículo que aparecerá en el libro de la conmemoración de los 80 años de la fundación del Instituto de Investigaciones Estéticas.

Steyerl, sigue ese esquema y va construyendo la imagen mostrando siempre cómo se va produciendo. En el video, al tiempo que se expone cómo la luz simula el gris de Adorno, se escuchan entrevistas a filósofos y estudiantes, tanto actuales como de archivo, para volver al acontecimiento. Lo que ahí ocurrió es capital para entender la tensión entre la filosofía crítica y las movilizaciones que apuestan por la acción directa. El video se acompaña de una instalación, restos de muro que supondrían la cosa misma. Sabemos que Steyerl no encontró el gris de Adorno, pero la cosa funcionó como invocación para volver a pensar una de las historias ocultas de una fricción que devino en el distanciamiento de una filosofía crítica con el movimiento social. Esta obra de Steyerl no reflexiona sobre el trabajo, sino, más bien, sobre la tensión entre teoría y práctica que tiene, para Adorno, como correlato, la relación entre sujeto y objeto. Sin embargo, me interesa mencionarla porque es posible establecer relaciones con la pieza de Red. En ambos casos, hay una vuelta a la cosa que no pretende una restitución. Así como en Adorno’s Grey no se encuentra la pintura gris del aula donde Adorno dio clases por última vez, el MercedesBenz rojo de Mandela que tensa la proyección de Red y que el artista ha nombrado Red (Mandela car) no es el automóvil de Mandela. Ese, el original, está en el museo del Apartheid en Johannesburgo. La instalación que acompaña al filme es la instalación de un auto igual al del Mandela, el mismo modelo y el mismo año. Un auto al que el artista despoja de cualquier interioridad y deja solo la carrocería. Acompañando la estructura vaciada del automóvil, están desmontadas y colgadas a muro cuatro puertas, una cajuela y un cofre. No hay engaño posible, las piezas provienen de automóviles diferentes que comparten el modelo y el año pero que varían en el tono de rojo.

15

Georges Didi-Huberman, ‘How to Open Your Eyes’in Antje Ehmann and Kodwo Eshun eds., Harun Farocki, Against What? Against Whom? (London: Koening Books, 2010), 50.

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Lo que parece señalar el artista es que no se trata de invocar el fetiche, sino que el objeto, aquí el automóvil producido en serie, nos permita volver a la fábrica, a ese campo de batalla, que fue la planta de producción de la Mercedes-Benz en la ciudad de East London a inicios de los años 90.

Gush y Carins no se detienen en la imagen del automóvil de Mandela, sino que siguen el objeto, en su producción, para entender el conflicto más allá del momento heroico.

Lo que parece hacer la obra de Gush, las diferentes partes que componen Red, es decir video e instalación, es revocar el mito de la reconciliación y poner en cuestión, o al menos quitar del centro de la narración, a Mandela. Aquí, no se trata de héroes, sino de batallas que nos podrían permitir entender las condiciones actuales del trabajo. El filme parte de una serie de entrevistas donde diferentes personajes narran los acontecimientos anteriores y posteriores a la producción del Mercedes rojo de Mandela. Tanto para trabajadores como administradores era claro que hacia finales de los años ochenta y principios de los noventa había una gran tensión en la fábrica como consecuencia de los problemas sociales que afectaban al país. El antagonismo entre la clase trabajadora, negra, y los administradores, blancos, generaba una situación de constante confrontación que devenía en un sin fin de huelgas y paradas laborales tras una compleja construcción sindical. Si bien la producción del auto de Mandela supone en la narración un momento de empoderamiento de los trabajadores y una especie de alianza con los administradores de la fábrica, lo interesante de Red es que va más allá de ese momento. Tensada la narración con una serie de imágenes de superficie, que en una especie de arqueología que no pretende buscar origen sino sólo observar los restos de este relato en la propia fisionomía de East London, el filme boicotea las ansias de un momento de reconciliación entre narración y representación. Las imágenes blanco y negro de estos paisajes de una ciudad industrial que ha seguido su proceso más allá del símbolo fracturan la memoria de los personajes que nunca pueden fijar en el pasado aquello que ha sido.

Poco tiempo después de la entrega del Mercedes rojo, un gran conflicto laboral estalló en la fábrica. Ante la reestructuración sindical para generar una negociación centralizada el conflicto resultó en la decisión de un grupo de los trabajadores para que la huelga se mantuviera y pasaran la noche en la fábrica. La tensión ante la ocupación y la fragmentación de posiciones de los propios trabajadores hizo relativamente fácil su recuperación por parte de la administración. La ocupación que los trabajadores defendían -no era tal sino simplemente una forma de manifestación en la que dormían en la fábrica- terminó con el despido de más de 500 trabajadores. Posterior a este conflicto, la fábrica se convirtió en una de las plantas más eficientes de la Mercedes-Benz y hasta 2013 los trabajadores no volvieron a convocar a una huelga. En un tiempo del despojo donde hay una crisis en la relación entre representación, trabajo y sujeto de la historia, la obra artística de Gush produce una imagen que no busca reconciliación. Su obra problematiza la imagen para enfrentarnos a cómo pensar el trabajo fuera de sus representaciones directas. Gush vuelve a la cosa, al objeto que permite tensar la historia en el entramado memoria, producción, testimonio, para que la historia nos suceda por primera vez. Lo interesante de Red, tanto en la instalación como en el filme, es que permite suspender la representación del trabajo y del trabajador para, en el vacío que ha dejado, invocar fuerzas irruptivas para el presente. Lo que se invoca en esta obra es la posibilidad de otra agencia histórica. La participación en la imagen, más allá de las representaciones y siempre en una especie de relación antagónica entre imagen y narración, lo que nos permite es hacer un llamado donde, como sugería Benjamin, la política toma primacía sobre la historia. Red no es la fijación de lo que ha sido, es la cosa donde la fábrica es el campo de batalla. Lo importante, parece sugerir Gush, es volver ahí y ver qué lecturas del presente se desatan. Ahí donde el sujeto se desvanece, el objeto toma la palabra.


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Lo que parece señalar el artista es que no se trata de invocar el fetiche, sino que el objeto, aquí el automóvil producido en serie, nos permita volver a la fábrica, a ese campo de batalla, que fue la planta de producción de la Mercedes-Benz en la ciudad de East London a inicios de los años 90.

Gush y Carins no se detienen en la imagen del automóvil de Mandela, sino que siguen el objeto, en su producción, para entender el conflicto más allá del momento heroico.

Lo que parece hacer la obra de Gush, las diferentes partes que componen Red, es decir video e instalación, es revocar el mito de la reconciliación y poner en cuestión, o al menos quitar del centro de la narración, a Mandela. Aquí, no se trata de héroes, sino de batallas que nos podrían permitir entender las condiciones actuales del trabajo. El filme parte de una serie de entrevistas donde diferentes personajes narran los acontecimientos anteriores y posteriores a la producción del Mercedes rojo de Mandela. Tanto para trabajadores como administradores era claro que hacia finales de los años ochenta y principios de los noventa había una gran tensión en la fábrica como consecuencia de los problemas sociales que afectaban al país. El antagonismo entre la clase trabajadora, negra, y los administradores, blancos, generaba una situación de constante confrontación que devenía en un sin fin de huelgas y paradas laborales tras una compleja construcción sindical. Si bien la producción del auto de Mandela supone en la narración un momento de empoderamiento de los trabajadores y una especie de alianza con los administradores de la fábrica, lo interesante de Red es que va más allá de ese momento. Tensada la narración con una serie de imágenes de superficie, que en una especie de arqueología que no pretende buscar origen sino sólo observar los restos de este relato en la propia fisionomía de East London, el filme boicotea las ansias de un momento de reconciliación entre narración y representación. Las imágenes blanco y negro de estos paisajes de una ciudad industrial que ha seguido su proceso más allá del símbolo fracturan la memoria de los personajes que nunca pueden fijar en el pasado aquello que ha sido.

Poco tiempo después de la entrega del Mercedes rojo, un gran conflicto laboral estalló en la fábrica. Ante la reestructuración sindical para generar una negociación centralizada el conflicto resultó en la decisión de un grupo de los trabajadores para que la huelga se mantuviera y pasaran la noche en la fábrica. La tensión ante la ocupación y la fragmentación de posiciones de los propios trabajadores hizo relativamente fácil su recuperación por parte de la administración. La ocupación que los trabajadores defendían -no era tal sino simplemente una forma de manifestación en la que dormían en la fábrica- terminó con el despido de más de 500 trabajadores. Posterior a este conflicto, la fábrica se convirtió en una de las plantas más eficientes de la Mercedes-Benz y hasta 2013 los trabajadores no volvieron a convocar a una huelga. En un tiempo del despojo donde hay una crisis en la relación entre representación, trabajo y sujeto de la historia, la obra artística de Gush produce una imagen que no busca reconciliación. Su obra problematiza la imagen para enfrentarnos a cómo pensar el trabajo fuera de sus representaciones directas. Gush vuelve a la cosa, al objeto que permite tensar la historia en el entramado memoria, producción, testimonio, para que la historia nos suceda por primera vez. Lo interesante de Red, tanto en la instalación como en el filme, es que permite suspender la representación del trabajo y del trabajador para, en el vacío que ha dejado, invocar fuerzas irruptivas para el presente. Lo que se invoca en esta obra es la posibilidad de otra agencia histórica. La participación en la imagen, más allá de las representaciones y siempre en una especie de relación antagónica entre imagen y narración, lo que nos permite es hacer un llamado donde, como sugería Benjamin, la política toma primacía sobre la historia. Red no es la fijación de lo que ha sido, es la cosa donde la fábrica es el campo de batalla. Lo importante, parece sugerir Gush, es volver ahí y ver qué lecturas del presente se desatan. Ahí donde el sujeto se desvanece, el objeto toma la palabra.


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Iseeyou, 2013

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Historia del trabajo en Sudáfrica 1652 Las Indias Orientales Neerlandesas establecen la Colonia del Cabo, se instaura la esclavitud. 1808 La nueva administración británica abole la esclavitud en la Colonia del Cabo. 1856 La Master and Servants Act (Ley de amos y sirvientes) de la administración británica establece que los trabajadores deben rendir total obediencia y lealtad a sus patrones. 1860s Los trabajadores se precipitan hacia las minas Kimberly Diamond. La mano de obra migrante está dividida por líneas raciales y de género. 1860 Trabajadores traídos contra su voluntad desde India en respuesta al fracaso parcial de la administración británica de forzar a la población local a trabajar. 1886 Se encuentra oro en Transvaal. 1896 Mineros reducen el salario de los trabajadores negros. El gobierno de Transvaal impide que los trabajadores negros vivan en las minas a menos que estén al servicio de un empleador blanco. Los arrendatarios de mano de obra en las granjas se limitan a obligar a la población local a buscar trabajo en las zonas urbanas.

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1913 La Land Act (Ley de tierras) confiere a los sudafricanos negros “reservas nativas”, que comprenden el 13% del territorio sudafricano. Se requieren pases para ingresar y salir de las áreas urbanas. 1914 La Riotous Assemblies and Criminal Law Amendment Act (Ley de enmienda sobre asambleas descontroladas y derecho penal) prohíbe las reuniones consideradas una amenaza al orden público. 1916 21 mil trabajadores negros son enviados a trabajar en Francia para llenar la brecha laboral causada por la Primera Guerra Mundial. El gobierno insiste en que se les mantenga alejados de los europeos. 1918 190 mil mineros negros luchan por mejores salarios. Se establece el primer sindicato de trabajadores negros, Industrial Workers of Africa (Trabajadores Industriales de África) (IWA). 1919 Se establece el primer sindicato no racial en Sudáfrica, el Industrial and Commercial Workers Union (Sindicato de Trabajadores Industriales y Comerciales) (ICU). Se organiza huelga de 2 mil trabajadores portuarios del ICU y se duplican los salarios. 1920 Cae el precio del oro. Las minas despiden a 10 mil trabajadores blancos que son reemplazados por mano de obra negra más barata. El ICU absorbe al IWA. 1921 Se establece el South African Communist Party (Partido Comunista de Sudáfrica) (SACP). 1922 La Apprenticeship Act (Ley de aprendizaje) limita los programas de aprendizaje para los blancos. 1922 Mineros blancos inician una huelga contra las minas que favorecen a los trabajadores de color para puestos no calificados. El ejército mata a más de 200 huelguistas y encarcelan a 2 mil.

Los trabajadores negros empleados en áreas urbanas deben portar una placa de metal, los desempleados tienen un plazo de tres días para buscar trabajo.

1923 La Natives Urban Areas Act (Ley sobre áreas urbanas para nativos) establece “ubicaciones” en las afueras de los principales centros urbanos para los trabajadores de color.

1897 Se establece la Rand Native Labour Association (Asociación de Trabajadores Nativos del Rand) para reclutar trabajadores locales y de países vecinos.

1924 Se establece el South African Trade Union Congress (Congreso Sindical Sudafricano) (SATUC), para trabajadores blancos.

1907 Los trabajadores blancos se manifiestan en contra del creciente empleo de trabajadores de color en las minas.

1925 La Minimum Wages Act (Ley de Salarios Mínimos) reserva profesiones para trabajadores blancos.

1911 La Native Labour Regulation Act (Ley de regulación de trabajadores nativos) tipifica como delito que los trabajadores de color se ausenten al trabajo. La Mines and Works Act (Ley de minas y obras) reserva los trabajos calificados de minería para personas blancas y de raza mixta exclusivamente. Mineros negros se van a huelga en tres minas, los huelguistas son encarcelados bajo la ley de amos y sirvientes. 1912 Se establece el Congreso Nacional Africano (African National Congress) (ANC).

1926 En respuesta a la revuelta de 1922, la Mines and Works Amendment Act (Ley de Enmienda de Minas y Obras) reserva los trabajos de minería para los blancos. Malawian Clements Kadalie, líder del ICU, es sentenciado por ingresar a Natal sin un pase. 1927 El número de miembros del ICU llega a 100 mil. El ICU no recibe representación en SATUC. 1929 Clements Kadile renuncia al ICU para establecer el ICU independiente (IICU).


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Historia del trabajo en Sudáfrica 1652 Las Indias Orientales Neerlandesas establecen la Colonia del Cabo, se instaura la esclavitud. 1808 La nueva administración británica abole la esclavitud en la Colonia del Cabo. 1856 La Master and Servants Act (Ley de amos y sirvientes) de la administración británica establece que los trabajadores deben rendir total obediencia y lealtad a sus patrones. 1860s Los trabajadores se precipitan hacia las minas Kimberly Diamond. La mano de obra migrante está dividida por líneas raciales y de género. 1860 Trabajadores traídos contra su voluntad desde India en respuesta al fracaso parcial de la administración británica de forzar a la población local a trabajar. 1886 Se encuentra oro en Transvaal. 1896 Mineros reducen el salario de los trabajadores negros. El gobierno de Transvaal impide que los trabajadores negros vivan en las minas a menos que estén al servicio de un empleador blanco. Los arrendatarios de mano de obra en las granjas se limitan a obligar a la población local a buscar trabajo en las zonas urbanas.

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1913 La Land Act (Ley de tierras) confiere a los sudafricanos negros “reservas nativas”, que comprenden el 13% del territorio sudafricano. Se requieren pases para ingresar y salir de las áreas urbanas. 1914 La Riotous Assemblies and Criminal Law Amendment Act (Ley de enmienda sobre asambleas descontroladas y derecho penal) prohíbe las reuniones consideradas una amenaza al orden público. 1916 21 mil trabajadores negros son enviados a trabajar en Francia para llenar la brecha laboral causada por la Primera Guerra Mundial. El gobierno insiste en que se les mantenga alejados de los europeos. 1918 190 mil mineros negros luchan por mejores salarios. Se establece el primer sindicato de trabajadores negros, Industrial Workers of Africa (Trabajadores Industriales de África) (IWA). 1919 Se establece el primer sindicato no racial en Sudáfrica, el Industrial and Commercial Workers Union (Sindicato de Trabajadores Industriales y Comerciales) (ICU). Se organiza huelga de 2 mil trabajadores portuarios del ICU y se duplican los salarios. 1920 Cae el precio del oro. Las minas despiden a 10 mil trabajadores blancos que son reemplazados por mano de obra negra más barata. El ICU absorbe al IWA. 1921 Se establece el South African Communist Party (Partido Comunista de Sudáfrica) (SACP). 1922 La Apprenticeship Act (Ley de aprendizaje) limita los programas de aprendizaje para los blancos. 1922 Mineros blancos inician una huelga contra las minas que favorecen a los trabajadores de color para puestos no calificados. El ejército mata a más de 200 huelguistas y encarcelan a 2 mil.

Los trabajadores negros empleados en áreas urbanas deben portar una placa de metal, los desempleados tienen un plazo de tres días para buscar trabajo.

1923 La Natives Urban Areas Act (Ley sobre áreas urbanas para nativos) establece “ubicaciones” en las afueras de los principales centros urbanos para los trabajadores de color.

1897 Se establece la Rand Native Labour Association (Asociación de Trabajadores Nativos del Rand) para reclutar trabajadores locales y de países vecinos.

1924 Se establece el South African Trade Union Congress (Congreso Sindical Sudafricano) (SATUC), para trabajadores blancos.

1907 Los trabajadores blancos se manifiestan en contra del creciente empleo de trabajadores de color en las minas.

1925 La Minimum Wages Act (Ley de Salarios Mínimos) reserva profesiones para trabajadores blancos.

1911 La Native Labour Regulation Act (Ley de regulación de trabajadores nativos) tipifica como delito que los trabajadores de color se ausenten al trabajo. La Mines and Works Act (Ley de minas y obras) reserva los trabajos calificados de minería para personas blancas y de raza mixta exclusivamente. Mineros negros se van a huelga en tres minas, los huelguistas son encarcelados bajo la ley de amos y sirvientes. 1912 Se establece el Congreso Nacional Africano (African National Congress) (ANC).

1926 En respuesta a la revuelta de 1922, la Mines and Works Amendment Act (Ley de Enmienda de Minas y Obras) reserva los trabajos de minería para los blancos. Malawian Clements Kadalie, líder del ICU, es sentenciado por ingresar a Natal sin un pase. 1927 El número de miembros del ICU llega a 100 mil. El ICU no recibe representación en SATUC. 1929 Clements Kadile renuncia al ICU para establecer el ICU independiente (IICU).


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1930 La Gran Depresión provoca una afluencia de trabajadores blancos en pobreza a las áreas urbanas en busca de trabajo. Se cierra el ICU. El IICU organiza una huelga de trabajadores ferroviarios y portuarios. Clements Kadalie y ocho líderes del IICU son arrestados por incitación a la violencia pública. 1939 Sudáfrica entra a la Segunda Guerra Mundial. Aumento de trabajadores negros para la industria. Aumenta la militancia obrera. 1940 Se producen boicots a los autobuses tras los intentos de aumentar las tarifas para los trabajadores que utilizan el transporte. 1941 La Factories, Machinery and Building Works Act (Ley de fábricas, maquinaria y obras de construcción) crea una base legal para obligar a los propietarios de fábricas a dividir el trabajo por razas. Se establece el Council of Non-European Trade Unions (Consejo de sindicatos no europeos) (CNETU). 1942 Trabajadores negros, la mayoría no sindicalizados, luchan exitosamente por aumentos salariales.

41

1950 La Suppression of Communism Act (Ley para la supresión del comunismo) prohíbe al SACP y a cualquier partido o individuo promover “disturbios y desórdenes”. Los líderes sindicales tienen prohibido organizar y asistir a reuniones. La Bantu Building Workers Act (Ley de trabajadores de la construcción de Bantu) permite que los negros sean capacitados como artesanos en la industria de la construcción, impide que los blancos contraten a trabajadores de color para realizar trabajos especializados dentro de sus hogares. Trabajar fuera de la demarcación se establece como ofensa criminal. El 1 de mayo, el CNETU convoca a la primera ausencia masiva de trabajadores en Sudáfrica. Los trabajadores marchan contra la ley para la supresión del comunismo, piden salarios más altos y mejores condiciones laborales. La policía mata a 19 manifestantes. El CNETU entra en declive debido a las divisiones internas y a la legislación gubernamental cada vez más restrictiva. 1952 La liga juvenil del ANC, dirigida por Nelson Mandela y Walter Sisulu, organiza la Defiance Campaign Against Unjust Laws (Campaña de desafío contra las leyes injustas). Exigen una resistencia pasiva a las leyes del apartheid y reciben un fuerte apoyo de los sindicatos y los trabajadores. 1953 La Bantu Education Act (Ley de educación en Bantu) establece un sistema educativo racializado y separado, diseñado para limitar a las personas de color a trabajos manuales y no calificados.

La Medida de Guerra 145 prohíbe la huelga.

La Native Labour Act (Ley de trabajadores nativos) califica como ilegales todas las huelgas de trabajadores negros, así como las actividades que “podrían conducir a huelgas”.

El African Mine Workers Union (Sindicato de Mineros Africanos) (AMU) exige un salario mínimo con aumentos anuales, así como el fin de las divisiones raciales y las restricciones al movimiento de los trabajadores.

1955 Se establece el South African Congress of Trade Unions (Congreso Sudafricano de Sindicatos) (SACTU).

1943 La Lansdowne Commission (Comisión de Lansdowne) considera que la sostenibilidad de las minas depende de la mano de obra negra barata. Recomienda pequeños aumentos salariales para atenuar el creciente malestar.

Se disuelve el SACP y se vuelve a formar clandestinamente.

Se estima que hay 308 mil 374 trabajadores negros en la minería.

1956 La Labour Relations Act (Ley de relaciones laborales) prohíbe a los trabajadores negros afiliarse a sindicatos. Otros trabajadores de color son forzados a unirse a sindicatos segregados.

1945 El CNETU representa a 158 mil trabajadores en 119 sindicatos. Sus miembros comprenden el 40% de los 390 mil trabajadores de color en el comercio y la producción. 1946 Se reducen las raciones de alimento en instalaciones mineras. Surgen protestas y disturbios por la comida. 100 mil mineros negros atacan 21 minas. Sobreviene el ataque de la policía armada, sellan las instalaciones y forzan a los mineros a permanecer abajo a punta de pistola. 10 mineros asesinados, mil heridos y 88 detenidos. El AMU comienza su declive. 1947 El Industrial Conciliation Bill (Proyecto de Ley de Conciliación Industrial) busca controlar a los sindicatos de trabajadores negros a través del registro y la certificación. Se les prohíbe participar en actividades políticas. 1948 El National Party (Partido Nacional) (NP) sube al poder, se introduce el sistema del apartheid.

1956 Juicio de 156 activistas contra el apartheid acusados ​​de traición. 24 de ellos son líderes del SACTU.

La Riotous Assemblies Act (Ley de asambleas descontroladas) prohíbe reuniones públicas consideradas una amenaza al orden público. 1957 El SACTU y el ANC convocan a una ausencia nacional. Entre el 70 y 80% de los trabajadores boicotean el trabajo en los principales centros. 1960 La Unlawful Organisations Act (Ley de Organizaciones Ilegales) prohíbe las organizaciones consideradas una amenaza al orden público. Se prohíbe la existencia del ANC. La policía abre fuego contra los manifestantes que protestan por la ley de pases en Sharpville. 69 personas asesinadas. El ANC llama a una convención nacional de acción masiva organizada. El fracaso de esta acción conduce al llamamiento a la lucha armada. 1961 Se crea el uMkhonto we Sizwe (MK), el flanco armado del ANC. Todos los líderes de SACTU se reclutan en el MK.


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1930 La Gran Depresión provoca una afluencia de trabajadores blancos en pobreza a las áreas urbanas en busca de trabajo. Se cierra el ICU. El IICU organiza una huelga de trabajadores ferroviarios y portuarios. Clements Kadalie y ocho líderes del IICU son arrestados por incitación a la violencia pública. 1939 Sudáfrica entra a la Segunda Guerra Mundial. Aumento de trabajadores negros para la industria. Aumenta la militancia obrera. 1940 Se producen boicots a los autobuses tras los intentos de aumentar las tarifas para los trabajadores que utilizan el transporte. 1941 La Factories, Machinery and Building Works Act (Ley de fábricas, maquinaria y obras de construcción) crea una base legal para obligar a los propietarios de fábricas a dividir el trabajo por razas. Se establece el Council of Non-European Trade Unions (Consejo de sindicatos no europeos) (CNETU). 1942 Trabajadores negros, la mayoría no sindicalizados, luchan exitosamente por aumentos salariales.

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1950 La Suppression of Communism Act (Ley para la supresión del comunismo) prohíbe al SACP y a cualquier partido o individuo promover “disturbios y desórdenes”. Los líderes sindicales tienen prohibido organizar y asistir a reuniones. La Bantu Building Workers Act (Ley de trabajadores de la construcción de Bantu) permite que los negros sean capacitados como artesanos en la industria de la construcción, impide que los blancos contraten a trabajadores de color para realizar trabajos especializados dentro de sus hogares. Trabajar fuera de la demarcación se establece como ofensa criminal. El 1 de mayo, el CNETU convoca a la primera ausencia masiva de trabajadores en Sudáfrica. Los trabajadores marchan contra la ley para la supresión del comunismo, piden salarios más altos y mejores condiciones laborales. La policía mata a 19 manifestantes. El CNETU entra en declive debido a las divisiones internas y a la legislación gubernamental cada vez más restrictiva. 1952 La liga juvenil del ANC, dirigida por Nelson Mandela y Walter Sisulu, organiza la Defiance Campaign Against Unjust Laws (Campaña de desafío contra las leyes injustas). Exigen una resistencia pasiva a las leyes del apartheid y reciben un fuerte apoyo de los sindicatos y los trabajadores. 1953 La Bantu Education Act (Ley de educación en Bantu) establece un sistema educativo racializado y separado, diseñado para limitar a las personas de color a trabajos manuales y no calificados.

La Medida de Guerra 145 prohíbe la huelga.

La Native Labour Act (Ley de trabajadores nativos) califica como ilegales todas las huelgas de trabajadores negros, así como las actividades que “podrían conducir a huelgas”.

El African Mine Workers Union (Sindicato de Mineros Africanos) (AMU) exige un salario mínimo con aumentos anuales, así como el fin de las divisiones raciales y las restricciones al movimiento de los trabajadores.

1955 Se establece el South African Congress of Trade Unions (Congreso Sudafricano de Sindicatos) (SACTU).

1943 La Lansdowne Commission (Comisión de Lansdowne) considera que la sostenibilidad de las minas depende de la mano de obra negra barata. Recomienda pequeños aumentos salariales para atenuar el creciente malestar.

Se disuelve el SACP y se vuelve a formar clandestinamente.

Se estima que hay 308 mil 374 trabajadores negros en la minería.

1956 La Labour Relations Act (Ley de relaciones laborales) prohíbe a los trabajadores negros afiliarse a sindicatos. Otros trabajadores de color son forzados a unirse a sindicatos segregados.

1945 El CNETU representa a 158 mil trabajadores en 119 sindicatos. Sus miembros comprenden el 40% de los 390 mil trabajadores de color en el comercio y la producción. 1946 Se reducen las raciones de alimento en instalaciones mineras. Surgen protestas y disturbios por la comida. 100 mil mineros negros atacan 21 minas. Sobreviene el ataque de la policía armada, sellan las instalaciones y forzan a los mineros a permanecer abajo a punta de pistola. 10 mineros asesinados, mil heridos y 88 detenidos. El AMU comienza su declive. 1947 El Industrial Conciliation Bill (Proyecto de Ley de Conciliación Industrial) busca controlar a los sindicatos de trabajadores negros a través del registro y la certificación. Se les prohíbe participar en actividades políticas. 1948 El National Party (Partido Nacional) (NP) sube al poder, se introduce el sistema del apartheid.

1956 Juicio de 156 activistas contra el apartheid acusados ​​de traición. 24 de ellos son líderes del SACTU.

La Riotous Assemblies Act (Ley de asambleas descontroladas) prohíbe reuniones públicas consideradas una amenaza al orden público. 1957 El SACTU y el ANC convocan a una ausencia nacional. Entre el 70 y 80% de los trabajadores boicotean el trabajo en los principales centros. 1960 La Unlawful Organisations Act (Ley de Organizaciones Ilegales) prohíbe las organizaciones consideradas una amenaza al orden público. Se prohíbe la existencia del ANC. La policía abre fuego contra los manifestantes que protestan por la ley de pases en Sharpville. 69 personas asesinadas. El ANC llama a una convención nacional de acción masiva organizada. El fracaso de esta acción conduce al llamamiento a la lucha armada. 1961 Se crea el uMkhonto we Sizwe (MK), el flanco armado del ANC. Todos los líderes de SACTU se reclutan en el MK.


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1962 La Terrorism Act (Ley contra el terrorismo) autoriza la detención indefinida y sin juicio por sospecha de terrorismo.

1982 El sindicalista Neil Aggett muere detenido. 40 mil trabajadores realizan un paro laboral durante media hora.

1964 Se erige el monumento al minero en Johannesburgo.

El CUSA establece el National Union of Mineworkers (Sindicato Nacional de Mineros) (NUM). Su líder es Cyril Ramaphosa. 1984 El NUM organiza la primera huelga legal de mineros de color en la historia de Sudáfrica. 70 mil mineros participan.

1966 El SACTU deja de operar dentro de Sudáfrica. Los líderes que quedan son obligados al exilio. 1969/1970 Se crea el Black Consciousness Movement (Movimiento de Conciencia Negra) (BMC). 1971 Se establece el sindicato Black Allied Workers Union (Sindicato de trabajadores negros aliados) (BAWU), respaldado por el BMC. Su enfoque radica en la concientización. 1972 4 mil trabajadores portuarios detienen el trabajo y exigen salarios más altos. 1973 La Black Labour Relations Regulation Act (Ley de regulación de relaciones laborales con negros) permite a los trabajadores negros crear ‘comités de enlace’, pero no sindicatos. La conferencia sindical internacional en Ginebra establece resoluciones para que los sindicatos ejerzan presión sobre sus gobiernos para instar a Sudáfrica para que ponga fin al apartheid.

1985 Se establece el Congress of South African Trade Unions (Congreso de Sindicatos de Sudáfrica) (COSATU). 33 sindicatos, incluidos el FOSATU y el NUM, reúnen 449 mil 679 miembros. 1986 La policía ataca la sede del COSATU. 1.5 millones de trabajadores se ausentan al trabajo el 1 de mayo. 180 mineros mueren en incendio subterráneo. 325 mil mineros y 275 mil trabajadores industriales participan en paros de protesta. 1987 El COSATU lanza una campaña de salario digno y organiza la ausencia de trabajadores para el 1 de mayo. El gobierno lo declara día festivo.

100 mil trabajadores se van a huelga en Durban.

La sede del COSATU es allanada por 100 oficiales de policía. Numerosos funcionarios y trabajadores quedan detenidos.

Trabajadores mineros en huelga de Transvaal son asesinados por la policía. 12 muertos y 38 heridos.

El COSATU convoca a ausencia, 2.5 millones de trabajadores responden.

1974 Comienza el auge de nuevos sindicatos. Surgen al menos seis sindicatos nuevos.

El día siguiente, la policía de seguridad detona dos bombas en la sede del COSATU.

5 mil trabajadores se van huelga en el este de Londres. La huelga comienza en la planta de Mercedes Benz.

Las huelgas, los retrasos y los paros laborales se vuelven habituales en todas las industrias.

1976 26 sindicalistas reciben órdenes de prohibición de cinco años.

1988 El gobierno censura 17 organizaciones políticas. El COSATU no queda censurado, pero se prohíbe su actividad política.

En junio, comienzan las rebeliones de Soweto. La brutalidad policial provoca la retirada coordinada de los estudiantes y las comunidades, con el apoyo de los trabajadores.

El COSATU convoca a 3 días de ausencia en protesta por el proyecto de ley de enmienda de relaciones laborales. Casi 3 millones de trabajadores responden.

1977 Steve Biko, líder del BMC, es arrestado, muere bajo custodia.

Se aprueba la Labour Relations Amendment Bill (Proyecto de ley de enmienda de relaciones laborales), lo que revierte la mayoría de las reformas de 1979.

1978 Primera huelga legal de trabajadores negros en 20 años.

1989 Más de 3 millones de trabajadores se ausentan por dos días en protesta contra la nueva ley. La producción se detiene.

1979 La Industrial Conciliation Amendment Act (Ley de enmienda de para conciliación industrial) legaliza los sindicatos de trabajadores negros mediante el registro, entre otras reformas cautelosas destinadas a controlar a los sindicatos. Se niega a los sindicatos la afiliación a partidos políticos.

1990 El gobierno acepta negociar con los movimientos de liberación. El ANC, el SACP, el PAC y otras organizaciones políticas quedan sin censura.

Se establece la Federation of South African Trade Unions (Federación de Sindicatos Sudafricanos) (FOSATU), que representa a 20 mil trabajadores de las industrias de fabricación de automóviles, textiles, alimentos y transporte.

Nelson Mandela y otros presos políticos son liberados de prisión.

1980 Se prohíbe la recaudación de impuestos por parte de la FOSATU.

Se forma la Alianza Tripartita entre el COSATU, el ANC y el SACP.

El número de miembros de la FOSATU llega a 95 mil. Huelgas de miles de trabajadores de diferentes industrias se extienden por todo el país, lo que genera brutalidad policial y despidos masivos.

Los trabajadores de Mercedes Benz construyen un automóvil como regalo para Mandela.

1991 El SACTU se fusiona con el Cosatu.


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1962 La Terrorism Act (Ley contra el terrorismo) autoriza la detención indefinida y sin juicio por sospecha de terrorismo.

1982 El sindicalista Neil Aggett muere detenido. 40 mil trabajadores realizan un paro laboral durante media hora.

1964 Se erige el monumento al minero en Johannesburgo.

El CUSA establece el National Union of Mineworkers (Sindicato Nacional de Mineros) (NUM). Su líder es Cyril Ramaphosa. 1984 El NUM organiza la primera huelga legal de mineros de color en la historia de Sudáfrica. 70 mil mineros participan.

1966 El SACTU deja de operar dentro de Sudáfrica. Los líderes que quedan son obligados al exilio. 1969/1970 Se crea el Black Consciousness Movement (Movimiento de Conciencia Negra) (BMC). 1971 Se establece el sindicato Black Allied Workers Union (Sindicato de trabajadores negros aliados) (BAWU), respaldado por el BMC. Su enfoque radica en la concientización. 1972 4 mil trabajadores portuarios detienen el trabajo y exigen salarios más altos. 1973 La Black Labour Relations Regulation Act (Ley de regulación de relaciones laborales con negros) permite a los trabajadores negros crear ‘comités de enlace’, pero no sindicatos. La conferencia sindical internacional en Ginebra establece resoluciones para que los sindicatos ejerzan presión sobre sus gobiernos para instar a Sudáfrica para que ponga fin al apartheid.

1985 Se establece el Congress of South African Trade Unions (Congreso de Sindicatos de Sudáfrica) (COSATU). 33 sindicatos, incluidos el FOSATU y el NUM, reúnen 449 mil 679 miembros. 1986 La policía ataca la sede del COSATU. 1.5 millones de trabajadores se ausentan al trabajo el 1 de mayo. 180 mineros mueren en incendio subterráneo. 325 mil mineros y 275 mil trabajadores industriales participan en paros de protesta. 1987 El COSATU lanza una campaña de salario digno y organiza la ausencia de trabajadores para el 1 de mayo. El gobierno lo declara día festivo.

100 mil trabajadores se van a huelga en Durban.

La sede del COSATU es allanada por 100 oficiales de policía. Numerosos funcionarios y trabajadores quedan detenidos.

Trabajadores mineros en huelga de Transvaal son asesinados por la policía. 12 muertos y 38 heridos.

El COSATU convoca a ausencia, 2.5 millones de trabajadores responden.

1974 Comienza el auge de nuevos sindicatos. Surgen al menos seis sindicatos nuevos.

El día siguiente, la policía de seguridad detona dos bombas en la sede del COSATU.

5 mil trabajadores se van huelga en el este de Londres. La huelga comienza en la planta de Mercedes Benz.

Las huelgas, los retrasos y los paros laborales se vuelven habituales en todas las industrias.

1976 26 sindicalistas reciben órdenes de prohibición de cinco años.

1988 El gobierno censura 17 organizaciones políticas. El COSATU no queda censurado, pero se prohíbe su actividad política.

En junio, comienzan las rebeliones de Soweto. La brutalidad policial provoca la retirada coordinada de los estudiantes y las comunidades, con el apoyo de los trabajadores.

El COSATU convoca a 3 días de ausencia en protesta por el proyecto de ley de enmienda de relaciones laborales. Casi 3 millones de trabajadores responden.

1977 Steve Biko, líder del BMC, es arrestado, muere bajo custodia.

Se aprueba la Labour Relations Amendment Bill (Proyecto de ley de enmienda de relaciones laborales), lo que revierte la mayoría de las reformas de 1979.

1978 Primera huelga legal de trabajadores negros en 20 años.

1989 Más de 3 millones de trabajadores se ausentan por dos días en protesta contra la nueva ley. La producción se detiene.

1979 La Industrial Conciliation Amendment Act (Ley de enmienda de para conciliación industrial) legaliza los sindicatos de trabajadores negros mediante el registro, entre otras reformas cautelosas destinadas a controlar a los sindicatos. Se niega a los sindicatos la afiliación a partidos políticos.

1990 El gobierno acepta negociar con los movimientos de liberación. El ANC, el SACP, el PAC y otras organizaciones políticas quedan sin censura.

Se establece la Federation of South African Trade Unions (Federación de Sindicatos Sudafricanos) (FOSATU), que representa a 20 mil trabajadores de las industrias de fabricación de automóviles, textiles, alimentos y transporte.

Nelson Mandela y otros presos políticos son liberados de prisión.

1980 Se prohíbe la recaudación de impuestos por parte de la FOSATU.

Se forma la Alianza Tripartita entre el COSATU, el ANC y el SACP.

El número de miembros de la FOSATU llega a 95 mil. Huelgas de miles de trabajadores de diferentes industrias se extienden por todo el país, lo que genera brutalidad policial y despidos masivos.

Los trabajadores de Mercedes Benz construyen un automóvil como regalo para Mandela.

1991 El SACTU se fusiona con el Cosatu.


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1992 Las negociaciones se estancan. La violencia se intensifica en las comunidades. La Alianza Tripartita convoca a una acción de movilización masiva. Ausencia masiva de hasta 4 millones de personas. Las negociaciones se reinician. 1993 Chris Hani, líder del SACP, es asesinado por militantes de derecha. Estallan huelgas en todo el país. 1994 Primeras elecciones democráticas en Sudáfrica. El COSATU moviliza la victoria del ANC (Alianza Tripartita). El ANC gana las elecciones y Nelson Mandela se convierte en primer presidente. Se aprueba la Restitution of Land Rights Act (Ley de restitución de los derechos sobre la tierra), comenzando la restauración de los derechos sobre la tierra perdidos en la ley de tierras de 1913. 1995 Se reforma la Labour Relations Act (Ley de relaciones laborales) (LRA), ahora reconoce y protege a los sindicatos. Se establece un tribunal laboral y la Commission for Conciliation, Mediation and Arbitration (Comisión para la conciliación, mediación y arbitraje) (CCMA), sin derecho a huelgas sin protección para los trabajadores o a la obligación de los empleadores de negociar.

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2010 Las huelgas del sector público a gran escala, que involucran a 1.3 millones de maestros y personal hospitalario, duran 20 días. 2012 Estalla huelga salvaje en la mina Marikana, con importante apoyo del AMCU. La policía dispara a 32 mineros en Marikana. 78 heridos y 259 detenidos. Trabajadores agrícolas se van a huelga en el distrito vinícola de Western Cape, hay enfrentamiento con la policía. 2014 70 mil mineros de platino realizan una huelga de 5 meses. 12 mil mineros quedan despedidos. El Comité Ejecutivo Central del COSATU expulsa al National Union of Metal Workers (Sindicato Nacional de Trabajadores del Metal) (NUMSA) por no apoyar al ANC en las subsecuentes elecciones generales. 7 sindicatos anuncian su suspensión voluntaria del COSATU. 2015 El secretario general del COSATU, Zwelinzima Vavi, es expulsado de la federación.

Se establece la Truth and Reconciliation Commission (Comisión por la verdad y la reconciliación) (TRC).

Estallan protestas estudiantiles en todo el país por los aumentos de cuotas. Los trabajadores se unen a las protestas, demandan el empleo de trabajadores internos.

El desempleo nacional es del 20%.

Se anuncia de forma nacional que no habrá aumentos de cuotas. Posteriormente se negocia el autoaprovisionamiento en muchas universidades.

1996 El gobierno adopta una política neoliberal con el plan Growth, Employment and Redistribution (Crecimiento, empleo y redistribución) (GEAR), un plan macroeconómico de libre mercado que desregula los mercados y promueve la precarización laboral. 1997 La Basic Conditions of Employment Act (Ley de condiciones básicas de empleo) establece nuevos estándares básicos para el lugar de trabajo. Los patrones pueden negociar normas menos estrictas con los empleados. 1998 Se establece la Employment Equity Act (Ley de equidad en el empleo), destinada a erradicar la discriminación en el lugar de trabajo. Se establece el Sindicato de Association of Mineworkers and Construction Union (Asociación de mineros y trabajadores de la construcción) (AMCU). 1999 Primera huelga de trabajadores del servicio público a gran escala. 2000 Se crea el Anti-Privatisation Forum (Foro contra la privatización) (APF), con afiliados de sindicatos, estudiantes y activistas. 2001 70 mil trabajadores participan en el paro nacional del COSATU contra la privatización. 2003 Se introduce el Black Economic Empowerment (Desarrollo económico de los negros) (BEE), para facilitar el crecimiento de la igualdad en los centros de trabajo. La tasa de desempleo nacional alcanza el 31%.

2017 Se establece la South African Federation of Trade Unions (Federación de Sindicatos de Sudáfrica) (SAFTU), se conforma del NUMSA y sindicatos más pequeños. Sus miembros suman 700 mil trabajadores liderados por Zwelinzima Vavi. La tasa de desempleo nacional es del 28% y la tasa de desempleo ampliada es del 36%.


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1992 Las negociaciones se estancan. La violencia se intensifica en las comunidades. La Alianza Tripartita convoca a una acción de movilización masiva. Ausencia masiva de hasta 4 millones de personas. Las negociaciones se reinician. 1993 Chris Hani, líder del SACP, es asesinado por militantes de derecha. Estallan huelgas en todo el país. 1994 Primeras elecciones democráticas en Sudáfrica. El COSATU moviliza la victoria del ANC (Alianza Tripartita). El ANC gana las elecciones y Nelson Mandela se convierte en primer presidente. Se aprueba la Restitution of Land Rights Act (Ley de restitución de los derechos sobre la tierra), comenzando la restauración de los derechos sobre la tierra perdidos en la ley de tierras de 1913. 1995 Se reforma la Labour Relations Act (Ley de relaciones laborales) (LRA), ahora reconoce y protege a los sindicatos. Se establece un tribunal laboral y la Commission for Conciliation, Mediation and Arbitration (Comisión para la conciliación, mediación y arbitraje) (CCMA), sin derecho a huelgas sin protección para los trabajadores o a la obligación de los empleadores de negociar.

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2010 Las huelgas del sector público a gran escala, que involucran a 1.3 millones de maestros y personal hospitalario, duran 20 días. 2012 Estalla huelga salvaje en la mina Marikana, con importante apoyo del AMCU. La policía dispara a 32 mineros en Marikana. 78 heridos y 259 detenidos. Trabajadores agrícolas se van a huelga en el distrito vinícola de Western Cape, hay enfrentamiento con la policía. 2014 70 mil mineros de platino realizan una huelga de 5 meses. 12 mil mineros quedan despedidos. El Comité Ejecutivo Central del COSATU expulsa al National Union of Metal Workers (Sindicato Nacional de Trabajadores del Metal) (NUMSA) por no apoyar al ANC en las subsecuentes elecciones generales. 7 sindicatos anuncian su suspensión voluntaria del COSATU. 2015 El secretario general del COSATU, Zwelinzima Vavi, es expulsado de la federación.

Se establece la Truth and Reconciliation Commission (Comisión por la verdad y la reconciliación) (TRC).

Estallan protestas estudiantiles en todo el país por los aumentos de cuotas. Los trabajadores se unen a las protestas, demandan el empleo de trabajadores internos.

El desempleo nacional es del 20%.

Se anuncia de forma nacional que no habrá aumentos de cuotas. Posteriormente se negocia el autoaprovisionamiento en muchas universidades.

1996 El gobierno adopta una política neoliberal con el plan Growth, Employment and Redistribution (Crecimiento, empleo y redistribución) (GEAR), un plan macroeconómico de libre mercado que desregula los mercados y promueve la precarización laboral. 1997 La Basic Conditions of Employment Act (Ley de condiciones básicas de empleo) establece nuevos estándares básicos para el lugar de trabajo. Los patrones pueden negociar normas menos estrictas con los empleados. 1998 Se establece la Employment Equity Act (Ley de equidad en el empleo), destinada a erradicar la discriminación en el lugar de trabajo. Se establece el Sindicato de Association of Mineworkers and Construction Union (Asociación de mineros y trabajadores de la construcción) (AMCU). 1999 Primera huelga de trabajadores del servicio público a gran escala. 2000 Se crea el Anti-Privatisation Forum (Foro contra la privatización) (APF), con afiliados de sindicatos, estudiantes y activistas. 2001 70 mil trabajadores participan en el paro nacional del COSATU contra la privatización. 2003 Se introduce el Black Economic Empowerment (Desarrollo económico de los negros) (BEE), para facilitar el crecimiento de la igualdad en los centros de trabajo. La tasa de desempleo nacional alcanza el 31%.

2017 Se establece la South African Federation of Trade Unions (Federación de Sindicatos de Sudáfrica) (SAFTU), se conforma del NUMSA y sindicatos más pequeños. Sus miembros suman 700 mil trabajadores liderados por Zwelinzima Vavi. La tasa de desempleo nacional es del 28% y la tasa de desempleo ampliada es del 36%.


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After the Work Stopped, 2013 - (en proceso)

Iseeyou, 2013


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After the Work Stopped, 2013 - (en proceso)

Iseeyou, 2013


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After the Work Stopped, 2013 - (en proceso)

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After the Work Stopped, 2013 - (en proceso)

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WORK

Work Sleep What We Will, 2015

SLEEP

WHAT WE WILL


WORK

Work Sleep What We Will, 2015

SLEEP

WHAT WE WILL


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Lista de obra Simon Gush (Pietermaritzburg)
 Gush completó sus estudios de posgrado en el Hoger Instituut van Schone Kunsten en Gante, Bélgica, en 2008 y fue nombrado miembro del Gordon Institute for Performing and Creative Arts en la University of Cape Town. Actualmente es el 2016 Tinney Fellow en la University of Witwatersrand en Johannesburgo. Algunas de sus exposiciones individuales incluyen: After Work en la Galerie Jette Rudolph en Berlín (2015), 9 o’clock en el National Arts Festival, Grahamtwon (2015); Red en el Goethe-Institut, Johannesburgo (2014), así como en el Anne Bryant arte Gallery en East London y en el ArtEC en Puerto Elizabeth (2015); 1st and 3rd en Galerie West, La Haya. Entre sus exposiciones colectivas se encuentran I Love You Sugar Kane en el Institute of Contemporary Art Indian Ocean, Mauricio (2016); While You Were Out en el Museum of Fine Arts Boston (2015); The Films Will Always Be You: Southafrican Artists on Screen en la Tate Modern en Londres (2015). Gush fue galardonado con premio del jurado en la Bamako Encounters Biennale en 2015. Curaduría: Helena Chávez Mac Gregor Virginia Roy Luzarraga Agradecimientos: Iván Edeza Sofía Carrillo

After the Work Stopped 2013 – en proceso Video HD, sonido estéreo 5’ Before the Work Stopped (1 & 2) 2013 Posters 40 x 40 cm Iseeyou 2013 Video HD, sonido estéreo 13‘ 52” Red (en colaboración con James Cairns) 2014- 2016 Instalación y Video HD, sonido estéreo 81’ 16” Sin título (Cosatu) 1 (en colaboración con Louise Almon) 2011 Técnica mixta sobre papel 70 cm x 100 cm Sin título (Cosatu) 2 (en colaboración con Louise Almon) 2011 Técnica mixta sobre papel 70 cm x 100 cm Work Sleep What We Will 2015 Mural Dimensiones variables


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Lista de obra Simon Gush (Pietermaritzburg)
 Gush completó sus estudios de posgrado en el Hoger Instituut van Schone Kunsten en Gante, Bélgica, en 2008 y fue nombrado miembro del Gordon Institute for Performing and Creative Arts en la University of Cape Town. Actualmente es el 2016 Tinney Fellow en la University of Witwatersrand en Johannesburgo. Algunas de sus exposiciones individuales incluyen: After Work en la Galerie Jette Rudolph en Berlín (2015), 9 o’clock en el National Arts Festival, Grahamtwon (2015); Red en el Goethe-Institut, Johannesburgo (2014), así como en el Anne Bryant arte Gallery en East London y en el ArtEC en Puerto Elizabeth (2015); 1st and 3rd en Galerie West, La Haya. Entre sus exposiciones colectivas se encuentran I Love You Sugar Kane en el Institute of Contemporary Art Indian Ocean, Mauricio (2016); While You Were Out en el Museum of Fine Arts Boston (2015); The Films Will Always Be You: Southafrican Artists on Screen en la Tate Modern en Londres (2015). Gush fue galardonado con premio del jurado en la Bamako Encounters Biennale en 2015. Curaduría: Helena Chávez Mac Gregor Virginia Roy Luzarraga Agradecimientos: Iván Edeza Sofía Carrillo

After the Work Stopped 2013 – en proceso Video HD, sonido estéreo 5’ Before the Work Stopped (1 & 2) 2013 Posters 40 x 40 cm Iseeyou 2013 Video HD, sonido estéreo 13‘ 52” Red (en colaboración con James Cairns) 2014- 2016 Instalación y Video HD, sonido estéreo 81’ 16” Sin título (Cosatu) 1 (en colaboración con Louise Almon) 2011 Técnica mixta sobre papel 70 cm x 100 cm Sin título (Cosatu) 2 (en colaboración con Louise Almon) 2011 Técnica mixta sobre papel 70 cm x 100 cm Work Sleep What We Will 2015 Mural Dimensiones variables


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SECRETARÍA DE CULTURA María Cristina García Cepeda Secretaria Saúl Juárez Vega Subsecretario de Desarrollo Cultural

EX TERESA ARTE ACTUAL Francisco Javier Rivas Mesa Director Valeria Macías Rodríguez Subdirección

Jorge Gutiérrez Vázquez Subsecretario de Diversidad Cultural y Fomento a la Lectura

Mirna Castro González Servicios Educativos y Artísticos

Francisco Cornejo Rodríguez Oficial Mayor

Lilia Díaz Rodríguez Asistente de Dirección

Miguel Ángel Pineda Baltazar Director general de Comunicación Social

Maribel Escobar Varillas Documentación Esperanza Rocha Asistente del Centro de Documentación

INSTITUTO NACIONAL DE BELLAS ARTES Lidia Camacho Camacho Directora general Xavier Guzmán Urbiola Subdirector general de Patrimonio Artístico Inmueble Magdalena Zavala Bonachea Coordinadora Nacional de Artes Visuales Fernando González Domínguez Director de Difusión y Relaciones Públicas

Luz María Zavala Galindo Difusión y Relaciones Públicas Rosario Trejo Asistente de Difusión y Relaciones Públicas Talia E. Martínez Téllez Mediación Gerardo Sánchez Aguilera Registro y edición del Centro de Documentación Mariano Alva Castañeda Administrador Elizabeth Romero Asistente de Administración Mayra Chávez Otero Recursos Materiales Edgar Corona Aranda Recursos Humanos Saúl Martínez García Enlace Institucional Ana Amelia Gatica Archivo Antonio Mendoza Audelo Inventario Sergio Mauricio Islas Mensajería Carlos Padró de la Rosa César Cortés Hernández Jorge Palacios Valencia Miguel Ángel Palacios Producción Juan Luis Martínez Mendoza Rosa Isela Monares Seguridad

EX TERESA ARTE ACTUAL Licenciado Primo Verdad 8, Centro Histórico, 06060, Ciudad de México, +52 (55) 4122 8020 www.exteresa.bellasartes.gob.mx Entrada libre

Programación sujeta a cambios INBA 01800 904 4000 - 5282 1964 - 1000 5636 “Este programa es público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines distintos a los establecidos en el programa”.

www.gob.mx/cultura www.gob.mx/mexicoescultura www.gob.mx/cultura/inba INBAmx

@bellasartesinba

bellasartesmex


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