ISSN 2027-0178
ESPECIAL JULIO - 2014
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acer un intercambio internacional no solo es una oportunidad de ampliar los planes de estudio, es una opción de vida que expande el centro principal de los planes de estudio de la formación humanista y liberal. Su mayor logro es que los estudiantes que participan de esta enriquecedora experiencia se asuman dentro de la vieja noción de ser ciudadanos del mundo. Esta revista Visiones que hoy ofrece la Facultad de Comunicación Social – Periodismo es una ventana a todas estas experiencias de intercambio académico y de vida. Martha Nussbaum, en defensa de la educación liberal propugnaba en textos recientes por una serie de principios fundamentales para permitir el debate crítico y el fortalecimiento de las humanidades en las universidades. No se trata solo del estudio de las artes liberales clásicas, ahora se incluye la crítica constante de las propias posiciones, pensar en otras formas de ver el mundo social, ampliar las humanidades a los estudios de género y de la sexualidad humana, y la de preparar ciudadanos para un mundo globalizado. Cada estudiante de la Facultad de Comunicación Social – Periodismo que ha participado del programa de intercambios, apoyados no solo por la Facultad sino por otras dependencias de la Universidad y Facultades, como FIGRI, Administración de Empresas o Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras, ha aprendido no solo de otros planes de estudio y de otras culturas. Una vez cumplidos los requisitos básicos (estar matriculado en sexto semestre y contar con excelencia académica en su promedio de calificaciones, buen comportamiento disciplinario), a inicios de cada semestre se acercaron los estudiantes a las distintas charlas orientadoras, tocaron a la puerta de la Coordinación Académica solicitando la orientación, y tras un proceso de aplicación han llevado el nombre de la Universidad y de la Facultad a otras regiones del mundo. En la vivencia de los intercambios nuestros estudiantes han descubierto las diferencias y similitudes que compartimos con habitantes de zonas tan alejadas como Turquía, Finlandia, Francia, México, España, Argentina y han aprendido a comportarse con autonomía en el marco del respeto a las diferencias. De la misma forma, estudiantes de Francia, Chile, México han participado de esta experiencia al acercarse a nuestra casa de estudios. El fruto de esas experiencias se presenta aquí, cobijado por esa noción central, aquella que ya mencionaba Diógenes Laercio cuando afirmaba ser un ciudadano del mundo. Diego Mazorra
ESPECIAL / julio 2014
Consejo editorial: Luz Amalia Camacho, Victoria González, Lisbeth Fog, Orlando Valencia, Lina Hernández. Directora: Luz Amalia Camacho. Editora: Lisbeth Fog. Diagramador: Orlando Valencia. Ilustrador: Victor Barrera Asistente de edición: Lina Hernández. Docentes colaboradores: Diego Mazorra, Silvia Montaña. Impresión: Departamento de Publicaciones Universidad Externado de Colombia. Bogotá, Colombia, 2014. Correo electrónico: visiones@uexternado.edu.co Visiones es una publicación de la Facultad de Comunicación Social-Periodismo de la Universidad Externado de Colombia, sin fines de lucro, la cual tiene por objetivo divulgar la producción académica de los estudiantes. Las opiniones expresadas por los autores no corresponden necesariamente a las de la Universidad.
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Argentina
IDIOMA : ESPAテ前L
ARGENTINA
Al sur
El perfil de ‘ella’y de un ‘viaje’
Lugar de intercambio:
Universidad Nacional de Quilmes. Facultad: Licenciatura en Comunicación Social. Director de carrera: Daniel Badenes.
Alba Fajardo Octavo y noveno semestre
Un relato en tercera persona, aun así, muy personal, sobre lo que significa viajar; la gracia de sentirse diferente, solo y con todo por construir. Un recorrido por algunos detalles pintorescos de una travesía que tiene el disfraz de ser académico para convertirse en una experiencia de vida sin rótulos, más que el sello personal que cada quien le dé al hecho de embarcarse hacia nuevos rumbos.
“
Deberías viajar, salir del país”, le dijo, pero ella lo miraba desprevenidamente. No tenía esa ‘sed de mundo’ que les acuñan a los jóvenes, esas ganas de recorrer territorios, quizá porque le había costado salir de su terruño y porque amaba su tierra. Pero le gustaban los retos, así que lo empezó a considerar; además porque sintió que aquella invitación era sincera y guardaba un toque de complicidad y admiración que la animó. Tres semanas antes del viaje, su estómago estaba un poco descompuesto. Solía demorarse haciendo la maleta y esa vez no iba a ser la excepción. Su cuerpo le pesaba de angustia, ansiedad, de despedidas contenidas, de emoción por perderse y encontrarse. El cuerpo fue más inteligente que ella y como exprimiéndola, le fue sacando todo en forma de distintos fluidos. Intentaba dejarla ligera para los pasos que tendría que dar antes de embarcarse. El avión fue otro tema. No le gustaban mucho, seguramente porque los 4
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Buenos Aires, está situada en la región centro
este del país sobre la orilla occidental del Río de la Plata. Se encuentra entre las ciudades con mayor calidad de vida de América Latina siendo el principal centro educativo, artístico y turístico del país.
ARGENTINA
asociaba a aquella vez en la que, en el aire –donde los pájaros vuelan libres– habían retenido a su padre de manera forzosa. Por lo demás, la despedida fue numerosa, sin muchas lágrimas, con abrazos largos y pausados. Contó con la suerte de sentirse bienvenida desde el primer momento. La recibió una amiga de una amiga de una amiga de su madre quien, como ella, estudiaba comunicación y periodismo. El primer día ya estaba escuchando folclor argentino en un cumpleaños que celebraban quienes fueron sus padrinos de llegada, que ocurrió en la vereda, cerca de la característica calle empedrada, con un cajón y un par de guitarras. Al segundo día fue a la ciudad, de la que estaba bien lejos, por suerte, porque es verdad que no duerme, algo un poco inconveniente para los estudios. Cambió unos dólares, terminó de acomodarse en el sofá en el que dormiría por un par de días, y al tercer día, gracias a las ganas de quedarse a una milonga –fiesta en la que se baila tango–, conoció, en un solo recorrido, el tren, el subterráneo y los colectivos gracias a la famosa Guía T, un mapa que intenta ayudar en un terreno donde son más importantes los nombres de las calles que los números. Más o menos así, fue su comienzo… resumidamente, grato. Los meses pasaron volando –aunque suene a muletilla–, pero pasaron literalmente volando. Al principio se contenía, se resistía un poco a tanta nueva información que entraba por sus sentidos; después supo que no había de
¿Qué me aportó esta experiencia profesionalmente? El intercambio me ayudó a abrirme a otras posibilidades de ejercicio profesional, a descubrir áreas que me gustaban y que no sabía que existieran. También es un ejercicio interesante el tener que brindar conocimientos sobre el país, los medios de comunicación, los ejes temáticos, teóricos y prácticos en los que se ha desarrollado el proceso académico propio. Creo que la curiosidad, el nivel argumentativo y la creatividad se dinamizan al estar lejos y con nuevas experiencias y saberes encontrados.
otra, que cambiaría, y se lo permitió de a poco; total, para eso viajaba, para eso se viaja… para huir, para cambiar, para conocerse en otro lugar, o quizá no se viaja con tal fin, pero suele pasar. Para ella el verbo viajar estaba lleno de trascendentalismo porque le costaba. Le costó salir de la barriga de su madre y del pueblo que la vio crecer. Retomando, tres sensaciones la acompañaron día tras día, hora tras hora: sentirse ajena, sola y lejos, y sin miradas. No sabía si era su forma de andar, su mochila guajira, su forma de vestir, su color de piel, sus rasgos, pero antes de que hablara, la gente ya tenía la sospecha de que era colombiana. Es más: un día después de un tango, otro extranjero de los que se encuentran fácilmente en cualquier vuelta de cualquier esquina de ese país en cuestión, le dijo: “apuesto a que eres colombiana” solo por la forma como bailó. Cualquier palabra la delataba, cuando iba a la tienda y decía “me regala, por favor…” o cuando al teléfono se le salía un “aló” largo, o cuando pedía aguacate en lugar de palta, o pimentón en lugar de morrón, o mazorca en lugar de choclo. O cuando abría los ojos ante las expresiones que no entendía. Le gustaron varias palabritas como “zarpado”, “zafa”, “ponéle”, “mina”, y otras más underground por decirlo de alguna forma, como “pucha” y “wuachiturro”. En la universidad jugaba al papel de ‘embajadora’ –sea dicho con discreción–. Las personas le preguntaban con curiosidad sobre la violencia en su país, de los paros y del proceso de paz. En general la gente se mostraba respetuosa, pero también quedaban suspendidos algunos comentarios prejuiciosos para los que ella no tenía respuesta. Muchas cosas eran diferentes: el desayuno era mate y galletas, nada de
fruta ni huevos al gusto, arepa, chocolate y jugo; tampoco sopas a la hora del almuerzo. El clima y la política eran dos cuestiones difíciles de entender, también las formas de conversación; le asombraron muchas en las que aparentemente las personas se herían por ser kirchnerista o no, por apoyar o no al periódico El Clarín –que denuncian por ser cómplice en la dictadura–, por ser de tal o cual equipo de fútbol y al final terminaban su buen bifé de chorizo en medio de sonrisas, a pesar de haber discutido tan enérgicamente dos horas, durante el almuerzo.
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ARGENTINA
La sensación de estar sola parece haberla revestido de una fortaleza extraña. Su familia la molestaba de vez en cuando diciéndole ‘misiá dolores’ porque aunque no había sufrido ninguna enfermedad ni estado en ningún hospital, una mala gripa le pegaba fácil. La consciencia de no tener a nadie tan cercano, hizo que su cuerpo no chistara por nada. Se fue quedando sola, hasta que se acordó de que todo iba a ser nuevo, todo: la casa, el barrio, la universidad, los compañeros, los cuadernos, los profesores, los amigos… así que se fue abriendo de a poco a la gente: sus sentires y sus saberes. Y fue acumulando una buena maleta de regreso. Estar sin miradas y conocer otros puntos de vista fue lo que en definitiva le cambió el rostro. Conoció otras historias, una radio que recibió su voz, otra que fue creada para y dirigida por la voz de los ‘colifatos’ o llamados ‘locos’ de un hospital siquiátrico, un barrio a la ribera de un río donde los vecinos, como hormiguitas, trabajan juntos y se regalan pescado, muchas formas de asociatividad que parecían venir de un sentimiento natural de hermandad, lucha y revolución. Le asombró notar ciertas cuestiones que no lograba referenciar en su país. Luego se dio cuenta de que también estaban en donde ella venía, pero ya diría un escritor que “el ojo acostumbrado empobrece lo que ve”, así que faltaba estar un poco más lejos para mirar mejor.
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Se sigue resistiendo; en la mañana escucha noticias de su nueva casa y en la noche las de su país, y de vez en cuando busca lugares para bailar salsa y restaurantes colombianos. Siente un pie en un lado y el otro, en el otro. Pero se le ve extrañamente más libre, más joven, más dispuesta al cambio, al abandono. Sí, porque no es una palabra negativa del todo –piensa mientras ve unas fotos que no recordaba–. La juventud parece tener algo de eso: capacidad de perder, de dejar, de abandonar sin pensar tanto, de cambiar de maleta y de rumbo, de seguir corazonadas, de alivianarse y salir a buscar algo nuevo con tan solo la certeza de creer necesitarlo para crecer.
Recomendaciones:
u Averiguar bien los documentos necesarios
para el intercambio, como el diploma, antecedentes judiciales y seguro de viaje, y realizar los trámites de autenticación con suficiente tiempo de anticipación. u Sacar fotocopia de los documentos personales ya que el extravío acarrea trámites demorados. u Asesorarse para el cambio de dólares. u Estar pendiente del proceso de matrícula y generación de notas, ya que al ser estudiantes de intercambio el sistema no es el mismo. u Tener clara la forma de calificación y evaluación.
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Caminando
Cruzando mis fronteras
Lugar de intercambio: Universidad Nacional de Quilmes. Facultad: Licenciatura en Comunicación Social. Director de carrera: Daniel Badenes.
Diana Carolina Zúñiga García
Cuando se siente una pasión tan grande por aprender y por la profesión, se hacen sacrificios que algunos llamarían esfuerzos; sin embargo, en mi caso volvía a atravesar medio Suramérica por estar nuevamente en otra cultura y no tener rumbo fijo.
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alí de mi casa el 9 de enero de 2013. Mi primer destino fue Cali, un abrebocas de lo que seguiría en el camino y la perfecta despedida de este país, pues luego transitaría por Ipiales, Nariño, una de las maneras más fáciles de salir de Colombia, donde se cruza la frontera con Ecuador por un pueblo llamado Tulcán. Ese fue el inicio del camino. Ahora estoy en una ciudad llamada Rosario y no sé esto dónde va a parar. Es simple, nadie nos dijo nunca lo fácil que es cruzar las fronteras y encontrarse con que la humanidad, a diferencia de lo que nos dicen, aún es buena sin importar su clase social o sus formas de vida. Mi intercambio con la Universidad Nacional de Quilmes fue la puerta para atreverme a cruzar una gran parte de Sur América, desde Colombia hasta Ecuador, Perú y Bolivia, para culminar en la ciudad que me recibió en mi casa temporal en Buenos Aires, Argentina. Fueron más de 50 días de viaje, 150 horas en bus y muchos cambios de clima, todo con el fin de terminar las últimas materias de la carrera que elegí para hacer por el resto de mi vida, periodista. JULIO 2014 / visiones VIAJEROS
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¿Qué me aportó esta experiencia profesionalmente? Si no me hubiera lanzado a soñar con pisar cada país que he conocido no habría sido capaz de saber que en realidad lo que quiero para mi vida es escribir, de lo que pasa, de lo que mueve el mundo de verdad, de lo que muchas personas no alcanzan a ver y a veces ni imaginar. Esta experiencia ha sido lo mejor de mi vida porque he aprendido que es lo que me gusta del periodismo, escribir crónicas, además he podido ver que no hay otra manera de conocer el mundo que recorriéndolo y conociendo a quienes lo habitan. La unqui, como se le dice a la universidad que me abría sus puertas al intercambio, nos recibió con un gran almuerzo a todos los estudiantes que veníamos de diferentes partes del mundo, desde Brasil hasta Francia. Así inició lo más importante de este intercambio: la mezcla de culturas. Nunca había sentido esa sensación de ser extraña, nadie daría una respuesta como yo simplemente por el hecho de que ellos habían nacido en el cono sur, donde hay estaciones, y yo, en la mitad de la línea del Ecuador, donde solo gozamos del sol y la lluvia. Además de esto, como había elegido ciertas materias afines a mis gustos, como Comunicación, música y sociedad y Problemáticas del cine latinoamericano, fue interesante ver cómo todos estamos constituidos por el
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mismo cuerpo pero nuestros ideales e ideas siempre se ven influenciados por lo que vivimos a lo largo de nuestra vida; en el caso de los argentinos: la dictadura, tema que muchas veces tratan en clase. Poco a poco fui adaptándome al nuevo espacio, conociendo el campus de la universidad y aceptándolo como mío. Ver a los militantes en los pasillos, los profesores con sus mates y los estudiantes con sus fotocopias se convirtió en la rutina diaria de esos cinco meses que dura el cuatrimestre. Esos cinco meses fueron los que más rápido pasaron de toda esta experiencia. De esta manera fue como la universidad y todo lo que tenía para brindarme se quedó grabado en mi memoria. El viaje aún sigue; ahora sé que paro en esta ciudad y la próxima semana voy a un lugar llamado Córdoba, luego no sé
qué siga y la verdad eso es lo que más me gusta de haber tomado esta decisión: no tener ningún rumbo fijo, solo saber que debo disfrutar y vivir el día a día.
Recomendaciones:
No tener miedo a las cosas nuevas. La vida es una aventura y si nos dejamos manejar por el miedo, nos perderemos de vivirla. u Para invierno recomiendo unas buenas medias y una buena chaqueta, este oscila entre 1º y 8º, igualmente si se visitara el país en verano recomiendo poca ropa, ya que la temperatura es de 15º a 40º. u El dinero es importante pero es más importante la organización y el destino que se le da a éste. Para viajar y vivir solo se necesita impulso. u
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Un cambio de 180 grados
Lugar de intercambio:
Universidad Nacional de Quilmes. Facultad: Licenciatura en Comunicación Social. Director de carrera: Daniel Badenes.
Ernesto Rodríguez Séptimo semestre
Buscar una buena asesoría antes de viajar de intercambio es fundamental para no pasar una mala experiencia, por lo demás no hay que preocuparse, pues esta oportunidad te cambia la vida.
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studiar fuera del país es una experiencia maravillosa. Se conocen nuevos lugares, culturas y personas que hacen que uno crezca en todos los sentidos posibles. El primer semestre de 2012 tuve la oportunidad de viajar a Argentina para realizar un intercambio académico en la Universidad Nacional del Quilmes. Estar en otra universidad es en principio complicado, uno debe adaptarse a nuevos profesores, nuevos compañeros y, lo más importante, a otra metodología de estudio. En el caso de mi universidad me encontré con un enfoque netamente teórico. Afortunadamente la preparación que nos brinda el Externado es lo suficientemente buena para poder afrontar cualquier reto que se nos presente. A las personas que estén interesadas en viajar, pero que de pronto no se animan por diferentes motivos, mi consejo es que se decidan y se informen en la facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales. Es una experiencia maravillosa que seguramente originará un cambio de 180 grados en sus vidas. JULIO 2014 / visiones VIAJEROS
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ARGENTINA
De todo se aprende Lugar de intercambio:
Gabriel Forero Oliveros
Universidad Nacional de Quilmes.
Séptimo semestre
Facultad: Licenciatura en Comunicación Social. Director de carrera: Daniel Badenes.
Siempre tuve una gran pasión por viajar a experimentar de primera mano la bella cultura argentina. Más allá de estudiar y conocer tantas personas, lo más importante es la madurez que se adquiere cuando se vive solo en otro lugar.
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iempre había querido viajar a la Argentina. El fútbol, Maradona, el tango, la llanura, eran alicientes para querer alcanzar el objetivo de viajar a tierras gauchas. Pensé en ir a estudiar el pregrado desde el comienzo, pero después me decidí por el Externado. Así que le aposté a viajar de intercambio, lo que hizo que una de mis constantes fuera mantener un promedio permitido para poder viajar. Y fue así como desde comienzos de 2012 hasta mediados
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de julio del mismo año pude cursar mi séptimo semestre de materias inscrito al énfasis de Periodismo en la Universidad Nacional de Quilmes. Viví en Buenos Aires. A escasas cuadras del Obelisco y de la Avenida 9 de Julio. Conocí compatriotas, gente de Latinoamérica y de Europa. Aprendí a acoplarme a las costumbres de un país muy diferente a Colombia, en cuanto a la comida, los horarios y dialecto. En fin, términos que adquirí para no pasar ninguna vergüenza allá, como por ejemplo, jamás se les ocurra decir “coger un bus” porque no serán bien vistos. Aprendí sobre estudios culturales y algunas otras cosas, pero lo que más adquirí
fue responsabilidad y la experiencia de vivir solo, fuera de casa. También disfruté del fútbol, el tango, las planicies y de la historia que rodea a Maradona.
ARGENTINA
Con sus pros y contras
Lugar de intercambio: Universidad de Buenos Aires, UBA. Facultad de Ciencias Sociales, programa de comunicación. Nombre del tutor: Gustavo Varela.
Cristian Fernando Martín Lesmes Séptimo semestre
Una experiencia con sus pro y sus contra; así fue mi viaje de intercambio estudiantil a la ciudad de Buenos Aires, Argentina.
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ese a ser una decisión tomada a la ligera, considero que fue una de mis mejores experiencias y de las que más he aprendido, no solo académicamente, sino también cultural y socialmente. Viví con dos compañeros de la universidad, lo cual fue bastante confortable, debido a que en algunos momentos la soledad logra permear la tranquilidad y estabilidad emocional, generando deseos incluso de regresar al país. Buenos Aires, como cualquier otra ciudad capital, tiene sus aspectos buenos y malos, pero en cuanto al ámbito académico y social, se logra adquirir bastantes
experiencias que fortalecen el aprendizaje personal y profesional. En mi caso, realicé el intercambio con la Universidad de Buenos Aires (uba), de la cual tengo las mejores recomendaciones y puedo asegurarles, que los estudiantes de la Universidad Externado contamos con el nivel académico adecuado para responder satisfactoriamente a la exigencias que esta universidad pueda demandar. Por último y como consejo para los futuros estudiantes de intercambio, es bueno que manejen bien su tiempo y sepan aprovechar todas las oportunidades y experiencias que este país ofrece, teniendo en cuenta que sus horarios académicos brindan bastante tiempo libre.
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ARGENTINA
Irse para disfrutar el cambio
No se va a estudiar, se va a vivir Lugar de intercambio:
Universidad de Buenos Aires, UBA.
Facultad de Ciencias Sociales, programa de comunicación.
David Jaúregui Sarmiento
Nombre del tutor: Gustavo Varela.
Séptimo semestre
Irse de intercambio no es solo irse a recibir clase en otro país: también es aprender del nuevo mundo que rodea la aventura en el extranjero.
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igan lo que quieran pero lo de intercambio es una excusa. Uno se va a continuar la universidad en otro país pero fuera de las materias que uno cursa, la verdad es que el objetivo es escapar de Colombia. O por lo menos ese fue mi motivo para huir hacia Argentina. Un país diferente, gente diferente y unos lentes diferentes. La experiencia es deliciosa y aprovecharla es más que asistir a clases y hacer los trabajos. Es notar que la rigurosidad científica y académica es muy superior a la que estamos acostumbrados en Colombia, que la idea del auto respeto no es solo quejarse bebiendo cerveza en una tienda sino que el cambio está en comprender que las diferencias no se resuelven a plomo y bate. Uno se va y se da cuenta de que también hay arte en cada esquina y que no se trata de un patrimonio exclusivo de la gente “más inteligente” que puede pagar grandes cantidades de plata por un cuadro que no parece tener sentido. Por supuesto, no hay que salir de Bogotá para entenderlo, pero la verdad es que fuera de los límites nacionales opinar
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ARGENTINA
diferente y encontrar belleza en la diversidad no es un motivo de miradas raras ni de críticas pobremente argumentadas. También es cierto que uno se va a vivir solo, solo y lejos de todo. Y si antes no lo había hecho, toca aprender a vivir con lo que hay y en las condiciones que toque, es decir, si se da el caso, aprender a sobrevivir. Además, es muy enriquecedora la oportunidad de conocer gente de muchos países porque, al final, el cuento que echan es diferente y aprender de sus formas de vida ayuda a ver el mundo desde otras perspectivas que antes no se habían explorado. Por lo demás, la cosa es divertirse, si uno no se pierde entonces perdió el viaje. La sensación de no tener rumbo y de completa ignorancia sobre el destino es maravillosa: de cualquier forma habrá que llegar al cuarto. También, si no tomó cerveza con un montón de desconocidos igual de desubicados a usted entonces algo hizo mal. Y si no le gusta beber ya es su problema. Pero beber, reír, perderse, leer, malgastar el tiempo caminando, viendo y viviendo es algo que va más allá de aprobar las materias, porque aprobar es tan fácil como leer los textos y presentar los exámenes. Lo mejor, en cambio, es sentarse a aprender de verdad, “follarse las clases”, alguna vez escuché esta expresión en una borrachera por allá en el barrio San Telmo, en Buenos Aires. Y para aprender de verdad en clase hay que salir a conocer el mundo, o al menos eso se me metió en la cabeza a mí. Irme a estudiar fuera de Colombia es una de las mejores cosas que he hecho y que espero poder repetir, no solo porque es otro lugar sino porque de alguna forma regresar y continuar es una manera de aportar, aunque sea un poco, a que las cosas mejoren en este país corrompido por la absoluta negligencia de pensamiento.
Recomendaciones
Buscar un lugar para vivir desde antes de partir hacia el destino. u Llevar desde acá todos los papeles apostillados. En los consulados los turnos pueden ser muy demorados. u
¿Qué me aportó esta experiencia profesionalmente? En general, lo que más me aportó en mi formación profesional el intercambio fue a fortalecer la rigurosidad científica, es decir, a ser mucho más estricto en la investigación y en la revisión de fuentes. En Colombia somos ridículamente laxos y la mediocridad, tanto en la academia como en los medios de comunicación, es abrumadora. O eso me parece. JULIO 2014 / visiones VIAJEROS
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ARGENTINA
Intercambio en Argentina
Diferencias académicas
Lugar de intercambio: Universidad de Buenos Aires, UBA. Facultad de Ciencias Sociales, programa de comunicación. Nombre del tutor: Gustavo Varela.
Daniela García Séptimo semestre
Durante mi intercambio a la Universidad de Buenos Aires tuve la fortuna de explorar nuevos métodos de enseñanza y de fortalecer mis habilidades para aprender y adaptarme a un método de estudio muy diferente al que estaba acostumbrada, empero, las ganancias de esta experiencia son invaluables.
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urante el primer semestre de 2012 realicé un intercambio estudiantil en la Universidad de Buenos Aires. Con respecto al ámbito académico, debo decir que la exigencia y el ritmo de estudio es bastante fuerte, no obstante depende de cada quien, en su ejercicio autónomo de aprendizaje, las ganancias adquiridas en términos educativos. Es recomendable elegir materias conocidas, revisar el programa de cada una y, si es posible, conocer las lecturas que se manejarán durante el cuatrimestre, pues la teoría que se dicta en la Universidad de Buenos Aires compete más a la producción europea y latinoamericana. Por cada materia se ven dos clases; una clase teórica de carácter magistral, asistida por un sinnúmero de estudiantes y dirigida por el titular de la materia (esto es, el docente investigador que ha inventado el programa y dirige a un gran número de docentes encargados de las clases prácticas) y la segunda clase es de carácter práctico y en ella, o bien se refuerzan los conceptos del teórico o se aplican con diversos trabajos. Es alto el nivel de exigencia, pues para ambas clases se debe leer y en general realizar un proceso de estudio independiente y complementario. 14
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En conclusión, puedo decir que la Universidad de Buenos Aires ofrece la oportunidad de adentrarse en otro panorama del conocimiento, por los diversos contenidos de programa que ofrece. No obstante, en cuanto a sus métodos pedagógicos, pienso que corresponden a una educación netamente tradicional en la que la memoria juega un papel mucho más importante que el ejercicio de dominar un concepto y aplicarlo de manera creativa o analítica a cualquier situación, lo que, bajo mi concepto, deteriora los vínculos de identidad que necesariamente deben existir entre los estudiantes y el conocimiento que se enuncia a través de la academia. Debo decir que son muchas las ganancias que deja el intercambio académico. Éstas naturalmente trascienden al plano educativo, comprometiendo, por lo contrario, todo aquello que implica edificar la vida independiente; aprender a administrar el tiempo, el dinero y conocer lugares y personas que siempre nos pueden presentar otra manera de ver la vida. Recomiendo al estudiante que desee vivir esta experiencia, estar dispuesto y receptivo ante otras posibles formas de concebir el mundo, el cambio y la transformación.
REA
NES LO L I
L
APROXIMADAMENTE
MONEDA
APROXIMADAMENTE
6 HO RA
BRA S
IDIOMA : PORTUGUÉS
A ILI
CAPITAL
BOGOTA SÃO PAULO
VUELO DE
POBLACIÓN
S
201 M
Brasil
BRASIL
Un año en São Paulo
Un año con Sampa el Gigante
Lugar de intercambio:
Universidad de São Paulo (usp). Programa: Escuela de Comunicações e Artes .
Daniela Jaramillo Barbosa Séptimo y octavo semestres
En una metrópoli imponente que a veces se siente como Bogotá por su viento frío y su llovizna eterna y otras parece Medellín por su calor primaveral y sus árboles floridos, pude confirmar mi pasión por los idiomas, los viajes y las ciudades caóticas y multiculturales.
C
reo que me enamoré de São Paulo desde el primer momento en el que pisé el cruce de la famosa Avenida Paulista con calle Augusta. Y aunque nuestra relación durante este año de intercambio no ha sido solo buenos momentos porque es una ciudad que se hace la difícil como tantas otras grandes urbes del mundo, es un romance que no quiero que termine. Ciudad cosmopolita llena de inmigrantes que hacen de ella un hervidero de culturas, lenguas, ofertas gastronómicas y tradiciones diferentes. Aquí he conocido gente de todos los rincones del mundo y he quedado con ganas de viajar mucho más después del abrebocas que ha sido pasear por esta ciudad. En cada esquina hay un nuevo boteco, café, galería o centro cultural para visitar. Todos los días hay tantos planes diferentes por ahí que el problema realmente es decidirse por alguno. Y es que en esta ciudad abunda todo lo que más me gusta: museos increíbles, galerías de arte independiente, graffiti en 16
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Mentor o profesor: Artur Matuck (investigador en Comunicación Digital). São Paulo, es la principal ciudad de la Región Metropolitana de São Paulo, es la segunda metrópoli de América y es la ciudad más grande de Suramérica. Es uno de los centros económicos, financieros y culturales más importantes del mundo. São Paulo posee una amplia red de teatros, casas de espectáculos, bares, instituciones de enseñanza, museos y galerías de arte. Viven aproximadamente 20 millones de personas
BRASIL
las calles, salas de cine gratuito, teatros y parques con árboles que por épocas llenan el piso de flores coloridas y que se unen a los eventos con programación al aire libre. Para completar, los estudiantes somos consentidos pagando media entrada en casi todos los eventos culturales y de entretenimiento, además de pagar la mitad en el transporte público. La cultura local que todos los extranjeros esperamos ver también está presente en cada esquina, con rodas de samba y maracatú que provienen de las calles del centro, con la euforia del fútbol que se escucha en un radio de un kilómetro de cada estadio en días de “jogo”, con la gente parando en la calle para comerse un salgado o un “pão de queijo” antes de seguir con la jornada y con el portugués que es una lengua tan viva que al escucharla en la calle muchas veces parece un idioma distinto al que se lee. Tener contacto con eso fue genial al comienzo, pero creo que el verdadero intercambio se dio desde que comencé a conocer y pasar tiempo con brasileños de diferentes regiones, en varios lugares del país. Me di cuenta de que Brasil es tan rico y diverso que no puede resumirse en carnaval, fútbol y caipirinhas y tampoco se puede describir en un par de párrafos. São Paulo es una gran plataforma para despegar a otros lugares, para irse y regresar cargado de nuevas referencias, sabores, climas y músicas dentro de este gigante país. Para mí no ha sido suficiente un año en esta ciudad: ha sido el comienzo emocionante de un viaje que me está cambiando la vida.
Lugares más representativos: Rio de Janeiro, São Paulo, Brasilia, Foz de Iguazú, Salvador, Curitiba.
Recomendaciones:
Aprovechar al máximo los contactos que la universidad ofrece con estudiantes locales a través del programa iFriends. Pueden ser grandes compañeros de viaje para los primeros días en la ciudad. u Brasil es un país muy burocrático, es mejor hacer los papeles de la visa con tiempo antes del viaje y estar preparado mentalmente para eventuales demoras consulares. u Llegar tres semanas antes del comienzo de clases es ideal para familiarizarse con la ciudad y poder encontrar más fácilmente un lugar para vivir. u Es importante hacer el trámite del cpf (Registro de personas físicas) los primeros días para poder acceder más fácilmente a servicios como el de telefonía celular. u Antes del viaje, tratar de entrenar un poco el oído viendo películas o series en portugués paulistano para acostumbrarse a escuchar ciertas expresiones o palabras y llegar más confiado. u
¿Qué me aportó esta experiencia profesionalmente? El intercambio en la Universidad de São Paulo me permitió obtener fluidez en un tercer idioma, aprender a vivir en una ciudad gigantesca y acceder a la cultura de un país que tiene un gran nivel de producción mediática y consumo de medios digitales. Elegirla para mi experiencia académica fue una de las mejores decisiones que he tomado. Es la institución educativa más prestigiosa de Brasil y varios rankings la ubican entre las mejores 15 del mundo por su alto nivel en investigación. Para mí, según mis intereses en este campo, fue un gran medio de contacto con profesores investigadores en el área de comunicación digital y también con profesionales, agencias de comunicación y relaciones públicas que trabajan de lleno con los medios en línea.
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Intercambio en Brasil
Olha que coisa mais linda! Lugar de intercambio: Universidad: Fundacao Armando Alvares Penteado.
Pavla Fuertes Séptimo semestre
Cine, publicidad y propaganda, radio y televisión, relaciones públicas. Nombre del mentor o profesor: Luiz Felipe Pondé.
Brasil es un encanto, se debe visitar para poder vivir la cultura, la pasión por el fútbol, la música y el arte. Conocer personas que te cambian la percepción de vida y te abren nuevas posibilidades para crecer como ser humano es maravilloso, definitivamente una experiencia que vale la pena repetir.
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aminaba sobre la avenida paulista y teniendo frente a mis ojos la majestuosa arquitectura citadina de la avenida principal de Sao Paulo, recordaba con incredulidad el momento en que decidí emprender esta aventura. Todo comenzó en clase de portugués 1, sesiones que trascendieron el plano básico de la mera gramática; conocí a distancia las regiones, tradiciones, música y culinaria de Brasil, sembrándose en mí la imperante necesidad de hacerlo personalmente. Necesitaba, para iniciar el proceso de solicitud de intercambio, un promedio que por fortuna me había encargado de mantener elevado cada semestre durante mi carrera y realizar un examen de idioma que a pocas semanas de ser presentado y con tan solo un semestre de estudio del mismo, me costaron varias noches en vela. Para la aplicación debía llenar un formulario en que escogía la Universidad a la que aplicaba: 18
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por un lado, la usp, universidad pública y la mejor de Latinoamérica; por otro lado, la faap, privada y especializada en artes que siempre han sido mi pasión. No fue difícil, opté por la faap. Mientras esperaba la respuesta a mi aplicación, armaba la propuesta del plan de estudios junto con el docente encargado de intercambios en la Facultad y quien posteriormente sería el coordinador académico de la misma, Diego Mazorra. Pasaba horas frente al computador navegando por la página de la Universidad, viendo fotografías e imaginándome en cada una de ellas. Finalmente llegó a mi correo la respuesta afirmativa que me daba luz verde para iniciar con los preparativos logísticos del viaje: visa, pasajes, documentos, ¡todo listo! Era un hecho, llegaría a São Paulo el 2 de agosto de 2012 a las 5hr (3hr Colombia). Un amigo de otra universidad que se encontraba igualmente de intercambio en Sampa, como los nativos llaman su ciu-
BRASIL
¿Qué me aportó esta experiencia profesionalmente? El aporte de esta experiencia en mi profesión fue, sin duda, determinante. Conocí, conviví y me acoplé a una dinámica metodología y contenidos diferentes. Afiancé mis conocimientos en el idioma y tuve una apertura intercultural que considero necesarias para entenderme como ciudadana del mundo. Hice contactos que me brindaron experiencias laborales enriquecedoras.
dad, São Paulo, había conseguido para mí un lugar dónde instalarme, de manera que al llegar dejé mis cosas y salí de inmediato a conocer mi nueva casa de estudios. Puse un pie dentro de la Universidad y estupefacta hice un acompasado paneo de izquierda a derecha. Era un edificio de pilares y paredes en mármol, coloridos vitrales por doquier y en lo que parecía ser la entrada al auditorio principal, una enorme placa: “Museo de Arte Moderno De Sao Paulo” ¿¿Ah?? Era un sueño. Me presenté en la oficina de intercambios donde conocí a Leti y un maravilloso grupo de seres humanos que me acompañaron durante mi paso en la Universidad. Me fue asignada una tutora, quien me hizo un recorrido por el campus. De ahí en adelante fui bombardeada por sorpresa tras sorpresa: estudios de televisión, cabinas de radio, estudio fotográfico todo equipado con última tecnología; era asombroso. Conocí otros intercambistas y nativos que hicieron de esta experiencia uno de los recuerdos más gratos de mi vida. Significó para mí conocer un sistema diferente de educación, de cultura, de vida, me regaló amigos inolvidables, paisajes únicos y nuevos proyectos, expectativas y miradas.
Lugares más representativos: Río de Janeiro, São Paulo, Brasilia, Foz de Iguazú, Salvador, Curitiba.
Recomendaciones:
Pregunta en la universidad anfitriona por la carterinha de transporte; con esta se reducirá a la mitad el costo de los pasajes de metro y bus. u Lleva tu carné de estudiante contigo a donde vayas, las entradas a cine, teatros y eventos en general costarán la mitad presentando este documento. u Sabes que debes notificar a la Policía Federal de tu estancia en el país, es requisito para matricularte; lo que seguramente pasarán por alto es que debes contar con 250 mil pesos para dichos trámites. u
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Mテゥxico
IDIOMA : ESPAテ前L
MÉXICO
Como en casa Stefanía Herrera Baquero Séptimo semestre
Lugar de intercambio: Universidad Anáhuac México Sur. Programa: Licenciatura en Comunicación.
Llegar un primero de enero a México D.F suena extraño, y aunque lo es no me quitó la oportunidad de echar un vistazo en un día sereno y tranquilo. Hay lugares turísticos de ensueño a los que no dudaría en volver. En tierra azteca me sentí como en mi hogar, la calidez de la gente y su forma de acoger al extranjero es maravillosa.
T
ras 4 horas de vuelo desde Bogotá, el 1 de enero de 2013, me encontraba en tierra azteca. Los miedos de ir a una de las ciudades más grandes y pobladas del mundo se reducen al mínimo cuando llegas a México D.F, un día después de la celebración del año nuevo, pues en las calles solo se veían unas cuantas personas y el ambiente era tan tranquilo, lo que me permitió admirar la arquitectura y los bellos monumentos del centro histórico de la ciudad. Me tomó algunos días conocer los diversos medios de transporte, debido a que hay metro subterráneo, Metrobus (el mismo sistema de Transmilenio en Bogotá), Trolebus (utiliza energía eléctrica) y, por último, bus urbano, al que los mexicanos llaman “camión”. Un pasaje de cualquiera de ellos en promedio vale unos 4 pesos mexicanos, equivalente a 600 pesos colombianos, de todos ellos el más rápido es el metro. Sin embargo, al entrar en las estaciones encuentras la respuesta del porqué no hay tantas personas en las calles: ¡Claro! todos los 25 millones de habitantes que tiene la ciudad, están debajo de la tierra utilizando el metro subterráneo. A pesar de la gran cantidad de personas, me sorprendió la cultura ciudadana de de-
México D.F., es la capital de este país, se encuentra en el Valle de México a una altitud de 2.240 metros. Su población es de más 20 millones de habitantes, siendo una de las ciudades más importantes en el continente Americano. Esta ciudad es el primer lugar a nivel nacional en términos de llegadas de turistas nacionales y extranjeros con 12 millones anuales y es un importante centro de conexión entre América del Norte y Sur.
jar salir primero y luego entrar, así que no se presentaba ningún empujón y las personas parecen tranquilas. Días después, entré a la Universidad Anáhuac del Sur, la cual cuenta con un campus lleno de zonas verdes y canchas deportivas y en las clases los profesores tienen una metodología en su mayoría práctica. Allí, fui muy bien recibida e hice amigos rápidamente con los que tuve la oportunidad de viajar a distintos lugares del país, como Guadalajara, Acapulco, Cancún, Puerto Vallarta y Tepoztlan, entre otros. De todos los hermosos paisajes y lugares que vi, el más maravilloso fue Teotihuacán (a 2 horas de México D.F), donde se encuentran las pirámides de la Luna y el JULIO 2014 / visiones VIAJEROS
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MÉXICO
Sol, construidas por los aztecas. Aún no me explico por qué en el lugar se siente una energía extraña pero agradable, la experiencia es indescriptible. Durante los 6 meses de mi estadía en México D.F pude darme cuenta de lo maravillosa que es esa ciudad, por la amabilidad y calidez de la gente, por su particular cultura, sus más de 100 museos para visitar, su comida, su clásica arquitectura y, sobre todo, porque lejos de ser una frase cliché, los mexicanos, en efecto, sí te hacen sentir como en casa.
¿Qué me aportó esta experiencia profesionalmente? Esta experiencia desde un punto de vista profesional, me brindó una perspectiva diferente sobre el mundo, porque me hizo eliminar los prejuicios que se adquieren gracias a los imaginarios. Además, las clases en la Universidad Anáhuac México en su mayoría con una metodología orientada hacia la práctica, complementaron mis conocimientos teóricos.
Recomendaciones:
Aunque para viajar a México no es necesario visa, esto es solo para las personas que van en calidad de turistas. Los estudiantes sí deben solicitarla en la embajada mexicana en Bogotá. u Es normal que constantemente tiemble en Ciudad de México, así que se debe mantener la calma durante cualquier movimiento telúrico. u
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Lugares más representativos: México D.F, Guadalajara, Cancún, Acapulco.
Francia IDIOMA : FRANCÉS
FRANCIA
Intercambio en Francia
¡Vivir con el mundo! Lugar de intercambio:
Wayra del Sol Alborta. Octavo semestre
Institut d’études politiques de Rennes. Programa: Atestación de estudios políticos. Rennes, está situada a 308 km al oeste de París. Se encuentra en el corazón de un área urbana de 670.000 habitantes y es una de las ciudades más pequeñas del mundo. Es la octava ciudad universitaria de Francia y su arquitectura renacentista la hace un lugar acogedor para todos los estudiantes del mundo.
Estar de intercambio te enriquece culturalmente, en muchas ocasiones no estarás a gusto con la residencia estudiantil o te sentirás perdido; sin embargo, descubrir la verdadera cultura de un país víctima de los clichés es emocionante. Poder hablar con gente de todo el mundo y convivir con ellos te cambia la vida y te enseña a ver la comunicación desde otro punto de vista.
U
n intercambio es una travesía. Cambiar de país, de continente y de idioma es toda una aventura. Desde llegar a París y moverte por el metro, que parece confuso a primera vista y resulta ser sumamente sencillo, con una maleta de 23 Kgs, más un morral de 10, en una noche de invierno tratando de llegar a la casa de un desconocido, un couchsurfer, con la palabra de que te alojaría como única garantía, hasta los exámenes finales, orales, sobre historia política o estudios sobre el comportamiento de los trabajadores en las organizaciones, o la relación entre urbanidad y globalización. Mi gran recomendación al momento de buscar el destino del intercambio es elegir una universidad que acoja a muchos estudiantes de intercambio, y hacerlo en un país con un idioma diferente al nuestro. Sin precisar el país, el requisito importante será siempre el inglés. Existe un cliché sobre los franceses y su imposibilidad de dominar el inglés. No es del todo cierto, ningún cliché lo es; sin embargo, son pocos quienes dominan el inglés en Francia, y quienes lo hacen, en su mayoría tienen una pronunciación bastante incomprensible. Sin embargo, hoy en día la posibilidad 24
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FRANCIA
de hacer un intercambio en inglés en Francia es posible, y el francés puede aprenderse en lo cotidiano. Aunque no deja de ser una gran ventaja conocer el idioma, en especial para descifrar cómo moverse en París, paso inevitable hacia cualquier destino en Francia, cuando llegas de Latinoamérica luego de entre 10 o 15 horas viajando.
Recomendaciones uAl
menos dos convertidores de enchufe: útiles desde el mismo aeropuerto; allá encuentran, pero es una vuelta menos que hacer en momentos cuando necesitan las cosas desde el día uno, y además cuestan mucho al lado de comprarlos acá en una ferretería de barrio por mil o dos mil pesos. uEmpacar ligero: no lleven cosas de casa que creen que van a necesitar, como ollas o cobijas. Allá pueden encontrar todo, y Bogotá no es una ciudad barata, así que la diferencia de precios no será enorme, no olviden tiendas como Ikea o Conforama, compren barato, será por 6 meses o un año, al volver tendrán que deshacerse de esas compras (recomendación: donarlo a la Cruz Roja o, en Francia, a Emaus).
¿Qué me aportó esta experiencia profesionalmente? Desde mi experiencia, lo mejor de un intercambio, además de descubrir cosas de un país nuevo, diferente y que debe ser de interés para ustedes, es vivir con gente de todo el mundo. Esto no sucede en todos los intercambios, y vivir en una residencia estudiantil tiene sus contras, pero tuve la fortuna de llegar a una recién remodelada, y de conocer a personas divertidas, inteligentes y culturalmente muy diferentes, aunque muy abiertas, y curiosas sobre los demás y sus países de origen. Tuve compañeros de clase y vecinos de cuartos de Chile, Argentina, Estados Unidos, Inglaterra, Senegal, Turquía, Italia, Japón, China, Bélgica, Australia, Nepal, Brasil, México, España, Lituania, Holanda, Palestina, Rusia y, claro, Francia. Y esa fue la parte más enriquecedora del intercambio, convivir con ellos, conocerlos, descubrir pequeñas costum-
Institut d’études politiques de Rennes
bres de sus países, de su cocina, de su música. Como experiencia de vida, y como comunicadora ese fue el impacto más grande que tuvo el intercambio, las personas, descubrir el mundo a través de estudiantes de una variada gama de carreras y una gama aún más variada de culturas
Lugares más representativos: Calle para La basílica Saint Sauveur, Edificio Ópera de Rennes, Calle Champ Jacquet.
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Finlandia
IDIOMA: FINLANDÉS (SUOMEN KIELI) Y SUECO (SVENSKA) INGLÉS HABLADO POR 65% DE LA POBLACIÓN
FINLANDIA
Finlandia: más que nieve y Nokia
Suomi: notas sobre la nieve Lugar de intercambio:
Camilo Arturo Suárez Becerra Octavo semestre
Universidad de Helsinki. Helsinki
es la capital y la ciudad más grande de Finlandia. Está situada en la costa sur del país, a la orilla del Golfo de Finlandia. Tiene una población de 607.991 personas. Helsinki es el mayor centro político, educativo, financiero, cultural y de investigación. Aproximadamente el 70% de las empresas extranjeras del país que operan en Finlandia se han establecido en la región de Helsinki.
Para irse de intercambio a Finlandia es necesario romper con todos los estereotipos que se tienen acerca de este lugar: no todo es frío, guantes y gorro; su sistema educativo es admirable, además su cultura es impresionante. Claro, aunque me fui sin saber a qué me enfrentaba, me dejé sorprender por este maravilloso país.
H
elsinki es una ciudad joven y relativamente pequeña en términos de capitales europeas. Su área metropolitana, junto con Espoo y Vantaa, alberga aproximadamente 1.300.000 habitantes, menos que algunas localidades de Bogotá. Fue fundada como parte de un plan maestro de la Rusia imperial para trasladar la capital desde la vieja ciudad de Turku al oeste a un lugar más próximo a San Petesburgo, y es por eso que a diferencia de muchas otras grandes ciudades del continente, no posee un porte de antigüedad o solemnidad monárquica que sí tienen otras, como San Petesburgo o Estocolmo. A distancia, el perfil de la ciudad es bajo, y poco imponente. Helsinki se recorre mejor a pie, excepto en invierno, cuando las temperaturas bajo cero hacen del excelente transporte público una maravillosa alternativa. Yo llegué a Helsinki sin tener muchos referentes previos. En ese archivo
mental de postales donde está la Torre Eiffel o la Estatua de la Libertad, Helsinki no registra. Los símbolos de una Helsinki a la distancia son sus dos catedrales. La Catedral luterana de San Nicolás, de estilo neoclásico, en la plaza del Senado, es un edificio blanco de cúpulas de bronce aguamarina decorado con estrellas. Es fácilmente el símbolo por defecto de la ciudad. La catedral de Uspenki, ortodoxa, es de ladrillo rojo oscuro, con 12 puntas de oro y de apariencia claramente rusa. El contrapeso simbólico que ejercen estos 2 edificios en el paisaje de su ciudad, desde sus respectivas colinas, es una interesante visión no solo de la historia y situación cultural de Helsinki, sino de Finlandia entera. Decir que Helsinki es ‘fría’ es muy poco descriptivo, es más preciso decir que Helsinki es el frío. La ciudad no puede separarse de la condición de sus inviernos o sus veranos poco cálidos. La cultura finlandesa está definida por el frío en casi todas sus instancias, sea JULIO 2014 / visiones VIAJEROS
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FINLANDIA
Lugares más representativos:
¿Qué me aportó esta experiencia profesionalmente? Como comunicador aprendí del finlandés a no subestimar lo más primordial de la cultura humana: el lenguaje. La ausencia de la expresión ‘por favor’ en la suomen kieli se me hizo un apropiado contraste entre la cultura finlandesa del deber y la independencia personal y lo aprovechado de los latinoamericanos que siempre rogamos tanto por todo.
Suomenlinna (Fortaleza de Finlandia) es un grupo de 4 islas al sur de Helsinki, donde se erige un complejo histórico militar construido por los suecos en el siglo xvii. En la actualidad es un parque público al cual se llega por ferry. Un excelente plan de domingo tanto en invierno como es verano para ir y sentarse sobre las piedras de las murallas sur. Establecimiento o evento: Café Talo (Häämentie 2) es uno de los establecimientos más frecuentados en Kallio, el tradicional barrio de estudiantes y trabajadores de Helsinki. Resaltan los tragos a buen precio, la atmósfera indie y deliciosos platos nórdicos.
en lo social, lo económico o lo emocional. Durante el invierno, Helsinki es toda una orquesta de onomatopeyas de hielo y nieve. Nada lo puede preparar a uno de este helaje. 4 capas de ropa, gorro, guantes aislantes del futuro y medias de alpaca igual lo dejan a uno con cejas congeladas y con la impresión de que se te cayó la lengua. El incomparable crujido de pisar nieve fresca o el sencillo silbido del viento helado definen a una ciudad que toda su existencia ha sido construida y expandida para sellarse y resguardarse de las bajísimas temperaturas. Por otro lado, en tiempos recientes la educación finlandesa se ha vuelto legendaria por su sistema no ortodoxo. Los finlandeses estudian la primaria sin que les dejen tareas, y en la secundaria deben hacer un solo examen estandarizado. Finlandia se ha esforzado mucho en tener excelentes docentes y profesores. Para ser profesor de escuela es 28
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necesario tener una maestría y nunca hay más de 12 alumnos por profesor. La educación superior es de las más completas y comprensivas en el mundo, lo puedo decir por experiencia propia. La Universidad de Helsinki, donde realicé mi intercambio, es una institución completamente trilingüe que ofrece programas de estudios en muchísimas áreas y disciplinas. De aquí han salido personas como Linus Torvalds y Pekka Himanen. ¿Qué más se puede decir sobre Finlandia? El reno es delicioso, no vacilen cuando tengan la oportunidad. Hagan ski cross-country a su propio riesgo. Prueben el salmiakki así lo escupan de lo horrendo, pero pruébenlo. No esperen oír de vikingos porque supuestamente cuando llegaron dijeron “Aquí no nos asentemos, la gente es muy rara”. Métanse a un sauna y sobrevivan al shock cultural. En fin, un artículo se queda corto para explicar a Finlandia,
hace falta botarse a la nieve desnudo para hacerse una idea. Para mí, por lo menos, ver las palabras Tervetuloa Suomessa serán ya para siempre señal de una maravillosa experiencia.
Recomendaciones:
No hay oficinas diplomáticas finlandesas en Colombia, por lo que el permiso de residencia para estudiantes debe tramitarse en Lima, Perú. u En invierno las temperaturas pueden bajar de -20°C: es importante abrigarse bien en muchas circunstancias. Un abrigo cálido e impermeable es indispensable, como mínimo. Medias gruesas, gorros y guantes también son importantes. u Una importante norma social nórdica, y no solo finlandesa, es hacerse al lado correcto en una escalera eléctrica. Si se va de prisa, tomar el lado izquierdo y no estorbar. u
Suiza
IDIOMA: Alemán, Francés, Italiano, Romanche
SUIZA
De Genève
La ciudad de Calvino Lugar de intercambio:
Ana María Arias Tobo Noveno semestre
Universidad Internacional de Ginebra. Facultad: Arts in Media and Communication. Ginebra,
Experiencia de una estudiante colombiana de 23 años antes de su viaje y durante su estadía en una ciudad internacional y en donde se toman varias de las decisiones más importantes del planeta.
S
upongo que existen mil formas de contar una experiencia, por buena o mala que sea. En este espacio no quisiera ahondar en detalles sobre lo que he vivido en estos diez meses de mi vida como estudiante de intercambio en Ginebra. Solo me quiero referir a la forma como esta ciudad, como cualquiera diferente a la que me crié, me ha enseñado a aceptar los retos que he debido enfrentar. Muchos pueden decir que estos desafíos nos los pone la vida, como si fuera algo ajeno a nuestra libertad de elegir, pero estoy convencida de que esta afirmación se queda en un estadio superficial, en el que, como seres humanos, nos negamos a aceptar que definitivamente nosotros mismos buscamos vivir. Puedo decir que me siento totalmente satisfecha de haber cumplido con uno más de mis propósitos en mi proceso de formación como profesional. Cuando escuché del convenio que tenía el Externado con la Universidad Internacional de Ginebra, la posibilidad de ser una de esas estudiantes y lograr una doble titulación en esta ciudad tan importante en el ámbito internacional, se me planteó como el final perfecto para mis estudios universitarios, además de la posibilidad de practicar los dos idiomas: inglés y francés. Desde el momento cuando apliqué, hasta el último día de un periodo largo 30
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de afanes y estrés por completar toda la documentación requerida para ser aceptada tanto en la universidad como en Suiza, sentí la seguridad de estar tomando la decisión adecuada, lo cual sigo corroborando después de todo este tiempo. Aunque dos años antes tuve la oportunidad de vivir sola en un país del primer mundo, esta segunda experiencia no me dejó de sorprender por la diferencia tan evidente que Ginebra tiene con cualquier ciudad colombiana. Un sistema de transporte impecable, un
es una ciudad y comuna suiza ubicada cerca de la frontera con Francia, capital del cantón de Ginebra. Es la ciudad más poblada de Romandía y la segunda suiza después de Zúrich. Se encuentra situada a la salida del Ródano del lago de Ginebra y es una ciudad global, centro financiero y mundial de la diplomacia debido a la presencia de numerosas organizaciones internacionales, entre ellas la sede de muchos de los organismos de las Naciones Unidas y la Cruz Roja. De hecho, Ginebra es la ciudad que alberga el mayor número de organizaciones internacionales del mundo.
SUIZA
concepto aproximado al de una buena seguridad urbana y una ciudad lejana del caótico ruido, congestión y afán cotidiano de Bogotá, hicieron que me sintiera por cierto tiempo un poco ajena a lo que yo venía acostumbrada a vivir. Encontrar dónde vivir en Ginebra es una tarea muy difícil debido a la insuficiente disponibilidad de vivienda en la ciudad. Por eso es recomendable arrendar una habitación en un apartamento o casa. Estos avisos son muy comunes de encontrar, con unos precios considerables si se comparan con el costo de vida en una residencia universitaria. La primera habitación en donde viví, la encontré por medio de un portal en Internet que se llama students.ch. Escribí varias solicitudes a las habitaciones que se ajustaban a mi presupuesto, y rápidamente me respondió una venezolana que fue muy atenta y sin ningún problema aceptó arrendarme la habitación. Vivía con sus dos niños, la niñera y otra persona de Finlandia a la que le arrendaba otro cuarto. Después de tres meses viviendo en aquel lugar, decidí mudarme a un apartamento más cerca del centro de la ciudad, con más facilidades de transporte, y el que comparto con dos hombres: uno de Kenia y otro de Azerbaiyán. Vivo en una ciudad tan culturalmente diversa, que la única opción que he tenido para conocer la idiosincrasia suiza, ha sido viajar por pueblos de campesinos o ciudades pequeñas, como Interlaken, lejos de las ciudades principales, en donde los paisajes de las montañas y los lagos para mí son de lejos lo mejor que he visto de Europa, aunque sé que aún me falta mucho por conocer.
Recomendaciones: Conseguir la documentación necesaria para la aprobación con tiempo de la visa, pues esta toma de uno a tres meses en llegar. u Buscar vivienda con tiempo. u Si es posible, traer de Colombia cualquier tipo de producto de aseo que considere difícil encontrar en otro lugar, pues acá las marcas y el tipo de producto cambian. u Para hacer mercado, sale más económico viajar a un pueblo en Francia que se llama Ferney, y queda a dos minutos después de la frontera suizo-francesa, donde hay dos supermercados: Carrefour y L’Eclerc. u
u Aunque
no es necesario hablar francés para defenderse en Ginebra, sería bueno tener bases de este idioma. Puede ser muy útil, sobretodo en cuanto a los procesos de permiso de residencia, para atender cualquier problema con los servicios de donde se viva, y porque así sería más fácil encontrar una habitación para vivir.
¿Qué me aportó esta experiencia profesionalmente? Como en el Externado yo opté por el énfasis de Periodismo, en la Universidad Internacional de Ginebra aprendí en un semestre muchas cosas relativas al énfasis de Gestión, como por ejemplo, la elaboración de una estrategia de comunicación. Gracias a la flexibilidad para tomar clases de otros programas de la universidad, tuve la oportunidad de inscribir diferentes materias, como por ejemplo de un tema que siempre me ha gustado, que son las relaciones internacionales, área en la que tomé la cátedra de Problemas de seguridad nacionales e internacionales. Me parece que me han aportado un aspecto complementario como profesional en este campo.
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SUIZA
El extranjero
“Acaso la nada será nuestro hogar y la existencia nuestro destierro” Emil Ciroan Lugar de intercambio:
Andrés Bejarano Randazzo Noveno semestre
Reflexiones de una vida lejos del hogar, anécdota y apreciación de una ciudad como Ginebra, Suiza.
Universidad Internacional de Ginebra. Facultad: Arts in Media and Communication.
A
lgunos sostienen que es lo mismo leer sobre el mundo que recorrerlo; otros, que no es lo mismo. Al pasar algún tiempo por encima del Trópico de Cáncer me doy cuenta de que los que vivimos en la zona ecuatorial nos perdemos de esa pequeña magia que es ver el paso de la vida, los cambios del día y la noche a través de las estaciones. Al viajar por el antiguo continente me siento como los forasteros hispanos, asiáticos o africanos en la Roma decadente, que saboreaban la cultura en el ocaso de la civilización. Al igual que ellos deambulo durante el atardecer por “La Ciudad Internacional”, Ginebra, donde la cultura se funde con la historia. Eran las nueve de la noche del 8 de diciembre del 2012, la sensación térmica de 0 grados se me había olvidado; me dolía la cara, y en ese profundo blanco de la nieve que cubría todo recordé los pequeños y grandes detalles que me habían traído hasta Suiza. Las charlas en la Universidad Externado sobre intercambios, a las cuales fui más de tres veces, a pesar de que en cada una repetían lo mismo, todos los papeles que necesitaba diligenciar para la residencia y la Universidad Internacional en Ginebra, los acuerdos de homologación que tuve que gestionar en la Facultad de Comunicación Social-Periodismo (dado que fui el primer estudiante en postularme para una doble titulación, proceso por el cual la facultad nunca había pasado y por lo tanto el camino no era muy claro), las charlas con mis padres, desde la primera 32
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convenciéndoles y proponiéndoles la doble titulación y sus ventajas para mi vida profesional, hasta el día que nos despedimos en el Aeropuerto Eldorado. Pensaba en la vida que había dejado atrás, salí al balcón a fumarme un Camel, ese olor a cigarrillo es el perfume casi implícito del viejo continente. La vida en el extranjero es el roce constante de nuestro relato que se debate entre los lapsos de lo que aún mantenemos y creemos propio, contra la fuerza que nos menoscaba. Pero recordemos que se puede ser un foráneo incluso en nuestra propia ciudad, porque esta condición se cumple bajo el simple pretexto
de encontrarse en un lugar cuya nación no le es propia, ¿A quién podrían pertenecerle todos los barrios de una urbe moderna como Bogotá o Ginebra? El extranjero es la simplificación de la nada universal, es el Concierto para dos violines en Re menor de Bach, es la praxis que queda al amanecer cada día y al darnos cuenta de que en la noche anterior optamos por no rendirnos. Porque vivir lejos de lo que entendemos y de lo que estamos acostumbrados no es fácil, pero es una condición que forja el carácter, y esta es quizá la enseñanza más importante de la vida lejos del hogar: entender que las reglas del barrio no aplican para la
SUIZA
humanidad, que hay culturas y realidades muy ajenas a las nuestras, pero que por azares se encuentran en ciudades cosmopolitas como Ginebra, donde el 70% de su población no comparte la misma nacionalidad. Al igual como la Kermesse, se ha ido de mi barrio, Plainpalais, yo también algún día dejaré de habitar este espacio, pero también como los restos de J.L. Borges yacen enterrados en el cementerio de esta ciudad, algo de mí permanecerá para siempre entre sus calles.
Recomendaciones: uDesde
el mismo momento en que entregue los papeles de la candidatura para el intercambio, empiece también a buscar vivienda en Ginebra. La ciudad tienen un déficit de 50.000 viviendas, por lo tanto es complicado. Suscríbase a páginas de Internet y contacte arrendatarios, de lo contrario tendrá que tomar una residencia de la universidad y suelen ser más costosas o compartidas. uRecomiendo comprar una reducción de transporte llamada la cartedemitarif que se puede conseguir en cualquier estación de tren del país. Le permite movilizarse sobre todo el territorio y cualquier medio de transporte público por la mitad del precio.
¿Qué me aportó esta experiencia profesionalmente? No es fácil discutir los conflictos del Medio Oriente en un salón donde se encuentran estudiantes palestinos, israelitas, iraquíes, jordanos, egipcios, turcos, libaneses, iraníes, rusos, kazakos, indios, pakistaníes, entre otros más, bien sea que se esté revisando el conflicto judío-palestino, la carrera armamentística nuclear de Irán o algún conflicto viejo como la Primera Guerra del Golfo. Siempre que se habla en un escenario como estos es de suma importancia opinar desde los argumentos y no desde la opinión, no se deben hacer juicios de valor, porque herir cualquier susceptibilidad es bastante fácil. Creo que esto es algo bastante demostrativo de la diferencia entre estudiar en nuestras universidades en Colombia y las del primer mundo, donde la diversidad es realmente algo que nos motiva a cuestionarnos y a entender los conflictos desde el punto de vista ajeno.
Lugares más representativos: La región de Jungfrau, Zurich, Montreux y El Zermatt, Museo Ariana – Arte en cerámica y cristal- Genève, Jungfrau, Lago Leman, Castillo Chateau de Chillon, Los acantilados del Saane. JULIO 2014 / visiones VIAJEROS
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SUIZA
Doble titulación
L
a doble titulación es una de las características más relevantes de un programa de intercambios internacionales. La Facultad de Comunicación Social – Periodismo ha avanzado en este proceso con las opciones que han tomado nuestros estudiantes en la Universidad Internacional de Ginebra, que ha acogido a dos de nuestros compañeros en el proceso de formación de su escuela y les ha otorgado el título de Bachelor of Arts
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in Media and Communication. Hoy, una tercera estudiante de la Facultad inicia este camino. De esta forma la Universidad Internacional de Ginebra reconoce los créditos obtenidos por nuestros estudiantes, que viajan a esta Universidad portando el sello de la educación humanista y liberal de la Universidad Externado de Colombia, y tras un proceso de un año de formación en el enfoque propio de su escuela acceden al título correspondiente por parte de esta Universidad. El proceso de aplicación de las candidaturas de los estudiantes que quieran optar por este camino es similar en casi todos sus aspectos al de los demás intercambios internacionales. Las diferencias notables en este proceso se observan en el cambio de la duración, que pasa de un semestre a un año de estudios y en los costos de matrícula que se deben cancelar en la Universidad Internacional de Ginebra. Uno de los aspectos a tener en cuenta en este intercambio con doble titulación tiene que ver con los costos de vida que trae aparejados la estancia en Europa por el tiempo que dura el proceso de intercambio. Las oportunidades que se pueden abrir para nuestros estudiantes aceptados en este intercambio darán frutos en el futuro, y estos nuevos caminos permitirán ampliar la presencia de la Facultad y el sello externadista en el mundo.
IDIOMA : TURCO
TURQUÍA
Aprender de lo diferente,
de eso se trató No podía imaginar que llegar allá, esa nación tan lejana me enseñaría que el mundo está en mis manos y que está en mí recorrerlo y caminarlo.
Ana González Combariza Quinto semestre
F
ueron 34 días que no pararon de dejar una huella en mi vida, desde quitarme los zapatos antes de entrar a una casa, hasta aprender que para saludar y despedirse de alguien es necesario dar un beso en cada mejilla como símbolo de amistad; arriesgarme a probar nuevos y exquisitos platos, entender que el yogurt es la bebida predilecta de los turcos, que el fútbol allá también es una pasión y que debo hacer silencio 5 veces al día por respeto a los musulmanes que rezan en las Mezquitas en dirección a la Meca. No creí encontrarme con todo lo que me
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visiones VIAJEROS / JULIO 2014
encontré en Turquía, un país tan distinto al mío, un lugar lleno de tanto patriotismo y de tanto amor por su historia. ‘La mejor experiencia cultural que haya tenido en la vida’ es quizá la frase que reúne todas las emociones y gratificaciones que siento al haber cruzado el mundo en busca de nuevas personas y costumbres, y por supuesto formas de vida que no imaginaba. Confieso que en algún momento quise arrepentirme por tomar la decisión de irme tan lejos e inmiscuirme en una cultura totalmente distinta a la mía; pero esta experiencia se convirtió en un reto, pues esa corta
Lugar de intercambio: Eskishehir. Universidad de Anadolu. Facultad de ciencias de la comunicación. Decano: Nezih Orhon. Director del área de televisión: Levent Killic. Eskishehir, es una ciudad al noroeste de Turquía y la capital de la provincia de Eskişehir. Tiene una población de aproximadamente 570.000 habitantes. La ciudad se encuentra junto al rio Porsuk, a una altitud de 790 m sobre el nivel del mar. Ubicada a 250 km al oeste de Ankara y es uno de los centros industriales más grandes de Turquía, dedicados a la producción de locomotoras, aviones de combate y productos textiles, entre otros.
pero sustanciosa visita podría abrirme mil puertas en la vida. Las ansias, los nervios y las expectativas siempre fueron protagonistas. Sin mucha demora logré crear amistades con un sentimiento de compañerismo y hermandad únicos y aunque hubo una lucha constante por derribar el muro del idioma, el cual no es nada fácil ni de entender ni de pronunciar, este se convirtió en una buena excusa para aprender y encontrar más maravillas del estilo de vida de mi ‘familia’ turca. A eso debo sumarle los conocimientos propios de mi profesión, clases en inglés con el decano de la Universidad, Nezih Orhon; entrega de trabajos, fotografías y grabaciones que dejaron ver a Turquía y en especial a Eskihehir, la ciudad donde más tiempo pasé, desde distintos puntos de vista, a diferentes horas y con gran variedad de personas alrededor. Ese era el objetivo, encontrar detalles que me sorprendieran y que ellos como turcos no logran percibir en el diario vivir. Caminé por calles desconocidas, fui testigo de paisajes asombrosos. La edad de las personas tampoco fue un problema, logré charlar con jóvenes, con niños e incluso con algunos ancianos que sorprendidos por la lejanía geográfica no podían creer algunas similitudes físicas. Sin embargo nada es comparable con la experiencia de integrarme a ellos en la situación política por la que atravesaba Turquía y que aún hoy atraviesa. Afortunadamente para mí, logré vivir en carne propia toda esta situación.
TURQUÍA
Es muy enriquecedor conocer otras personas y poder darme cuenta de que a miles de kilómetros existen personas como yo, que quieren salir adelante y conseguir sus sueños; además de darme cuenta de que allá tan lejos también es posible encontrar gente que es fácil de querer, formando lazos que seguramente se mantendrán por mucho tiempo.
¿Qué me aportó esta experiencia profesionalmente? Aparte de recuerdos inolvidables, esta experiencia lo único que me dejó fue enseñanzas tanto en el ámbito profesional como en el personal. Desde el periodismo, pude inmiscuirme más en una de mis más grandes pasiones: la fotografía. Todo en absoluto era nuevo para mí, por lo que tuve la oportunidad de capturar objetos extraños y distintos, exclusivos de este país, que quizá no volveré a ver. Adicionalmente, al vivir una época tan crucial e importante para los turcos como lo fueron las protestas en contra del gobierno del primer ministro Erdogan, me dio la oportunidad de estar en el propio lugar de la noticia, haciendo reportería y entrevistas. Esa experiencia me demostró que es posible conocer las situaciones que los aquejan, escucharlos y transmitir lo sucedido, pues a veces son episodios que quedan en el olvido, por falta de medios, de interés o por censura. Fue una de las oportunidades más emocionantes que he tenido en mi vida; gracias a esta experiencia corroboré el respeto que le tengo al periodismo. Aprender de lo diferente, de eso se trató, de eso se trata y es de donde se aprende en realidad.
Recomendaciones
uAntes de viajar a un país tan importante en
la historia como lo es Turquía es primordial informarse sobre su religión, el cambio de la moneda, y el clima. uIndependientemente
de su destino, estricta y necesariamente debe pasar por Estambul y entrar a diferentes sitios turísticos e históricos como la Iglesia de Santa Sofía, la Mezquita Azul, la Basílica Cisterna, la Torre de Galata y el Museo de Arte Moderno.
Lugares más representativos: Estambul, antigua capital del mundo y reconocida por ser la unión entre dos mundos: occidente y oriente. En esta hermosa y cosmopolita ciudad es posible ver magníficas construcciones islamistas, así como cristianas ortodoxas. Capadocia, región conocida por la presencia de ruinas cristianas ortodoxas, museos e iglesias de esta religión. Además, por la elevación de globos aerostáticos, lo que le da a la ciudad un toque exclusivo de belleza y majestuosidad. Ismir, ciudad conocida por su mercado y grandes ofertas en los productos típicos del país. Eskihehir, ciudad universitaria con gran cantidad de jóvenes que le dan un toque cultural, artístico y diverso. JULIO 2014 / visiones VIAJEROS
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TURQUÍA
Aquella ciudad de esencias, faroles y sueños Lugar de intercambio:
Karen Lemos Peñaloza
Eskishehir. Universidad de Anadolu. Facultad de ciencias de la comunicación.
Sexto semestre
Decano: Nezih Orhon. Director del área de televisión: Levent Killic.
Estar, ver con los propios ojos, tocar todo aquello que vi en fotos o me contaron en el colegio fue una de las mejores experiencias de mi vida. Turquía fue un sueño.
L
a fiesta había terminado media hora antes. Mientras tanto, tenía la vista fija en el techo de aquella habitación compartida, con ganas de hacer poco pero sin querer dormir, solo la oscuridad era mi compañía en ese momento cuando mi mente viajaba a través de recuerdos de los últimos días vividos. Tampoco podía hacer mucho ruido, en un cuarto tan pequeño, cualquiera de ellas podría despertar. Solo podía evocar dentro de mí las canciones y ritmos, de la fiesta improvisada en el pequeño bar del hostal. Qué buen rato pasamos pocos minutos antes, acompañados con el sonido de las voces de decenas de personas hablando en diferentes idiomas, una nueva lengua incomprensible pero particular y hasta agradable, pues eso daba cuenta del multiculturalismo propio de una ciudad como esta. Al final, todos queríamos divertirnos y por eso estábamos allí, sentados sobre tapetes y cojines, otros tantos en las sillas de madera antiguas adornadas con cojinería de tela árabe. Así nada más, fumando narguila, bebiendo cervezas o cocteles, tomando fotos, haciendo chistes entre compañeros y moviendo los hombros y caderas en un torpe intento por bailar esa danza sensual y envolvente. 38
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La mezcla de olor a tabaco, cigarros e incienso ya era algo habitual, fiel de todos nuestros días en Turquía. Pero esta vez tenía un toque diferente. No todos los días se está en Estambul, escuchando música en un viejo hostal de la zona histórica, bailando con personas que nunca se volverá a ver y de las que probablemente no se recuerde el nombre, riendo, disfrutando y exprimiendo cada segundo. Fue una sensación tan única y fascinante, que meses después de haber estado en esa ciudad hechizante aún cuesta creer lo que realmente viví en sus calles. La magia de la noche llegaba hasta cada rincón de esas angostas calles de Sultanahmet, todo estaba dispuesto para celebrar esa última noche allí, en la ciudad de los sueños. Días atrás, cuando finalmente llegamos a nuestro expectante destino después de un viaje en bus de seis horas, el primer momento anecdótico fue el particular recibimiento de unos
niños que deambulaban cerca al Otogar o la estación de buses. El resultado, salieron corriendo con algunas bolsas de confites que habíamos llevado para nuestro viaje, por cierto un viaje en el que brillamos por nuestro ruido y escándalo hasta el punto de hacer enojar al conductor y ganarnos un buen regaño. Después de usar todos los tipos de transporte de Estambul finalmente llegamos al Hostal El Sultán. El viaje era tan fugaz que no había tiempo para descansar, así que me vestí acorde para ir a visitar las mezquitas. La emoción de haber estado en la Iglesia de Santa Sofía será
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algo que nunca podré olvidar. Apegada a los recuerdos de mi infancia, ya la conocía por las clases que tenía de religión en primaria; de niña nunca imaginé visitar estos lugares históricos, aunque los nombres siempre los tuve en mi cabeza. Así que soñando esa situación desde antes de partir a Turquía, el momento llegó y yo estaba ahí, dentro de esas mezquitas pensando en lo feliz que se sentiría mi mamá visitando esos sitios. Viajar a Estambul cambia la vida. Los paseos a lugares como el estrecho del Bósforo, La Cisterna, el Palacio Topkapi, la Torre Gálata, el Istanbul Modern, los bazares y viejos callejones, son experiencias que enriquecen culturalmente como persona. Conocer el pasado de este país a través de estos lugares permite entender su presente, sus rasgos, sus pensamientos, su modo de vida y sus manifestaciones culturales en general. Turquía enseña a apreciar lo bello de forma diferente y a encontrarnos con nosotros mismos. Quizá faltaron muchas ciudades por visitar, muchos caminos y muchos lugares por conocer. Ciertamente, un mes fue poco tiempo para descubrir todo el encanto y la historia de este país asiático. Pero queda la satisfacción de haber disfrutado cada momento vivido y llevarse el mejor recuerdo de cada lugar y cada persona conocidas. Haber viajado a Turquía fue una experiencia que me marcó profundamente, siempre estaré muy agradecida con la Facultad por haberme dado la oportunidad de hacer el intercambio. Es una de esas experiencias que jamás se olvidan, por lo diferente, por lo enigmática. Ideal para los amantes de conocer culturas distintas, para los que se maravillan con lo exótico y los que buscan conocer cada día más. Haber conocido a Estambul fue quizá el momento más feliz de mi viaje. Como dicen los que han caído en sus encantos, solo ella guarda el atractivo de ser demasiado occidental para ser asiática y demasiado oriental para ser europea. Sin duda alguna fue una experiencia espiritual, reconfortante e inspiradora.
Recomendaciones uPara ir a Turquía se debe tener una actitud
fresca y tolerante frente a las miradas curiosas de las personas. El punto está en tomarlo como un comportamiento natural. Los rasgos latinos no pasan desapercibidos en cualquier parte de Turquía y por eso siempre seremos observados. uLlevar
unos buenos zapatos cómodos. Los días en Eskihehiry en Turquía transcurren entre pasos y pasos abrigados por su clima variable e impredecible.
¿Qué me aportó esta experiencia profesionalmente?
Lugares más representativos:
Ankara: Museo Arqueológico de Civilizaciones Anatolias, Mausoleo de Ataturk, Parque central de Ankara. Estambul: Palacio Topkapi, La Cisterna, Mezquita Azul, Mezquita de Santa Sofía, Torre Gálata, Mar Bósforo, Museo de Arte Moderno de Estambul, Gran Bazar y Bazar de las Especias, Sultanahmed (Zona antigua de Estambul), Estrecho del Bósforo, plaza Taksim. Ruinas de la antigua ciudad de Troya. Capadocia: Museo abierto de Goreme, Ciudad underground. Eskihehir: Museo de Cera de Eskihehir Dr. YulmazBuyuksersen, Parque Sazova, Parque Regulator, Barrio Odunpazari.
Turquía suena a exótico. Nunca imaginé poner mis pies sobre tierras tan lejanas, por lo menos no en este momento de mi vida. Tampoco imaginé que un viaje a Asia tendría la característica especial de ser un viaje grupal, con mis compañeros, y con fines académicos. Este intercambio se presentó como una oportunidad que, aunque inesperada, fue perfecta para mezclar en un solo momento esa sed de querer viajar muy lejos, conocer todo lo maravilloso que se esconde de mis ojos y aprender, aprender mucho más. Este viaje fue mi puerta de inicio para conocer el mundo, mucho más allá de lo que he podido percibir desde que se adquiere la consciencia de que a muchos kilómetros y días de viaje hay personas como yo, con sueños y expectativas, pero viviendo en contextos totalmente diferentes. ¿Qué puedo decir de la cultura turca? Tan diferente en muchas cosas, tan similar en tantas otras. ¡Pero imposible no sentirse apasionada! La música, la comida, las artesanías, los paisajes y esa mezcla de olor a tabaco y esencias frutales en cada esquina son inolvidables. Gracias a la experiencia en Eskihehir y demás ciudades de Turquía pude conocer, comprendí lo importante que es la cultura para la identidad de un país y aún más, el valor de conocer y aprender sobre una cultura que no es la propia. Este viaje me aportó muchos conocimientos para la vida y para mi profesión, tanto en el periodismo como en la gestión de la comunicación. JULIO 2014 / visiones VIAJEROS
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Una memoria tatuada Lugar de intercambio:
Sandra Marcela Pupo Lafaurie
Eskishehir. Universidad de Anadolu. Facultad de ciencias de la comunicación.
Sexto semestre
Decano: Nezih Orhon. Director del área de televisión: Levent Killic.
El intercambio cultural que programaron las facultades de comunicación social de las universidades Externado de Colombia y Anadolu de Turquía, me permitieron durante un mes y un poco más enamorarme de la cultura turca, que más que hacerme sentir diferente, me brindó una sonrisa amable, sintiéndome en familia.
C
uando el avión aterrizó en Colombia la noche del 30 de junio, yo solo quería regresar a Eskihehir. La aventura había acabado. No sabía si pensar en quienes me estaban esperando afuera con flores y chocolates, emocionados por nuestro regreso o pensar en todo aquello que dejé en Turquía y que en un mes de estadía me cambió la vida. Durante esos segundos, mientras caminaba a tomar mi maleta y pasar Aduana y Migración todo mi viaje regresó a mi mente. Desde mi casa caminaba durante una hora hasta la facultad de comunicación de la Universidad de Anadolu, a donde tenía que ir cada día para cumplir con las clases que el programa de intercam40
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bio cultural había sugerido. Al lado del edificio encontré un restaurante llamado Ipeckbocegi, donde me podía conectar a Internet, hablar con los dueños y comer toda la comida típica, especialmente disfrutar de los desayunos. Despertar era una alegría porque pronto podía desayunar. La comida en Turquía es cosa de dioses: huevos, quesos, papas, pepino, tomate, una canastilla de pan, mermeladas, frutas y helado eran el manjar de cada mañana. Con eso estaba lista para ir a la universidad. En el camino ya me conocían, en la peluquería, la tienda de películas, los celadores del colegio, y en la calle de los bares, las personas me gritaban “¡Sandra! ¿Do you want tea?”, ofreciéndome tomar
un típico té turco para conversar sobre la vida que se me estaba haciendo familiar en este país. Las mujeres musulmanas cubriendo su cabello, las pocas demostraciones de afecto, el sonido de las mezquitas cinco veces al día, el sonido del carro del agua que parecía de helado y las sonrisas de las personas se estaban haciendo una rutina positiva en mi vida. Esa noche en el aeropuerto de Bogotá, deseaba sujetar mis dedos con los turcos y bailar esa danza colectiva que hacíamos cuando dos de los anfitriones, Sezer y Cem, ofrecían una cena para los 13 colombianos que estábamos en su país. No era sencillo elevar los codos y bailar contando tres pasos a la derecha, lanzar una patada al aire, volver a dar tres pasos a la izquierda y lanzar otra patada hasta llegar a las tres repeticiones para agachar la cabeza y levantarla con tres palmadas que llevaban el ritmo de la música, pero sí era sencillo divertirse haciéndolo. Supe al volver a ver a mi familia que la vida se convierte en recuerdos, y esas madrugadas de conversación con mis anfitriones Mert y Rutkay se quedarían tatuadas en la memoria. Usualmente, cuando llegaban de las protestas que protagonizaron en Turquía durante el mes de junio en contra del gobierno islamista del primer ministro Recep Tayyip Erdogan, me despertaban para ir al balcón del apartamento a discutir de las diferencias culturales entre los dos países en intercambio. Por mi parte, argumentaba que Colombia era un país muy diferente a lo que comentaban los rumores interna-
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cionales, no todos somos narcotraficantes, no todas son putas, no todos consumen drogas, no todos son mulas. Y ellos intentaban dejarme claro que no todos son musulmanes, que tenían sueños de un país libre de culto e ideología, libres para opinar, libres para desarrollar su personalidad y sobre todo deseaban ser libres como jóvenes, poder divertirse sin ser juzgados y poder tener sus propias creencias. Sin embargo, más que el deseo de progresar, en ellos se notaba la pasión. Cada uno peleaba por enseñarme que su equipo de fútbol era mejor que el otro, lo que terminaba en una guerra de historia del Galatasaray Vs. Fenerbache pero me convencieron de ser hincha del azul con amarillo de Estambul que representaba el Fenerbache. Aunque nunca lo vi jugar, sí visité su ciudad y comprobé por qué la llamaron la Capital Europea de la Cultura en el 2010. Estambul es un paraíso de historia que demuestra con su arquitectura los rezagos del impero otomano que habitaba en este territorio.
En mi visita a la Mezquita Azul, tuve la oportunidad de cubrir mi cabeza y entrar al lugar sagrado a sentir la energía islámica, y observar al otro lado de un jardín el Museo de Santa Sofía, que fue antes una basílica patriarcal ortodoxa. Estambul no fue la única ciudad que me cubrió de historia. Capadoccia y Ankara me permitieron aprender el valor que le da la naturaleza a los lugares sagrados. En la capital de Turquía, la visita al Mausoleo del libertador Mustafá Kemal Atatürk demuestra cómo estar más cerca del cielo da una sensación de divinidad. El respeto hacia su legado se veía marcado cuando comenzó a sonar el himno de Turquía y cada ciudadano, mirando hacia su tumba, se detenía para agradecerle al propio Atatürk las posibilidades de vivir en un mundo moderno. Incluso yo coloqué mi mano en el pecho, y sin entender una sola palabra le agradecí por haber marcado en 1919 una nueva historia para su país, esa que yo estaba aprendiendo a través de la amabilidad de su gente, la inspiración de sus jóvenes y el amor de sus habitantes.
¿Qué me aportó esta experiencia profesionalmente? La Universidad de Anadolu nos ofreció programas de contenidos audiovisuales, entre ellos radio, fotografía análoga y digital, y televisión con equipo de alta gama que nos permitieron interactuar con cámaras antiguas y modernas. Además aprendimos a producir un libro en menos de 20 días y realizar trabajos de campo donde primó la perspectiva personal. Me permitió aprender a componer una historia de un mundo desconocido y a utilizar herramientas comunicacionales para romper barreras culturales y geográficas con la intención de dejar un mensaje periodístico.
Recomendaciones Si viajas a Turquía no olvides revisar la época del año, durante el verano es apropiado usar ropa suelta, ya que la temperatura puede alcanzar los 40°C. Si vas en plan turístico, los tenis suelen ser apropiados para las largas horas de caminata que disfrutarás mientras descubres la magia de Turquía JULIO 2014 / visiones VIAJEROS
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Cuando al otro lado del mundo no
piensan tan diferente Lugar de intercambio: Eskishehir. Universidad de Anadolu. Facultad de ciencias de la comunicación.
Daniel González Galindo Séptimo semestre
Decano: Nezih Orhon. Director del área de televisión: Levent Killic.
El avión marcó el inicio de la experiencia; el roommate inigualable, y aunque todo era nuevo en ese otro lado del mundo, todo también tenía mucho que ver con lo nuestro.
R
ealmente la experiencia empezó el 28 de mayo cuando me monté al avión. Lo digo porque en este tipo de oportunidades que brinda la vida las expectativas cuentan como anécdotas para escribir prólogos previos; pero en mi caso no pensaba en eso, realmente. Los trabajos durante ese semestre en la Universidad me tenían estresado; nos reuníamos todos los días con mi grupo de compañeros para hacer trabajos -los veía mas a ellos que a mi mamá-, y notaba que estaban mucho más animados que yo. Faltando dos semanas me preguntaban so42
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bre mis expectativas frente a este viaje -en mi caso, el primero en avión y por tanto el primero fuera del país-. Yo no respondía; realmente no había actitud ni sentimiento alguno durante esos días previos. Solo hasta cuando subí en ese avión empezaría realmente mi experiencia de intercambio, y desde ese entonces los sentimientos y expectativas llegaron para inspirar la realización de este texto. Mi gran preocupación al llegar a Ankara esa noche fue realmente con qué tipo de costumbres nos íbamos a topar; la comida muy seguramente iba a ser un problema -y efectivamente lo
fue-, la actitud de las personas, su idioma, los trabajos académicos que tendríamos que realizar. Todo esto mezclado con la alegría de haber llegado sanos y salvos pero con la incertidumbre de lo que nos esperaba en Eskihehir. Todos los estudiantes nos quedaríamos en la casa de un compañero turco de la universidad asignada. El mío se llamaba Bora Ulugün, quien resultó ser el mejor roommate de todos: nos entendimos rápido por nuestra afición al fútbol y las fiestas. Aprendí a defenderme solo en Eskihehir pues desde el primer día me enseñó los sitios importantes, me dio las llaves de su apartamento ya que, según él, cumpliría con la regla general que imponía a sus amigos: levantarse a las 3:00 pm. y acostarse a las 3:00 am. La universidad, sus profesores, sus estudiantes sin duda alguna merecen un reconocimiento especial pues siempre estuvieron atentos a nuestras dudas e inquietudes, nos colaboraron durante nuestra estadía, pero lo más importante fue que siempre trataron de hacernos sentir en casa y pasar el mejor mes de nuestras vidas. Turquía es un país que pasó de ser algo exótico, a una parte del mundo que toda persona tiene que visitar y conocer en su vida; el intercambio cultural si bien fue bastante fuerte, lo más impresionante que me pudo pasar, es que ellos tengan y compartan tantas cosas en común a pesar de vivir al otro lado del mundo.
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Los detalles de esta historia los guardaré en mi memoria y no en este texto. No contaré las situaciones que para mí pueden ser graciosas, para ustedes simplemente sean acciones sin sentido. Lo único que les digo es que es necesario pensar muchas veces sobre las decisiones en la vida para analizar sus posibles consecuencias, pero este tipo de oportunidades que ofrece la universidad nunca llegarán más de dos veces. Lo que jamás sucederá será arrepentirse apenas suban a ese avión.
Recomendaciones uEl
mayor enemigo es una bebida llamada Ayran, una especie de yogurt que muy amigablemente le ofrecerán. Por nada del mundo lo reciban. uLa comida es muy condimentada, tener cuidado con lo que se come; les gusta el hígado. uNo se preocupen por llevar una cantidad de dinero elevada. Al ser una ciudad pensada para los estudiantes, los precios en Eskihehir son realmente bajos. uSi pasan por Estambul, no busquen quedarse unos días o una semana. Es una ciudad encantadora, enorme y atractiva que merece mínimo un mes. uSi viajan en verano (junio-julio), acostúmbrense a pasar ese particular calor con un caliente té. uPara los fumadores, que por cierto en Turquía abundan, si les queda solamente un cigarrillo en sus cajas, NO se lo ofrezcan a sus amigos turcos: es una ofensa. uSi van de compras al gran bazar en Estambul, no se preocupen si tienen un bajo nivel de inglés; los vendedores tienen un variado menú de idiomas, desde el español hasta el mandarín.
¿Qué me aportó esta experiencia profesionalmente? A lo largo de los diferentes trabajos realizados en la universidad aprendí que detrás de cualquier producto periodístico es necesario analizar el contexto que hay detrás para entender las acciones o consecuencias de lo que uno como periodista está comunicando. Al estar un mes en Turquía realmente entendí que los libros, los profesores, los videos muestran una mirada superficial de las cosas; vivir realmente con la gente, hablar con ellos en otro idioma, compartir diferentes momentos de sus vidas o incluso trabajar con ellos en diferentes proyectos realizados con la Universidad Anadolu abre nuevas perspectivas y permite narrar los diferentes aspectos culturales con una apropiación que en Colombia no lo hubiera logrado. JULIO 2014 / visiones VIAJEROS
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La magia turca Lugar de intercambio:
Laura Camargo Palacios Séptimo semestre
Eskishehir. Universidad de Anadolu. Facultad de ciencias de la comunicación. Decano: Nezih Orhon. Director del área de televisión: Levent Killic.
Un recuerdo constante que se convierte en obsesión; una memoria que no se olvida; un constante querer volver.
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N
unca pensé conocer ese hermoso país, lleno de magia, felicidad, aromas y colores. Recordar sus paisajes, sus mercados, personas y comidas, me dan ganas de devolverme ya mismo y no regresar jamás. A pesar de lo imposible que es entender el turco, siempre me sentí como en mi casa, ya que me rodeaban personas que me acogieron en su vida y me ofrecieron una gran amistad. Quiero volver a recorrer cada esquina de Estambul, una ciudad hermosa, diferente, gigantesca. Quiero aprender más de la cultura, de sus costumbres. Quiero manejar su idioma. Quiero saborear cada plato y cada postre de ese país. Quiero volver a sentir el sonido de la fuente ubicada entre Hagia Sofia y la Mezquita Azul. Quiero despertarme cada mañana con el sonido de sus mezquitas. Quiero volver a ver a los hombres bailando juntos la música árabe. Quiero ir a negociar al Gran Bazar con los comerciantes que más saben idiomas en el mundo. Quiero recorrer el Bazar de las Especias y probar todos los dulces típicos y comprarme todas las especias que pueda. Quiero volver al Bósforo, pero esta vez de noche y recorrer todo Estambul a la luz de la luna. Quiero volver a Capadocia y montar en globo y en camello. Quiero volver a Turquía y reencontrarme con los buenos amigos que hice y disfrutar con ellos por mucho más tiempo.
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¿Qué me aportó esta experiencia profesionalmente?
Recomendaciones uLleve
mucho dinero al Gran Bazar y deje algo en el hotel, ya que todo lo que va a ver en ese lugar se lo va a querer comprar y puede llegar a quedarse con los bolsillos desocupados. uAntes de entrar a la casa de un turco, quítese los zapatos y déjelos fuera. uCuando lo inviten a una casa a comer, no coma horas antes, ya que le van a dar comida deliciosa hasta explotar. uCuando esté en el Gran Bazar o en las tiendas de turismo, regatee los precios, puede llegar a conseguir cosas muy baratas. uSi es mujer tenga cuidado con la coquetería del hombre turco.
Este viaje me sirvió para conocer una nueva cultura, que me gustó tanto que quiero aprender turco y conocer un poco más de sus costumbres. Aprendí de estas personas la solidaridad, pues ayudan con cualquier problema y siempre quieren tu bienestar. Ver la forma como los jóvenes luchan por sus derechos de forma pacífica me enriqueció al nivel que quisiera aplicarlo en mi país. Turquía me abrió las fronteras, las expectativas de vida y me dio ganas de conocer más allá de lo que está frente a mí.
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Turquía,
entre lo personal y lo profesional
Lugar de intercambio: Eskishehir. Universidad de Anadolu. Facultad de ciencias de la comunicación. Decano: Nezih Orhon. Director del área de televisión: Levent Killic.
Lorena Amparo Díaz Herrera Séptimo semestre
En Turquía vivimos la solidaridad y el fragor de una protesta política y ciudadana.La experiencia personal y profesional fue invaluable.
E
ra inevitable no estar nerviosos ese lunes 27 de mayo de 2013 cuando llegamos a la estación de tren de Eskihehir. No teníamos mucha idea de lo que iba a pasar allí. Solo sabíamos que en esa ciudad estudiaríamos y viviríamos por un mes conviviendo con familias turcas, pero no conocíamos sus nombres, apenas los distinguíamos por un par de fotos que habíamos visto antes de viajar. Por eso, ver ese grupo de personas esperando por nosotros al final de la estación, fue un momento indescriptible: alegría, susto, ansiedad. En ese momento en el que cada uno de ellos tomó nuestras maletas y nos llevó a su hogar, comenzó la verdadera aventura, esa que le dio sentido al intercambio cultural. Las diferencias en el idioma, la religión y las formas de pensamiento no fueron un impedimento para que nos abrieran las puertas de sus casas y nos brindaran un espacio en ella, tanto así como si fueran las nuestras. Los lazos de amistad que se tejieron entre ellas y nosotros fueron más fuertes de lo que imaginábamos. Ya entrados en confianza, el miedo y la ansiedad se quedaron atrás, ahora solo nos acompañaban las ganas de conocer, salir, fotografiar y explorar esa ciudad que tenía tanto para ofrecernos. A tan solo media semana de nuestra llegada a Eskihehir, los habitantes no solo de esta ciudad sino del país entero, 46
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se levantaron contra el gobierno cansados de las represiones, luchando contra la demolición de Taksim Gezi Park, una de las zonas verdes de Estambul y oponiéndose a la islamización de la política. Manifestaciones acompañadas de cacerolazos, cantos, protestas, paralizaron las actividades del país convirtiéndose en una causa de todos: ancianos, niños, jóvenes, se unieron al movimiento y crearon un campamento en el que habitaron por más de tres semanas, antes de que la policía los retirara brutalmente.
Era evidente que ese era un momento histórico para el país, y el hecho de estar allí, nos convertía en seres afortunados que teníamos la oportunidad de involucrarnos en la causa y contarla directamente desde allí. Sin imaginarlo, sin buscarlo, nos encontramos con una experiencia enriquecedora de la que aprendimos el valor de la unión, la importancia de escuchar a los demás y valor de informar en Colombia, a quienes desconocían lo que estaba sucediendo en Turquía. Fueron 34 días los que estuvimos en este país, estudiando, conociendo y, por supuesto, haciendo parte del movimiento que pasaría a la historia. Desde allá, el momento se vive con ansias, por qué no, con euforia. Ahora que lo vemos desde acá, con más calma, entendemos que tal vez pudimos hacer más en nuestra labor de periodistas, pero ya no es momento para lamentarse. Esta oportunidad la vi-
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vimos y la contamos con el sentimiento que nos invadía y que nos generaba el estar allá. De Eskihehir y de Turquía en general, me queda la experiencia de compartir y aprender de otras personas, la oportunidad de ponerme en sus zapatos y vivir el día a día como si fuera el mío, me queda la satisfacción de haber estado en el momento más representativo para este país, conservo los lazos familiares, más que de amigos que hicimos con nuestros anfitriones, me traigo las infinitas camina-
tas recorriendo Kapadokya y Estambul, y guardo el sonido de la música que nos acompañó en nuestro trayecto. Nosotros, el grupo de estudiantes que viajamos y que hicimos parte de esta prueba piloto de la facultad, tenemos ahora una historia más que contar, una que definitivamente marcó nuestras vidas. El turno de continuar y vivir sin temor y arriesgarse a aprender ahora es de ustedes, no le teman a lo desconocido, aprovechen y no dejen pasar las oportunidades que se les han de presentar.
Recomendaciones Es clave comprar los adaptadores para poder usar electrodomésticos, porque las tomas de corriente de Turquía son bien diferentes a las nuestras.
¿Qué me aportó esta experiencia profesionalmente?
Sin duda puedo decir que el intercambio cultural se convirtió en una de las mejores experiencias que he tenido, tanto en el ámbito académico como cultural, porque me dio la posibilidad de encontrarme con otro lado del mundo que desconocía. Llegar a vivir con personas de pensamiento diferente, de religión y costumbres tan distintas a las nuestras, me demostraron que no son un límite para relacionarse y entender a los demás. Ponerse en el lugar del otro y vivir el día a día como si fuera nuestro, me hicieron ver el mundo con otros ojos. En el ámbito profesional, puedo decir que la experiencia de estar en este país justo cuando sus habitantes se levantaban contra el gobierno, fue el momento más enriquecedor para mí como estudiante de comunicación social y periodismo, porque a pesar de las advertencias y por supuesto teniendo precaución, no solo yo, sino todos, pusimos a prueba nuestras habilidades para reportear, escuchar a la gente, involucrarnos en la escena y transmitirles esa realidad a los que estaban al otro lado del mundo y desconocían lo que verdaderamente estaba pasando en este país.
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Una experiencia para toda la vida
Lugar de intercambio: Eskishehir. Universidad de Anadolu. Facultad de ciencias de la comunicación. Decano: Nezih Orhon. Director del área de televisión: Levent Killic.
Luis Felipe Rubio Séptimo semestre
Un país enigmático que resultó excelente anfitrión y la ciudad en la que estuve, Eskihehir, mágica, mezcla de rumba y estudio. Difícil de olvidar.
C
uando nos hablan de un país como Turquía la mayoría de nosotros no sabemos ni cómo ni dónde ubicarlo en el mapa. El gran interrogante sobre si es parte del medio oriente o de Europa nos obligará a acudir a un atlas o a un mapamundi que obviamente nos mostrará dónde queda en el planeta pero no contestará nuestra duda. Lo que pasa es que Turquía realmente se encuentra entre la mitad de estos dos territorios; incluso cuando les preguntas a los mismos ciudadanos turcos si ellos son europeos o árabes te contestarán de manera diferente, dependiendo de sus inclinaciones religiosas o culturales. Nunca imaginé que después de un viaje de más de 45 horas, y de una cadena de inconvenientes que se presentaron desde mi salida de Bogotá, me encontraría con un país muy lejano que me haría sentir como en casa. Mis expectativas cambiaron desde que pisé el aeropuerto de Estambul y fueron mejorando aun más cuando llegué a mi destino final: Eskihehir. Allí, ya agotado y con mucho sueño, se presentaron ante mí dos niñas que me fue difícil reconocer gracias a mi estado. Eran Gozde Dolyman y Bilge Somnes, mis futuras compañeras de casa por un mes. Fueron ellas las que me llevaron a mi nuevo hogar donde, muy emocionadas por mi llegada e ignorando mi estado de cansancio, no quisieron desperdiciar ni un minuto y me llevaron a conocer la ciudad. 48
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Por alguna razón esta pequeña y modesta comunidad me generó una sensación de seguridad como si estuviera en casa: las calles llenas de jóvenes universitarios, restaurantes a reventar con personas tomando té o alguna bebida y hasta la gran cuadra de bares ubicada en cierta parte estratégica, me acordaban a nuestra muy alegre zona rosa. Creo que había llegado al lugar correcto, solo los siguientes días realmente lo comprobarían. No me tardó más de dos semanas para entender que me había enamorado de Turquía, de su gente, su cultura, su comida, sus precios. También de la Universidad de Anadolu que nos había ya acogido por medio de sus alumnos y profesores, quienes en su mayoría del tiempo estuvieron pendientes de nosotros a pesar de que en aquellos momentos estaban atravesando por una de las protestas nacionales más importantes en la historia recientes de este país. Ver a todos estos jóvenes encausados a apoyar
la razón de estas marchas con un amor por su país y por la democracia me enseñó que protestar no es solo caminar y gritar ‘mamertadas’, sino que va más allá, algo que a muchos colombianos nos falta por entender. Por otro lado comprobé que la amistad no tiene idioma; todas estas maravillosa personas que se comprometieron desde un inicio a ser nuestros amigos, lo lograron, y algunos de ellos ni siquiera hablaban casi inglés; simplemente por medio de sonrisas y largas caminatas nos trasmitían sus buenas intenciones. Con ellos comimos, almorzamos, salimos de fiesta y hasta nos emborrachamos. Tengo que aceptar que es muy difícil encontrar gente así en todo el mundo, pues la intención de estos jóvenes era totalmente honesta. La belleza de las hermosas ciudades representativas de lo que alguna vez fue el gran imperio otomano pondrían la fresa encima de lo que hasta el momento había sido un gran vaso de sorpresas, asombros, fascinaciones y maravillas. Lugares como Estambul, con sus increíbles mezquitas y un aire cosmopolita concedido por las diferentes culturas que allí se evidencian a lo largo del Bósforo, te harán sentir la magia que solo una cuidad compartida entre dos continentes puede
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tener. De igual manera Antalya, con sus paisajes y playas, las que creemos que solo existen en películas te hacen olvidar del Caribe americano y envidiar lo que el Mediterráneo esconde. Turquía es un país con una inmensa diversidad que nunca imaginé en el momento en que nació la iniciativa de ir a visitarle. En mi opinión, la única forma de entender todo lo que aquí escribo es viviéndolo; la oportunidad que la Universidad de Anadolu nos regaló, ha sido más que una experiencia: un regalo para toda la vida.
Recomendaciones
uEs bueno preparar la barriguita pues la co-
mida turca -además de ser deliciosa- viene muy bien condimentada por especias que tal vez nunca hayas probado antes. uComo buenos colombianos somos bulliciosos, aspecto que no es de mucho agrado en el transporte público turco. A ellos les gusta ir en calma y sin mucho ruido. Evítate un regaño o ser mirado de mala manera. u¡Prepárate! porque puede que cuando quieras ir al baño, encuentres uno muy particular: la letrina. uTomar té es parte de la cultura de los turcos, pero no te preocupes, casi siempre es gratis, es mejor que te lo tomes una vez que te lo sirvan, normalmente no te preguntarán. uTen cuidado con el Airan; es muy común como bebida para comidas, pero antes de pedirlo es mejor que alguien te lo dé a probar.
¿Qué me aportó esta experiencia profesionalmente?
Como periodista tuve la oportunidad de hacer un verdadero trabajo fotográfico y cultural dirigido por un doctor en fotografía, quien nos publicó nuestro trabajo en un libro llamado Viva Eskihehir. De la misma manera, la clases de producción audiovisual dictada por el mismo decano de la facultad de ciencias de la comunicación, Nezih Orhon, fueron un gran aporte para el desarrollo de nuevas técnicas de producción y grabación. Lo anterior, sumado a una experiencia cultural inigualable, hizo de mi viaje a Turquía algo inolvidable. JULIO 2014 / visiones VIAJEROS
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La felicidad que avivó mi alma
Lugar de intercambio: Eskishehir. Universidad de Anadolu. Facultad de ciencias de la comunicación. Decano: Nezih Orhon. Director del área de televisión: Levent Killic.
Laura Estefanía Delgadillo Acosta Octavo semestre
Turquía marcó el camino de mi vida para llenarla de recuerdos que nunca se borrarán. Allí encontré la felicidad que avivó mi alma.
N
unca imaginé que atravesar el Océano Atlántico en avión fuera tan desgastante. Once horas y diez minutos estuve sentada en medio de un extraño y unas de mis compañeras de viaje; fue raro porque no sabía qué pasaba en los vuelos internacionales; era mi primera vez fuera del país. Allí sentada, miraba para todos lados, grababa en mi mente cada rincón del avión, cada rostro desconocido y para no aburrirme inicié una conversación con el hombre que estaba sentado a mi derecha. Era músico, de tez blanca, alto y cabello rubio; iba a Alemania para unas audiciones como pianista. Su acento era
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algo extraño, tanto así que llegué a pensar que era argentino, luego español y finalmente alemán, pero para mi sorpresa su ciudad natal era Cali. Hablamos varias horas, no sé cuánto porque no tenía noción del tiempo pues siempre parecía de noche porque el avión permaneció con las ventanas cerradas. Solo supe que era de día cuando las azafatas se acercaron a darnos el desayuno. El avión aterrizó en Alemania, un país que me recibió una mañana lluviosa y fría. Esperé casi seis horas para abordar el vuelo hacia Ankara, la capital del país que me llenó de vida: Turquía. Aunque llegué a la madrugada, me dio la bienvenida con un clima cálido, sonrisas y amabili-
dad, tres aspectos que me acompañaron todo el viaje gracias a Duygu Durmaz, mi roommate: quien hizo que éste fuera un viaje inolvidable. Al inicio la timidez nos acompañó, pero luego de dos días nos sentíamos en confianza, nada nos daba pena y nos hicimos tan amigas que un día me invitó a Marmaris, su ciudad natal. Allí conocí gran parte de la familia, nadé en el mar Mediterráneo, que por cierto, es de un azul que en ningún mar colombiano podría ser visto y hasta le gusté a uno de los chefs del hotel donde Seda, la prima de Duygu, trabajaba y en el que nos hospedamos. Me invitó a salir varias veces pero nunca pude porque siempre tenía planes con mi amiga turca. Marmaris no fue el único lugar que conocí. Estuve en Estambul, la megalópolis turca, una ciudad que hipnotiza a sus visitantes con las imponentes mezquitas que acompañan la plaza central; allí mismo visité la plaza Taksim, lugar de encuentro revolucionario y centro de las protestas que en ese momento acompañaron todo mi viaje de un mes. Capadocia, una ciudad totalmente diferente a las comunes, sin edificios ni trancones, más bien rústica, llena de cavernas, rodeada por desierto, mucho calor y los mejores espectáculos naturales pues mientras iba en carretera con dirección a mi hospedaje veía la luna a la derecha y el atardecer a la izquierda, algo que nunca antes había visto. Aprender de una cultura diferente a la colombiana, tanto en costumbres como en comidas, estar en el momento más histórico del país luego de su proclamación como República fue de las mejores experiencias que hasta ahora he podido vivir. Este viaje recargó mi vida de muy buena energía.
TURQUÍA
Recomendaciones
uPara ir a Turquía es necesario tener un es-
tómago fuerte que aguante todas las especias de la cocina turca. uEl verano turco es más fuerte que la temperatura en Barranquilla; es mejor empacar ropa fresca. uIr a Turquía sin probar el Raki, es como ir a Medellín y no tomar ron antioqueño.
¿Qué me aportó esta experiencia profesionalmente? Durante mi carrera de Comunicación Social – Periodismo siempre dije que hacer reportería era muy desgastante y que por eso no me llamaba la atención. Después de este viaje me di cuenta de que es mejor no decir “de esta agua no beberé” porque más temprano que tarde la vida pondrá el agua en un vaso y la terminarás bebiendo. Llegué a Turquía y me encontré con el momento más histórico del país: las protestas. La curiosidad del periodista me alcanzó y sentí la necesidad de participar en este acontecimiento porque sabía que sería un momento inolvidable, pues estaba en medio de una cultura caracterizada por la unión de todas las generaciones en búsqueda de un solo propósito: derrocar a Tayyip Erdogan, presidente del país. Mis cámaras me acompañaron a todos los rincones de la Plaza Taksim y el Gezi Park cuando estaba en Estambul, grabé los campamentos, capturé con el lente de mi alma momentos imborrables e hice muchos reportajes para la universidad con apoyo de mis compañeros de viaje. Terminé bebiendo del agua que dije que nunca bebería. JULIO 2014 / visiones VIAJEROS
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Corazón turco el que me ha quedado
Lugar de intercambio:
Eskishehir. Universidad de Anadolu. Facultad de ciencias de la comunicación. Decano: Nezih Orhon. Director del área de televisión: Levent Killic.
Laura Fernández Pinto Sexto semestre
Que la vida me permita volver a recorrer las calles de ese exótico país, Turquía, y que de nuevo, como si fuera la primera vez que viajo a otro continente, mis ojos y mi mente se abran a un mundo que no es mundo hasta que lo recorres, rompes los estereotipos y lo descubres por ti mismo…
S
í, la primera vez que salía del país. Viajaba a otro continente, ansiosa y con grandes expectativas de lo que allí en Turquía, en esa tierra transcontinental, pudiera encontrarme: una cultura totalmente ajena a la nuestra, un pueblo marcado por su religión y una comida extraña, un reto académico y un centenar de cosas del país que terminaron por expandir mi visión de lo que realmente es el mundo, pues eso que creía desde pequeña era inevitablemente cierto: el mundo no es mundo hasta que lo recorres. Hoy, puedo decir con certeza que Turquía es la mejor experiencia de mi vida, así, en presente, porque aún no 52
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ha terminado. Había pisado tierra turca después de casi 18 horas de viaje y, sin saberlo, todos los sabores, colores, olores del país iban quedando impregnados en mi memoria, almacenando todos los recuerdos en lo que más tarde llamaría memorias turcas. Me encontré, por un golpe de suerte, con uno de los momentos más importantes en la historia de ese país: las protestas. ¿Quién hubiera podido imaginarlo? Doce estudiantes y una profesora del área de comunicación social y periodismo de la Universidad Externado de Colombia viajaban a Turquía gracias a un intercambio cultural que acordaron con la Universidad de Anadolu; y la vida, así
de repente, les cambiaba gracias a que pudieron presenciar las manifestaciones turcas desde el lugar de la noticia. Turquía no hubiera sido lo mismo sin las protestas. Ese sentimiento que experimenté de unión verdadera, solidaridad, fuerza, y que al mismo tiempo me transmitían las personas cuando se reunían a cantar por lo que querían para su país no lo hubiera podido experimentar en cualquier otra parte del mundo, así, tan intensamente. Un enorme pedazo de mi corazón está allá, en Turquía; con toda la familia que dejé, con mis buenos amigos que nos guiaron a mí y a mis compañeros colombianos en este exótico viaje. Extraño como nunca las calles de Eskihehir, esa acogedora ciudad que nos abrió las puertas; la gente y su calor humano; los increíbles paisajes y, cómo no nombrarlo, la deliciosa comida que nunca superaré. De nuevo mil gracias a todos los que hicieron posible que este sueño se hiciera realidad, especialmente a mis padres. Todas y cada una de las personas con las que compartí durante ese mes y una semana en Eskihehir aportaron a mi experiencia personal y sin ellos y ellas este maravilloso intercambio no hubiera sido lo mismo. Mil gracias Turquía, espero volver ya con un poco más de experiencias vividas para seguir descubriéndote.
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Recomendaciones uSi viaja a Turquía, por favor no olvide cono-
cer Capadocia, una de las ciudades más fascinantes del mundo; la historia tras las cavernas de esa ciudad es increíble. ¡Ah!, y si puede, monte en globo. uPruebe un plato diferente cada día, la comida turca es simplemente exquisita y la variedad de platos por probar es inagotable. ¡Disfrute!
¿Qué me aportó esta experiencia profesionalmente?
Podría hacer una lista con todas las enseñanzas que me quedan de ese bello país, y si de cambiar mi vida se trata, las manifestaciones turcas me mostraron como nunca antes el verdadero valor de la unión de un pueblo. Como profesional, puedo afirmar que sabré cómo enfrentarme a una situación que requiera reportería de tal magnitud como las protestas turcas en el futuro y tengo todo un álbum fotográfico imaginario por completar con las mejores imágenes que espero recolectar de cada lugar que visite en el mundo.
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TURQUÍA
La felicidad a 11.350 km. Lugar de intercambio: Eskishehir. Universidad de Anadolu. Facultad de ciencias de la comunicación.
Nicolás Valentino Umaña Roa Séptimo semestre
Decano: Nezih Orhon. Director del área de televisión: Levent Killic.
Frente a una tanqueta de la policía, por las calles de ciudades turcas, fui testigo de la sublevación de un pueblo. Fue increíble. En Eskihehir volví a nacer.
C
uando pienso en Turquía vienen a mi cabeza y corazón gente amable, amistades eternas y el sabor de los días soleados que duraban hasta las nueve de la noche. No fue fácil llegar. Viajar hasta el otro lado del mundo con un sinfín de incertidumbres y preguntas esperando ser respondidas, hizo que las horas en los dos aviones, Frankfurt y Ankara, fueran de completa expectativa y ansiedad. Finalmente, después de 17 horas de viaje, llegué a Eskihehir, sin imaginar que un mes después sentiría esa pequeña ciudad tan propia, que me dolería dejarla. En los primeros días la incertidumbre y expectativa fueron remplazadas por un proceso de adecuación que, en mi caso, fue casi inmediato. La luz del sol turco es-
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taba en el firmamento aproximadamente 14 horas al día, tiempo que aprovechaba al máximo entre restaurantes, tiendas y preguntas inocentes. En la primera semana en Eskihehir, volví a nacer. La segunda semana fue la mejor. Estaba totalmente instalado, podía salir a la calle solo y, lo mejor, el fin de la aventura se veía aún lejano. Fue en este escenario perfecto en donde pasó lo increíble: los primeros 13 estudiantes colombianos en hacer un intercambio en territorio turco, fueron testigos de cómo un país lleno de orgullo y corazón, decidió que era tiempo de parar con las injusticias del gobierno. Las calles se llenaron de cacerolas, carpas y turcos y extranjeros de todas las edades. Los cánticos en un idioma incomprensible para los colombianos, lograron llegarles al corazón, era el idioma
de la revolución, del descontento y del clamor por la libertad. En una noche cálida, me encontré frente a una tanqueta de la policía, apoyando una causa que aún no terminaba de comprender pero que hacia hervir mi sangre. El apoyo a la causa turca se alternó en los días siguientes con la tarea de seguir descubriendo el país. Estambul fue el destino que acabó de marcar mi paso por Turquía. La grandeza del ser humano hecha ciudad, miles y miles de años de historia ante nuestros ojos, la postal de la Mezquita Azul ante nuestros ojos, nos hace recordar lo pequeños que somos y lo sublime que puede llegar a ser la obra del ser humano. El canal del Bósforo me eriza la piel, estoy en Estambul, la única ciudad en todo el mundo que está entre dos continentes, Asia y Europa, la conexión milenaria entre el mundo oriental y el occidental, ¿cuántas cosas habrán pasado por esta agua que hoy está bajo mis pies? ¡Qué afortunado soy! A veces sueño con los días en Eskihehir, y despierto en mi cama añorando las protestas, pienso en la Haya Sophia, recuerdo las imágenes de Ataturk y quiero estar en el Canal del Bósforo; finalmente, tengo que calmar mis deseos, levantarme de la cama, y seguir con mi vida real. Hablo de vida real, porque en realidad lo que viví en Turquía, fue un sueño, uno largo y a la vez tan corto que duró 30 días. Una fantasía tan real que nos dejó a mí y a mis compañeros marcas en el alma y amistades, que a pesar de la distancia y el tiempo, van a quedar intactas para siempre.
TURQUÍA
¿Qué me aportó esta experiencia profesionalmente?
Recomendaciones
uPara
el verano (de junio a septiembre) llevar ropa holgada, ya que la temperatura puede rondar los 40º C.
uLlevar
zapatos cómodos para caminar y conocer lo más importante.
uLos taxis son costosos, procure no usarlos.
Llevar implementos de aseo, como talcos para los pies; allí no se consiguen.
Estar en Turquía me hizo cambiar la visión que tenía del mundo. El hecho de conocer una cultura tan diferente, como lo es la islámica, me hizo entender que hay gente en el planeta que vive diferente y esto es clave para la profesión teniendo en cuenta que nuestro contacto con las personas es la materia prima para ejercer. Por otro lado, las manifestaciones fueron una oportunidad única para poner en práctica todas las destrezas periodísticas que habíamos aprendido en nuestros semestres universitarios. Entrevistas, foto-reportajes y análisis de la situación fueron solo algunas de las facultades que se pusieron en práctica en territorio turco, en donde muchos de nosotros descubrimos destrezas periodísticas que no sabíamos que teníamos. JULIO 2014 / visiones VIAJEROS
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TURQUÍA
Un país lleno de sorpresas Lugar de intercambio: Eskishehir. Universidad de Anadolu. Facultad de ciencias de la comunicación.
Lorena González Barrera Séptimo semestre
Decano: Nezih Orhon. Director del área de televisión: Levent Killic.
Un miedo que se convierte en asombro. La paz y la tranquilidad que se vive en Eskihehir no se encuentran en ninguna otra parte.
M
e sonaba exótico, lejísimo y misterioso, y no estaba equivocada, pues lo que ofrece Turquía es magia; es un espectáculo único. Para una persona que sale por primera vez del país esta experiencia significaba todo, desde la compra de los pasajes, la espera en Eldorado, las horas largas en el avión, las caminatas en una sola sesión del aeropuerto de Frankfurt, la llegada a Ankara, a Eskihehir. Todo, todo era digno de sorpresa. Al llegar al destino final sentí miedo y pensé “ya no hay vuelta atrás”. Ahí estaba yo, viendo de lejos a unas personas que me sonreían y movían sus manos en símbolo de bienvenida, y no tenía ni idea con quién pasaría los siguientes 30 días. Pero en Turquía no hay riesgos, la amabilidad está en los poros de su gente, y 56
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es que en ningún hotel me habían atendido tan bien ni con tanta hospitalidad. Me sentía rara, cómo no estarlo, pero jamás sentí ganas de marcharme. La clave de ello fue que en cuestión de segundos, sin conocernos muy bien, ya nos sentíamos parte de una familia. También sentía a Eskihehir como mi ciudad. Al segundo día ya caminaba con seguridad por sus calles, y eso me encantaba. Todo lo que comíamos lo rebajábamos caminando a casa de amigos, al centro comercial Spark, a la universidad. Y pensaba en Bogotá, en su caótico transporte, y no sentía ganas de regresar. Solo pensaba en disfrutar cada segundo de ese sueño, pues veía cosas que jamás pasan en Colombia. Tuvimos la fortuna de presenciar un momento histórico: las protestas reflejaban una lucha sincera, sin importar el clima ni la violen-
cia desatada contra quienes salieron a las calles. Y me atrevo a decir que cada vez que acompañábamos a nuestros amigos turcos, protestábamos por ellos, y en el fondo también por nuestro país. El primer viaje me llevó a Estambul, la ciudad más hermosa que jamás han visto mis ojos; era como un cuento de hadas, me sentía más pequeña de lo que soy, pues estaba frente a tanta historia; me sentía estremecida con sus calles empedradas, el hostal con vista al Bósforo, la Mezquita Azul, la Haya Sofía, el Gran Bazar… todo me dejaba con la boca abierta y el corazón saltando de alegría. Allí también tuve el mejor cumpleaños, pues el que todo un hostal, lleno de gente de todo el mundo, te cante el Happy Birthday es algo que eriza la piel. El segundo viaje fue a Antalya, con sus playas de aguas cristalinas y el sol radiante hasta las 9 de la noche. La nostalgia siempre llega cuando pienso en Turquía. A menudo me pregunto ¿en este momento qué pasará en Eskihehir? Y quisiera tener la máquina del tiempo para revivir esos días de tranquilidad, poder pasear al lado del río Porsuk y, sobre todo, recibir sonrisas de gente totalmente diferente a mí.
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Recomendaciones
¿Qué me aportó esta experiencia profesionalmente?
uSi
Para los amantes de la fotografía, la Universidad de Anadolu ofrece conocimientos profundos, una mezcla ideal entre teoría y práctica, pues se aprende todo el tiempo. Mientras tomamos fotos vamos conociendo la ciudad, la cultura, su gente. Además, hay un acompañamiento por parte del profesor Kilic, quien analiza cada foto, identifica tus fortalezas y debilidades, y de nuevo vuelves a intentarlo. Así, en la práctica, con bue-
decide tomar el licor típico de Turquía, Raki, hágalo muy lentamente si no quiere quedar borracho pronto.
uEn
Estambul hay que ser muy vivo, negocie, pida rebaja, y saldrá muy contento con todo lo que podrá comprar.
uTenga
cuidado con la comida que pida: en vez de carne le pueden estar dando hígado, y sobre todo cuidado con la bebida preferida de los turcos, el Ayran.
nos consejos, profundizamos la mirada como fotógrafos, tanto así que muchos aprovechamos las protestas para hacer foto-reportajes.
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La importancia de un rostro
Lugar de intercambio: Eskishehir. Universidad de Anadolu. Facultad de ciencias de la comunicación. Decano: Nezih Orhon. Director del área de televisión: Levent Killic.
Marta Susana Buitrago Betancourt Sexto semestre
¿Qué tal ha sido la experiencia hasta ahora? ¿Cómo te ha parecido el viaje? Me preguntó Canberk, mi housemate: pequeño, barbado, de grandes ojos verdes y perfecto inglés. La verdad, cuando pensé en venir a este país, lo primero que se me vino a la cabeza fue: desierto, camellos y burcas.
L
a expectativa durante meses, dos días de viaje, la diferencia horaria y la emoción de llegar al otro lado del mundo, tan lejos de mi casa, jamás se pareció a lo que viví un mes en Turquía. La mayoría del tiempo estuve en Eskihehir, una ciudad universitaria con un toque más europeo que en medio del desierto de Alí Babá; me recordó Venecia por el canal y las góndolas en el centro de la ciudad. Llegamos empezando verano y los 40°C de temperatura nos enloquecían a los 13 colombianos residentes en Bogotá. Me sorprendió ver un país moderno, organizado, bello en cada cuadra donde hay una mezquita, con excelentes sistemas de transporte y de una inmensa riqueza cultural e histórica. 58
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Con los días nos fuimos tomando más confianza, afloró nuestro instinto de supervivencia, aprendimos algunas palabras básicas en turco y aunque ese idioma jamás fue mi fuerte, con ayuda de señas y gestos supimos comunicarnos para por lo menos ordenar comida. Adaptarme no fue tan fácil, no solo por las costumbres alimenticias turcas, la religión o el clima, sino porque a pesar de tener rasgos físicos árabes o turcos, según ellos mismos decían, todo ese tiempo me hicieron sentir como una extraña. Las mujeres en la calle me miraban mal, me empujaban y susurraban no sé qué porque jamás me habían insultado en turco, pero no parecía bueno. Al principio me sentía mal, me cohibía y trataba de camuflarme con ropa ‘normal’-unos
jeans, camisa manga larga y tenis- pero ni así dejaron de clavarme los ojos negros. Después de varios días, varios golpes y una que otra mala palabra decidí desinhibirme, disfrutar como turista y mirarlas de la misma manera con mis grandes ojos turcos. Nunca vi al jeque que me imaginé ni mucho menos a su harem de mujeres comiendo arroz Roa; lo que sí vi fue la situación de sujeción de la mujer, sometida por sus creencias, la sociedad y su religión. Intenté tener una mente bien abierta pero jamás podré aceptar a lo que ellas deben estar dispuestas. En este caso, si fuera realmente turca, no sería musulmana. Eso sí, es cierto que existen grandes diferencias, pero el haber estado allá en un momento histórico crucial para ellos, como fueron las protestas en contra del gobierno de Recep Erdohan me hizo sentir identificada al verlos luchar y enfrentarse por lograr sus objetivos: un país libre, justo, sin imposición de pensamientos donde en vez de prohibiciones haya oportunidades. Porque no es la primavera árabe: es el derecho universal. No todos tienen televisor en su casa pero no se puede desconocer que quien no tiene el último equipo de sonido, sí tiene la oportunidad de estudiar. El estado, ya sea de derecha o izquierda está comprometido con la educación. Chiítas o sunitas son conscientes de la importancia de invertir y subsidiar la educación para sembrar el desarrollo social del país. En Turquía todos pueden acceder a prepararse con excelente calidad y en buenas instalaciones. Viajé mucho. Cada vez me sentía más lejos de mi casa pero entre más kilómetros recorría, aparecía algo nuevo y desconocido, y eso me hacía muy feliz. Casi dos semanas después de haber llegado adelanté trabajos de la universidad y viajé a Marmaris, otro mundo, dentro
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de lo que yo consideraba otro mundo. A doce horas en bus, al sur del país, esta ciudad era un paraíso, el destino turístico de europeos y asiáticos en época de verano. Allí era una turista más, desinhibida, sin límites para comunicarme y lejos de la presión islámica que vivía en Eskihehir; me sentía más en Colombia que en Turquía. No había burcas, las parejas se tomaban de la mano sin temor de Alá y el kebab no era mi única opción a la hora de comer. Me dijeron que iba a estar cerca al mar Mediterráneo pero no lo creí hasta que metí los pies en su agua helada; me los lastimé con sus piedras filudas y vi lo imponente que era desde el cielo cuando hice parapente. Debo confesar que en cualquier otro momento de mi vida jamás hubiera hecho algo tan arriesgado como eso; pero tenía que hacerlo, de lo contrario debería esperar a la próxima vez que fuera a Turquía. Cuando regresé a Colombia hablé con Canberk, le dije que con el viaje a Turquía descubrí mucho más de lo que me imaginé: una experiencia inolvidable. Reafirmé que a pesar de las diferencias crecí tanto personal como profesionalmente conociendo un lugar muy diferente pero al mismo tiempo tan parecido al sitio donde crecí, donde no era lo que creía fuera Europa y mucho menos lo que me imaginaba de Asia, fue un lugar único, como Colombia. En mi mente quedaron los famosos atardeceres de Medio Oriente, las personas que conocí y los cánticos de las mezquitas desde las 4 am, cada hora. Tuve mucho más de lo que esperaba, vi las burcas y las expresiones islámicas por donde quiera que mirara, sobre todo en Estambul, el desierto en Capadocia, y finalmente vi los camellos pero no pude montarlos, lo que quiere decir que debo volver…
Recomendaciones uPara estar menos de tres meses en Turquía
no es necesario solicitar visa. uEl clima en las diferentes estaciones es ex-
tremo: en verano la temperatura supera los 40°C y en invierno es muy baja y hay tormentas de nieve. uLo
que para el mundo occidental significa no (haciendo negación con la cabeza, el dedo de un lado al otro), allá es sí y viceversa.
uDependiendo
de la ciudad donde se encuentre, debe vestirse y comportarse muy conservador y respetuoso con las costumbres y la religión.
¿Qué me aportó esta experiencia profesionalmente?
Además de ampliar mi visión del mundo, el intercambio cultural y el contacto con otra religión, en esta experiencia apliqué y amplié mis conocimientos en comunicación social y periodismo. En las diferentes actividades propuestas por la Universidad de Anadolu aprendí y ratifiqué lo que sabía y había aprendido de mis profesores en Colombia pero además me adapté a nuevos conceptos, puesto que a pesar de ser una sola ciencia, ellos veían y entendían las ideas y teorías de un modo diferente. Por ejemplo, allá el concepto de composición de una foto es muy diferente al occidental y al que había concebido hasta el momento en la universidad. En Turquía debe haber un equilibrio entre todos los elementos, este se debe dar en forma circular para que dé armonía a la foto. Además, para ellos cada persona que aparece en una fotografía cuenta una historia y por ende le aporta más que un elemento. La experiencia me formó profesional y personalmente; seré una comunicadora social integral con conocimientos más amplios y conceptos más concretos formados bajo un concepto universal.
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14 externadistas en Turquía
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ecuerdo que pocos días antes de que estallaran las marchas y protestas estudiantiles en Turquía en junio de 2013, el decano y profesor de la facultad de Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Anadolu, NezihOrhon, me preguntó en un almuerzo frente a una mesa abarrotada de aceitunas, tomates, pepinos y quesos, cuál era mi impresión del país. Yo más bien tímida respondí que era muy poco tiempo para darme una idea de una nación tan compleja y con tanta historia como Turquía. Luego, más bien forzada por las circunstancias y también por la cortesía de la pregunta dije algo que aún hoy, habiendo pasado un año de la visita y vivido con los turcos la crisis más violenta de las últimas décadas, sigo pensando. Le dije que veía dos Turquías coexistiendo en un solo territorio. Por un lado, un país que interrumpía sus labores para orar las ocho veces diarias que exige la fe musulmana cada 60
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vez que los imanes cantan desde los minaretes. Y otro país, que intuía más joven y que intentaba proseguir su vida a un ritmo más laico y tal vez más occidental. Esa era la atmósfera que me sugería la ciudad de Eskisehir, a donde llegamos catorce colombianos de la Facultad de Comunicación de la Universidad Externado. Es una ciudad universitaria de miles de estudiantes nacionales y cientos internacionales atraídos por la reputación académica de la escuela de comunicación y de cine. Esto hace que su ambiente sea diverso y muy liberal. La experiencia, que trataba de ofrecer un intercambio cultural y académico entre jóvenes estudiantes de ambas facultades, resultó ser una alucinante vuelta de tuerca en la vida de ambos grupos y en especial de todos los colombianos que viajamos, muchos de los cuales salían por primera vez del país. Los momentos más significativos no se dieron en los salones de clases del campus sino más bien en las calles y en
los parques de todas las ciudades que visitamos durante cuatro semanas de intercambio. Aun con las complicaciones políticas y sociales que presenciamos, durante este tiempo el encuentro entre dos mundos tan alejados fue suficiente para formar una bella comunidad académica y familiar que hoy todavía convoca a los estudiantes alrededor de proyectos de periodismo y comunicación y que se ha convertido en un espacio vital de interacción internacional. De toda la aventura queda un hermoso libro cuyo testimonio fotográfico y de reportería gráfica muestra las impresiones de los estudiantes colombianos sobre un país tan interesante como semejante a Colombia. No quisiera entrar en los detalles del momento que vivimos pero una de las cosas claras que quedó de esta visita fue la impresionante capacidad y actuar político de los jóvenes turcos. Las marchas se originaron en principio por la resistencia pacífica de activistas ecologistas que se oponían a la construcción de un centro comercial en Estambul, pero luego la inconformidad se generalizó no solo por los desafueros policiales con el movimiento de manifestantes sino por las medidas represivas del primer ministro Recep Tayyip Erdogan tomadas recientemente y que buscan controlar aspectos de la vida privada de los turcos: poder consumir alcohol, poder demostrar afecto en público, en suma poder expresarse libremente como en cualquier sociedad democrática. En tan solo treinta días vimos pasar treinta años de historia. Sé que los estudiantes colombianos, algunos de ellos ya comunicadores profesionales, recordarán este viaje de manera especial. Les abrió los ojos al mundo, no solo por las nuevas posibilidades sobre su capacidad profesional sino por la experiencia humana que quedó en su memoria. No se comparte por tan largo tiempo en un hogar que abre sus puertas sin condición alguna. Por ello, los lazos que quedan son fuertes y sobrepasan los académicos. Tengo la esperanza de que las próximas líneas serán compartidas y relatarán los eventos que los estudiantes turcos tengan en Colombia y en las aulas y jardines de la Universidad Externado. Silvia Montaña
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Hamit Yalçın, fotógrafo turco
Los colores de Anatolia
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omo resultado de las buenas relaciones con la Embajada de Turquía en Colombia, la Facultad de Comunicación Social – Periodismo y la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Externado de Colombia, invitaron al reconocido fotógrafo turco Hamit Yalçın, a dictar una conferencia titulada Los colores de Anatolia en el marco de su exposición fotográfica. Las fotografías que componen la obra expuesta en la Universidad Externado en 2013 revelan la majestuosidad de los paisajes de la península de Anatolia, también llamada Asia Menor. Las impactantes zonas montañosas, las caídas de agua, y los paisajes verdes se destacan en cada impresión por su manejo impecable de sombras, rayos de luz y contraste de colores. El artista fotográfico Hamit Yalçın nació en Elazıg, Turquía. Su carrera como fotógrafo comenzó cuando tenía 13 años y vivía en Ankara. Trabajó como periodista y fotorreportero entre los años 1976 y 1980. Inauguró su primera exhibición de fotografía en 1982. Participó en innumerables exhibiciones colectivas y personales. Sus obras han sido utilizadas en anuncios publicitarios turcos por parte del Ministerio de Turismo de Turquía. Ha sido ganador de importantes premios y menciones, como el premio “Fotógrafo Especial” del Ministerio de Cultura y Turismo de Turquía. Ha sido director de documentales y largometrajesde publicidad para la televisión turca. Uno de sus trabajos más representativos ha sido un testimonio fotográfico de la cultura e historia de Ankara que quiere exhibir a las próximas generaciones. 62
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Hacer un intercambio internacional no solo es una oportunidad de ampliar los planes de estudio, es una opción de vida que expande el centro principal de los planes de estudio de la formación humanista y liberal. Su mayor logro es que los estudiantes que participan de esta enriquecedora experiencia se asuman dentro de la vieja noción de ser ciudadanos del mundo. Esta revista Visiones que hoy ofrece la Facultad de Comunicación Social – Periodismo es una ventana a todas estas experiencias de intercambio académico y de vida.