Visiones 07

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VIGÍA

Estrenando sin comprar con Ecochic FLORILEGIO

Revolución y pluma DEBATES

Teatro, la voz del pueblo

María Teresa Hincapié

El performance

del alma ABRIL - SEPTIEMBRE / 2011


EDITORIAL

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No. 07 / ABRIL - SEPTIEMBRE 2011

CONSEJO EDITORIAL: Luz Amalia Camacho Rosabel Sánchez Victoria González Edith Diana Ramírez Lisbeth Fog Sergio Silva Orlando Valencia Directora: Victoria González Editora: Lisbeth Fog Diagramador: Orlando Valencia Ilustradores: Víctor Barrera Orlando Valencia Asistente de edición: Sergio Silva Docentes colaboradores: Adriana Rodríguez, Alejandro Pino, Alfredo Saab, Lisbeth Fog, Margarita Mejía, Miguel Ángel Manrique, Orlando Valencia, Víctor Barrera Impresión: Departamento de Publicaciones Universidad Externado de Colombia. Bogotá, Colombia, 2011. Correo electrónico: visiones@uexternado.edu.co Visiones es una publicación de la Facultad de Comunicación SocialPeriodismo de la Universidad Externado de Colombia, sin fines de lucro, la cual tiene por objetivo divulgar la producción académica de los estudiantes. Las opiniones expresadas por los autores no corresponden necesariamente a las de la Universidad. ISSN: 2027-0178

ste nuevo número de la Revista Visiones reitera el compromiso de nuestros estudiantes de la Facultad de Comunicación social-periodismo de la Universidad Externado de Colombia con la escritura y las buenas historias. La variedad de temas, el abordaje de los mismos y la elección que hacen de cada una de las palabras que conforman sus escritos, nos hacen creer cada vez más en esta generación de jóvenes comunicadores. Destaca en este número el perfil sobre María Teresa Hincapié, cuyas facetas como profesional, madre y amiga, descritas por Fernanda Morales, nos acercan sensiblemente a la esencia de esta artista plástica. De igual manera encontramos un llamativo texto acerca de la corriente musical llamada Funk; dos miradas al tradicional grupo teatral La Candelaria, teniendo en cuenta sus obras y la vida de su director; una original crónica acerca de la venta de ropa usada en un populoso sector de Bogotá y la técnica del Feng Shui como una especie de moda heredada de la Nueva era. Como es habitual, tenemos los mejores trabajos realizados por nuestros estudiantes en el área de diseño. Esperamos que disfruten plenamente de este número 7 cuya publicación muestra el esfuerzo de un gran equipo de trabajo. Victoria González

CONTENIDO VIGÍA Estrenando sin comprar con EcoChic.

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“Nos vemos las carátulas”. Música, diseño y cultura en un mismo plano

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Botero y El niño de Vallecas

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El Feng Shui: de los emperadores a la gente del común

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Iván Mejia Álvarez: De frente y sin temor

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FLORILEGIO Santiago García: teatro luego existo

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Revolución y pluma.

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PORTADA María Teresa Hincapié y el performance del alma

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EL DEL ½ Más cine, menos literatura. Más literatura, menos cine

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¿Qué tan pequeño, qué tan tirano?

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DEBATES El teatro, la voz del pueblo en los sesenta y setenta

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Performance Art: un vuelo al arte habitual

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Música funk: voz de libertad

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A PULSO

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Graficadores

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Fotografía básica

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Fotografía: Daniela Jaramillo

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Estrenando sin comprar con

ECOCHIC

Un colectivo que presenta el trueque como alternativa ecológica de consumo para una de las industrias más contaminantes: la moda.

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Daniela Jaramillo Expresión escrita III / Sexto semestre

l trueque es la práctica comercial más antigua. Nació en la prehistoria con el objetivo de intercambiar objetos: lo que se tiene pero no se necesita por lo que se necesita y se desea pero no se tiene. El ser humano siempre ha ansiado el cambio, aun cuando no le traiga ventajas sustanciales. En el caso de la ropa, por ejemplo, cambiar una prenda que ha sido usada solo un par de veces por otra diferente permite una renovación que no tiene que ver mucho con la necesidad primaria de vestirse para tapar el cuerpo, sino con conseguir una prenda más atractiva, no tan pasada de moda o, simplemente, nueva.

Según Jacqueline Clausen, dueña de una cadena de tiendas de ropa en Bucaramanga donde se venden marcas como Tommy Hilfiger, hay “un deseo de la gente por estrenar, más que por cambiar. La sensación del algodón nuevo y suave, de quitar la etiqueta original pegada a la prenda, incluso de salir del centro comercial con las bolsas de la marca en la mano, son cosas que le dan un plus al hecho de cambiar la ropa que ya tienes”. Es aquí donde el consumo se vuelve un problema para el medio ambiente. Una camiseta de algodón puede ser barata, pero para la producción de un kilogramo de algodón se utilizan 5.263 litros de agua potable. La gente con inteligencia ecológica pensaría dos veces antes de ir a “estrenar por estrenar”, pues la ropa es uno de los elementos que tiene más impacto ambiental en el mundo.

Existen otros espacios para “estrenar” ropa: comprar y vender ropa usada tampoco es una práctica nueva. En Bogotá existen 44 establecimientos que se dedican a la compraventa de ropa, entre ellos La Elegancia de Francia y Chiros la 49, que se dedican desde hace más de 30 años a recibir prendas de todo tipo para venderlas por sumas que asombran hasta al más impasible. Cuando el ambiente importa La forma de consumir puede cambiar. EcoChic Estilo ConSentido es un colectivo que promueve una mirada más ambiental, sin dejar de estar a la moda. “Mucha gente compra ropa cada dos o tres semanas, durante todo el año, todos los años. Cuando ya no la quieren, en el mejor de los casos, la regalan a alguien que no consume tanto. En el peor, la acumulan en el armario que parece más bien una bodega de ropa abandonada casi sin usar. Ese consumo desenfrenado puede ser el delirio de algunos, pero es un gran sinsentido global”, dice Elizabeth Valenzuela, bióloga de profesión, docente universitaria y fashionista de corazón, una de las fundadoras de Ecochic. La idea surgió cuando Juana Camacho, fundadora y líder del proyecto, economista con estudios en diseño de modas, resolvió visiones 07 / ABRIL- SEPTIEMBRE 2011

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sumos transformados o reciclados para sus productos, promoviendo su trabajo gracias a los contactos de EcoChic como colectivo. En la actualidad la gente puede llevar también libros y objetos, como lámparas, o accesorios como gafas, bolsos, zapatos y joyas. “Es una propuesta que promueve el consumo responsable de la moda: reciclar, reutilizar, restaurar, reformar prendas y accesorios para que sean usados de una forma sostenible, donde la vida útil de cada producto sea aprovechada al máximo antes de que éste se convierta en un desecho”.

Fotografía: Daniela Jaramillo

La mecánica de EcoChic

en 2007 organizar un plan para celebrar el Live Earth Day1. Se inspiró en todo aquello que tenía en su clóset, que ya no usaba pero que seguía siendo atractivo y estaba casi nuevo. Su primer trueque fue en un café, donde llevó esas prendas y las intercambió con algunos amigos mientras hablaban de temas ambientales. La propuesta tuvo acogida y en 2008 se iniciaron los trueques EcoChic cada ocho días, con amigos y conocidos para luego pasar a una frecuencia mensual, para poder planear con más calma. Hoy participan un promedio de 50 personas en cada trueque. Además de Juana, hay otras cuatro “ecochicas” que trabajan para que Ecochic se consolide como marca. Además de Elizabeth, están Bárbara Carvajal, Marcela López y María Fernanda Fonseca. Bárbara es arquitecta con estudios en restauración y tiene una fe ciega en el reciclaje y en la

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movilidad no contaminante, ama la bicicleta como medio de transporte. Marcela es internacionalista especialista en derechos humanos, dedicada a los temas de responsabilidad social empresarial e interesada en imprimirle a EcoChic el sentido social en todas sus funciones. María Fernanda es publicista, especializada en Londres en mercadeo de moda y le hace seguimiento a los informes de tendencias y consumo, ayudando al colectivo con todos sus conocimientos de marketing. EcoChic ofrece un espacio para que las personas entiendan que hay otras formas de seguir a la moda pero minimizando los impactos ambientales. “De los trueques surge la idea de desarrollar a EcoChic como una empresa para convertir la iniciativa en un proyecto sostenible”, dice Juana. Eso incluye charlas en colegios y universidades, diseño propio de la marca con saldos de la industria textil y apoyo a los artistas que utilizan in-

Para participar en un trueque EcoChic hay que pagar $20.000.“Por lo general escogemos sitios como La Peluquería o el restaurante Minimal, que se acercan mucho a la visión de moda y diseño que tenemos en EcoChic”, dice Elizabeth. Con ese dinero cubren el alquiler del sitio y los gastos de producción de las bolsas ecológicas que fabrica el colectivo para dar como regalo a quienes participan. “Son bolsas hechas con retazos de la industria textil, ideales para reemplazar las bolsas de plástico que uno usa y desecha cuando va de compras”. Es domingo 25 de septiembre, y la cita es en el restaurante Mini - mal, una casa antigua en el barrio Chapinero, donde se mezclan la cocina fusión, el trabajo de jóvenes artistas en las paredes, la decoración alternativa y los objetos de diseño para la venta. Una de sus cinco salas, antiguas habitaciones de la casa, está habilitada para exposiciones, reservas especiales del restaurante o eventos como el de hoy, un intercambio de ropa usada. No es demasiado grande pero tiene techo alto, varios estantes fijos en los muros interiores, un par de mesas y una ventana amplia que da a la calle y permite la entrada de suficiente luz. Son las dos de la tarde y las “ecochicas” llegan cargadas con maletas llenas de la ropa que ha quedado de otros trueques, un pendón con el nombre de la marca y algunos elementos para decorar. A puerta cerrada organizan las prendas en los percheros y mesas de la habitación. Cuando todo está listo, abren al público asistente lo que parece el local permanente de los Trueques EcoChic. Son las cuatro de la tarde y, a pesar del mal clima dominical, empiezan a llegar personas con bolsas llenas de blusas, pantalones y chaquetas para intercambiar. Inicia entonces el ritual del consumo responsable: una fila de gente que se inscribe para poder participar con sus prendas en el intercambio, y otro grupo que revolotea alrededor de los estantes, ojea los libros exhibidos y las chaquetas colgadas en los “burros” o percheros profesionales, que aquí sostienen ejemplares sin marca y de diseñador por igual. Las anfitrionas van de aquí para allá contándoles a los curiosos que entran desde el restaurante cómo funciona el que parece ser


Fotografía: Daniela Jaramillo

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un mercado de pulgas con marca registrada. La gente se informa por las principales redes sociales de Internet, las publicaciones en prensa, las notas que a veces salen en televisión y los pequeños reportes en las revistas de variedades. Alfonso, el fotógrafo que siempre contrata el colectivo para hacer la reportería gráfica de los eventos, ronda por el sitio capturando los movimientos de los asistentes. Parece salido de un set de grabación: jeans, gorra negra volteada que dice FBI y un chaleco de dril azul lleno de bolsillos grandes, sobre una chaqueta de jean. Con su cámara Canon EOS al cuello, se detiene de vez en cuando a ver la mercancía, como un CD de tangos que está sobre la mesa de los libros. Una reportera de El Tiempo está sentada en una esquina, grabadora en mano, entrevistando a las ecochicas antes de que su fotógrafo, con una cámara mucho más grande que la de Alfonso, la capture simulando que está cambiando una blusa por un libro. De los asistentes solo se acerca a una mujer que le señala Juana durante la entrevista y que re-

sulta ser una teniente del ejército que llegó de Boyacá para asistir a su primer trueque. La aborda justo cuando está observando un libro de Walter Riso que está al lado del disco de tangos, habla con ella un par de minutos dejando siempre su pequeña grabadora gris prendida. Su artículo saldría un mes después, el 24 de octubre, en la sección “Debes hacer” de El Tiempo dominical, un reportaje de media página que no parece ser suficiente para todo el trabajo de campo que hizo en Mini - mal. El tiempo trascurre y en total entran y salen 30 personas ese día, lo que según Elizabeth es un tráfico más flojo que de costumbre. El clima no ayudó. A las siete de la noche se cierran las puertas de la sala y todo lo que no se fue en manos de los “truequistas” se pone en el inventario y vuelve a las grandes maletas de las ecochicas. En total empacan 250 prendas. Según Juana, los trueques son “una forma de alargar la vida de muchos objetos que ya nos aburren y que sin embargo le pueden encantar a otra persona. Pueden ser vistos

también como un club de personas con el privilegio de entender mejor cómo funciona el planeta y nuestra sociedad”. Además, el valor simbólico que tienen las prendas para las personas no se pierde con los trueques, como sí lo haría en caso de que fueran desechadas. “Saber que te llevas un objeto que alguien una vez escogió, compró y que por alguna razón tiene una historia especial, que fue apreciado durante mucho tiempo hasta ser un apego que cuesta dejar atrás, te hace sentir como a la caza de un tesoro”, dice Margarita Acosta, una artista plástica que asiste a los trueques EcoChic desde hace tres años. La próxima cita será en el Café de la Luna Lela, un café restaurante en el barrio La Soledad, frente al Parkway. Nuevas prendas, nuevos libros, nuevos objetos curiosos. Un nuevo reto para las ecochicas.  1. Live Earth fue la serie de conciertos realizados simultáneamente en nueve países del mundo el 7 de julio de 2007. Organizada por el ex vicepresidente de los Estados Unidos Al Gore, fue un evento global de beneficencia para evitar el cambio climático.

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Carátulas que transportan en el tiempo a quienes están dispuestos a abrir su mente a los recuerdos

‘NOS VEMOS LAS CARÁTULAS’

MÚSICA, DISEÑO Y CULTURA EN UN MISMO PLANO Recrear el imaginario y la memoria colectiva de los colombianos. Eso es lo que busca la Radio Nacional de Colombia con esta novedosa exposición de 116 carátulas de discos musicales que han quedado grabados en el recuerdo de nuestro país. Lina María Ortegón Cultura colombiana / Sexto semestre

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Radio Nacional de Colombia, uno de los medios públicos de comunicación del país, le interesa mantener viva la tradición de la cultura colombiana por medio de trabajos cercanos a la gente, razón por la cual permanentemente está diseñando espacios creativos que logren su objetivo. Recientemente seleccionó 116 carátulas de discos de larga duración, del período 1959 a 1995, y las exhibió en 26 estantes ubicados en lugares estratégicos de Bogotá, con el fin de recrear el imaginario de los colombianos a partir de artistas mu-

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sicales que lograron construir parte de la historia discográfica del país, y que a través de sus producciones dejaron plasmada la imagen, el sonido y el diseño como una forma de expresión, símbolo del multiculturalismo colombiano. “Nos vemos las carátulas–Radio Nacional de Colombia, 70 años” es el nombre de esta exposición, que les permitió a muchos recordar esas historias creadas en torno a la música y a la figura del artista. Imágenes coloridas que evocan viejos tiempos, los rostros de los autores en primer plano, los paisajes colombianos, y algunos cómics representando objetos autóctonos de diferentes regiones, hicieron parte de la composición de cada carátula, que al verlas transportan inevitablemente al pasado, a algún momento vivido y que gracias al ritmo transmitido por esos cantantes y grupos populares quedaron grabados en nuestro inconsciente. La Fonoteca de rtvc lideró este proyecto, pero además ha sido la encargada de mantener a salvo muchos de los productos que construyen la cultura sonora de Colombia. “La fonoteca de Radio Nacional de Colombia, compuesta por 90.000 documentos en formato análogo con más de

27.000 LP, data desde 1940 a la fecha”, dijo Dora Brausin, su coordinadora. “Ese material ha sido conservado en condiciones adecuadas de humedad, temperatura y ventilación; también se ha hecho un proceso de digitalización y posteriormente se procedió a su catalogación para que la gente los pudiera consultar. Es así como se ha decidido realizar exposiciones con el fin de dar a conocer este tipo de archivos”. Los discos de larga duración LP o acetatos, fueron uno de los formatos más importantes dentro de la historia de la industria musical. Estos soportes sonoros estuvieron presentes en muchos de los hogares colombianos, donde amenizaron fiestas y reuniones gracias al poder de la aguja sobre el vinilo negro. Alejandro Pino Calad, periodista especializado en estudios culturales, resaltó la importancia de la industria del acetato dentro de la construcción de la cultura nacional: “hoy el acetato es objeto de culto para coleccionistas; para otros simplemente es un objeto inútil que ya no tienen, o si lo tienen, no usan su tocadiscos. El CD llegó en la década de los años noventa y arrasó con lo que por más de 50 años fue motivo de orgullo, alegría y compañero inseparable de millones: el disco”.


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Pino continuó su relato: “El acetato fue fundamental para la vida social de los cincuenta, pues hizo posible que la gente se reuniera a bailar y a celebrar sin necesidad de la música en vivo, para eso estaba el tocadiscos, para amenizar las fiestas de la clase media y de paso ahorrarles el costo de un baile de salón con orquesta. Esto se convertiría en fenómeno de masas desde los sesenta con las discotecas, recintos casi mitológicos en los que las paredes estaban adornadas con las carátulas de los discos y sus propietarios se enorgullecían de exhibir estantes repletos de acetatos. En Cali, el coleccionista de discos de salsa se convirtió casi que en un gurú, en un personaje sabio que merecía el respeto de los demás, y en el mundo underground de las principales ciudades, la colección de acetatos de rock, se convirtió en una característica definitiva de los jóvenes de la época”. La experiencia en vivo La zona T, el parque de Lourdes y la plazoleta de San Diego de Bogotá fueron los lugares en los que estuvo presente esta muestra artística. El entorno también hizo parte de la exhibición, ya que añadió elementos que resultaron atractivos para el espectador. Los estantes muchas veces estaban acompañados por una o dos palomas que reposaban sobre ellos, parecían celadores o escoltas; los niños se acercaban a ver las carátulas con algo de inocencia, sin conocimiento sobre su importancia, y se burlaban al ver los rostros de algunos de los artistas que lucían peinados poco usuales para esta época, con maquillajes recargados y mostrando elementos excéntricos que pertenecen a la cultura. Pero a los adultos esta muestra logró identificarlos, ocasionando diferentes

reacciones, como tomarse una foto al lado del artista que más recordaban, evocar alguna canción de su autoría, o hacer un comentario entre su grupo de amigos sobre la importancia que ese o esa cantante tuvo en su familia. Como Alberto Cuervo, uno de los tantos visitantes de la exposición, quien recordó a su madre al ver la carátula de Claudia de Colombia, baladista de renombre de nuestro país. Además, le contó a su hija Mayra, mientras señalaba la carátula de Los Graduados, orquesta de 1974 pionera de rock and roll tropical colombiano, cómo en su adolescencia organizaba con sus amigos las fiestas en las que recogían fondos para su escuela en Buga, Valle del Cauca. Ejecutivos, jóvenes, abuelos, entre otros, al pasar por los escenarios de la muestra no pudieron evitar mirar así fuese de reojo los estantes de las carátulas que se mezclaban entre la gente. Además, coincidencialmente, la exposición estaba ambientada por música de los sitios que ofrecen un espacio para darle gusto al paladar, la fiesta, la tertulia y el turismo. La importancia de las carátulas Pero, ¿qué significado o importancia pueden tener las carátulas? Estas no solo recopilan imágenes y letras, tienen un significado de fondo y más si se aprecian de manera colectiva, como en este caso. Jaime Andrés Monsalve, director musical de rtvc y coautor de la exposición, dijo: “En las carátulas hay de todo. Representan la historia del diseño. Aunque en su mayoría se ven rostros de artistas, hay otras carátulas en donde lo que más se destaca es su aspecto gráfico. A partir de la muestra la gente también puede ver y estudiar la historia de la música, de la industria discográ-

fica y del diseño”. Es una opción diferente de abordar varios tipos de expresiones culturales y sociales, en donde se refleja la creatividad del hombre, su fortaleza como artista y su grandeza como creador. Además, ‘Nos vemos las carátulas’, es un espejo de lo que somos y de lo que socialmente ha marcado épocas distintas de la historia de nuestro país. Las carátulas de los Carrangueros de Ráquira, Los Diablitos, Lisandro Mesa, Aterciopelados, Los Hispanos, Carlos Vives, El Cholo Valderrama, Isadora, Los Graduados, Los Speakers, entre otros artistas colombianos, hicieron parte de este trabajo, que no solo buscó mostrar la importancia de la música y su industria, sino que también quiso dar a conocer el significado del diseño gráfico. Patricia Melo, miembro de la Asociación de Diseñadores Gráficos de Colombia, ADG, reconoció en este trabajo, cómo el diseño y la producción evolucionan a la par, reflejan el sentir histórico global, y cómo cada carátula plasma en ella un tipo diferente de influencia de algún movimiento social. La construcción de “Nos vemos las carátulas” se realizó tras un proceso de selección de estos trabajos, bajo la coordinación del grupo técnico y creativo de rtvc, que durante cuatro meses se encargó de recuperar la parte gráfica de las carátulas, la información sobre ellas, y junto con el Fotomuseo de Bogotá, se planeó la estrategia para llevar la muestra a las calles capitalinas. Para las personas que tuvieron la oportunidad de apreciar las carátulas, este proyecto logró identificarlos con épocas pasadas. -Me encantaba la voz de esa mujerdecía una abuela, mientras miraba la portada de Isadora. - Las trovas de esos hombres son inconfundibles. En mi tierra yo me siento como un rey, un rey pobre pero al fin y al cabo rey - decía un hombre robusto, ya entrado en años, que cantaba con entusiasmo una de las canciones de Jorge Velosa. Rtvc está satisfecho porque el objetivo de ‘Nos vemos las carátulas’ se cumplió a cabalidad, confirmando que la música es la expresión cultural más cercana al hombre, la única que no necesita de un conocimiento previo para crear un vínculo que logre tocar los sentidos de quienes la admiran. Es el elemento que muchos usan para expresar sus sentimientos, para dar a conocer ideas y contrastar opiniones. Esta exposición, que desde su título hizo una invitación a ver las carátulas, representa parte de lo que somos como colombianos y de lo que consumimos a partir del discurso de nacionalismo que se ha vendido a todos los ciudadanos durante varios años, con el fin de mantener nuestra identidad nacional y no perder nuestras raíces culturales y ancestrales.  visiones 07 / ABRIL- SEPTIEMBRE 2011

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Daniela Carolina Cárdenas y María Paula Espinel Semiótica III / Sexto semestre

Fotografía: http://3.bp.blogspot.com/_qVJIz0b96_8/TMs3zfbs_qI/AAAAAAAAAZ0/eWKgwRt_0jg/s1600/Ni%C3%B1o+de+Vallecas,+1959.jpg

Un vistazo apurado

Un encuentro inusual con los gordos

Botero y El niño de Vallecas

Este artículo cobra vida en las colecciones del Museo Nacional entre las obras de los libertadores y las reseñas que cuentan la historia del país; allí un gordo de Botero resalta por sí solo y cautiva las miradas. Una de ellas fue la nuestra, de la cual se desencadenó el siguiente análisis pictórico. 8

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Las personas siempre pasan por los mismos lugares, ven las mismas cosas y escuchan los mismos sonidos y solo se detienen hasta que ven algo que nunca antes habían visto ni sentido. Alguien, por ejemplo, ¿ha percibido, al mismo tiempo, en un papel o en una lámina, la enfermedad, el miedo, lo cómico y lo espantoso? La respuesta sería no, si nadie conociera a El niño de Vallecas1. Basta con dar una mirada desprevenida, como aquella de quien pasa porque sí, con una mirada perezosa y no tiene nada qué decir, para detenerse por un segundo, voltear su cabeza en una dirección fija y acercarse poco a poco hasta encontrarse con esta obra y darse cuenta de que entre la infinitud de autores que alberga un museo, ésta y solo esa es la que capta la atención y marca la diferencia. Nuestro primer acercamiento a El niño de Vallecas fue con una mirada apurada, inconsciente y huérfana de conocimientos. Después de esa experiencia leímos la reseña y la leyenda que está inscrita en la parte superior del cuadro; el desconcierto fue aun mayor: esta obra había sido pintada en 1959 por el artista colombiano Fernando Botero El niño de Vallecas, de Botero, es una reinterpretación del mismo niño de Diego Velázquez y, según la ficha del Museo, era un “bufón de la corte de Felipe IV”. Nunca habíamos visto que Botero hiciera retratos de esa manera, teniendo en cuenta que los cuadros del autor, aunque suelen tener volúmenes exagerados de los contornos, son agradables a la vista. Si antes nos asaltaba la duda de por qué esa obra estaba ahí, ahora nos preguntábamos por qué Botero había pintado de esa forma.

El niño de Vallecas de Botero La curiosidad nos llevó a 1959, un año antes de que Fidel Castro triunfara con su revolución y que se publicara “El Coronel no tiene quién le escriba”. En esta misma fecha fue pintado El Niño de Vallecas y supimos que no era el único sino uno entre 11 niños más. En esta época Fernando Botero, estaba asumiendo un estilo, mediante el uso de grandes volúmenes, y desde años atrás gozaba de algún reconocimiento internacional. Al pintar El Niño de Vallecas, Botero retomó sus influencias europeas y las mezcló con el movimiento que estaba en auge: el expresionismo abstracto de Pollock2 y de Klein. De hecho, en una de sus entrevistas comenta que debió luchar contra ese movimiento, ya que en ese tiempo solo se era considerado pintor cuando se hacían obras abstractas, lo figurativo había quedado de lado. Sin embargo, el pintor supo cómo mantenerse y prueba de ello fue esta obra en la que mezcló el estilo de la época y la volumetría que manejaba.


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mostrar esas dos percepciones simultáneas: lo horroroso y lo infantil, lo cómico y lo cruel.

Teniendo en cuenta la referencia de la ficha y la leyenda en el cuadro recurrimos a El niño de Vallecas original, el del pintor español Diego Velázquez. El bufón de la corte de Felipe IV retratado se llamaba Francisco Lezcano y pertenecía al príncipe Baltasar Carlos, quien le había ordenado a Velázquez que hiciera el cuadro para tenerlo en el salón de juegos de su castillo. Este pintor del barroco realizó El niño de Vallecas bajo los cánones de un estilo artístico particular, manejando el tenebrismo dentro de los encuadres, donde cada espacio iluminado representa el punto más alto de dramatismo en la obra. En este caso, la luz destaca la cara del bufón, la cual denota que el niño podría tener una cierta disfunción, y que sus brazos son más cortos en relación con su cuerpo. Por otro lado, salta a la vista que el cuadro de Velázquez es más iconográfico que el de Botero, pues la pintura se torna más realista debido al detalle de los pliegues en la piel y las telas, así como a los colores usados para la cara y el cabello. La expresión se da a partir de los gestos y se hace evidente su malformación, dentro de las proporciones humanas, mientras que Botero representa la misma deformidad con un tinte surrealista. En el fondo es mayor el realismo, pues éste corresponde a un paisaje de la Sierra Madrileña; muy diferente a la obra del pintor colombiano, en donde lo único que se puede apreciar es un fondo oscuro. Para Botero, el cuadro era un homenaje a uno de los artistas que más influyeron en él: Velázquez. Sin embargo, su pintura chocaba con el modelo, afirma Nubia González Ruiz, pues lo hacía más aterrador: “Botero considera la deformación como principio creador”3. El pintor colombiano hace la mayoría de sus adaptaciones de otras obras a modo de caricatura sin perder la esencia del original, como en este caso que mantiene la percepción espantosa del primer cuadro, con algo de infantilismo y monstruosidad. En cuanto a los retratos de ambos, hallamos una diferencia marcada por la tendencia de la época. Velázquez se deja llevar por las características tradicionales del barroco, en el cual “se hace sensible la profundidad espacial mediante el empleo de primeros planos demasiado grandes, de figuras que se acercan al espectador y de la brusca disminución en perspectiva de los temas de fondo”4. Botero enmarca a su “niño” en un espacio difuso y como si el personaje viniera de un mundo imaginario, destacando su usual mezcla entre lo abstracto y lo surrealista, e incluso en algunos textos se ha llegado a decir que el hombre pintado por Botero no es el mismo bufón del siglo XVII: “Fernando

Considerando el sentido

Fotografía: http://4.bp.blogspot.com/_tOtwgtrMoAU/TEHxwRIj7xI/AAAAAAAAAZE/ tfI6JBtWABE/s1600/El+ni%C3%B1o+de+Vallecas.+(Velazquez.+1642-45).jpg

Intertextualidad: el niño dentro del niño

Botero transforma la pintura en el retrato de un niño muerto, vestido para su funeral, la cara sin expresión y los colores chillones de la ropa, con todo el horror de la muerte prematura y la conmiseración del que lo vea”5.

Boterismo: un estilo propio Es posible afirmar que Botero fusionó el expresionismo figurativo desproporcionado., logrando con ello obras que no alcanzaban a alejarse en su totalidad de su usual manera de pintar. En el caso de El niño de Vallecas vemos que el cuerpo del niño guarda el manejo característico de la volumetría de Botero aunque en el mismo se sienta la desproporcionalidad de sus extremidades y aunque los trazos, según Alberto Manguel “traten de evitar todo control consciente sobre el diseño y logren algo así como un garabateo muy intenso que busca no comunicar”. Estos trazos, entonces, no son más que manchas y pinceladas oscuras que finalmente componen el plano de la expresión del cuadro de Botero. A partir de allí, analizamos los elementos que se encuentran en la obra y que nos permiten acercarnos a lo que él quería expresar. Dentro del cuadro hay tres puntos de luz, que se configuran como manchas y maximizan la sensación de deformidad del personaje. También hay una sencilla línea que separa la figura del fondo y otras que recrean pequeños detalles como la de los diminutos dientes, que parecen de leche, y generan esa percepción infantil descrita. Cada brazo tiene diferentes tonos: hacia la izquierda hay colores fríos y hacia la derecha, colores cálidos y vivos, como queriendo

Al hacer el recorrido por El niño de Vallecas de Botero reconocemos que desde la primera mirada que le dimos, tratamos de encontrarle un significado que permitiera entender eso que quería o no comunicar. Aun sabiendo que no todas las pinturas ni todos sus creadores intentan expresar algo. Esto nos da pie para decir que en realidad Botero no buscaba algo más allá de integrarse en una nueva ola pictórica que lo atraía, pero que se distanciaba mucho de su estilo y técnica. La paleta de colores de El niño de Vallecas maneja unos tonos oscuros que no se reconocen en las pinturas de Botero: “La decisión de serle fiel a mis ideas no era fácil. Resultaba difícil aferrarme a mis convicciones ante un ambiente en que reinaba lo opuesto. Era un estilo atractivo que resultaba contagioso […] sin embargo, trabajaba con la mayor convicción y dedicación para ser aceptado”6. En la lectura de la imagen queríamos encontrar por qué Botero había pintado El niño de Vallecas; entonces pensamos en el contexto de la obra, en la intertextualidad que esta pintura comparte con las obras de Velázquez, en la ausencia de movimiento que, según Botero, era lo estático del personaje lo que lo dotaba de movimiento y espacialidad. “La propia ausencia del lenguaje acaba convirtiéndose en un lenguaje ante los ojos que la miran”7. Esa ausencia de espacio y movimiento nos hizo entender que las pinceladas grotescas e inexactas llenas de negro representaban lo frío y macabro del cuerpo de un niño acicalado para su funeral. El niño de Vallecas encierra la idea del bufón deforme que divertía a la sociedad noble con su horrible apariencia; en la interpretación de Botero encontramos un cuadro caricaturesco, de aquel niño en honor a su autor original, hecho bajo los patrones del boterismo. Hay en él una sensación de morbo y curiosidad, porque la sociedad colombiana espectaculariza lo disfuncional, y se alarma con gusto de “lo raro” y antiestético.  1. Fernando Botero. El niño de Vallecas(1959). Pintura en óleo/tela. 150,5 x 136,5 cm. Donada por el autor al Museo Nacional. 2. Mitchel, J. La imagen como ausencia. P. 44 3. González Ruiz, N. (2006). Colombia en la Pintura de Fernando Botero, el realismo en el imaginario Boteriano. Barcelona. 4. Hausser, A.(1893).Historia social de la Literatura y del Arte.(18a ed.) Londres: Rouletge&Kegan. 5. Botero, F. The Baroque World of Fernando Botero. Yale University. 6. Recuperado el 10 de noviembre 2010, de http:// calamandayledesesperedegustavecourbet.blogspot. com/ 7. Mitchel, J. La imagen como ausencia. P. 44

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El Feng Shui: de los emperadores a la gente del común

Fotografía: http://www.morguefile.com/

El Feng Shui, una técnica milenaria creada por los chinos, se ha convertido en una moda para las personas que quieren atraer el dinero y la prosperidad a sus vidas

Alejandro Gómez Expresión escrita III / Cuarto semestre

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andra Guerrero es auditora administrativa del Hospital Meissen E.S.E. y Juana Rodríguez1 es peluquera y ama de casa. Aunque no se conocen, tienen algo en común: ambas implementaron el Feng Shui en su casa. Si bien los resultados fueron diferentes, el deseo de cambiar su situación económica fue su motivación. Y lo lograron, cada una a su manera. Guerrero consideraba que implementar el Feng Shui era una forma de generar una “ayudita extra para que las cosas sucedan”. Dice que los objetos de su casa están ubicados de forma estratégica para permitir la circulación de la energía del entorno. Tiene los mismos muebles que en cualquier otro hogar colombiano (comedor, sala, camas y demás) pero al entrar se puede apreciar libertad en el espacio; los objetos son pocos. A mano derecha sobresale una Pachira (planta china que representa dinero), luego vienen los muebles de la sala que son blancos, lo que significa pureza en el ambiente. Teniendo en cuenta que el comedor es el espacio familiar por excelencia, tiene espacio para seis personas; la mesa, de forma rectangular, tiene en su centro un cristal grueso y circular, que representa la comunicación y armonía de los miembros de los comen-

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sales. Por toda la casa hay muchas plantas que representan la vida y el contacto con la madre tierra. Rodríguez, por su parte, afirma que lo hizo por cuestión de moda, porque sus amigas le hablaron maravillas sobre los beneficios del Feng Shui. Su casa es pequeña, pero al igual que la de la señora Guerrero, goza de una amplitud en el espacio que está dada por la poca cantidad de muebles que hay en el lugar. En la pared sur del comedor hay un espejo que, según ella, refleja la comida, lo que favorece su multiplicación. Las plantas allí también abundan: las hay de varias formas y colores. Incluso hay una “millonaria” enorme en el pasillo que conduce a las habitaciones, según su dueña para atraer el dinero. El resultado de cada experiencia fue diferente. Sandra Guerrero está feliz con la adecuación de su casa, y afirma que su vida ha tenido cambios positivos, que sus condiciones laborales han mejorado y que incluso cambió de carro. Juana Rodríguez asegura que el Feng Shui es una farsa y que lo único que consiguió fue perder el $1’500.000 que pagó por el servicio, además hoy su salón de belleza se encuentra casi en la quiebra, ha perdido clientela y los problemas económicos la tienen al borde del “retiro psiquiátrico”, como ella misma lo define entre risas pero con un tono de pesar y tristeza en sus palabras.

¿Qué es el Feng Shui? Como lo menciona Selena Summers 2, el Feng Shui “tiene su origen en el siglo IV a. de C.” y cuenta que la brújula se inventó en China para propósitos del Feng Shui y no para la navegación. Agrega también que en esos primeros días “los grandes maestros del Feng Shui aconsejaban exclusivamente a los emperadores y eran llevados a los sitios en sillas de manos”, evidenciando esta práctica como propia de la élite. Los tiempos cambiaron (y de igual forma el propósito del Feng Shui) y el interés se concentró entonces en encontrar lugares que trajeran felicidad, suerte y buena fortuna. En el texto de Summers se habla que “muchos sitios antiguos, como la ciudad prohibida de Pekín (ahora llamada Beijing), fueron construidos según los principios del Feng Shui, y apareció uno de los primeros libros sobre este arte, The Yellow Emperor’s Dwelling Classic (la vivienda clásica del emperador amarillo)”, demostrando que gran parte del estilo de vida chino gira en torno a la aplicación de principios energéticos. Dice también que en los tiempos imperiales, las personas del pueblo chino podían demandarse unas a otras por infringir las normas del Feng Shui bueno: “Durante el régimen británico en Hong Kong, millones de dólares fueron pagados como indemnización a personas que afirmaron que su Feng Shui bueno fue dañado por


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edificios y carreteras del gobierno”, demostrando así que sus bases dirigen la mentalidad y el estilo de vida de los chinos.

Desde el 18 de noviembre de 1995 aparecen en el periódico El Tiempo las primeras noticias sobre Feng Shui que se incluían en sus páginas, tituladas Feng Shui, Secretos de una casa agradable y El Feng Shui no es cuento chino. Aparecen en dos días consecutivos y en secciones diferentes. El primero fue Feng Shui, de la sección vivienda, un corto artículo que parece más un anuncio clasificado de la Asociación Colombiana de Diseñadores, y menciona la existencia de la técnica milenaria que maneja las energías. Al día siguiente, el 19, la sección de información general publica el artículo El Feng Shui no es cuento chino, en el que se describen con mayor profundidad algunos de los conceptos básicos del manejo de energías chino, enfocándolo en la decoración y mostrándolo como el “arte de la distribución de los objetos en la casa” para permitir que la energía fluya y no se estrelle contra las cosas del hogar. En ese mismo año el maestro Seann Xenja estuvo en Bogotá los días 24 y 25 de noviembre, hablando sobre el tema. Xenja se interesó por las enseñanzas del maestro Lin Yun, la mayor autoridad a nivel mundial del arte chino de la ubicación de los objetos o Feng Shui. Es entonces cuando el país abre sus puertas a esa nueva corriente que permite una interacción de la cultura oriental con la cultura nacional. Después de la visita de Xenja, muchas personas se interesaron por el tema y comenzó así un “boom oriental” de lo que se conoce como el manejo de energías. Martha Stella Guzmán, fengshuista de la Asociación Mundial de Feng Shui, Capítulo Colombia, dice que los primeros años del Feng Shui en el país implicaron tener la posibilidad de pagar un costo más elevado por la importación de los libros de países como Argentina y México que ya contaban con este mercado. Según Doris Cruz, miembro de la Escuela Colombiana de Diseño Interior y Artes Decorativas, el manejo de energías chino deja de ser una actividad netamente de élite con el paso de los años, durante los cuales, a raíz de las campañas publicitarias, la doctrina se convierte en una forma mercantilista de impulsar sus productos. Es entonces cuando el término Feng Shui comienza a adquirir un grado más elevado de reconocimiento y es necesario definirlo. Martha Lucía Olano, presidenta de la Asociación Internacional de Feng Shui, Capítulo Colombia, lo define como “una ciencia china que ofrece una serie de pautas o normas que se pueden aprender y poner en práctica para crear un entorno feliz, positivo y beneficioso dentro del espacio en el que una persona se encuentra”. Agrega que el Feng Shui puede ser empleado en diferentes espacios, desde hogares

Fotografías: Alejandro Gómez

El Feng Shui en Colombia

hasta oficinas, facilitando la circulación de la energía positiva, agentes energéticos favorables que ayudan a alcanzar la prosperidad y el bienestar, y rechazando toda energía negativa, los obstáculos energéticos que impiden el crecimiento personal y económico de los seres humanos.

El Feng Shui incide en el sector de la construcción Ester Moscoso, arquitecta de la constructora Fernando Mazuera y Cia. S.A. cuenta cómo desde la aparición del Feng Shui se ha producido un aumento de personas que cuando quieren comprar un inmueble buscan los lugares no solo pensando en las comodidades propias de una vivienda u oficina, sino que además otorgan mucha importancia a la distribución de los espacios y la ubicación de elementos como ventanas, puertas, vigas de soporte y demás, con la excusa de buscar un equilibrio perfecto entre los componentes de su entorno. Agrega también que eso les ha generado una serie

de percances con sus posibles compradores, ya que éstos realizan peticiones que se salen de los límites de los constructores, como por ejemplo la inclusión de enormes ventanales que permitan la entrada del aire fresco y la luz del sol. Dice además que ese tipo de exigencias elevan los costos y finaliza señalando que su trabajo es construir y no diseñar espacios que cumplan con las exigencias de credo de los clientes. En el mundo entero, según Olano, existe un gran número de personas que creen que el Feng Shui es solamente un método para sacar provecho de las personas y lograr que gasten grandes sumas de dinero en cosas que no les van a generar ningún beneficio. Aconseja buscar fengshuistas profesionales que estén avalados por la Asociación y que puedan cumplir con las expectativas de los clientes y armonizar los espacios según los parámetros de esta práctica milenaria.  1. Nombre cambiado a petición de la fuente 2. Summers, S. (2004). Feng Shui, práctico y al instante. Bogotá, Colombia: Círculo de Lectores.

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Iván Mejía Álvarez

De frente y sin temor

A punta de polémica, uno de los íconos del periodismo deportivo se ha ganado la admiración y el odio de muchos, pero sin lugar a dudas es un sabio en la materia y todo un referente para los jóvenes que se preparan para ser como él. Juan Pablo Salazar Historia del periodismo en Colombia Septimo semestre

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aminando por los pasillos de Caracol Radio, serio y prepotente, el periodista Iván Mejía Álvarez define su estilo periodístico como una manera correcta de informar, directa, y sin engañar a la gente. Ahí donde lo ven, ha recibido muchas amenazas de muerte y demandas en su contra, por ser un periodista frentero, sin secretos, ni reservas. “Siempre me he caracterizado por decir lo que pienso, para eso me he preparado tanto tiempo, para criticar lo que no me parece y elogiar con lo que estoy de acuerdo”, comenta. Algunos lo tildan de destructivo, otros de mentiroso, incluso muchos se atreven a decir que es el “cáncer” del fútbol colombiano, pero también en contraste, la gente lo elogia y hay quienes afirman que es el mejor periodista deportivo del país, que no

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le tiene miedo a nada ni a nadie, y que es un placer oírlo, pues ante todo es un sabio en la materia. No es un periodista cualquiera; con 30 años de trayectoria se ha ganado el respeto de sus colegas y de la gente del fútbol. No es periodista de profesión; sin embargo, ha trabajado en televisión, radio y prensa por más de tres décadas, imponiendo un estilo informativo. Ese es Iván Mejía, un hombre de amores y de odios, un personaje que une y divide, pero que al fin de cuentas, a punta de polémica, se ha ganado un lugar merecido en el periodismo deportivo. “Mi estilo siempre ha sido así, directo y sin reservarme nada; al que no le guste que no me oiga”, dice enfático. Y es que en un país como Colombia, y más en una profesión como el periodismo que ha cobrado muchas vidas, hablar de frente y denunciar irregularidades es sumamente peligroso. Sin embargo, a lo largo de su trayectoria, Mejía ha priorizado su profesión por encima de cualquier cosa. Carlos Zapata, director de deportes de Telmex y admirador de Mejía, lo define como un periodista que se ha ganado el respeto de sus colegas, y que ha marcado un hito en el periodismo colombiano; dice que es la persona que más sabe de fútbol en el país.

Entre tanto, Álvaro Malcún Salazar, periodista y locutor de Antena 2 Colombia, ha comentado en sus programas radiales que Mejía le ha hecho mucho daño al fútbol colombiano con sus comentarios malintencionados. Según él, Mejía ha desestabilizado equipos, despedido técnicos e incluso “tumbado” presidentes como el del Club Deportivo Los Millonarios Juan Carlos López, a quien Iván Mejía tildaba de mentiroso, fracasado, maestrico, petardo y todos los adjetivos negativos posibles. Dicen algunos que lo odia por tener problemas personales. Según Juan Pablo Coronado, periodista de Fox Sport en Colombia, el presidente de Millonarios no quiso firmar un contrato con Iván Mejía sobre una marca deportiva, y desde ahí le ha hecho la vida imposible. Mejía mantiene su posición y constantemente en sus programas radiales comenta sobre López y los paisas: “al señor López le duele que le diga que acabó con Millonarios, que es la verdad”. Desde hace dos décadas Iván Mejía no puede ir a Medellín porque, según él, si lo ven allá lo matan. Le ha tirado muy duro a los paisas a tal punto que éstos no se lo aguantaron más y a través de amenazas lo han marginado de la capital antioqueña. Pero según el “gordo”, como lo apodan en la familia y en su círculo social, todo tiene una justificación: “yo he comentado duro en contra de los paisas porque en los noventa desenmascaré la rosca paisa que tanto daño le estaba haciendo a la Selección Colombia y desde ahí me han hecho la vida imposible”. La rosca paisa fue conocida como la convocatoria de la Selección Colombia donde todos los jugadores que llamaban al equipo eran de origen paisa o si no, eran jugadores de Nacional o Medellín. Pero el caso de Medellín no es el único por el que atraviesa Mejía. En la actualidad no puede asomarse al estadio de Bogotá, el Nemesio Camacho “El Campin” porque, según él, las barras bravas le tienen prohibido el ingreso al máximo escenario de los capitalinos. La justificación de este periodista es que él no admite que un grupo de delincuentes usen el fútbol para realizar sus artimañas y por eso la ha emprendido contra ellos, lo que por miedo no hacen otros periodistas.


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Desde que se levanta está sintonizando los programas futbolísticos y el estudio de su casa se convierte en un estadio de fútbol, adora el fútbol internacional, incluso se declara como un enamorado del Barcelona español. Su programa radial comienza: “De frente y sin temor, para hablar de Santa Fe y Millonarios, Iván Mejía Álvarez en el combo Caracol”. Su estilo periodístico gusta y molesta en las audiencias.

En Facebook se evidencia esta situación. Existen grupos sociales que dicen “Odiamos a Carlos Antonio Vélez y a Iván Mejía Álvarez”, “Odiemos juntos a Iván ‘el gordo’ Mejía”, “Contra la soberbia y prepotencia de Iván Mejía Álvarez”, pero también hay otros que se llaman “Que no se retiren Iván Mejía, ni Hernán Peláez”, “Por un reconocimiento a Iván Mejía y Hernán Peláez”, “Yo también amo el pulso del fútbol”. El pulso del fútbol es el programa que conduce Mejía junto a Hernán

Peláez a la una de la tarde de lunes a viernes en Caracol Radio. Su fuerte carácter y orgullo lo han llevado a pelearse con todo el mundo, cuenta su sobrino Alejandro Casas, en medio de risas. Dice que por lo menos dos veces al mes ve salir al “Gordo” hacia los juzgados de Paloquemao por demandas en su contra por los delitos de injuria y calumnia, pero que nunca ha perdido una demanda. Y es que Mejía se ha peleado con hinchas, jugadores, técnicos y presidentes de los clubes de fútbol. Su polémica es tan evidente que hasta ha controvertido con colegas, como fue el caso recordado con Carlos Antonio Vélez, otro símbolo del periodismo deportivo colombiano a quien Mejía no soportaba; lo tildaba de “biblia”, “Dios”, “sabio”, entre otros adjetivos. El destino hizo que el fútbol los uniera hace un par de años cuando la cadena Fox Sport de Argentina los convenció de realizar un programa juntos, “Los tenores del fútbol”, programa que tuvo muchas críticas por los comentarios de sus conductores. Sus opositores llamaban el programa “Los tumores del fútbol”. Francisco Serrano, ex futbolista profesional, acotó que personalmente él nunca tuvo ningún problema con Mejía, que lo criticaba cuando jugaba mal pero también lo elogiaba cuando jugaba bien, pero eso sí, recuerda que tenía un compañero al que Mejía ‘se la tenía montada’ y al parecer fue por una crítica del jugador hacia él. Para Luis Fernando Domínguez, periodista de la cadena internacional de ESPN, Iván Mejía ha sido todo un referente del fútbol colombiano, de quien hay que aprender mucho, sobre todo las nuevas generaciones de periodistas. “Yo no tengo la culpa de que al jugador colombiano le guste tomar trago y que a los técnicos de fútbol no les guste trabajar, lo que pasa es que a ellos les duele que uno les diga la verdad y por eso me culpan de destructivo”, dice Mejía. En cuanto a sus actuales colegas se lamenta porque “hoy cualquiera se para ante un micrófono diciendo barrabasadas; los jóvenes periodistas de fútbol no se preparan en comparación a uno que lleva más de 40 años viendo fútbol y asistiendo al estadio”. Así es Iván Mejía, un hombre polémico, directo y frentero, quien polemiza con medio mundo. Confieso que lo admiro y me duele cada vez que en el estadio oigo el canto “Iván Mejía, es una porquería”.  visiones 07 / ABRIL- SEPTIEMBRE 2011

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Fotografías: Cortesía Teatro La Candelaria

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Santiago García

Teatro luego existo Recorriendo las calles del barrio de La Candelaria, luego de 45 años de compromiso profesional, el “maestro” Santiago García aún trabaja por el sueño que ha ocupado gran parte de su vida: el teatro. Pavla Fuertes Expresión Escrita III / Cuarto semestre

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sos domingos solitarios, soleados pero con viento helado que suelen presentarse en el barrio La Candelaria, en el centro de Bogotá, eran testigo de los pasos lentos y cortos de un hombre mayor, que recibía miradas de atención a las que parecía indiferente. Caminaba sin mayor preocupación y sin destino aparente, su mirada agotada, más por el tiempo que por el trajín del día; su andar plácido y tranquilo lo envolvía en un swing meloso que hacía tambalear su cuerpo y cabeza de un lado a otro como reina de belleza. De repente, en la doce con segunda, viró a la derecha, dio unos pasos más y se detuvo frente a una

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puerta de madera robusta de una casa colonial, cuya decoración armonizaba con el esquema tradicional de la cuadra. Antes de que el hombre ingresara al lugar, una mujer alta y envejecida se le acercó con zancadas veloces y le dijo: “¿Qué hay que hacer, Maestro?”. Él no contestó, entró al lugar y desaparecieron juntos cerrando detrás suyo la pesada puerta. El Chorro de Quevedo es punto de encuentro de jóvenes hippies y adultos rockeros que disfrutan del vino, el cigarrillo y la marihuana, vicios que se han diezmado por la incesante persecución policiaca. No obstante, persiste la algarabía y la música de tambores, escenario en el que nuestro hombre apareció de nuevo.

“Maestro, ¿qué hubo?”, le dijo un joven estudiante del Teatro Libre. “Bien, mijo, gracias”, contestó el anciano con voz tierna. Palmeó su espalda y le dirigió una sonrisa, que parecía ser proyectada en cámara lenta, tan amplia que la piel de sus mejillas por poco tapa sus ojos. Siguió su camino y nuevamente se encontró frente a la puerta de madera que esta vez exhibía un caballete de patas cortas con un cartel amarillo de papel periódico pegado que decía:

EL TEATRO LA CANDELARIA ESTRENA: A MANTELES, MIÉRCOLES 18 DE AGOSTO. 7 pm.

El pasillo después de la puerta de madera es pequeño, de piso empedrado y con paredes forradas en publicidad de funciones pasadas. Al final, unas rejas rojas siempre abiertas. La benemérita estampa las atravesó y antes de acomodar sus gafas, se encontró con un grupo de personas que se le acercó, saludándolo con admiración, incluso con re-


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verencia. No hubo síntomas de arrogancia, extraño comportamiento para aquellos considerados intelectuales o grandes artistas. Abrieron la entrada al teatro y la gente se apresuró a ingresar a través de un mini patio hasta llegar a un lugar iluminado con luces blancas, con sillas rojas dispuestas en forma de escalera que se ocuparon con rapidez, incluso por maletas y objetos de quienes se habían tomado la molestia de guardar puesto. En minutos los espectadores se encontraron dispuestos, charlaban, miraban el reloj, volvían a charlar y susurraban al del lado: “Ya son las 8:00”. La impaciencia empezó a hacer presencia. El primer aplauso, y detrás suyo, una lluvia de aplausos. Y como si fuera la señal esperada, el lugar eclipsó. Un chorro de luz cenital iluminó a un maestro de ceremonias. Su nombre: Santiago García, el hombre que solitario caminaba por el barrio La Candelaria, el hombre frente a la puerta de madera y quien 60 años atrás se visualizaba como un gran arquitecto, pues para esa época recibía dicho título otorgado por la Universidad Nacional de Colombia. La década de los años cincuenta, precedida por el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948, proyectó la violencia como el núcleo de la sociedad colombiana dando apertura a grandes conflictos bipartidistas. En respuesta a una sociedad descompuesta, jóvenes universitarios manifestaron su inconformidad. Una de esas maneras de expresarse casi inexplorada para el momento y tímida aún, fue personificada por el teatro, en el que actores encontraron en el escenario la posibilidad de transformar la realidad, de dibujar o imaginar una nueva, de compartirla y hacerla sentir. Después de años de trabajar sobre aquel sueño, García se encontró allí, participando como intérprete de una creación colectiva, de la que minutos antes entre pasillos, se rumoraba, sería algo diferente a las anteriores: “Me contaron que era un montaje medio performance con despliegue de tecnología”, aseguró Estefanía Pacheco, estudiante de la Academia Superior de Artes de Bogotá, quien desde hace seis años sigue de cerca todos los montajes de García. Tacones sobre madera, una maleta de viaje arrastrada por una mujer vestida de rojo. ¿El lugar? El escenario. A su entrada captó la atención del público; caminó de un lado a otro una y otra vez, acción que para algunos especuladores decía mucho, y para otros era una incógnita; fue cuestión de minutos para que los asistentes comenzaran a cambiar de posición, a suspirar, incluso a cabecear; aun así el silencio era sepulcral hasta que un teléfono celular timbró; una, dos, tres veces. Ana Caballero, actriz del colectivo teatral “Amaranta”, sabía llamar la atención: si no era por su estatura que superaba el metro ochenta, lo lograba con sus imprudentes intervenciones. Las personas

El Teatro La Candelaria mantiene la arquitectura colonial de la zona.

ubicaban el origen del sonido y lanzaban miradas desaprobadoras. Con el celular en la mano y como en un sala de estar, Ana, en la última fila de la tarima de sillas, contestó. El hombre que la acompañaba se escurrió por la silla para evitar ser reconocido e intentando cooperar, le susurró: “Cuelga que no dejas escuchar”. La mujer se despidió como si nada y colgó. Esta conversación sirvió de entremés, de esos que permiten suspirar y cambiar de posición. Por fin, la maleta desapareció del escenario. El siguiente acto fue bombardeado por una serie de imágenes que intentaban cumplir con la expectativa que se rumoraba, pero en realidad eran movimientos y videos

extraños desarticulados y que resultaban difíciles a la hora de tratar de vincularlos. Los asistentes intercambiaban miradas de desconcierto con frecuencia. La siguiente hora no tuvo mayores cambios. Una que otra risa, el rechinar de las sillas que sugería que muchas personas a la vez se reacomodaban. En fin, algo pasaba. Los actores percibían la energía del público, pues reaccionaban a las risas, los bostezos o los suspiros. Cuando las luces se encendieron los aplausos no se hicieron esperar. Todos se pararon como es costumbre para ovacionar a los actores y esperar que hagan al menos tres entradas y tres salidas al escenario recibiendo congratulaciones de los espectadores hasta que decidan no salir más, pero la acción siguiente fue inesperada: los asistentes caminaron aplaudiendo mientras se dirigían a la salida; en segundos nadie se encontraba en el teatro y no hubo tiempo siquiera para una segunda tanda de loas. Una pelirroja que caminaba a la salida dijo al aire: “Nada del otro mundo”. Era Elisa Giraldo, quien desde su primer acercamiento a García y a sus montajes, piensa que este “no es el pilar del teatro colombiano, ni tampoco el personaje de mayores elogios”. Aun así, cada nuevo estreno va al teatro con cierta expectativa; pues reconoce que “el elenco es muy bueno y no todo sale mal”. Detrás de bastidores reinó el silencio. Los trece actores protagonistas guardaron sus vestuarios alistándolos para el día siguiente de la temporada. Mientras tanto, García, a pesar de la tensión que se percibía, adoptó otra actitud. Salió del camerino, se detuvo unos instantes en el patio principal y con las manos dentro de su chaqueta se quedó inmóvil. Su mirada no miraba, era distante pero liviana. Tranquila, desprevenida; como si nada en el mundo pudiese hacerle daño; dijo para sí mismo algunas palabras y regresó al interior de la casa. Nuevamente se perdía detrás de la puerta de madera, solo que por esta noche, no saldría más.  visiones 07 / ABRIL- SEPTIEMBRE 2011

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María Teresa Hincapié

El pe

Descubrir que la grandeza del arte está en el placer de entregarle la vida a la obra y no en la fama que desaparece fugazmente fue una tarea diseñada para una artista como María Teresa Hincapié, quien vivió para el performance. Fernanda Morales Expresión escrita III / Cuarto semestre

“…traslación aquí; enseguida; en la esquina; en el centro; a un lado; cerquita a él; a ella; muy lejos; más lejos; muchísimo más lejos; lejísimos; aquí las bolsas; aquí el bolso; aquí la tula; aquí la caja; allá las bolsas; aquí la tula y encima el bolso; a un lado la caja; en la esquina el bolso y la tula; en el centro las bolsas de papel y cerquita la caja…”

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sí decía María Teresa Hincapié mientras organizaba de diferentes formas varios objetos en su performance Una cosa es una cosa, ganador del primer premio del salón de artistas colombianos en 1990. Hoy, 20 años después, muchos desconocen lo que es el performance y lo que esa mujer transmitía en cada actuación en la que el principal instrumento era su cuerpo. Paisa de pura cepa, como la define su prima hermana María Aracelly, rayo fugaz como le llamaban sus amigos en sus mejores años y maestra de la vida, como la describen sus alumnos, María Teresa Hincapié tiene mucho que contar desde donde esté, como artista y como mujer. Sus cenizas derramadas en Quebrada Valencia, reserva natural en la Sierra Nevada de Santa Marta, no fueron el fin de su existencia. El arte colombiano sigue agradeciendo su legado.

María Teresa, la artista Se formó como actriz y dedicó su vida al performance, un campo no muy amplio en el contexto de la sociedad colombiana, y de cierta forma limitado. No obstante, es la performista más reconocida del país. Sus acciones

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plásticas cargadas con un carácter altamente gestual, corporal y poético, en las que el principal objeto e instrumento es su propio cuerpo, buscaban mostrar abiertamente problemáticas de género, como la opresión, el machismo, la soledad y el abandono. Todas sus actuaciones se desarrollaban en ritmos lentos que pretendían mostrar su inconformidad frente a la rapidez con la que transcurre la vida en un mundo globalizado y con urgencia de lo inmediato, al tiempo que a partir de acciones extraídas de la cotidianidad buscaba más que una representación de la vida en diferentes contextos, una reflexión profunda y una crítica minuciosa de la misma. Su trabajo independiente se abrió paso en la escena artística colombiana con punto de fuga, naturaleza muerta en espacio muerto, vitrina y una cosa es una cosa. Actuaciones que ya tenían impresa su marca crítica y que mostraban su interés por la naturaleza y los roles sociales.

María Teresa, la maestra No fue solo una gran artista; detrás de ella se escondían otras facetas que la hacían una mujer integral. Con errores y defectos por su naturaleza humana pero con mucho para enseñar, así fue el ejemplo que demostró a sus estudiantes mientras dictaba clase en la Academia Superior de Artes de Bogotá. A sus pares académicos enseñó también que el aprendizaje no debe estar limitado a las aulas, sino que, por el contrario, debe ejecutarse en diferentes atmósferas: la calle y la vida real se convierten en el lienzo en el que el estudiante crea y realiza sus propios trazos alimentados de lo que observa en diferentes esferas y finalmente pueden llegar a convertirlo en un verdadero artista. María Teresa se empeñaba en unificar la enseñanza: no se trataba de que el alumno

aprendiera dibujo, pintura, fotografía, etc., de manera individual, sino de que tuviera la capacidad de integrarlo y fusionarlo todo, creando así un artista. Su amor por la enseñanza fue tan grande que aun cuando el cáncer debilitaba su cuerpo, ella no se rendía, hasta el punto en que dictaba sus clases desde su casa, sacando las últimas fuerzas que le quedaban para imprimir en los estudiantes su sello, para mostrarles su perspectiva y de alguna manera preservar su legado.

“Rayo Fugaz”, la amiga Hábil, descomplicada, cascarrabias, espiritual, única… así continúa definiéndola su prima y amiga María Aracelly, quien vivió junto a ella momentos gloriosos, pero también tristes caídas que fortalecieron su amistad. “Esa mujercita que usted veía, era un huracán, podía llegar a ser tan dulce o tan amarga como quisiera”, dice cuando se le pregunta por el carácter de la artista. Le decían rayo fugaz, por su habilidad para el arte y la vida, pero además por las osadas caminatas que hizo por México, poco antes de que descubriera el performance como su forma de expresar esos hitos, casualidades e inconformidades. Su maravillosa y admirable espiritualidad la desarrolló en los tres años que vivió en la Sierra Nevada de Santa Marta, un periodo durante el cual dejó a un lado la vida en la ciudad y su espíritu citadino para encontrarse con su otro ‘yo’ que le mostró el amor y la paz en medio de la naturaleza. Su proyecto, que recibió una beca del Ministerio de Cultura, consistía en habitar un espacio natural, apartándose de las limitaciones y las comodidades de la urbanidad. Esta experiencia la transformó y la con-


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erformance del virtió en un ser de luz tras vivir la utopía de una vida perfecta en la que su conexión con la naturaleza se fortaleció y en la que lejos de las personas, con la única compañía de gallinas, mulas y sus fieles compañeros, sus perros Miel y Melao, se descubrió como un elemento más de la creación. Esta experiencia además fue la que inspiró su siguiente obra, Manos a la obra, un performance que duró 24 horas durante las cuales las personas podían entrar y sentarse a mirar, meditar un rato o dormir. “A mí me gusta que la gente se duerma en mis performances. Busco crear un espacio de tranquilidad. Por eso la música es espiritual y el espacio está en la penumbra”, explicó la artista en al año 2005.

Tere, la madre No fue solo una artista y una maestra reconocida; su rol como mujer también le dio la oportunidad de generar vida desde su vientre; desde lo más profundo de su ser concibió su obra maestra: Santiago, un exitoso y talentoso músico egresado de la Universidad Javeriana de Bogotá, quien recuerda a su madre como una mujer sin igual, pero principalmente como un ser humano que como cualquier otro tenía tanto momentos de absoluta brillantez , como instantes de profunda equivocación: “era mi mamá y tenía su carácter, no todo podía hacerlo bien, además cuando uno es joven tiene la capacidad de sacar de quicio a cualquier madre, ahí era donde a ella se le apagaba el bombillito de la inteligencia y se le encendía el del enojo”. Fue madre de muchos. Tenía un instinto maternal con el que parece que vienen dotadas todas las mujeres pero que muy pocas descubren y explotan. Esa preocupación por el bienestar de los otros era una constante. Aunque pareciera una mujer fría y calculadora, toda la calidez se la guardaba para los privilegiados que realmente la conocían. “Mírela, uno creería que es más bien una mujer muy dura”, dice Santiago mientras saca de su billetera la fotografía de una mujer delgada, de facciones óseas perfectamente marcadas y forradas por una piel ya no tan blanca tal

vez por el sol, y algo agrietada quizá por la vida; una mujer de cabello castaño oscuro, muy rizado y desordenado, como si lo que menos le importara fuera el peinado que lucía tan abstracto como algunas de sus obras, que al igual que ella estaban desmaquilladas y limpias, porque lo menos importante para entonces eran los disfraces, las máscaras; parecía su cometido mostrar la realidad sin anteojos, tal y como ella la veía. Tampoco la ropa era un atributo particular: una camisa blanca, que de hecho no parecía ser ni de su talla ni de su género. Sin embargo, resaltaba su mirada, que no apuntaba a ningún lugar en particular, no miraba la lente que la fotografiaba como hace la mayoría, ni sonreía con unos dientes perfectos, como los personajes de las revistas; ella se perdía en algún horizonte que para ese momento robaba su atención, un punto que no estaba fijo, que probablemente era invisible pero que ella admiraba con dulzura. Era sin duda una mujer bella, pero se notaba en ella el peso de una vida agitada, y probablemente incomprendida; no obstante, observar a su hijo es encontrar también algo de eso, un poco de esa serenidad y dureza. Sin duda alguna, “hijo de tigre sale pintado”.

Curándose con el arte María Teresa fue de esas mujeres que en Colombia llaman “berracas”, de esas que no se rinden ante ningún viento tempestuoso, ni siquiera en los momentos más difíciles cuando una enfermedad sin escrúpulos llego a su vida, como se lo demostró a María Paulina Ortiz, redactora de El Tiempo, quien quiso entrevistarla en 2001. “La enfermedad me cambió la vida” dice. -¿Para bien o para mal? -El cáncer se volvió mi maestro. Decidí amar la ciudad, dejar de quejarme, aunque las cosas me sigan doliendo. Ahora tengo una actitud de libertad; quiero pensar que estamos viviendo en un posible paraíso”. Luego de unos meses de quimioterapia que ella definió como horribles (“me hincharon, me pusieron los músculos como plomo, no podía caminar”), dejó el tratamiento. “Uso el arte para curarme”, dijo María Teresa, quien sorprendentemente, pese a padecer una enfermedad tan agresiva, conservó su serenidad hasta el último día. No solo se negó a seguir el tratamiento, sino que además se opuso a la operación. Aunque era consciente de que la enfermedad avanzaba, la llevaba como una carga silenciosa, sin quejas, ni siquiera manifestaba sentirse enferma, pues su fortaleza espiritual parecía ser mayor, aunque su cuerpo conservaba la vitalidad después de subir a diario el cerro de Monserrate, a pie en las mañanas para alimentarse de la energía del sol durante 25 años e irse caminando hasta San Agustín en 1996. Nada de esto por excentricidad; lo suyo, aunque parezca absurdo y extravagante, era pura sinceridad. No cabe duda de que la artista deja a su paso por el mundo una huella imborrable, porque la voz del sonido, el color y la forma tienen un eco que resuena no solo un instante, sino que se oye y se oirá aun cuando pasen los años y de ella sabrán hasta quienes no han nacido. 

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Revolución y pluma La Latinoamérica del siglo XX estuvo marcada por gobiernos represivos y arbitrarios que intentaron acallar la crítica y los nuevos ideales. Sin embargo, la literatura, uno de sus más fuertes opositores, siempre se mantuvo firme y dispuesta a innovar el pensamiento del continente. Daniel M. Salazar Expresión escrita II / Segundo semestre

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écada de los años sesenta, años intensos para Latinoamérica; la política está en efervescencia, agitados movimientos políticos se dirigían hacia un ideal de renovación, dictaduras arbitrarias y desmedidas se manifestaban de manera agresiva en el poder, atentando contra la libertad de las personas. Latinoamérica alzaba el grito al cielo, defendía sus ideales, se sometía ante el horror de los falsos dirigentes que se mostraban como políticos ejemplares y que en realidad eran aliados de la muerte. La guerra fría rondaba como un fantasma que no le era ajeno a Latinoamérica; la Unión

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Soviética y los Estados Unidos se enfrentaban en una dinámica políticamente inteligente en los territorios del sur del continente americano. La revolución cubana de 1959 y los movimientos revolucionarios que se forjaban en Nicaragua eran la fiel representación de la situación política del continente en aquella década. Regímenes militares autoritarios se reprodujeron en todo el continente: Argentina, Chile, Paraguay, Perú y Brasil, y por otra parte Colombia y su guerra que ya completaba casi una década. Guerrillas que se armaban en contra de la tiranía de dirigentes despiadados. Éste era el panorama de una Latinoamérica en conflicto, un continente que forjaba su rumbo con las armas, la lucha y la perseverancia incesante de los hombres. El derrocamiento de Allende en Chile y la llegada de

Pinochet al poder en 1973 fue tan solo uno de los casos de la región, donde se gestaba un gobierno totalmente represivo, con su políticas del horror reflejadas en las desapariciones masivas, en la censura al pensamiento y la violencia desmedida (operación cóndor). Regímenes que arremetieron una persecución agresiva contra cualquier representación de pensamiento libre e innovador, siendo éste el caso de mentes brillantes, como Pablo Neruda, quien enfrentó el exilio y el peligro a la muerte. La innovación en aquella década estaba destinada al olvido. Cualquier muestra de conciencia y rebelión eran rechazadas con violencia. Pero pese al peligro que se corría, un grupo de jóvenes estudiantes entrarían en una convergencia mental que cambiaría el rumbo de las letras y la literatura de todo un continente. Hombres intelectuales, valientes y decididos con el impulso propio de un joven con anhelo, interpusieron sus ideales y su inteligencia. Rechazaron el odio que profesaban sus gobiernos, tomaron la pluma y la tinta, y las usaron como sus únicas armas de combate. En su soledad más profunda acudieron a


FLORILEGIO

“Aunque fui comunista activista, el anarquismo siempre me ha parecido una vía de conseguir justicia social con libertad plena. Y valoro el cristianismo del Evangelio. Este siglo es atroz y va a terminar atrozmente. Lo único que puede salvarlo es volver al pensamiento poético, a ese anarquismo social, y al arte”.

Ernesto Sábato

las letras, inspirados por la literatura más densa y versada que se forjaba en Francia, con Gabriel Marcel, Jean-Paul Sartre, Albert Camus, Simone de Beauvoir y Maurice MerleauPonty, quienes sirvieron de inspiración de un sinnúmero de escritores de aquel entonces. Aparecerían hombres de la talla de Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Juan Rulfo, José Donoso, Ernesto Sábato, armados de la pluma y su fuerza dialéctica para imponer la conciencia ante la irracionalidad más abrupta. Como afirmaría Roland Barthes, “sería precisamente la historia la que construiría al autor y su obra”, es decir todo el movimiento literario se basó en un ley de causa – efecto: todo el contexto que rodeaba a Latinoamérica en aquel entonces, toda esta agitación política, se traduciría en una serie de causas sociales representadas en este nuevo auge de la literatura del sur. Esta nueva corriente de escritores de forma masiva empezó a producir obras literarias de gran valor. Alejados de cualquier élite intelectual, estos hombres escribían para el pueblo, con una accesibilidad admirable, pues los libros se difundían rápidamente por el cono sur gracias al apoyo de importantes editoriales, reconociendo el valor de dichas obras y la necesidad de difundirlas por el mundo, traduciéndolas a diversos idiomas. Literatura inspiradora y de ensueño, esto era lo que producían los intelectuales, poesía de culto al continente, de pasión, de sentimiento de propiedad, que retumbaba como trompetas en el oído de los lectores. Como una ráfaga, como un fénix, apareció un sinnúmero de títulos de obras de relevancia internacional de gran valor literario, como: La muerte de Artemio Cruz, Pedro Páramo, La ciudad y los perros, La casa verde, El astillero, Paradiso, Rayuela, Sobre héroes y tumbas, Cien años de soledad, El túnel. Todas ellas constituirían la década de oro de la literatura, y consagrarían a sus autores como iconos directos de una nueva corriente: el ‘Boom latinoamericano’. Con un renombre adquirido, con un reconocimiento popular, los autores se expusieron a los ataques más directos, siendo este el caso de Ernesto Sábato, quien fue perseguido por su activismo político y su compromiso con la liberación de los regímenes

dictatoriales. Sábato se encaminó hacia una lucha decisiva entre la pluma y el régimen; sus escritos se establecieron como auténticas dagas mortales contra el gobierno, debido a lo cual tuvo serios problemas personales y laborales que pusieron en jaque su labor, pero su compromiso era inamovible y al igual que sus compañeros en el resto de Sur América seguía en su lucha, escribiendo a favor de la libertad y la palabra. “El desconocido coronel Perón, cuya estrella empezaba a levantarse sobre el horizonte vio claro que había llegado para el país la era de las masas. Y tanto su aprendizaje en Italia, su natural tendencia al fascismo, su infalible olfato para la demagogia, su idoneidad para intuir y despertar las peores pasiones de la multitud, su propia experiencia de resentido social hijo natural como era y por lo tanto su comprensión y valoración del resentimiento como resorte primordial de un gran movimiento de masas, y finalmente su absoluta falta de escrúpulos; todo lo capacitaba para convertirse no solamente en el jefe de las multitudes argentinas sino también en su explotador”. Es de esta forma que en Latinoamérica en los años sesenta los escritores dejaron de ser “escritores”, se trasladaron al ámbito político para atacar el descontrol con su sensibilidad y humanismo, cayeron en una melancolía que los invadía, que corroía lo más profundo de su ser racional y los llevaba hasta los confines más profundos de sus mentes, a cuestionar su propia existencia. Así lo fue con Sábato, quien encontró en este escenario desalentador de Latinoamérica la muerte y la desesperanza, la misma que encontró Camus, y lo situó como un extranjero en el mundo (el mito de Sísifo). La desesperanza crecía, pero la lucha perseveró. Sábato siguió con sus ataques, los escritores ahora eran activistas políticos. García Márquez encontró en Cuba una inspiración, la representación perfecta de la liberación y la dignidad latinoamericana frente a las dictaduras impuestas por Norteamérica. Esta empatía fue mas allá de la inspiración, García Márquez logró establecer amistad con Fidel Castro, que claramente rompió las fronteras de la formalidad y estableció una cercanía o hermandad ideológica entre escritores y políticos que estaban gestando las revoluciones en Latinoamérica. Representada en simples diálogos cotidianos, García Márquez contó a su entonces amigo Plinio Apuleyo Mendoza: -Quiero que el mundo sea socialista y creo que tarde o temprano lo será-. De igual forma sus obras poseen una clara carga política que forjó la línea intelectual revolucionaria. En títulos como El otoño del patriarca, García Márquez hace una representación de una dictadura, comandada por un grotesco, sanguinario y violento general. A manera literaria García Márquez hace una personificación de diferentes modelos de gobierno y modelos políticos; sus líneas revelan sus tendencias, pues establece como herramienta primordial para el funcionamien-

to de un Estado, la democracia, el respeto y cumplimiento a cabalidad de la ley y la constitución. Uno a uno, autores de diferentes nacionalidades se encaminaron en una guerra directa contra la opresión y se unieron en un ideal común, la libertad y la revolución de un pueblo, inspirados por unos ideales que no les eran ajenos y que se expandían por todo el continente. Los autores se vieron contagiados por el socialismo cada vez más popular, los movimientos comunistas y la izquierda. Exiliados o en su territorio sentían la necesidad de luchar por el sueño, y se vincularon en un compromiso nacional, un compromiso con su pueblo y su sangre, una lucha personal e incesante que valoraban más que a su propias vidas, “libertad o muerte”, los escritores con su plumas tomaban vuelo como héroes y mártires de la irracionalidad. ¿Fracaso o victoria? Algunas dictaduras se extendieron por muchos años y prolongaron la esperada victoria de los intelectuales por más décadas. El sueño se vio frustrado para los escritores, la irracionalidad superó a la razón, y el sueño se vio aplazado. Las bases del pensamiento intelectual, sin embargo, forjarían los cimientos del rompimiento dictatorial y pronto las masas empezaron a movilizarse en contra de la absurda gobernabilidad de dichos mandatarios. Primó una cierta estabilidad política en Latinoamérica por un tiempo, luego se volvería a quebrantar en la década de los años ochenta en El Salvador, y las dictaduras impuestas por Norteamérica pondrían de nuevo en jaque el idealismo intelectual..

Referencias Castro, F. (1972). Encuentro simbólico entre dos procesos históricos. La Habana: Ediciones Políticas: Comisión de Orientación Revolucionaria del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Donoso, J. (1972). Historia personal del “boom”. Ed. Alfaguara. Godio, Julio. (1981). El último año de Perón. Bogotá: Ediciones Tercer Mundo. González Porto, B. (1963). Diccionario de autores de todos los tiempos y de todos los países. España : Montaner y Simón. Maira, L. (1984) Chile: Autoritarismo, Democracia y Movimiento Popular. CIDE. México. Sábato, E. (1965). El otro rostro del peronismo. Imprenta López. Potash, R. A. (1980). The Army and Politics in Argentina, 1945–1962. London: TheAthionePress. Urdinola Uribe, A. (2004). Faulkner en Siete Obras del Boom. Colección: Artes y Humanidades. Universidad del Valle .

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http://cinefilia.com.mx/wp-content/uploads/Harry-Potter-and-The-Deathly-Hallows.jpg

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Más cine, menos literatura. Más literatura, menos cine Desde su creación, el cine se ha valido de la literatura para recrear nuevas historias en la pantalla. He aquí un recorrido por los más significativos ejemplos que revelan la relación entre estas dos magníficas artes. Daniel Steven González Expresión escrita II / Segundo semestre

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ranquicias como las sagas de Harry Potter, Crepúsculo y Las crónicas de Narnia dominan la taquilla cinematográfica a nivel mundial por la fantasía de sus historias, los efectos especiales y los personajes. Todas ellas con una idea que surgió de escritores como J. K. Rowling, Stephenie Meyer y C. S. Lewis, quienes hoy en día se han convertido en los nuevos guionistas de Hollywood ante la falta de ideas de algunos de los más reconocidos, como los hermanos Coen, Aaron Sorkin, Tony Gilroy y muchos más, que incluso han

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tomado algunos libros y han adaptado sus historias para llevar a la pantalla grande. Este fenómeno de adaptación de los libros más leídos al cine por parte de las productoras más importantes no es nuevo, y a través de todos los años hemos tenido importantes historias basadas en esas páginas con letras muy reconocidas y que se vuelven muy interesantes. El cine y la literatura son artes totalmente diferentes. Los dos deberían tener el mismo valor, por lo tanto no son comparables. Para algunos el mundo de las letras con sus descripciones tiene mayor valoración que ilustrarlo visualmente a través de una pantalla gigante o viceversa. Este es el argumento con el cual muchas personas responden a la pregunta ¿cuál es mejor? Siempre existirán comentarios como “el libro siempre será mejor que la película” o “la película es la mejor forma de entender un libro”. Históricamente el cine y la literatura han tenido una relación que no es posible separar; hoy en día uno depende del otro, sin ser palabras por encima de imágenes, ni el séptimo arte por encima de la escritura: “El cine y la literatura están estrechamente

relacionados: ambos son expresiones artísticas en que los autores intentan comunicar un mensaje” 1. Pero hay diferencias. La idea, para los que trabajan en las producciones de la pantalla grande, no es copiar el texto literario y plasmarlo: “en no pocos casos, tal apreciación culmina después transformando el libro en guión y el guión en cine” 2. Es un proceso que a veces tiene éxito, como la película Blade Runner, dirigida por Ridley Scott, la cual fue, según el escritor Rubem Fonseca, una de las mejores adaptaciones de literatura (el libro del imaginativo Philiph K. Dick, Do Androids Dream of Electric Sheep?) al cine. Este es un recurso del director ruso Kuleshov, reseñado por Rubem Fonseca en su artículo: “El cineasta y teórico ruso Lev Vladimorov Kulechov, que introdujo el arte del montaje, afirma en su libro “El arte del cine” que el cine es básicamente argumento y montaje, es decir, las dos figuras más importantes del filme son el guionista y el editor” 3. Para Fonseca, el proceso de texto literario a guión es la clave de llevar los libros a la pantalla grande, con excepciones, como por ejemplo El código Da Vinci, de Dan Brown, llevada al cine por Ron Howard, que captura la mayoría de detalles


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Harris. Al adaptarlo al cine, el director tuvo que ignorar muchos personajes y además cambiar el final que proponía la obra literaria donde se exponía al papel de Moore como amante del doctor Lecter y aprender a ser como él. El resultado: si bien es cierto que no fue tan aclamada como El silencio de los Inocentes, tuvo una cosecha de críticas muy buenas y sobre todo una recaudación importante de taquilla en el ámbito mundial. Al igual que Hannibal, están El Club de la Pelea, El Lector, La Naranja Mecánica, la versión moderna de Romeo y Julieta, Taxi Driver, etc… que agregan o cambian parte del argumento de la historia, para apropiarse de ese mundo que atrapa al momento de leerlo y que no queremos verlo retratado igual en la pantalla grande.

Fotografía: http://ltpc.dpa-etsam.com/wp-content/uploads/2009/02/hannibal.jpg

del escrito en la pantalla grande pero fue vapuleada por la crítica mundial y por algunos lectores. A pesar de que tanto la película de Ron Howard como la de Ridley Scott llevan el mismo mensaje de las obras escritas por Dan Brown y Philiph K. Dick, respectivamente, cada una contiene características que limitan uno u otro al momento de la conversión. Existen directores, de acuerdo con el periodista español Vicente Verdú, que no transmiten a la pantalla la imagen sino que prefieren mostrar el impacto de un discurso: “que ilustran tanto las cintas de Woody Allen como las de Rohmer quedan cada vez menos ejemplos puesto que hoy los ruidosos efectos especiales, la velocidad en los cambios de plano o la extrema brevedad de las secuencias se muestran incompatibles con la recreación de una diatriba o el desarrollo de una prolongada conversación” 4. Casi todos los textos literarios reflejan un mundo que con una cámara es muy difícil de transmitir. El gran error de algunos directores de cine es precisamente no generarle la sensación al espectador de estar sumergido en ese mundo; este es el gran argumento que existe en la literatura sobre su ventaja sobre el séptimo arte. Pero el cine también tiene sus armas y la más fundamental de todas es “la capacidad de síntesis del cinematógrafo, ya que puede cubrir en una sola secuencia lo que a una novela normalmente le llevaría páginas enteras” 5. Resumir páginas de una acción en tan solo una escena siempre será importante recalcarlo como una ventaja que tienen las películas sobre los libros. Además el cine cuenta con elementos para generar esa sensación de ser llevado a ese mundo de literatura, como por ejemplo El resplandor, de Stanley Kubrick, que genera con su música una sensación de locura que el espectador no puede dejar pasar inadvertida. Compositores como John Williams se han convertido en personas inmortales con la composición musical de películas como Indiana Jones y El Parque Jurásico y cómo olvidar la famosa banda sonora que convirtió en inmortal las adaptaciones al cine de las novelas escritas por Ian Fleming, el creador del mundo del Agente 007. Por supuesto con la música existen otros elementos, como la cámara empleada sobre todo en la adaptación de la novela de Shakespeare, Romeo y Julieta, dirigida por Baz Luhrmann, que atrapa la historia en un contexto más moderno gracias a los escenarios y encuadres que atrapan al espectador de una novela épica al exponer la historia en un entorno mucho más cercano a nuestra época. La clave del éxito de una buena película llevada de la mano con un libro es la innovación que genera la primera frente a la segunda: “André Bazin, por ejemplo, quien decía que el reto del cine no era

inspirarse en la literatura o adaptarla, sino buscar una ‘equivalencia integral’ frene al texto escrito”6. La mejor forma de ilustrarlo es con una película basada en los libros de Thomas Harris, en especial Hannibal, que es el último de toda la saga del doctor Hannibal Lecter. El libro fue lanzado en 1999 y la película, en 2001. Por supuesto sucedieron varios antecedentes para lanzar una proyección que sin ser un fiel retrato del libro, es una buena adaptación porque atrapa ese mundo que quiso transmitir Harris en sus libros. Al final de la película muestra a un Hannibal que huye de una inteligente y sagaz policía, Clarice Starling. El primer cambio que vemos, y además para muchos el único, es el cambio de actriz que algún día interpretó Jodie Foster y que interpreta en esa ocasión Julianne Moore. Algo que también cambia es el director en la famosa ganadora de 5 premios Oscar, Jonathan Demme. La razón: hacer una película basada en un libro tan violento como lo escribió

Referencias 1. Bazin, A. Citado en De cómo el cine se convirtió en el padre de los escritores Recuperado de http://www.cinefagos.net/index.php?Itemid=3&id=279&option=com_ content&task=view 2. Castro, P. (2007). La relación entre “Cine” y “Literatura”. Recuperado de http://relacion-cineliteratura.blogspot.com/2007/03/la-relacin-entre-cine-yliteratura.html 3.Fonseca, R. (2006). "Cine y Literatura", En revista El Malpensante, 2. No 71. Recuperado de http:// www.elmalpensante.com/index.php?doc=display_ contenido&id=490&pag=2&size=n 4. Fonseca, R. (2006). "Cine y Literatura", En revista El Malpensante, 2. No 71. Recuperado de http:// www.elmalpensante.com/index.php?doc=display_ contenido&id=490 5. Osorio, O. De cómo el cine se convirtió en el padre de los escritores. Recuperado de http://www.cinefagos.net/index.php?Itemid=3&id=279&option=com_ content&task=view Verdu, V. (2010). Cine y Literatura. Recuperado de http://www.elboomeran.com/blog-post/11/9813/vicenteverdu/cine-y-literatura/

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Comunicación alternativa y web 2.0.

¿Qué tan pequeño, qué tan tirano?

Fotografía: http://www.parodiario.tv/

Un análisis sobre las caricaturas de cuatro jóvenes representantes de una generación en Colombia, que gracias a las posibilidades de la web colaborativa, han logrado difundir un mensaje alternativo de humor político.

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Sara Munarriz y Cristian Martín Cultura colombiana / Cuarto semestre

antiago Rocha, Simón Wilches, Diego López y Santiago Rivas no buscaron ser famosos, pero su trabajo ya los hace diferentes. Son los creadores de una manera distinta de hacer humor político, en medio de un país que, debido a la polarización de pensamientos y a la incesante guerra, ha mermado y acallado a quienes se atreven a plantear, mediante la risa, otra forma de pensar el conflicto y la cotidianidad colombiana. Y además, gracias a la nueva era tecnológica, su trabajo ejemplifica perfectamente la gran repercusión y los alcances de los nuevos medios. ‘El Pequeño Tirano’ no es más que un producto casero que reproduce la inmadurez política de Colombia con dos niños que encarnan la izquierda retardataria y la derecha gobiernista y radical. Se conoce más de estos personajes animados que viajan a través de YouTube, blogs, correos, y recomendaciones en Twitter y Facebook, que el alma de sus creadores. Rocha es hijo de una familia de arraigadas costumbres conservadoras proveniente de Manizales y Bogotá. A ellos atribuye su notoria timidez. Su padre falleció cuando tenía cinco años y de su niñez recuerda con algo de impotencia que era constantemente reprimido en el colegio por muchos de sus comentarios y ensayos. Rivas proviene de una familia de tradición liberal bogotana, pero sus padres se distanciaron de estos legados políticos. Su padre pasó de una posición centro derecha liberal a la militancia en la izquierda colombiana, así que Rivas ha vivido en un ambiente donde la libertad de pensamiento y las decisiones socio-políticas deben ser fruto de la reflexión personal. Nació en 1982 en la capital de Colombia y desde los 14 años de edad se ha declarado anarquista. Wilches nació en Popayán, hijo del primer matrimonio civil de esta ciudad colombiana de fuertes costumbres religiosas. Creció en una finca y es el tercero de cuatro hijos de esta “unión hippie” a los ojos de muchos payanenses. Estudió Artes Visuales en la Universidad Javeriana donde tenía fama de “pilo”, es becario Fulbright gracias a lo cual hizo su maestría en animación. El trabajo de López en ‘Pequeño Tirano’ es reforzar el diseño o toda la parte gráfica.


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Santiago Rivas, Santiago Rocha y Simón Wilches (abajo) creadores de ‘El pequeño tirano’.

Entró al grupo desde la mitad de la segunda temporada de esta serie animada. Nació en un hogar con muchas libertades. Se define a sí mismo como un amante por el dibujo, nunca sale de su casa sin una libreta de bocetos. Ellos encarnan una manera de realizar “hiperpolítica” al utilizar las tecnologías de la información y las comunicaciones, TIC, de manera alternativa para ejercer como ciudadanos su derecho civil de expresarse, enfrentando a los medios tradicionales. Son “artivistas” o hacen net-art en la medida en que con sus caricaturas tratan temas por su nombre propio y salen del humor costumbrista y correctamente político en el que estaba inmersa la sátira colombiana. Son evidentemente tecnofílicos, hacen parte de una generación que ve en los nuevos medios una forma de salir de la manipulación mediática de la información, y la monopolización o tergiversación de ésta. Son los hijos de una generación net pero sobre todo y como siempre repiten “son personas comunes y corrientes que se atrevieron a ejercer el derecho ciudadano de denunciar y hacer frente a lo que en el país estaba sucediendo”. Esta experiencia de ‘Pequeño Tirano’ es una de las muestras del tema “Nuevas Identidades”. Sus creadores están inmersos en el mundo de las nuevas tecnologías y en este medio no existe un solo productor de información si no hay un público que interpreta la realidad y la reproduce desde sus subjetividades. La sociedad ahora no tiene límites fijos. Estos jóvenes cansados de una información que se alimentaba unilateralmente, tienen la posibilidad desde su conexión con el mundo de manera virtual, de montar plataformas propias que desvanecen las leyes naturales. Según Scolari, “las tecnologías no solo influyen al mundo, sino la percepción que los sujetos tienen del mundo”, con lo que se deduce que las nuevas tecnologías han abierto una relación de igualdad entre Estado y ciudadanos. Estos jóvenes hoy no tienen que vender su idea a los medios tradicionales sino que, por el contrario, pueden poner a circular

su humor político en Internet, retando y burlándose de frente de las costumbres políticas del país sin ser censurados. Esta generación que actúa bajo un determinado tipo de características y singularidades, que se constituye a partir de la irrupción de las TIC desde los años ochenta, dio paso a una nueva época social. Gracias a las herramientas que los nuevos medios brindan a los usuarios, así como la tendencia a la convergencia y el replanteamiento de los esquemas clásicos de la comunicación que han permitido el paso de la Web 1.0 a 2.0, se generan nuevas formas de uso y acceso a la información. Nicolás Negroponte, en su libro Ser Digital dice que “la revolución digital regulará la política, la economía y la sociedad del siglo XXI; se alterará nuestra forma de aprender, de trabajar, de divertirnos (...) toda nuestra forma de vida”. La generación net posee una gran “capacidad de adaptación”, en lo que respecta al manejo de las TIC, los computadores y la Internet. Es gracias a este entorno económico, social y cultural que se logra dar paso a esta nueva generación, que “considera a la televisión unidireccional como efectivamente lo es, que no permite tomar parte en las decisiones de su programación y el contenido. La generación net da un salto cualitativo al pasar de simples espectadores a usuarios con grandes posibilidades de participar, jugar, entretenerse, buscar, hacer, resolver, establecer relaciones (…) y llevar a cabo proyectos conjuntos con una nueva idea de la distancia y el tiempo”.

o pequeñas), con tecnología de punta, generando un boom tecnológico. El teórico Silverstone Roger, por su parte, expresa que “se nos dice que estamos en medio de una revolución tecnológica con consecuencias de gran alcance, una revolución en la generación y difusión de la información”. Lo interesante de esta “era de la información”, en la que vemos cambios económicos y avances tecnológicos independientes los unos de los otros, es que los efectos recaen casi que completamente en lo social: “Los cambios sociales son tan espectaculares como los procesos de transformación tecnológicos y económicos”, dice Castells. Pero en este punto no podemos deducir una posición deshumanizadora de los nuevos medios que se “apoderan” del mundo. Todo lo contrario: es importante recordar, siguiendo a Castells, que la tecnología implica intervención humana, nace de procesos y actividades inmersos en una sociedad de individuos. Lo cierto es que la tecnología no determina la sociedad ni viceversa, sino que se trata de un fenómeno de interacción en el que hay que empezar por considerar la tecnología como sociedad. Por otro lado, tenemos en nuestro imaginario que detrás de una serie animada o una caricatura están centenares de personas trabajando en grandes estudios, pero en el caso de ‘Pequeño Tirano’, toda la producción se hace desde cualquier espacio en donde se tenga al menos un computador y algunas horas de reunión de sus creadores. Si pensamos en la tecnología como economía política será más fácil comprender el importante papel del pro

El papel del productor El mundo contemporáneo está sufriendo un reacondicionamiento en cuanto al sistema capitalista, y estos cambios radicales se evidencian claramente en el sistema de producción. Castells expone la idea de una “cultura de innovación”, en la que entran a jugar empresas (grandes visiones 07 / ABRIL- SEPTIEMBRE 2011

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VIGÍA

ductor de información. Es acá donde Roger afirma que las condiciones cambian, ya que el producto del mercado de la información no es un bien tangible (la información se convierte en materia prima), razón por la cual la reproducción y difusión prácticamente no tiene costos. En ese sentido casi cualquier persona puede producir. Esta “era de la información” se contrapone a la idea de teóricos como Adorno y Horkheimer, quienes plantearon que la cultura restringe y limita, en el sentido en que se necesita de capital para acceder a ella, pero en este caso es diferente: “La información es, posiblemente, tanto la mercancía como el principio de su administración”, afirma Roger. En Colombia todo esto recae en adolescentes y jóvenes inconformes que empiezan a desarrollar contenidos alternativos y de gran acogida dentro de las nacientes posibilidades informáticas y “multimediales” de finales del siglo XX ofrecidas por las TIC, que con el transcurso del tiempo se configuran en el país como nichos sociales agrupados y dueños de nuevas identidades. En la historia colombiana surgen entonces nuevos términos como: bloggero, que identifica a este grupo de personas que produce y difunde una información que contrarresta y enfrenta lo que se vivía en el país de manera alternativa y a bajos costos. En el caso de estos cuatro personajes su idea nace con un blog que alimentan con el nombre de “Parodiario”, luego dicho blog se transforma en un VideoBlog, con lo cual mezclaron contenidos visuales y escritos en una sola plataforma (multimedialidad). Con esta nueva identidad, comienzan a encontrarse en la red y a organizar comunidades laborales que no dependen de horarios fijos o una oficina clara, todos tienen trabajos independientes pero se unen para producir la serie ‘Pequeño Tirano’, que con la animación y una plataforma gratis para subir videos (YouTube), se convierte hoy en bandera de nuevos procesos socio-culturales que durante varios años fueron subestimados por las esferas sociales dominantes.  Referencias Castells, M. & Martínez, C. (2005). La era de la información: economía, sociedad y cultura. Siglo XXI editores. Horkheimer, M. & Adorno, T. (1988). Dialéctica del iluminismo. Buenos Aires: Sudamericana Scolari, C. (2004). Hacer clic: hacia una sociosemiotica de las interacciones digitales. Barcelona. Scolari, Carlos. (2008). Hipermediaciones: elementos para una teoría de la comunicación digital interactiva. Barcelona Negroponte, N. (1995) Ser Digital. Buenos Aires. Dos frutos de la era cibernética: la generación net y los hackers. Universidad de Guadalajara. Recuperado de http://sincronia.cucsh.udg.mx/joon.htm

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Un nuevo escenario para expresar la inconformidad social que vivía el país fue lo que logró el teatro en las décadas de los años sesenta y setenta. Una apuesta a la dramaturgia como elemento para intentar cambiar la realidad.

El teatro,

La voz del pueblo

en los años sesenta y setenta Estefanía Ayala Expresión escrita II / Segundo semestre

E

l objetivo del teatro colombiano a través de los años ha sido representar una dramaturgia nacional. A pesar de que tuvo que atravesar por diversas etapas de auge y decadencia para sostenerse dentro de la sociedad en los años sesenta y setenta cuando el gobierno y la política tomaban el control, hasta el punto de censurar opiniones por ser distintas a sus ideales, tomó fuerza y como respuesta generó ‘grupos independientes de teatro’, los cuales contarían con sus propias salas y no necesitarían el apoyo económico del gobierno. “Cualquier observador de la situación colombiana de la segunda mitad del siglo XX se sorprende ante la coexistencia de una creciente guerra interna con una economía estable –salvo en los últimos tres años, y una democracia representativa que se considera la más antigua de América Latina. En realidad lo que ha sucedido en Colombia es una

recurrente crisis de legitimidad de un sistema político caracterizado por un obsoleto bipartidismo que se ingenia las formas de sobrevivir a costa de restringir la participación popular. Los sucesivos intentos de relegitimar el régimen como el pacto bipartidista que rigió al país entre 1958 y 1974”, anotó el historiador Mauricio Archila Neira en 2002. El teatro colombiano logró convertirse en una de las más grandes manifestaciones populares. Fue en ese escenario donde los artistas alzaron la voz para expresar su inconformidad social. El teatro actuó como agente de cambio social capaz de romper o reafirmar ideologías y se convirtió en el reflejo de la sociedad colombiana, gracias a un grupo de artistas intelectuales e independientes provenientes del naciente Teatro Experimental, y de todo un movimiento cultural. Dos de los pioneros del arte teatral colombiano han sido Santiago García, fundador del teatro ‘La Candelaria’, en 1966, y Enrique Buenaventura, fundador del Teatro Experimental de Cali, TEC en 1955, quienes influyeron de manera congruente haciendo grandes aportes con su arte teatral a la so-

Fotografías: Cortesía Teatro La Candelaria


DEBATES

ciedad colombiana, con marcadas influencias del maestro alemán del teatro, Bertolt Brecht, y con una metodología que incidiría en la forma como el público hacía análisis y observación de las obras teatrales. “En el caso del teatro colombiano”, dice García, “nosotros estamos haciendo una dramaturgia que le ayudará a la sociedad colombiana a entenderse a sí misma. Este arte logra penetrar y mostrar la realidad de tal manera que aclara, cambia o transforma las ideas que tiene el pueblo acerca de la vida… acerca de la realidad”. García en su teatro dirigió y actuó en montajes de obras vanguardistas extranjeras que rompieron con el estilo ‘tradicionalista’ que llevaba impregnado el teatro durante décadas. Su tenacidad, sumada a una ideología libre dispuesta a hacer un cambio en el pensamiento del pueblo y liberarlo de su ahogamiento sociopolítico, a través del teatro tocaría de una forma más cercana la realidad social de la actualidad. Los críticos del momento calificaron esta etapa como ‘El acceso a la modernidad del teatro colombiano’. No había un nombre que definiera mejor esta época, porque definitivamente este ‘nuevo teatro’ hacía mucho más amable y cercano el acceso del público popular al arte, ya que tomaría la fuerza necesaria para refrescar la conciencia y la memoria del pueblo. La sociedad colombiana estaba agobiada de tanta violencia, de tantos conflictos sociopolíticos y económicos.El pueblo sintió la necesidad de expresarse y entender su propia realidad, para lo cual Santiago García sería un gran soporte, al lograr que la sociedad colombiana se apropiara de una dramaturgia nacional en la que se representarían las principales problemáticas sociales, donde aquélla se sintiera verdaderamente identificada. “Al finalizar la década de los años sesenta La Candelaria emprende la creación de obras originales de dramaturgia nacional con el método de creación colectiva”, cuenta la historia publicada en la página oficial del teatro. Era evidente que la función del teatro ya no era solamente ser un pasatiempo dirigido en su mayoría a las grandes élites de la sociedad: se convertiría además en la forma más acertada de expresar la inconformidad social aplicando a las obras teatrales del momento marcadas posiciones izquierdistas, manifestaciones marxistas, protestas contra la guerra, la violencia, el capitalismo, y la burguesía en la sociedad, convirtiendo las tablas del teatro en un escenario de discusión política. El teatro rompería ideologías y afirmaría conceptos que la sociedad ya tenía, como por ejemplo la concepción política del país, eje central de las obras de García. Guadalupe Salcedo, estrenada en 1975 sobre las guerrillas del llano, representa una fuerte y violenta lucha entre liberales y conservadores donde Salcedo, guerrillero cabecilla, sería protagonista.

El TEC Enrique Buenaventura hizo del TEC un polo de atracción muy fuerte para los artistas que quisieron perfeccionar su práctica teatral. “Si en el TEC no se estuviera experimentando, ni en la práctica, ni en los estudios teóricos, históricos, que dan las herramientas para reflexionar sobre la sociedad colombiana, no existiría una forma autóctona de crear una dramaturgia propia”, dijo. Buenaventura desarrolló obras fuertemente cargadas de política, como el montaje de La trampa, que realizó junto a Santiago García, el cual trataba sobre las dictaduras centroamericanas, obra que fue censurada por el gobierno colombiano debido a su contenido político. Era evidente la intención de generar controversia en las obras de Buenaventura, y no era para menos: ¿cómo no tener esta intención en el teatro colombiano, si su situación motivaba cada vez más al género teatral para representarla? El teatro ahora era todo un espectáculo compuesto por varios elementos que lo hacían un arte influyente: imagen visual, sonora y, lo más importante, la construcción de una relación específica con el espectador. Como consecuencia, la sociedad colombiana pasó a ser el objetivo primordial de la representación teatral y cuanta más polémica generaran las obras de teatro, evidentemente mayor sería el impacto y la influencia en el público, se cumpliría con el objetivo del teatro como agente generador de cambio. Según Buenaventura, “no hay que esperar que el espectador acuda y pague por ver teatro; hay que buscarlo donde está: plazas, fábricas, calles”. Todo esto logró que cambiara la concepción de espacio y montaje teatral, así como también fue posible resaltar la importancia de la cercanía del teatro con su público. El método de creación colectiva de García y Buenaventura fueron pilares para no ver el teatro como una ‘industria cultural’, sino como un punto de convergencia y

pluralismo donde la sociedad tiene un papel participativo y donde el movimiento teatral trabaja en conjunto por un objetivo común: ser un agente de cambio para la sociedad. Anteriormente existía la falsa concepción de que si a nuestra sociedad colombiana llegaran elementos culturales de Europa y Norteamérica, harían del nuestro un teatro ‘triunfalista y hermoso’, poco cercano a nuestro contexto, lo que supuestamente conllevaría a que no cumpliera con su principal función: ‘Reflejar nuestra realidad’, lo cual es rotundamente falso. Los elementos de Brecht, uno de los más influyentes del teatro en el mundo, que adoptaron García y Buenaventura fueron muy útiles para construir sus obras de carácter político. Brecht les demostró que el cambio de la sociedad a través del teatro no era solo posible sino necesario. Por su ideología marxista se vio obligado a dejar Alemania durante el periodo de Hitler, exilio que aprovechó para escribir obras que por su contenido, de ser publicadas en la Alemania nazi, seguramente le hubiesen costado la vida. A través del teatro, Brecht aportó una reflexión acerca de la sociedad y sacudió la conciencia de las personas. Estos fueron factores fundamentales en el movimiento teatral de los sesenta y los setenta en Colombia.  Referencias Archila Neira, M. (2002). Colombia en el cambio de siglo: actores sociales, guerra y política.En La Nueva Sociedad Venezolana. Venezuela:Nueva Sociedad. Díaz, P. (2009). Entrevista con Santiago García, director del teatro La Candelaria: Prometeo portador de fuego. Video. Historia del teatro La Candelaria. Recuperado el 20 de octubre de 2010, de www.teatrolacandelaria.org Lamus Obregón, M. (2004). Biografía de García Santiago. En Gran enciclopedia del círculo de lectores, biografías. Método de creación colectiva. Recuperado el 20 de octubre de 2010, de www.enriquebuenaventura.org Personajes del año 1951-1953.(Octubre de 2005). En Revista Credencial historia. (No. 190). Recuperado el 19 de octubre de 2010, de www.banrepcultural.org www.teatrolacandelaria.org/sección de historia.

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DEBATES

Performance Art

Un estilo artístico que logra mezclar diversos géneros estéticos con los más variados temas y técnicas en un campo de acción sin fronteras.

Un vuelco al arte habitual

Andrea Ibáñez Expresión escrita II / Segundo semestre

“El arte es la mentira que nos permite comprender la verdad.”

E

Pablo Picasso

l Performance Art viene de ‘muchas formas’ o ‘todas las formas’, es decir que sirve para todo, por todo y hacia todo, como la lámpara maravillosa de Aladino, gracias a su gran variedad de acepciones, de interpretaciones adaptadas para cada quien, con su respectivo soporte práctico, que muy raras veces tiene un soporte teórico en voz de aquellos que dan su postura según su mirada personal, sus respectivos intereses y objetivos particulares de por medio. Este arte nace en 1960, cuando el teatro y las puestas en escena dejan de estar ligadas a una institución o compañía, ya sea privada o distrital, y se empieza a buscar romper con la cotidianidad y dar un mensaje que marque o quede explícito para el público. En el Performance no hay normas; no hay nadie mejor que nadie, no hay una cotidianidad directa ni se tiene una estructura determinada, es decir que no hay delimitaciones para el desarrollo y protagonismo de aspectos como la comedia, la tragedia, la farsa, el melodrama, etc. En este arte se vive la mezcla

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entre lo platónico (que permitía una mirada a la naturaleza y una imitación absoluta del objeto aunque éste no sea agradable por sí mismo) y lo dionisiaco (que intenta introducirse a tratar el tema de la liberación y/o libertad del ser, puesto que este dios griego del teatro, Dionisio, llamado como dios ‘libertador’, dice que obtiene la liberación del ser normal, mediante la locura, el éxtasis y el vino). El PerformanceArt desde un principio buscaba dar un impacto directo casi como la comedia antigua con Aristóteles (quien con su postura conservadora defendió la validez de los tradicionales mitos religiosos y se mostró reacio ante cualquier nueva doctrina filosófica) y se basaba en una sistematización estética de la belleza, pero luego se empezó a dar un Performance improvisado de sentimientos y sensaciones dejando de lado la intención social, para darle paso al Performance panfletario, sublimado con sensaciones y métodos plásticos y musicales. No es preciso mencionar su significado en la actualidad, puesto que desde ya hace algunos años se vienen produciendo cambios y al mismo tiempo posturas que lo denotan entre la rotura de la cotidianidad, la mezcla de intenciones sociales, subjetivas y existencialistas. Por otro lado, uno de los aspectos más relevantes es la diferencia que hay entre el Performance y el teatro, puesto que son artes que se entroncan o parece que se entroncan y relacionan, y tienden a cruzarse y enriquecerse el uno al otro pero alejándose sustancialmente a causa de las tensiones tanto estéticas como formales que los diferencian. Esta actividad artística es más que un asunto, una cuestión que se desprende por pedazos de las artes plásticas, marcada como su cuna natural, aunque como actividad inmóvil e inquieta requiere de la exploración de otras artes representativas circundantes y cercanas, como lo es el teatro. El teatro no es el Performance y el Performance no es el teatro. Se nutren y fortalecen mutuamente. El Performance en la actualidad se ha vuelto una representación de elegancia y buena aceptación, tratándose de un arte de moda, y quienes pretenden innovar lo ven como algo que los posiciona en un mayor estatus, cuando en realidad su significado artístico lo valora como algo más que eso. Lamentablemente es entendido como todo lo que no es: teatro. El teatro es justamente un elemento primordial del arte, aquel que el Performance necesita

para competir; si bien se complementan, para diferenciarlos es casi necesario ‘destrozarlos’ entre sí, escarbar y encontrar lo que tienen en común, para encontrar lo que los hace únicos. El Performance tiene algo parateatral, una forma tan arcaica como nueva, que hace uso de rituales o ceremonias para su representación, como lo mencionó el director polaco de teatro Jersy Grotowzki, cuando dijo: “El Performer es el hombre de acción. No es el hombre que hace la parte del otro. Es el danzante, el sacerdote, el guerrero: está fuera de los géneros estéticos. El ritual del Performance, una acción cumplida, un acto. El ritual degenerado es el espectáculo. No quiero descubrir algo nuevo, sino algo olvidado. Algo tan viejo que todas las distinciones entre géneros estéticos ya no son válidas”. Por otro lado, en su libro Performance: Teoría y prácticas interculturales, el director y fundador del Performance group, Richard Schechner, ofrece una diversidad de manifestaciones que caben dentro de las definiciones del término Performance: “Un modo de comprender la escena de este mundo confuso, contradictorio y extremadamente dinámico es examinarlo ‘como Performance’… Los estudios del Performance utilizan un método de amplio espectro. El objeto de esta disciplina incluye los géneros estéticos del teatro, la danza, los ritos ceremoniales humanos y animales, seculares y sagrados; representación y juegos; Performances de la vida cotidiana; papeles de la vida familiar, gobierno; deportes y otros entretenimientos populares; psicoterapias con otras formas de curación (como chamanismo); los medios de comunicación. El campo no tiene límites fijos”. Esta actitud deliberada que presenta Schechner muestra cómo en realidad el Performance “viene de muchas formas” y al mismo tiempo las abarca, es decir, “es aquel arte al que le cabe y en el que es posible todo”. A mi juicio, el Performance permite darle una mirada distinta a lo que considera arte, permite la liberación del artista y del espacio mediante la gran gama de temas y posturas que en él caben, y aunque muchos confundan entre el teatro y el Performance, demuestra que no hay límites para lo que se quiera representar ni casualidad que limite la representación. En el teatro se hace todo lo contrario: no permite entrar a tomar un papel como tal, como en la cotidianidad casual, puesto que ensaya improvisaciones que finalmente pone en escena.  Referencias: Duque Mesa, F. (2008). Dramaturgia y performance: El teatro es el teatro y el performance es el performance, 156 – 167. "El Performance", En Antología del teatro experimental de Bogotá (Tomo I), Bogotá: Instituto Distrital de Cultura y Turismo. Giusseppe, D. (S.F). (2005). Performance o arte de acción. Grotowzki, J. (1993). El Performer. En Máscara,11-12.


DEBATES

Música funk:

voz de libertad Nacido después de los años sesenta en Estados Unidos, el funk ayudó a posicionar a la cultura afroamericana con canciones que rechazaban la discriminación y la guerra. Luis Felipe Llano Expresión escrita II / Segundo semestre

Por qué el genero musical funk es importante para las culturas afroamericanas? Fue una forma de decir ‘aquí estamos’, en tanto en las décadas de los años sesenta y setenta su participación no se tenía en cuenta, debido a la discriminación racial que imperaba. Pero esto produjo cambios tanto sociales como políticos en Estados Unidos. Este género empezó en 1961 con Dave Bartholomew y en 1964 continuó con James Brown, padrino también del soul. En entrevistas publicadas, sus creadores afirman que

“de no haber escuchado un grupo llamado Huey Smith y The Clowns, salidos de Nueva Orleans, no se nos hubiera podido ocurrir esta nueva forma de hacer música, debido a la influencia que estos tuvieron sobre nosotros”. Esto significa que las bases para el nacimiento del funk se dieron en los años cincuenta con la participación de músicos como Charles ‘Hungry’ Williams y Earl Palmer, entre otros. Palmer “fue el que aplicó la palabra (funky) para indicar cuando iba a tocar algo con ritmo en síncopa”, lo que comprueba el nacimiento del funk en Nueva Orleans, con base en ritmos de batería, guitarra y bajo.

A partir de allí, cada uno fue formando su propio estilo, influenciados por el soul y el jazz : la batería, con su ritmo sincopado; la guitarra con un puente con rasgueo, y el bajo que se convertiría en el pilar de este género con sus slaps y ritmos rápidos y fuera de lo común. Después fueron incluidos el piano y algunos instrumentos de viento para conformar este nuevo y reconocido género musical, que llegaría a transformarse en la voz de las culturas afroamericanas. “El funk nació principalmente de la evolución de géneros como el soul y el jazz y también con la influencia de ritmos latinos llamados rumba”. Se reconoce por su ritmo groove y por las formas tan peculiares como es interpretado, ya que, a diferencia de otros géneros musicales, como el metal o el punk, cada uno de sus instrumentos tiene una forma especial de interpretación: la guitarra, el bajo y la batería se unen para lograr algo nuevo y ‘fresco’, aunque también es necesario tener en cuenta que tuvieron ayuda del piano y de algunos vientos: el primero influenciado por el genero del acid jazz, y los segundos por los ritmos latinoamericanos. En las décadas de los años sesenta y setenta las culturas afroamericanas en Estados Unidos no eran reconocidas ni en el ámbito social ni en el político, debido a la fuerte discriminación racial, razón por la cual eran perseguidas y señaladas por las demás culturas norteamericanas. Estando ya en comercialización el jazz y el soul, estos dos géneros eran simplemente considerados como ‘música de negros’ y no eran muy respetados ni por los estadounidenses ni por las casas disqueras de aquel entonces. Pero con la intervención y ayuda de casas disqueras como Mountain records y Atlantic records, este nuevo género empezó a comercializarse, lo que le permitió a esta cultura poder mostrarse en bares y discotecas de diferentes lugares de Estados Unidos, logrando apoyar con sus letras y su sentido, a intervenciones políticas como la de Martin Luther King (Atlanta, 15 de enero de 1929 – Memphis, 4 de abril de 1968), quien luchó por los derechos civiles de la gente de color y porque se le diera a los negros un lugar en el país. Con su ritmo ‘pegajoso’ y sus letras en contra de la guerra y la discriminación, el funk ayudó notablemente a posicionar a la población de color y a su lucha por ser reconocida y ocupar un lugar en la cultura estadounidense. Una vez comercializado, el funk empezó a ser escuchado no solo por los negros sino por la mayoría de habitantes de Estados Unidos, por su cadencia y por la posibilidad de bailar sus canciones, gracias a la influencia de ritmos latinos y africanos. Poco a poco este género fue evolucionando y ubicándose como uno de los más famosos en el ámbito global, con compositores ex visiones 07 / ABRIL- SEPTIEMBRE 2011

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DEBATES

Graficadores

L

a necesidad de representar los elementos que construyen nuestra cotidianidad ha sido desde siempre una condición inherente al ser humano. Ambiciosas imágenes que pretenden imitar la realidad hasta admirables creaciones que nos trasladan a mundos oníricos e inusitados, son las que han atravesado el universo histórico a través de variados métodos y técnicas, abriendo así infinitas posibilidades para que la mente extienda los límites de su imaginación. Estos tiempos, de insignificantes distancias y de frenética producción cultural, exigen comunicadores capaces de afrontar una era de la información en la que predomina la industria visual; unos comunicadores conocedores de las nuevas tecnologías, capaces de descubrir e innovar ese novedoso mundo de imágenes que impera en la actualidad.

 clusivamente negros, y fue adquiriendo más popularidad. Fue la manera de decir ‘aquí estamos’ y ‘nosotros también contamos como ciudadanos’. Uno de sus principales representantes, James Brown, afirma que cuando comenzócon todo esto “éramos escuchados en bares de mala muerte y no había cabida para este género en otros lugares diferentes, pero al pasar el tiempo y con las revoluciones tanto políticas como sociales acerca del tema de la discriminación, logramos dar un vuelco histórico y convertir este género en una parte esencial de la cultura afroamericana; con nuestras letras contra el racismo ayudamos de cierta manera para lograr llegar a lo que somos hoy en día, una nación libre y de igualdad para todos”. Este género es mundialmente reconocido en Norte América, Europa y Latinoamérica, donde también han surgido importantes agrupaciones de funk que además han empezado a incluir gente de otras razas, como por ejemplo Jamiroquai, cuyo líder es de origen europeo, o Groovisima, cuyos integrantes son argentinos. A partir de entonces se han creado muchas y variadas derivaciones de este género, como el acid-funk, el electro-funk y el metal funk. También ha inspirado la producción de varias películas y de varios lemas de la cultura afroamericana, dejando una huella marcada en la mente de todos estadounidenses. 

Montajes películas / Software Adobe Photoshop ▼

Camilo Suárez / Tercer semestre

Daniel Guerrero / Quinto semestre

Daniela Lindarte / Tercer semestre

Andrea González / Tercer semestre

Referencias: Burkholder, J P. (2007). Historia de la música occidental. Ed. Alianza. Recuperado de http://www.quedelibros. com/libro/5348/Historia-De-La-Musica.html James Brown: El legado del Godfather of Soul. Recuperado de http://www.lafactoriadelritmo.com/fact23/ repor/articulo.php?articulo=1 Lapuente, L. (1995). Historia - Guía del Soul. Ed. La Encrucijada. Thompson, D. (2001). Funk. Backbeat Books. Recuperado de http://es.wikipedia.org/wiki/Funk Vincent, R. (1996). Funk: The Music, The People, and The Rhythm of The One. St. Martin’s Press. Recuperado de http://es.wikipedia.org/wiki/Funk Wermelinger, P. (2005). Funky & Groovy Music Records Lexico. Recuperado de http://es.wikipedia.org/ wiki/Funk

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A PULSO

Paola Garzón / Tercer semestre

Laura Bustamante / Tercer semestre

Alejandra Gómez / Tercer semestre

Juliana Polanco / Tercer semestre

David Jáuregui / Tercer semestre

Laura Delgadillo / Tercer semestre

Cristian Díaz / Tercer semestre

Fabián Carrascal / Tercer semestre

Daniel González / Tercer semestre

Carolina Cortés / Tercer semestre

Natalia Grecco / Tercer semestre

Camila Olivares / Tercer semestre

Autoscopia - Software Adobe Photoshop

Julian Bernal / Tercer semestre

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Jessica Camargo / Tercer semestre

Autoscopia - Software Adobe Photoshop

Felipe Rubio / Tercer semestre

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A PULSO

Montaje - Software Adobe Photoshop

Nibeth Duarte / Tercer semestre

Montaje - Software Adobe Photoshop

Infografía - Software Adobe Ilustrator

Alto contraste - Software Photoshop

Alto contraste - Software Photoshop

Camila Barajas / Tercer semestre

David Jáuregui / Tercer semestre

Paola Garzón / Tercer semestre

Felipe Llano / Tercer semestre

Alto contraste - Software Photoshop

Isabel Martínez / Tercer semestre

Alto contraste - Software Photoshop

Laura Bustamante / Tercer semestre

Manuales de imagen corporativa / Software Adobe Ilustrator▼ Diseño de revistas / Software Adobe InDesing▼

Logotipo personal

Camila Barajas, Alba Fajardo, Ingrid Hernández / Tercer semestre ► Nibeth Duarte ◄ David Acuña

David Jáuregui, Ingrid Urrego,

Guillermo Murillo, Nibeth Duarte,

Derly Talero, Natalia Grecco.

Camila Hernández, Julian Celemin.

◄ Juliana Blanco ▲

Camila Barajas

► Carolina Zúñiga

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◄ Javier Hidalgo

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Paola Garzón, Fabian Carrascal,

Javier Hidalgo, Alba Fajardo,

Camila Olivares, Andrea Zamora.

Camilo Suárez.


A PULSO

Fotografía básica

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emostrar las habilidades en la materia de fotografìa y enfrentarse a una realidad exterior en constante cambio, fue el objetivo del proyecto final de la materia, en la que los estudiantes propusieron una temática, que agumentaron y desarrollaron durante el último corte. Estas fotografìas son una muestra del aprendizaje de los estudiantes a nivel de composición y técnica.

La lluvia Ángela Araque / Primer semestre Al realizar las fotografías sobre la lluvia en Bogotá, intenté exponer cómo este fenómeno cotidiano puede ser especial y único, y demostrar el sinfín de posibilidades, contrastes, juego entre luces, texturas y sensaciones que brinda a quien lo vive. Evoco en ellas qué tan hermosa y necesaria puede ser la lluvia. Al mismo tiempo quise hacer visible lo invisible: lo que siempre ha estado pero nos negamos a experimentar, sentir y disfrutar.

La Plaza de las Flores Daniela Jaramillo / Primer semestre.

Todos los días, entre las 3 y las 10 de la mañana, la Plaza de mercado de Paloquemao vive un espectáculo visual que muchos no conocen. Se ven miles de flores cortadas y organizadas, correctamente empacadas y protegidas, uniformadas en color y forma, listas para la venta. Aunque parezcan lo más artificial de todo el lugar, completamente fuera de su hábitat, cautivan y sorprenden. Este Mercado de las Flores es un espacio donde se comercia la nostalgia por la naturaleza en la ciudad.

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A PULSO

La rampa

Paula Doria / Primer semestre Velocidades rápidas de obturación en busca del salto perfecto, un parque de barrio donde se presenta un magnífico espectáculo todas las tardes. En medio de la monotonía de la ciudad, los patines o las bicicletas se convierten en una forma de vida para estos jóvenes, quienes son deportistas espontáneos cuya pasión y disciplina se expresa en el movimiento y la precisión. Solo fue necesaria una tarde soleada bajo un cielo azul para capturar la seriedad, la concentración y el disfrute de estos jóvenes sobre la rampa.


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