07 de Abril al 21 de Abril 2014
Nº 241
Editado en Londres
ENCUENTRO HISTÓRICO
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La reina de Inglaterra y el Papa argentino tuvieron su primer encuentro en el Vaticano, duró 20 minutos y fue justo un día después de que se cumplieran 32 años de aquel 2 de abril de 1982 en que Argentina y Gran Bretaña entraron en guerra a causa de las islas Malvinas. Al ser de carácter privado e informal no han trascendido las cuestiones que abordaron. Pero se da por
sentado que durante el coloquio, que discurrió en un clima de cordialidad, no se tocó el espinoso argumento de las Malvinas. Prueba del tono distendido de la cita es que el papa no recibió a Isabel II en el Palacio Apostólico, en cuyas imponentes salas repletas de frescos es donde tienen lugar las audiencias oficiales de Francisco con los jefes de estado y de Gobierno.
Francisco antes de convertirse en pontífice, dejó clara su posición al hablar de ‘usurpación’ británica, aunque El Vaticano oficialmente siempre ha sido neutral en el conflicto que ambos países mantienen respecto a la soberanía de ese archipiélago de unos 12.000 kilómetros de tierra que se encuentra en el Atlántico sur.
Para la soberana británica es el segundo encuentro con un Papa. Isabel II, que lleva 62 años como reina, ya se reunió anteriormente con Pío XII -siendo princesa-, con Juan XXIII, Juan Pablo II y Benedicto XVI. Al finalizar la audiencia tuvo lugar el tradicional intercambio de regalos. Isabel II le regaló al Papa una cesta de productos comestibles procedentes de las residencias reales, y que incluían un par de botellas de whisky. Francisco, por su parte, le regaló a Su Majestad el facsímil de un precioso documento de 1679 por el cual Inocencio X declaró universal el culto de Eduardo el Confesor, antepasado de la familia real británica y fundador de la Abadía de Westminster. Y Francisco también tuvo un detalle con el príncipe Jorge, el hijo de ocho meses del príncipe Guillermo y Catalina. “Es para el nene”, dijo en español, al hacer entrega a la reina de una esfera de lapislázuli incrustada en una cruz de plata.