ITAKA - ESCOLAPIOS
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REFLEXIONES 1. A PESAR DE QUE... A pesar de que el alboroto y la agitación invadan los remansos de silencio y de paz, hasta el punto que resulte difícil vivir dentro de uno mismo... A pesar de que haya que pagar un elevado precio por la libertad de amar la belleza, la verdad y el bien... A pesar de que nuestros miedo a la verdad se esconda bajo todo tipo de disfraces y esto engendre en nosotros, día tras día, un personaje que nos molesta hasta a nosotros mismos... A pesar de que ya no sepa uno cómo librarse de la incomodidad de lo absurdo y se pierdan las ganas de vivir... A pesar de que uno lo haya recuperado todo y las palabras le resulten demasiado inexpresivas para explicar adecuadamente lo que lleva en lo más hondo de sí mismo... A pesar de todo... tal vez queden todavía: un camino que descubrir, una oportunidad que aprovechar, una luz en algún sitio, una tierra a la que amar.
2. ABRID PISTAS Abrid pistas. ¿Has seguido alguna vez aquellos senderos, trazados y surcados por generaciones de pies de hombres y animales y que son como la huella viva todavía de una humanidad que supera la historia? A través de los prados, así como en los flancos de las pendientes, no hay nunca una solución única, un camino exclusivo, sino senderos caprichosos, más o menos paralelos y en cada recodo un abanico de caminos que se abren hacia otros horizontes. Si en un momento dado el abanico se cierra, es señal de que el paso se hace difícil, que el sendero va a meterse en un desfiladero o a parar al único puente de leños que atraviesa el torrente. Pero una vez superado el obstáculo, como una flor que se abre, se extienden de nuevo los senderos aventurados que parten al asalto de la montaña que debemos conquistar. De esta forma, la vida ofrece su plenitud a quien quiere afrontarla. No reduzcáis arbitrariamente de antemano la infinitud de tanteos y la multiplicidad de soluciones a los problemas complicados que nos plantea. No agravéis la monotonía de una vida cotidiana en la que el abanico de caminos se ha cerrado sobre la perspectiva gris de la calle que conduce a la fábrica. No desesperéis haciendo de vuestra vida un desfiladero de vía única, cuidadosamente rodeado de barreras, de bloques oscilantes y de precipicios, sin la esperanza de ver por fin un recodo abrirse y
REFLEXIÓN
mostrar el abanico generoso de los senderos que suben hacia la plenitud de la vida. Desde ahora y todas las mañanas, abrid pistas, aun cuando no estéis del todo seguros de que conducen al collado. Cada uno según su temperamento y sus gustos: para la oveja prudente que seguirá el camino central trazado detenidamente, para el carnero orgulloso que tiene necesidad de mostrar sus cuernos infatigables, para el que subir y trepar parece una finalidad funcional. Os doy mi vieja experiencia de pastor: el ganado no sufre más cuando se amontona en los lugares difíciles que cuando se extiende por los senderos, calmado y satisfecho. Celestin Freinet
3. ADORA Y CONFÍA No te inquietes por las dificultades de la vida, por sus altibajos, por sus decepciones, por su porvenir más o menos sombrío. Quiere lo que Dios quiere. Ofrécele en medio de inquietudes y dificultades el sacrificio de tu alma sencilla que, pese a todo, acepta los designios de su providencia. Poco importa que te consideres un frustrado si Dios te considera plenamente realizado, a su gusto. Piérdete confiado ciegamente en ese Dios que te quiere para sí. Y que llegará hasta ti, aunque jamás lo veas. Piensa que estás en sus manos, tanto más fuertemente cogido, cuanto más decaído y triste te encuentres. Vive feliz. Te lo suplico. Vive en paz. Que nada te altere. Que nada sea capaz de quitarte tu paz. Ni la fatiga psíquica. Ni tus fallos morales. Haz que brote, y conserva siempre sobre tu rostro, una dulce sonrisa, reflejo de la que el Señor continuamente te dirige. Y en el fondo de tu alma coloca, antes que nada, como fuente de energía y criterio de verdad, todo aquello que te llene de la paz de Dios. Recuerda: cuanto te deprima e inquiete es falso. Te lo aseguro en el nombre de las leyes de la vida y de las promesas de Dios. Por eso, cuando te sientas apesadumbrado, triste, adora y confía. Theilard de Chardin
4. AFINA EL OÍDO Él llama. Desde el Tercer Mundo y el Primero. Grita y llama. Él llama desde las orillas del lago de Tiberíades y los vagones de refugiados
Textos para orar y reflexionar
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