Historias del agua / Ica

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Historias 04 del agua 2014

Ica

¿Qué tan difícil es superar el estrés hídrico en una de las zonas más áridas del Perú?

Los ríos invisibles [O cómo un desierto puede convertirse en un gran jardín]

En la superficie crecen espárragos, granados y plantas de maíz. En el subsuelo de los valles de Ica, los acuíferos almacenan el agua vital para la producción. Y los iqueños siempre han encontrado la manera para conectar ambos mundos. En pleno siglo XXI conviven dos tecnologías separadas por más de un milenio: los acueductos de la cultura Nasca y el más moderno riego de alta frecuencia, de origen israelí. Ambos sistemas están ayudando a enfrentar la escasez del agua a causa del cambio climático. Texto: Xabier Díaz de Cerio / Fotografías: Ernesto Benavides

BUSCANDO UN SUEÑO. Miguel Bentín llegó hasta este punto buscando una oportunidad para sus espárragos. La gestión del agua que extrae del acuífero escondido bajo las dunas del valle ha sido clave para hacer su proyecto una realidad sostenible.


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CAMINO AL PASADO. Las chimeneas de los acueductos forman parte de un sofisticado sistema para extraer el agua del subsuelo. Están construidas con cantos rodados colocados aparentemente sin aglomerantes y mantienen su estabilidad a pesar de los terremotos que se han producido durante siglos en la zona .

El martes 12 de noviembre de 1996 es el peor día que recuerda haber vivido Rufino Quintero. A las 11:59 de la mañana, mientras dirigía las labores de limpieza de una sección del acueducto El Pampón, en el valle de Nasca, un terremoto de 7,7 grados en la escala Richter estremeció la tierra como nunca. Varias piedras se zafaron llegando a taponar la entrada del acueducto. Ocho compañeros de Rufino quedaron atrapados. “Pudimos sacarlos en media hora”, cuenta. “Unos minutos más y el agua hubiera inundado la galería”.

Pero el terremoto de 1996 no solo produjo miedo entre todos los iqueños, sino también asombro. Y mucho. Cuentan los campesinos nasqueños que en las noches de verano, cuando las lluvias son más intensas en los Andes, escuchan el sonido de corrientes de agua que circulan por el interior de los cerros que rodean esta ciudad ubicada en medio del desierto. Aquel terremoto fracturó el subsuelo a tal punto que el agua, que hasta entonces formaba parte de una leyenda, comenzó a brotar sobre la superficie de las áridas laderas durante varios días generando la sorpresa y el estupor entre los más de cien mil damnificados.

Cada acueducto tiene un delegado encargado de su limpieza y cuidado. Los agricultores tienen una relación especial con sus fuentes de agua. Esto lo recuerda perfectamente Rufino. Aunque en su acreditación esté escrito “Sectorista de Riego de la Junta de Usuarios del Subdistrito de Nasca”, él es un verdadero sheriff del agua. Desde hace dos décadas supervisa a diario los campos de cultivo para asegurar el cumplimiento de los turnos de riego –localmente llamado mita–, evalúa el estado de los 37 acueductos precolombinos que todavía quedan en funcionamiento, y redacta informes técnicos en los que pide sin mucho éxito al gobierno regional de Ica que apoye, con pequeñas represas en las zonas altas, el afianzamiento hídrico del valle de Nasca. “El agua es vital para hacer agricultura en el desierto”, sentencia Rufino. “Los ríos que

GALERÍAS A CIELO ABIERTO. Los canales permitieron abastecer permanentemente de agua los pocos terrenos de cultivo. Han sido y son fundamentales para desarrollar una sólida agricultura.

vienen de la cordillera apenas traen agua tres meses al año, lo cual obliga a los agricultores a concentrar toda su economía familiar en una sola campaña agrícola al año”. Las hectáreas sembradas de maíz, ají, frijol o algodón sólo reciben el agua mediante el tradicional riego por gravedad entre febrero y mayo; el resto se completa con la explotación de aproximadamente 2.000 pozos, en su mayoría ilegales, y el agua que ‘botan’ los acueductos milenarios repartidos por la cuenca. GALERÍAS SUBTERRÁNEAS “La naturaleza no ha sido generosa con Nasca, pero la necesidad hizo ingeniosos a sus antiguos pobladores, quienes supieron encontrar agua en el subsuelo y canalizarla para su provecho”, comenta Rufino, junto al emblemático acueducto de Cantayoc, uno de los más grandes y mejor conservados de la cuenca. “Los acueductos son excepcionales”, afirma José Luis Arbieto, mientras abre un surco para que discurra el agua que empapará en las próximas cuatro horas su hectárea sembrada de maíz. “El agua que ‘bota’ el acueducto de Orcona es fundamental para darle vida a mis plantitas”. Según la Junta de usuarios, más de tres mil doscientas hectáreas del valle son irrigadas gracias a estas infraestructuras ancestrales, benefi-

LOS TÚNELES DEL TIEMPO

La red de acueductos es un impresionante trabajo de ingeniería hidráulica realizado hace 1.600 años, que conduce las filtraciones de los ríos tanto por tramos subterráneos como al aire libre, y que ha permitido resolver el problema de las tierras erizadas del valle, asegurando el agua y la alimentación de la población local durante siglos. En los tramos cubiertos construyeron chimeneas de sección helicoidal cada cierto tramo con el fin de hacer el mantenimiento de las zanjas, cargar con presión atmosférica al sistema y mantener el flujo de agua uniforme. Según los estudiosos locales, la obra demandó aproximadamente 20 años, unos 1.500 hombres y fue fundamental para sostener el crecimiento de su capital: Cahuachi.


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EL SHERIFF DEL AGUA. Rufino Quintero es una de las personas que más protege los acueductos milenarios que siguen en pleno funcionamiento fertilizando los campos productivos del valle de Nasca.

ciando a 441 pequeños productores, como en el caso de José Luis. “¿Cómo hicieron los Nasca para construir algo tan impresionante?”, se ha preguntado Rufino una infinidad de veces sin encontrar una respuesta definitiva. “No disponían de maquinaria pesada para escavar las galerías kilométricas que corren paralelas a la superficie. Tampoco tenían motosierras para cortar los palos de huarango”. Con quien conversa Rufino, Jeffrey Zevallos, tiene otra explicación: “Los nasca se pararon en el desierto y se preguntaron: ¿qué demonios hacemos aquí? Al Este observaron que las nubes descargaban las lluvias”, dice mien-

Los nasca supieron darle a los acueductos una pendiente óptima y una dirección adecuada al flujo de agua que ha garantizado la durabilidad de la estructura hasta la actualidad.

RIEGO POR GRAVEDAD. Es el método tradicional más extendido en el valle de Nasca. Tiene como beneficio que, además de regar las plantas, un 30% del agua percola a través de la tierra y recarga el acuífero.


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tras señala con el brazo hacia la cordillera. “Al Oeste, sabían que estaba el Pacífico. Como no encontraron agua en la superficie, dedujeron que ésta tenía que estar debajo. Escavaron y encontraron los ríos que estaban invisibles”. Jeffrey era agricultor hasta que un día su pozo familiar colapsó. Ahora es guía espontáneo y con su taxi acerca a los turistas –al año llegan aproximadamente 9 mil– hasta las mismas chimeneas de ventilación de los acueductos, en donde se divierte ante sus muecas de asombro. Hoy le resultaría imposible calcular en cuantas fotos ha salido, sonriendo en los acueductos, junto a ‘gringas de medio mundo’. “Me gusta mostrar mi cultura porque está viva; los acueductos están muy vigentes. Ojalá mantengan su misterio para que los curiosos sigan visitándonos”, anhela el taxista. Sin embargo, los más recientes eventos extremos relacionados con el cambio climático

La manera cómo resolvieron los nascas el problema del agua es uno de los logros más admirables de su cultura.

están poniendo en peligro al acuífero y todo el sistema de acueductos. Según los cálculos del técnico en riego, hace una década estos botaban un promedio de 40 litros por segundo; actualmente, y debido en parte a la ausencia de lluvias, arrojan menos de la mitad. La mala acción del hombre también tiene una gran responsabilidad: los modernos pozos de regadío construidos demasiado cerca de las estructuras nasca terminan perjudicándolas. Hace unos años, a 50 metros del acueducto San Antonio de Pangaraví, un agricultor perforó un pozo sin contar con licencia. “Después de pagar una multa de 700 soles, le dieron un mes para tramitar los permisos correspondientes”, relata el sheriff. “Tras comprar unos estudios ya hechos y cambiar algunos números, recibió la autorización. A los meses el acueducto se secó”. Actualmente, dos acueductos milenarios han colapsado y cinco están a punto de hacerlo ante la desidia local. “No somos conscientes de toda la tecnología certificada por el paso del tiempo que tenemos a nuestro alrededor”, lamenta Rufino. EL MODELO EXPORTADOR El estrés hídrico que sufre el departamento de Ica preocupa a todos los demandantes del recurso. La agricultura comercial que se desarrolla en el valle, a diferencia de

otras regiones, depende exclusivamente del riego y éste, a su vez, de la disponibilidad de agua de la vertiente del Pacífico, que apenas representa el 1,7% del agua dulce a nivel nacional, frente a la cuenca amazónica que dispone de un abusivo 98%. Las últimas cifras no permiten ser optimistas y los grandes agroexportadores han comenzado a apostar por nuevas acciones que les permita seguir contribuyendo al liderazgo del Perú en la exportación de productos agrícolas junto con Estados Unidos, México, Australia, Sudáfrica, Chile y España. En unas declaraciones al diario Gestión, Alejandro Fuentes, empresario y líder en 2013 del grupo de trabajo de agroexportación del principal foro empresarial del Perú, afirma que este sector productivo fue el que más creció en los últimos diez años en el país: del 2003 al 2014 multiplicó por cinco el valor de sus exportaciones, llegando a los 5 mil millones de dólares, y permitió una mayor riqueza al generar 2,3 millones de puestos de trabajo, directos e indirectos. “Este espíritu agroexportador está siendo muy bueno para el departamento”, comenta el ingeniero Alfredo Sotil, gerente técnico de la Junta de Usuarios de Aguas Subterráneas del Valle de Ica ( Juasvi). “En Ica hay pleno empleo; y éste ha mejorado los estándares de bienestar. Los trabajadores ahora se des-

La principal fuente de agua de Ica está en el subsuelo que, a pesar de las limitaciones, es permanente. plazan a los fundos en transportes dignos o tienen derechos que antes no eran reconocidos, como a la alimentación o a la asistencia social. En los últimos años se ha generado un interesante círculo virtuoso que tenemos que crecer, aunque para eso dependamos de un recurso tan escaso”, concluye el dirigente. CALIDAD Y CANTIDAD El gran reto empresarial es cómo seguir alimentando el círculo y atender las demandas de todos los usuarios del agua. Casi la totalidad de las 37 mil hectáreas dedicadas a la agricultura en el valle de Ica dependen de la buena salud del acuifero, pero su nivel de explotación ha sido tan grande que, según la Juasvi, durante los últimos trece años los niveles de la napa freática han descendido alarmantemente a razón de 1,5 metros por año. Amalia Ghiglino y César Vittorelli llegaron a Ica hace 18 años buscando un lugar donde sembrar las semillas de un negocio de expor-


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ARAR EN EL DESIERTO. La gestión del agua ya no es un obstáculo insalvable para Valle y Pampa Perú. Han logrado que el desierto se convierta en un espacio productivo al apostar por nuevos sistemas de riego. En 2013 la empresa obtuvo el premio SWIG, por el uso sostenible que han hecho del recurso.

tación de flores. Compraron un terreno con el mejor pozo de Villacurí, y sin embargo, al año y medio, debido al descenso de la napa freática, éste se salinizó y tuvieron que clausurarlo. Quisieron perforar uno nuevo, pero las autoridades se lo negaron. “La veda hídrica, alegaron”, recuerda molesta Amalia. Ante la falta de agua las autoridades no permiten nuevas perforaciones, pero se calcula que más de dos tercios de los pozos locales no tienen licencia. “Al no tener agua, perdimos 25 hectáreas de plantas importadas durante la campaña del 2003”, cuenta César, gerente general de Florisert y esposo de Amalia. “Fue una etapa muy difícil. Y en el 2004 tocamos fondo”. Sin embargo, los socios supieron convertir las dificultades en fortalezas y tomaron decisiones drásticas. Para estabilizar sus campos apostaron por la tecnología más moderna: un sistema de riego de alta frecuencia, basado en el riego por goteo tradicional pero mucho más eficiente; y para defender sus intereses futuros promovieron entre los agricultores de la zona la creación de la Junta de Regantes de Río Seco, una organización que actualmente representa a unos 700 usuarios y que tiene como principal preocupación la recarga del acuífero del que dependen al cien por ciento. MODERNIZACIÓN AGRÍCOLA. La falta del recurso hídrico ha provocado la especialización en los trabajos agrícolas. Según Eusebio Flores, la capacitación es fundamental para dar el salto tecnológico.

Unidos han diseñado varios proyectos hídricos que hasta el momento no han tenido la receptividad estatal esperada.


6 RESERVORIO. Las empresas agroexportadoras están implementando tecnología de punta para buscar la eficiencia en su producción ante el alarmante descenso de la napa freática del acuífero de Ica-Villacurí.

“Todas las partes estamos de acuerdo pero pasa el tiempo y nada se mueve”, comenta escéptico el ingeniero Federico Vaccari, expresidente de dicha junta y especialista en riego. Hace cinco años presentaron un proyecto para captar los excedentes de agua del río Pisco agua en la zona alta de la cuenca y conducirla hasta un nuevo embalse, el de La Polvareda, y así generar una zona de recarga del acuífero. La junta, que contaba con el interés de empresas privadas en ejecutarlo, solo necesitaba el aval del Estado pero éste aún no se produce y el acuífero, paulatinamente, sigue perdiendo tanto cantidad como calidad de agua. INFRAESTRUCTURAS EN PAUSA Son dos las fuentes de agua que sostienen toda la producción agrícola del valle de Ica: el agua subterránea del acuífero, la más comprometida, que representa el 66,5% de los 540 millones de metros cúbicos anuales que son necesarios; y las aguas superficiales, menos seguras y constantes, captadas tanto del río Ica, el 23,5%, como de la laguna de Choclococha, en Huancavelica, esta última a través de un ambicioso trasvase. “Y son varios los proyectos de inversión para evitar la sobreexplotación de acuífero que esperan un último empujón que no terminan de concretarse”, se lamenta el presidente de la Juasvi. Alfredo se refiere a la habilitación del canal colector Ingahuasi, el cual mejore el desempeño de Choclococha o la construcción de un reservorio de 55 millones de m³ en la comunidad huancavelicana de Santa Rosa de Tambo. En realidad las obras de construcción comenzaron a ejecutarse en la década anterior, pero fueron paralizadas de inmediato en el

En los últimos años, a pesar de la falta de medios, la ANA ha hecho una buena labor sellando pozos ilegales y haciendo cumplir la veda.

2007. Según una resolución de la Environmental Law Alliance Worldwide que, en audiencia pública en Guadalajara (México), determinó que el Proyecto Especial Tambo Ccaraccocha (PETACC) había destruido el sistema hídrico natural y degradado un ecosistema fundamental para 5.000 familias alpaqueras en la cabecera de la cuenca en las provincias huancavelicanas de Castrovirreyna y Haytará. También se instaba a las autoridades nacionales, regionales y del PETACC a establecer mecanismos de indemnización y de retribución por los servicios ambientales prestados. Pero en general cuando se les pregunta a los iqueños por el pago por servicios ambientales, ya formulados en el Protocolo de Kioto, la mayoría sacan a colación que, según la Ley de Recursos Hídricos del 2009, “el agua constituye un patrimonio de la Nación”, y que por lo tanto es de todos. Lo que los proyectos denunciados desconocieron es que las obras casi dañan un sistema de bofedales altoandinos, los cuales son las verdaderas fábricas de agua que recargan de manera natural las fuentes de la parte baja de la cuenca, en donde están concentradas las empresas dedicadas a la agroexportación.

AGRICULTURA INTENSIVA. El campo iqueño dio un salto cuantitativo y cualitativo en la década de los 80 cuando empezó el boom del espárrago.

Salvar el acuífero no solo implica ejecutar grandes obras de infraestructura sino también aplicar creatividad, sentido común y disponer de voluntad para buscar nuevas soluciones a un viejo problema. “Aunque poner orden en este tema es un rol que tendría que ser del Estado, debemos involucrarnos todos”, comenta Alfredo Sotil. “No queda otra”. Desde hace unos años la Juasvi fomenta entre sus asociados con más recursos la captación, almacenamiento y distribución de los excedentes de las corrientes superficiales que terminan perdiéndose en el mar. Un estudio realizado por la Junta visibilizó un dato preocupante: en el 2010 el río Ica vertió al Pacífico 85 millones de m³ de agua dulce, una cantidad equivalente al 42% del agua extraída del acuífero durante el mismo periodo de tiempo. Captar el agua superficial eleva el precio del agua considerablemente –porque hoy en día del agua del acuífero sólo se paga la energía empleada en su extracción– pero

RIEGO POR GOTEO. El cultivo del espárrago es uno de los que más agua demanda. El uso eficiente del ésta es fundamental para mantener el nivel productivo de los campos.


7 CUARTO DE BOMBAS. El fundo El Mayorazgo ha implementado un moderno sistema que controla la recepción, el filtrado y la distribución del agua que emplean para regar sus campos de producción.

Aproximadamente el 30% de las agroexportaciones peruanas proceden del valle de Ica. Sus principales destinos son la Unión Europea, Estados Unidos y el continente asiático.

EL CEREBRO DEL FUNDO. Eusebio Flores y Micha Hadas conversan sobre los niveles de humedad que el sistema de riego de alta frecuencia registra en una computadora. Según los resultados tomarán la decisión más adecuada en cada momento del riego.

RIEGO DE ALTA FRECUENCIA

Es un sistema que tiene como punto de partida el riego por goteo, pero a diferencia de éste, suministra a la planta de manera constante dosis muy bajas de agua y fertilizantes logrando de esta manera una mejor asimilación y un ahorro significativo de recursos. El sistema se apoya en unos sensores repartidos a la altura de las raíces que, conectados a un sistema de radio, informan en tiempo real del grado de humedad de las plantas. El riego se activa por unos minutos cuando los sensores detectan que el nivel de humedad ha descendido.

ayuda a disminuir la presión sobre el acuífero a la vez que muestra por parte de las implicadas empresas un compromiso y una actitud responsable con el recurso. En el 2010, Agrícola Drokasa fue la primera en sumarse. Ahora son tres más y otras tantas están en proceso de hacerlo. “Ya no podemos pensar en el agua barata. Es un bien escaso y todos tenemos que pagar por ella”, concluye el ingeniero Sotil. “Eso sí, cada uno en su justa medida”. GOTA A GOTA Otra forma en la que algunos empresarios intentan disminuir la demanda hídrica es incrementando la eficiencia en el momento del riego. Desde que hace treinta años comenzó a vivir las primeras manifestaciones del boom del espárrago el campo iqueño ha experimentado una profunda modernización en sus procesos productivos. Eusebio Flores, actual encargado de riego de Hacienda El Monasterio, ha pasado en 12 años de regar por gravedad a manejar más de 200 hectáreas desde una computadora a través del mismo sistema de riego de alta frecuencia que adoptaron los dueños de Florisert. “La tecnología de alta frecuencia puede ser la solución al problema del agua en la costa”, confirma Miguel Bentín, gerente general de Valle y Pampa Perú, otra de las empresas que han adoptado esta tecnología de última generación. Miguel trepa a una duna para mostrarnos parte de las 207 hectáreas donde la empresa produce ‘milagrosamente’ espárragos, granadas y arándanos en pleno desierto. “Valle y Pam-

pa fue un proyecto de desarrollo agrícola en mitad de la nada. Hace siete años solo podíamos soñar”. Ahora, y gracias a esta tecnología, el sueño se volvió realidad. Estamos ante la primera iniciativa de agricultura intensiva a nivel mundial irrigada al 100% con tecnología por pulso –como también se la conoce– y que ha sido exitosa. “Esta tecnología es fácil de entender, lo más complicado es su implementación”. La lógica que plantea Micha Hadas, especialista en riego de origen israelí e impulsor de este nuevo sistema, es que “las plantas son como las personas: necesitan una cantidad determinada de nutrientes al día, que no debiera ser suministrada de golpe como sucede con otros métodos. El riego por pulso administra pequeñas dosis de agua y fertilizante durante apenas unos minutos, repitiendo esta dinámica tantas veces como requiera la planta durante las veinticuatro horas del día”. Si el riego por goteo clásico supone un ahorro del 30% del agua respecto al riego tradicional por gravedad, el de alta frecuencia representa uno del 50% respecto al de goteo. Miguel asegura que ahora él puede regar los campos con un tercio de la cantidad que utilizaría con el sistema tradicional, lo cual le ha permitido obtener mucha más rentabilidad. Precisamente por esta circunstancia la empresa Valle y Pampa Perú recibió en Londres en noviembre del 2013 el premio SWIG (Sustainable Water Industry Group Award) “por ser pioneros en la implementación de esta tecnología de vanguardia que ha generado niveles inéditos de ahorro en agua, fertilizante y energía manteniendo o mejorando los resultados de producción”. INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO La inquietud por el impacto ambiental, presente desde el inicio de la operación, ha motivado a sus responsables a destinar parte de los beneficios en mejorar las condiciones laborales y en financiar proyectos de investigación. Desde abril del 2013 trabajan estrechamente con la Facultad de Ciencias e


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El incremento acelerado de la construcción de pozos ha generado el aumento de la extracción de agua. Mientras que en 1939 estaban registrados 47 pozos, en 2014 se calcula que existen más de 2.000.

FLORES DEL DESIERTO. Amalia Ghiglino llegó hace 18 años a Villacurí. Actualmente exportan más de un millón de tallos de la variedad Wax Flower a Estados Unidos, Canadá, Colombia, Holanda, Corea y Japón.

Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica del Perú para desarrollar una calculadora que les permita medir todos los índices de impacto ambiental del ciclo de vida de sus productos agrícolas –espárragos, granadas y arándanos–, hacer objetivas las variables y de esta manera mejorar la sostenibilidad de la operación. “Será una herramienta inédita en la agricultura intensiva”, comenta Miguel. “Es la demostración de cómo un pequeño cambio puede generar un impacto tan potente a su alrededor”, continúa. Los resultados serán compartidos en el 2015. Según Micha Hadas, esta empresa es un ejemplo de cómo debería afrontarse el tema del agua en la región. Según el consultor, que lleva 18 años en el Perú, el criterio para medir la productividad del valle de Ica es incorrecto. “Los productores deberían preguntarse cómo ganar más por metro cúbico de agua y no por hectárea, porque el rendimiento debiera me-

dirse en función del factor crítico del lugar, y en Ica, es definitivamente el agua”, sentencia. Pero la implementación de las nuevas tecnologías es todavía inaccesible para la gran mayoría de los pequeños productores. “En el campo iqueño no hay todavía tecnología suficiente y esto pone en riesgo la capacidad futura del acuífero. El Estado debería impulsar el uso de los avances de manera más activa e inclusiva”, sugiere el ingeniero Sotil. Algunos empresarios han comenzado a asegurar los ingresos de los más pequeños comprando su producción, para que así puedan disponer de recursos suficientes para dar el salto tecnológico. Aunque estas acciones están aún en estado demasiado embrionario. En las empresas medianas y grandes es común ver impolutas salas de máquinas, auténticos músculos que captan, filtran y bombean vida desde los reservorios hacia

los campos a través de un completo sistema circulatorio de mangueras de jebe. Nicolás Maquillaza, responsable de riego de uno de los fundos de Agrícola La Venta, ha tenido que aprender a liderar un equipo integrado por siete personas y a manejar la información de un sistema que se controla completamente por computadora. Eusebio Flores cree que el nivel de preparación de la gente en campo debe mejorar y para eso es indispensable recibir capacitación; que lejos de quitar jornales, la tecnología, permitirá revalorizar el sector agrario: “El padre dejará la lampa y el hijo cogerá la computadora”, concluye. Sus compañeros dicen de él que es el regante que más sabe de números y el economista que más entiende de la chacra. Aunque Eusebio de dedica hace más de una década a temas de riego, estudió economía en Ucrania gracias a una beca de la Organiza-

ción de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI). “Antes no se decía, pero ahora el trabajo de un agricultor se considera tan importante como el de un banquero”, se anima a opinar. En una época en la que algunas voces cuestionan el modelo agroexportador, los iqueños tendrán que ponerse de acuerdo para evitar el agotamiento del acuífero, renovar su agua y buscar nuevas fuentes alternativas para afrontar el gran reto de compatibilizar su crecimiento económico con el desarrollo sustentable de la región, un desarrollo que procure el bienestar de todos sus habitantes, pequeños agricultores y grandes empresarios. Parece que la tecnología podría ganarle la partida a las decisiones políticas, más allá de si ésta fue pensada hace miles de años o si ha sido de reciente importación.

Coordinación general de la serie “Historias del Agua”: Autoridad Nacional del Agua (ANA) • Conceptualización, diseño y diagramación: Fábrica de Ideas • Impresión: Xxxxxx • Septiembre 2014


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