Historias del Agua / Loreto

Page 1

05 Historia s del a gua

Loreto

¿Acaso un pez de río puede solucionar los problemas de un pueblo?

EMPRENDEDOR. Don Santiago nunca ha dejado de participar de los trabajos en Arapaima Gigas. Muchos lo consideran un verdadero embajador y protector del Amazonas.

El rey del paiche Santiago Alvez Silva fue uno de los primeros iquiteños que creyó en las bondades de este singular pez hace más de veinte años, época en que empezó a exportarlo a Asia y Norteamérica. Hoy su piscigranja y zoocriadero Arapaima Gigas es un verdadero santuario que preserva la biodiversidad de la selva y la riqueza hidrobiológica del Amazonas. Texto: Walter Li / Fotografías: Karen Zárate (Diario El Comercio)


A

A lo largo de la carretera Zungarococha, en Iquitos, todos lo conocen. Basta decir su nombre para que de inmediato alguien lance una historia sobre él. Santiago Alvez tiene 69 años, el cabello entrecano, los músculos aún firmes y un anecdotario personal lleno de aventuras en la selva. “Desde niño ya cazaba y pescaba. Con mi padre nos internábamos en el Amazonas durante días y solo nos alimentábamos de los animales que íbamos encontrando. Ahí me di cuenta de todo lo que teníamos. Por eso creo que mi futuro no podía ser otro”, afirma en medio de la espesura verde iquiteña.

Al futuro al que se refiere don Santiago es ese en el que se le reconoce como un defensor y promotor acérrimo del ecosistema de la selva amazónica. Desde 1988, año en que fundó su zoocriadero Arapaima Gigas, se dedica fervorosamente a la conservación de animales como el ronsoco; las tortugas taricayas, charapas y motelos; y patos y gansos silvestres. Dentro de las dieciocho hectáreas que posee su fundo, hay cinco enormes piscigranjas en las que habitan cientos de paiches, gamitanas, pacos y sábalos. Para la Autoridad Nacional del Agua, el fundo es un paraíso ecológico que gestiona exitosamente los recursos hídricos al utilizar fuentes naturales de agua. Es martes, mediodía, y en Iquitos cae una lluvia intensa que lo baña todo: casas, árboles, mototaxis, turistas, transeúntes. Aunque en el fundo esto no altera para nada las labores de don Santiago y sus trabajadores. Hoy deben ir a la pequeña psicigranja de un acuicultor vecino para atrapar ochenta sábalos y trasladarlos a Arapaima Gigas. Apenas llegan, no pasan cinco minutos y siete hombres ya están adentro de la piscigranja vecina colocando una red de más de ochenta metros de largo. Don Santiago, junto a su hijo –también llamado Santiago–, dirigen con precisión milimétrica cada movimiento. “Ya, ahora jalen”. “No, por ahí no, por la derecha”. “Cuidado, hay un pedazo de madera en la red”. “Vamos, todos a la vez”. “Así se hace: con fuerza. Más fuerza”. Don Santiago se mueve como un pez más: es rápido, ágil, se sumerge una y otra vez. Es evidente que en la selva –y en el agua– es en donde mejor se siente. “El zoocriadero y las piscigranjas de don Santiago son un muy buen ejemplo de una práctica exitosa en la gestión del agua, pues utiliza fuentes naturales para conservar la biodiversidad de esta zona del Perú”, dice Carlos

2

Rueda, de la Autoridad Nacional del Agua de Iquitos. “Gracias a su fundo se protege muchas especies. Y esto ayuda también a difundir que esa preservación es tarea de todos”. La lluvia aun cae fuerte. La red ya está fuera de la piscigranja. Todos sonríen, se abrazan. Están contentos porque todo ha salido muy bien: han sacado la cantidad de peces esperada. Aunque, según todos, esto no es nada. “Ya van a ver a los paiches. Esos peces sí son cosa seria”, dice Santiago Segundo, el hijo. EL PAICHE RECORRE EL MUNDO Dentro de la acuicultura, hay un pez que siempre ha impresionado a don Santiago. Por varias razones. El paiche es un pez que puede llegar a medir más de dos metros y pesar casi doscientos kilos. Su carne, de gran sabor y textura, es utilizada para una gran variedad de platos. “En el Perú somos muy afortunados. Para mí, un pez tan increíble como el paiche no solo puede sacar de la pobreza y el hambre a cualquier familia de la selva, sino que puede servir para atraer mucho turismo a la zona”, afirma don Santiago, quien luego de mucho sacrificio ha logrado exportarlo a Japón, China, Estados Unidos y algunos países de Europa.

TRABAJO DURO. Entrar a pescar en las piscigranjas es una labor que puede durar toda la mañana.

Nunca olvidará sus primeros pasos en dar a conocer este pez al mundo. Como cuando envió dos paiches al parque biológico de Madrid, España, y todos ahí quedaron impresionados. Sucedió lo mismo en Bremen, Alemania. Aunque no siempre fueron auspiciosos sus intentos. En otra oportunidad realizó una conferencia en el Congreso de la República, durante el gobierno de Alejandro Toledo. Los congresistas no podían dejar de hablar del paiche luego del evento. Muchos le prometieron conversar pues sonaba muy interesante impulsar la imagen del Perú a través del paiche. Semanas después, ninguno lo llamó. Anécdotas como esta última tiene muchas, pero hay una que nunca olvida: en alguna ocasión unos empresarios alemanes le propusieron comprarle una gran cantidad de paiches. Exactamente cien toneladas al mes. En ese momento don Santiago criaba en sus piscigranjas seis mil. Así y todo, no llegaba a la cantidad. “Calculamos que para lograr ese nivel de producción teníamos que invertir casi cuatro millones de dólares. En ese momento era imposible”, recuerda este iquiteño que, a

PARAJES. A veces se ingresa a pescar en balsas.


3

Desde 1988, año en que Santiago Alvez fundó su Arapaima Gigas, se dedica fervorosamente a la conservación de animales como el ronsoco; las tortugas taricayas, charapas y motelos; y patos y gansos silvestres. Dentro de las dieciocho hectáreas que posee su fundo, hay cinco enormes piscigranjas en las que habitan cientos de paiches, gamitanas y sábalos.

BANQUETE. El fundo tiene un restaurante en donde se disfruta de platos típicos de la selva.


4

Don Santiago nunca olvidará sus primeros pasos en dar a conocer este pez al mundo. Como cuando envió dos paiches al parque biológico de Madrid, España, y todos ahí quedaron impresionados. Sucedió lo mismo en Bremen, Alemania.

COMO PAICHE EN EL AGUA. Santiago Alvez suele dirigir cada labor que se realiza en sus piscigranjas. Adentro del agua es donde más cómodo se siente.

pesar de todo, siente que puso su granito de arena para que hoy en día el paiche llegue a los restaurantes más sofisticados de las principales capitales del mundo, y que poco a poco continúe conquistando nuevos mercados. EL HOMBRE DE GRANDES IDEAS Santiago Segundo, su hijo, es biólogo pesquero. Él es quien prepara el cebiche de paiche en el restaurante del fundo, un local que puede atender a más de doscientas cincuenta personas un sábado o domingo. Los comensales salen de la ciudad y llegan hasta el local de los Alvez para devorar una gamitana asada, un caldo de sábalo o alguna variedad de cebiche. “Acá siempre hemos creído en el paiche. Especialmente mi padre. En Lima suele escucharse cosas malas sobre Iquitos. Que es violenta, peligrosa, que hay mucha delincuencia. Pero nadie habla de la gente con ganas de hacer cosas por la región”, dice Santiago Segundo. Su padre es una de esas personas. Por ello ha recibido diversas condecoraciones por ser un acuicultor emprendedor, ha aparecido en reportajes de la prensa alemana y norteamericana, y suele ser invitado a innumerables eventos de criadores y exportadores para contar su experiencia.

“Yo aún sigo perseverando. Hoy muchos hablan del paiche gracias al boom de la gastronomía, pero creo que aún se puede hacer mucho más. Por ejemplo, por qué no desarrollar un gran circuito de acuicultura a lo largo de toda la carretera Iquitos-Nauta, en donde el paiche sea el pez estrella”, dice don Santiago. Él no deja de soñar. Es propietario de 11 mil hectáreas de tierras en los alrededores del río Tigro, herencia de su abuelo, un portugués aventurero que llegó al Perú en la época dorada del caucho en Iquitos. Su gran sueño es concesionarlas para montar ahí un gran proyecto de acuicultura para todo aquel que esté interesado. Estima que se necesitan cerca de 36 millones de soles para activar el proyecto. Por eso anda en busca de instituciones que deseen invertir en éste. “Yo no me imagino haciendo otra cosa. Soy tan feliz en la selva”, afirma don Santiago. “Mi vida me ha dado grandes satisfacciones. Pero si por algo quisiera que me recordaran, es por haber intentado ser un embajador del paiche”. No es gratuito que su fundo se llame Arapaima Gigas, nombre científico de este singular pez.

¿POR QUÉ QUEREMOS TANTO AL PAICHE?

Es el segundo pez de agua dulce más grande del planeta, después del esturión beluga. A pesar de su tamaño, mantenerlo es muy sencillo pues se alimenta de diversos peces (carachama, boquichico, mojarra, yuhlia, liza y sardinas), crustáceos, insectos y algunas plantas (como las algas). Vive en los ríos de la cuenca amazónica y su carne, considerada de las más finas entre los peces de dicha zona, es salada y posee un gran contenido de omegas. De sus escamas, además, se confeccionan diversas artesanías. Desde hace algunos años es exportado desde el Perú y llega a las mesas de los restaurantes más sofisticados del mundo.

PMGRH

Proyecto de Modernización de la Gestión de los Recursos Hídricos

Coordinación general de la serie “Historias del Agua”: Autoridad Nacional del Agua (ANA) • Conceptualización, redacción y diseño: Fábrica de Ideas Fotografías: Diario El Comercio / Proyecto MST-Apurímac / Programa PRODERN • Impresión: QuadGraphics • Septiembre 2013


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.