El Amor y la Filosofía -Clase 1-
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El Amor y la Filosofía – Eros y Ser – Por Esteban Ierardo Para comenzar el dictado de éste curso, empezaré por cómo llevar y acompañar el desarrollo de las ideas, a propósito de lo que es en principio una experiencia, que es la dimensión del Eros en las culturas, y también específicamente en la cultura occidental, y la relación del dictado de éste curso con la bibliografía que, como ustedes saben, será de anexo complementario a las regiones del mismo. He traído tres fichas, que parece en principio el corpus definitivo del curso, viendo después de agrandarlo en la medida en que surjan contenidos ampliatorios a los a priori propuestos. Estas tres fichas son para que ustedes tengan, en forma facilitada, en acceso a ciertas fuentes sobre los temas que vamos a ir atravesando. En la 1era ficha hay un hincapié en las cuestiones mitológicas, cuestiones religiosas, como así también, en la filosofía griega del Eros. En la 2da, fundamentalmente está relacionada al amor cortés, el amor en Dante Alighieri, y también la aproximación filosófica que hoy vamos a esbozar, pero que luego la abordaremos desde pensadores de la modernidad como Foucault, Bataille, Marcuse y su particular modo de pensar la dimensión erótica. Por último, en la 3era, me permití traer unos textos propios que tienen que ver con el tema a desarrollar, es decir, algunos ensayos sobre el tema de la Filosofía de Eros, tema que aquí nos convoca y que ahora empezamos. Como ustedes saben, el centro de nuestros encuentros es un intento de encontrarnos con la dimensión de Eros, entonces, una cuestión filosófica sobre el Eros, me parece que es apropiada para empezar a pensar y entender, al menos de una manera aproximada, sobre lo no-evidente, las múltiples posibilidades de la experiencia erótica, que como dije anteriormente, lo veremos tanto en nuestra cultura o tradición, como en otras también. Cuando pensamos sobre Eros lo asociamos de forma inmediata con el curso amatorio, con el amor y con la sensualidad, por lo tanto, la asociación mas rápida que se genera en nosotros es pensar la dimensión del Eros como una dimensión humana, como una forma de amorosa interrelación entre seres humanos, pero en esta primera aproximación filosófica del Eros, podemos vislumbrar otra, y que de hecho vamos a intentar recorrer hoy, y es que el Eros es una experiencia polimorfa, de muchas aristas, y una de ellas, mas fundacional, mas originaria que un Eros humano: Es el Eros que actúa como una fuerza previa al hombre, el Eros como una fuerza cosmológica, lo cual lleva a una 1era pregunta o interrogación que trataremos que dejar abierta para que ustedes hagan sus interpretaciones o tomas de posición respecto a la naturaleza de lo erótico, es decir: si el centro del Eros es pensado como un fenómeno humano o, si el Eros humano se ve intensificado o ampliado cuando una vez pensamos al Eros como una noción pre-humana, y para ser mas directo, ese Eros pre-humano es un Eros vinculado con fuerzas cosmológicas, dije antes, con fuerzas divinas, para las culturas antiguas, por otro lado. Ésta sería una 1era dualidad o diversificación respecto a nuestro acceso cotidiano al Eros; no es solo un Eros humano, sino uno que también supera a la experiencia humana.
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Una segunda idea, que nos puede permitir deconstruir, rehacer, darle tal vez una nueva música mas versátil a la cuestión del erotismo, se vincula con pensar al Eros desde una perspectiva sociológica, próxima a lo que podemos observar en nuestra cultural contemporánea: es decir, el Eros en un posible desdoblamiento o conflicto, la lucha del Eros como decurso, como una construcción del discurso, del lenguaje, como expresión de cierto intelecto que pretende instalar un saber sobre el Eros, un Eros discursivo y, su conflicto con aquel Eros como una experiencia que no necesita la palabra, el Eros como una efectiva experiencia de una fuerza de amor que une a los cuerpos, o por último, el Eros como una fuerza estética, como algo en relación al placer de lo bello, al arte, a la naturaleza. Entonces, la segunda idea es, de alguna manera, que basta con atravesar el Eros desde el discurso o la teoría o, por el contrario, la verdadera experiencia del Eros supone una experiencia de exploración personal, sensible, fuera del discurso respecto de lo que sería el Eros, sus secretos, y sus posibilidades. (9:33). Foucault, para ir adelantándoles una idea, observó a partir de su estudio de la sexualidad en la época victoriana, algo que estaba en contraposición a lo pensado en su época, allá por los sesenta; la época victoriana en nuestro imaginario, aún hoy, es sinónimo de represión de lo sexual, de hipocresía, de una vida borgue, donde se presume de continencia y monogamia, en lo público, pero en lo privado, en realidad, hay poligamia y una sexualidad mas polimorfa, o versátil. En contra de eso, Foucault observó, por otro lado, la época victoriana sería la época donde no se habla de lo sexual, es decir, el Eros sería una dimensión tabú, una dimensión ausente, un tema tapado por un silencio social; Por lo tanto, el Eros se vincularía con la ausencia de discursos. Algo que descubre Foucault, que después recuperaremos cuando sea oportuno, es que ocurre lo contrario: En el siglo XIX , no hay un callar, un no-decir sobre el sexo, sino que hay una multiplicación de discursos, de enunciados, que intentan decir qué es el Eros en cuanto experiencia sexual, para buscar un control por parte de políticos, sacerdotes y educadores , respecto al Eros. Entonces, un peligro es que a veces el Eros sea sustituido por los discursos, las teorías, que pretenden hablar por él, en tanto van a hablar de la pobreza real que oculta la vida erótica de una sociedad, que tal vez sea la nuestra. Y le podemos agregar un peligro mas, a esta diferenciación entre el Eros de la sustitución -porque es el lugar donde el discursos, la palabras toman el lugar del Eros como experiencia sensible, real- y otra segunda forma, que en algún momento se nos hace ineludible pensar, de sustitución en lo contemporáneo de una experiencia erótica genuina: El Eros virtual o cibernético, a través de los medios electrónicos e Internet, que son otra forma por la cual se pretende hablar de una liberación de lo sensual y erótico de nuestra cultural, que en realidad encumbre lo contrario: nuevas formas de represión o de empobrecimiento de la vida erótica. Por lo tanto, ya ven que el Eros puede tener varias caras: En lo que sería nuestro primer navegar hacia la 1era corriente de ideas de la filosofía y de la historia del pensar de occidente, vamos a elegir navegar por aguas que nos llevan a pensar al Eros como una posibilidad de fuerza cosmológica, de lo real, del ser, que al mismo tiempo es una fuerza humana. Para ver ese desdoblamiento entre el Eros
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como una fuerza universal, una fuerza propia de una realidad que excede al hombre y, la existencia humana, nos vamos a sumergir en los comienzos mismos de la filosofía Griega antigua, en la filosofía pre-socrática, donde la dimensión del Eros, o el amor, comienzan a ser pensados. Tenemos que situarnos en los comienzos mismos de la filosofía griega, en los llamados pre-socráticos, como antes les adelanté muchos de los temas que ahora voy a tratar de empezar a enhebrar tienen sus correlato los textos de las fichas que, como bien les comenté anteriormente, serán de guía para esta materia. Por ejemplo, vamos a hablar de Empédocles ahora, y en las fichas 1eras hay un texto para acompañar este tema. También vamos a hablar de Platón y el Eros, y por esto también les dejé una parte del Banquete, fuente ineludible para pensar el tema que nos reúne.(14:13) Como antes dije, Empédocles va a pensar en el contexto de la filosofía presocrática, origen del pensamiento filosófico en occidente. No puedo suprimir comentarles que si hablamos de una historia de la filosofía, muchas veces se repite en las historias de la filosofía, que la misma surge en Grecia, en el siglo VI a .C., justamente con esta filosofía pre-socrática. Permítanme decirles que esto es discutible, que tal vez la filosofía, como una reflexión desde el pensamiento, en pos del ser, en pos de la explicación del hombre o de la vida humana, es algo que ya se encontraba en otras culturas: en la cultura de la india, en la cultura de la China, paralelamente o antes a la cultura griega. Por lo tanto, vamos a ajustar y decir: en el origen de la filosofía en occidente, en el siglo VI a .C. y en Grecia, surge la constelación de los pensadores llamados pre-socráticos porque piensan antes de Sócrates, que aparece en el siglo posterior. Pero, la demarcación aparece también por una cuestión de contenido: Sócrates luego va a pensar fundamentalmente la moral, el espacio de la ética, y aquí nos referimos al Sócrates histórico, no el personaje de los diálogos platónicos: el que no dejo nada escrito, sino presencia en los testimonios en los observadores de la época, algunos sus discípulos. Este Sócrates histórico que lo podemos convocar desde, por ejemplo, los diálogos de Platón, la apología de Sócrates o el Critón, este Sócrates era una maestro oral cuyo propósito era enseñarles a los hombres que lo mas esencial del hombre es el Alma, un espacio interior donde existen valores morales que son mejores, o superiores, a los falsos valores del mundo exterior: la riqueza, la fama, los honores de los cargos públicos, etc. El Sócrates histórico se preocupaba por el hombre y su realización moral, por el contrario, los pensadores pre-socráticos aun no pensaron al hombre como tal, y el alma como posible esencia del mismo: estos pensadores trataron de explorar lo referente al universo, a la realidad, a la naturaleza y su origen: el pensamiento pre-socrático buscaba pensar la arjé, la palabra que alude al fundamento de las cosas, al primer principio. Y la constelación de estos pensadores, a pesar de sus diferencias, compartían un acuerdo en cuanto al que el fundamento u origen de la vida se encuentra siempre en los elementos de la naturaleza: así para Tales de Mileto, el origen de todo se encuentra en el Agua; para Anaxímenes el origen va a estar en el Aire; para Heráclito va a vincular el Ser, que el también llamaba Logos, con el simbolismo del Fuego; y Jenófanes, otro pensador de esta constelación, asocia el fundamento de la tierra a la misma Tierra, como elemento de la naturaleza.
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Estos pensadores se abren hacia el Cosmos, el Universo, y la búsqueda de su primera causa.(18:40) Son pensadores que están en la transición, lo mismo que Empédocles y Parménides, de los cuales luego hablaremos en particular, entre el mundo del mito, vinculado con la Grecia heroica de homero o Hesíodo, y el surgimiento gradual de la razón, de la dialéctica, del lenguaje, y por tanto, de la filosofía. La filosofía pre-socrática es un momento de transición y, como toda parte de transición en la cultura, integra elementos del pasado, de la tradición, e incorpora modernos. Es por ello que el mito -el mythos- y el pensamiento -el logos-, no están claramente diferenciados todavía, en éste momento. Se pueden ver pensadores que por un lado, quieren razonar, pero que no lo hacen todavía solo por sistemas lógicos o por aparatos racionales, como lo va a hacer Aristóteles, sino que lo hacen a partir de relatos desde los cuales intentan pensar también racionalmente el mundo. Y este es el principio del Parménides; Y menciono a Parménides porque es la puerta de entrada que nos lleva a Empédocles y al modo en que este pensador observará la cuestión del amor, la cuestión del Eros como una fuerza universal. No es nuestro objetivo hacer un recorrido exhaustivo por el pensamiento de Parménides, ni mucho menos. Entre los textos complementario que les puse en la ficha, hay una famosa introducción a la filosofía publicada por Eudeba de el helenista A.H. Armstrong (http://www.scribd.com/doc/4516585/ESTOICISMO-por-A-H-Armstrong), les puse, primero una parte dedicada a Parménides que lleva a Empédocles, por lo siguiente: Parménides fue el filósofo mas singular dentro de los pre-socráticos, porque él por un lado, continua con el mito, porque la forma en que trata de expresar su pensamiento es en principio un poema mítico, llamado la “Rereum Natura”, sobre la naturaleza de las cosas. En el contexto de un relato, lo cual es propio del mito (recuerden que el mythos, como una explicación de la verdad, en las culturas antiguas, es primero un relato, una narración), Parménides imagina en unos versos no muy inspirados, que él es buscado y encontrado por unas mujeres divinas que lo llevan hasta presentarlo a una puerta de un palacio que se encuentra en el sol, y dentro de ese palacio lo recibe una Diosa, que es la que le va a revelar el camino hacia la verdad: a partir de ese momento, luego del introito o preámbulo mítico, comienza por primera vez, un intento de pensar puramente racional de la vida o el ser, por parte de Parménides. Empieza, en ese momento, lo que él proponía como diferencia entre dos caminos hacia el conocimiento de la vida: uno sería el camino de la verdad, otro, el de la opinión. Parménides adelanta algunas cuestiones de Platón. Platón decía que el hombre, que vive atrapado por el mundo de los sentidos, cree que el mundo se reduce a lo que vemos por los sentidos físicos, y por lo tanto es incapaz, por el intelecto, de pensar algo no-sensible, algo metafísico que para Platón va a ser la verdad, el mundo de las ideas, que solo puede ser visto por el ojo del intelecto. Pues bien, cuando el hombre queda atrapado en este mundo que ve, creyendo que es el único mundo, no tiene conocimiento, no accede a la verdad y vive en la esfera de las opiniones. Opiniones, relativismo que nunca da cuenta del conocimiento de la verdad última de las cosas: Mundo de la Doxa u opinión, mundo de la ignorancia. Parménides, entonces, es el que empieza a aludir a esto. Habla de los hombres bifrontes, los hombres de la opinión, para aquellos que la realidad puede hoy ser
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y mañana no ser. Para el hombre que vive en la ignorancia este mundo es un mundo de cambio, de transformación. Parménides introduce en la cultura occidental una idea, que por mas que parezca abstracta, traerá grandes consecuencias en occidente: es la idea de que la verdad no cambia, de que la verdad está fuera del devenir, fuera del paso del ser al no-ser, de la vida a la muerte: La verdad, piensa Parménides, es inmutable, es eterna, no surgió nunca, ni nunca terminará. Por lo tanto la verdad, si es el ser, nunca puede ocurrir que pasemos del ser al no ser. Este cambio significaría una contradicción, y Parménides piensa desde el presupuesto de que la lógica, la razón, puede pensar la verdad, y la puede pensar sin contradicciones. Por lo tanto el Ser nunca puede cambiar, porque entonces la vida sería una contradicción entre lo que ahora es A, el ser, y mañana B, el no-ser. La verdad es verdad y continua, nunca cambia, y la imagen que Parménides piensa en su poema para graficar el concepto de ese ser que nunca cambia y es una verdad que nunca cambia, es la imagen de una esfera. El ser tiene una forma circular, lo cual está en el comienzo de otra tradición que va a ser muy larga en occidente, según la cual el círculo no es solo una figura geométrica, destinada al estudio lógico-numérico de la geometría: el círculo es una figura simbólica, simboliza lo eterno, lo perfecto, lo infinito. Si el ser es una verdad inmutable, debe ser perfecta, por estar ya realizada y acabada; y lo simboliza el círculo, imagen de la perfección.(26:24) Parménides llega a una de sus conclusiones que es que, la verdad, si tiene que ver con algo de lo que pensar como una verdad que nunca cambia, ¿Dónde puede encontrarse esa verdad? ¿en el mundo del Eros? Puesto que en el mundo empírico todo cambia, ahora es de noche, en un rato será día, ahora tenemos vida, en un tiempo corto o no comenzaremos a desaparecer, como diría después Aristóteles este es un mundo de degeneración y de corrupción, éste es un mundo de cambio: Y si la verdad no cambia, ¿por qué órgano podremos descubrir la verdad? Para Parménides, obviamente, no por los sentidos, sino por el pensamiento: Solo el intelecto, la Razón, es la que puede capturar, captar la verdad. Y esa verdad que no cambia, insisto, es una verdad de forma circular: Y Parménides llega a una de sus conclusiones, por la cual, para alcanzar la verdad de la vida, por el pensamiento, tenemos que elevarnos por encima de este mundo. Y es más: Parménides va a sugerir, que el mundo que vemos, como es un mundo de cambio y es un mundo de contradicciones, y la verdad es inmutable, puede ocurrir que este mundo que vemos sea una ilusión, puede ocurrir que sea irreal. Luego vendrá el mas célebre discípulo de Parménides, Zenón de Elea, con sus famosas Paradojas, por ejemplo de la “Aquiles y la tortuga”, por la cual, por la razón, va a tratar de demostrar que el movimiento y el espacio físico, racionalmente son contradictorios y por lo tanto imposibles. Lo que interesa ahora es que para Parménides lo natural es intelectual, la verdad es inmaterial, inmaterial. La verdad es racional y este mundo no tiene valor. Empédocles, va a ser un discípulo o va a estar bajo la influencia de Parménides. El mismo era nativo de la ciudad de Agrigento, en Sicilia. Una de esas ciudades creadas por los griegos en su expansión mediterránea, una de las ciudades que conformaban la Magna Grecia, donde va a surgir también la filosofía pitagórica, y se va a preparar también los inicios del Orfismo, otra expresión del pensamiento y la reflexión sobre la verdad del Eros.
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Empédocles de Agrigento va a encontrar una síntesis, que a Parménides no le interesaba, entre la verdad que escapa a los sentidos, y este mundo, en el cual vivimos, este mundo que vemos, dotado también de verdad: No como un mundo ilusorio como planteaba Parménides, pronto veremos cómo Empédocles lleva esa síntesis y cómo el Amor o Eros tiene una función esencial en esto. (30:01) Antes me gustaría comentarles que Empédocles de Agrigento generó un gran reconocimiento entre sus conciudadanos, entre sus coetáneos, dejó algunos aportes a la ciencia, porque había sido quien, por ejemplo, descubrió la presión del aire y el sexo entre las plantas, entre otras cosas. Empédocles tenía gran interés, al igual que los otros pre-socráticos, por la Naturaleza y su funcionamiento, y tal vez eso explique una famosa leyenda sobre la muerte de Empédocles, que seguramente habrán leído o recuerdan de alguien se la haya contado, según ésta, por otro lado la más difundida en el mundo antiguo, Empédocles muere arrojándose al interior de Etna, el gran volcán en Sicilia, y según dos versiones diferentes, la explicación de ésta muerte de Empédocles es que: por un lado, Al filósofo Empédocles a pesar de su pensar, no le era ajena la vanidad humana y entonces quería ser recordado como una suerte de Dios, dado que habría intentado dar por superada su condición humana en este gran sacrificio de arrojarse a la lava y al fuego del volcán. También según también esta leyenda, esa hipótesis reprobó, puesto que supuestamente, al derredor del Etna, se habría encontrado una sandalia del filósofo, lo cual demostraría que era todo un montaje para pasar como un filósofo que se divinizaba en el volcán. La otra explicación sostiene que Empédocles se habría arrojado al interior del volcán para ser el primer mortal que descubría los secretos del fuego, que se presta como lava, como erupción en los volcanes, entre los mortales que verían al interior de la tierra. A veces tenemos que situarnos en los contextos mentales del pasado, que son distintos al nuestro, para nosotros puede resultar algo casi congénito imaginar la tierra, cuevas, exploraciones geológicas, la teoría del magma como centro del planeta, etc. Para un análisis que piensa la antigüedad, lo que haya debajo de la tierra, en la misma, más allá de algunas cuevas, era algo de carácter completamente misterioso, y que trataba de explicarse mediante hipótesis de carácter religioso. Entonces, Empédocles se habría arrojado al Etna, para descubrir, digamos científicamente, por la observación, por vez primera, el interior de la tierra y la actividad misteriosa del fuego que se daría al interior del volcán.(32:49)Lo más seguro es que, como se acepta históricamente, Empédocles no murió de ésta manera, sino que se murió en el exilio, en el Peloponeso, en la Grecia continental. Y lo que nos interesa ahora son las marcas de Empédocles en el pensamiento. Él es algo así como el primer pensador del Eros, del amor como una fuerza universal, que por lo tanto trasciende lo humano. Empédocles, bajo la influencia de Parménides, imagina al Ser también bajo una representación simbólica: El Ser también es una esfera y la vida transcurre a través de un proceso cíclico, la vida existe como períodos, ciclos. Esto tiene como trasfondo, también, el tiempo, la noción de tiempo, en las culturas antiguas, donde la noción del tiempo es circular, a diferencia de nuestro tiempo cultural, que es un tiempo lineal. En el mundo antiguo el hombre vivía fuertemente abierto a las estaciones, las órbitas de los astros, los cambios de la Luna, la salida y la
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desaparición del Sol, es decir, el hombre de la antigüedad vivía experimentando ciclos, la vida, como un conjunto de ciclos. El año mismo es un ciclo, vinculado con las estaciones. Entonces, la vida cíclica Empédocles la piensa a partir de una esfera, la esfera del Ser: y esa vida se inicia a partir de un origen, en el cual la fuerza que existe en la raíz de la vida, en el origen, es la fuerza del amor, la fuerza de Afrodita, diosa griega del amor, o sea la fuerza de Eros.(35:00) Pero esa fuerza, en el comienzo, digamos en el inicio del movimiento circular, en el inicio del ciclo de la vida, el amor es la fuerza que mantiene unida lo que son las raíces de la vida. Para Empédocles, toda vida se compone de cuatro raíces: El Agua, la Tierra, el Fuego y el Aire: lo cual tiene que ver con la filosofía pre-socrática, como comentamos, y tiene que ver con lo que se va a llamar luego la teoría de los elementos: todo lo que vemos es una combinación de los elementos, esos cuatro elementos que en el comienzo del ciclo se mantienen mezclados, no fundidos, mezclados porque conservan su independencia como elementos que son eternos e inmutables. Pero ocurre que cuando los elementos avanzan en la vida, cuando el ciclo circula en el tiempo, surge otra fuerza: la vida que observamos, para Empédocles se explica a partir del conflicto entre dos fuerzas, que son también eternas, ellas: Son las fuerzas del Amor, que ya hemos mencionado, y la fuerza de la Discordia, vinculada con el Dios de la guerra, Ares. El amor es aquello que mezcla, es aquello que une, que mantiene una integración entre las cosas diferentes. Por el contrario, la discordia es aquello que trae la separación: cuando la separación producto de la discordia fuerte se hace muy profunda, el peligro es que la vida se divida tanto, se separe tanto en sus elementos, que la vida termina por sofocarse, la vida termine por desvanecerse en caos. Antes de que la vida se sofoque por exceso de discordia, siendo que la misma siempre separa, a ese peligro lo debilita la reaparición periódica del amor. Y entonces así la vida para Empédocles es ese círculo, esa esfera, donde siempre se da ese juego alternativo: Primero el amor mantiene unida la vida, luego aparece la discordia, la enemistad, que es lo que separa. Y si la existencia humana no tuviera la posibilidad de la compensación por el establecimiento al equilibrio o el retorno a la unidad que supone el Amor, como destino del hombre y del universo, sería la disolución. La disolución de la vida se impide porque cuando la separación está a punto de de ser extrema, Eros-Amor reaparece, volviendo a atar, a unir aquello que por fuerza de la discordia se había separado. Por lo tanto la vida es el juego entre el Amor y la Discordia. Platón va a continuar esta perspectiva, y desde el pensamiento contemporáneo Freud, en “Mas allá del principio del placer” va a hacer la moderna traducción de ésta posición filosófica de Empédocles para entender la vida como el choque constante entre el amor, la fuerza de la vida y la fuerza que une la vida, y la discordia, esa fuerza que separa y amenaza con la disolución o la muerte. La traducción, como ustedes saben en Freud, va a ser la vida en un contexto de encuentro constante entre Eros y Tánatos, Eros como aquello que busca siempre la restauración del placer a partir de que el hombre vuelve a sentirse integrado a una unidad que el cuerpo habría vivido en el comienzo de la existencia orgánica. Freud imaginaba que en un comienzo la vida era una gran unidad orgánica, no había cuerpos separados, y ésta unidad producía placer. Cuando los cuerpos se separan queda la memoria del placer, y el Eros, por tanto, es la fuerza que busca
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volver a unirse, volver a esta unidad que como tal producía placer. Por el contrario, Tánatos, es la fuerza empeñada en llevar la muerte o la discordia que Empédocles había pensado hasta su punto más alto. Por lo tanto para Empédocles, la vida, es por un lado la esfera que escapa a los sentidos, pero esa esfera existe a través de éste mundo, y del equilibrio entre el amor y la discordia, a partir de una armonía de opuestos, la vida discurre, la vida fluye como movimientos. Empédocles es entonces el primero que intenta pensar, filosóficamente, al Amor, al Eros, como una fuerza. Lo cual supondría que nos detengamos un instante en el peligro que supone intentar pensar filosóficamente el Eros, es decir la posible trampa, que antes aludimos, del discurso, del concepto, de la palabra, que sustituye la excelencia. Empédocles piensa el amor como una fuerza, fuerza que no debe ser confundida con una idea, con un concepto abstracto, por lo tanto hablar del amor como una fuerza supone hablar de un poder de la vida, un poder que en cierta forma es anterior e independiente al intelecto, al concepto, que explican. Y esto también veremos que es necesario pensarlo en Platón, se puede pensar al Eros o al amor como una idea, pero la naturaleza del Eros no es ser un concepto, es por el contrario ser una fuerza sensible que atraviesa los cuerpos, que renueva la vida, como tiempo, como poder que reúne, renueva, regenera la vida. Es una fuerza, un poder en la vida y no una fuerza sola que se abstrae y existe sola en el intelecto. El amor como fuerza cosmológica, entonces, empieza a ser pensada desde Empédocles. Platón va a ser el que va a continuar el pensar sobre los secretos, los desafíos del amor. Lo hace en el contexto del, como ustedes saben, famoso diálogo “El Banquete” o “El simposio”. Hay dos fuentes que vamos a tomar de éste diálogo para tratar de continuar lo que el amor es, desde ésta perspectiva, para el cuerpo mortal y pensarlo filosóficamente. En la casa del poeta Agatón se reúnen un conjunto de ciudadanos atenienses, bajo la convocatoria de intercambiar discursos, interpretaciones, respecto del secreto del Eros-amor. Sócrates es uno de los que acepta la invitación, por lo tanto él va a participar con un discurso que no es generado desde la propia experiencia, sino que él mismo recrea lo que le fue revelado por una sacerdotisa, la sacerdotisa Diótima de Mantinea. Hay seis discursos sobre el amor en el Banquete. No será pertinente en éste curso hacer alusión a cada uno de ellos, por lo que me concentraré en dos, en el discurso sobre el amor de Erixímaco y en el de Sócrates. Hay un discurso anterior al del médico Erixímaco, que es un tanto extremo, que es el discurso de Aristófanes y que para mí sería preciso recordarlo, al menos en su trama más medular, puesto que también va a tener, podría decirse, su fuerte huella en la historia de, al menos, occidente. Freud también se va a apropiar de éste Mito del Andrónico, que es el que está en el centro del discurso del ya nombrado Aristófanes, que es el famoso comediógrafo, el autor de “Las Nubes”, de “Las ranas”, etc. Cuando Aristófanes habla en la reunión, recrea como un relato mítico, que la humanidad tenía en un comienzo dos forma de expresión biológica: Por un lado los seres sexuados y separados, como nosotros, en el sexo masculino y femenino, pero por otro, en un comienzo, en un tiempo mítico, aural de la humanidad, existía otro tipo de existencia humana, otro ser, que era
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hermafrodita y que, como todos saben, su cuerpo tenía la integración de los órganos sexuales femenino y masculino y a su vez, tenía una forma esférica y circular, por lo tanto, el Andrógino tenía la satisfacción sexual en sí mismo, era completo sexualmente, porque la fuerza de atracción sexual estaba en su propio cuerpo, bisexuado. Pero ocurre que con los Andróginos acontece algo que también sucede con algunos héroes o mortales en la cultural griega: que era la caída en una acción, que era la acción de la Hybris, palabra griega para hablar de la soberbia. La misma no consiste en el contexto griego en un temperamento exuberante o seguro de sí mismo. La soberbia va mas allá, tal vez en algo, que en una sobreestimación psicológica superficial porque la soberbia se vincula o supone cierto vínculo entre el hombre y la valoración de la vida universal, de la vida que está mas allá de lo humano, entre el hombre y lo divino, sería, en las culturas antiguas. El hombre cae en Hybris, la soberbia, cuando cree que puede ignorar a lo divino, cuando cree que puede ser semejante a los dioses y entonces pierde consciencia de sus límites. Va mas allá de lo que naturalmente le es posible. No reconoce su inferioridad respecto a lo divino. Ustedes saben, que esto sería parte del reparo del hombre antiguo respecto a la soberbia humana que es algo universal, según los griegos. Forma parte de lo denominado Filosofía Perenne, de esa filosofía ancestral, de ciertas creencias que distintos pueblos, distintas religiones comparten. Y una creencia universal, ancestral, en ese sentido, es que siempre las religiones, las culturas antiguas, trataban de criticar o de castigar al hombre en actitudes y eso se vincula con nuestra tradición judeo-cristiana. ¿Por qué Adán y Eva son expulsados del Paraíso? Por una acción que está vinculada con la soberbia, como ustedes recuerdan cuando Adán, aunque sea involuntariamente tomó del Árbol del conocimiento del Bien y el Mal, en el Paraíso, simbólicamente era como decir, yo, al comer un fruto del Árbol del conocimiento absoluto soy como dios, ya no soy semejante sino que soy idéntico a dios. Y por eso el castigo de la religión, de las tradiciones antiguas y su continuidad posterior, siempre se está alerta frente al hombre que pretende pensarse como centro del universo, o que pretende ser superior a la vida que le dan los dioses, a la vida del universo. Es también una actitud mental del hombre urbano, burgués, de nuestra cultural capitalista contemporánea que tal vez ha perdido. Tal vez resulte hasta hiriente hoy recordar que no somos el centro del universo, el centro último de la vida. Para los griegos cuando el hombre pretende ser igual a los dioses esto es Hybris, desmesura, porque el hombre está obviando su medida, esto ocurrió con el Andrógino, porque los Andróginos pretendían hacer una escalera por la cual remontarse hasta la cumbre del Olimpo, el hogar de Zeus, para desplazarlo, para tomar el poder y hacerse con el mundo divino. Y Zeus, como muchos dioses del mundo divino, tiene como poder de castigo el rayo: Entonces cuando ve a los Andróginos, ya devorados por su Hybris y por su deseo de ser como Zeus y de conquistar el universo, descarga la fuerza fulminante del rayo y el castigo consiste en dividirlo en los dos sexos: Lo cual sugiere la angustia de un deseo erótico que resurge como la posibilidad no ser satisfecho siempre. Porque antes el Andrógino encontraba la satisfacción del ser en sí mismo. Ahora sí, al estar separado, ese placer perdido de la unidad biológica del Andrógino, es algo que se debe buscar, movido por el deseo, a partir del reencuentro con el otro sexo, reencuentro que puede ser exitoso, o fallido, como ustedes saben.(51:00)
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Por lo tanto, a partir de perder la satisfacción plena de la que gozaba el Andrógino, el castigo es la posible insatisfacción del deseo erótico, la fragilidad del Eros que busca repetir el placer, sin poder ya, dar garantía de una nueva gratificación de ese deseo erótico. El deseo erótico como angustia, como posibilidad de insatisfacción, a partir de sexos divididos a partir del Andrógino ahora dividido en hombre y mujer, igual queda, aun después de la división, dice Aristófanes, el recuerdo del placer que el Andrógino contenía al ser uno sexualmente. Por eso es que también busca mediante el reencuentro con el otro sexo, a partir del Eros como fuerza que busca regenerarse con el otro sexo, busca recuperar esa unidad perdida. Ahí ya, en el discurso de Aristófanes, como sustrato de idea elemento filosófico, vemos que el Eros-amor es una fuerza que cuando la realidad está dividida, actúa buscando re-unir aquello que está dividido, es una continuidad de lo que ya Empédocles proponía. Lo propio del amor es contrarrestar las fuerzas de la disgregación, es reunificar lo que aún está separado, es la fuerza que contribuye a la unidad y no a la división de la vida. Luego del discurso de Aristófanes la palabra le es concedida a un médico, Erixímaco, y el mismo aclara que su discurso versará alrededor de su experiencia como médico, a partir de la observación, de la alternancia, en el cuerpo humano, de la salud y la enfermedad. Entonces, Erixímaco, médico, empieza a hablar de que el Eros es una realidad doble, de que el Eros se puede pensar en su fase plena, como la fuerza que armoniza, que re-une. Esto en el cuerpo se expresa como salud, un estado de unidad armoniosa entre las funciones del cuerpo.(53:40) Pero como Eros se degrada, el Eros actúa como una fuerza opuesta, como una fuerza débil que mantiene separado aquello que tendría que unir. Y cuando el Eros se manifiesta en su fase de debilitamiento, biológicamente esto se manifiesta como una enfermedad. Por lo tanto, la posibilidad más alta del Eros, como aquello que reúne y que por lo tanto da salud, es mantener unida todas las funciones del cuerpo, el destino mas alto del Eros es nuevamente la unidad , entre aquello que en principio está separado. Pero Erixímaco, para pensar el Eros como una fuerza universal de la reintegración, piensa precisamente al Eros no como una fuerza que se detiene en el cuerpo humano, sano o enfermo. Piensa al Eros como un poder universal, como una fuerza que atraviesas todos los cuerpos, los animales, las plantas, los elementos, por esto: Para Erixímaco, claramente, el Eros es primero una fuerza cosmológica, una fuerza que atañe a la vida, a lo universal, y luego en un segundo momento se proyecta hacia la vida humana. Y otra metáfora que Erixímaco emplea para pensar al Eros de la salud, el Eros de la plenitud, es la Música: Cuando la música se convierte en un estado creativo-artístico realizado, es cuando la música hace que haya concordancia, consonancia entre graves y agudos, cuando la música es el arte de la armonía de los sonidos. La música como el arte que entrega el placer de la armonía, la seguridad del ritmo, porque la música es un ejemplo de esa fuerza que une e integra los opuestos: Por lo tanto, el saber médico hacia el Eros, hacia el cultivo del Eros, es un paradigma guiado por el cultivo de la música, en el discurso de Erixímaco. El médico debe ser un músico que debe dar consejos para que todo el cuerpo sea consonancia, para que todas las funciones estén unidas,
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armoniosamente integradas, a plena salud. Pero también, la salud del Eros es que el hombre del cuerpo humano, se sienta integrado, se sienta en consonancia con la propia fuerza de la naturaleza, por el Eros como una fuerza universal. Por eso es que Erixímaco termina diciendo que, cuando el hombre cultiva el camino del Eros, el mismo no solo es la salud física en el hombre, sino que también el Eros permite integrarse con el universo, que tiene un orden, y por lo tanto, el hombre de la salud erótica es aquél que también alcanza una salud psíquica, además de la física. Y esta salud mental se expresa a través del carácter, a través de la propensión del hombre a una vida temperante, a una vida del justo medio, a una vida de cierta continencia. Es decir, en el discurso de Erixímaco no piensa todavía al Eros como una fuerza que se tiene que liberar de un deseo exuberante que busca la lujuria o que busca lo orgiástico: el deseo, vinculado con lo erótico, debe estar siempre bajo un orden bajo una mesura, bajo una temperancia. La nueva idea que ahora podemos invocar como trasfondo del discurso de Erixímaco es que, desde nuestra reflexión sobre este discurso, en el discurso del Banquete de Platón, el Amor o Eros nuevamente es una fuerza universal y que integra los opuestos: Primero es una fuerza del ser, es una fuerza de la vida y después se plasma en el hombre. Pero lo que va a existir como una diferencia de perfiles para pensar al amor, va a ser el discurso de Sócrates, que Platón pergeña y que va a poner en boca de su admirado maestro. Para llegar al discurso del amor de Platón a través de Sócrates en El Banquete tendríamos que hacer una estación intermedia, tendríamos que recorrer primero un paraje, que es el de la visión mitológica, sobre el amor o Eros, en la antigua Grecia, porque eso nos permitiría entender mejor cuál es la diferencia que el discurso de Sócrates va a introducir respecto a cómo pensar al Eros en su discurso. Hagamos por lo tanto esta detención y hagamos el recuento de la imaginación mitológica, es decir, cómo los antiguos griegos, antes de Platón, concibieron lo propio de Eros, del amor, como una fuerza universal, una fuerza de la vida anterior al hombre mismo. La primera fuente indispensable para recrear el Eros en una perspectiva mitológica, ahora, es la Teogonía de Hesíodo. Una obra que ustedes seguramente ya conocen y de la cual tenemos una muy acertada traducción en Gredos, que como ustedes saben es la editorial de traducción de obras clásicas de mayor consenso en el mundo académico. La Teogonía es un relato mítico que narra el origen de los dioses. Habría surgido como un canto mítico y poético en el siglo VII a.C., donde Hesíodo, inspirado por la Musa, le da existencia a estos cantos. Hesíodo era un pastor de ovejas, un pastor de rebaño en la zona de Beocia. Hesíodo estaba fuertemente vinculado con la vida rústica, con la vida campesina, lo cual explica su otra gran obra, que es “Los trabajos y los días”, una obra muy recomendable, para su lectura o relectura porque Hesíodo, les comento, escribo dicha obra para decirle a su hermano Perses, la lección que otorga el trabajo legítimo y la humildad. Perses quería por un litigio, por un juicio apropiarse de la herencia familiar sin trabajar, entonces Hesíodo le dice, la fuente legítima del trabajo está en la
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intención respetuosa y en el esfuerzo entre el hombre y la tierra, la agricultura, entre el hombre y el arado: Y es por esto que “Los trabajos y los días” es una especie de manual, de vida campesina. Y, dentro de lo que es esa estructura, se incluye lo que es el punto culminante del Mito de Prometeo, y el famoso Mito de las Edades. Es una cuestión que no viene al caso ahora, mas allá de lo interesante que nos puede resultar. Volvamos a la Teogonía: Hesíodo, como todo poeta antiguo, cuando comienza un canto invoca primero a las Musas y entonces no piensa que su canto, sea su canto, esto, aunque parezca una paradoja, tiene que ver con que el hombre arcaico cree que los cantos son de origen divino, son dados por la Musa al poeta y por tanto, este poeta es un intermediario, un mediador entre el mundo divino y el mundo de los hombres. El Poeta o la palabra poeta viene de Poyséis, creación y, entonces, el poeta es un poyetes o hacedor, pero esto no significa que en el mundo antiguo el poeta sea creador en un sentido originario: es decir, que sea él la causa primera de la creación. El poeta es un intermediario, es el inspirado, la Musa lo elige, la Musa se apodera de él y por eso el poeta es un poseído de la Musa y no puede escapar de la inspiración y, con esto, no puede evitar parir los cantos por el milagro de dar la nueva vida desde su vientre. Entonces como Platón en el diálogo Ión lo desarrolla el poeta padece una locura divina, en estricto sentido. Por la Musa fue elegido para que cante sus cantos, los cantos de la Musa, los cantos a los que escuchar desde una audición antigua y son los cantos de la teogonía. Y la Teogonía comienza con un canto sobre la creación del mundo: un mito de la creación. Luego de que Hesíodo agradece a las Musas por inspirarle y donarle el canto, ahí comienza el famoso Mito de la creación: donde se narra todo un mito justamente, como narración un relato. Se relata que en el comienzo existía el Caos: en la perspectiva arcaica el caos no es necesariamente equivalente a la concepción moderna de algo confuso, de algo que conspira contra la vida, de algo que contamina o enferma la esencia si no, por el contrario, el Caos es aquello donde todo lo que es posible ya está pero está mezclado, está sin orden. El caos por lo tanto es el decurso, el lugar de la potencialidad, de lo que puede llegar a ser. Pero para que el Universo surja el caos tiene que ser operado: y entonces en el relato se habla de caos y luego se dice que del caos surgió la diosa Gea, la diosa más antigua de la mitología griega. Una diosa que está vinculada con la tierra, pero no es solo la tierra que pisamos, no es solo la tierra que labramos, la de la agricultura: Es la tierra como expresión metafórica de la materia, de la naturaleza. Gea es la que le da existencia a los mares, a los bosques, a las montañas, a las ninfas, Gea es la que va a generar desde su propio vientre a su consorte, su esposo, Urano. Y, desde el Caos, en una segunda secuencia va a nacer la noche y va a nacer Eros. Eros es, por lo tanto desde esta perspectiva mitológica, uno de los dioses que está en el comienzo, que está en la creación, que está en el origen. Para la realidad arcaica, una expresión de poder o de verdad, es estar ceca del origen. Por ser un Dios muy antiguo Eros se vincula con el misterio de la aparición misma de la vida y por lo tanto contribuye a que esa vida, una vez que aparece desde el caos se propague, se expanda. Eros es una fuerza de expansión de la vida y, desde lo mitológico y, desde una interpretación simbólica esto se ve
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aún mas claro en el otro giro famoso de una mitología del Eros que es el Mito Órfico de la creación, donde Eros va a tener un rol muy destacado. (01:07:11) La doctrina órfica, pertenecía a un grupo de iniciados, era una religión mistérica, es decir una religión de iniciados que mantenían saberes y prácticas herméticos, fuera del Ágora, fuera del espacio público. Los Órficos se presume que tenían fuertes afinidades a los Pitagóricos: Ambos creían que el verdadero orden es el Alma, no el cuerpo, algo que Platón luego va a continuar cuando en el Zenón famosamente dice “el Cuerpo es la prisión del alma”. El alma es para ellos lo verdadero, existe como realidad espiritual independiente del cuerpo, los Órficos creían que por fuera del alma exista esa nada –el cuerpo- era malo, porque la condena al sufrimiento, la condena a la muerte, la condena a la limitación y por esto los Órficos buscaban entonces liberar el alma, liberarla del cuerpo, por la purificación. Y los Órficos tenían un Mito de Creación: dicho mito narraba que en el comienzo existía la noche, la noche es el equivalente simbólico del caos, del no-ser, de la ausencia del orden y de luz y, por ello, de la noche surgió un huevo, luminoso y resplandeciente a partir del cual, del interior del huevo órfico de la creación surgió Eros como una fuerza que al expandirse propagaba la vida hacia el esfuerzo a direcciones del espacio, por lo tanto Eros está en el origen de la vida. Y ahora Eros no es solo la fuerza que reúne lo que antes estaba separado, no es solo una fuerza universal, el Eros también es una fuerza que expande que propaga la vida desde el momento de su origen, mitológicamente, desde el momento de la ruptura del huevo. Entonces, desde la perspectiva de Hesíodo o de los Órficos, Eros es un dios poderoso, es un dios omnipotente porque es un dios que está en el origen mismo de la vida. A ésta interpretación del Eros como una fuerza completa en sí misma, veremos, el pensamiento platónico va a modificar porque va a pensar al Eros desde un imaginario distinto: No como un dios omnipotente sino como un ser que está entre lo humano y lo divino. 2da Parte Les comentaba, que además del abordaje filosófico en la Grecia antigua, podemos también ensayar una visión de una mitología del Eros. Entonces ahí hablábamos de la versión de Eros en el comienzo de una creación, de Hesíodo, la Teogonía, y hablamos del mito órfico de la creación: Eros como un dios poderoso, omnipotente, porque es uno de los dioses más antiguos, porque están en el origen mismo de la vida. Cuando Platón va a pensar a través de Sócrates y Diotima el tema del Eros, lo hace desde este trasfondo cultural. Y entonces, en la ronda de discursos sobre el amor en el Banquete o Simposio, sobre el final, llega el momento de la intervención de Sócrates, que empieza a sorprender a sus interlocutores porque no va a hablar a título personal sino que lo va a hacer recordando lo que le fue revelado sobre los secretos del amor por una sacerdotisa, Diotima de Mantinea. Hay una especie de discusión en torno a si Diotima fue un personaje histórico, si tuvo existencia real o es una creación literaria un personaje que Platón crea como lo hace en el famoso momento del mito de Er , que es un guerrero de la región de Armenia, que aparece en el libro décimo de La República, donde se encuentra este personaje inventado, guerrero que puede ver mas allá y después vuelve y cuenta lo que hay del otro lado. Es
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una discusión tal vez más bien erudita, pero lo que sí es significativo es que al ser una sacerdotisa la que habla de Eros, el vínculo de Eros con una fuerza divina, con un poder sagrado ya es mucho más inmediato y directo. Y como último prolegómeno a esa cuestión, les comento que otro dato sobresaliente de lo que sería una visión mítico-religiosa del Eros en la Grecia antigua se vincula con los misterios de iniciación, idea que les voy a comentar, nada mas. Junto con la filosofía como un saber público, un saber racional, estaba la filosofía como un saber hermético, es decir, de un grupo de discípulos, y su saber era secreto, no tenían que circular en publico: Tal es el caso de la filosofía pitagórica, que es el caso mas famoso. Los Órficos, que mencionamos, también eran un grupo con un saber hermético. Algunos sostienen que alrededor de Platón había también una dualidad entre lo que decía públicamente, las que a nosotros nos llegaron y, aquello que decía a sus discípulos de forma oral en la institución educativa que creó: La Academia. El hecho es que en lugar de una práctica secreta, en la Grecia antigua, también se vinculaba con los misterios de iniciación, pero en la práctica, para iniciarse en la vida grupal es la sabiduría, como práctica universal. Todas las culturas tienen misterios de iniciación que son ritos secretos de los iniciados para acceder a la sabiduría. Entre los griegos, el misterio más importante de iniciación fue el misterio de la diosa Démeter, en el templo de la diosa Démeter, en la ciudad de Eleusis. Poco es lo que se sabe sobre cómo realmente vivían los iniciados, aunque hay especulaciones. Y dentro de ellas se cree que Eros era venerado dentro de la iniciación como un dios al cual llamaban Protógonos, que significa que está en el origen de todo. Desde la visión mítica, entonces, Eros emerge como un dios que en la perspectiva filosófica de Platón va a estar transformado, ya no va a ser el Dios de una fuerza universal plena sino que va a ser un ser divino pero a la vez es inferior a los dioses y superior a los hombre. Eros se va a vincular con una figura en la cultura griega que es lo que se conoce como el Damon, que los traductores evitan traducir como demonio para evitar las confusiones de la semántica de esa palabra en nuestra tradición cristiana. El Diamond es la realidad, es una categoría intermedia entre lo divino y lo profano, entre lo sagrado y lo profano, entre lo celeste y lo terrestre. Los seres daimónicos son seres demiúrgico, son seres que están en la intermediación entre los dioses y el hombre. Eros en la perspectiva de Platón va a ser un ser de esta naturaleza de Damon intermediario, por lo tanto ya no está a la altura de los dioses todopoderosos del Olimpo pero conserva su condición divina y por lo tanto es superior al hombre. Para entender esto desde adentro tenemos que sumergirnos en el modo cómo Sócrates habla de Amor, de sus secretos, recordando lo que le fue dicho por la sacerdotisa. Entonces se recuerda que cuando nace la diosa del amor, Afrodita, existe un Banquete entre los dioses para celebrar el nacimiento de esta diosa y, está, entre los asistentes al banquete, el dios Poros, que es un ser divino que se caracteriza por ser abundante, rico, pletórico de recursos, pero que en el banquete se embriaga y, al haberse olvidado un poco de sí mismo y está en el estado de somnolencia, tratando de recuperar la conciencia se le aproxima una mujer mendiga que estaba contemplando el banquete que se llama Penia,
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pobre y carente de recursos. Pero cuando ve a Poros, somnoliento, embriagado, digamos no dueño de su voluntad piensa ésta es mi oportunidad de tener una descendencia divina, rica y próspera, entonces hace lo necesario para asegurarse esa fertilidad y su descendencia, mientras que Poros estaba en otro estado y tal vez a punto de dormirse, aunque sea esto poco creíble. Es así que Eros es un dios que por su por su origen ya es un Dios vinculado con la dualidad, porque no es la divinidad plena, porque no es totalmente divino, por su origen, por su madre que le hereda lo vinculado con la pobreza, con la falta. Pero por otro lado, la otra parte, en su naturaleza ambigua y su carácter dual, es que es un dios vinculado con la carencia, con la pobreza, pero al mismo tiempo es un dios vinculado con la riqueza de recursos que le vienen del padre y que se van a expresar a través de la idiosincrasia de dios y mas exactamente en cómo refleja su influencia en aquellos que son guiados por Eros: Aquellos que están bajo la fuerza de Eros reciben de su padre un influjo que los lleva a ser cazadores temibles, a poseer una vida que le permite la caza desde múltiples trampas o acechos y, lo que es mas importante, los hombres que están bajo el influjo de su padre, Eros, son apasionados por la sabiduría y son versátiles también, en sus discursos y en sus pensamientos. El hombre que está bajo el influjo de Eros busca la sabiduría y también va a buscar la belleza, como veremos, ahora: ¿por qué el hombre que está bajo la influencia del Eros busca la sabiduría? Porque Eros es el amor por saber, es el amor por la verdad, por el conocimiento. Y el hombre, bajo la influencia de Eros ama entonces la sabiduría y la busca, y es ahí donde aparece la figura mas paradigmática del filósofo, en sus orígenes, en Grecia, que lo indica la propia etimología de origen pitagórico: Filósofo es aquel que tiene filia, amor, por Sofos, por el conocimiento, por la sabiduría. Observen que solo recordar esto nos puede hacer pensar que el filósofo en occidente en sus comienzos estaba próximo a la vida erótica, a la vida amatoria y a la vida desencarnada, ascética de la intelectualidad, como nosotros tenemos el arquetipo del filósofo que renuncia a este mundo porque no le interesan los instintos, los sentidos, y que solo filosofa, de manera puramente abstracta: es un poco la idea que todavía hoy se tiene del filósofo. Acá vemos otra perspectiva, el filósofo primero es un amante, es alguien movido por una fuerza pasional, erótica y sensual, como sujeto de la pasión antes que un protagonista del intelecto. ¿Y por qué el hombre que está bajo el impulso de Eros, filosofa, o se hace filósofo, como amante de la sabiduría? Esto es algo que no se responde directamente en el Banquete pero que lo podemos agregar desde la perspectiva platónica. El filósofo busca la sabiduría porque es consciente de que es carente de ella, ama, desea la sabiduría, porque en principio es algo que le falta. Los dioses, son aquellos que no filosofan, dice Sócrates recordando lo dicho por Diotima, porque ellos ya son realidades perfectas, eternas, realizadas, y por lo tanto no necesitan buscar algo que no tienen, la sabiduría. Pero también, el que ya es sabio, agrega platón, tampoco filosofa, porque ya ha alcanzado la sabiduría: por lo tanto los que filosofan son los hombres o cierta especie de hombres que es movido por el Eros o el amor por la sabiduría que sabe que no tiene, a diferencia del ignorante: el ignorante tampoco filosofa, porque cree saberlo todo. Y acá se puede ver además de la dimensión platónica de
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ignorancia, que no se corresponde con no saber sino con no saber creyendo que se sabe. Acá se ve la huella de Sócrates. No olvidemos que entre las huellas de las influencias que encontramos en Platón como Pitágoras o Parménides, está Heráclito y está Sócrates. Platón fue contemporáneo a Sócrates, presenció el juicio al mismo, que recrea en la Apología de Sócrates. Y Sócrates, ustedes saben, que el oráculo de Delfos que siempre se expresaba de forma ambigua y misteriosa, y que había que interpretar los oráculos de las pitonisas había sido claro respecto a él. La pitonisa, del oráculo de Delfos que habla a través de Apolo le había dicho a un amigo de Sócrates que el mismo Sócrates era el más sabio de los hombres. En ese momento Sócrates, en Atenas, no es reconocido como un sabio, solo se había distinguido por su valor guerrero, en la batalla de Maratón, en las guerras médicas, en las luchas contra los persas. Pero no era reconocido como un hombre de saber, y, Sócrates se había quedado perplejo: ¿cómo el oráculo diría que yo soy el más sabio, cuando no me distingo por ningún saber en particular? Y ustedes recuerdan, después Sócrates se pone a dialogar con aquellos que creen saber y les pide fundamentos, enfrenta a un militar y le pide que le dé fundamentos de estrategia militar, a Ión, un poeta, le pide que le dé fundamentos del origen de la actitud poética y se encuentra, también con un sacerdote y le pide que le dé fundamentos de lo que es la piedad, y se encuentra con que aquellos que supuestamente tendrían que saber, no saben, entonces ahí sí se da cuenta de ser el mas sabio, por ser el único en saber que no sabe nada. Entonces la sabiduría, el amor por la sabiduría, empieza cuando el filósofo, bajo en impulso de Eros ama la sabiduría porque es consciente de su ignorancia, sabe que no sabe y entonces, el deseo erótico lo lleva a buscar el saber, mitológica o simbólicamente le devuelve las alas. Platón bajo la influencia de los pitagóricos cree también que el hombre es alma y no cuerpo, e imagina, como dice en el Fedón, que todos nosotros pre-existimos al cuerpo, y existimos como almas aladas en el mundo superior de las ideas, y cuando el cae al cuerpo es cuando perdemos las alas, cuando ya no puede valor ya no pudiendo volar en éste mundo denso y pesado. El filósofo es el que recupera las alas y por eso puede volar de vuelta hacia lo alto, hacia el saber, hacia la verdad como belleza: Lo que devuelve las alas para volar alto es el deseo erótico, amatorio, de la sabiduría: Así el filósofo busca el saber. Pero en el diálogo de Sócrates y Diotima, la búsqueda fundamental del filósofo no es la búsqueda directa en el saber. Sí se lo menciona como algo que el filósofo ama y busca, pero en lo que se hace énfasis es en la búsqueda por parte del filósofo que se inicia en los secretos del amor es su búsqueda de la contemplación de la belleza. (16:03) Antes de recordar ésta relación del filósofo, movido por el Eros para ver una belleza superior, quisiera agregarles esto: Cuando Platón sostiene que el filósofo busca la sabiduría porque carece de ella está introduciendo en el pensamiento occidental cierta dimensión del sujeto deseante, por el cual, el sujeto que desea está movido por una carencia, por algo que le falta. El deseo como aquello que busca obturar una falta, dicho psiconalíticamente, el deseo como aquello que busca que haya una presencia donde en principio hay ausencia, el deseo que busca un bien que no se tiene, en resumen, todo sentido donde el deseo es para remediar una carencia empieza con Platón y va a tener gran asimilación en
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occidente, como el Cristianismo que propone al hombre desear como bien supremo algo que ya no tiene, que es su condición de verdadero hombre hecho a imagen y semejanza de dios. Esa semejanza perdida, por la caída, en términos cristianos es re-buscada por el deseo de encontrarse con lo que realmente es y que por lo tanto se le devuelva la proximidad, la cercanía de dios. Entonces el deseo, en el camino arquetípico occidental y cristiano también se mueve buscando recuperar algo perdido, llenar una falsa ausencia, y para cerrar con ésta apreciación, quería comentarles que quien necesidad del deseo, como deseo de lo que nos falta, deseo de aquello de lo cual carecemos es Nietzsche, que empieza a ver el deseo como un potencia que no desea porque falta algo sino que desea porque su vida es tan abundante que necesita derramarse y necesita expresarse, necesita desdoblarse, entonces no es ya el deseo como carencia sino que es el deseo como sobreabundancia, se tiene tanta vida que se desea expresarla, manifestarla, mediante nuevas formas, mediante nuevas creaciones. Todo esto es una adaptación que hago ahora del deseo de la plenitud que en Nietzsche se puede pensar como el anunciar desde algo perdido. Y por último, Deleuze y Guattarí, siguiendo en parte la concepción Nietzscheana, en el Antiedipo, a comienzos de la década del setenta, plantean que frente al deseo como carencia en Platón o Cristianismo o en Psicoanálisis, se puede pensar en otro deseo, el deseo que desea no porque le falta algo, sino el deseo como ese efecto de vida que desea derramarse, expresarse, entregarse, manifestarse por las creaciones en algo nuevo: es el deseo que actúa desde la plenitud, la sobreabundancia, lo que Nietzsche llamaba la vida ascendente, y no como una falta. Decíamos, pensando con lo que dice Platón, si deseamos la sabiduría porque nos falta, todo surge con un trasfondo de una visión pesimista de Platón respecto al hombre, al hombre histórico, al hombre de la cultura, de la polis: ¿Por qué? Porque para Platón la existencia humana ella es en sí misma una caída, por el hecho del que el hombre sea encarnado ya es una señal de que ha perdido su verdadera condición, su vida plena que es en el mundo ideal, en el mundo espiritual, entonces que el hombre esté ya encarnado significa que le falta algo, le falta su verdadero ser, que solo lo puede tener en el mundo espiritual, fuera de este mundo. Ahora, viendo que el filósofo es movido por el Eros, por el amor, como fuerza que le hace desear el saber, la sabiduría, decíamos antes: en El Banquete el discurso platónico se concentra en la búsqueda de la belleza: el filósofo es movido por el Eros para buscar reunirse, reencontrarse con algo perdido, que en este caso es la idea de la belleza en sí, de lo bello en sí. Recordemos que, en Platón, la realidad es siempre el mundo ideal, cada una de las cosas que vemos, como fenómenos físicos como cosas físicas y particulares como seguramente ustedes saben o recuerdan para Platón siempre es una copia, es un reflejo de algo que antes existe como una idea, como una realidad espiritual: por mas que existan muchos árboles que podemos ver en el mundo físico porque primero existe el verdadero árbol, que no es el que vemos en una plaza o un bosque, sino es el que podemos pensar como la idea del árbol en sí: la verdadera realidad son las ideas y todo lo que nos rodea es un reflejo de alguna idea, incluyéndonos a nosotros. Por lo tanto, el verdadero mundo es el mundo de las ideas y el andar de las cosas desde ellas.
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¿Cuál será la realidad última de la belleza que vemos en este mundo? ¿Se encontrará esa belleza en los propios cuerpos? ¿Y esa belleza será reflejo de la integridad de ese bien en este mundo físico y material? Para Platón no puede ser así, como ya podemos intuir: si hay seres o cosas bellas en el mundo que vemos, es porque cada uno de los seres o cosas bellas participan, son una copia o un reflejo de la verdadera belleza. La verdadera belleza es una idea en sí, es una belleza en sí. Y entonces ahora el Eros es el amor o el deseo por la belleza, recuerden a Sócrates, lo que Diotima le revela. El que es determinado por el amor busca reunirse con la belleza, busca nadar en el mar inmenso de la belleza, busca reunirse con la verdadera belleza, remontarse, volar hacia ella: llega a tener la verdadera visión, repentina, dice Sócrates, aquel que es movido por el amor, aquel que ama esa belleza, aquel que es impulsado por el Eros y entonces, en ese momento Diotima le revela a Sócrates, que ese vuelo por amor a lo bello se cristaliza a través de una imagen a través de una escalera, lo que se llama la escalera de la belleza, en el diálogo de Platón. Entonces, el que es iniciado en lo secretos de Eros, transitan lo dicho por la sacerdotisa, son iniciados, como si experimentar los poderes del Eros fuera parte no de un saber filosófico, puro, racional, sino que forman parte de una revelación de los secretos, a los cuales solo acceden muy pocos, unos iniciados, y todo esto tiene que ver con una concepción elitista de Platón, según la cual los que saben es una minoría exigua, la elite de filósofos, que a su vez son los únicos capacitados para gobernar una polis o una ciudad justa como propone en La República. Entonces, como si fuera una iniciación, la revelación para unos pocos de un secreto que inicia en el amor, es aquel que le es revelado: ¿cuál es el camino final a seguir para encontrar de una vez la verdadera belleza? Este camino es sobre peldaños de una escalera: el primer peldaño es la contemplación de la belleza de un cuerpo de este mundo. Pero también la contemplación de esa belleza, el iniciado en las cuestiones del Eros y el amor, tiene que descubrir que la belleza de un cuerpo que se puede observar no solo en ese cuerpo, sino en otros cuerpos que también poseen esa belleza y a su vez, los distintos cuerpos bellos que el iniciado puede ver participan de lo bello en sí. Entonces: a partir de contemplar un cuerpo y luego varios cuerpos bellos el alma en ascenso sabe que la belleza que vemos nos lleva hacia la belleza que está por encima de lo materialmente visible y entonces, el nuevo peldaño en la escalera es contemplar un nuevo modo de belleza, que es la belleza, ya no del cuerpo de este mundo físico o empírico sino la belleza de las normas morales, la belleza de los principios de conducta, que una recta razón puede descubrir, pero: cuando descubrimos de una vez esa primera belleza, digamos, intelectual, una belleza propia del alma hay otro peldaño, mas arriba, que es la contemplación de la belleza de la ciencia, la belleza de los caminos hacia el saber que las distintas ciencias pretenden representar pero, que por encima de estas ciencias, de este saber, hay todavía otro peldaño mas alto en la escalera: ese escalón mas elevado es aquél que cuando el alma, movida por el amor, busca retornar a la contemplación de la verdadera belleza, puede alguna vez ser sorprendido al llegar a ese lugar de la escalera por una visión, repentina, que no puede ser en realidad forzada o producida desde el mero deseo o la voluntad. El filósofo hace el camino de ascenso y tal vez, si es agraciado, cuando llega a las partes altas
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pueda llegar a ser beneficiado por una visión repentina de la idea de la belleza en sí: una belleza inteligible porque la contempla ahora el ojo del alma, el ojo del intelecto, al fundamento de la belleza sensible que contemplaba desde el primer peldaño. Cuando el alma, remontándose por el deseo o el amor, llega a esa visión, hay un momento de una experiencia de una alta emoción, casi cercana a lo místico, por la cual se dice que si un hombre es beneficiado con el don de poder contemplar la belleza en sí, la vida, por esa contemplación, adquiere su máximo sentido, su máxima dignidad: ya no puede ser vil ni miserable la vida de aquel hombre que se ha elevado a esa altura y ha contemplado, guiado por el Eros, la belleza en sí. Con lo cual, tal vez, Platón sugeriría que hay un doble camino hacia la verdad: un camino que tiene que ver con el razonamiento, que tiene que ver con la lógica, que tiene que ver con algo que en el pensamiento platónico se conoce como la dialéctica ascendente de las ideas, que no es un tema que en sí mismo ahora vamos a abordar, pero les comento: razonando, desde este mundo las cosas podemos remontarnos a las ideas, y finalmente hasta la idea suprema, que para Platón es la idea del Bien, que sería la verdad, un primer camino, el camino intelectual, digamos. Pero parecería que Platón, a través de lo erótico está sugiriendo que el hombre que es fundido con el Eros y a partir de vivenciar y de tener un contacto con la belleza y a partir del placer que provoca ese encuentro erótico con la belleza el hombre también se une con el fondo mismo de la vida, con lo que sería la verdad escondida de este mundo, solo que lo hace desde una experiencia emotiva, desde una especie de éxtasis, un súmmum de placer al que el Eros lo ha llevado: el Eros lo ha llevado a esa experiencia sensible cuando el alma ve y de alguna manera se une aunque sea brevemente con la belleza en sí, parecía el camino estético, místico, de unión con la verdad que inició el Eros, la experiencia erótica, la experiencia del amor, la experiencia de conocer a través del placer, en último término, porque este es uno de los grandes poderes que tiene la experiencia erótica como en otras culturas. Se conoce, no solo desde el intelecto, sino también desde el placer del Eros puede ser una forma alternativa y tal vez superior del conocimiento del ser. Esto lo vamos a ver a partir del Tantrismo: en el Tantrismo se conoce por la experiencia erótica, por el contacto carnal entre el hombre y la mujer en un contexto de un Eros ritualizado, un Eros sagrado, como lo veremos en el futuro. Entonces, Platón nos abre a este nuevo camino: el Eros no es ya un dios acabado, en cambio es una deidad que nació incompleta y ese Eros a la vez busca mover al hombre para que ame la sabiduría, para que ame la belleza, y para que el hombre, también en concreto, también realizado pueda a su vez elevarse hacia una contemplación que lo acerque a un estado de percepción, a un estado de conocimiento, de plenitud, de vida absoluta, aunque ese momento sea efímero: aunque sea efímero, el encuentro con la belleza en el contexto de la experiencia erótica ese encuentro efímero deja una huella, deja una marca en la memoria que es imborrable para el alma. Es la concertación de una vida superior que aunque no se la viva siempre, puedo experimentarlo y esto permaneciendo siempre como un recuerdo y como una fuerza de atracción, como una fuerza que busca que el alma vuelva hacia lo elevado, en lugar de dejarla encerrada en la insoportable prisión de lo que para Platón sería la ignorancia, los resabios de este mundo sin ir mas allá.
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Entonces vemos cómo el Eros, nuevamente es una fuerza universal, que en este mundo es una fuerza que en el hombre permite poderes de transformación, de superación, de variación ahora: una visión del Eros que vamos a introducir ahora tiene que ver mas directamente con el legado de las culturas primera de la humanidad: las culturas arcaicas, las culturas pre-históricas, las culturas antiguas del mito que tienen que ver con permitirnos ahora pensar el Eros como parte de un erotismo de un amor que se da a través del encuentro entre lo masculino y lo femenino pero no, como un encuentro humano, sino lo masculino y lo femenino como dos fuerzas de la vida, que son parte por lo tanto de un erotismos cosmológico, un encuentro entre el cielo y la tierra, el cielo será lo masculino, la tierra lo femenino, y de ese encuentro repetido para la intuición arcaica de la vida depende la renovación de la vida. Esto se vincula con lo que yo les agregué en la primera ficha que es lo que se conoce como la hierogamia: antes de comentarles lo relativo a la etimología de la palabra, y de referirme a este erotismo del cielo y la tierra y sus posibles influencias, les comento que el texto que les puse pertenece a Mircea Eliade y tienen los datos en la carátula de la primera ficha. Muchos de ustedes seguro ya lo conocen, pero vale de todas formas el comentario ahora: de Mircea Eliade, si alguno quiere hacer su propia profundización del mundo del pensamiento mitológico de las culturas antiguas que excede a nuestro espacio, les recomiendo unas obras, que son como una introducción fundamentales, al menos así opino yo, para la comprensión de la cultura mítica: El Mito del eterno retorno, que está publicado por Alianza. También tienen otros títulos del mismo, uno se llama Lo sagrado y lo profano. El libro del cual les traje un capítulo que está en la ficha primera, que también se los recomiendo es el Tratado de historia de las religiones y es ahí donde él desarrolla lo que llama la hierofanía, para explicar la experiencia arcaica y esto es lo que nos va a llevar hacia la hierogamia como un logismo cosmológico. Hierofanía etimológicamente viene de hieros, sagrado, fanía, foros, mostrarse, manifestarse. Entonces, Hierofanía es cómo se muestra lo sagrado. Estamos hablando de las culturas antiguas: Les comento que varios millones de personas aún hoy viven una experiencia mítica del mundo, lo de la globalización hay que pensarlo con algunos límites. Para nosotros el Sol es una masa de fuegos incandescentes, explicada por la ciencia, un gran reactor nuclear donde los átomos de hidrógeno al fundirse producen helio y eso produce la liberación de una energía lumínica, pero para muchos millones de personas todavía el Sol es un dios, es una fuerza sagrada, es una fuerza divina que renueva la vida día a día, es decir, el Sol es una Hierofanía, es una manifestación de lo sagrado. Para las culturas antiguas lo sagrado no es algo abstruso o algo nebuloso o sospechoso de una suerte de ratería o algo así. Lo sagrado es una intuición de la naturaleza como una fuerza poderosa, como una fuerza absoluta que le da la vida al hombre y el hombre depende constantemente de ella: por lo tanto, es percibir las fuerzas naturales como fuerzas divinas, superiores, sagradas, y por eso el hombre arcaica busca continuamente hacer ofrendas para que esas fuerzas puedan serle bienhechoras, gracias a los sacrificios que le rinde. Y para el hombre antiguo todo puede ser una manifestación sagrada, todo puede ser una Hierofanía, el sol, el cielo, la luna, la tierra, los arboles, el cuerpo
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humano, entonces: dicha sensibilidad existente, donde todo puede ser manifestación de un poder que nunca se agota, un poder absoluto y divino que se expresa por la naturaleza, ¿qué es la hierogamia? La hierogamia es una unión por matrimonio sagrado, es la unión sagrada entre la tierra y el cielo. Hay un consenso actualmente entre los investigadores respecto a que la divinidad que fue adorada en los comienzos por humanidad no es el dios padre, el dios masculino, al cual nos tienen acostumbrados los monoteísmos que están vinculados a su vez con sociedades patriarcales: Cristianismo, Judaísmo, Islam. En el comienzo, la divinidad era una diosa, la diosa terrestre, la gran madre tierra, porque para el hombre del comienzo, el hombre paleolítico, lo que se venera es lo que da vida: la Tierra da vida, da frutos, que recogemos y con los cuales nos alimentamos. Da frutos la tierra, que está viva y que a su vez son alimentos para los animales que después podemos cazar, y por lo tanto el hombre venera a aquello que da vida: la tierra era la fuente mas importante de la vida y entonces en las culturas antiguas veneraban a la diosa terrestre y alimentaron la génesis de sociedades matriarcales. Ahora, la diosa tierra, tiene como representante en lo humano a la mujer: la mujer, lo femenino, es la que desde un vientre líquido y oscuro, lo mismo que la tierra, desde sus entrañas, da a luz. Lo mismo que la tierra, que desde la oscuridad de su ser a través de las semillas da a luz nueva vida. La mujer es como la tierra, la tierra es femenina, y la tierra también era vinculada con la Luna, porque a la luna se la vinculaba con la influencia sobre las aguas. Elemento del vientre, elemento femenino, elemento creador ¿por qué la luna se vincula con lo acuático? Porque el hombre pre-histórico ya descubrió que hay una relación entre la luna y la gestación de la vida, entre la luna y sus fases y las mareas, el retroceso y el regreso de las aguas. Por lo tanto, el complejo luna-tierra se vincula con lo femenino pero: en la perspectiva del hombre arcaico, para que la vida resurja, para que el destino último de la vida no sea la muerte, sino que la vida siempre re-surja, es necesario un acto de amor, un acto de erotismo cosmológico, que es la repetición del encuentro en el matrimonio sagrado entre las diosas de la tierra y los dioses celestes, los dioses celestes son aquellos que se vinculan con los dioses fertilizantes del cielo, que tienen que ver con la lluvia, un equivalente del semen masculino, que tiene que ver con el rayo, potencia que expresa la virilidad masculina, que a su vez estuvo vinculada con el toro, como animal celeste, como animal capaz de fecundar a la diosa tierra. Por lo tanto para el hombre antiguo, el Eros nuevamente, es una fuerza sagrada y universal, es el matrimonio entre los dioses del cielo, arquetípicamente el Sol, y, la divinidad terrestre, la luna o la tierra: y el efecto de ese matrimonio, producto de un Eros entre el cielo y la tierra es la renovación de la vida, y por eso muchos pueblos cuando se iniciaba el año nuevo, que para las culturas antiguas coincidía con la época de la nueva cosecha y la primavera y el verano, cuando se larga el año nuevo, muchas veces se cerraba el comienzo de ese nuevo año repitiendo en un templo la hierogamia, la unión entre un sacerdote que representa la divinidad del cielo, lo masculino que él caracteriza y una sacerdotisa que representa las divinidades terrestres. Y por lo tanto si la vida puede renovarse y no desaparecer es como un acto de Eros divino que une al cielo con la tierra, y eso es importante para lo que después vamos a ver el discurso del Tantrismo, porque vamos a ver después que la pareja humana en el
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sexo como situado en el Tantrismo, entre otras cosas que vamos a recordar busca imitar esa unión entre los dioses masculinos celestes que sería el hombre dentro de la pareja y las diosas terrestres, representadas por la mujer: y por lo tanto el acto sexual humano ya no se agota a la búsqueda de aliviar tensiones biológicas o fisiológicas, es un amor o un Eros que supone el cuerpo, pero que supone también la vinculación con algo que está mas allá de los amantes, la fuerza fundamental de la vida. Esto es algo bastante extraño para nosotros, lo cual nos lleva a pensar a algunos hasta qué punto los sexólogos saben realmente del Eros, como pretenden aludir, porque acá estamos viendo otra perspectiva donde el Eros va mas allá de métodos anticonceptivos o de cómo cuidarse de enfermedades de transmisión, sino que tiene que ver con una vinculación mas profundad de lo sensible en la vida, tiene que ver con el sexo como fuerza que renueva la vida y que nos hace ponernos en contacto nuevamente con algo superior a la propia existencia. Todo eso lo vamos a ver con el Tantrismo y una de sus partes es este otro momento que agregamos, el erotismo cosmológico, la hierogamia, la unión entre el dios celeste y la diosa tierra. (45:06) Esto lo dejamos abierto para ser retomado mas adelante. Mientras, les comento que hay un libro que se llama Los mitos de nuestro tiempo, de Josef Campbell, un mitólogo que muchos lo defenestran por el simple hecho de que fue famoso, entonces parecería que la fama genera ciertas dudas: desde mi humilde opinión sugiero que dejen entrar a Campbell, y pienso que para denostarlo supongo que lo hayan leído, y ocurre que mucha gente denigra a otra sin conocerla o sin haber leído su obra: es muy difícil acusar de superficialidad a Campbell después de leer El Héroe o Las máscaras de dios, realmente es muy difícil. Que puede parecer porque el daba muchas entrevistas televisivas y ahí claro, su discurso se hacía menos denso, si ustedes quieren, pero hay que leer sus obras, propongo. Les recomiendo también en Los mitos en nuestro tiempo, de editorial Emecé, porque la primera parte de este libro tiene que ver con las diosas a-históricas, las diosas paleolíticas, y con el comienzo de la diosa madre, como creadora de la vida ya no por sí sola sino a partir de unirse en un acto de amor con el dios celeste. De ese tema después tal vez hablemos y lo veremos también desde una perspectiva artística del Eros, que nace en el mundo antiguo y cómo después se transforma en cupido, como fuerzas estrechas que van a derivar a creaciones diferentes en el Renacimiento. Ahora, otra idea que podemos encontrar ahora, nuevamente sombreando lo mítico-religioso sobre Eros, tiene que ver con una insinuación, que puede convertirse en camino de exploración para ustedes mismos, de este mismo tema, si eso les place o les interesa. Tiene que ver con el hecho de que otra dimensión del Eros se vincula desde el hecho, efectivamente, con el poder fertilizante, el Eros fertiliza, el Eros disemina nueva vida, y, lo erótico, como una potencia fertilizante tiene un ejemplo muy amplio y célebre que es del dios Dioniso, yo les puse un capítulo simplemente como un estímulo para que ustedes continúen después introduciéndose en estos temas siempre que les parezca apropiado, que es de un famoso historiador de la religión griega, Walter f. Otto, les puse un capítulo llamado Dioniso, donde está la relación de Dioniso con el tema de las aguas, con el tema del líquido: el agua, es para el pensamiento arcaico el lugar fertilizante mas primario, mas originario, porque la vida comienza desde el agua, como pensaba Tales, como aparece en muchos mitos
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donde en el comienzo en caos es un mar, en la oscuridad, o es tierra húmeda y a través de este humedad surge después la vida: el agua contiene gérmenes, la potencialidad de la vida. Dioniso es un dios, ustedes saben, muy rico y muy complejo: no es nuestro propósito adentrarnos ahora en todo su espesor, de la mitología dionisíaca; el libro de Walter Otto yo se los recomiendo para esta cuestión, aunque solo me gustaría comentarles esto: cuando hablamos de Dioniso su importancia está en que como Walter Otto, por ejemplo, observa, es un dios diferente especial, dentro de la religión política, porque tiene dos propiedades características que lo diferencian de los otros dioses: Dioniso es el único dios que conoce la experiencia de nacer, morir, y renacer, entre los griegos las estructuras también tienen dioses que pasan por esta vuelta de nacer, morir y renacer; y la otra cualidad que lo diferencia es que es el único dios loco, es el único dios enloquecido, porque Hera, la esposa de Zeus, ustedes saben que siendo uno de los rasgos del erotismo pagano el ardor erótico que lleva inexorablemente a la poligamia, hacía siempre que Zeus repitiera su poligamia en sus locas aventuras eróticas con diosas o con bellas mujeres mortales y, entonces, que Hera ponga en acto su maquinaria de venganza: Dioniso nace del amor de Zeus y de Sémele, una bella mujer de la ciudad de Tebas, entonces Hera, como resarcimiento de su narcisismo o de su derecho única esposa, como lo quieran ver se le aparece a Dioniso, cuando ya está en edad de vivir, para enloquecerlo y entonces Dioniso se convierte en el único dios de una locura divina, a esa locura los griegos llamaban manía, pero esa manía es positiva, es una locura, que lleva a un exceso de la búsqueda de renovación de la vida, de la intensificación de la vida, contraria a la locura destructiva, a la locura agresiva que solo destruye. La locura de Dioniso lo lleva a este dios a vivir continuamente fuera de sí, en una actitud de viaje, en una actitud de movimiento: entonces Dioniso –y esto también lo diferenciaba de los otros dioses griegos- era un dios que todos los años recorría los límites, las fronteras del mundo griego o el mundo antiguo conocido por los griegos, que después Alejandro Magno, se dice que siguiendo este modelo de Dioniso, lleva adelante los famosos viajes de Alejandro Magno, sugieren que por reconocerse con Dioniso, entonces: hay un Dioniso, lo mismo que Alejandro Magno, en sus viajes llega hasta un monte de la india, pasa por Persia, Egipto, y después vuelve a Grecia, ahora: permítanme comentarles esto antes de ir a Dioniso y el Eros como una fuerza de la fertilidad; les comenté al principio que Dioniso es el único dios que entre los griegos que nace, muere y renace, no puedo evitar entonces comentarles que esta estructura mitológica sería el referente de lo que mas tarde en el Cristianismo se convierte y es la matriz de la reencarnación del cuerpo, o segunda persona, de la santísima trinidad, tal como el Cristianismo lo impuso como dogma de la iglesia, en el Concilio de Nicea con Constantino en el año 325, donde el hijo es el verbo y entonces el padre se encarna en la materia, en el cuerpo, por el hijo, ¿y qué ocurre con el hijo? El hijo después de encarnarse y vivir en este mundo, muere, muere en la cruz, ¿y luego qué ocurre?: renace, resucita, a los tres días para ascender a la vida al padre, como el proceso de nacer en este mundo como encarnación del dios-padre, morir, y renacer. Esto que parecería ser una singularidad del Cristianismo, permítanme comentar que en realidad es muy difícil sostener esta originalidad desde la perspectiva de las religiones comparadas, porque hay muchos dioses, en un paganismo en una
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antigüedad pre-cristiana que nacen, mueren y renacen, y eso está fundamentalmente vinculado con las religiones próximas al ecuador de fuerte agitación, donde esos dioses vienen a ser la representación simbólica de la propia naturaleza: nacen en primavera, mueren periódicamente en invierno tras haber dado frutos, pero la muerte no es definitiva, porque después renace en primavera nuevamente con nueva vida. Y por eso Dioniso es, como todos estos dioses, un dios de la creación, entre otras cosas. Por eso también, da sus frutos naciendo, muriendo y renaciendo. Pero el renacimiento de la vida, depende también de poder fertilizar la tierra para que las semillas vuelvan a crecer, depende de un poder que por el amor y el contacto sexual se produce la fertilización y el nacimiento de nueva vida: Dioniso expresa esa dimensión del poder fertilizante, del poder que genera nueva vida mediante la sexualidad, mediante el encuentro erótico por su relación con las aguas y con esto por su vinculación con los poderes fertilizantes; y a su vez Dioniso se vincula con animales que representan la plenitud sexual, que representan la plenitud de la fertilización como parte de la afirmación y la generación de nueva vida. Son animales emblemáticos de Dioniso, del poder fertilizante de las aguas, el Toro, supremo animal que fertiliza para que haya nueva vida y el Macho Cabrío, ese otro gran animal de Dioniso en su comportamiento de animal lascivo, insaciable en cuanto al goce sexual y este animal, lascivo, es el animal de Dioniso, lo cual nos afirma que Dioniso es un dios que protege la sexualidad, un Eros como placer sexual, placer corporal, pero no como placer que se agota en sí mismo sino como parte de la fecundación y como regeneración de la vida. Por lo tanto, uno de los grandes aspectos simbólicos de Dioniso es motivar, o ser parte de un Eros que enciende en los hombres, bajo el impulso dionisíaco el amor o la fuerza erótica que lo lleva a potenciar las fuerzas sexuales, como parte de una fuerza fertilizante y regeneradora de la vida. Y, por último, les comento algo más de Dioniso porque es un tema muy vasto: cuando hablamos de la potencia simbólica de Dioniso no podemos dejar y olvidar aquel que rescató la grandeza simbólica de Dioniso, Nietzsche, en el siglo XIX: Nietzsche fue el primero que, en El nacimiento de la tragedia, en su primera obra recuperó al Dioniso perdido, y lo puso como un dios que protege las fuerzas mas poderosas, creadoras, y regeneradoras de la vida que involucran también al Eros como una fuerza sensual, una fuerza sexual que lleva al placer erótico, al placer sexual, como parte de esa renovación de la vida, antes mencionada. Les comento un poco como va a ser nuestra continuidad: quisiera en la próxima ocasión desarrollar el Eros como parte de una fuerza, un caudal de la vida que recorre la vida como el placer erótico-sexual a través de la orgía, a través de recuperar qué fue la orgía, qué simboliza la orgía como experiencia en las culturas antiguas. Tiene un poco que ver con el pensar a la orgía en la literatura libertina de Sade y tiene poco que ver con nuestra idea cotidiana de orgía, vamos a ver que si bien en la orgía hay la recuperación de un placer erótico-sexual y de una fuerza vital de una vida que se hace mas intensa. Al hablar de Orgía, hay que hablar también de fiesta, pues la misma se daba en contexto de fiestas populares, y estas, en el mundo arcaico, también tienen un sentido renovador de la vida. Lo vamos a hacer a través de un ingreso de algo que les puse en las fichas que es de uno de los grandes pensadores franceses que
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recuperó el mundo del mito, no solo para conocer el mito, sino como parte también de una crítica de la modernidad, que es Roger Caillois, y el libro, que es un clásico es El hombre y sagrado. Yo les puse las partes vinculadas que llevan a la parte de las fiestas y a las partes de la orgía para después contrastarlo con la ausencia de esta dimensión orgiástica del mundo moderno. Roger Caillois fue compañero y amigo de ruta de George Bataille, y Bataille es otro de los pensadores que veremos en el futuro autor de la obra El erotismo sagrado, donde partiendo del Eros arcaico y mítico trata de convertirlo en una clave filosófica para reinterpretar la vida del hombre moderno, cosa que veremos en futuro. El tema de la orgía, el tema de la fiesta, y el otro tema sobre el que también les puse un artículo en la ficha, es algo que los vas a sorprender y que tiene que ver con el hecho de que parte de un Eros, como una fuerza sacralizada, como una fuerza que a través del sexo anima el contacto con algo superior o divino, y es lo que se llama la prostitución sagrada, la prostitución sagrada fue practicada en Babilonia, en la Biblia o en los antiguos textos se despotricaba contra Babilonia, en la Ciudad de dios de San Agustín, famosa también la contraposición entre Jerusalén, arquetipo de la ciudad celestial y Babilonia que es sinónimo de todos los vicios y las perdiciones, bueno: trataremos de mirarla desde una visión mas amplia, digamos, para tratar de dilucidar que suponía esto de la prostitución sagrada que era protegida por una diosa babilónica, la diosa Ishtar. Luego nos introduciremos en dos ejemplos de la noción de erotismo sagrado, primero en el antiguo Egipto, les dejé un texto sobre eso, y luego, tal vez el ejemplo mas célebre de una arte erótica o erotismo en dirección a lo sagrado en culturas distintas a las nuestras que es el Tantrismo, que les dejé un capítulo muy elaborado de Mircea Eliade. Vamos también a ver el amor en la edad media, a partir del amor cortés, como un posible equilibrio entre paganismo, el viejo fervor por el amor erótico y carnal, y el cristianismo que busca sublimar, o hacer del amor algo platónico o espiritual, y ahí vamos a encontrar el amor dantesco, el amor en Dante Alighieri, La divina comedia, con un amor o Eros idealizado. Vamos también a ver la acción de los goliardos, en la edad media, personajes altamente interesantes que recuperaban de la práctica cotidiana desde un Eros no sublimado platónicamente y también los cantos que detrás de los goliardos había, de elogios del amor sexual, que después por esos avatares van a ser unos de los textos inspiradores de Carl Orff en la famosa pieza musical que es Carmina Burana. Y ya vamos a acceder a eso que les había adelantado del Eros en Foucault, Bataille, Marcuse, etc. Hoy, me gustaría para concluir, recrear el poder solo de la poesía, el placer estético de la poesía, porque si el Eros es una fuerza que busca unir lo que está separado, si Eros es una fuerza que busca renovar, regenerar, reintensificar la vida, el Eros, es una fuerza que resiste a Tánatos, el que separa, lo que busca la disolución o destrucción definitiva: entonces, se me ocurrió leerles un poema de Dylan Thomas, el poeta galés, del que hay una película incluso –“bajo el bosque de leche” - , adaptación de su texto, que es una especie de vida surrealista
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mágica en un pueblo de pescadores en Gales, donde transcurrió la infancia de Dylan Thomas. Bueno, hay uno poema que yo valoro particularmente que se llama y la muerte no tendrá dominio, con el cual me gustaría que bueno, que hoy demos puntos suspensivos con el hasta nuestro próximo encuentro, y a la exaltación que de este poema se puede vislumbrar de una fuerza que puede ser la fuerza del Eros que es la que conspira o lucha para que la muerte no tenga dominio, para que la muerte no sea la última palabra de una vida que se disuelve, que retrocede. El poeta se expresa así: Y la muerte no tendrá dominio. Desnudos los muertos se habrán confundido Con el hombre del viento y la luna poniente; Cuando sus huesos estén roídos y sean polvo los limpios, Tendrán estrellas a sus codos y a sus pies; Aunque se vuelvan locos serán cuerdos, Aunque se hundan en el mar saldrán de nuevo, Aunque los amantes se pierdan quedará el amor; Y la muerte no tendrá dominio. Y la muerte no tendrá dominio. Bajo las ondulaciones del mar Los que yacen tendidos no morirán aterrados; Retorciéndose en el potro cuando los nervios ceden, Amarrados a una rueda, aún no se romperán; La fe en sus manos se partirá en dos, Y los penetrarán los daños unicornios; Rotos todos los cabos ya no crujirán más; y la muerte no tendrá dominio. Y la muerte no tendrá dominio.
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Aunque las gaviotas no griten más en su oído Ni las olas estallen ruidosas en las costas; Aunque no broten flores donde antes brotaron ni levanten Ya más la cabeza al golpe de la lluvia; Aunque estén locos y muertos como clavos, Las cabezas de los cadáveres martillearan margaritas; Estallarán al sol hasta que el sol estalle, y la muerte no tendrá dominio.
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