NUEVA MENTALIDAD COVID-19 CRECIMIENTO POSTRAUMÁTICO

Sin duda todos compartimos el gusto por lo bello. Pero en especial, tenemos una extraña fascinación por aquello que es feo y da a luz algo hermoso. Nos maravillamos con la oruga que se transforma en una preciosa mariposa o con el desagradable sapo que resulta ser un mágico príncipie. Este principio explica porque nos intrigan tanto los videos de makeovers: el patito feo que resulta ser un cisne, brindando así esperanza a la fealdad que percibimos en el mundo. La yuxtaposición de lo feo y lo bello nos permite disfrutar y apreciar de manera más profunda lo que apreciamos como bonito.

Existe una teoría planteada por los psicólogos Calhoun y Tedeschi sugiriendo que la gente puede salir de un trauma o adversidad, logrando crecimiento personal positivo, llamada “Crecimiento Postraumático”. Es una idea reconfortante, pero es especialmente atractiva mientras vivimos una pandemia que está cobrando la vida de millones de personas en todo el mundo.

El desarrollo humano a partir del trauma no es inusual, de hecho, estudios sugieren que el crecimiento postraumático es común y universal en todas las culturas. La pandemia del COVID-19 por lo tanto, podría contener los ingredientes necesarios para fomentar y producir un avance considerable en lo personal y social. Nos encontramos en el ojo del huracán y aún no sabemos qué podría pasar, pero seguro es que habrán serios desafíos por enfrentar, los cuales pueden tener efectos devastadores, pero aún así es posible salir una mejor persona de la adversidad. Para algunos, este evento puede amenazar su sistema central de creencias, llevándolos a un punto decisivo en el cual se tiene el potencial de lograr cambios positivos relevantes.

SEGÚN CALHOUN Y TEDESCHI SE PUEDEN PRODUCIR

5 TIPOS DE CAMBIOS QUE DERIVEN DEL CRECIMIENTO

POSTRAUMÁTICO:

1. Valoración de la vida

2. Relación con los demás

3. Fortaleza personal

4. Reconocimiento de nuevas posibilidades

5. Cambio espiritual.

¿QUÉ MARCA LA DIFERENCIA ENTRE RENDIRSE Y CRECER ?

La gratitud es uno de los promotores del desarrollo: sentirse complacido por la salud o los aprendizajes obtenidos del trauma y el tener así una actitud más positiva hacia la vida, traen como resultado un trato más amable hacia uno mismo, con los demás y las situaciones en general.

La resiliencia es la habilidad fundamental para hacer frente a la adversidad, pues esta no sólo es inevitable sino necesaria. Otorga valor a lo que conocemos y tenemos presente y da significado al reconocimiento y percepción de que nuestro mundo se llena de luz y de obscuridad.

Para muchos, la pandemia está resaltando las cosas importantes. El verse obligado a vivir la vida despacio, como consecuencia del encierro, ha tenido impactos positivos significativos para muchas personas y sus familias, pues han logrado reconocer que el arcoíris no sería tan colorido sin haber experimentado primero, la tormenta; el dolor de parto no valdría la pena sin la promesa de recibir la felicidad de la maternidad.