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El lagartijo que se comió un grillo

Un día por la tarde, casi al anochecer un lagartijo verde como las hojas de los árboles, se encontraba buscando comida entre los arbustos porque no había comido nada durante el día, en eso se oyó el “cric, cric, cric” de un grillito que estaba comenzando su concierto musical de todas las noches, el lagartijo pensó -que bien, ya no dormiré con la panza vacía- y se abalanzó raudo y veloz sobre el grillito comiéndolo de un solo bocado; el grillito llegó de sopetón hasta la panza vacía y oscura del lagartijo y como no había nadita de luz, comenzó a cantar alegremente “cric cric cric”.

Otro lagartijo que pasaba cerca y que también andaba hambriento oyó el “cric, cric, cric” y dijo, -un grillo enorme y jugoso para comer, ya no dormiré con la panza vacía- y comenzó a corretear al lagartijo que no podía hablar porque el grillito de su panza no paraba de cantar “cric, cric, cric”.

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Los dos lagartijos corrían desesperados uno detrás del otro, uno para salvarse y el otro hambriento, hasta que el primer lagartijo dejó salir al grillito de su panza y le dijo -vete de aquí o me comerán-, el gri- llito dio saltos de gusto en la oscuridad de la noche y se alejó del peligro. En eso el segundo lagartijo estaba a punto de darle una enorme mordida al primer lagartijo y este grito, -¡Hey! no me comas, yo también soy un lagartijo-, y zas el segundo se detuvo con los ojos saltones tratando de reconocer a su amigo, a quien dijo, -“disculpa, pensé que eras un grillo enorme”.

La noche terminó por caer y los dos lagartijos durmieron con la panza vacía; el grillito se salvó y su concierto de “cric, cric, cric” duró toda la noche, oyéndose solo a la distancia.

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