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CÓMO TRANSFORMAR UNA CASA EN UN HOGAR

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¿Bailamos?

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A PARTIR DEL TRABAJO CON LAS EMOCIONES

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Desde hace muchos años se le ha dado mucho poder al Coeficiente Intelectual como factor determinante para una vida de éxito, siendo la inteligencia emocional fundamental para lograrlo.

1 ¿Cómo podemos como padres de familia favorecer el desarrollo de la inteligencia emocional en casa?

Para empezar, es importante enseñar a los niños a conocer e identificar por su nombre las emociones. Este es también un ejercicio importante para los adultos ya que comúnmente tampoco saben nombrarlas e identificarlas. Incluso puedes comprar un emocionario o bajarlo de internet para aprender a conocer la gama de emociones.

Comienza a tener en tu casa un nivel más profundo de comunicación. Generalmente le preguntas a tus hijos: ¿cómo te fue en la escuela? Los hijos frecuentemente contestan “bien” y con esa respuesta te das por satisfecho, cuando en realidad si te fijas no se dijeron nada. Entonces te acostumbras a referirte a las emociones como “me siento bien” o “me siento mal”. Cuando las emociones no son ni buenas ni malas, ¡son importantes! Al ahorrarnos el trabajo de identificarlas y expresarlas por su nombre se va empobreciendo la comunicación y a su vez se empobrecen las relaciones.

¿Cómo podemos enriquecer entonces en la familia la comunicación?

Utilizando una comunicación a nivel emocional, ¿qué significa esto? Por ejemplo: podemos preguntarle al hijo al llegar de la escuela - ¿Qué de lo que hiciste hoy en la escuela te hizo sentirte feliz? –Para luego preguntarle: ¿Qué de lo que hiciste hoy no te gusto? Cuando tu hijo te haga saber qué fue lo que no le gusto, la pregunta obligada es: ¿cómo te hizo sentir eso? Las emociones enriquecen enormemente la comunicación. Y más si tu como padre compartes con tus hijos qué fue lo que más te ha gustado a ti de todo lo que te ha ocurrido en tu día. Qué fue lo que menos te gustó y sobre cómo te hizo sentir eso. Esto favorece y acrecienta los vínculos familiares, pues propicia el autoconocimiento y las relaciones.

Enséñales a tus hijos que todos los sentimientos y emociones son importantes y que es necesario conocerlos y expresarlos. No los asocies con debilidad. ¡No estés llorando, no te da vergüenza! Se suele decir a los hijos. O “¡ya te enojaste otra vez!” Enséñale que estar enojado no es malo; lo que no es bueno es lo que está haciendo con su enojo, como golpear, gritar, ofender, etc.

Logremos en nuestros hogares una comunicación más profunda expresándonos a nivel emocional.

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