Boletín FAHHO sep - oct 2017

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BOLETÍN DE LA FUNDACIÓN ALFREDO HARP HELÚ OAXACA / SEPTIEMBRE - OCTUBRE DE 2017

NÚMERO 20

www.fahho.mx

EDITORIAL

DEPORTES

¿Qué es necesario para formarse una

PROMESA CUMPLIDA

visión propia del mundo? ¿O es parte del presupuesto básico de la vida? ¿Existen “buenas” y “malas” maneras de mirar, pensar y vivir el mundo? El arte, en la expresión que se quiera, es una de las herramientas más precisas para reinventar, reordenar y recrear la realidad. La ciencia nos presenta todo lo que sabemos que es el mundo; el arte nos presenta lo que el mundo parece saber sobre nosotros. ¿Cuántas diferencias hay entre el relato de nosotros que nos da un espejo y el que nos da, por ejemplo, un buen amigo o un peatón indefenso? ¿Y nos atreveríamos a afirmar que lo que podamos decir de alguien más, incluso de alguien cercano, es un retrato certero, a prueba de balas? Afortunadamente no. Algo de esa persona, de ese retrato, sería por fuerza algo enteramente nuestro. Todo esto es para reafirmar una de las principales preocupaciones y ocupaciones de la FAHHO: ver, observar, escuchar y, a partir de eso, intentar un relato de Oaxaca, su centro de atención. A primera vista lo que deslumbra es la cantidad de relatos que existen y la gran oportunidad que hay de compararlos, tomar fragmentos suyos y, con fortuna, aportar algo del nuestro para formar una historia que encuentre su eco en donde se le necesite para volver más comprensible, más gozosa y colorida la realidad. ¿Y cuál es la visión de la FAHHO? Con una ojeada a este Boletín (que ya es el número 20) se puede hacer un esbozo: se escribe sobre la enseñanza del Lenguaje de Señas Mexicanas, sobre la historia del ferrocarril en Oaxaca en voz de uno de sus partícipes, sobre la importancia de los intérpretes de lenguas indígenas en el sistema de justicia del estado, sobre la noble ceremonia de escribir una carta. Ésos y varios más son escritos que quieren ser una invitación abierta a reflexionar, en conjunto, en cómo podemos mejorar el estado de las cosas, la ciudad y cómo la habitamos. Javier Elizondo ESTADIO ALFREDO HARP HELÚ

NUMERALIA • 47 145 m2 de construcción • 13 600 m2 de pasto sintético • 1 203 pilotes hincados a 45 m de profundidad • 93 000 m3 de excavación • 62 000 m3 de concreto • 174 luminarias LED para el terreno de juego

Agustín Castillo

El beisbol en la Ciudad de México fue amenazado constantemente desde la parte final de la década de 1980; un dolor de cabeza todavía más grande que la sensible pérdida de espacios para su difusión. La falta de un hogar de categoría para la práctica del Rey de los Deportes en su máxima expresión hubiera representado un daño absolutamente irreversible. Fueron varias ocasiones en las que el Parque Deportivo del Seguro Social recibió indultos de último minuto para que las añoradas temporadas de pelota no perdieran continuidad en la capital del país, auténticos milagros cuando parecía que llegaría el out 27 para el gran templo nacional del deporte de las inteligencias. Fue al término de la emocionante Serie Final de 1999, entre Tigres y Diablos Rojos, cuando se perdió la última esperanza de mantener en pie el gran estadio de Obrero Mundial y Cuauhtémoc: los propietarios de los equipos que lo habitaron durante más de 50 años no fueron contemplados para la venta del inmueble, y el único beneficio que recibieron fue iniciar la campaña del 2000 y despedirse a media temporada. Así nació la era del Foro Sol. Acondicionar un espacio que se utilizaba principalmente para conciertos masivos fue un reto enorme, casi del tamaño de sus gigantescas dimensiones. El cambio fue drástico: pasto artificial, una pantalla que no tenía comparación, sonido de altísima potencia, estacionamiento casi interminable, aficionados que jamás habían visitado el anterior inmueble, etcétera. El foro cumplió tan bien que las Grandes Ligas regresaron más de una vez; sin embargo, se sabía que no sería una casa permanente, es más, los Diablos se quedaron como únicos inquilinos a partir de 2002. A pesar de que los éxitos deportivos no fueron pocos, la búsqueda de un espacio definitivo se mantuvo como una inquietud constante durante varios años para la directiva escarlata. Ofertas, estudios y especulaciones fueron y vinieron durante un buen tiempo, hasta que en 2014 se anunció que la Fórmula Uno volvería a nuestro país, una vez más el México Rojo tuvo que preparar una mudanza en medio de la celebración de un campeonato. Con el reloj en contra, seis meses de trabajo ininterrumpido transfor-

maron el campo amateur del Fray Nano en un hermoso escenario para que los Diablos no perdieran su continuidad en la Liga Mexicana. La reconstrucción fue rápida pero no permitió que se perdiera el sabor y la tradición de un estadio que representó durante muchos años la sede más importante del beisbol recreativo en la Ciudad de México. El estadio, cuyo nombre representa un homenaje al reconocido periodista, Alejandro Aguilar Reyes, de inmediato fue bien recibido por los aficionados. Con capacidad para poco más de 5 000 personas, el Fray Nano no tuvo problemas para cumplir con los requerimientos de la Liga Mexicana y fue solvente para recibir a las Grandes Ligas en 2016. Muchos vieron lejana la posibilidad de inaugurar otro estadio en la capital. Ante la tremenda inversión para levantar el bello estadio de la colonia Balbuena, una parte de los aficionados a la pelota consideraban que don Alfredo Harp había cumplido su palabra de levantar un escenario propio para los Diablos Rojos. La sorpresa fue mayúscula cuando el propio empresario anunció que estaban en mar-

cha los trabajos para la construcción de un parque con características jamás vistas en México y Latinoamérica. El Estadio Alfredo Harp Helú se encuentra terminado en un 90 por ciento; quienes se ejercitan en la Ciudad Deportiva se sorprenden diariamente con los avances de la obra de dimensiones gigantescas y sus tres espectaculares pirámides. Además de las continuas inspecciones de la parte directiva de los Diablos Rojos, la construcción ya fue inspeccionada por autoridades de Ligas Mayores, del gobierno capitalino y de jugadores actuales del equipo escarlata, quienes, a modo de cápsula del tiempo, enterraron un bat firmado en lo que será el home plate.

DIABLOS ROJOS DEL MÉXICO TEMPORADA 2017 Carlos Alberto Fernández

Concluyó

la temporada de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) 2017, misma en que los Diablos Rojos del México pusieron en marcha la visión de

jugar únicamente con peloteros nacidos en la república mexicana, para darles oportunidad de mostrar su talento en uno de los circuitos de mayor nivel deportivo del país, que, a su vez, por primera ocasión permitió la libre participación de jugadores con doble nacionalidad (nacidos en el extranjero con pasaporte mexicano) en cualquiera de los 16 equipos que lo conforman. En este año, la Pandilla Roja, bajo el mando de Miguel Ojeda, logró marca de 57 victorias y 52 derrotas, que generó un porcentaje en triunfos de .523 para finalizar en sexto lugar de la Zona Norte y séptimo de toda la liga, superando a Pericos de Puebla (.509), segundo lugar de la Zona Sur; asimismo, por segundo año consecutivo, el México no consiguió su pase al playoff, situación que se definió a cuatro partidos de concluir la fase regular del torneo. La Pandilla Escarlata logró marca de juegos ganados y perdidos de 29-33 contra equipos de la Zona Norte, ganó 11 series, perdió 9 y empató una. El equipo del que obtuvieron más victorias en toda la liga fue de los Toros de Tijuana, quienes finalizaron la temporada con el liderato de todo el circuito; los tres compromisos entre ambas novenas quedaron en manos del México, dos juegos a uno. El jugador más destacado a la ofensiva de los Diablos Rojos del México en la LMB 2017 fue Ramón Urías. A nivel de todo el circuito su promedio de bateo (.340) quedó entre los primeros 10; produjo 79 carreras, cifra que ocupa el octavo sitio; conectó 19 cuadrangulares, quinta mejor cifra; finalizó primero en carreras anotadas (91) y conectó la quinta mejor cifra de hits dobles con 29 (empatado con también diablo, Eliseo Aldazaba). Dentro de la novena que dirigió Miguel Ojeda, Urías ocupó el primer lugar en estos departamentos. Los Diablos Rojos del México –en su estancia en el Estadio Fray Nano– en los tres años jugados en este parque ha ganado 101 partidos a cambio de 62 descalabros en calendario regular, quedando el 2015 como el año del superliderato de la liga, de la mano de nuestro mánager Miguel Ojeda. Nos despedimos agradeciendo el gran apoyo de la Nación Escarlata, no sólo de los tres últimos años, sino el de siempre; desde el Parque Delta al Parque del Seguro Social, del Foro Sol al Fray Nano. Los esperamos en la edición de la Liga Mexicana de Beisbol 2018 en nuestra nueva casa, su casa. ¡Vamos Diablos! SEPTIEMBRE - OCTUBRE DE 2017 1


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