DIABLOS ROJOS DEL MÉXICO
El enigma de Roccy y Rocco Angélica Martínez
H
ay grandes misterios del beisbol que nunca serán resueltos, como de dónde sacó Carlos Figueroa la supervelocidad para volar sobre las bases y ganar a la Diabla cierta noche, o por qué a don Jaime, nuestro vendedor de dulces típicos mexicanos, le gusta más que lo llamen “Sonriks”. ¿Alguna vez te has preguntado de dónde sacan sus superpoderes quienes dan vida a Roccy y Rocco? Hacer reír a la gente no es cosa sencilla, debes tener carisma y naturalidad que enamore a la afición de todas las edades y, definitivamente, amar a tu equipo para hacer este trabajo duro e importante: ser quien inicie la porra, ser la imagen infantil del equipo, representar sus valores y, en
todo momento, un gran bailarín. A la pareja más coqueta del beisbol mexicano le gustan mucho los partidos a la luz de la luna, pero cuando el sol nos acompaña el trabajo es titánico, pues el calor penetra a través de sus botargas de peluche que terminan mojadas por el sudor de un par de compañeros que, literalmente, “ganan su dinero con el sudor de su frente”. Esos días están acompañados del doble de hidratación, algunos descansos durante el juego y un espacio para reponerse del calor, pero si nuestro equipo va abajo en la pizarra, no hay descanso, y junto a las Diablitas y al staff de cabina del estadio salen al campo a encender las tribunas para que nuestros jugadores sientan el apoyo y juntos logremos el triunfo, una misión muy importante.
BOLETÍN DIGITAL DE LA FUNDACIÓN ALFREDO HARP HELÚ OAXACA • NÚMERO 05 • MAYO-JUNIO DE 2021 42