La jaula se ha vuelto pájaro (10 poetas mujeres jóvenes). Fallidos editores, 2019

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LA JAULA

SE HA VUELTO

Pร JARO 10 poetas mujeres jรณvenes

Fallidos Editores

2019


Valentina Rojas - 1998 Sara Isabel Gallego - 1995 Daniela Cañaveral - 1994 María Alejandra Uribe - 1993 Johanna Carvajal – 1993 Manuela Salinas - 1993 Johana Casanova - 1991 Johanna Tobón - 1990 Idaly Obando - 1987 Karla Arango - 1986

Fallidos Editores, 2019 Compilación a cargo de Johanna Carvajal Editor: Alejandro Herrán Ilustraciones de Juanita Londoño Ilustración de carátula: Fragmento de El jardín de las delicias de El Bosco.


Soy mujer. Y un entrañable calor me abriga cuando el mundo me golpea. Es el calor de las otras mujeres, de aquellas que no conocí, pero que forjaron un suelo común, de aquellas que amé, aunque no me amaron, de aquellas que hicieron de la vida este rincón sensible, luchador, de piel suave y tierno corazón guerrero. Alejandra Pizarnik


VALENTINA ROJAS 1998 - Envigado, Antioquia. Estudiante de Licenciatura en lengua castellana en la Universidad de San Buenaventura de Medellín. Ha publicado algunos de sus poemas en diferentes páginas web y participado en diversos encuentros poéticos de la ciudad.


I Los pĂĄjaros rojos partieron con las brisas de invierno ha llegado la hora de que mi cuerpo se enfrĂ­e y se abrace a la tierra Tal vez deba quitarme los zapatos y salir corriendo al mar huir de las lenguas de fuego al otro lado de mi puerta desnudarme y atravesar el espejo desnudarme y mojar el reflejo abrir los brazos al viento y habitarme en silencio.

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II ‘’El primer invierno fue un derrumbe una tierra dibujada con un trozo de carbón ‘’ Andrea Cote – Invierno He llegado a pensar que la lluvia son los pasos que dejan las personas ausentes, el trueno es el sonido de su partida y ese frio que queda se traduce en vacío...

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III Sentirme tierra y sentirme cuerpo ajena en la misma habitación extraùa a los ojos que miran entre la profundidad entre las luces ocultas luces que duermen en la sombra Y me siento cuerpo putrefacto en la fosa, tierra dormida, silenciada Tierra y cuerpo en este baile de miseria en medio del tedio, la multitud y el suplicio‌ Sentirse cuerpo con voz sentirse tierra llena de memoria que padece en este tiempo de muerte entre tulipanes marchitos y lirios que lloran Cuerpo entre las ventanas del tiempo tierra que entre ecos se levanta. 7


IV ‘’Llorar como un cacuy, como un cocodrilo... si es verdad que los cacuyes y los cocodrilos no dejan nunca de llorar’’ Llorar a lágrima viva - Oliverio Girondo Dejarse fecundar el hígado de tristeza Sentir el dolor en el fluir de cada jugo gástrico Tener los pies cansados de tantos caminos de tantas raíces Sentimientos poro a poro latido a latido en la garganta en el grito… Surgir de las palabras, germinar en la mirada ¡En las lágrimas! Llorar una partida de ajedrez llorar al nacer, llorar desnudo frente al espejo, 8


llorar la risa, las palabras, el sexo, llorar la vida, llorar, llorar el llanto.

V Las palabras se entrecortan las hojas se han quedado vacías El corazón late cada vez más lento Los labios fríos... y esa hiel venenosa recorriendo el cuerpo Esta vez el ataúd es de carne y hueso más fuerte que el mármol pesado, mohíno, resguardando... ¿El alma? Justo frente al espejo esta vez el ataúd es de carne y hueso. 9


SARA ISABEL GALLEGO 1995 – Medellín, Antioquia. Estudiante de antropología en la Universidad de Antioquia y estudiante de comunicación de la Universidad de Medellín. Propone una poesía corta, emocionante. Intenta llenar de empatía y sensibilidad su escritura, retomando la cotidianidad como mediadora entre la ficción y la realidad. En sus textos cortos se expresan la soledad, el amor, el dolor del devenir de su vida, intentando reflejarlos en sus escritos despojándose de las largas descripciones y las rimbombantes palabras.


011. Están cambiando los tiempos, el vecino es un extraño, y ya no voy al mercado ni a la iglesia. El frenético devenir me agobia, las bocas me hablan de rutinas y las miradas sólo contienen silencios, puntos suspensivos tienen las pieles. No encuentro un resguardo, tampoco lo busco. En este tiempo todo es etéreo, lo único real son mis gemidos, no de placer sino de dolor.

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012. ‘’No he visto el día más que a través de tu ausencia, de tu ausencia redonda que envuelve mi paso agitado, mi respiración de mujer sola’’ – Gioconda Belli En mi cama hay sábanas perfectamente tendidas, esto se traduce en una muerte anticipada, en un despojo de compañía. Los dedos que daban caricias, ahora son puñales los entierro en mi sexo; es doloroso, peligroso. Sin saberlo confundo otros nombres con el mío el pájaro no encuentra nido, ni jaula, ni vuelo, imprudente, culpo a la serpiente del deseo inminente, me entrego al vacío. 12


SALUD ‘’A veces melancólico me hundo en mi noche de escombros y miserias, y caigo en un silencio tan profundo que escucho hasta el latir de mis arterias’’. Julio Flórez A veces peleo con Dios, con frecuencia lloro y bebo. Un cigarrillo espera el fuego, una noche lluviosa celebra la nostalgia, una soledad conversa con mediocres poemas. Los vasos están vacíos como las calles, pero la sed de libertad está llena. Convoco al pasado en un sorbo, me atraganto con el humo, el rostro del mundo es una máscara que solo se encuentra en el fondo de una botella. 13


METAMORFOSIS Estoy cansada de las palabras muertas, de la tinta vacua en el papel. Quisiera escuchar voces gritando, y leer a los hombres abandonados por el miedo. Ansío la transformación decidida de las larvas entregadas a un efímero vuelo, a su único despertar.

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DANIELA CAÑAVERAL 1994 – Medellín, Colombia. Estudiante de la Licenciatura en lengua castellana de la Universidad de San Buenaventura, Medellín. Lidera actualmente la revista de estudiantes Ágrafos. Pertenece hace tres años al semillero de investigación de la línea “pedagogía y lenguaje” de su universidad. Ha participado en convocatorias con la alcaldía en “Mujeres jóvenes talento”, en el V encuentro Internacional Nadaísta, y en el 28° Festival Internacional de Poesía de Medellín. Asimismo, ha sido publicada en diferentes revistas literarias y académicas de la ciudad.


HUIDA Desde el origen se anunció la derrota, no soportamos la obligada huida, el latido que encendía la noche. Entonces buscamos esa palabra que excedió el abismo, para encontrar bajo la ruina la ceniza que sana, la grieta que salva, la luz que nos sostiene. Ahora lo sabemos: de cuando en cuando dejamos de ser para habitarnos.

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PERDER A Elizabeth Bishop No fui yo la que perdió el hilo de luz en la noche No fui yo la que extravió la piel en la piedra lanzada No fui yo la que perdió la mirada en el viento dulce. Perdiste tú el pequeño sol que poseías cada día al cerrar un vacío y abrir otro mayor.

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CAER Calla Piensa Duda Teje En su mirada luz hecha miedo sabe que algo se gesta en silencio En su lengua las palabras se queman, van cayendo a pedazos Busca y no encuentra la grieta en el lĂ­mite Algo muerto sobrevive en el aire, y se asoma en su boca

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Abismos atados al cuello: en la C A Ă? D A se sostiene.

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AL FINAL DE LA LUZ A José Asunción Silva Ráfagas de memoria cruzan el pasillo A mi lado la imagen de un sueño ya alcanzado Hora tras hora reposa el silencio sobre los cuadros y las sillas vacías Adentro alguien aún no llega algo aún no se va Un olor de palabras viejas sobrevive con la casa 20


Al final de la luz el poema sin leer pende fusilado a mitad del abismo Agua sin vida esperando al sediento Agua detenida en el tiempo como la sangre congelada de mis manos.

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MARÍA ALEJANDRA URIBE 1993 – La Estrella, Antioquia. Estudiante de derecho, amante de las humanidades y lo que invite al espíritu a dialogar con la existencia. Encuentra en la lectura y la escritura la diversificación del mundo a partir del corazón de cada hombre y mujer.


CONFESIÓN Soy pecadora Por ser amante de los sueños Que cree en la divinidad sin eternidad Del brillo en los ojos De quien me ofrece su mano para solventar el ahogo. Soy pecadora Por ser una mujer de carne, huesos, miedos y agujeros en el corazón Porque la razón me ha privado el sueño En noches donde solo mi alma y mi tristeza se abrazan. Porque no deseo, ni admito un dueño de mi espíritu. Pero sí siento sosiego en un abrazo, un beso o una caricia. Mis ojeras marcadas Se combinan con carcajadas y llanto A veces espanto a quien más amo Y a quien he amado me ha hurtado lágrimas Y versos… Soy pecadora 23


Porque deseo lo que aún no tengo Y lucho por ello Con garras y filosos dientes. Porque suelo recrear en mis momentos de insomnio Cuentos de hadas sin finales felices. Soy una mujer pecadora De manos heladas y temblorosas Moldeada estoy por Mariposas, esqueletos, bestias y supersticiones. Al amor le he compuesto canciones inéditas Y con tinte anónimo. A veces suelo detenerme y no querer navegar contra corriente. Soy pecadora Porque amo de manera indecente Anhelo y sueño Mientras mi corazón se anuda ciegamente. Soy esa mujer que peca, Una experta en el error más que en el ensayo. No callo, no lo esperes, Siempre puedo llegar a ser mejor O peor, si así lo prefieren…

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EFEMÉRIDE SUICIDA “Contra la obsesión de la muerte, los subterfugios de la esperanza se declaran tan ineficaces como los argumentos de la razón: su insignificancia no hace sino exacerbar el apetito de morir.” E. M. Cioran El lamento sobre la muerte es a su vez, el lamento de la vida. ¿Por qué el desprecio al ciclo? El escozor al fin ¿O al inicio de lo no cierto, de lo suspensivo? La vida no tiene sabor a elixir dionisiaco u olímpico. Nuestra respiración es hálito de amoniaco para el ángel mortífero. Sin embargo, paciente y fiel nos espera, ama Y acuna nuestros sueños-pesadillas. No injuriemos nuestra finitud 25


Elogiemos la virtud del pesimista Que comprende que la utopĂ­a es una meretriz barata Que seduce y lastima. Ni los tormentos del mesiĂĄnico crucificado Ni los profetas de Medio Oriente Ni los amantes del solsticio PodrĂĄn sujetarnos De caer en el abismo que, si no fuimos, somos y si no somos seremos.

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DE LA VIDA COMO PARTO “¿Comprendes -como en el poema de la unidad- que hay sitios sin luz, sin oscuridad, sin mediaciones? ¿Espacios libres donde podríamos no estar ausentes? ¿Dónde has estado todo este tiempo con tu figura puesta al ritmo del universo? Víctor Raúl Jaramillo Ella… Madre irrenunciable Me ofrece constantemente a la luz desde las entrañas de su tierra. Renazco diariamente le duelo, me duele, nos dolemos nos hallamos casi ausentes. De sus senos mamas de luperca me alimento, 27


cada mujer es nodriza de ángeles que ascienden en espiral... Incluso, mi ser nace cuando de las galaxias entrañadas de mi madre no provócame salir y la rebeldía ante este paisaje se reafirma como un manifiesto que asumo propio. La cosmogonía es un cordón umbilical Por eso, algunos, muchas veces yacen en vida, ya tan muertos o cansados. Vida, dulce madre mía, madre nuestra no me expulses de tu regazo abruptamente, en una cesárea incomprensible. Permíteme deslizarme dulcemente entre tus bosques, tus playas tu firmamento Hasta que me ofrezcas a la luz NUEVA-MENTE. 28


JOHANNA CARVAJAL 1993 – Medellín, Antioquia. Estudiante de Historia en la UPB, estudiante de formación musical con énfasis en saxofón y gestora cultural. A partir de sus vivencias empezó a escribir, para sanar heridas, para volar, para destruirse y renacer, considera la escritura parte fundamental de su existencia. Ha participado en diversos festivales de poesía en la ciudad de Medellín. Es autora del poemario Ensoñaciones Grises, publicado con Fallidos Editores en marzo de 2018.


IZANAMI ‘’Recuerda: Esta es la hora de la muerte y renacimiento. Aprovecha de esta muerte temporal para obtener el perfecto estado. Ilumínate. ‘’ - Libro tibetano de los muertos No creer y vivir La luz se quema en mis manos El canto de la noche Desata la ceremonia Trago por trago Se rompe el interior Sentir no es solo Una voz que entra, una sombra que pasa Y se posa en tus hombros…

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Curar no es solo un efecto, Proviene de las entrañas, De romperse en pedazos Y morir mil veces Jaguar no es solo un cuerpo, Es espíritu Inclemencia y lucha Los niños ríen Mientras estás inmóvil Vomitas el ardor de rabia Y la flor nace en tu piel Eres rosa, azul, fuego rojo… Despierta en la tierra, Pues el mañana es incierto.

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DÍA (Escrito en Genoy, corregimiento de Nariño, Colombia. Bajo el efecto ritual de la chicha, el día domingo 01 de julio de 2018) En la mañana El fuego renace Cuando mueren las horas El alba acaricia mis mejillas Y puedo entrever La luz de la aurora que se abre En la mañana no hay angustias Pues la noche se marcha sin decir adiós Mis pupilas se abren Como dos diamantes que dejan pasar la luz Late en el pecho El ritmo herido de la sangre

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En la mañana los colibrís marchan Al vuelo de los azules Y destilan en su movimiento La pureza del nacer Muerden de la flor La saliva fugaz que deja el rocío En la mañana Solo hay canto Que ofrenda los pasos del hombre Al fondo de Dios.

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I LLANTO El llanto nace como el océano, Una ola que en principio llega a la orilla, Pero vuelve a marcharse... El párpado es esa orilla, Donde al moverse Regresa una lágrima a su origen.

II MEMORIA Y las flores son el delirio ausente, Los ojos agrietados del ayer Donde la vida marchita El recuerdo.

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III DOLOR Los soles queman en el pecho, El sonido de la angustia Que no deja pasar el viento Entre dos cuerpos.

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MANUELA SALINAS 1993 – Itagüí, Antioquia. Es pianista, cantante y poeta. Estudiante de piano de la Universidad de Antioquia y profesora de música. Ganó el primer lugar en el segundo Slam Poetry realizado en la ciudad de Medellín (2016), desde entonces participa en varios recitales poéticos en la ciudad.


PARA UNA MUJER CON SUEÑO DE GATO Tengo la mala costumbre de celarte con la distancia no puedo hacer lo contrario parece que en tu país el cielo es más grande solo parece las estrellas del valle alimentan unas extrañas ganas de besar de fundirse con el cielo desde las rocosas formas de las montañas. De noche los sueños son cortos tú eres uno de esos tienes en los ojos el brillo de los del gato la disonancia con cierta gente y la agudeza en esa, tu boca, una dulce profanación en la voz la soledad en medio de tus palabras sigilosas. 37


Cuando me llenas valiente el alma a otros más temerosos les estorba les da miedo de tu silencio de tus pequeños sueños de gato abres los ojos y te arrimas despacio a esa nueva reencarnación milenaria.

RECUERDO Hoy hay barbas en los árboles más viejos y el musgo gris de sus tallos se desprende donde antes eran fuertes y verdosos, mis piernas subían afanosas sobre sus ramas que ahora son blandas, torpes. Han pasado muchos soles desde eso la trocha que me enamoró sigue siendo polvo, no la camino, pero sigue intacta con los dientes de león creciendo en sus costados. 38


Puedo recordarlo todo sin esforzarme veo el color del cielo en la tarde llenando mis párpados y no entiendo por qué es fácil recordar esto pero es difícil oír tu voz, sentir tus manos. Debo de temerle a la memoria, a su inconveniente rebeldía ella solo quiere herirme en la prisión angosta de mis años haciéndome creer que está a mi favor cuando solo en sueños puedo verte claramente. Amanece, todo es frágil, llega el olvido a sumergirse en mi almohada dejándome atrapada en la misma sorpresa de no poder mirarte.

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SOMBRA Y LLUVIA Vuelve la lluvia y anticipa tristeza sobre objetos perdidos de la calle lanzados a la soledad con su propia sombra. Sombra en alianza con el suelo que es igual de vieja Sombra que acaricia su dueño y que se funde con la misma desgracia en el abandono como fiel amante de todas las formas. Salpica en la piel a través del vidrio manchas leopardinas en invierno un archipiélago caído directamente desde el cielo. También soy un objeto vagabundo por este momento de frío de igual manera me atacan con confianza por ser logro metafísico y disponer de siluetas desarmadas, 40


hay una amenaza constante sobre el techo donde se revuelcan agua y noche cortesana y hombres ricos.

VI Podría ser abril mortificándome con todos sus muertos haciendo del karma una novia peligrosa o junio con sus besos a flor de piel como una invitación al pronto olvido de esas sutiles pasiones de almíbar en medio de la agresión del pensamiento. A zancadas de los meses y de años huyo por fuerzas misteriosas de la juvenil alegría, caigo por una gravedad mayor en un espacio desolado donde la materia no se fecunda un lugar abisal que ha brotado del desánimo cotidiano. Llena de preguntas 41


a merced del sentimiento más incorrecto flotan incandescentes espejismos de mi propia traición contra la vida donde me rehúso a las correas en los tobillos a la fatalidad de sus malas ecuaciones psicológicas allí se encienden como centellas los vestigios de las alegrías olvidadas y me atrapan, me encomiendan a un dios desconocido.

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JOHANA CASANOVA (GAIA) 1991 – Armenia, Quindío. Tecnóloga en Control Ambiental, poeta, actriz de teatro y practica Spoken Word. Ganadora de las becas de circulación de la Secretaría de Medellín 2018. Es integrante del colectivo Nuevas Voces.


CICLO DE LUNA “Soy un alma desnuda en estos versos, Alma desnuda que angustiada y sola va dejando sus pétalos dispersos’’ Alfonsina Storni. Mujer, no somos una cortada, en nuestra matriz crece un río tejido con nuestros hilos vaginales, somos el ciclo menstrual de la luna, el mono cura a la mona con sus hierbas de menjurje en la punta de un árbol. Aroma de flores respira el hombre al estar con nosotras, sus brazos son una hamaca que arrulla nuestras angustias, el aire es más sano cuando se tocan nuestros cuerpos y se complementan nuestras almas. Somos el rugido del rio que lleva piedras, la luna ilumina nuestro reflejo en el agua. Mujer, somos más que una corteza dividida en dos. Un nido está en la montaña rocosa 44


de nuestra mente. No somos la vergĂźenza de una iglesia. Somos la hermosura del universo donde el esperma es una bola de nieve sumergida en nuestra agua, yace el cĂĄliz de una flor. El carpintero picotea debajo del vientre. Fuimos abiertas para que el sol entrara.

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ALMAS DE AGUA Conecta tu alma al mar de mis suspiros Enlacemos nuestros poros sedientos de sed Trascendamos al Olimpo de aguas universales Emprendamos el vuelo sumergidos en el agua Volemos como peces Desnuda mi alma en cristales Formemos el hielo que hay en nuestras venas Hagamos un tsunami en el desierto Seamos el canto del río Nuestro corazón se ha convertido en agua Nuestras almas son luces acuáticas La textura del agua es el ama que vive en ella Abramos una ruta para llegar al jardín del mar Gotea tu alma en mi cuerpo Veamos correr el arcoíris en nuestras almas 46


Ahoguemos el reflejo de la luna para bailar en ella Tejamos las algas para flotar y alucinar por medio de ellas Desatemos un huracán en el bosque Humedece el viento de tu cuerpo en mi piel Exploremos las olas secas del océano Viajemos en el barco de Poseidón Escucha mi alma por medio de un caracol Bañémonos bajo la lluvia Seamos prismas de hielo Besemos el rocío de las hojas Perdámonos en la niebla Formemos dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno Para formar H2O.

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ROTACIÓN Morir lo puede hacer cualquiera Vivir solo lo hacen pocos Sentir es la razón de la existencia La muerte un misterio... Si buscas encuentras Si no encuentras, estás perdido El tiempo es una rotación Más allá de la razón La vida es ligera La muerte una eternidad Lo más lejano siempre ha estado a tu lado.

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JOHANNA TOBÓN (AIHNOA ROSE) 1990 – Ituango, Antioquia. Apasionada por el teatro, ha incursionado en él en diversas ocasiones. Su escritura es empírica y plantea diversas temáticas alrededor de la mujer, la sexualidad, el amor, la muerte y el dolor. Ha participado en diversos encuentros poéticos en la ciudad de Medellín.


EL LOBO Hoy estoy muriendo a mi tierra, A mi valle instantáneo, Al Dios creado por mis manos. Veo el extremo de las montañas a través del vaso vacío, Un vaso blanco con la última gota de licor azucarado. Veo el insistente río desbordarse por las piedras Y refugiarse en las espinas, Y empapado, sediento y bañado, Deslizarse hasta secar su color amargo Y frío en un rayo asesino y siniestro. Veo la paloma blanca posarse En el árbol seco a rascar su agonía, Descendiendo de la loca lejanía Que también anda seca y sedienta. Veo el hombre corpulento 50


con su hacha y su osadía Al alzar la sombra, Encender la luz del medio día como si ardiera el pasto. Veo pavimento caliente y dormido Donde crecían las flores que sembraba El Taita. Veo un lobo devorarse a sí mismo, Fusilarse, Como si el amor no valiera un verso.

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PARIÉNDOME Acabo de parir a una mujer De cuello blanco y largo como un cisne Su cabeza esta rebosada de tristeza Por eso llora al salir del vientre, Yo ya había dado a luz antes Yo ya había mirado el mundo desde otras carnes Incluso desde la carne del tigre Yo ya había sido cuervo de esta ciudad vieja Yo ya había sido el gusano Pero, aun así Sigo apretando la mentira con estas venas negras Que cada que se rompen dejan en este cuerpo vacío 52


Sin tambor, sin sangre, sin fantasma. Por el ojo de la aguja antes de salir del útero Yo miré la tierra Y me vi a mí misma pujando Pujaba tan fuerte que hubiese podido Hacer trizas el universo con mi puño Y cuando miré la mujer parida Era yo de nuevo Insistiendo en la mentira Desdoblando ese blanco ángel de nieve Que se desdobla de mi ángel negro.

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MI SOMBRA Y YO Vivo en la sombra de una mujer Y con esa sombra me acuesto Y con esa sombra me desangro. A veces tempestad, a veces trueno, A veces tan infértil como la noche. Vivo en la sombra de una mujer Y su pantera, Donde la luz nos reclama un cuerpo, Pero la oscuridad nos reclama un alma Y por los ojos un espíritu no se nos ve. Buscamos la herencia de la imagen Que nos fue dada Y se murió en el espejo Confundiéndola con el mar. Tal vez fuimos prófugas de limbos O quizás nunca fuimos parientes. Tal vez tus recuerdos y los míos, Son la pared que nos arrulla A mi sombra que es más carnal que yo, A mí que soy más sombra que mi sombra, 54


A ella y yo que tal vez somos amantes, O una o dos o también tres, O también una procesión de pardos, Espectros en los suelos Y oscuras más que la tiniebla. Tal vez el fantasma de la otra O el miembro amputado De toda la carne Esbeltas y voraces como la difunta muerte.

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POEMA PARA EL SOLDADO QUE LUCHA POR UNA PATRIA MUERTA El hombre imita al hombre en su trayectoria Hacia el despeñadero. La mujer en cambio, se purga la existencia Y adorna con el clima de sus sauces señales, El cementerio en el cual descansará de haber parido un mundo. La mujer arrulla las calles deshabitadas en las noches, Mientras el hombre la llena de balacera Y atraviesa sus balas cual valiente hidalgo. La mujer amamanta la vida, mientras el hombre la apuñala Con su resplandor engrandecido de miseria. Aun así, te cuido Niño insolente de puño turbio, De alma indolente, De corazón desarmado. Aun así, Te recuerdo en la infancia. 56


Cuando jugabas a la guerra En el solar de los mangos, Cuando las piedras Eran tus bombas y tus Misiles, Cuando colgabas tus tenis en el tendero Y regabas el limón Con tus lágrimas a caudales, Cuando perdías una batalla con tu cauchera Y te escondías de tu sombra. Aún te pareces a ese niño que jugaba A ser hombre, Que necesitaba que lo salvaran De sus manos. Aún te pareces A ese párvulo sin arrullo que el imperio Preparó para su guerra. Bien… y ese es nuestro destino, el de mis ovarios y el de tus brazos de cañón: Nutrir esta tierra de infértiles soldados, que serán árboles caídos.

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IDALY OBANDO 1987 - Abejorral, Antioquia. Cuando tenía cinco años su padre trajo a su familia a vivir a la ciudad de Medellín, pues las cosas en su pueblo se estaban poniendo difíciles. Creció en el barrio Doce de Octubre, estudió Licenciatura en lengua castellana y literatura en la Universidad de Antioquia. Se graduó en el año 2013 y desde ese momento se ha desempeñado como profesora de español en diferentes instituciones. Escribe poesía y cuento.


ESTIRPE Sangre de tu propia sangre, tres gotas. Tres tonos diferentes: rojo escarlata, rojo carmín, rojo amaranto. El primero, líquido y escurridizo, el segundo, ardiente como el fuego, el tercero, espeso e inmóvil… Tres gotas de sangre que alguna vez fueron una sola, pero que al separarse perdieron su forma y color original. No volverán a ser lo fueron, cada una seguirá evaporándose, olvidándose.

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LA ESPERA Cielo color rosa, Suave blues como fondo musical, el corazón vibrando, yo a la espera de mi amor. Cielo color violeta, ligero vacío en mi vientre, el murmullo del tic tac… Cielo azul oscuro, algunas estrellas brillando, media luna asomando, Ella Fitzgerald cantando, el sueño cerrándome los ojos.

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A LA MONTAÑA Me hace falta respirar el verde de tus hojas meciéndose con el viento, escuchar el canto liviano de los pájaros posándose en tus árboles, tocar la suave brisa que recorre tu cima, saborear el algodón que te viste de blanco, y mirar desde tu cumbre la diminuta humanidad que sueña con volver a ti.

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DESAZÓN La tragedia de nuestro tiempo: vivir en un eterno descontento. Dejamos que los más maravillosos días se escurran, mientras pensamos en los soles errantes que posarán ante nuestros ojos para cegarnos con su esplendor porque el brillo de hoy no es suficiente, y aunque sea el azul del cielo más intenso que el del mar, nuestros insatisfechos ojos verán todo a través de un empañado cristal. Pensaremos entonces en abandonarlo todo, dejar nuestras pertenencias en una venta de garaje, marcharnos a buscar horizontes más brillantes, aguas más azules y vientos más suaves. Pero estando allí sentiremos nostalgia del pasado, desearemos regresar y el vacío nos perseguirá a donde vayamos, continuaremos por la vida vagando eternamente como Caín…

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KARLA ARANGO 1986 – Medellín, Antioquia. Creció en La Estrella y participó en diferentes grupos culturales del municipio. En la actualidad es estudiante de Letras: Filología Hispánica en la Universidad de Antioquia, además de ser investigadora en el Grupo de Investigación de Estudios Literarios de la misma universidad, en la línea Ediciones críticas, lexicografía e interpretación de textos. Trabaja como redactora y editora para diversos blogs internacionales.


HERIDAS FILOSÓFICAS En la noche de los tiempos la palabra parió a la interpretación. Existir se transformó en una interrogación del hombre por el mundo y viceversa. El lenguaje nos dio la civilización, y la intuición la pregunta por el ser. Decir fue enfrentarse a la nada tratando de salir ilesos. Nombres, conceptos, teoremas, formas de fragmentar la realidad, la ciencia dirigiéndose a partir de modelos, la poesía de latidos, y la sentencia de que no necesariamente, lo que se rompe se desune. El tiempo de la escisión, de ser un mar de contradicciones real, en un mundo de falsas certezas. 64


¡No! A mí no me hables de certezas absolutas cuando todos estamos en construcción.

POESÍA EFERVESCENTE No sé de dónde vengo porque los conceptos solo alcanzan a rasgar un poco la piel de los significados. Mi origen es difuso como el de todos, y aunque la palabra sea el vehículo para acariciar la eternidad, lo que nos mueve va más allá de lo que dice… Está en lo que conmueve, en lo que arde, en lo que late en el corazón de la piedra…

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RÍO ADENTRO El espejo se rompe y cada fragmento me refleja entera. En cada diminuta gota suena la canción de las veces en que fui fiesta serpenteando los cauces que dibujaron mis causas. Yo, que baje a la quebrada clara y por amor al caos me reflejé en la roca. Yo, Que frente a la ondeante luna en el lago descubrí que el temblor nacía en el verso. Yo, he roto el espejo con una carcajada, después de confundir la realidad con la desesperanza. 66


POSIBILIDADES Absorbo de tu cuerpo el dulce mantra de las palabras dibujadas por la luz, un carnaval de siluetas de humo surgen de mi boca como respuesta. ¿A cuántas bocanadas está el ardor del fuego? A veces un verso es una respuesta a la que no se le conoce pregunta alguna. A veces solo somos lo que pueden decir las palabras.

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ÍNDICE Valentina Rojas .................................................. 4 I......................................................................5 II.....................................................................6 III....................................................................7 IV...................................................................8 V.....................................................................9 Sara Isabel Gallego.......................................... 10 011................................................................. 11 012............................................................... 12 Salud.......................................................... 13 Metamorfosis..........................................14 Daniela Cañaveral............................................ 15 Huida.......................................................... 16 Perder........................................................ 17 Caer............................................................ 18 Al final de la luz...................................... 20 69


María Alejandra Uribe ................................... 22 Confesión................................................. 23 Efeméride suicida................................. 25 De la vida como parto........................... 27 Johanna Carvajal ........................................... 29 Izanami .................................................... 30 Día.............................................................. 32 I. Llanto..................................................... 34 II. Memoria .............................................. 34 III. Dolor.................................................... 35 Manuela Salinas............................................... 36 Para una mujer con sueño de gato... 37 Recuerdo.................................................. 38 Sombra y lluvia...................................... 40 VI................................................................. 41 Johana Casanova (Gaia) ............................... 43 Ciclo de luna............................................44 Almas de agua........................................ 46 Rotación...................................................48 70


Johanna Tobón (Aihnoa Rose)..................... 49 El lobo....................................................... 50 Pariéndome............................................. 52 Mi sombra y yo........................................ 54 Poema para el soldado Que lucha por una patria muerta...... 56 Idaly Obando...................................................... 58 Estirpe...................................................... 59 La espera................................................. 60 A la montaña............................................ 61 Desazón................................................... 62 Karla Arango .................................................... 63 Heridas filosóficas................................ 64 Poesía efervescente ............................ 65 Río adentro.............................................. 66 Posibilidades...........................................67

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Este libro se terminĂł de imprimir en MedellĂ­n en febrero 2019.



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