Érick Gonzalez Camacho
“Carnales, la música es el puente donde siendo distintos nos podemos encontrar”. La maldita vecindad
E
ran alrededor de las 5:30 de la tarde cuando decidió salir a la calle en busca de alguna clase de compañía. Caminó durante 10 minutos y, al ver que no encontraría lo que buscaba, tomó un camión a la explanada local, donde pudiera observar a las personas que caminaban frente a él.
Se sentó cómoda y discretamente en una jardinera cercana con sombra (era un día caluroso) para poder concentrar su atención en la gente. Se colocó el par de audífonos conectados a su celular, reproduciendo aleatoriamente una de las listas de música que conservaba desde hace 3 años, de entre las mismas 232 canciones de siempre, ese conjunto era su favorito. Al cabo de unos minutos enfocó su atención en una bolsa de plástico que volaba al compás del viento, a una altura considerable. Se preguntó si él era el único que la miraba, así que echó un vistazo a su alrededor; de inmediato notó que, efectivamente, él era el único que lo hacía y pensaba “¿Habrá quien la observe aunque
yo no los note? Posiblemente le anuncian a sus acompañantes, asombrados, que está allí”. Mientras todo esto sucedía, se escuchaba una canción peculiar en su celular: “Pachuco”, de la famosa banda mexicana La maldita vecindad y una vez más se preguntaba: “¿Cuántas personas están escuchando la misma canción que yo en este momento? ¿Cuántos chavorrucos con espíritu de pachucos se quedaron con esa tendencia del siglo pasado? ¿Cuántos de nosotros no tuvimos un familiar que viajó del “Sur del sur” para cruzar la frontera entre México y su vecino del norte como “Mojado”? ¿Cuántos de nosotros tenemos historias a la altura de “Crónicas marcianas” para contar a cualquier persona que le interese? ¿A cuántos nos engañaron los -88