32 edicion octubre 2013

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EL FARO Aテ前 III Nツコ 32 Octubre 2013


NEBULOSAS Y GALAXIAS Son la gráfica de esta entrega, imagenes que nos hacen saber cuan pequeños somos en este universo que no termina de crecer y asombrarnos a cada mirada. Los cielos del norte de Chile, son los más limpios y predilectos de los astrónomos para observar el espacio exterior. Se han instalado allí enormes telescopios, trayéndonos magníficas visiones. En el cielo también hay arte, como lo hay en cada espacio de las redes sociales. Nuestro trabajo a veces se hace difícil porque o hay mucha producción, o bien los artistas se toman vacaciones. En este número tenemos el agrado de repetir a algunos autores, porque sus obras continúan emocionándonos y haciéndonos reflexionar; esperamos disfruten sus letras y la belleza de las imagenes que hemos recolectado para mostrárselas. Un saludo cordial y afectuoso a todos nuestros lectores. Ariel Figueroa Ortega


El testimonio de las mujeres es ver lo de fuera desde dentro. Si hay una característica que pueda diferenciar el discurso de la mujer, es ese encuadre. Carmen Martín Gaite (1925-?) Novelista española



EL MAYOR OBSTACULO... “...A pesar de que le tenía confianza como amigo, nunca hubo un intercambio táctil aparte del acostumbrado beso al saludar, y ese “beso” difícilmente se podía considerar como tal. Más bien era una especie de choque de mejillas con un chasquido incorporado; un golpe con sonido bucal automático lanzado al viento. Siempre había cultivado mucho los límites del espacio personal, manteniendo una zona de seguridad entre los demás y yo. Pero con Eric me estaba pasando algo extraño. Quería que me tocara. Anhelaba sentir un roce suyo, aunque fuera sin intención. Necesitaba sortear el obstáculo más grande que me pone mi propio carácter: el infranqueable mito del tacto. ¿Pero cómo? Me parece curioso que aunque sé que soy una persona emotiva se me hace imposible tocar a la gente. Sin embargo, cuando alguien me toca, el eco de esa sensación táctil reverbera durante largo rato en mí. La temperatura, la presión, la textura y la calidad del estímulo tardan mucho en disolverse en mi piel. ¿Será justamente porque no soy una persona que anda todo el tiempo tocando a los demás, que mi sentido del tacto se encuentra en un estado basal más bajo de lo normal, con menos “ruido”


cotidiano que despiste los nuevos estímulos? Es como si mi piel se mantuviese constantemente en una condición casi virginal, impoluta, que la dejara reaccionar con mucha mayor intensidad frente a cualquier provocación que recibe. Quería asolearme un rato. Me puse bronceador por todas las partes del cuerpo a las que llegaba fácilmente y, mientras lo hacía, me di cuenta de que el destino me ayudaba: le pedí a Eric que me pusiera crema en la espalda. Accedió, y por primera vez sentí sus dedos recorriendo mi piel desnuda. Una sensación tibia y profunda invadió todo mi cuerpo, haciendo que buscara instintivamente la silla de extensión para tenderme al sol, dejando que me arropara con su intenso calor. “No puedo. No voy a estropear mi relación con Eric”, pensé...”. Fragmento de “Día de playa” ©2006 PSR “Día de playa” aparece en la antología Yara y otras historias, de Patricia Schaefer Röder. Ediciones Scriba NYC ISBN 978-0-9845727-0-0




EXHORTACIONES DEL TIEMPO No juzgues la vida cuando se torne espinosa porque ella no conceptúa tus pasos vagados. No sentencies los trances que te mancillaron pues tus injurias también fueron conferidas. No adjetives las privaciones que te marcaron porque arribaron para trasmitir la experiencia. No rehúyas a la lágrima que abraza tu mirada pues ella sabe de tus dolencias y las apacigua. No enjuicies a las palabras que te han herido porque te fueron pronunciadas como dádiva. No sentencies las ausencias que aún respiran pues habrá instante de un abrazo que acerca. No conjetures sobre el pretérito desconocido porque siempre será presente en un recuerdo. No censures el silencio que abriga tu esencia pues el susurro cuando sea tiempo será grito. No critiques tus yerros que estancan caminos porque cuando los conozcas… serán olvidos. No dirimas tu propia condena en los claustros pues libre el que vuela vidas luego de muertes.


Quizás estos versos no han de ilustrar ¡este basto sentir! mas solo intentan como el ave llegar a cielo decirte lo que siento por ti. Pues han de ser un cumulo de sentires, que resumen el amor que siento por ti, dejando la banalidad en un rincón, buscando la sinceridad en estas estrofas. Diría… que la ternura de verde de envidia se pondría, la pasión me pediría un respiro de tanto sentirla, la devoción buscaría otros fieles pues se ha cansado de este corazón que tanto te admira. Mis versos llegan a su fin, pues he resumido mi sentir, solo te pido que no hables con mi almohada, pues ella en un desliz te narraría las noches de desvelo que por ti a ella apelaría en diálogos extensos sobre tu vida.




Besos desnudos que se entregan en la cadencia sutil titilando entre las emociones renuncia completa y excelsa. Beso desnudo gritando el querer sin temor a lo que pueda suceder. Beso desnudo pretende despertar entre aquellas sabanas de seda y amor en esplendor. Besos desnudos que aĂąoran traspasar aquellos ojos soĂąados por amarle una vez mĂĄs.


Al soltarse las riendas de mi llanto se forma un frío estanque sin belleza, donde yace el dolor que fue riqueza bañado entre pesares y quebranto. Errando sobre abismos va mi canto que llora entre pañuelos de tristeza y enmudece su luz en la certeza de que el alma se esfuma sin encanto. Solloza al ver que no le queda nada, el temple de los sueños agoniza, pues la ilusión de amar le fue robada. Colmadas sus alforjas van de tiza, se muere su razón, desconsolada descansa en una fosa su ceniza.




Cuando siento cercana tu presencia percibo palpitar mi corazón con la fuerza emanante de un ciclón vertiendo sus efluvios sin cadencia. Me excitas y agresivo por tu ausencia te busco como un loco, en mi pasión de hallarte y explicarte la razón de tus celos carentes de coherencia. Te miro circundada en tu deidad y no existe mujer para mis ojos que calmarme pudiera la ansiedad de amarte y adorarte noche y día, cultivando las mieses, sin abrojos, que crecen en tu huerto todavía.


Tú y tu desnudo sueño. No lo sabes. Duermes. No. No lo sabes. Yo en desvelo, y tú, inocente, duermes bajo el cielo. Tú por tu sueño y por el mar las naves. En cárceles de espacio, aéreas llaves te me encierran, recluyen, roban. Hielo, cristal de aire en mil hojas. No. No hay vuelo que alce hasta ti las alas de mis aves. saber que duermes tú, cierta, segura -cauce fiel de abandono, línea pura-, tan cerca de mis brazos maniatados. Qué pavorosa esclavitud de isleño, yo, insomne, loco, en los acantilados, las naves por el mar, tú por tu sueño.




Tuve bigote hasta los veintinueve, y ya nadie recuerda que lo tuve. Y no es que lo tuviera, es que lo tuve, desde los quince hasta los veintinueve. Los amigos que fueron a mi boda no recuerdan mi cara con bigote. Y no es que lo tuviera, es que el bigote fue el gran protagonista de mi boda. Yo nací con bigote y una cana. Mi madre me lo dije al afeitarme. Y ahora resulta que el olvido gana. Ya no sé si quejarme, o no quejarme. Para qué, si quizá todos mañana ni recuerden mi nombre al recordarme. (De su libro "Regalo de cumpleaños")


Te帽ido el coraz贸n como amapola rojo tinta es la sangre, el desespero, por no poder gritarle al mundo entero la pena que te duele y que te inmola. Vivir fingiendo ser lo que no eres menudo es el trabajo que te tomas contienes el aliento y mil palomas estrujan tu interior por tus deberes. Que esperan que respetes t煤 las formas... que a ella no le puedes hacer eso... Y sientes que te privan como a un preso de vivir tu pasi贸n con sus excesos, de romper con un lazo tan opreso la pena tormentosa de las normas.




Hay tiempos en que somos tan leves como el peso de un ángel, como el ruido del pasado en agonía, como quimeras errantes. Como gota resbalando en el espejo, como la letra entre los senos de la censura. Y otras tan bravíos como torrentes en declive, iracundos, con la boca encendida, seca de preguntas insobornables. Ciegos, como un sol sin párpados, con el esqueleto doblado como abrazo en la palabra. Otras vulnerables, como pichón de halcón con la madre muerta. Enfrentados en la moderna muerte, la sellada en hospitales, camuflada, excluida por negocio o por desidia.


Y nos quedamos afuera.. porque el corazón se silencia, se transforma en hueso, porque el dolor se queda adentro, embravecido. Persistiendo, sobre un malecón astillado a sus pies. Con una modorra que nos lame. A veces irrefrenables en el deseo de poseer, de resistir a toda costa, ante el vacío. Y nos quedamos afuera de la escalofriante aventura de vivir y morir viviendo. Y es hora de buscar la nueva voz. Esa primera que tuvimos, o la que nunca nació. La que está perdida y quedó estrangulada, en la borrasca del otoño y del hastío.




Yo estoy en mí, con mis amores y todos mis dolores. No me quedaré afuera, quieta, callada, en desconcierto. Como esperando en una esquina a alguien que nunca vendrá. Resistiré en la mañana con un arco de palomas por el sur. Y la hierba reptará el calor por mis pies. Quien lea lo que no he escrito ya tiene lo que falta entre las manos


Te quiero libre en tu caminar Sea cual sea la senda elegida Te quiero libre, con alas para volar Te pido, me dejes en libertad Huida o aferrada de los mismos aposentos Quiero ser libre, para volar Ámame si así lo estimas Si de mente a corazón, resurge ese volcán Ámame libremente hasta la eternidad Deja, que yo sea diferente Que lejos de tu alcoba te ame más Deja que mi amor sea insurgente Es amor y nada más. El lenguaje de los signos Vira a su albedrio, simple y llanamente Tenlo presente, aquí no hay disfraz Retomo la palabra, ardid de la suerte Pan y vino del poeta, cáliz irreverente Descansemos juntos como óvulo y matriz En este tiempo justo y suficiente.




¿Cómo puedo juzgarte? Si yo soy tú. Y al juzgarte me estoy juzgando a mi mismo. ¿Cómo puedo culparte? Si yo soy tú. Y al culparte me estoy culpando a mi mismo. ¿Cómo no limpiar dentro de mi todo lo que percibo pendiente por limpiar en ti? Si yo soy tú. Y lo que percibo pendiente por limpiar en ti, es siempre algo que está pendiente por limpiar dentro de mi. ¿Cómo no asumir la responsabilidad de todo lo que percibo torcido en ti? Donde quiera que estés, y ante cualquier actitud que me muestres. Si yo soy tú. Y todo lo que yo creo que tú tienes que asumir y enderezar dentro de ti, es lo que me corresponde asumir a mi y enderezar dentro de mi. Elijo asumir la total responsabilidad de todo. Elijo limpiar dentro de mi. Elijo pedirte perdón. Elijo agradecerte y decirte que te amo.. Lo Siento, Perdón, Gracias. Te amo... A la Divina Presencia de Dios que habita en mi, le repito indefinidamente: LO SIENTO, PERDÓN, GRACIAS, TE AMO...


El viento soplaba, azotando la lluvia contra las ventanas del Ă tico. Esa furiosa tarde de septiembre me acariciaba sediciosa, pasional, santa... Ajena a las soledades y entregada al aviso del cielo que me procuraba un amor tan nuevo como el primer rayo del sol, yo florecĂŹa nueva en esta misma piel que ya habĂŹa llorado sus muertes prematuras sin saber que el amor es asunto de un dia.




Amelia Blanchard Ellos, los que nos decepcionan, van muriendo por allí, poco a poco, en cada uno de nosotros, en los amigos que han perdido, en aquellos que justo, los han amado. No tenían derecho de traernos hacia sus vidas, de tejer sus historias con las nuestras, de adueñarse sólo por momentos de nosotros, llevarnos consigo a diario para acá y para allá, cada vez más cerca de ellos, como una foto de cartera. No tenían derecho de mentirnos o jugar a la ligereza del viento, al vaivén de las emociones y del fuego, de los deseos personales, de la inmediatez o de la gana ¡noooo! si luego iban a emigrar repentinamente sin más explicación que un nuevo deseo, tal como si fuesen un pájaro o un animal en celo, como si sólo existieran ellos, nunca nosotros...


ÂĄ El miedo te paraliza y anula tu autoestima, en cuantos pasajes de nuestra vida, nos callamos o soportamos situaciones humillantes por miedo a que nos dejen de querer o por miedo a que no nos hablen a que nos traten con indiferencia y estas situaciones las toleramos porque no nos respetamos nosotros, en el momento que decimos basta, estas personas que actuan asĂ­ se sienten descolocadas, porque dejan de tener ese control descarado y avergonzante sobre nosotros, nos tenemos que respetar querernos y tener personalidad y todo esto se consigue teniendo la autoestima alta, para no dejarnos avasallar, por el egoĂ­smo absurdo de estas personas ! . ÂĄ Seamos positivos, no hay otra manera de vivir ! .




Cuando Marina camina la tierra sonríe y calla. Tiene en su andar un peligro que deja al fuego turbado. Es su meneo una alondra que canta por la mañana y despierta mil pasiones cuando el viento le levanta su falda de gasa blanca y sus piernas bronce y oro esparcen goces avaros en el alma de los hombres que inspirados por su andar exaltan la voz del ansia. Cómo no ver la mañana con ojos de desenfreno cómo no ser imprudentes si las caderas se mueven como la brisa del alba y la tarde se enamora de la noche que regala estrellitas de colores para alumbrarla en su paso. Qué importa si el cielo acecha si la luna se desmaya y la lluvia no desata sus lágrimas postergadas Si está Marina en la calle el mundo es una fogata y todo gira y retoza con su cadera ondulante El viento carnal y astuto corre detrás del aroma de esa mujer que despierta pasiones y sobresaltos delirios fiebre y quimeras con sólo pasear la calle.


Hoy me colgué de un árbol en el Cajón del Maipo. Si, me puse la corbata pero con mi peso el lazo se cortó. Olí la muerte, la vi y es verde viscosa y fea. Ahora estoy con psiquiatra y psicólogo a domicilio. Lo peor: es fétida y duele el alma. Aunque el suicidio siempre será una puerta abierta que nos da la vida. Y por haber fallado me espera una serie de electroshok en los que ella, mi diosa es una verdadera experta.




Aquí o allá, has encontrado lo que buscas, has sacado punta a cada lápiz, has recortado mi entrecejo, has jugado a los número para dar con la clave, o solo te cambias el nombre el origen, la carcasa? Toda esta persecución me da calambre y frío Y digo basta! basta, de echar inviernos sobre mis manos


Un desfile de hormigas sin cobijo de hormiguero. En lugar de corazón un avispero. Un arquero sin arco. Delfines alrededor de mi paso sin vela, sin mar, sin barco. Las trompetas del Apocalipsis tocando a ritmo de blues el génesis como acostumbran en los cumpleaños. Y esa añoranza de los abuelos llorando con el pañuelo arrugado y esta mísera ausencia de candiles que empobrece este cuarto. No volverá contar hasta 57 pero tampoco nadie podrá robarme de ellos un minuto, un día, un mes, un año.



Revista de Difusi贸n Cultural


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