Crónica iniciativa

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Embarazo adolescente

Niñas que se convierten en madres Son cada vez más las chicas menores de veinte años que tienen hijos. Cuáles son las causas y las consecuencias.

“Con Evelyn, al principio, costó un poco aceptarlo. Sobre todo para mí. Me sentía muy nerviosa. Ahora pienso que es lo mejor que me pasó en la vida y es una bendición que esté pasando de nuevo. En casa todos estamos muy contentos”, dice Alina, de dieciséis años, mamá de una hija y actualmente embarazada de siete meses. Su casa es pequeña, humilde, pero llena de vida. Desde la cocinita con paredes celestes se pueden escuchar los gritos y las risas de los niños. Allí viven también su hija, sus ocho hermanos y sus papás. Alina tiene dieciséis y está embarazada por segunda vez. Su primera hija, Evelyn, nació cuando tenía trece. En los sectores sociales más humildes es común tener hijos a edades tempranas. Está permitido porque ya es parte su cultura y se transforma en un fenómeno intergeneracional. Las familias lo aceptan y lo consideran algo normal. Probablemente, los papás de Alina también la tuvieron a ella cuando eran adolescentes. “Es como un círculo vicioso; forma parte de sus modos de vida”, así lo expresa la doctora Alejandra Ludueña, al recordar a una paciente de catorce años que dio a luz hace dos semanas. En la habitación del hospital la mamá de la niña, sosteniendo a su nieto en brazos, le dice: “como a mí, doctora, ¿se acuerda? Yo tenía dieciséis años cuando la tuve a Camila”. En las clases sociales medias y altas la situación es diferente. Los embarazos precoces son siempre accidentales. En estos casos, aumentan los porcentajes de abortos y la elección de dar a los hijos en adopción. El embarazo adolescente se da sobre todo en los sectores populares, en los hogares más pobres de clases sociales bajas. Además, las embarazadas menores de 20 años suelen ser las que tienen menor nivel educativo. En Huinca Renancó más del 20% de los embarazos son embarazos precoces. Este año se registraron en la ciudad 80 nacimientos, de los cuales 21 corresponden a chicas menores de veinte años. Aunque algunas buscan tener hijos, la mayoría se trata de casos de embarazos no deseados. La mayoría de las chicas embarazadas abandonó los estudios y no trabaja. Según los especialistas, esto es algo que siempre ocurre, ya que las chicas deben comenzar a hacerse cargo de otro tipo de responsabilidades.


El número de embarazos adolescentes en la Argentina representa el 16%. Las provincias con mayor porcentaje de embarazos adolescentes son Chaco (25%), Formosa (24,6), Misiones (21,7%) y Corrientes (21%). Teniendo en cuenta estos porcentajes, la ciudad de Huinca Renancó se encuentra al nivel de las provincias con mayor cantidad de embarazos precoces. Estas provincias, además, son las de mayor pobreza en el país. A pesar de todos los esfuerzos, campañas de concientización y programas, tanto nacionales como locales, los porcentajes de embarazo adolescente son cada vez más grandes. “Acá, aunque desde hace no mucho tiempo, las escuelas enseñan educación sexual. Además, todos los años se brindan charlas educativas y de concientización con médicos y otros especialistas. El hospital provee de anticonceptivos gratuitos. Así y todo, los casos de adolescentes embarazadas parecen ser cada vez más”, dice la doctora Ludueña. La psicóloga Gabriela Fantino, dice que no alcanza solamente con ese tipo de medidas. “Más allá de las charlas sobre educación sexual y métodos anticonceptivos, hay que tratar de centrarse más en las causas socioculturales del embarazo en las adolescentes”, señala la psicóloga. En general, las chicas de los sectores populares carecen de un proyecto de vida alternativo a la maternidad.

Los derechos de las adolescentes embarazadas En la Argentina hay dos leyes que garantizan derechos para las chicas embarazadas y las madres que se encuentran en el sistema educativo. Para acceder a estos derechos las alumnas deben presentar en la escuela un certificado médico de embarazo. La Ley 25.808 garantiza a las alumnas embarazadas o que están dando de amamantar el derecho a seguir estudiando. Ni los directivos ni los responsables de los establecimientos pueden impedir que este derecho se cumpla. La Ley 25.273 considera un régimen especial para alumnas embarazadas de establecimientos estatales, municipales y provinciales. Ellas tienen derecho a treinta inasistencias de corrido o fraccionadas, justificadas y no computables, antes o después del parto. Además, las alumnas que certifiquen estar en período de amamantamiento pueden retirarse de las clases una hora diaria por un lapso de seis meses a partir de su reincorporación a la escuela luego del parto, con el fin de sostener la lactancia materna.



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