Memorias

Page 1



LOS DUROS RECUERDOS DE LA GUERRA Mi abuela vivió la guerra cuando era pequeñita, tenía casi 6 años cuando empezó y cuando terminó estaba a punto de hacer los 9. Ahora todos los hechos los recuerda intensamente, le marcó la vida para siempre. Antes de la guerra vivía en Blanes, por cosas de trabajo de su padre, se fueron a Rubí pero como allí lo perseguían se marcharon a Barcelona, y allí pasó la gran parte de la guerra. Por: Roger Virgili Serrallonga

¿Dónde viviste durante la guerra? ¿Con quién estabas? Yo vivía en Barcelona durante la guerra con mi hermana pequeña y mis padres en la casa de mi abuela en el barrio de Gracia. En la misma finca también vivían otros familiares y primos con los que jugaba de vez en cuando. ¿Tuvisteis que escapar de algún sitio? Mi abuelo estaba fichado por ser una persona que iba a misa, y la vecina le avisó que no fueran a vivir a Rubí. Por esta razón nos trasladamos a Barcelona para pasar la guerra. ¿Cada cuándo comías? ¿Qué comíais? ¿De dónde sacabais la comida y el dinero? Comíamos lo que encontrábamos, por ejemplo algarrobas. Mi madre iba a los pueblos cercanos y compraba o pedía alimentos a los payeses. Un día incluso fue hasta al pueblo de Tordera donde mi niñera vivía en una masía. A la vuelta fue una aventura. Un barco controlaba los trenes que entraban en la Estación de Francia de Barcelona y los bombardeaban. El tren circulaba sin luces para no ser visto. Mi madre llevaba escondida toda la comida debajo del abrigo y entre las mangas para que en los controles de policía no le requisaran la comida Un día cuando salió del tren oyó como lo bombardeaban, por suerte mi madre ya había salido de la estación. En la ciudad de Barcelona, aunque tuvieras dinero no podías comprar, porque faltaba comida. En los pueblos o masías había más comida y la situación era mejor.


¿Tenías miedo de alguna cosa? Las bombas y oír la sirena pero cuando estaba con mis padres me tranquilizaba. ¿Qué hacías cuando sentíais la sirena con la señal de bombardeo, o cuando las oías tu misma? Todo el mundo bajaba al entresuelo. El refugio estaba lejos. Oía la sirena y la gente bajaba de los pisos hasta el entresuelo. Por la calle la gente corría para buscar cualquier sitio para refugiarse. ¿Qué destacarías de aquellos años? ¿Qué hacíais durante el día? Iba junto con mi hermana a jugar a casa de unos primos hermanos que vivían en la misma calle. No iba a la escuela por miedo de que hubiera un bombardeo estando en la escuela y que mis padres me tuvieran que venir a buscar con riesgo que por el camino nos cayera una bomba. ¿Fuiste a la escuela, que estudiaste? ¿Qué y cuándo empezaste a trabajar? No fui a la escuela durante la guerra, porque mis padres creían que era peligroso salir de casa.Tenían miedo que sonara la sirena cuando estaba en la escuela. Hubo un bombardeo entre la escuela y donde yo vivía, en plaza Molina, y la mayoría de la gente se asustó. Entonces fueron mis primos hermanos mayores, que les tocaba entrar en quintas (o ser alistado), los que me enseñaban alguna cosa. Empecé a estudiar cuando terminó la guerra y nos trasladamos a Rubí. Los dos primeros estudié con un profesor particular en casa, A los 12 años, cada día iba de Rubí a Terrassa para estudiar el tercero de bachiller (era un bachiller de siete años). Acabé el bachiller y estudié las oposiciones de maestra. ¿Qué fue más dura la guerra o la postguerra? ¿Podíais hablar en catalán? La postguerra fue dura porque las colas eran larguísimas y podías estar un día para recoger una barra de pan con la cartilla de racionamiento. La comida no era muy buena, pero no lo recuerdo bien. El catalán sólo lo hablábamos durante el recreo.

LA DURA POSGUERRA

Mi bisabuela Concepción nació en Gestoso un pueblo de León. Vino a Barcelona con 24 años. Vivió la guerra y la posguerra. Su marido murió a los 70 años. Actualmente tiene 94 años.Por Marc Pérez


¿Qué hacías cuando eras pequeña?¿Con qué edad empezaste a trabajar? Cuando era pequeña, jugaba mucho con los niños del pueblo. Empecé a trabajar con ocho años, cuidando cabritillas. Cuando era más grande empecé a “pasturar” vacas por la montaña. ¿Dónde vivías cuando empezó la guerra? Explícame algún hecho inolvidable. Antes de empezar la guerra me enamoré de un hombre en Gestoso llamado Antonio. Cuando empezó la guerra en el 36, tuvo que ir al frente. A él y a otro más, lo que les tocaba hacer, era enterrar minas en cuevas para matar a los enemigos. Un día se quedaron enterrados en una de las cuevas. El otro que era gallego le decía: “Cuando salgas de aquí dile a “mi anay” donde he quedado”. Entonces el jefe de ellos les dijo a los otros soldados: “Aquí no cena nadie hasta que no encontremos las dos bajas. Buscaron mucho tiempo hasta que los encontraron, Antonio salió muy bien pero el otro salió desmayado. En la guerra, personas próximas a mí no murieron, por suerte. Cuando llegó a Gestoso empezamos a ser novios.

¿Qué hiciste cuando acabó la guerra?¿Como vivíais en Barcelona?

Cuando acabó la guerra en el 39, me casé con Antonio. Aquel día nos casamos tres parejas a la vez.En la posguerra había mucha escasez de todo.Vinimos a vivir, aquí, en Barcelona. La casa solo tenía tres habitaciones, y llegamos a vivir dos familias.

¿Cuándo y por qué viniste aquí a Barcelona? Yo vine a Barcelona porque estaba mi hermana trabajando, vine yo sola. Un día una chica que se ve que me conocía, me dijo: “Dile a tu marido que venga para Barcelona que yo os busco una casa.” Era una vendedora de rosquillas y yo le hice caso. Así lo hice, le dije a mi marido que se viniera él solo a trabajar porque no teníamos dinero para mantenernos toda la familia. Yo me sentía muy mal al dejar a mis hijas sin padre ni madre, le dije a mi marido que me sentía mal y me dijo que me fuera para Gestoso, que él ya se las apañaba bien, pero yo no quería dejar solo a mi marido y me quedé. Pasó un tiempo y vino mi hermano con mi hija Estrella, se quedo allí mi madre ymi otra hija Mabel, que vinieron al cabo de un año. ¿De qué trabajabas? ¿Cómo comprabais la comida?


Hacía distintos trabajos, como limpiar escaleras, lo que recuerdo es que solo nos pagaban la hora a dos pesetas. Como no teníamos mucho dinero para pagar la comida hicieron las libretas, que eran un papel con el cual se podía comprar más barata la comida. Nosotros teníamos ocho libretas porque unas eran de Gestoso y las otras de Barcelona.

EN BUSCA DE AVENTURA”

AGUSTÍN SÁNCHEZ-73 años

Mi abuelo nació el 29 de mayo de 1944 en Hospitalet (Barcelona). Nació en la posguerra y vivió allí durante unos años. Hizo la mili en Barcelona y quince días después de terminarla conoció a su actual esposa, mi abuela Teresa. A mi abuelo siempre se le ha dado muy bien la carpintería y a los veinte años le ofrecieron un puesto de trabajo en una famosa carpintería en la ciudad al


acabar los estudios. Se casó con Teresa y tuvieron dos hijos, Nacho y David, mi padre. Por Alba Sánchez Explica algún recuerdo de la posguerra: Tenía que ir a comprar los artículos básicos con una cartilla de racionamiento porque había muy poca comida. También recuerdo ir a visitar a algún pariente a la cárcel por ser republicano. ¿Fue dura la posguerra? No, en casa nunca nos faltaba de nada, pero no se tenían los caprichos que hay ahora, recuerdo que para merendar nos daban pan con aceite y azúcar. ¿Cómo fue tu educación? Hize la educación general básica mi libro era un tomo donde se resumían todas las asignaturas, en la historia de España explicaba desde la prehistoria hasta los reyes católicos, entonces se saltaban lo que había entre medio y explicaban directamente la historia de Hitler. Define tu infancia en pocas palabras: A pesar de todo era muy buena, se vivía mucho en la calle a diferencia de ahora y los mejores juegos y momentos estaban en la calle. ¿A qué jugabas con tus amigos? Jugábamos a los 4 cantones, al pilla pilla, también con las chicas al ¿Me quieres? Que no recuerdo muy bien como se jugaba, pero era muy divertido y también bailábamos en la calle. ¿Cómo sucedieron los siguientes años ya en tu edad adulta? Cuando aprendí a bailar, que me le enseñó mi madre, iba a bailar los domingos, o bien al cine, también trabajaba de carpintero algunas tardes de la semana aunque a mi padre no le gustara. ¿Cómo te fue la mili? Fuí al servicio militar eligiendo ir a la marina serví 24 meses: 6 meses de instrucción y 3 de práctica, como timonel señalero y serví en 2 destructores: el Rayo de la 31 escuadrilla y el Oquendo de la 41 escuadrilla, me licencié en junio del 66 (1966) a los 15 días conocí a mi mujer María Teresa. Explica alguna anécdota de la mili:


Estando navegando en el Oquendo fuimos a la semana de España, al Principado de Mónaco. Allí estuvo Fraga Iribarne, artistas españoles y también el club de fútbol del Real Madrid. Como curiosidad, al salir de visita en Montecarlo nos dieron 500 pesetas para poder gastar. También estuve en Canarias, en Ceuta, en Melilla, Ferrol, Cádiz, Málaga, Bacelona, Mallorca etc. todo esto gracias a los barcos, navegé mucho, por eso eligí el cuerpo marinero. ¿Para navidades y tu cumpleaños que regalos recibías? Recibía pocos regalos, no era como ahora, pero tenía mucha ilusión, me regalaban regalos para reyes y muy pocos para el cumpleaños.

ENTREVISTA A VICENTA CARMONA VILA Vicenta Carmona Vila nació un 29 de octubre de 1948, en Extremadura. A los 22 años se casó y se fue a Barcelona a los 23. Su marido era de Málaga, que murió hace ya 20 años. Vicenta tuvo tres hijos, dos chicas y un chico. Hoy os contamos la vida de esta persona. Por: Aleix Andreu ¿Cómo fue tu infancia en Extremadura? Cuando era pequeña, vivía en el pueblo de Extremadura, Campanario, vivía con mis padres y mis hermanos, trabajaba desde muy pequeña porque en mi casa no había mucho dinero, así que tuve que trabajar a los 14 años, hasta que me casé. ¿Qué le vamos a hacer? Así es la vida del pueblo, trabajar para ganarse la vida.


¿Cuáles fueron tus días más felices de tu vida? Los días más felices de mi vida fueron: cuando me casé, ya que estaba muy nerviosa, y cuando nacieron mis hijos. ¿Por qué te fuiste a Barcelona? Primeramente, me fui a Madrid porque tuve que trabajar con mi hermana. Allí conocí a mi marido, que era de Málaga pero había ido a Madrid porque estaba estudiando para ser policía. Nos casamos en Campanario y cuando se hizo policía, le asignaron a Barcelona, donde tuve a mis tres hijos. ¿Has tenido alguna que otra consecuencia traumática aparte de la muerte de tu marido? Sí, hubo una vez que íbamos de Barcelona hacia el pueblo en coche, en él, estábamos mis dos hijas, mi marido y yo embarazada de 8 meses. Justo cuando estábamos en un puente, un cable del coche, cayó en la rueda y empezó a bloquearla. El coche empezó a zigzaguear, rompió el muro del puente y caímos a un río. El coche, empezó a hundirse y, el agua se colaba por debajo y empezó a subir. Intentamos abrir las puertas, pero era imposible a causa de la presión del agua. Solo cuando el agua nos llegaba a la barbilla, había tan poco aire que mi marido pudo abrir las puertas y sacarnos a las tres a la vez. Cuando llegamos a la carretera, mi marido se fue al pueblo de al lado, donde nos fueron a buscar, nos llevaron a sus casas y nos dieron ropa seca. Lo gracioso de todo esto es que mi marido nos pudo sacar del vehículo porque el día anterior, había visto un programa de televisión en el cual explicaba cómo puedes sobrevivir si un coche se hundiera contigo dentro. ¿Así que piensa que la televisión a veces es buena? Bueno, no creo que la televisión sea muy útil, pero esa vez ayudó bastante. ¿Cómo te afectó a ti y a tus hijos la muerte de tu marido? Pues, a mí, me afecto mucho, desde la muerte de mi marido, mi vida fue muy triste, tuve que volver con mis hijos a Barcelona y dejé a mi marido enterrado en Campanario. Desde entonces, yo he tenido que luchar por mis hijos hasta que se hicieron mayores. En cuanto a mis hijos, lo pasaron muy mal porque estaban muy unidos a su padre.

¿Cómo te sientes hoy en día en Barcelona?


La verdad, yo me siento muy bien en Barcelona, me he cambiado de piso tres veces, aunque sin cambiar de barrio. Tengo dos nietos, los dos hijos de la pareja de mi hija mayor. He estado presente en las bodas de mis hijos y, creo que, aunque me hayan pasado muchas cosas, las he asumido y he llevado una vida tranquila y feliz en Barcelona.

ENTREVISTA A ESTEBAN SALTO Esteban Salto nació en un barrio de Salou, en Tarragona el 1 de diciembre del año 1926 ( ahora tiene 89 años). Vivió en Salou durante toda su infancia con sus padres y su hermano, Ramon Salto y su hermana Maria Salto. Después de la guerra y el Franquismo, Esteban se mudó a Barcelona y ahí conoció a su mujer Faustina Cerezuela. Por Andrea Cuevas. Cuándo eras pequeño , ¿Cómo te divertías? Pues yo me divertía jugando con mis primos o con mis amigos, nosotros en esa época no teníamos juguetes, pero mi padre en el poco tiempo que tenía a veces me hacía un coche de madera y yo con eso estaba feliz , para mí los juguetes que mi padre me hacía los cuidaba como si fuera un tesoro hasta que se me rompía y me ponía a llorar, mi padre me decía que me haría otro cuando él pudiera. También jugábamos a las chapas o a las


canicas, sobre todo a las canicas, porque yo era un fiera y siempre ganaba. También jugábamos a ”la comba” , a “tú la llevas”, al “bote bolero”, que era un juego en el que poníamos un bote y le intentábamos dar con una piedra el primero que le daba ganaba. En 1936 comenzó la guerra ¿Qué recuerdos tienes de la guerra? ¿Te explicaron tus padres lo que era? El mayor recuerdo que tengo es el miedo que pasábamos, cuando tiraban bombas y te tenías que levantar a media noche y salir corriendo. Mis padres se sentaban a hablar conmigo, pero yo era pequeño y no entendía muy bien todo aquello, me decían que había empezado la guerra, que teníamos que tener mucho cuidado. ¿Recuerdas algún momento en el que hayas pasado más miedo? ¡Ay! Me acuerdo un día por la noche que los aviones empezaron a tirar bombas, mis padres me despertaron como siempre y también a mis hermanos y salimos de casa. Mis padres nos llevaban muy agarrados de las manos porque había mucha gente, pero en un momento de despiste….¡Me perdieron de vista! Yo lloraba mucho, a ver era pequeño. ¿Qué podía hacer? Nadie me hacía caso, eso era un sálvese quién pueda. Por suerte me encontraron, lo pasé muy mal pero mis padres peor. ¿Y cómo vestíais? ¡No teníamos ni la mitad de la ropa que tienes tú en el armario! Tenía una tía que sabía coser, no era modista, pero algo sabía , lo suficiente para hacer ropa, a mí me hacía una camisa, un chaleco, un pantalón, etc. Con eso durante toda la semana, aunque después me procuraban comprar algún zapato, pero eso era cada mucho tiempo. La alimentación. ¿Dónde se abastecían? ¿Se vivía la escasez y el hambre? Había muy pocos alimentos, de vez en cuando íbamos a comprar a tiendecitas que había por el pueblo. Teníamos mucha hambre, me acuerdo que yo y unos amigos salíamos al cine para engañar un poco al hambre hasta la cena, que cuando llegaba no era casi nada lo que teníamos, incluso nos quedábamos con más hambre que al principio, pero era lo que había. Y no llegué a esto pero había gente que se comía las cáscaras de las naranjas y freían la piel de la patata y se la comían. Entonces cuando acabó la guerra ¿Qué sentías? ¿Se hablaba


de ello? Pues nos sentíamos bien porque ya había terminado todo, aunque ganó Franco y también algo de miedo porque no sabíamos bien qué iba a pasar luego. En esos momentos se procuraba no hablar de ello, porque si decías algo y había alguien que pensaba opuesto a ti…¡Se formaba una! ¿A qué edad empezaba la gente a trabajar? ¿En qué?. En cuanto a ti ¿Cuándo empezaste a trabajar y dónde?¿cómo trabajabais? Depende de cada familia, los más pobres no trabajaban en fábricas sino en el campo, iban a recoger aceitunas, trabajaban la tierra etc. Los que no éramos tan pobres, pero tampoco ricos, íbamos a fábricas yo empecé con unos 15 años, en la fábrica Pistones. La enfermedad de Franco ¿Cómo la recuerdas? ¿Cómo se vivió en tu casa? A nosotros que ya éramos mayores, era raro, porque no nos alegrábamos, pero tampoco nos daba pena, yo creo que por dentro sentíamos un desahogo de que ya se iba a acabar todo. ¿Y cuando finalmente murió? Bueno, era la muerte de una persona, no nos podíamos alegrar demasiado y tampoco sabíamos lo que iba a pasar.

ENTREVISTA A MIS ABUELOS: LA EDUCACIÓN DEL “SI NO LO HACES TE PEGO” En esta entrevista, mis abuelos contarán su vida personal y sobre todo, su experiencia con la educación a la edad de los catorce años. Primero


empezaremos preguntando a mi abuela (Enrica Casanelles); después, a mi abuelo (Ernest Serratosa). Por: Eduard Giró Serratosa

EntrEvista con la abuEla: ¿Dónde viviste? Yo vivía en Barcelona, en la calle Muntaner, número 244.

¿A qué escuela ibas? ¿Era dura la escuela en aquellos tiempos? Iba a la escuela Betania, acompañada por mis padres, no me dejaban ir sola por la calle porque vivía lejos de la escuela. Sus horarios eran las nueve de la mañana a la una del mediodía, iba a comer a casa y por la tarde, volvía de cuatro a seis. Sólo tenía fiesta los sábados por la tarde y los domingos, evidentemente. En aquella época, sí, era dura la escuela.

¿ Y sobre los deberes que me puedes decir? Tenía muchos deberes, tenía deberes, por dos o tres horas diarias, incluso, aún recuerdo cuando mi padre me decía: "Vete a dormir, me da igual que suspenda la asignatura, vete ' n a dormir".

Al menos espero que los controles sean más flexibles, ¿cómo los hacíais? ¿Eran muy complicados? Los controles los hacíamos escritos y orales, los escritos me iban mejor, sin embargo, los exámenes orales, no sólo era la dificultad que tenían las preguntas, sino que te ibas poniendo cada vez más nervioso. Además, los libros eran muy feos y de un papel malo, y ni tenían un mísero dibujo, el cual no incitaba nada a estudiar.

EntrEvista con El abuElo: ¿Dónde viviste? Yo vivía en Horta, en la calle Marqués de Foronda, y tenía una casa jardín.

con


¿A qué escuela ibas? ¿Era dura la escuela en aquellos tiempos? Mis horarios eran de ocho de la mañana a ocho de la tarde, me quedaba a comer en la escuela, la comida estaba muy bueno para mí, aunque había gente que decía que estaba asqueroso. Había gente que prefería comer a casa. Cada día, por la mañana hacíamos misa, por lo tanto esta escuela era cristiana.

¿Tenías muchos deberes? ¿Eran sencillos los controles? Además del largo horario escolar que tenía, también hacía toda la barbaridad de deberes que me habían puesto en todo el día. Sólo tenía fiesta los jueves por la tarde y los domingos.

Hay que ver… ¿no tenías ninguna actividad para distraerte? Sí. Me gustaba jugar al fútbol, bien me encantaba! Y jugaba en un equipo que se llamaba el Equip del Polo. Aunque luego me aficioné también al hockey y hacía torneos con un equipo que se llamaba Els Pops.

ENTREVISTA A ENRIQUE CABELLOS

Enrique Cabellos ha sido, hasta hace muy pocos años, director de una central nuclear, él, junto a más trabajadores, trabajó en los primeros años de las


centrales nucleares ya que empezaron a principios de la revolución industrial. Por: Guillem Llauradó

¿Costó mucho arrancar la central? No mucho, las centrales nucleares eran nuevas y el trabajo era más desconocido, y por ello, un tanto menor. Lo malo es que precisamente por lo recientes que eran, los trabajadores no tenían mucho conocimiento sobre lo que se trataba en la central.

¿Te veías como una persona importante? Yo sentía que trabajaba en una profesión como cualquier otra, es verdad que por el hecho de ser director me venían a buscar a mi casa con un buen coche teniendo en cuenta la época y muchos de mis vecinos creían que era una limusina; entonces me confundían con una persona más importante de lo que era.

¿Sentías cómo evolucionaba la central? Veía como poco a poco la central iba evolucionando, sobre todo, veía también que nosotros, los trabajadores, evolucionábamos con ella y que los nuevos trabajadores, venían ya más documentados y más expertos que los anteriores.

¿Tuvisteis algún percance mientras trabajabas en la central? Una vez se quemó una parte de la central nuclear, por suerte, los daños fueron mínimos y se pudieron arreglar.

TESTIGO DE UNA GUERRA Mi abuela Eulàlia Sol (1931) vivió la guerra civil española (1936-1939) siendo solo una niña y burló a la muerte en varias ocasiones. Cuando tenía ocho años,


acabó la guerra, pero empezó una época de miseria y desesperación: la postguerra. Hoy vive sus ochenta y cuatro años felizmente y con sus tres hijas y sus seis nietos, pero los recuerdos de un frío y oscuro pasado todavía perduran en su interior. Por: Jaume sol ¿Cómo era la vida en casa? En casa de mi madre éramos ocho personas, entre hermanos y padres, y no siempre podían alimentarme, así que, a menudo me mandaban a casa de los vecinos para que me dieran de comer. Comíamos muy poca carne y pescado, como mucho, los restos de un hueso. La comida escaseaba y para conseguirla teníamos que ir al campo a pedir alimento a los labradores o hacer trueque con objetos de valor. ¿Qué supuso la guerra en casa? Dos de mis hermanos tuvieron que ir a la guerra siendo muy jóvenes, afortunadamente sobrevivieron. Mi madre solía acoger a soldados que venían de fuera pensando que si ella acogía a los hijos de alguien, alguien acogería a los suyos. Esos soldados a los que acogía nos traían comida cada día, no sabíamos de dónde la sacaban pero el caso es que lo hacían. Una vez, volvía con mi padre al huerto y nos encontramos un soldado poniéndose las botas de este. Mi padre le dijo que se fuera y a saber qué habría hecho si no hubiera estado yo delante, porque llevaba el hacha encima. ¿Cómo estabas cuando acabó la guerra? Justo cuando acabó la guerra, mi padre decidió llevarme con él a algún lugar seguro en la montaña. Mientras cavaba, pasaron unos soldados y, como sospecharon, nos empezaron a disparar obuses, por suerte, ninguno nos dio. Cuando volvimos a casa, nos dijeron que había acabado la guerra, pero no los problemas. En ese momento empezó la postguerra y, poco a poco, fue desapareciendo el hambre y la pobreza.

ROSER ROCA BASTÚS

Roser Roca Bastús, es una mujer nacida en el 1934, actualmente tiene 82 años. Ella vivió la guerra, solo tenía 2 años cuando empezó, pero se acuerda de unas cuantas cosas que son las que se le quedaron grabadas para toda la vida. Por: Judit Gil ¿Cómo era el racionamiento de comida?


La comida se repartía por raciones. No había ni mercados ni tiendas ni nada a la gente dejó de importarle el dinero y lo que querían era comida. Había unos sitios donde la gente pasaba y les daban comida. Se pasaba tanta hambre que la gente se cambiaba los cuatro trapos que tenían y pasaban otra vez para recibir más comida. ¿La familia se arreglaba solo con la comida que recibía en el racionamiento? La gente que vivía en una parte más separada iban a los campos a recoger leña y verdura, eso normalmente lo hacía el hombre pero en mi caso mi padre no podía ir porque estaba en la guerra de manera que iba mi madre y como no nos dejaban hacer eso, los militares cuando nos veían nos quitaban todo lo que habíamos cogido. ¿Cómo era la ropa de la época? Se aprovechaba mucho la ropa, cuando yo crecía mi madre me deshacía el jersey de lana, lo convertía en ovillo para luego volverlo a hacer más grande y más largo, para que durase más. ¿Cómo cenaban? La casa al no tener calefacción ni estufa era muy fría y más en invierno. La cocina era de unos 5 metros cuadrados de manera que solo cabía la clásica cocina económica y una mesa para las cinco personas que vivían en casa. Con esa cocinita en la que se preparaba la comida al ser la habitación tan pequeña también se estaba calentito y cuando acababan de cenar mi padre nos contaba historias de miedo para que dirigiéramos la comida antes de irnos a dormir en una cama llena de mantas que pesaba muchísimo para resguardarse del frío. ¿Cómo se aseaban? En invierno al no haber calentador calentábamos el agua en la cocina económica, la llevábamos al lavadero y nos la tirábamos con cubos.

UN ITALIANO EN BARCELONA Mi tío, Francesco Aversano, tiene 50 años y nació en Nápoles (Italia) el 25 de Septiembre de 1965. Vino la primera vez a España cuando tenía 27 años y actualmente vive en Barcelona y está casado con mi tía Miriam, hermana de mi madre. Por Judit Peña ¿Cómo fue tu infancia?


Mi infancia fue feliz en Nápoles, iba a la escuela con mis dos hermanos, estudiábamos en italiano y también dábamos clase de francés. Jugábamos a futbol por las tardes en la escuela del Club de Fútbol del Nápoles. Íbamos a la playa en verano y organizábamos muchas comidas familiares y mi abuela Siempre hacía pasta fresca para todos nosotros. ¿Qué suceso recuerdas de tu juventud? Cuando tenía 15 años sufrimos algo que recordaremos siempre, que fue el Terremoto de Irpinia, que afectó a 8 provincias del sur de Italia, entre ellas Nápoles. Ocurrió en la tarde del 23 de noviembre de 1980 y fue terrible ya que pasamos mucho miedo. De repente, el suelo se empezó a mover fuertemente y después se movía todo con un gran ruido y nos tuvimos que esconder debajo de las mesas porque caían trozos del techo. Tuvo una magnitud de 7 en la escala Richter y causó casi 3.000 fallecidos en todo el sur de Italia. Ese fue el peor recuerdo de mi juventud. ¿Cuándo viniste a España por primera vez? Vine a España cuando tenía 27 años, por Los Juegos Olímpicos de 1992 en Barcelona, porque formé parte de la representación del equipo de Coordinación de Italia en las Olimpiadas. ¿Por qué motivo decidiste mudarte a Barcelona? Después de la Gestión en las Olimpiadas, me ofrecieron continuar en Barcelona para seguir la representación de empresas con Sede en Italia, y dado que Barcelona me encantaba como ciudad, pues decidí aceptar el trabajo y mudarme aquí definitivamente. ¿Cómo fue el cambio a la nueva Ciudad? Fue bien pero al principio me costó adaptarme a ciertas cosas, enseguida empecé a perfeccionar mi español y también a estudiar catalán que fue para mí lo más difícil de aprender. ¿Cuántos idiomas hablas? Aparte del italiano mi lengua materna, hablo y escribo castellano, francés y catalán. ¿Qué diferencia encuentras entre la vida italiana y española? La vida en Nápoles quizás es más familiar, en Barcelona el ritmo de vida es más acelerado y al principio la gente es más reservada que en


Nápoles, pero después no he tenido ningún problema para socializarme y tener grandes amistades. Echo de menos algunas cosas de Nápoles como la comida, pero aquí en España también hay muy buena cocina. ¿Qué deporte practicas? Desde pequeño practicaba el Fútbol y cuando ya estaba viviendo en Barcelona, me hice entrenador de Futbol en la Peña Blaugrana de San Cugat, y también he ganado varios trofeos. Actualmente, practico el Golf y el Pádel. ¿De qué equipo de fútbol eres? Soy del FC Barcelona, del que me hice socio 2 años después de estar viviendo en Barcelona y también soy del SSC Napoli, y sigo la liga Italiana también por el canal Satélite. ¿Cuál es tu trabajo actual? Soy Director de una empresa de Cosmetología y Aparatología Estética con Sede Italiana. Fabricamos en Italia y lo distribuimos por toda España. ¿Regresarías a vivir a Italia? Hoy en día me costaría mucho dejar esta ciudad, tengo mi vida aquí, mi familia, mis amistades, mi trabajo y me encanta la vida en Barcelona.

VIVIR EN LA POSGUERRA Joan Roldán; mi abuelo, nació en el barrio de la Barceloneta, el 4 de diciembre de 1940, en la época de la posguerra. Pertenecía a una família humilde. Allí estudió y vivió, hasta que se casó con mi abuela, Rosa Carpena. Por: Judit Roldán Sabariego ¿Cómo viviste la infancia en la posguerra? Como eran esos tiempos, no viví una infancia difícil, no tengo malos recuerdos. Era hijo único y eso me proporcionaba que me dejasen hacer casi todo lo que quería, además


yo tenía muy buena relación con mis padres y nunca me prohibieron nada en general. ¿Tú y tu familia pasasteis hambre? Yo nunca pasé hambre. Mis padres sí, pero como ya he dicho antes, era hijo único, y era lo primero para mis padres. Ellos sí que alguna vez no comían, o alguna vez se habían ido a dormir sin cenar, pero a mí nunca me faltó el plato en la mesa. ¿Recuerdas que fueran tiempos muy difíciles? Fueron tiempos muy difíciles, sobre todo para la gente obrera. Se pasaba hambre, la gente tenía que dormir en la calle... A mí afortunadamente no me sucedieron ninguna de esas situaciones. ¿Cómo era la situación económica de esos tiempos? Después de una guerra siempre hay pobreza. La gente se quedó sin trabajo ya que se destruyeron fábricas, campos etc. Había poco que comer y los salarios eran bajísimos. ¿La posguerra española ha sido muy diferente de las que se han vivido en otros lugares del mundo? Hombre, yo creo que la posguerra tiene unas consecuencias más o menos iguales en todos los países, viene la miseria, se destruyen muchas cosas, y la gente se queda sin trabajo.

UNA INFANCIA DIFÍCIL Mi abuelo se llama Miquel Castells, nació el 29 de Marzo de 1933, en Barcelona. A sus tres años ya empezo la guerra civil, y justo cuando acabo, empezo la II Guerra Mundial. Creció en ambiente de oir el ruido de las escopetes y de bombardeos. Ycreció en una época donde havia mucha hambre. Por: Júlia Castells ¿Cómo te sentiste después de la guerra civil? No muy bien , porque justo despues empezo la guerra mundial y españa quedo al margen de toda europa. Y justo cuando empezo me tuve que poner a trabajar en una farmacia, con solo 13 años y tuve que dejar la escuela. ¿Algún familiar tuyo o amigo fue a la guerra?


Familiar, mi padre y mi tío. No fue nada agradable tener a mi padre en la guerra porque sufría por saber si estaba bien o no. Y también unos amigos de mi padre fueron a la guerra pero amigos míos no, porque yo solo tenía 8 años, por lo tanto ellos también. ¿Cómo conseguíais comida? Con unos cupones que nos daban, para ir a buscar una barra de pan. Llegabas allí y te arrancaban un cupón y te daban la barra de pan y con eso tenías que pasar todo y el día, porque había muchísima hambre y no había suficientes alimentos. ¿Qué hacíais en el tiempo libre? Jugar en la calle con mis vecinos a fútbol, a juegos con peonzas o con palas y pelotas. Mis vecinos se convirtieron en muy amigos míos ya que eran con los únicos que jugaba. ¿Cuándo lo pasasteis peor? Durante la guerra de Europa que duró seis años. Y lo pasábamos mal por culpa del hambre porque no llegaban apenas productos de Europa y no habían alimentos. ¿De qué trabajaban tus padres? Mi padre trabajaba de representante de ortopedias y mi madre se quedaba en casa porque las mujeres casi no trabajaban. pero mi madre también nos hacia la ropa, era modista. ¿Tienes alguna anécdota de la guerra? Mi padre fue a un campo de refugiados en Francia y mi madre lo fue a buscar a Figueres, y cuando llego a Barcelona toda la familia lo fuimos a recibir en la estación de Sants. Mi padre fue al campo porque paso a Francia porque por haber luchado lo habrían fusilado y decidió esconderse en el campo. ¿Fuiste al colegio? Sí, empecé a estudiar a los siete años y en la clase éramos pocos y éramos solo chicos con solo un profesor.


Mi abuelo y mi abuela en el 1976

LA HISTORIA DE UNA MUJER MALTRATADA Montse Izquierdo, mi madre, nació el 28 de abril del 1980. Hoy nos quiere explicar la dura infancia que vivió, sus experiencias y como ve la vida después de este duro percance. Por: Laura Fernández ¿Cómo y cuándo empezaron los maltratos físicos? Bueno, pues pasó cuando aún no era más que una niña. Recuerdo que llegado a casa junto a mis hermanos. Era entrar por la puerta y ver la cara de mi padre, y ya sabíamos lo que nos esperaba; sinceramente no recuerdo el motivo de su enfado. Después de lo sucedido, ¿te sentiste culpable o viste que no era lógico lo que había pasado?


Al principio, pensaba que todo era culpa mía. Hasta que les empecé a preguntar a amigas mías si sus padres hacían lo mismo y ellas siempre respondían que no. ¿Cómo acabó este maltrato? Cuando cumplí los diecisiete años, me echaron de casa. Y no volví nunca más. Cuando acabó, decidí que nunca en la vida le haría eso a los hijos que tuviera. Hoy en día, ¿tienes algún tipo de relación con tus padres? La verdad es que no, ellos no muestran ningún interés en verme ni a mí, ni a ninguno de mis hermanos, ni siquiera a sus nietos. ¿Les guardas rencor? No es rencor, pero un maltrato durante 17 años no se olvida así como así. Los recuerdos los tengo en mi memoria y nunca en la vida, perdonaré lo que hicieron. ¿Tus hijas conocen a tus padres? Los conocen de vista, nunca han tenido una relación estrecha que se pueda decir. Nunca me he opuesto a que los conozcan y tengan una buena relación. ¿Sueles hablar de este tema con tus hijas? Mis hijas, lo saben todo. Quiero que entiendan mi manera de educarlas y por qué a veces soy demasiado tolerante

¿Alguna vez te has arrepentido de haberle dado una bofetada a alguna de tus hijas? ¿Y si es así, te ha recordado a lo que hacían tus padres? Todo el mundo alguna vez les ha dado una bofetada a sus hijos. Sí que a veces me he pasado, y me arrepiento y hacemos las paces. Cuando ellas aún eran pequeñas, era demasiado estricta con ellas, a veces me levantaba llorando y venían a animarme; fue entonces cuando entre en una gran depresión. Pero con ayuda de ellas, fui al médico y le conté lo que me pasaba y empecé a medicarme. Ahora estoy genial y soy tal como siempre he querido ser con ellas.


En 1995

MARÍA ROSA VINZIA, UNA PIONERA Mª Rosa Vinzia Uriach tiene 75 años y vive en Barcelona. Ha viajado mucho por europa y le gusta mucho conocer diferentes sitios. Vivió en la posguerra, pero aun así, como su familia tenía dinero, vivía con muchas comodidades en comparación con mucha gente. Vivió algun tiempo fuera de España ya que se fue fuera a estudiar y trabajar al mismo tiempo.Ahora os voy a explicar algunas vivencias que me sorprendieron sobre su vida. Por: Mariona Marimón ¿Viviste algún tiempo fuera de España?


Cuando tenía unos 20 años me fui a Londres a estudiar inglés, ya que, en aquella época no se aprendía tanto. Mientras estaba allí trabajaba cuidando niños y me alojaba en una casa con una familia. Un par de años después, me fui a vivir a Francia y allí estuve durante medio año estudiando francés mientras trabajaba, también, cuidando niños. Allí me alojé en una especie de buhardilla donde había una habitación para mí. ¿Tus padres estaban de acuerdo con esa decisión que tomaste de irte a estudiar fuera? No, la verdad es que mis padres estaban en desacuerdo conmigo porque en esa época no estaba bien visto que las mujeres con familias con dinero trabajaran y aún menos que se fueran a estudiar fuera del país. Mi familia no aceptaba que una chica tuviera tanta libertad, pero cuando estuve en Londres y en París pude ver que no en todos lados era así. En esos sitios la gente tenía la mente más abierta, en cambio, en España la gente era muy cerrada. ¿Tenías más hermanos? En la familia éramos siete hijos y yo era la más pequeña de cinco hermanas. Eso también influyó en la decisión que tomé de irme, ya que, ninguna de mis hermanas mayores trabajaba, eso era lo normal en una familia de clase media en esa época. Era la primera de las hermanas que salía del país y la más pequeña.

¿Qué hiciste después de estudiar en Francia? Gracias a que sabía idiomas, me contrataron para ir a Madrid y trabajar para Iberia, que era la única aerolínea en España en aquella época. En ese trabajo estaba también con más chicas jóvenes que habían ido a estudiar fuera igual que yo. Me dieron un trabajo de azafata y gracias a eso pude ver mundo y aprender muchas cosas viajando a sitios muy


distintos y que si no hubiera hecho todo aquello seguramente no hubiera conocido. Trabajé de azafata hasta que me casé después de unos 5 años y poco después tuve a mi primera hija.

ENTREVISTA A TOMÁS ORONA Tomás Orona es un hombre de 46 años que actualemente reside en Barcelona y que lleva trabajando desde los 15 años. Hoy en día, sigue trabajando mucho, muchas veces incluso 12 horas diarias. Por Òria de la Fuente. ¿Cúal fue tu primer trabajo, y a qué edad? Mi primer trabajo fue ayudar a recojer melocotones y aceitunas, y empecé a los 14 años. No era un trabajo duro, así que no me pagaban nada. ¿En qué trabajo te empezaron a pagar? Cuando tomé el relevo de mi padre en su camión empezaron a pagarme una mísera cantidad de dinero, pero suficiente para mi familia y para mí.


¿Por qué empezaste a trabajar tan pronto? Cómo mi padre enfermó, empecé yendo a trabajar con él para ayudarle, pero cuando se puso más grave, empecé a hacer su trabajo. ¿Dejaste los estudios? No, yo me coordinaba de manera que entrava a trabajar a las 8h de la mañana, y salía a las 14h. Al llegar a casa, me duchaba , comía y me iba directo al instituto. Con estos horarios acabé la ESO y el Bachillerato y empecé a estudiar la carrera de derecho, pero la tuve que dejar porque con mi nuevo trabajo no me daba tiempo a ir a la universidad y estudiar. En el instituto ¿sacabas buenas notas? Sí, nunca llegué a sacar muy malas notas porque quería tener un buen futuro para mí y mi familia. Aun así trabajando tanto como lo hacías ¿tenías tiempo para quedar con tus amigos? Sí, por supuesto. Trabajé de joven, pero aun así mis padres me dejaban salir con mis amigos si había hecho todas las tareas de casa y del colegio que me habían pedido, como a todo adolescente. Estaba bien, ya que como me ganaba un poco de dinerito para mí, me lo podía gastar en unas cervezas con mis amigos. ¿Ningún amigo tuyo te ayudaba con el camión? ¿Y tu hermano? Sí, por supuesto que me ayudaban, pero pocas veces, ya que no encontrarás a muchos quinceañeros dispuestos a levantarse a las ocho de la mañana para ir a trabajar. Mi hermano hacía lo que podía, pero era más pequeño que yo y no tenía edad para trabajar, ya que apenas acababa de empezar el instituto. ¿Te arrepientes de haber trabajado tan joven? No me puedo arrepentir, porque no fue decisión mía. Todo lo que hice fue para ayudar a mi familia económicamente, y por suerte mis sacrificios han tenido premio. Actualmente ¿de qué trabajas? Actualmente soy distribuidor de libros. Y me encanta mi trabajo porque me encantan los libros y además, de vez en cuando me puedo quedar algun libro. ¿Cuántos años llevas trabajando de distribuidor de libros?


Este fue mi segundo trabajo serio, y desde entonces no he cambiado. Mi hermano empezó conmigo y estuvo unos años, pero se marchó porque encontró un trabajo mejor. Mis compañeros ya son como mi familia, y pese a trabajar unas 12 horas diarias, ¡me gusta muchísimo ir a trabajar!

NACIDA EN PLENA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Mi abuela, Lorenza Angulo, nació en Francia en el año 1940; sus padres españoles se mudaron a Francia por trabajo y ella pasó su infancia como una francesa. Ahora con 76 años responde a nuestras preguntas. Por: Òscar Martín Chiva Naciste en 1940, en plena guerra 2ª mundial. ¿Cómo afecto eso a tu vida? En efecto, nací en plena guerra mundial. En esa época lo más normal era ver cómo los soldados pasaban por delante de tu casa con un fusil entre los brazos. Mi padre siempre me decía que eso se acabaría pronto, y que a las muy malas solo nos iríamos a vivir a otro país. ¿Cómo pasabas la pobreza de comida y recursos en esa época?


La verdad es que yo no lo pasaba tan mal como otros que veía, pero tampoco lo pasaba nada bien. Siempre que íbamos a comer (2 veces por día máximo) cogíamos una olla de unos 20cm de diámetro para cocinar normalmente algo de arroz. Todos comíamos de la olla y quien no fuera rápido se quedaba con casi nada para comer. Antes de comer siempre bendecíamos la mesa para dar gracias a Dios por esa comida, eso nunca lo olvidaré. Después, para dormir, teníamos unos sacos como de campaña. Yo era la más pequeña así que dormía con mi hermano ya que cabíamos los dos en él. ¿Cuándo llegaste a España? ¿Cómo? Llegué a España en tren cuando tenía 12 años. Mi padre tenía que trabajar aquí, así que nos mudamos todos aprovechando que las cosas en Francia se estaban tranquilizando cada vez más. Al principio no me gustó nada la idea pero, finalmente me acostumbré. En el colegio los niños se burlaban de mí porque solo sabía francés, pero a mí me daba un poco igual, podría ser porque tampoco los entendía. ¿A qué edad empezaste a trabajar? ¿De qué? Empecé a trabajar nada más cumplir los 16 años de edad en una fábrica textil. Me pagaban unas pocas pesetas por estar trabajando siete horas al día, cuarenta y dos horas a la semana. Cada domingo iba a misa a rezar con mi familia y unas amigas de la fábrica. La fábrica se cerró un año después de la muerte de Franco.

ENTREVISTA A MIS ABUELOS Mi abuelo se llama José Lou y nació el 26 de octubre del 1925 en Aragón, Teruel. Y mi abuela se llama Judit Moreno y nació el 25 de mayo del 1934 en el Barruelo se Santuyan, en Palencia. Las dos familias eran pobres, pero la familia de mi abuelo tenía lo suficiente para comer Por: Pau Marroig Lou. PREGUNTAS A MI ABUELA ¿Cómo pasaste tu infancia? En mi casa éramos muy pobres pero mis padres se preocupaban mucho por mi educación y por el respeto hacia las personas mayores. Lo primero que recuerdo es que iba a un colegio de monjas y un día que mi madre estaba enferma, mi hermana se quedó en casa cuidándola y las monjas me obligaron a ir a buscarla. Cuando llegó mi hermana al


colegio las monjas la castigaron sentándola en un banco que estaba en un patio dentro del colegio y no la dejaron ir a comer. Cuando algunas chicas de mi colegio se peleaban por el juego al que jugaban, yo siempre ayudaba a la que iba perdiendo tirando de los pelos a la otra y la tiraba al suelo y me iba corriendo. Cuando tenía 7 años nos fuimos a vivir a Utrillas para trabajar en las minas. Era en la provincia de Teruel. Estuve trabajando en las minas hasta los 9 años. Nos fuimos a vivir a Alcañiz, porque siempre nos poníamos muy enfermos trabajando en las minas. El primer día que estuvimos en Utrillas, murió mi abuela y al segundo mes, mi hermano de 6 años. ¿Cómo viviste la época de Franco? Cuando cayeron las bombas toda la gente se marchó hacia el monte para protegerse. Cuando mi hermana, mi madre, mi abuela y yo estábamos en el monte, salieron unos soldados de unos arbustos para pedirnos que nos quedáramos quietas porque estábamos en un campo de minas. Los soldados nos ayudaron a pasar el campo y cuando pararon de caer bombas, volvimos a casa. En la época de Franco mi padre estaba en la cárcel. Para comer, como no teníamos nada, después del cole íbamos mi hermana y yo a comer en un auxilio social.

¿Cuándo conociste a tu marido y cuánto tiempo paso hasta que tuvisteis hijos? Cuando tenía 17 años iba a bailar con mi hermana y con unas amigas todos los domingos y un día me pidió bailar y nos fuimos conociendo. Fuimos novios 5 años y luego nos casamos. Al año y medio de casarnos tuvimos nuestro primer hijo, tres años después tuvimos al segundo, veinte meses después a la tercera y tres años después a la cuarta. PREGUNTAS A MI ABUELO ¿Cuánto tiempo estuviste estudiando y trabajando? Yo y mi hermano fuimos a diferentes colegios: primero fuimos a uno de monjas, luego a uno particular, luego a uno nacional y desde el año 1933 al año 1936 estuvimos en un colegio de los padres escolapios. A partir de la Guerra Civil ya no fui al colegio. Cuando terminó la Guerra


Civil, a los 14 años, empecé a trabajar como aprendiz en un almacén de loza, cristal y ferretería y en ese tiempo por las noches iba a una escuela particular para ir recuperando lo que había perdido durante la Guerra Civil. Estuve trabajando allí 6 años hasta que entré en la mili porque en esa época era obligatorio hacer el servicio militar. Estuve dos años en la mili desde el 1946 hasta el 1948. Cuando volví, ingresé en la misma empresa que estaba antes de irme. Al cabo de dos años conocí a mi mujer. En esa empresa estuve 11 años. Desde los 14 hasta los 20, y desde los 22 hasta los 27. En el año 1952 empecé a trabajar con la empresa que me trajo a Barcelona. Con esa empresa estuve desde el 1952 hasta el 1966 en Alcañiz, y desde 1966 hasta el 1974 en Barcelona. Entonces una empresa compró el negocio y en esa misma empresa trabajé 16 años hasta que me jubilé con 65 años. ¿Cómo, cuándo y por qué vinisteis a Barcelona? A los siete meses de que naciera mi última hija, la empresa en la que trabajaba se trasladó a Barcelona y me ofrecieron ir a trabajar allí. Los seis vinimos en un taxi. La empresa nos dio la casa y no teníamos que pagar por nada. Como yo estaba trabajando todo el día, mi mujer se quedaba en casa cuidando a los niños. Cuando empezaron a ir al instituto, como mi sueldo no llegaba para todo, mi mujer se buscó un trabajo para los gastos del instituto, la ropa…etc. y así ganar algo más de dinero. Cosía para una empresa. Y así salimos adelante.

ENTREVISTA A JAUME AVILES Mi abuelo materno, Jaume Avilés Solans, me explica cómo fue su infancia y cómo la vivió. Por: Pol Gibanel Abuelo,¿ me podrías decir que edad tenías en la época de guerra que viviste y en qué lugar tuvo este suceso? Si, claro, tenía más o menos unos siete años y vivía en un pueblo de Igualada, Castellolí. Eso fue muy traumante, como para olvidarse de una cosa así. ¿Recuerdas alguna situación especialmente dura? Pues mira, si no recuerdo mal, estábamos en nuestra casa tranquilamente y de repente oímos unos tiroteos, que seguramente eran los soldados fusilando a alguien. Más tarde, escuchamos unos


bombardeos y gente que empezaba a gritar y corría por las calles como desesperados. ¿Y al final supisteis por qué empezaron ese tiroteo? Si, eso fue lo que más asustó a mi madre ya que veíamos a los soldados entrando a las casas civiles y matando a todos los residentes de ellas, de los ancianos hasta los recién nacidos, y cuando mi madre fue eso lo que vió nos empezó a gritar y a empujar hacia la puerta principal para salir de allí. ¿Y os separasteis o fuisteis todos juntos? Mi madre decidió separarnos, ella se quedó para protegernos y nosotros, que éramos tres, nos dirigimos fuera del pueblo. ¿Y qué hicisteis después de lo ocurrido? Aquí ya todo se acabó, para nosotros, ya que habíamos llegado a casa de nuestra tía Martha, situada en otro pueblo a más de una milla, era una zona republicana y era el pueblo de Aigues Fredes.

ENTREVISTA A: MERCEDES HERRERO Mercedes nació en Minglanilla, Cuenca, el 5 de Enero de 1939, la pequeña de tres hermanos. Sus padres, Dionisio y Josefa, se trasladaron con sus tres hijos, José, Francisco y Mercedes, tras la guerra a Barcelona, donde vivieron hasta su fallecimiento. Su padre era músico y su madre lavandera en el Balneario San Sebastián, en la playa de la Barceloneta. Mercedes trabajó como costurera en un pequeño taller del barrio gótico, aunque vivían en el barrio de Les Corts, donde conoció al que sería su esposo, Juan, natural de Barcelona, que trabajaba en un taller de serigrafía en Les Corts.Se casaron el día 22 de Noviembre en la iglesia de María Medianera, en Les Corts, y tuvieron dos hijos, Juan y Cristina. Por: Ramon Cabrero ¿Cómo fue tu infancia en Barcelona, era muy diferente de la que conocías en Cuenca?


Cuando mis padres vinieron a Barcelona, yo era muy pequeña y no recuerdo gran cosa de mi pueblo en Cuenca, así que mis recuerdos son todos de Barcelona. Vivíamos en la Calle Berguedá, en el barrio de Les Corts y jugábamos en los campos que rodeaban nuestra casa, en una antigua fábrica de ladrillos, con mis hermanos y los demás niños del barrio. En esa época los niños no teníamos demasiados juguetes y eran muy sencillos, pelotas, coches de madera, aros y alguna muñeca de trapo. ¿En la época de la posguerra, vivíais con miedo el día a día? Los niños no teníamos miedo, pero recuerdo que los adultos tenían mucho cuidado siempre porque la policía registraba a la gente en la calle o en los bares por temas políticos, buscando a personas que eran contrarias al régimen del general Franco. A muchos intelectuales de la época, cantantes, escritores, actores, se los llevaban a las comisarías y algunos de ellos fueron torturados allí o incluso asesinados por sus ideas políticas. Eso sí daba mucho miedo. ¿Pasabais hambre? Entonces no había muchas tiendas, nada parecido a los centros comerciales de ahora, solo algunas pequeñas tiendas de barrio a las que se conocía como ULTRAMARINOS, porque normalmente en las tiendas solo se podía encontrar artículos de primera necesidad como verduras, patatas, huevos, leche, algo de queso, legumbres, carne o pescado y los productos que vendían en las tiendas de ULTRAMARINOS, como latas de atún y otras conservas, jabones, algunas telas y objetos más especiales venían de ultramar en barcos. ¿Cuál fue tu primer trabajo? En casi todas las familias hacía falta dinero, así que empezábamos a trabajar muy jóvenes como aprendices en tiendas, fábricas o talleres. Yo empecé a trabajar como costurera en un pequeño taller junto a la iglesia de Santa María del Mar, en el barrio gótico y allí aprendí a conocer distintos tipos de telas, a hacer patrones y a coser prendas de vestir. Con mi primer sueldo, entonces la moneda era la peseta, me compré tela gruesa de paño para hacerme un abrigo, ya que entonces la ropa era escasa y bastante cara y para mis padres no era fácil comprar ropa para tres hijos. ¿Cómo era ser mujer en la posguerra? No era fácil, la sociedad era muy represiva en esa época, las chicas salíamos algunos domingos al baile, normalmente eran como el centro cívico del barrio y escuchábamos algo de música y bailábamos, pero no estaba bien visto que hablásemos o bailásemos con chicos, así que,


como íbamos acompañadas de nuestros padres, amigas o hermanos, muchas veces bailábamos entre nosotros mismos. El transporte público eran tranvías, se movían por raíles, como los trenes, y estaban enganchados por la parte del techo a un cable que les daba electricidad para moverse. Eran más pequeños que los autobuses de ahora y las chicas casi siempre llevábamos en nuestro monedero un gran alfiler porque era muy frecuente que algún hombre, aprovechando el poco espacio y la proximidad, se nos acercase demasiado o se le fueran las manos donde no debían y estos alfileres nos servían para que se apartasen de nosotras.

ENTREVISTA A CARMEN En esta entrevista hablaremos con mi abuela Carmen, que justamente hace poco cumplió los 86 años. Es una señora que desde muy pequeña trabajó y se crió en un pueblo de Galicia y, que más tarde, vino con su familia a trabajar a la ciudad. Por Raül Gallardo Pérez. ¿Cuándo eras pequeña, que hacías? Desde muy pequeña ayudé a mi familia en sus labores, como criar ganado y cultivar, en aquellos tiempos vivíamos en un pueblo de Galicia. Más tarde vinimos a Barcelona a trabajar. ¿Cómo fue para ti venir de un pueblo de las montañas de Galicia a Barcelona? Fue un gran cambio, tuve que dejar a mi familia y mi pueblo donde me había criado para venir a trabajar a Barcelona; para mí todo era distinto,


todo estaba mucho más avanzado que en mi pueblo y fue dificil acostumbrarme. ¿Al principio de qué trabajabas cuando viniste? Al principio me dedicaba a servir en las casas, mi tía me buscaba casas donde pudiese trabajar. Me levantaba muy temprano porque tenía que ir caminando a las casas y estaban bastante lejos y los señores de las casas querían que las cosas estuvieran hechas pronto. ¿Tuviste algún otro trabajo? Sí, también limpié en un colegio. Me levantaba a las seis de la mañana. Por suerte el colegio que limpiaba estaba cerca de mi casa. A veces, mi hijo venía a ayudarme a subir y bajar sillas para poder limpiar bien. ¿Tuviste problemas para comunicarte con las demás personas debido a la lengua catalana que se hablaba aquí? No. En aquella época el catalán se solía hablar en las casas pero en la calle y en los sitios públicos no se hablaba mucho así que no tuve muchos problemas para comunicarme. ¿Cuándo y dónde conociste a tu marido? Lo conocí en el pueblo porque él era vendedor de ganado y a veces pasaba por mi pueblo. Cuando vine a Barcelona, como él también vino, seguimos manteniendo relación.

DE PARAGUAY A BARCELONA La persona a la cual voy a entrevistar es a mi madre, Elcida. La razón por la cual la voy a entrevistar a ella es porque creo que es mujer muy valiente que supo cómo enfrentarse a la vida sabiendo que le costaría hacerlo. Por: Vanessa Ávalos. ¿Qué edad tiene? Tengo 31 años. ¿De dónde es?


Soy de Paraguay. ¿Podrías explicar un poco de tu infancia? Para mí fue una etapa increíble, en donde era una niña demasiado feliz. Me encantaba jugar, aunque era hija única. La verdad es que nunca necesité de alguien para jugar ya que siempre me imaginaba en diferentes escenarios para poder divertirme y no necesitaba tanto de mis juguetes porque consideraba más interesante mi imaginación y las cosas de mi patio: el agua, la tierra, flores, piedras… solo era cuestión de verle un lado positivo. ¿Por qué quisiste venir a España? Quise venir aquí porque en mi país no hay mucho trabajo. Hay muy poco. Yo y mi marido quisimos venir primero. ¿Tuviste alguna dificultad con el idioma? Mucha ya que en mi país se habla otro idioma, el guaraní, pero con el paso del tiempo fui aprendiendo y ahora no me cuesta mucho. ¿Cómo conseguiste una vivienda? Mi cuñada ya vivía aquí desde hace unos cuantos años así que me ofreció su casa para que pudiéramos vivir durante un tiempo. Tuve mucha suerte en eso. ¿Y el trabajo? Lo conseguí a través de una amiga, ya que ella lo tuvo que dejar por problemas personales y me lo dejó a mí. ¿Cuánto tiempo llevas viviendo aquí en España? Llevo viviendo aquí desde hace 9 años. ¿Piensas algún día volver a tu país natal? Lo pensé varias veces pero, teniendo aquí a mi familia y estando feliz… la verdad es que ya no quiero dejar este país.


ENTRE SOMBRAS Hoy voy a entrevistar a mi abuela de 73 años, nacida en Cuevas de Almanzor, Almería. Ella es ciega de un ojo y solo ve un un 10% con el otro y ha vivido mucho por lo que tiene mucho que contar así que empecemos. Por: Xavier Sales ¿Cómo ha sido tu infancia? Mi infancia ha sido en Almería, muy pobre en el sentido de la escolarización ya que solo fui a unos cursos de primaria. Tenía que ayudar a mi madre e hice grandes amigos de los cuales tengo contacto con uno. ¿Cuándo empezó tu ceguera y en qué te ha afectado en la vida cotidiana?


Justo unos meses después de mudarme a Bellvitge me quede soló con un 10% de mi visión en un ojo y un 0% en el otro. Ahora estoy jubilada pero he trabajado toda mi vida en la ONCE. ¿Hay alguna anécdota que quieras contar sobre tu ceguera? Me acuerdo de que cuando conocí a tu abuelo empezó la ceguera. Tenía miedo de decírselo y se lo dije de tal manera que no sé comó narices ¡Pensó que estaba embarazada!

RECUERDOS DEL PASADO Mi abuela se llama Marina Alemany Barreras y nació el 6 de junio de 1933. A los tres años vivió la guerra civil en su plenitud. Sus recuerdos son pocos, pero intensos. Por: Àlex Ugart. ¿Cómo pasaste la vida durante la guerra, y como hiciste para no pasar hambre? Durante la guerra, ni yo ni mi familia pasamos penurias, ya que mi madre tenía un negocio de "ultramarinos" y mi padre era el chófer de un coronel del Ejército. ¿Dónde vivías, y dónde guardabas la comida? Vivía en Barcelona, en unos bajos de la calle Muntaner, en el Distrito de


L'Eixample. Los bajos tenían un sótano destinado a almacén, que era donde almacenábamos todos los alimentos que vendíamos en el negocio familiar. Este sótano era utilizado como refugio, por mi familia, los vecinos y las "parroquianas" cuando bombardeaban la ciudad. En aquella época, la gente que no tenía dinero, no podía comer. El Ejército les daba cartillas de racionamiento, con las que podían conseguir los alimentos básicos. Las clientas de mi bisabuela, además de refugiarse en el sótano, venían a pedir comida, para poder sobrevivir. ¿Qué recuerdos fascinantes tienes? Aunque solo tenía tres años tengo recuerdos muy claros de la guerra. Recuerdo que estando en brazos de mi abuela vimos un avión de guerra pasar volando a ras de suelo por la calle Muntaner. Cuando lo recuerdo, tengo aún presente el ruido de los motores. También guardo en mi memoria cuando bombardearon el Coliseum de Barcelona. La explosión fue tan abismal que los cristales de mi casa se rompieron. Tengo imágenes de los camiones llenos de soldados y víveres recorriendo la calle Muntaner. Recuerdo también como si fuese ayer el ruido de las sirenas, cuando iban a bombardear la ciudad... mis vecinos bajaban al sótano de mi casa para refugiarse. En este sótano recuerdo que había una pared divisoria de un metro y medio donde nos apoyábamos todos mientras caían las bombas. También me acuerdo de "Negrita", la perrita de mi abuela que cuando empezaba a oír las sirenas que avisaban de los bombardeos, se iba corriendo hacia la pared donde se refugiaba, se ponía de pie en ella y empezaba a aullar como si fuera un lobo. ¿Con qué bando simpatizaba tu familia? Mi familia era republicana, pero en la posguerra se tenía que hacer pasar por franquista como muchas otras fami>AClias. ¿Recuerdas algún tipo de represión? Sí, recuerdo que en la posguerra solamente podíamos hablar catalán en casa. Si lo hacíamos fuera nos castigaban. Además de tener que escuchar el himno español cada vez que ibamos al cine... Nos obligaban a levantarnos con la mano derecha alzada y a cantar : " Cara al sol con


la camisa nueva que tu bordaste en rojo ayer ... " ¿Perdiste algún familiar o amigo/a durante la Guerra? Por suerte, no perdí ningún familiar durante la guerra, sólo recuerdo que una amiga mía perdió un ojo al explotar cerca del patio de su casa una bomba. ¿Recuerdas qué hiciste el día que murió Franco? El día que Franco murió estaba en casa como de costumbre. Recuerdo que cuando anunciaron "Franco ha muerto" me alegré. Lo celebramos.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.