discurso 8vo año sobre la temática de género

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Si nos dejara, por un momento el ruido Me toca conversar nuevamente para aclarar algunas cosas a la escuela, para charlar un instante y para decirles, acá estamos, con errores pero intentando hacer escuela. Para decirles, para decirnos que acá estamos para acompañar como hemos acompañado los últimos tiempos. Hoy es 14, y desde hace 6 años lo hemos acompañado de la mejor forma, nos hemos discutido miles de veces, pero saben que hemos estado para acompañarlos. Para brindarles dirían los mexicanos, ese apapache que siempre es necesario. Y en el tema puntual de género nos ha pasado eso. Hemos caminado y la verdad, hemos caminado lentamente. Cabe decir que las instituciones no van al ritmo de las necesidades de los jóvenes, pero particularmente este año hemos avanzado. Hagamos una mirada de todos los pasos hechos: Sostenemos el programa de la ESI con docentes de la propia Escuela, acompañamos los momentos previos a la discusión de la ley por la Interrupción voluntaria del Embarazo. Y la sostuvimos y sostenemos esos debates porque entendemos que la escuela secundaria tiene que estar para debatir las problemáticas actuales, porque la UNC en dos momentos plantea claramente que las unidades académicas y las escuelas tienen que facilitar el debate de las posturas sobre el tema, también porque la UNC toda se ha manifestado por la defensa de los derechos de nuestros jóvenes. Hemos estado poniendo el cuerpo en la discusión con los medios de comunicación de Córdoba y fuertemente, cuando tuvimos / tuve que ir a la justicia. No somos ajenos a estos tiempos y hemos dado muestras de caminar en el sentido de los vientos actuales. Hemos dado cuenta de que acompañamos nuestras palabras, con acciones y con nuestra presencia. Así en otros años, también, participamos de las marchas por la memoria, por la marcha contra la violencia institucional, por la niunamenos. La escuela secundaria debe generar esos espacios de encuentros entre todos. Generamos encuentros con voces diferentes, con referentes de nuestra ciudad. Nuestros alumnos y alumnas participaron de la vigilia en los días previos al debate por la ley. Se acuerdan la toma y nuestra presencia para acompañar las discusiones que se iban produciendo ese día. No nos fuimos, estuvimos acompañando aunque no pensáramos igual. Somos escuela en la diferencia y en el estar.


La Escuela es eso, un espacio de formación académica pero también un espacio de discusión y construcción de consensos en términos colectivos. También fijamos nuestra posición respecto a los escraches. Entendemos y entiendo que los mismos tienen significado cuando la justicia no ha actuado y no actuará. Siempre hemos sostenido la importancia del proceso en todo juicio. Es lo que, en tiempos del terror, siempre hemos reclamamos para nuestros hermanos. Y para estas situaciones que estamos hablando, sostenemos lo mismo. Debe haber un proceso para poder saber con certeza que pasó. Indudablemente llevan otros tiempos. Recordemos los tiempos que implicaron los juicios de Lesa Humanidad. Tiempos largos y duros pero convencidos que es el camino que hemos elegido. Nos consolidamos como comunidad cuando actuamos así. Nuestra democracia se consolida cuando se llevan a cabo esos procesos. Encontré hoy una cita de Rita Segato, antropóloga y feminista argentina que dice: “Si las feministas en términos históricos hemos defendido el derecho al justo proceso, no podemos defender el escrache. Tiene que haber un derecho a la interlocución con el acusado, si no estamos cayendo en los mismos funcionamientos de aquellos que consideramos ser nuestros antagonistas de proyecto histórico. Yo no quiero un cambio de manos del poder, de la capacidad de opresión, de la reducción del otro mediante la burla y el escarnio: estamos luchando por un mundo diferente no por un mundo igual en otras manos”. En ese camino de generar los espacios para que nuestros alumnos/alumnas se sientan dentro del colectivo incorporamos cambios fundamentales en la lógica de la escuela como reconocer la identidad autopercibida de nuestros estudiantes y la generación de un baño sin género. Tema concreto que genero mucho debate sobre todo en los medios. Nuestras alumnas y alumnos realizaron también, reclamaron a través de denuncias en las redes. Pero en la lógica que les dije anteriormente Tuvimos que acudir al programa de género de la UNC para aclarar el contexto y las líneas de acción. También aprendemos en el hacer. Cada situación nueva, nos produjo encuentros desencuentros entre nosotros. ¿Quién dice cuál es la respuesta correcta? ¿Quién marca lo que es bueno o malo?


Creemos y hemos sostenido que es así el proceder de la justicia que siempre hemos demandado. Pero no nos quedamos quietos y hemos caminado en estas últimas semanas al impulsar la comisión inter-claustro de género y la consejería para abordar la problemática de violencia de género. Son caminos que vamos trazando y caminos que corregimos. Hemos habilitado los espacios para discutir y consensuar. Hemos puesto los equipos docentes para acompañar a los jóvenes en sus discusiones. Nos hemos hecho cargo de estar presente en estos tiempos. Esta Escuela se opone a cualquier acto de violencia que ocurra en la institución o fuera. Ya lo hemos dicho, acompañamos, acompañamos en cada instancia que hay que marchar y estar contra la impunidad y la violencia hacia los jóvenes, principalmente. Cada uno de nosotros sabe cómo la Escuela se pone frente a la injusticia y la soberbia. No dudemos de esto. Estos últimos años, les han enseñado que hacer, cómo actuar, que les gusta, que les da bronca. Estas respuestas también la produjeron y aprendieron en esta Escuela. La memoria del rio Estamos en pleno proceso y no siempre nos ha resultado fácil. A veces, hemos tenido mucho ruido en nuestras decisiones, muchas dudas entre nosotros. Nos ha costado aprender a escuchar y permitir que el silencio nos deje escuchar las palabras del otro. Tenemos que permitir que el ruido cese, que las turbulencias del río se calme, que el rio de la comunidad recupere el cauce y nos podamos reconocer. En este tema puntualmente, el camino empezó a trazarse, sólo le pedimos que nos acompañen en él, que la familia pueda reconocer lo que la escuela plantea, que podamos entender la mirada de la familia, que podamos entendernos y vernos como una escuela preuniversitaria y pública y por ende con responsabilidad como las que fija la UNC. Seremos mejores si nos autorizamos a mirarnos y entender y reconocer las demandas de los otros. Que no nos gane el ruido, que el silencio, nos permita escucharnos… La Escuela tiene memoria y sabe cómo estar mejor, sólo hay que darnos chance de escucharla. Gracias por escucharme, un rato. Volveré más tarde... para no extrañarlos tan rápido.


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