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Mano a mano: Heriberto Murrieta y Juan Antonio Hernández
from Autlán 2016
by FCTH
Fotos y texto por Carlos Efrén Rangel
Casa Toreros realizó en el marco del carnaval Autlán 2016 una serie de actividades culturales para promocionar la fiesta brava y “calentar el ambiente” de cara a un atractivo serial vivido en esta edición carnavalera. Los primeros en salir al ruedo fueron dos caras y voces reconocidas de los medios de comunicación: Heriberto Murrieta y Juan Antonio Hernández. La trayectoria de estos dos comunicadores es muy conocida en Autlán, a Murrieta se le sigue desde el ya lejano noticiero con Zabludovsky, hasta su dilatada participación en radio con el programa Espacio Deportivo que se escucha en Autlán en una radio local. Juan Antonio Hernández también es reconocido por los aficionados autlenses gracias a su programa México Bravo, de difusión en la televisión por cable y por internet. Esa fama que arrastran provocó que el auditorio del Museo Regional de las Artes tuviera un lleno hasta el reloj el martes 2 de febrero. Con aficionados viejos, público nuevo. La misión se cumplió y los alternantes dieron razón a los asistentes en una amena plática. Murrieta a quien los aficionados siguen llamando con afecto “Joven Murrieta” fue el primero en aparecer en escena y durante poco menos de una hora presentó dos libros. El primero: “Pancho Flores, el arte de la pintura taurina” y el segundo “José Tomás, volver a vivir”.
Precisamente sobre este tema se revivió uno de los episodios más emblemáticos de la Alberto Balderas en Autlán, cuando la tarde del 18 de febrero de 1996 un toro de Begoña le partió la femoral a José Tomás. La sangre de los autlenses que hicieron fila en la clínica del Seguro Social para donarle al de Galapagar y la pericia del cuerpo médico local hicieron que en esta tierra se salvara por primera vez a la máxima figura del toreo mundial. Murrieta abonó a la discusión sobre la postura que debe mantener el aficionado para defender la fiesta de los toros. Aparecen conceptos como la tolerancia y también el de profesionalizar la fiesta. Hubo después un espacio para la firma de libros en que “El Palomo” atendió con calidez a su público. El serial completo de conferencias giró en torno a la defensa de la fiesta. Sobre eso abonó mucho Juan Antonio Hernández “El torero”. Si bien dijo que un argumento es que se trata del espectáculo más viejo de México, también debe modernizarse. Puso como ejemplo que en 1928 a los caballos del primer tercio se les vistió con un peto, y a muchos no les gustó. Sin embargo cuatro años después su uso fue generalizado, se le quitó lo patético de ver caballos despanzurrados. Defendió que para que la fiesta prospere se debe ser exigentes y pedir su evolución de cara al siglo XXI. Expuso dos ejemplos: el arrastre de los despejos de los toros se hacía con mulillas débiles, parte del espectáculo pero decadente. Así que a un matador se le ocurrió rentar un tiro de caballos percherones, que le han dado señorío a esta práctica ahora ya difundida.
En ese sentido propuso algunos temas que tendrían que regularse: los tiempos muertos cuando un toro se regresa vivo a los corrales. Las pocas condiciones físicas y taurinas de algunos subalternos. El uso de la Puya Leona –una puya de exageradas proporciones que hacen daño a los toros- y que todo esto, termina por crear situaciones grotescas, que es necesario exigir que se eliminen. La única desavenencia que tuvieron los alternantes de este mano a mano opinativo, fue en cuanto a la música en los festejos. Pues mientras para Murrieta defendió al silencio como opción, el Torero se pronunció por darle gusto al público, asumiendo que la fiesta es propia de cada plaza y que quien paga es quien manda. Se refirió a “Pelea de Gallos” en Aguascalientes o a un “Viva Autlán” aquí como un “segundo himno nacional” en que los toreros son sensibles a la alegría del público y pueden reflejar en ello, una gran faena. Al final del encuentro el nutrido público se acercó a los alternantes para estrecharlos en un saludo y tomarse la foto, lo que acrecentó el encuentro íntimo entre la afición y estos dos carismáticos comunicadores.