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Caro Gil, Antonio “Caro Gil”
from De Ilusión y Oro
by FCTH
el toro “Locura”, negro, número 72 y 530 kilos, de la ganadería de Manolo González, que su padrino Manuel Jesus “El Cid” le cedió en presencia de José María Manzanares. Cortó una oreja al burel del doctorado y las dos al que cerró plaza y salió a hombros en solitario como máximo triunfador del festejo. Terminó su primera temporada con 3 corridas de toros en las que cortó cuatro orejas, y en 2009 descendió a 2, pero con corte de ocho orejas. En 2010 toreó una sola corrida en la que cortó tres orejas; 1 en 2011 sin trofeos, y otra en 2012, la ultima de su carrera profesional, en Osuna (Sevilla), el 26 de febrero. Fue un festejo mixto con reses de Benítez Cubero, en el que alternó con el granadino Alejandro Enríquez y el novillero Javier Ortiz, que cortaron ambos un apéndice en su primer oponente. Angel Luis Carmona también cortó una oreja en su primero y fue ovacionado en el otro. Inmediatamente cambió el oro por la plata e ingresó en la cuadrilla del novillero cordobés Javier Moreno “Lagartijo” haciéndose cargo incluso de su dirección artística cuando aún el novillero toreaba sin picadores. Al final de 2013 Ángel Luis Carmona anunciaba la ruptura en cuanto a la dirección artística, que por otro lado fue muy fructífera, pues el novillero cordobés ya debutó con picadores y toreó 16 festejos en los que cortó veintidós orejas y dos rabos. Pese a no dirigir al novillero “Lagartijo” Angel Luis Carmona continuó en su cuadrilla como banderillero.
cAro gil, antOnIO
Matador de toros y banderillero natural de Jerez de la Frontera, concretamente de la pedanía Mesas de Asta (Cádiz), donde nació el 5 de octubre de 1982. Alumno de la Escuela Taurina de Jerez en la que ingresó a la edad de ocho años aprendió a banderillear. El matador de toros Antonio Lozano se ocupaba de los más mayores, y los profesores Rafaeli y Cámara de los mas jovencitos. Allí estuvo hasta que tuvo dieciocho años. “Me llevaba muy bien con Ojedita, aunque era algo mayor que yo, con Álvaro Márquez o un chaval de Villamartín que venía en autobús todos los días, como yo, y esperábamos juntos a que abrieran. También me llevaba bien con un alumno de Lebrija. En la escuela toreé mucho a lo largo de los siete años que estuve. Participé en algunas competiciones y tuve buenas actuaciones en plazas como Algodonales, Olvera, Alcalá de Guadaira, Sanlúcar...pero el año fuerte fue el último, con diecisiete años”. Se refiere a 2001, año que toreó en la feria
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de El Puerto y de Jerez con un gran triunfo, y en Algeciras, en novillada televisada en la que ganó la competición. También toreó en Jaén y en Olivenza con motivo de un encuentro internacional de escuelas que también ganó el joven Caro Gil. Luego ganó la competición provincial y toreó en Lorca, donde cortó cuatro orejas...y después, Ronda y Sevilla...y se interrumpieron los triunfos porque un automóvil lo atropelló cuando circulaba en su motocicleta y le fracturó la tibia y el peroné. Ese año se hizo cargo de su apoderamiento Juan Reverte, aunque también estuvo en conversaciones con los Hermanos Lozano, la Casa Balañá y hasta con Palomo Linares. Con gran ambiente debutó con picadores el 9 de junio de 2002 en Vera (Almería), en una corrida mixta en la que alternó con Pepín Jiménez y Javier Conde con astados de la ganadería de “Torrestrella”, obteniendo un gran triunfo al cortar tres orejas. Ese año toreó en El Puerto y después de haber hecho dos excelentes faenas le echaron los dos novillos al corral tras escuchar los avisos reglamentarios de la presidencia.”Y sin embargo me pidieron con mucha fuerza dar la vuelta al ruedo, aunque me negué; aquella noche me entrevistaron en la cadena SER. De no haber sido por la espada habría cortado cuatro orejas y un rabo. Aquello fue un triunfo fuerte, porque luego toreé otros cuatro años seguidos en El Puerto”. El año siguiente –2003– se presentó en Madrid, el 8 de agosto, de rosa y oro, en la 4ª novillada del VI Certamen Nacional de Novilleros, lidiando novillos de “Guadalmena” con Manuel Libardo, de Colombia, y Alberto Aguilar, que también debutaban esa noche, que fue televisada por Canal Plus. Caro Gil, que abrió plaza fue ovacionado con el novillo de su presentación, “Luminoso”, colorado, número 43, al que cortó las dos orejas, y se silenció su faena al cuarto de la corrida. Caro Gil, que salió a hombros por la puerta grande de Las Ventas no pudo tener mejor acogida por la prensa especializada y por la afición en general. Repitió actuación en Madrid el sábado 16 de agosto, en la Final del VI Certamen Internacional de Novilleros, acartelado con Fernando Cruz y Sergio Marín, que se las entendieron con 4 novillos de “La Guadamilla”, 1 de “El Serrano” (5º), y 1 de Félix Hernández Barrera (6º). En esta ocasión el menos afortunado fue él que tuvo un balance de saludos y palmas, mientras que sus compañeros cortaron cada uno una oreja. Pese a todo repitió una tercera vez, el viernes, 3 de octubre, 1ª Corrida de la Feria de Otoño, con novillos de Criado Holgado, alternando en su lidia con Fernando Cruz y Sergio Marín. Tampoco estuvo afortunado y se silenciaron sus faenas, mientras que Fernando Cruz volvió a cortar una oreja a su
segundo oponente, cuarto de la corrida. La temporada de 2004 empezó triunfal para él, porque el 10 de abril cortó nada menos que cuatro orejas en la plaza de Arles a sus novillos que lucían la divisa de “Martelilla” y fue considerado como el novillero promesa de la torería, toda una revelación que la afición esperaba ansiosa poder ver, y de nuevo hizo el paseíllo en Las Ventas ese año, el viernes, 30 de abril, en la 2ª corrida de la Feria de la Comunidad, alternando en la lidia de novillos de la vacada de “Alcurrucén”, con Fernando Cruz y Luis Bolívar. Fernando Cruz brindó su segundo novillo, el cuarto de la tarde al que cortó una oreja, al matador de toros Curro Vázquez. Caro Gil no tuvo su tarde y se silenció su primera faena al segundo de la tarde y fue pitado en el otro. La temporada siguiente, la de 2005 fue el principio del fin. Su estrella comenzó a perder brillo, y las circunstancias ayudaron. Caro Gil sufrió varias cogidas que supusieron un fuerte frenazo a su carrera aunque tuvo triunfos muy importantes. “En Arles, aunque me llevé una cornada, corté cuatro orejas, con fuerte petición del rabo pero pinché; Iba con Miguel Angel Perera y Luis Bolívar. Vera fue la plaza donde más toreé. Toreé bastantes novilladas con Alejandro Talavante a quien también llevaba Reverte. En Arnedo un novillo me partió el cúbito a portagayola. Varias lesiones de hueso me pararon bastante y tuve que ponerme a trabajar. De pronto Reverte montó un mano a mano con Talavante ante novillos de Salvador Domecq, y yo corté cinco orejas y un rabo por tres orejas del pacense. Mi despedida de novillero fue en Sevilla, sin trofeos pero con buenas crónicas. En total fueron unas setenta y tantas novilladas con caballos”. La temporada de 2006 fue similar y antes de que su estrella perdiese totalmente el brillo decidió tomar la alternativa en El Puerto de Santa María, de celeste y oro, el 29 de julio de 2007, con Julián López “El Juli” de padrino y Cayetano de testigo con toros de Núñez del Cuvillo. El toricantano fue avisado por culpa de la espada en el toro del doctorado “Campesino”, negro, de 500 kilos, pese a lo cual dio una vuelta al ruedo. En el que cerró plaza fue ovacionado. Cayetano resultó cogido de carácter grave y Caro Gil tuvo que matar tres toros. Lo cierto es que pudo haber tenido un triunfo grande pero la espada, que fue siempre su punto debil lo privó de ello. Después toreó en Pedro Muñoz con corte de dos orejas, y en septiembre toreó en Vera con Rivera Ordóñez y Curro Díaz en corrida televisada por Canal Sur con un gran triunfo al cortar cuatro orejas. Luego cogió dos sustituciones de Cayetano en Lorca (Murcia), con El Cid y El Fandi, con corte de dos orejas, y en Hellín, con Jesulín de Ubrique y César
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Jiménez, con corte de otras dos orejas. En Santomera (Murcia), alternando con El Capea y Julio Benítez cortó nada menos que cuatro orejas y dos rabos. “Fue una temporada redonda, con pocos festejos pero con figuras, y en Chiclana me dieron el Premio al Recuerdo por mi actuación en El Puerto”. En 2008 solamente toreó 5 corridas, todas ellas en plazas de poca importancia, aunque triunfando en la mayoría de ellas. En Caravaca cortó tres orejas; Después Cieza y Jerez, con José Tomás y Juan José Padilla, donde a pesar de pinchar a sus toros (como siempre), fue una de las mejores faenas de su carrera. Después tuvo un fracaso espantoso en El Puerto y lo dejó su apoderado de siempre, Reverte, y se hizo cargo de la dirección de su carrera José Miguel Ojeda, que no funcionó. En 2011 Reverte le hizo unas cuantas corridas, como Huércal Overa (Almería), con las cámaras de televisión, pero tampoco salió. Su estrella, definitivamente había perdido la luz. Continuó toreando varias temporadas más corto número de festejos y generalmente en plazas de pueblos, como en 2013, por ejemplo, que sumó 4 corridas: Ubrique, Montoro, El Puerto, donde cortó una oreja a cada uno de sus toros y resultó herido; y Vera (Almería). Ya durante esa temporada actuaba como sobresaliente cuando se lo proponían. Los contratos descendían progresivamente cada temporada y en 2015 solamente toreó una corrida en Sanlúcar, el 27 de septiembre donde triunfó a lo grande cortando una oreja a su primero, y haciendo una faena que quedó para el recuerdo de los aficionados en el segundo de sus toros, pero como siempre, falló a espadas y el premio quedó reducido a una oreja pese a todo. En 2016 volvió a torear una única corrida de toros, también en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), el 2 de octubre, con toros de Domínguez Camacho, alternando con Fran Gómez y Antonio José Blanco, y “...monté dos líos, uno en cada toro. En el primero, animal con ímpetu, hice tres quites seguidos (lo que no había pensado nunca ni en los entrenamientos) y mantuve un nivel alto con la muleta, aunque la espada me quitó los trofeos. En el segundo decidí mostrar el toreo que a mí me gusta, reposado; allí salió lo que había soñado muchas veces toreando de salón, cuando me preguntaba si Dios me permitiría alguna vez desarrollar lo que yo llevaba dentro. Fue como una compensación por tanto tiempo esperando en el banquillo. Corté una oreja, otra vez por la espada, pero el triunfo no son los apéndices sino que tu actuación se quede en la mente de los aficionados por mucho tiempo”. Esta fue su última corrida como matador de toros. Había toreado 70 novilladas picadas y 18 corridas de toros en nueve años desde que tomó la alternativa de matador de toros. Santi Ortiz, que
sabe de toros un rato largo como dicen los castizos, escribió dos días después de la corrida en el “Diario de Cádiz” una bellísima crónica con el titular de “Caro Gil, torero para románticos”, que transcribo íntegramente porque nos da el perfil clarísimo de la personalidad del torero: ¿Quedan románticos todavía en este mundo de los toros? ¿Quedan idealistas capaces de anteponer sus convicciones al utilitarismo y rentabilidad imperantes? ¿Queda algún “loco” de la cuerda de aquel Domingo González Mateos, padre de los Dominguines, que apoderó a Cagancho con sólo verle toreando en una fotografía? ¿Queda entre nuestros taurinos contemporáneos algún vestigio de aquella genialidad; alguien que sepa rescatar el verdadero talento del páramo de mediocridad donde nos desenvolvemos?... Pues si existe alguno, si aún queda algún raro ejemplar de esa especie a extinguir, que sepa que por ahí anda un torero fuera de serie que está pidiendo a gritos alguien que lo sepa comprender; alguien romántico, idealista, “loco”, que se enamore de su luz y no se asuste de sus sombras, que tenga dentro la semilla de la genialidad para apreciar en lo que valen los tesoros e irregularidades del genio. Ese torero, pese a lo poquísimo que torea, dejó que la impronta de su arte –de su arte y su singularísima personalidad– nos marcara a fuego el sentimiento a todos los que acudimos a verlo el pasado domingo en Sanlúcar de Barrameda. Por encima de lo que hizo –que fue mucho y bueno a pesar de las lógicas imperfecciones en quien se pone delante de los toros de higos a brevas–, nos dejó clavados en la mente la proyección de lo que puede ser, las cotas que puede alcanzar, la dimensión a la que puede proyectarse. Ese torero se llama Antonio Caro Gil y sigue siendo feliz cuando torea a su gusto, como ocurrió en Sanlúcar. Ese torero, con todos sus pros y todos sus contras, no ha dicho todavía la última palabra. Simplemente, espera un romántico, un idealista, un “loco” que crea de veras en él y lleve su nombre a los carteles. Ni más ni menos”. Y el mismo día, 4 de octubre, en el portal taurino “Cultoro”, otra bellísima crónica que titulo “Caro Gil, torero de romance” que no me resisto a plasmar para ayudar a conocer a este torero: “Unos dicen que es raro; otros, que está loco. Algunos le acusan de haber “perdido el tren” y son mayoría los que le tachan de incurrir en una más que extrema desigualdad. Sin embargo, cuando le soplan las musas, como el pasado domingo en Sanlúcar de Barrameda, como en El Puerto con aquel toro de Ana Romero, como en la tarde de su alternativa, como en aquella salida novillera a hombros de Las Ventas, como en tantas y tantas otras tardes; cuando se deja acariciar por la inspiración y se abre al toreo como una flor de embriagador