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Dregorio Aguilar, Sergio “Sergio Aguilar”

condiciones profesionales de su carrera, y en 2009 puso punto y final a su carrera de matador de toros en La Granja de San Idelfonso, el 25 de agosto en una corrida en la que se lidiaron toros de “Valdellán” por los matadores Javier Castaño y José María Lázaro. La estadística de su carrera es de 65 novilladas picadas y 3 corridas de toros. Aunque se retiró como matador de toros no lo hizo de los ruedos donde permanece como un buen banderillero.

dregorio AguilAr, sergIO

“SERGIO AGUILAR”

Matador de toros y posteriormente banderillero nacido en Madrid el 24 de julio de 1980. Alumno de la Escuela Taurina de Madrid despuntó muy pronto con fuerza por su concepción del toreo puro que tanto desea la afición entendida. “Mis inicios como torero fueron por mi padre, me empecé a aficionar por él. Entré en la Escuela, después fui becerrista, novillero sin caballos, con caballos...Toda mi vida el toro ha sido el centro. Esa época es la mejor. Uno empieza con todos esos sueños, con toda la inocencia. Viví la época dorada de la Escuela con novilleros funcionando como Luis Miguel Encabo, Uceda Leal, Cristina Sánchez, y luego teníamos el espejo de Joselito que ya era figura y había salido del mismo lugar que nosotros. En ellos veíamos lo que soñábamos”. Tras el lógico rodaje como novillero sin caballos por las plazas de los pueblos, debutó con picadores en San Cristóbal (Venezuela), el 27 de enero de 1999 en un cartel en el que alternó con Ignacio Garibay y “Morocho” con utreros de “Rancho Grande”. El 9 de abril del año siguiente (2000), se presentó en Madrid alternando con Sebastián Castella, que se presentaba en dicha plaza, y Alberto Alvarez en la lidia de seis utreros de “Peñajara”. El festejo se formó con los triunfadores del III Encuentro Internacional de Novilleros de San Sebastián. Sergio Aguilar, de grana y oro, cortó una oreja al toro de su debut, “Sestrero”, colorado, número 44 y 521 kilos de peso, pero en contrapartida, resultó herido leve. Esta oreja tuvo su repercusión, ya que en 2001 fue contratado para torear el domingo, 1 de abril junto a Abrahán Barragán y Leandro Marcos en la lidia de novillos de Román Sorando Herranz. No le acompañó la suerte en esta ocasión a Sergio Aguilar, que vio como se silenciaban sus faenas y escuchaba sendos avisos presidenciales. Aún así la calidad de su toreo se dejó ver y fue repetido el lunes, 21 de mayo, décima corrida de la Feria de San Isidro, con tiempo lluvioso y ventoso, con Reyes Mendoza y Julio Pedro

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Saavedra, que debutaba ante la afición madrileña, y novillos toros de Baltasar Ibán Valdés. De nuevo se silenciaron sus faenas pero en 2002 repitió paseíllo en Las Ventas, prueba evidente de la profundidad de su toreo aunque en las anteriores oportunidades no le sonriera la suerte. Fue el martes, 19 de marzo, alternando con el cordobés Reyes Mendoza hijo del banderillero “Niño de las Monjas”, y Matías Tejela, de Málaga, que debutaba en Madrid con novillos de “Peñajara”, (2º, 3º, 4º y 6º), y dos de “Navalrosal” (1º y 5º), y no debió disgustar su toreo aunque se silenciaran sus faenas, cuando fue contratado de nuevo para torear el día 20 de mayo, lunes, en la décima corrida del ciclo ferial isidríl, con novillos de “El Serrano”, que ese día adquirió antigüedad, junto a “El Jarocho” y Andrés Palacios. De nuevo el balance de su actuación fue de silencio en ambos toros y de nuevo hizo el paseíllo en el coso venteño el domingo, 8 de agosto, esta vez acartelado con Antonio José Blanco y Salvador Cortés, de Sevilla, ambos nuevos ante la afición madrileña. El presidente estuvo desafortunado, y tras haber hecho el paseo las cuadrillas, ordenó guardar un minuto de silencio por la muerte de “Manolo Chopera”, empresario de la plaza muchos años. Sergio Aguilar dio una vuelta al ruedo tras enviar al desolladero a su primer oponente y se silenció su labor en el quinto, de Francisco Campos Peña, como todos los de la corrida. Este éxito le valió para torear el domingo siguiente, día 15, con José Manuel Samos y César Girón, y tras el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del diestro mejicano de gratísimo recuerdo “El Calesero”. También se silenciaron sus dos faenas con sendos avisos de la presidencia y ya no volvió a pisar el ruedo de Las Ventas hasta el domingo, 30 de marzo, para lidiar novillos de “Retamar”, que ese día adquirió antigüedad, con el sevillano Enrique Peña, que debutaba en Madrid, y Luis González. Aunque el tiempo se presentó frío y lluvioso, Sergio Aguilar calentó los tendidos y dio una vuelta al ruedo en el que abrió plaza, y de nuevo, se silenció su labor en el segundo de su lote, en el que escuchó dos avisos presidenciales. Esta sería su despedida como novillero en Madrid, porque el siguiente paseíllo que hizo en el coso venteño fue para recibir el doctorado, de blanco y oro, el 4 de junio de 2003 de manos de José Miguel Arroyo “Joselito” con Víctor Puerto de testigo. Los toros fueron de Partido de Resina (1º, 2º, 3ºy 5º) y dos del Marqués de Albaserrada (4º y 6º). Era la vigésimo quinta corrida de la feria de Sam Isidro y llovió durante la lidia del primero, “Venezolano”, cárdeno, número 37, de 551 kilos, que brindó a su apoderado Antonio Corbacho. “De novillero tuve ambiente pero las lesiones

me frenaron mucho. Tuve una buena actuación en Madrid en mi tercera temporada como novillero y Corbacho consideró que estaba preparado. La tomé unos meses más tarde, en la feria, con Joselito y Víctor Puerto, con una corrida de Partido de Resina (antes, Pablo-Romero). Hice un esfuerzo porque me había roto el peroné unas semanas antes”. Al finalizar el año debutó en América el 28 de noviembre, concretamente en la plaza de San Luis de Potosís (Méjico), con cinco toros de “Guaname” y uno de “La Guadalupana”, alternando con Jerónimo y Leopoldo Casasola. También hizo el paseíllo el rejoneador Jorge Hernández. Sergio Aguilar, de verde esmeralda y plata, fue ovacionado con el toro de su presentación, “Triunfador”, marcado con el número 123 y escuchó palmas en el otro. Continuó toreando corto número de festejos durante las temporadas siguientes, ya que por esas fechas Sergio tuvo un problema con uno de sus apoderados, al mismo tiempo banderillero de su cuadrilla: Juan Carlos Aranda, que él mismo contó en una carta al portal taurino “Cultoro”, que por su interés reproducimos para poder tener una idea del momento tan delicado que atravesaba en su carrera y cuáles eran las condiciones psicológicas y económicas del torero en esos momentos: “Yo firmo un contrato en octubre del 2006 con Rodríguez Vélez, padre e hijo, al que se suma Luís Carlos Aranda, que tenía una duración de tres años. En 2007 se desvinculan de mí la familia Rodríguez Vélez y, ya en 2008, comienzo a ser apoderado por Javier Chopera y Gabriel de la Casa que hacen su trabajo y me consiguen cuatro corridas hasta el mes de Mayo, en ese tiempo Luis Carlos seguía en el equipo como banderillero sin aportar nada como apoderado. En ese mes de mayo se termina el apoderamiento con Gabriel de la Casa y Javier Chopera. Luis Carlos Aranda también decide desvincularse de mi carrera y dejar de ser mi banderillero. Yo respeto su decisión y termino esa temporada sin apoderados. En 2009 se hace cargo de mi carrera en solitario Mateo Carreño. Esas son mis temporadas mientras estaba en vigor el contrato con Luis Carlos. En referencia al artículo que hizo la Unión de Toreros, está claro y lo dice de una forma muy clara, que las soluciones judiciales han de ser acatadas y respetadas, lo dice la Unión de Toreros y lo digo yo también. Desde que la sentencia es firme, la primera corrida que he toreado ha sido la de Madrid, a la cual Luis Carlos Aranda solicita al juzgado el embargo de la totalidad de los honorarios, incluidos los de la cuadrilla, ocurriendo más de los mismo en la corrida de Vic Fezensac. Nosotros, como es lógico, recurrimos y solicitamos que se embargasen únicamente mis honorarios estrictos, pero no la

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parte que corresponde a sueldos de la cuadrilla y gastos generales. Luis Carlos Aranda decide recurrir, porque no está de acuerdo, y sigue pidiendo al juzgado la totalidad de lo que se cobre, rechazando también un acuerdo que se le propone desde la Unión de Banderilleros y Picadores (del cual puede dar fe su presidente) para que respete el sueldo de sus “compañeros”. A mí en estos momentos aún no se me ha comunicado nada sobre si se va a respetar el sueldo de sus compañeros, que si es así por mí encantado, ellos no se merecen verse involucrados en estos temas. Además entiendo el artículo de la Unión de toreros pues hace referencia a lo que puede ocurrir con los apoderamientos, y bueno, explica dos casos, como son el mío en el cual alguien puede llevarse el dinero de las comisiones de las corridas aún no ejerciendo ese trabajo, que sí lo ha realizado otra persona y ha cobrado por ello. Y el de Adrián de Torres, en el cual Luis Carlos Aranda no se ha pronunciado para nada, no sé por qué será. YO soy torero y mi trabajo es torear, pero con las medidas que se están tomando en mi contra, hacen que me sea muy difícil, porque cada vez que toreo me genera una nueva deuda con mi cuadrilla. Luego, también dice Luis Carlos Aranda que mis intenciones son las de no pagar, y eso no es cierto, ya que Luis Carlos Aranda sabe que si así fuera ¿porque nosotros no recurrimos el embargo que solicitó de las devoluciones que tuviera de Hacienda? Por lo que yo sé, ya se ha llevado más de 6.000 euros. Y con respecto al asunto de Emilio Rivero, que malintencionadamente se ha sacado en las redes sociales, quiero dejar claro que yo con Emilio tuve un mal entendido, pero que este es un señor que se viste por los pies y del que solo tengo buenas palabras. Por último, me gustaría que ningún torero tenga que pasar por estas situaciones como la de Adrian de Torres o la mía, y por eso la Unión de Toreros hizo ese artículo. Cosas como estas no benefician en nada a la tauromaquia, es una pena que en unos tiempos donde el toreo está siendo atacado surjan problemas como este que no hacen sino dar una mala imagen de nosotros. No quería despedirme sin daros las gracias por la llamada, por dejarme expresarme, creo que el aficionado debe saber mi versión de los hechos, para así luego poder opinar con conocimiento de causa. Sergio Aguilar”. Así las cosas decidió retirarse de los ruedos en 2015, cosa que llevó a cabo en la corrida celebrada en Madrid el 3 de mayo con toros de “Carriquiri” alternando con el linarense Curro Díaz y Leonardo San Sebastián que confirmó su alternativa. En esta postrera corrida, Sergio Aguilar lució un terno lila y azabache y el balance de su actuación fue de silencio y ovación en el último de su carrera.

Había toreado 81 novilladas con picadores y 99 corridas de toros. Tras su retirada, decidió regresar a los ruedos, pero de banderillero, decisión que hizo pública a los medios informativos el 1 de junio de 1917 en una entrevista ofrecida a Jorge Casals: “Mi carrera estaba muy estancada y como lo que más me llena es esta profesión, quiero seguir en ella. Dar el paso no ha sido fácil pero me siento orgulloso de lo que he hecho porque amo esta profesión y estoy satisfecho de poder seguir vistiéndome de torero. Acabo de dar el paso y de hacerlo público. Los compañeros me conocen y saben de mi oficio y mi carrera”. Y en una entrevista ofrecida a Gonzalo I. Bienvenida de la revista “Aplausos”, número 2.161, correspondiente al lunes, 25 de febrero de 2019, el diestro reconoció que “Las cosas son como son. No le puedo echar la culpa a nadie, ni tampoco quiero hacerlo. La falta de contratos, las propuestas indignas, el amor a la profesión que siempre he estado ahí. Estaba convencido de que en esta nueva etapa, a lo mejor, podía alcanzar un puesto en las grandes ferias. Lo tomé con naturalidad y humildad”. Y prosigue el torero: “El primero que me llamó fue Paulita, debuté con una corrida de Miura en Ceret (Francia). Antes de eso toreé una novillada que me proporcionó Ángel Gómez Escorial y me vino bien para romper el hielo. Después he toreado con los hermanos Adame, con Manolo Sanchez en su reaparición de Valladolid, con Álvaro Lorenzo, con Ángel Sánchez, con Francisco de Manuel, y algunas tardes con El Juli y Talavante”. La carrera como matador de toros de Sergio Aguilar estuvo marcada por los altibajos por distintas circunstancias, una de ellas los graves percances sufridos, que al final desmoralizaron al diestro y decidió cambiar el oro por la plata. El percance más grave lo sufrió en la plaza de Bilbao el 22 de agosto de 2010, una cornada en el cuello por el segundo toro de la corrida cuando estaba igualándolo para entrar a matar. El toro tuvo que ser estoqueado por Antonio Barrera. La herida fue muy similar a la que sufriera el diestro Julio Aparicio el 21 de mayo en Madrid, entrándole el pitón por debajo de la mandíbula y saliéndole por la boca. Sergio Aguilar fue operado en la enfermería de la plaza, donde al final, fuentes médicas de la misma indicaron que la situación estaba controlada porque “respira bien, mueve la lengua e incluso puede hablar”. Además, fue operado de una cornada subcutánea de quince centímetros en el muslo izquierdo. Una vez concluida la operación fue trasladado al Hospital de Cruces de Bilbao para realizarle las pruebas radiológicas pertinentes y un TAC antes de pasar nuevamente por el quirófano y ser intervenido por un equipo de especialistas en cirugía

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maxilofacial. Tras dos horas de intervención, el diestro salió del quirófano a las 1:27 de la madrugada le fue reconstruida la nariz, el paladar y demás lesiones de la cornada, siendo el estado del herido, dentro de la gravedad, tranquilizador. Este fue el informe del equipo médico firmado por el Dr. José Luis Martínez-Bourio: “La del muslo tenía una profundidad de 15 cms., no ha afectado vasos, ha sido sólo muscular. La otra, preocupante, presenta un orificio de entrada de 3 cms. por la parte izquierda de la base de la lengua y le ha afectado al paladar. Está a expensas de vigilancia maxilofacial. Es grave pero no parece que sea más grave. Hablaba, sangraba un poco y tenía dificultad para respirar. Estaba bien, dentro de lo que cabe”. En cuanto al pronóstico, aseguró: “Es complicado, hay que ver si no ha tenido fractura nasal, porque sangraba por la nariz. Me ha recordado mucho a la cornada de Aparicio, hay que dar gracias a Dios, hemos tenido mucha suerte. Por fortuna, creo que dentro de la importancia ha sido menos grave que la de Julio Aparicio, porque no ha habido que practicarle traqueotomía”. En 2019, el torero recuerda aquella cogida en la entrevista de “Aplausos” al referirse a un toro que fue clave en su carrera como banderillero y peón de brega: “Más que un toro te voy a decir una tarde. La de Bilbao de 2018, con los toros de Victorino. Fue una tarde muy especial porque volví a Vista Alegre después de la cornada que tuve. Además se dio bien con el capote y me desmonteré en banderillas con el otro toro”. Esa temporada, según él mismo confesó fue excelente porque “...ya colocado con Alvaro Lorenzo y Francisco de Manuel además de las sustituciones que cogí por Soler junto a El Juli, y algunas tardes suelto, ha sido completísimo”. En 2019, tras el festival que toreo en Illescas corrió el rumor de la posibilidad de su reaparición como matador de toros, algo que el diestro se apresuró a desmentir a Ismael del Prado, de “Mundotoro”: “No sé de dónde ha salido el bulo de qué voy a volver la temporada que viene de oro; me han llamado ya unos cuantos en los últimos días, haces cinco tentaderos y ya... Con lo a gusto que estoy yo de plata, puedes ponerlo bien grande, soy feliz con mi rol actual. Me gusta mucho torear de muleta, ahí me sentía de verdad torero, es lo que más añoro de aquella etapa, pero cuando das el paso, tu mentalidad muta, ahora mismo no tengo la visión del que quiere vivir en torero 24 horas al día, aunque ame este mundo, se pasa mucho miedo, hay mucha presión, y cuando cambias el “chip” ya no lo echas de menos tanto en tu día a día”.

diéguez suárez, marIO “mArio diéguez”. Colección del autor.

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