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Fernández Ayuso, Rafael “Rafael Ayuso”
from De Ilusión y Oro
by FCTH
Fernández Ayuso, rafael
Matador de toros nacido en Segovia, el 23 de agosto de 1985, y residente en Los Ángeles de San Rafael, de la misma provincia. Tras el lógico rodaje por las plazas de los pueblos de su provincia y de las limítrofes toreando novilladas sin picadores, debutó con las plazas montadas en Colmenar de Oreja (Madrid), el 3 de mayo de 2003, lidiando novillos de “El Retamar” con Javier Portal y Rafael Cuadrado, con el resultado artístico de cortar una oreja al novillo de su presentación en el que sonó un aviso, y las dos orejas al segundo oponente de su lote saliendo a hombros de la plaza. Dos años después debutó en Madrid, el viernes, 8 de julio de 2005, en la 2ª Novillada del VIII Certamen Nacional de Novilleros, que fue nocturna, alternando en la lidia de 6 novillos de “Yerbabuena”, que ese día adquirió antigüedad, con Curro Reyes y Ramón Marco Alamillo “El Pela”, también nuevo en Las Ventas. Tras el paseíllo se guardó un minuto de silencio por las víctimas del atentado de Londres. El resultado artístico de Rafael Ayuso, que vestía un terno de color celeste y oro, fue de silencio en el novillo de su debut, “Caireles” de nombre, marcado con el número 3, y 465 kilos de peso, y premiado con una vuelta al ruedo tras una gran ovación en el segundo de su lote, 4º de la corrida. Tres temporadas más continuó toreando novilladas picadas con desigual fortuna, hasta que en 2008, decidió doctorarse, de blanco y oro, el 17 de agosto en El Espinar (Segovia), de manos de Luis Francisco Esplá, que en presencia de Luis Miguel Encabo le hizo cesión del toro “Director”, número 103 de la ganadería de Adolfo Martín, con el que fue muy ovacionado. Al que cerró plaza le cortó los dos apéndices auditivos y salió a hombros de la plaza con su testigo de ceremonia y el mayoral de la ganadería. Antolín Castro que cubrió el festejo para el portal taurino Opinionytoros.com escribió respecto al toricantano: “El nuevo matador, Rafael Ayuso, se ha mostrado firme con sus dos toros, distintos de presencia; si bien el primero era todo un “bombón” de presencia y condición, al segundo había que ponerse delante pues era un “tío”. Muy confiado en ambos y con