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Fernández Pineda, Antonio “Fernández Pineda”
from De Ilusión y Oro
by FCTH
sus antiguos sueños y lo convenció para que tomara la alternativa. Lógicamente, era un sueño que permanencia latente y a poco que lo animaron Jorge Buendía se dispuso a cumplirlo. Y de esta forma anecdótica, Jorge Buendía, vio la oportunidad de alcanzar su sueño de ser matador de toros aunque solo fuera de forma testimonial. Para ello viajó a Guatemala, y el 25 de diciembre de 2005, vestido de blanco roto y azabache, recibió la borla de doctor en Tauromaquia de manos del francés Michelle Lagravere en Morazal de Progreso, que en presencia de Guillermo González “Chilolo”, le cedió el primer toro de la corrida, de la ganadería de Nery Betancouret, que el toricantano brindó a su padre, presente en aquel emotivo acto. Fue la única corrida de toros que toreó, la de su alternativa. Ya no importaba. Su sueño era ser matador de toros y ya estaba cumplido. A partir de ahí se centró en su empresa taurina que ya sería el eje de su vida hasta la actualidad. En 2006 montó su primera gran feria en Moguer (Huelva), con un par de festejos con toreros como Finito de Córdoba, Francisco Rivera Ordóñez y los rejoneadores Joao Moura y Pablo Hermoso de Mendoza como base. Después llegarían otras plazas como Palos de la Frontera y Santa Olalla del Cala. Hombre serio y con una clara visión de futuro, pronto se consolidó como un importante hombre de empresa, aunque según su propio testimonio su planteamiento es seguir creciendo en plazas de mayor categoría cuando se dé el momento adecuado para ello. Además, compagina su actividad empresarial con la de apoderado que comenzó en la temporada 2012 con el matador de toros sevillano Oliva Soto, faceta que en 2019, cuando se escriben estas líneas continua con David de Miranda, torero revelación de la temporada, al triunfar en la plaza de toros de Las Ventas el día de la confirmación de su alternativa a lo grande, al cortar dos orejas y salir a hombros por la puerta grande.
Fernández pinedA, antOnIO
Matador de toros nacido en La Puebla del Río (Sevilla), el 28 de mayo de 1980, en una familia sin antecedentes taurinos. Sin embargo, Antonio siempre tuvo claro que su vocación era la de torero y de ver corridas de toros por televisión, pasó a inscribirse en la Escuela Taurina de José Antonio Campuzano, donde se inició en el oficio y salió preparado para vestir el
terno de luces en novilladas sin picadores en plazas de pueblo, como todos los toreros que empiezan. Cuando sus mentores lo consideraron oportuno, pues ya llevaba toreados una centena de estos festejos menores, debutó con picadores el 14 de marzo de 1998 en Valencina (Sevilla), con novillos toros de la ganadería “Sotillo de la Fuente”, junto a Miguel Ángel Veracruz y Carnicerito de Úbeda. Ese día nunca lo olvidará el torero, porque obtuvo un clamoroso éxito al cortar cuatro orejas y dos rabos que lo catapultó para la temporada de 1999, en la que toreó 24 novilladas, una de ellas la de su presentación ante sus paisanos de Sevilla el 16 de mayo con novillos de “Torrealta”, Mario Coelho y Víctor de la Serna, y como causó buena impresión entre la crítica especializada y aficionados, fue repetido por la empresa el 22 de agosto siguiente con novillos de Félix Hernández y José Luis Triviño y Curro Javier como compañeros de cartel. Dio dos vueltas al ruedo, una en cada uno de sus novillos, aunque la segunda fue protestada por un sector del público. Ese año también participó en las principales ferias de novilladas de España, como las de Arnedo, en la Rioja y Arganda del Rey, en Madrid, donde dejó muy buena impresión sin conseguir triunfos importantes. La temporada de 2000 toreó menos, 15 corridas, pero triunfó en Sevilla el 4 de junio al cortar una oreja a su primero y ser fuertemente ovacionado en su segundo, siendo obligado a dar una vuelta al ruedo al no conceder la presidencia la oreja solicitada por el respetable. Alternó en la lidia de novillos de “San Miguel” con Martín Antequera y Miguel Ángel. Este triunfo le abrió las puertas de Las Ventas de Madrid, donde se presentó el 28 de julio, en la 3ª novillada nocturna del III Ciclo de Vía Digital, en la que con novillos de Domingo Martín Peñato, alternó, de celeste y oro, con Roberto Escudero y José Manuel Berciano, también debutante en Madrid. Triunfó en fecha tan importante para su carrera al cortar una oreja a su segundo novillo pese a haber escuchado dos avisos presidenciales, y fue repetido en la misma plaza el 29 de septiembre, viernes, en la 1ª corrida de la Feria de Otoño, con 3 novillos de José Vázquez (1º, 3º, 4º), 2 de Félix Hernández (5º y 6º), y 1 de Alejandro Vázquez (2º), y Luis Vilches y Rafael de Julia completando la terna. No le acompañó la suerte en esta ocasión, pero regresó a Sevilla, triunfando al cortar una oreja a un novillo de Murube. Pese a los éxitos obtenidos, y estar considerado como una firme promesa para 2001, en esta temporada, con vistas a la alternativa, toreó 5 novilladas, todas ellas en plazas de mucha categoría, como Nimes, San Sebastián, Valencia y El Puerto de Santa María (Cádiz), donde cortó dos
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orejas. Su despedida de novillero fue en Sevilla, el 20 de abril, ocho días antes de la alternativa, con Luis Vilches, mano a mano, sin que la suerte le acompañase, y lo peor de todo es que se anunció la ruptura profesional que desde la última temporada tenía el diestro con Canorea y su socio Ramón Valencia, que habían dirigido su carrera la última temporada. La alternativa la recibió en Sevilla el 28 de abril inmediato, de blanco y oro, con veinte años, con un cartel de verdadero lujos: padrino: Joselito que volvía a Sevilla tras dos temporadas, la ultima por negarse a torear con la televisión en directo, y testigo José Tomás, tras su salida a hombros por la Puerta del Príncipe. “Soy un privilegiado”– reconoció el diestro el día anterior al compromiso en una entrevista concedida a Daniel Gil para “El País”: “Sí tengo mucha responsabilidad, pero es un lujo estar en un cartel como éste. Un triunfo mío tendrá mucha más importancia por la talla de los compañeros. Ojalá torease toda la temporada corridas como ésta. Es un día clave en mi carrera y para lo que queda de temporada. De mi actuación dependen muchos contratos. He luchado mucho para llegar aquí. En mi familia nunca hubo ambiente taurino y mis padres no terminan de aceptar que me dedique a esto, aunque siempre me han apoyado”. Sin embargo, en una fecha de tanta responsabilidad, la suerte le dio la espalda, porque al recibir a su primer toro a portagayola, “Relatero”, albahío, número 133 y 515 kilos de peso, de la ganadería de Núñez del Cuvillo, sufrió una fractura en el brazo. “Fue cambiar el carné a matador de toros y la suerte que había tenido de novillero se terminó” declararía el diestro. La lesión en la muñeca le impidió continuar la lidia, toreando otra corrida más en la temporada, también en Sevilla, el jueves, 14 de junio, la Corrida del Corpus, con toros de Gabriel Rojas con Sebastián Castella y Luis Vilches. Después le acompañaría la mala suerte porque las lesiones condicionaron sus siguientes temporadas. “El año después de la alternativa me partí el ligamento cruzado, después el pie y diez días antes de torear en Sevilla me dieron dos cornadas en Venezuela. No conozco a nadie que le haya pasado. Fueron seis o siete años así. Son circunstancias que pasan, cosas de toreros. Tuve esa suerte o desgracia, aunque más bien suerte porque en la vida hay que afrontar lo que te viene. Para el toreo me vino mal porque no pude puntuar en los sitios en los que me jugaba mi carrera como torero, pero aprendí de los errores y los fallos”. Lo dicho por el diestro justifica que en 2002 solo torease 2 corridas, que aumentaron a 9 en 2003. La temporada de 2004 disminuyo su contratación en un festejo y debutó en Venezuela, en la plaza de San Felipe, el 9
de mayo, con el toro “San Javier”, número 648, de la ganadería de “Tierra Blanca”, con Bernardo Valencia y Francisco Javier Rodriguez. El sevillano fue ovacionado en el toro de su debut y se silenció la faena con su segundo oponente. Ese mismo año debutó en Francia como matador de toros, en la plaza de Palavás, el 26 de septiembre, de gris perla y oro, con el toro “Madrileño”, negro, marcado con el número 259 y 485 kilos, de la ganadería de Peralta, junto a Marc Serrano y Juan Contreras. Silencio y vuelta fue el balance de su actuación. En la temporada de 2005 sumó 7 corridas de toros, cifra parecida a la temporada anterior, la primera de la temporada, encerrándose en solitario con seis toros de Peralta y “Viento Verde” en Coria del Río (Sevilla), donde consiguió triunfar a lo grande al cortar once orejas y dos rabos, lo que quizá facilitara su confirmación de alternativa en Las Ventas, el 31 de julio siguiente con toros del Conde de la Maza alternando con Diego Urdiales, que en presencia de Sánchez Vara le cedió el toro “Judioson”, colorado, número 9 y 550 kilos. No tuvo repercusión su actuación y fueron silenciadas sus dos faenas. La temporada siguiente –2006– toreó más de 10 corridas en plazas de la categoría de Barcelona y de nuevo Las Ventas dos veces, 6 de mayo y el 6 de octubre. La primera de ellas, el sábado, con toros de San Román en la confirmación de alternativa de Torres Jerez, de manos del salmantino Juan Diego, en la que él actuó de testigo. Fue ovacionado en su primer toro y silenciado en su segundo pero ese triunfo, le valió la repetición el viernes, 6 de octubre, con 5 toros de “Sepúlveda” y 1 de José Luis Pereda, el 1º, alternando con Francisco Marco, que resultó cogido de gravedad y no pudo matar ninguno de sus toros, por lo que el festejo quedó convertido en un mano con Torres Jerez. Fernandez Pineda mató el primer toro de Marco, con el que fue ovacionado y en los otros dos fue silenciado. En 2007 abrió la temporada el 13 de enero en la plaza de Bojar-Beniaján (Murcia), corrida celebrada con motivo de la festividad de San Antón, que se celebró a las doce de la mañana, alternando en la lidia de tos de Orellana Perdiz con el almeriense Curro Vivas y el diestro local Emilio Laserna. La temporada de 2007, estuvo anunciado en Sevilla el 15 de abril, de rosa y oro, con toros de la ganadería de Celestino Cuadri, en tarde en la que alternó con Serafín Marín y Manuel Escribano, y en esta ocasión estuvo a punto de obtener un triunfo importante. Tomo un extracto de la crónica que hizo Manuel Viera para el Blog “Toros en El Puerto”: “Fernández Pineda pudo tocar las teclas de una suave melodía y seguir seduciendo con su bello toreo, que antes parecía oscuro y huidizo y
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ahora lo quiere mostrar impregnado por matices de formas virtuosas y muy sevillanas, si sus piernas no hubiesen protestado del esfuerzo que le suponía atacar en la embestida tarda, aunque clara y dulzona, del primer toro de los herederos de Celestino Cuadri. El sevillano de La Puebla del Río se ajustó antes con la capa en templadas verónicas y anunció venir dispuesto a no dejar pasar este otro tren de la oportunidad en su plaza de Sevilla. Su toreo complace por su formas y provoca la admiración de lo bien hecho, pero hoy, con este toro, le faltó continuidad y seguridad en sí mismo para resolver la dificultad de la tarda embestida implícita en la escasa casta del toro de Cuadri. Y aunque Fernández Pineda engarzó algunos muletazos, tanto a derechas como a izquierdas, con buena estética, naturalidad y buen temple, la faena no alcanzó la altura deseada. La estocada algo baja, precedida de pinchazo puso fin a un trasteo que supo a poco. También al tercero, otro de los toros de los ganaderos onubenses que tomó los engaños con claridad manifiesta, lo toreó Fernández Pineda con naturales de trazo irreprochable pero con demasiada intermitencia en la continuidad de la faena. Al diestro de La Puebla le costaba enganchar la embestida y dejarle después el engaño muy cerca de los pitones para hilvanar lo muletazos. Los espacios muertos se sucedieron y la paciencia del espectador terminó cansándose. Trasteo largo con escasos momentos emotivos y mal rematado con los aceros. Los toros de los Herederos de Celestino Cuadri no dieron la talla esperada, la tardanza en acudir a los engaños junto a la sosería de sus embestidas fue la nota característica de una corrida muy bien presentada y de ofensivas defensas. No obstante, además de los ya citados primero y cuarto, fue el quinto el que demostró más tranco en la embestida....”. En 2008 debutó en Ecuador en la plaza de Caayambre, el 30 de junio, con toros de “San Luis” y 2 para rejones de “Puchalitola”, para los rejoneadores Wilson Valladares y Diego Rivas. Cortó dos orejas, y de regreso a España, volvió a Sevilla el 15 de agosto, con la corrida del Conde de la Maza con la que no hubo suerte, junto con Luis de Pauloba y César Girón. Después de esa corrida Luis de Pauloba tomó la decisión de retirarse de los ruedos: “A partir de ahí me propusieron ser Director Artístico de la Escuela Taurina de Sevilla y me decidí por ello”. También aquella corrida supuso un antes y un después para Fernández Pineda, porque fue entonces cuando pensó en matricularse en la Facultad de Odontología de la Universidad de Granada. “Siempre había intentado ser torero y estar en las ferias pero después de la de Cuadri, me quedé fuera de Sevilla y tampoco me pusieron en Madrid. En 2007 tuve
una preparación brutal y no me vi anunciado en sitios donde querría haber estado y después de matar la del Conde de la Maza estuve casi todo el año parado toreando en algún pueblo. Es cuando decidí dedicarme a la Odontología. Tenía en mente estudiar desde hacía varios años pero el ser matador de toros te absorbe mucho, todo el día entrenando y preparando las corridas, y no veía nunca el momento”. Tras la corrida del Conde de la Maza en Sevilla toreó su última corrida como matador de toros en Riaza (Segovia), el 20 de septiembre, con David Luguillano y Uceda Leal, y toros de Luis Frías Piqueras. El sevillano tuvo un triunfo rotundo al cortar las orejas a cada uno de sus oponentes, y salir a hombros de la plaza con Uceda Leal, con idénticos trofeos. Había toreado hasta entonces 74 novilladas picadas y 64 corridas de toros en Europa. Fue entonces, tras la corrida del Conde de Maza cuando se decidió y se volcó en sus estudios aunque no pasó mucho tiempo sin que “el gusanillo” de la afición le picase y volviese a las andadas de los entrenamientos y empezase a figurar en los carteles como sobresaliente.”Estuve un año sin entrenar y un poco mosqueado. No me sentía bien. Torear era lo que había hecho siempre y lo que me gustaba. Era una etapa nueva y me volqué en los estudios. La disciplina del toreo me sirvió, le echaba más horas que nadie y estaba muy concentrado, pero aunque estudiando la carrera en Granada, necesitaba estar en el mundo del toro; me faltaba eso y una manera de seguir activo para entrenar y vivir mi mundo dentro del toreo era ir de sobresaliente. Me costó dar el paso pero decidí cambiar la imagen que se tenía de los sobresalientes no preparados. Lo pensé mucho y me preparé muy bien las corridas, le daba la importancia que tiene, nunca yendo a la plaza por ir. Era algo positivo y bonito, y aunque no seas titular asumes cuál es tu papel y sobre todo tienes la motivación de vestirte de torero. Al principio me costó dar el paso porque esa imagen estaba extendida, pero decidí cambiarla. Me preparé a conciencia e iba a lo mío y creo que ha servido porque a partir de ahí ha habido otros chavales que no tenían oportunidades y que se han apuntado a ser sobresalientes. En estos años he sumado bastantes festejos ya que empezaron a proliferar los manos a mano y las corridas en solitario”. Hizo el paseíllo en Sevilla, Bilbao, Málaga, Nimes, Zaragoza y otras plaza con figuras de la talla de Morante de la Puebla o Sebastián Castella, a petición de él mismo. “El año pasado me avisaron porque Castella quería que estuviera en la encerrona con los de Adolfo Martín en Nimes. Me siento orgulloso y creo que es ir en favor de la Fiesta preocuparse por esos detalles. Y así fue compaginando sus estudios de odontología en
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Granada con la práctica del toreo, hasta que terminó la carrera logrando realizarse totalmente como persona “ayudando a la gente, ya que el toreo me ha enseñado muchos valores como el respeto, la lucha, el sacrificio y la constancia para no tirar la toalla”. Siguiendo esta filosofía, nunca dejó de ir al campo. La tarde del viernes, 23 de abril de 2010 figuró como sobresaliente en la corrida de toros celebrada en el coso maestrante de Sevilla, en el mano a mano entre Miguel Angel Perera y Daniel Luque con toros de “Fuente Ymbro”. Dos años después, el sábado, 16 de junio de 2012, volvió a vestirse Fernández Pineda de torero en Alagón, en el mano a mano que se programó entre los dos diestros locales Paulita y Daniel Cuevas, para celebrar el centenario de la plaza con toros de “Lagunajanda”, buenos en general. Y aquí se produjo la anécdota. Salió el sexto, de 624 kilos, y tras la incertidumbre y la expectación, saltó al ruedo el sobresaliente, sin arredrarse ante el burel, al que cortó una oreja porque a la gente le gustó y le pidió la segunda que no fue concedida. Fue el triunfo del no elegido, del que se vestía de luces por pura afición, y ahí estaba, dando la vuelta al ruedo con la oreja en la mano, agradeciéndolo a Paulita y a Cuevas, y por supuesto al Ayuntamiento de la localidad, su generosidad. El año siguiente también se vistió de luces para figurar se sobresaliente en la corrida de toros celebrada en la plaza de la Real Maestranza de Sevilla, el 13 de abril de 2013, con lleno hasta la bandera, en un cartel en el que figuró José María Manzanares como único espada con toros de las ganaderías de Núñez del Cuvillo, Domingo Hernández, Victorino Martín, “El Pilar”, “Toros de Cortés” y Juan Pedro Domecq, de diferente presentación y juego. Junto a Fernandez Pineda también figuró como sobresaliente Manuel Carbonell. En la temporada de 2014 hizo otra salida al coso maestrante, de azul y oro, como sobresaliente, el 20 de abril, Domingo de Resurrección, con toros de Miura, con los que se las entendieron los diestros Manuel Escribano y Daniel Luque. No toreó las temporadas 2015 y 2016 y si en la temporada de 2017, en un festival celebrado el 18 de noviembre en El Castillo de las Guardas (Sevilla), donde tuvo la suerte de indultar un toro de Miura. La crónica dijo de él: “El sevillano Fernández Pineda, demostró sus pulcras maneras interpretando un torero clásico y artista ante el abreplaza. Pineda cuajó por ambos pitones series muy bien hilvanadas y estéticas. Expresó curtido oficio y estar preparado para mayores compromisos con un toreo vertical y acompasado. Dibujó varios naturales de muchos quilates ante la frialdad del público. Faena de gran estructura y contenido. Estocada, el descabello lo
empañó todo ante uno bueno de Juan Pedro Domecq”. Ahora, convertido en un excelente odontólogo se viste de torero por pura afición, para disfrutar del ambiente taurino y sentirse torero, que lo es y muy bueno, pero relajado, disfrutando de la corrida y de lo que ocurre en el ruedo, sin la presión que tenía antes, aunque como es lógico, reconoce que le gustaría poner un broche a tantos años dedicado a la Tauromaquia.
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Fernández pinedA, antOnIO “Fernández pinedA”. Colección del autor.