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Gallardo Ortega, Roberto “Roberto Gallardo”

e ignorantes para lograr encontrar un camino verdadero en el que podrán arrebatarle el número, no así la gloria de la verdad de su toreo. Emociona ver el capote de un tío grandón, larguilucho y sin hechura de torero pero con el mayor de los corazones y la más vivaz de las sangres para templar un toro bravo. Como Marco hizo en el segundo. No escatimó las tempestades ante el segundo, toro escurrido que pareció tener más movilidad en los primeros tercios, y hasta sacó cierto galope sin ritmo ni transmisión. No empujó en el caballo y le faltó empleo en el peto de Tito Sandoval, en el que hizo reacciones raras. Nunca olvidó quién tenía enfrente, incluidos los soberbios pares de Ángel Otero y Fernando Sánchez. En el quinto llegó la sangre para Galán, que siendo un tío arriesgó su vida en el embroque de uno de Miura que nunca entregó su alma mentirosa a la verdad del capote de Otero. En ese momento el toro hizo presa de Marco a la salida del par propinándole la cornada testicular. (...) Ser un tío en la vida, es marcarse las metas que ni el destino mismo jamás se creería...y conseguirlas. Pero además de conseguirlas, es de ser un tío no abandonar el camino que te sacó de la angustia de vernos enteros sin hacer paseíllos: ser un tío es no dejar a un lado el camino de la verdad. Y Marco lo sabe porque lo siente, porque en cada amanecer manchego y porque interioriza que, con o sin contratos, con o sin duras, seguirá siendo el gran torero que un día Alcázar parió. Y sin abandonar el camino de la verdad”. En resumen: un gran torero que solo toreó como matador 2 corridas de toros.

gAllArdo ortegA, rObertO “ROBERTO GALLARDO”

Matador de toros natural de Villanueva de la Serena, provincia de Badajoz, donde vio la luz, el 30 de octubre de 1978. Tras su rodaje por las plazas de los pueblos de su comunidad y provincias limítrofes, debutó con picadores en Benalmádena (Málaga), el 30 de abril de 2004 alternando en la lidia de novillos de Mari Fortes, con Joselito Ortega, mano a mano, y la intervención del rejoneador Tomás López, con el resultado artístico de vuelta al ruedo en el novillo de su presentación y de silencio en el otro. Terminó la temporada con 3 festejos, los tres toreados en la misma plaza: Benalmádena. En 2005, sumó 30 corridas, la mayoría de ellas celebradas en dicha plaza malagueña, y lo mismo podemos decir de la temporada de 2006, en la que sumó solo 5 festejos, tres de los cuales se celebraron en

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la plaza malagueña de Benalmádena. Sin embargo, no debió ver claro su porvenir como matador, porque pronto cambió el oro por la plata y se hizo banderillero, faceta en la que se mantuvo hasta la temporada de 2010, en la que nos sorprendió la noticia de su alternativa celebrada en su pueblo, Villanueva de la Serena, el 24 de julio de manos de Juan Serrano “Finito de Córdoba”, que ante Manuel Díaz “El Cordobés” le cedió el primer toros de la corrida, con el que quedó investido matador de toros. Los toros fueron de “Torrenueva”, y el toricantano, vestido de perla y azabache fue ovacionado en el de su doctorado y silenciado en el segundo de su lote. Sus compañeros salieron a hombros. Hasta ese momento, Roberto Ortega había toreado 39 novilladas picadas. La corrida de su alternativa fue la única corrida de toros que toreó regresando nuevamente a las filas de los toreros de plata. Desgraciadamente, el 24 de junio de 2016 fue nuevamente noticia por el grave accidente automovilístico que sufrió en la carretera comarcal BA150 entre Valverde de Mérida y Don Álvaro, a diez kilómetros de la capital extremeña en el que perdió la vida cuando acompañado de otro hombre, Manuel González Sancho, de 32 años, natural de Almendralejo y vecino de Mérida se dirigían a una finca de los alrededores a realizar unos trabajos. El accidente se produjo a las cuatro de la madrugada y la hipótesis que manejó la guardia civil, fue el exceso de velocidad o despiste, pues el coche que conducía, un Toyota Corolla al parecer perdió el control al tomar una curva a la izquierda y arrolló una señal de curva peligrosa para acabar volando a unos doscientos metros. Unas muletas dieron la pista a la guardia civil de que uno de los fallecidos era un torero. Roberto Gallardo tenía en el momento de su muerte 38 años y trabajaba en una finca cercana a Mérida y entrenaba a diario sin perder la ilusión de torear. “Para estar delante de un toro lo único que hace falta es torear con el alma, nada más”, decía Roberto Gallardo. El 13 de noviembre del mismo año se celebró un festival benéfico matinal en homenaje al banderillero y matador de toros Roberto Gallardo en la localidad de Don Benito. Se lidiaron novillos donados por las distintas ganaderías de la zona: García de la Peña, Peñajara, Jandilla, Bernardino Piriz, que fueron lidiados por amigos del torero finado, como Diego García de la Peña, Miguel Murillo, Fernando González, Josué Beltrán y el novillero Adoureño. Los beneficios fueron destinados para los dos hijos del torero.

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