Gómez Molina, Luis “Luis Gómez Molina”

la verdad de las cosas. Llevo unido al mundo del toro desde hace 23 años y desde entonces he tenido claro que vivir de esto iba a ser complicado, por eso nunca he dejado los estudios a un lado, ni tampoco otras actividades. Llevo varias semanas dándole vueltas a la cabeza e intentando dar sentido a mi actual posición. Este sentido no lo encuentro, por el sinfín de desprecios que nos hacen a los jóvenes que nos intentamos abrir paso en esto y por mi posición laboral adquirida desde diciembre en los autobuses urbanos, una posición de la que estoy orgulloso y feliz. Tras meditarlo, he decidido dar un paso al lado y dejar de torear. Es posiblemente el paso más difícil en mis 27 años de vida, pero a la vez el más acertado, ya que como está el sistema taurino, el hecho de torear un pequeño número de festejos no te da seguridad en el futuro para tener una vida cómoda y en cambio mi actual trabajo si me lo va a dar».

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“LUIS GÓMEZ MOLINA”

Matador de toros nacido en Madrid, el 16 de abril de 1983, aunque residió desde muy temprana edad con su familia en la localidad de Parla. Inscrito en la Escuela de Tauromaquia de Madrid, salió de ella lo suficientemente placeado en novilladas sin picadores como para debutar con ellos en Parla (Madrid), el 6 de septiembre de 2002 con novillos de Ramón Flores, alternando con Tomás Ocaña y Juan Manuel Luelmo. Cuatro años más estuvo toreando festejos picados hasta hacer su presentación en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid, el 3 de septiembre de 2006, de celeste y oro, con el toro “Confitero”, negro, herrado con el número 37, y 532 kilos, perteneciente a la ganadería de Martín Peñato, que lidió 5, y 1 “Bucaré”, el 4º. Alternó con el francés Jeremy Banti y Murillo Marquez. El balance artístico de su actuación fue de una vuelta al ruedo tras estoquear a su primer novillo, segundo de la tarde, y silencio en el otro de su lote. En 2007 volvió a Las Ventas el domingo 28 de octubre vía sustitución de Andrés González, que presentaba un traumatismo en la rodilla izquierda provocada por un novillo en un tentadero pocos días antes de la novillada. El cartel quedó constituido por El Dani, que en esta ocasión se anunció con su nombre de pila y apellido: Daniel Martín, y José Miguel Barbetoros García “El Vitoriano”. Se lidiaron novillos de Montes de Oca (5), y 1 de Astolfi (5º). Luis Gómez Molina, que abrió plaza, fue silenciado en sus dos novillos.

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Pese a ello volvió a torear el viernes, 25 de julio de 2008, alternando en la lidia de novillos de los Hnos. Torres Gallego, con Julián Gil, que debutaba en Madrid, y Juan Antonio Siro. Tampoco tuvo suerte en esta comparecencia Gómez Molina, y se volvieron a silenciar sus dos faenas. En 2009 toreó en Zestoa, en la segunda novillada de sus fiestas de la Virgen, celebrada el 9 de septiembre, en la que se encerró en solitario con novillos de la ganadería de Rodríguez Montesinos y de Lastur. Recojo un extracto de la crónica que Begoña del Teso escribió del festejo con el titular muy significativo de “Toros con conocimiento”. “Lunero’ y ‘Cachorrito’ fueron los toros encastados que se lo pusieron difícil a Gómez Molina y su cuadrilla en Zestoa”: “A las seis de la tarde comenzó el paseíllo con Luis Gómez Molina vestido con uno de sus ternos de torear favoritos: azul cielo y oro. El sobresaliente, Luis Miguel Amado, vestía de azabache y vino viejo. Junto a ellos dos, los banderilleros y lidiadores Raúl Mateos, Tornay, y J. A. Maqueda. Al que vestía de plata y rojo desvaído el público le pidió que saludase tras dos briosos pares clavados al segundo de la tarde, un cárdeno claro bragado corrido al que Luís pudo darle unas buenas series con ambas manos y al que tardó en matar porque se empeñó en estoquearle por derecho, por arriba, y no buscándole los bajos. Además, para su honor de torero, que conste que le mató en la querencia del toro que buscaba refugio al olor de su chiquero. Oyó un aviso Luís pero también dio una vuelta pedida por el público que le agradeció hubiese enmendado con su segundo la pachanga que fue la lidia del primero, aquel negro entrepelado bragado corrido que, buena prenda encastada de la ganadería Rodríguez Montesinos, en cuanto salió a la plaza rectangular de Zestoa plantó en ella sus reales y desafió a todos y cada uno de los cinco toreros que estaban sobre la arena. Al matador le prendió sin consecuencias para el cuarto capotazo. Perdió, entonces, sí, su entendimiento torero Luís y se empeñó en torearle por el pitón derecho cuando todos veíamos que por donde el toro respondía era por el izquierdo. La pelea, brava, con dueño y señor de la plaza, se zanjó con una estocada baja pero efectiva mientras los invitados de Nimes reconocían haber visto una corrida de esas que pintan verdaderas, auténticas. A resaltar que el sobrero, negro ojalado, era de la ganadería de Lastur”. Con pocos festejos por temporada y con las garantías que hemos visto en la corrida de la crónica anterior, decidió no esperar más y doctorarse dos años después, el 12 de septiembre de 2011 en su patria chica, Parla, de verde hoja y oro, con toros de “Los Millares”, de manos de Carlos Escolar “Frascuelo”, paisano suyo