López Diezma, Tomás “el Yebenero” y “Tomás López”

de Alicante Abrahán Segura en estos términos: “Abraham Segura, alumno de la Escuela Taurina de Alicante, ha encontrado apoderado en el matador de toros madrileño Rubén de León, ahora retirado de los ruedos. Con el clásico apretón de manos y por tiempo indefinido, unen sus caminos, explican fuentes próximas a Segura. El objetivo es torear lo máximo posible en esta temporada. Al acuerdo se llegó después de la gratísima impresión que Segura dejó en Santisteban del Puerto (Jaén) donde cortó una oreja. En los próximos días se anunciarán los próximos festejos en los que intervendrá el novillero alicantino. El primero de ellos, el 20 de junio en la primera de las clases prácticas programadas en la Feria Taurina de Hogueras”. De la noticia se desprende que Rubén de León dejo los ruedos de forma activa como banderillero.

lópez diezmA, tOmás “EL YEBENERO” y “TOMÁS LÓPEZ”

Matador de toros y posteriormente banderillero, natural de Toledo, donde nació el 18 de octubre de 1980, aunque se crió en Los Yébenes, localidad de la misma provincia, por lo que en sus inicios se anunciaba en los carteles con el nombre artístico de “El Yebenero”, nombre que abandonó después para anunciarse con su nombre de pila y primer apellido. Su debut como becerrista vestido de luces fue el 17 de abril de 1993 en Carrión de Calatrava (Ciudad Real), y cuatro años después, en 1997, debutó con picadores el 17 de mayo, en Ciempozuelos (Madrid), junto a Andrés Revuelta y Javier de Esperanza lidiando utreros de Cernuño. Tres años después, se presentó en Las Ventas, de verde botella y oro el 21 de julio de 2000, en la 2º novillada nocturna del III Ciclo de Vía Digital, con novillos-toros de Román Sorando, alternando con Luis Vilches y Antonio Bricio, también debutantes en Madrid. Se silenció su labor con el novillo de su debut, 2º de la corrida, “Orador”, negro, número 34, de 484 kilos, y cortó una oreja en el segundo de su lote, el quinto. Este triunfo le dio la oportunidad de regresar al mismo ruedo el domingo, 3 de septiembre, con 5 novillos de los Hnos. Vergara y 1 de los Hnos. Lozano (2º), alternando con Martín Antequera y Francisco Gutiérrez Moreno “Curro Gea”, de Granada, que se presentaba en Madrid. No tuvo suerte en su segunda comparecencia en Las Ventas Tomás López, ya que se silenció su primera faena con el tercer toro de la tarde y fue aplaudido en el último en el que dio una vuelta al ruedo. Terminó

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la temporada con 23 novilladas con grandes triunfos si nos atenemos a las estadísticas del escalafón de su categoría: 28 orejas. Sin embargo, en la temporada de 2001 bajó su contratación considerablemente, ya que solo toreó 10 corridas, una de ellas de nuevo en Madrid, el 9 de septiembre, con 5 novillos de Alejandro Vázquez y 1 de José Vázquez Fernández (6º), junto a Alberto López Marco “Azuquita”, que se presentaba ante la afición madrileña, y Juan Alberto. La crónica que José Luis Suarez-Guanes le dedicó en el diario “ABC” con el expresivo titular de “Tomás López, el mejor del terceto”, nos da una visión mucho más amplia de cuáles eran las cualidades de este torero: “Tomás López fue el único de los tres novilleros que culminó la tarde con resultado positivo. Tuvo en primer lugar un novillo que iba y venía. Aunque anduvo por debajo de él, se lució al veroniquear y al quitar por chicuelinas. Empezó su faena con unos pases por alto, “a lo José Tomás”, refrendados por un pectoral conseguido. Toreó sobre ambas manos de forma alternativa. Al principio se retorció un poco y sacó a su contrincante para las afueras. Luego, más sereno, Tomás López remató atrás, con más verdad. Acabó el trasteo con unas manoletinas – también buscando el ejemplo torero de Galapagar –, y la poca fortuna con el acero disipó el premio. El cuarto fue un manso redomado, que tomó hasta ocho picotazos en terrenos diferentes. López se hizo con el novillo en los pases por bajo de principio de la faena y en la primera tanda con la derecha. Aguantó y se quedó quieto, por lo que una nueva serie resultó aún mejor. A pesar de diluirse su labor, al final, como mató con prontitud, le pidieron una oreja que no consiguió. Dio una vuelta al ruedo con fuerza”. Este triunfo le sirvió para hacer un nuevo paseíllo en Las Ventas en el último festejo de la temporada, el domingo, 21 de octubre, con 4 toros de los Herederos de Alfonso Sánchez Fabrés y 2 de Juan Antonio Ruiz Román “Espartaco” (4º y 5º), junto a César de Madrid y de Roberto Martín Cámara “El Jarocho”, que debutó dicha tarde en Madrid. Abrió el festejo Tomás López, y por su importancia, transcribo la parte de la crónica que sobré él escribió Joaquín Vidal en “El País” con el titular: “Un animado final”: “Los novillos de Sánchez Fabrés dieron juego aunque plantearon problemas que los novilleros, jóvenes e inexpertos, tenían dificultades para resolver. César de Madrid, que inició su primera faena con un cambio por la espalda, sufrió achuchones y no pudo con el novillo. Al cuarto, de Juan Antonio Ruiz, precioso ejemplar de capa cárdena clara, con trapío y bravura, lo destrozó el picador mediante sendos puyazos alevosos perpetrando la indecente carioca. Llegó al último tercio reservón el novillo y César de

Madrid, tras porfiarlo, decidió abreviar. Otro ejemplar encastado del mismo hierro le correspondió a Tomás López –que sufrió un volteretón sin consecuencias al quitar al segundo novillo– y le hizo faena parecida a la que aplicó al ejemplar del percance; muy voluntariosa, valerosa y vibrante en los derechazos, y menos lucida en los naturales, que en su trasteo a ese serio quinto prácticamente no existieron pues lo desbordó al intentar la mencionada suerte. Tomás López tuvo una petición de oreja tan mayoritaria –o sea, igual de minoritaria– que Jarocho en el tercer novillo y sin embargo el presidente no se la otorgó. Lo cual carece de lógica y exigiría una explicación si en este país –se quiere decir esta fiesta– hubiera sentido de la responsabilidad, respeto al público, seriedad y competencia. Pero no lo hay. Los poderes públicos, de toros, pasan, y les da igual que, por pasar, haciendo dolosa dejación de funciones, la tricentenaria fiesta se haya convertido en la casa de tócame Roque”. La temporada de 2002 sería la de su ascenso al escalafón superior, pero antes, pasó de nuevo por Las Ventas el día 7 de abril, con 5 utreros de la vacada de Alejandro Vázquez y 1 de Félix Hernández (2º), con Curro Duarte y Juan de la Reina, y aunque en esta ocasión no le sonrió la suerte, transcribo parte de la crónica que escribió en “El País” Miguel Ángel Cuadrado con el significativo titular de “Ilusiones perdidas bajo el agua”: “El cielo estaba nublado y amenazante al comenzar la novillada. Se podía ver cómo oscurecía por momentos, con ayuda de un aire propicio que terminó por enladrillar de negros presagios de lluvia, el techo celeste de Las Ventas. Mientras, los truenos arreciaban por los alrededores y los novillos iban saliendo al ruedo sin demasiadas fuerzas y con la casta más bien justa. Al final rompió a llover cuando Curro Duarte pasaba de muleta al segundo de la tarde, a la sazón el primer sobrero, y el público de los tendidos comenzó a ponerse chubasqueros, enarbolar paraguas y embutirse en capas pluviales. Los más a escapar camino de los bares de la plaza –que están cubiertos–, al amparo de los circuitos cerrados de televisión, donde seguir el desarrollo de la lidia. No dejaría de llover hasta las postrimerías de un festejo flojito, artísticamente comprendida la cuestión. Tomás López en su primero, le cayó en suerte el mejor colaborador de la plomiza y lluviosa tarde, y no terminó de realizar una labor completa, a pesar de correr la mano en el último tercio de manera templada en muletazos sueltos. Recibió al novillo con verónicas estimables de manos altas y se tiró a matar empuñando el estoque con la mano izquierda. Para despiste de curiosos y gente no avisada. En su segundo abrevió, tras probar la fea catadura del novillo, sin pensarlo un segundo,

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ni cavilar que existen faenas de aliño y castigo. La lidia precisa y justa”. Un mes después recibió la alternativa en Sonseca (Toledo) de espuma de mar y oro, el 12 de mayo, con toros de “Yerbabuena”, y Pepín Jiménez de padrino con Manuel Díaz “El Cordobés” de testigo. El toricantano cosechó un extraordinario éxito al cortar las orejas al toro de su doctorado, “Codicioso”, y otras dos al que cerró plaza, saliendo a hombros del coso en unión de sus compañeros de cartel. En la temporada de 2003 sumó 14 corridas de toros en las que cortó 25 orejas y cuatro rabos, siendo una de esas corridas la de su confirmación de alternativa en Madrid, el 20 de julio, con el mismo terno que se doctoró y toros de Prieto de la Cal, de manos de Javier Castaño que le cedió el toro “Felino”, jabonero, marcado con el número 8, de 499 kilos. Figuró de testigo de la ceremonia Reyes Mendoza que también confirmaba su alternativa y que resultó herido de gravedad. Tomás López tuvo que matar tres toros por la cogida que sufrió Reyes Mendoza, con el resultado de silencio y vuelta al ruedo. Tomamos parte de la noticia de la corrida de “elmundo.es”: “La cogida de Reyes Mendoza fue la nota más destacada de la corrida celebrada en Las Ventas, por el percance del diestro cordobés el festejo quedó en un mano a mano entre Castaño y Tomás López, quienes despacharon una desigual corrida de Prieto de la Cal. Reyes Mendoza, que se había lucido en el toro que abrió plaza en un quite por gaoneras en su turno, tuvo mala suerte con el toro de la confirmación de alternativa, un animal cinqueño, con tanta codicia como genio que ya de capote le obligó tras desarmarlo a tomar el olivo. Tras la ceremonia, tomó la muleta y en el primer encuentro el toro se fue directamente al cuerpo del torero tirándolo de mala manera contra las tablas y buscándolo después en el suelo. Luego se confirmaría que el percance fue de pronóstico grave. Por este percance Castaño se tuvo que hacer con el toro, mostrándose desconfiado ante tan incierto animal. El otro confirmante, Tomás López, mató al toro que abrió plaza, un jabonero incómodo que tomó los engaños sin apenas humillar por lo que el toreo de capa del toledano pasó prácticamente desapercibido. Sin embargo, el astado repitió con buen son en la muleta y el diestro apenas le cogió el aire, ya que, a pesar de que lo intentó por los dos pitones, su labor resultó un tanto deslavazada y al final únicamente caló su buena voluntad. El cuarto fue un toro cuajado y casi cinqueño que resultó soso, distraído en el capote y para colmo de males manseó en el caballo, saliendo muy mermado en sus condiciones físicas. A López le faltó toro en la muleta, puesto que tuvo que abreviar y apenas pudo sacar algún que otro pase sin que el animal perdiera

las manos. Tomás López se la jugó en el que cerraba plaza yéndose a chiqueros a recibirlo a portagayola para después lancear animosamente a la verónica, aunque sin la debida quietud. Brindó al público, especialmente a sus numerosos partidarios presentes en la plaza. Comenzó bien con ayudados por alto para luego mostrarse voluntarioso por el lado derecho, más le faltó confianza y naturalidad en sus acciones. La faena resultó larga ante un astado noble que se fue apagando poco a poco. Lo mejor, sin duda, fue la estocada que dio paso a una insuficiente petición de oreja”. Al finalizar la temporada viajó a América, donde debutó el 12 de diciembre, en la plaza de La Barca, en Jalisco (México), con toros de la ganadería “Maravillas” con Manolo Mejía y Abrahán Ruiz, con el balance artístico de dar una vuelta al ruedo en el toro de su debut, y cortar las dos orejas al segundo de su lote. Precisamente en esta corrida se produjo un desagradable incidente que saltó a la prensa y que después desmintió el propio empresario. Ana Belén Cruz dio la noticia en “mundotoro.com” pocos días después, el 17, y que transcribo por su interés: “Según las primeras informaciones, tras la negativa del presidente del festejo a conceder la segunda oreja pedida por el público, López había cortado en dos el trofeo lo que provocó la denuncia de su compañero de cartel Manolo Mejía. Sin embargo y según confirma en su edición de hoy el diario “Ovaciones”, el empresario de la plaza ha afirmado que “ante la insistencia del público para que se le entregara una segunda oreja a Tomás López, el juez sacó el otro pañuelo blanco, pero, el tiro de mulillas ya había arrastrado al toro; entonces, el puntillero cortó en dos partes la oreja que ya tenía en la mano. En ningún caso fue una idea del torero. Creo que Mejía no se dio cuenta de eso”. Esta versión ha sido confirmada a mundotoro por Roberto Fernández, representante del torero español en México”. Los éxitos obtenidos en 2003 en América hicieron que permaneciera toda la temperada de 2004 toreando en las repúblicas americanas. En Chota (Perú), por ejemplo, debutó el 25 de junio de dicho año de 2004, con toros de “Paijan”, alternando con José Montes y Roberto Antolín “El Millonario”, triunfando en el toro de su debut al dar una vuelta al ruedo y cortar las dos orejas a su segundo oponente, triunfo que le valió para torear dos corridas más. También toreó una corrida al menos en Chicoloapán, en México. En 2005, de regreso a España, se vistió de luces en 2 ocasiones durante la temporada, regresando de nuevo a Perú, donde toreó 6 corridas de toros. La temporada de 2006 toreó en España 3 corridas y de nuevo, como en temporadas anteriores, regresó a tierras americanas donde se había hecho

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un buen cartel. En 2007, temporada que sería similar a las anteriores, hubo un hecho que señalo aquí por la importancia sentimental para el torero, y es que el Ayuntamiento de los Yébenes organizó un festejo para el 18 de agosto para que toreasen los cuatro toreros de la localidad. Según una nota de “Europa Press”, el propio Ayuntamiento había difundido una nota de prensa en la que anunciaba que las localidades se podían adquirir en la administración de lotería a 12 Euros, y a quince en la taquilla de la plaza. El festejo se había organizado en homenaje a Jacinto López “El Tinti”, que tras veintiocho años apartado de los ruedos regresaba para esta ocasión con otros tres de los toreros del pueblo: Tomás López “El Yebenero”, Juan Fernández “Manpo” y José Jiménez Perulero “El Purre”, con cuatro reses, a una por coleta, de la ganadería de los Hnos. Víctor Romero, con el aditamento artístico de la cantaora Gema Ruiz acompañada a la guitarra por el guitarrista Antonio el de la Alfonsa. Trascribo parte de la nota de prensa de Europa Press que da luz sobre la trayectoria de Tomás López: “Jacinto López “El Tinti”, comenzó toreando a los 16 años y se dedicó de manera profesional al mundo de los toros hasta el año 1979, fecha de su retirada, cuando tenía 33 años. Desde entonces no ha pisado los ruedos como matador, pero ha sido quién comenzó instruyendo al torero de Los Yébenes más reconocido por su trayectoria profesional, Tomás López “El Yebenero”, participando junto a él en varias corridas como mozo de espada. En la actualidad, tiene 62 años, y ha querido participar en este homenaje que le brindan todos los toreros de Los Yébenes, en cuya organización ha participado también el Ayuntamiento de la localidad. De los cuatro toreros tan sólo continúa en los ruedos, Tomás López que actualmente está triunfando en Perú, donde ha conseguido dos escapularios de oro y dos toros indultados, además de conseguir también grandes triunfos en otras muchas plazas de Iberoamérica como Méjico, Venezuela, California y Portugal. Tomás López “El Yebenero”, cogió la alternativa como matador de toros de la mano de Pepín Jiménez y de Manuel Díaz “El cordobés” en la Plaza de Toros de Sonseca y después confirmó esta alternativa en “Las Ventas”, en Madrid”. Seguramente cansado de ir y venir, y de torear muy poco en los ruedos españoles, decidió poner punto y final a su carrera como matador de toros en Villaminaya (Toledo), el 20 de septiembre de 2009, en un festejo en el que se lidiaron toros de Víctor y Marín, acompañado por Paúl Abadía “Serranito”, mano a mano, y el rejoneador Raúl Martín Burgos. Había toreado hasta la fecha 84 novilladas y 23 corridas de toros en España y 107 en Perú.