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Martínez Macías, Jaime “Jaime Martínez”

en la plaza de Beaucaire, de la que eran empresarios Luc y Marc Jalabert, el 29 de julio, de verde botella y oro, con Paquito Perlaza, que ante Manuel Jesus “El Cid”, le cedió el toro “Lugareño”, marcado con el número 12, de la ganadería de “Occitania”, propiedad del que fuera matador de toros y en la actualidad importante empresario, Simón Casas. El toricantano fue aplaudido en sus dos toros, dando una vuelta al ruedo en el de su alternativa. El triunfador del festejo fue Perlaza que cortó una oreja a cada uno de sus toros abriendo la puerta grande. Fue la única corrida que toreó.

mArtínez mAcíAs, JaIme

“JAIME MARTÍNEZ”

Matador de toros nacido en el Hospital Maternal de Badajoz, el 14 de enero de 1989, aunque trasladado a los dos o tres días a Jerez de los Caballeros, de donde es su familia y donde él mismo se crió. Alumno de la Escuela del Patronato de Tauromaquia de la Diputación Provincial de Badajoz, creada en 1986, desde que contaba 14 años de edad, allí aprendió los rudimentos del oficio bajo la dirección del matador de toros Domingo Valderrama, director del centro. Desgraciadamente, la Escuela duró siete meses, por lo que tuvo que apuntarse en la Escuela de Badajoz en 2004, donde logró hacer el lógico rodaje en clases prácticas y novilladas sin caballos hasta el 25 de junio de 2005, de la mano de los profesores Luis Reina y Antonio Jiménez “Antoñete”, que se presentó en público en Almendralejo con un becerro de García de la Peña al que cortó las orejas y el rabo.”Fui con un vestido grana y oro que le compré por 500 euros a Manolito Lario, que también fue alumno de la Escuela, que a sus vez se lo había adquirido a Ambel Posada, también formado en ella, hoy matador de toros destacado”. Tres años después, el 11 de abril de 2009, Sábado de Gloria, debutó con picadores en su ciudad natal, Jerez de los Caballeros con novillos de la ganadería de Ramón Sánchez Ybargüen, junto a Emilio Martín y Julio Parejo, sus compañeros de Escuela. Iba vestido “de ilusión y oro”, confesó, “porque solo tengo tres vestidos y de tercera mano, por lo que me da igual ponerme uno que otro. Será el de Ilusión y oro”. Y con un terno burdeos y oro desvaído hizo el paseíllo en tarde tan importante, pero recubierto de “Ilusión y Oro”, para enfrentarse a su primer utrero de la ganadería anunciada, de nombre “Ranchero”, negro, marcado con el número 1, al que cortó las orejas, tras brindárselo a sus profesores de la Escuela del Patronato, Nandi

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Masedo, Luis Reina y Antonio Jiménez “Antoñete”. En el otro, también bien armado, de nombre “Malacara”, marcado con el número 33, falló con la espada, pero fue fuertemente ovacionado y salió a hombros con Emilio Martín. Advierto por si indujera a error que en otras fuentes he visto que los utreros pertenecían a la divisa de “Peñas Blancas”. Según la normativa de las Escuelas Taurinas, al debutar con picadores el alumno tiene que salir de ella. Jaime Martinez guarda muy buen recuerdo de ella porque según él le enseñaron a ser persona, a sentirse torero y a respetar a los demás. Cuando dejó la escuela al haber debutado con picadores se encontró completamente solo y desvalido. Era volver a empezar, por lo que a partir de ahí, según propias palabras, “tengo que darlo todo en los ruedos para que alguien se fije en mí y dirija mi carrera profesional con el mejor acierto posible, pero esto es muy difícil”. Tres años estuvo luchando en España tratando de abrirse camino, pero a la vista de las escasas expectativas que se le presentaban para progresar en su carrera determinó marcharse a México en 2012. No fue una decisión fácil, pero era una oportunidad para poder torear y no podía dejarla escapar. Su debut en México se produjo en la plaza de “Vicente Segura” de Pachuca el 13 de octubre de 2012 en la novillada de feria, con Antonio Lomelín hijo, que aún sin obtener trofeos dejó muy buena impresión en los aficionados, haciendo lo más importante de la tarde, y el torero de la tierra Xavier Gallardo, que fue ovacionado. Javier Martínez no pasó desapercibido para el respetable, que lo obligó a dar dos vueltas al ruedo. También hubo una intervención ecuestre a cargo del rejoneador Diego Lecumberri, que fue el único que consiguió cortar un trofeo a un toro de regalo. Luego debutó en Tepeapulco, con Diego Ventura, Jerónimo y “El Zapapta”. Su intención era permanecer en aquel país unos meses para aprender y mantener la llama viva de la ilusión de convertirse en figura del toreo. Sin embargo no fue así y permaneció nada menos que cinco años, consiguiendo abrirse un hueco. y En 2015, tras empezar en febrero toreando en Aguascalientes con novillos de “San Francisco de Asís” junto a René García, Julio Ricaute, Juan Pablo Herrera, Joel Delgado “El Panta”, y Eduardo Romero, y toreó en junio otra novillada con novillos de Rafael Mendoza con Paulo Campero, Juan Pablo Herrera y Manolo Gaona, en La Herradura (Tampico). Ese mismo año tomó la alternativa en Pachuca, en la plaza “Vicente Segura”, el 25 de octubre, con 5 toros de Pablo Samperio, 2 de “Torreón de Cañas” (3º y 7º), y 1 de Pilar Labastida (4º), con Pablo Samperio que actuó como padrino de la ceremonia y Antonio

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