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Rausell Montalt, Rafael “Rafael de Foyos”

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“RAFAEL DE FOYOS”

Matador de toros nacido en Foyos (Valencia), el 23 de septiembre de 1978. El hecho de haber vivido las glorias de su paisano Vicente Ruiz “El Soro” desde que él era muy pequeño, lo indujo sin duda a emularlo y se inscribió en la Escuela Taurina de Valencia para ser torero. Tras el aprendizaje lógico de todos los aspirantes, debutó en público y cuando hubo hecho el cupo de novilladas sin caballos que los profesores consideraron que era el apropiado para debutar con picadores, lo hizo en Valencia, el 8 de marzo de 1997, con Luis Mariscal y Gómez Escorial como compañeros de cartel, lidiando novillos de José Luis Marca. Tras esta fecha crucial en su carrera sufrió un tremendo parón sin apenas torear nada, por lo que decidió marcharse a Méjico y debutar allí con caballos “Fue importante, es la verdad. Me apoderaba en aquel momento el señor Ginés Parra que tenía muchos conocidos en el país azteca y esa fue la razón por la que paramos allí. Toreé tres novilladas con éxito, pero un toro me infirió una cornada gravísima que me obligó a regresar a España antes de lo previsto; fue una desdicha porque los planes y proyectos que allí teníamos eran fantásticos”. Tras diecisiete años como novillero, toreando escaso número de festejos que paliaba, para no perder “el sitio” toreando morlacos enormes en las calles de los pueblos de la comunidad valenciana, toros de más de seiscientos kilos, demostrándolo con fotos, según confesó en una entrevista concedida a Luis Plá Ventura el 25 de marzo de 2015: “Afición la tengo toda y, la prueba, como dices, no es otra que la foto que citamos; es algo que suelo hacer de forma habitual en algunos pueblos de la provincia, algo que me llena por completo y puedo asegurarte que en ese instante no soy consciente de que me juego la vida; es más, si soy torero, no puedo ni debo desdeñar la menor oportunidad que se me presente para enfrentarme a un toro. Pienso que no tuve demasiada suerte como novillero, razón por la que tras algunos años como profesional decidí retirarme”. Efectivamente, tras unas temporadas en las que rayó a buen nivel y los éxitos conseguidos en Valencia, su carrera no se consolidó y decidió retirarse “con gran pena, pero en aquel momento se me acabaron las ilusiones. Pero el destino nos tiene siempre reservada alguna sorpresa, razón por la cual conocí hace dos años a don Álvaro Domecq que, por el precio de la nada decidió ayudarme invitándome a su casa para hacer tentaderos y, aquello me ilusionó hasta

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tal punto de que, ya viste, soy matador de toros. Fue un factor determinante para que yo regresara a los ruedos y, como antes decíamos, para que me ilusionara de este modo puesto que allí, en Los Alburejos, de nuevo sentí la llamada del toreo dentro de mi ser. Desde aquí mi gratitud para don Álvaro”. Desaparecido de los ruedos prácticamente desde aquella temporada, ahora aseguraba encontrarse con renovadas ilusiones “En este tiempo me he buscado la vida por otros escenarios, trabajando en lo que fuese, pero nunca he dejado de torear. Me he puesto delante de muchos toros en las calles para tratar de alimentar al torero que llevo dentro”. Y sin haberse presentado en Madrid, este novillero que tantos años permaneció en el escalafón inferior pese a las crueles circunstancias que tuvo que atravesar, su moral y sus ilusiones continuaron intactas, tanto como cuando pensó en ser torero, máxime cuando en 2014 llegó a un acuerdo de apoderamiento con el valenciano Carlos Puertas, según declaró a la revista “Aplausos”: “Le vi personalidad, un concepto de verticalidad y valor sereno y muchas ganas de ser torero”, manifestó Carlos Puertas. Esta circunstancia lo animó a tomar la alternativa de matador de toros el 30 de noviembre, en su pueblo, Foyos, de manos de su paisano Vicente Ruiz “El Soro” y Vicente Barrera, que reapareció para el acto. En declaraciones a “Aplausos”, Rafael de Foyos manifestó sentirse “muy ilusionado y motivado, voy a tener la alternativa soñada y creo que Carlos es la persona adecuada para gestionar mis asuntos. Un luchador, con una afición desmedida y una forma de trabajar seria y rigurosa. Estoy seguro que luchará por mí, tanto como yo lo voy hacer por ganarme los puestos con la muleta y la espada”. Al respecto escribiría José Luis Benlloch, director de la revista: “Con ese motivo, la población se prepara para una jornada taurina cargada de singularidades. Será como añadirle un nuevo capítulo a su dilatada historia torera. Por vez primera será escenario de una corrida de toros, a pesar de contar tres matadores de toros nacidos en su seno, Tomás Giménez a quien dio la alternativa El Gallo en el año 1927, Soro y Soro II. El cartel tiene un profundo acento valenciano, el propio Soro que toreará su segunda corrida tras la reaparición del pasado mes de agosto en Xàtiva; Vicente Barrera, que vuelve de su retiro por una tarde, en lo que se entiende como la conmemoración de su veinte aniversario como matador de alternativa, y Rafael de Foios la tomará tras un largo ostracismo, en lo que es sin duda otro de los alicientes del cartel. Los toros serán de Benjumea, la misma divisa a la que pertenecían los ejemplares de la triunfal reaparición

agosteña”. Y llegó el día 7 de diciembre de 2014, y Rafael de Foyos, vestido con un precioso terno azul noche y oro, recibió el entorchado de matador de toros de manos de Vicente Ruiz “El Soro” al cederle el toro “Campanito”, colorado, marcado con el número 70, y 470 kilos en presencia de Vicente Barrera. Transcribo la breve reseña que hizo José Ignacio Gonzales en “Aplausos”: “Foios (Valencia), domingo 7 de diciembre de 2014. Matinal. Toros de Benjumea, el sexto premiado con la vuelta al ruedo. Vicente Ruiz “El Soro”, oreja y dos orejas; Vicente Barrera, oreja y dos orejas; Rafael de Foios, que toma la alternativa, dos orejas y dos orejas; Entrada: Casi lleno. El festejo comenzó con unos minutos de retraso ya que los toreros, tras el paseíllo, dieron la vuelta al ruedo portando una imagen de la Virgen del Patrocinio, patrona de la localidad. Rafael de Foyos se doctoró con el toro Campanito, número 70, colorado bociblanco, de 460 kilos. El banderillero Vicente Yesteras se cortó la coleta arropado por todos sus compañeros. El torero de plata recibió una gran ovación desde los medios. Se desmonteraron tras parear al sexto Raúl Martí y El Sirio”. Tras la alternativa, El Soro confesó que Rafael de Foyos “Tiene muchas condiciones para funcionar. Sus principios a mí me pillaron en un momento personal muy malo por motivos que no vienen al caso, si no llega a ser por ello lo hubiera apoyado como merecía ya entonces”. Por su parte, Salvador Ferrer escribió: “Rafael de Foyos tiene muy buen aire. Y no porque se haya estado ganando la vida reparando aparatos de aire acondicionado. Con “Campanito” , exhibió el aire del buen toreo: el gusto, el sello, la personalidad, el concepto y el temple. Y el valor, que es firmeza, quietud y serenidad. Todo eso lo tiene Rafael. Mucho tacto con la muleta, precisión en los toques, la planta agarrada al piso, las muñecas engrasadas. Flojito, bonito, noblón y mansito el toro de Benjumea. Ideal para una ceremonia tras brindar a su padre y a su madre, en una barrera. Ante el sexto, premiado con la vuelta al ruedo, consolidó el concepto proyectado. Ganas de verle de nuevo. Con la derecha hubo dos series de entidad superior. Al ralentí, el muletazo nacía y moría denso y dormido. Torero el encaje, fácil el asiento, notable el aplomo. Soberbias las manoletinas del epílogo. Tomar la alternativa a los 36 tacos puede sonar a excentricidad. Puede ser. Pero el toreo es más pasión y locura que cordura. Y a Rafael se le ven cosas que hacen pensar en su capacidad para enloquecer a la gente en una plaza de categoría. Se queda más quieto que la mar; sabe torear. Deberían ponerlo en Fallas. Sobre todo, porque en los últimos tiempos hemos visto a toreros de todo el planeta anunciados con

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