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Reyes Mendoza, Enrique “Reyes Mendoza”

se presentó ante la afición madrileña de Las Ventas el 25 de mayo de 2009, de malva y oro, acartelado con Francisco Pajares y Pablo Lechuga, con utreros de “Guadaira”, en la décimo novena corrida de feria. Juan Carlos Rey fue aplaudido en su debut y saludó desde el tercio, y fue silenciado en el segundo de su lote. Sus compañeros resultaron heridos de carácter leve. La temporada de 2009 fue excelente para su carrera, pues la terminó con 20 festejos toreados, cinco de ellos en plazas de 1ª categoría, con corte de 14 orejas y quedando situado en el puesto número 15 del escalafón de novilleros con picadores. En esas fechas lo apoderaba el grupo “Global Toros” y lo dirigían artísticamente los banderilleros Ángel Majano y Antonio Briceño. Tas torear 45 novilladas desde su debut con los del castoreño, decidió doctorarse, de celeste y oro, en Colmenar Viejo, el 30 de agosto de 2011, con toros de la ganadería de Ángel Luis Peña, y Víctor Puerto de padrino, que ante Iván Vicente, le cedió el toro “Sevillano”, negro, marcado con el número 22, que dio en la báscula un peso de 502 kilos. El toricantano saludó en el toro de su alternativa y cortó una oreja al sexto de la corrida. Terminó su primera temporada como matador de toros con 4 corridas, la última de ellas en Colmenar Viejo, el 25 de agosto, alternando con Javier Castaño y Alberto Aguilar en la lidia de astados Aurelio Hernando (1º, 5º, y 6º), y los tres restantes de Carmen Segovia. Juan Calos Rey vio como sus paisanos silenciaban su labor en ambos toros de su lote. Toreó después algunos festivales sin llegar a vestir el terno de luces en la temporada de 2014, por lo que ante la dificultad de entrar en los carteles, Juan Carlos Rey anunció en mayo de 2017 su decisión de cambiarse de escalafón y hacerse banderillero. Su debut, según anunció a la prensa especializada sería el 8 de mayo en la novillada de El Molar, en la cuadrilla del alumno José Aguilera de la Escuela Taurina de Colmenar Viejo “Miguel Cancela”. “Esta profesión es muy bonita y se disfruta mucho, pero es muy dura. Ser torero implica sacrificio”, dijo. En 2019 lo vi a las órdenes del novillero de moda Francisco de Manuel.

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“REYES MENDOZA”

Matador de toros y posteriormente banderillero nacido en Córdoba el 14 de septiembre de 1978, hijo del banderillero Enrique Reyes Moreno, conocido en los carteles como “El Niño de las Monjas”, que perteneció a la cuadrilla de Fernando Tortosa ente otros toreros cordobeses, hasta que

después pasó como auxiliador a la cuadrilla del rejoneador Luis Valdenebro. No es extraño pues, que con el mencionado ambiente familiar, Enrique quisiese ser torero para lo que no encontró oposición paterna, debutando de luces el 5 de mayo de 1995 en Torremolinos (Málaga), y tres años después, lo hizo con picadores en Alcalá de Guadaira (Sevilla), el 27 de junio de 1998 en una novillada de promoción para seis novilleros, a novillo por coleta. Así pues alternó con Jesús de Almería, Daniel Duarte, José Luis Osuna, Jesuli de Torrecera, y José Manuel Berciano. Triunfó Reyes Mendoza en su debut a lo grande, pues cortó las orejas a su novillo que lucía la divisa de Hermanos Garzón. Terminó la temporada con 4 festejos toreados, pero con el aliciente de haber sido declarado “Novillero triunfador de la Feria de Córdoba”. En 1999 sumó 9 novilladas y volvió a triunfar en la plaza de Córdoba al cortar una oreja. Aumentaron significativamente sus contratos en la temporada de 2000 a 21 festejos, siendo uno de ellos, el de su presentación en la plaza madrileña de Las Ventas, de celeste y oro, el 10 de septiembre, con novillos de Román Sorando, que adquirió antigüedad ese día, alternando con Antonio Bricio y Sergio Martínez. No tuvieron suerte los novilleros, pues todos fueron silenciados en sus faenas. El novillo de su presentación fue “Andaluzado”, negro, marcado con el número 26, de 535 kilos. Sin embargo, debió gustar su toreo porque en la temporada siguiente, 2001, hizo un nuevo paseíllo en Las Ventas el domingo, 25 de marzo, con 3 novillos de “El Serrano” y 3 de Félix Hernández (4º, 5º y 6º), alternando con José Luis Triviño y Ángel Romero. En esta ocasión Reyes Mendoza dio una triunfal vuelta al ruedo tras estoquear a su primer toro, tercero de la corrida, y ser ovacionado en el sexto. Este nuevo triunfo le valió la repetición el lunes, 30 de abril, en la 2ª corrida de la Feria de la Comunidad, con novillos de Carlos Núñez (5), que adquirió antigüedad, y 1 de Alejandro de Vázquez, el 2º, alternando con Iván Vicente y César Girón, hijo del rejoneador sevillano Antonio Ignacio Vargas y sobrino de los toreros venezolanos Hnos. Girón. Triunfó de nuevo Reyes Mendoza al ser ovacionado en su primero, el toro que abrió plaza, y saludar en el cuarto. Se daba la circunstancia de que en su cuadrilla figuraba su hermano Oscar, que fue uno de los hombres de plata destacados en esa corrida. Repitió en Las Ventas, el lunes, 21 de mayo, en la décima corrida de la Feria de San Isidro, esta vez con novillos de Baltasar Ibán, junto a Julio Pedro Saavedra, que debutaba, y Sergio Aguilar. El tiempo no ayudó por lo frío y lluvioso, y los toreros, aunque bien, no destacaron especialmente, siendo silenciadas sus faenas. Sin

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embargo, volvió de nuevo a la plaza de Madrid el viernes, 3 de agosto, esta vez con el mejicano Alejandro Amaya y Miguel Ángel Cañas, ambos debutantes en Madrid, lidiando novillos toros de Ángel Luis Peña Sánchez, en festejo nocturno dentro del III Ciclo de promoción de Vía Digital. Gustó de nuevo Enrique Reyes Mendoza y triunfó al dar una vuelta al ruedo en el novillo que abrió plaza y ser muy ovacionado en el 4º. Continuó triunfando en plazas de categoría, como en la feria de Málaga, y en los certámenes de novilladas de Algemesí y Arnedo, y para finalizar la temporada, toreó su 5ª novillada en Las Ventas el viernes, 17 de agosto, con utreros de Antonio San Román, acartelado junto a Antón Cortes y a Procuna, en un festejo nocturno de la Final del III Ciclo de Vía Digital, sin que tuviera suerte, pues aunque fue ovacionado en el que abrió plaza, se silenció su faena del segundo novillo, mientras que sus compañeros cortaron cada uno una oreja. Este contratiempo no fue óbice para que volviera a torear en el mismo ruedo, el sábado 6 de octubre, en la 2ª corrida de la Feria de Otoño para cerrar su temporada. En esta ocasión se lidiaron novillos de “El Ventorrillo” y alternó con sus mismos compañeros del cartel anterior: Antón Cortes y el mejicano Procuna, que habían triunfado. En esta ocasión Reyes Mendoza volvió a brillar al ser ovacionado en el primer toro de la tarde, pero quien triunfó de verdad, fue el albacetense Antón Cortés que cortó una oreja a su segundo novillo, quinto de la tarde. Terminó la campaña de 2001 con 30 corridas toreadas, cifra que ya nunca alcanzaría, pues en la temporada de 2002 solo toreó 9 novilladas, aunque en plazas importantes como Madrid, donde toreó dos tardes, la primera el 19 de marzo, con Sergio Aguilar y Matías Tejela, que se presentaba en Las Ventas, lidiando novillos de “Peñajara” (4), y 2 de “Navalrosal” (1º y 5º). Reyes Mendoza saludó en el primero de la tarde y se silenció su labor en el 4º; y la segunda comparecencia en Madrid fue el viernes, 3 de mayo, en la 3ª de feria de la Comunidad, con novillos de “El Ventorrillo”, alternando con Javier Valverde y Salvador Vega. También Toreó en Málaga y por último, la de su despedida como novillero en Sevilla el 12 de mayo con novillos de Guadales, con Azuquita y Salvador Vega, obteniendo un balance en su actuación de ovación y saludos. Menos de un mes después, el 1 de junio inmediato, recibió la alternativa en Córdoba con toros de María José Barral en una corrida que levantó gran expectación porque era la despedida de Manuel Benítez “El Cordobés”, que figuraba de padrino, en presencia de Juan Mora. El autor de este libro tuvo la suerte de presenciar el festejo. Reyes Mendoza, de blanco y

oro, fue ovacionado en el toro de su doctorado, “Airoso”, de nombre, castaño de 520 kilos, y herrado con el número 12. En el que cerró plaza cortó dos orejas y salió a hombros del coso junto a su padrino. Después de la corrida, el autor de este libro tuvo el honor de ser, junto a su esposa, unas de las cuarenta o cincuenta personas invitadas por Manuel Benítez a una fiesta en el complejo deportivo de su propiedad situado en la Avda. Manolete, en la que se vivió una velada de gran cordialidad por parte del maestro Benítez y su familia, que estuvieron acompañados por distintas celebridades y por ganaderos y toreros, entre los que figuraban Máximo Valverde, y los cordobeses, José María Montilla y El Puri, el granadino Fernando Martín “Sacromonte”, apoderado de Manuel Benítez, etc. En la temporada siguiente, 2003, empezó la temporada toreando en Córdoba en el mes de abril, con éxito, pues cortó una oreja, y después marchó a Perú, donde debutó en la plaza de Chota, el 25 de junio, con Fernando Cámara y el linarense David Gil, lidiando reses de “La Viña” (3), y otros tres de “Paiján”, con el resultado de ovación y silencio. De regreso a España, revalidó su alternativa cordobesa en la plaza de Madrid, el 20 de julio, de blanco y oro, con toros de Prieto de la Cal, bien presentados y de juego muy desigual, con genio y peligro, alternado con Javier Castaño que figuraba de padrino, y Tomás López, que también confirmaba su doctorado, de testigo. Reyes Mendoza tuvo la mala suerte de ser cogido gravemente por su primer toro, por lo que no pudo matar ninguno, quedando la corrida convertida en un mano a mano. Tomo de “Elmundo.es” un extracto de la crónica de la corrida, sobre todo, lo referente al confirmante: “Corrida sin trofeos y con un percance grave, el de Reyes Mendoza que confirmaba la alternativa en la plaza de Las Ventas, al igual que Tomás López, y resultó cogido de pronóstico grave en su primera faena. El tercero de la terna, el salmantino Javier Castaño, hizo lo más positivo de la tarde, con una faena de oficio que no llegó a culminar con brillantez. La cogida de Reyes Mendoza fue la nota más destacada de la corrida celebrada en Las Ventas, por el percance del diestro cordobés el festejo quedó en un mano a mano entre Castaño y Tomás López, quienes despacharon una desigual corrida de Prieto de la Cal. Reyes Mendoza, que se había lucido en el toro que abrió plaza en un quite por gaoneras en su turno, tuvo mala suerte con el toro de la confirmación de alternativa, un animal cinqueño, con tanta codicia como genio que ya de capote le obligó tras desarmarlo a tomar el olivo. Tras la ceremonia, tomó la muleta y en el primer encuentro el toro se fue directamente al cuerpo del torero tirándolo

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de mala manera contra las tablas y buscándolo después en el suelo. Luego se confirmaría que el percance fue de pronóstico grave. Por este percance Castaño se tuvo que hacer con el toro, mostrándose desconfiado ante tan incierto animal. En la enfermería fue operado Reyes Mendoza de “dos cornadas, una en cara interna tercio inferior del muslo izquierdo con una trayectoria hacia abajo de 15 centímetros que alcanza el hueco poplíteo. Otra herida en región escrotal con ablación de testículo derecho y que contusiona la uretra, de pronóstico grave”. Fue trasladado a la clínica “La Fraternidad”. Y Rosario Pérez escribió en “ABC” toda la crudeza del suceso: “La tarde se tiñó de tragedia cuando Reyes Mendoza se doblaba con el segundo veragua en el inicio de faena. El toro, que ya había hecho algún extraño en el capote, resultó ser una alhajita y arremetió contra las partes nobles del matador, con tan mala saña que se llevó por delante un testículo, que voló por los aires y cayó cerca del burladero. Las cuadrillas asistieron prestas a Mendoza y lo trasladaron a la enfermería. Dentro ya el diestro de la sala verde, un banderillero encontró el testículo en medio de la arena y se lo entregó al alguacilillo, que lo envolvió en un pañuelo y con sumo cuidado se lo llevó a los médicos que intervenían al espada cordobés. La noticia empezó a correr por los tendidos... Lo cierto es que un torero se jugó la vida sin cuento y cayó herido en la plaza, mientras veía frustrada su confirmación de alternativa. Aunque fueron escasos los pasajes en los que la afición pudo contemplar a Reyes Mendoza, vislumbró su valor y su quietud desde el quite por gaoneras al astado que desvirgó la arena”. Recuperado del percance viajo de nuevo a las repúblicas americanas, donde debutó en Venezuela, el 21 de septiembre en la plaza de Barquisimeto, con toros de “Laguna Blanca”, y Marcos Peña “El Pino” y César Venegas como compañeros de cartel. Se silenció su labor con el toro de su presentación, “Retorno”, marcado con el numero 62, e igual resultado obtuvo en el segundo oponente de su lote. La temporada de 2004 fue muy pobre porque solamente pudo torear una corrida, en la feria de Córdoba, e igual sucedió en 2005. En 2006 pareció que su carrera levantaba el vuelo y toreó 5 corridas, aunque en plazas de escasa categoría a excepción de la Monumental de Barcelona. Dos años más estuvo en los ruedos, hasta que el 13 de septiembre de 2008 toreó su última corrida como matador de toros en Bélmez (Córdoba), un festejo mixto, con Víctor Janeiro, mano a mano, con toros de “Madroñiz” y el novillero Curro Leal. Fue ovacionado en su primer toro y cortó las dos orejas a su segundo oponente, saliendo a hombros de la plaza, con el novillero. Hasta esa fecha

había toreado 78 novilladas y 24 corridas de toros en España. Después continuó en los ruedos, pero vistiendo de plata, habiéndose convertido en un excelente banderillero. Desgraciadamente, las últimas noticias que podemos aportar de él son muy actuales, tanto que se producen cuando se escriben estas líneas. Hacen referencia a la grave cogida que sufrió el domingo, 28 de abril de 2019 cuando actuaba a las órdenes del novillero Lagartijo en la plaza de toros de Las Ventas con desprendimiento del globo ocular y fractura de la órbita ocular izquierda, aunque también fue dañado el musculo del tabique nasal y presentaba una parálisis en el nervio de la cara. Fue operado inmediatamente por el Dr. Máximo García Padrós y posteriormente trasladado a las últimas horas de la noche al Hospital de la Fraternidad de la Fundación Jiménez Díaz para realizarle un estudio más amplio en la unidad oftalmológica, tras los cuales, los resultados fueron peores de lo inicialmente previsto. Según fuentes cercanas al torero, Reyes Mendoza sufría fuertes dolores, mareos, y su visibilidad era doble. Fue operado de nuevo el 8 de mayo en la Fundación Jiménez Díaz. Por fin, tras ser operado dos veces, el miércoles 8 de mayo en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid por espacio de tres horas “en una operación en la que se le implantaron varias placas de titanio y tornillos para reducir las diversas fracturas que sufrió en la cara. A su vez, se le implantó también una malla en el globo ocular para tratar de corregir el desplazamiento del mismo. El subalterno está pendiente de una nueva revisión, que tendrá lugar el próximo miércoles, día en el que se decidirá si es necesaria una tercera intervención y se determinarán los plazos de recuperación”. Fue dado de alta el viernes, 10 de mayo. Por cierto, que su hermano Óscar, dos años menor que él siguió los pasos de su progenitor, porque desde bien pequeño siempre quiso ser banderillero, y para ese menester se preparó en la Escuela de Córdoba, donde se inscribió a la edad de dieciséis años. Desde entonces solo vivió por y para el toro, y cuando los profesores lo consideraron preparado debutó como banderillero el 25 de julio de 1997 en Alcalá de Guadaira (Sevilla), en la cuadrilla del novillero cordobés Rafael Rosa. Cuando se escriben estas líneas lleva veintidós años de profesión con cerca de mil corridas toreadas, muchas de ellas en las plazas más importantes del orbe taurino, como Madrid, Sevilla, Nimes, y en todas las ferias importantes de España. Pese a ser uno de los banderilleros más importantes, alterna su profesión de torero con la de bombero en Córdoba, dos profesiones arriesgadas, para las que vive en cuerpo y alma.

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