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I El camino hacia el futuro: del 5G al 6G
El camino hacia el futuro: del 5G al 6G
Rosa Paradell - Innovation Business Development Director, Public Sector de la Fundación i2cat
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Cuando se habla de redes 5G debe tenerse en cuenta que no se trata de una mera evolución de las redes móviles, sino que estamos ante una transformación disruptiva. El ancho de banda móvil mejorado, las comunicaciones de baja latencia y alta disponibilidad, junto con la alta concentración de dispositivos, añadidas al diseño flexible de la red van a habilitar nuevos casos de uso de las redes móviles que no han sido posibles con las generaciones anteriores.
Se abre por lo tanto un nuevo mundo de posibilidades, las comunicaciones móviles se empezarán a utilizar en servicios críticos, como seguridad y emergencias, en usos industriales así como el entretenimiento del futuro, entre muchos otros.
Uno de los ámbitos en los que se prevé un mayor impacto de las redes 5G va a ser el ámbito del transporte, gracias a la introducción progresiva de los vehículos autónomos y conectados. A nadie se le escapa que la alta velocidad y la inmediatez de las comunicaciones va a ser también crucial para el sector de media, entretenimiento y los videojuegos, mediante el uso de nuevas tecnologías como realidad virtual y los hologramas, entre otros.
Se espera también que el 5G sea clave en la automatización y digitalización de la industria. La industria 4.0 se va a beneficiar de la introducción de robots autónomos monitorizados y gestionados, del análisis mediante inteligencia artificial de imágenes que permitan tomar decisiones automatizadas o de la asistencia remota de expertos en realidad aumentada todo ello en tiempo real.
El 5G se espera que tenga un impacto beneficioso en la calidad de vida de las personas. Por ejemplo: la teleasistencia y la telemedicina van a permitir minimizar los desplazamientos de los pacientes a los centros médicos, optimizando el uso de los recursos y minimizando los desplazamientos en vehículo, reduciendo así las emisiones de gases de efecto invernadero. Estos nuevos casos de uso van a representar un cambio importante en el uso de las redes móviles. Si bien actualmente el tráfico de las redes móviles lo generamos mayoritariamente las personas, tanto en nuestro ámbito privado como profesional, con el uso masivo de las comunicaciones 5G se prevé el tráfico llegue a quedar balanceado con las comunicaciones entre dispositivos
Sin embargo, tenemos en frente varios retos que están retrasando el desarrollo de las redes 5G, por una parte a nadie se le escapa que los operadores de telecomunicaciones van a tener que hacer una inversión muy importante en el despliegue de estas redes y como es natural, este despliegue va a empezar por las zonas más densamente pobladas, en las que el retorno de la inversión va a ser mayor y más rápido. Estamos por lo tanto ante una posible nueva brecha digital. Para que esta nueva conectividad llegue a los territorios rurales y a los municipios pequeños va a ser necesaria la compartición de infraestructuras activas, así como probablemente el desarrollo de nuevos modelos de negocio de colaboración público-privada.
Si queremos evitar esta nueva brecha digital tendremos que pensar en cual, o cuales, van a ser las aplicaciones específicas que harán atractivo el desarrollo de las redes 5G en los territorios rurales. Es por esto que existen en el territorio español diferentes iniciativas centradas en analizar el impacto del 5G en la gestión de explotaciones agropecuarias, la gestión de recursos y espacios naturales, los
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destinos turísticos inteligentes y la nueva ruralidad entre otros. Disponer de una buena conectividad en los territorios rurales va a ser clave para retener los jóvenes en el territorio e incluso cambiar la tendencia de despoblamiento que estamos sufriendo en nuestras zonas rurales.
Otro reto es la implantación de redes 5G privadas en el sector industrial. Algunas grandes empresas industriales son reticentes a que sus datos, sus imágenes, en general su información clave, salga de sus instalaciones. Dado que los entes regulatorios en España no han considerado reservar ancho de banda para este tipo de soluciones deberemos entre todos encontrar una solución para que nuestras industrias sigan siendo competitivas.
Por otro lado debemos tener presente que el 5G es una tecnología todavía en evolución. De hecho la versión 17 del 3GPP, el organismo que define los estándares de las comunicaciones móviles, todavía relativa a la estandarización del 5G no está prevista hasta el próximo 2022, y no será hasta que esta versión esté totalmente operativa que realmente podremos disponer de todas las características prometidas por el 5G. Así pues, cualquier despliegue que se haga ahora tendrá que tener en cuenta la interoperabilidad con los futuros estándares del 5G.
Es comprensible por lo tanto que los operadores sean prudentes en sus despliegues. De hecho algunos estudios publicados por la GSMA consideran que en Europa la penetración del 5G en 2025 no llegue ni al 30%, por lo tanto el camino que tenemos por delante es largo y nos tocará ser pacientes. No obstante debemos estar preparados para no perder competitividad, debemos informar y formar a nuestras empresas, a nuestras industrias, debemos seguir trabajando en pilotos demostrativos que sirvan de inspiración, en definitiva lo que estamos haciendo ya, sin desfallecer, pero tampoco generando falsas expectativas: este camino no va a ser rápido ni fácil.
Pero estamos en el buen camino: la Comisión Europea supervisa desde 2014 los avances digitales de los estados miembros a través del DESI, unos informes relativos al Índice de la Economía y la Sociedad Digital. Según estos informes España ocupa, en la edición de 2020, la posición 11ª entre los 28 estados miembros de la UE, justo delante de Alemania y uno de los ámbitos que más y mejor se están trabajando es el de la conectividad.
Pero la evolución de la redes móviles no se termina aquí, estamos tratando de resolver los retos del despliegue del 5G a la par que estamos empezando a trabajar ya en el diseño de la sexta generación móvil. Una generación en que las velocidades llegaran al orden de los terabits por segundo y 1000 veces más rápida que el 5G en términos de latencia.
De nuevo la evolución de la tecnología va por delante de las necesidades, pero sin lugar a dudas la evolución de la humanidad y de las tecnologías digitales avanzadas tienen un estrecho vínculo. Lo mejor está por llegar.