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Prepararse para la “nueva normalidad

Como bien señaló la confederación COOPERAR en su declaración respecto del Día Internacional de las Cooperativas 2020, “la nueva normalidad deberá poner en el centro el cuidado de las personas y la defensa del planeta. Debe ser una sociedad donde prevalezca la cooperación por sobre la competencia y el individualismo”.

No hay dudas de que la pandemia por coronavirus trajo aparejada una profunda crisis no solo sanitaria sino que también tiene sus consecuencias negativas tanto en aspectos económicos, sociales como medioambientales.

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Una crisis que ya está dejando heridas profundas en el tejido social de nuestras comunidades. Es allí, justamente, en ese territorio, en donde las cooperativas de servicios públicos están en la trinchera desde la primera hora. Y no solamente en este contexto de emergencia, sino atravesando crisis y resolviendo los problemas de la comunidad desde hace décadas.

Y esta no es la excepción: las cooperativas están sosteniendo los servicios esenciales para que los habitantes de sus pueblos y ciudades puedan atravesar esta pandemia de la mejor manera posible y asistiendo a los sectores más vulnerables cuya capacidad de pago se resiente día a día. Todo ello, sin haber logrado todavía que en este trascendental momento el Estado visibilice al cooperativismo de servicios públicos, puntualmente en lo que respecta a la asistencia económica que sí han tenido otros sectores de la economía, incluso empresas de lucro, por lo que se hace cada vez más dificultoso afrontar los mayores costos con menores ingresos.

Los próximos meses serán vitales para la reconstrucción del tejido social pospandemia en un escenario económico que se advierte sumamente complejo. Es allí en donde se habla de una “nueva normalidad” que indefectiblemente –para no cometer los mismos errores ni recorrer los mismos caminos- deberá levantarse sobre el paradigma cooperativo en donde primen los criterios de solidaridad y ayuda mutua, por sobre la competencia y el individualismo.

No se trata solamente de cambiar o adquirir nuevos hábitos sociales o tomar mayores cuidados sanitarios; se trata de construir un nuevo modelo de sociedad basada en pautas sostenibles de producción y consumo de bienes y servicios.

En ese sentido, en los tiempos por venir, hasta el propio Estado le augura un protagonismo especial al sector de la economía social como motor para el desarrollo local equitativo. Por eso, resultará necesario que seamos tenidos en cuenta a la hora de discutir y organizar esas agendas públicas pospandemia porque, junto a los municipios, somos quienes más conocemos el territorio y las necesidades de su comunidad.

No será un camino fácil. Pero aún cuando la coyuntura aparezca como muy compleja, como cooperativismo de servicios públicos esenciales deberemos estar preparados, exhibir nuestro gran peso y arraigo territorial, nuestra capacidad de readaptación en las crisis y esa identidad solidaria que nos permite siempre estar más cerca de la sociedad a la que prestamos servicios. Para que no solamente seamos importantes a la hora de sostener y asistir en la emergencia, sino también para la construcción de esa nueva sociedad que necesitará de todos•

EL CONSEJO DE ADMINISTRACION

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