¿Progreso? Una bomba. Todo comienza con una bomba, un estallido y miles de consecuencias. ¿Habrán pensando en ellas los autores de la misma? ¿Se cuestionarán las miles de muertes, destrucciones, pérdidas, dolores que existen detrás de una bomba? ¿Se creen ustedes que la muerte de un hijo, un hermano, un nieto, la pérdida de miles de años de esfuerzo; resumiendo, la pérdida de todo, les quita el sueño por la noche a los que se encuentran detrás de estas bombas? Porque eso es lo increíble, que detrás de estas causadoras de completa destrucción se encuentren seres humanos, personas, como vos y como yo. Aunque con la diferencia de que ellas no temen acarrear con la muerte de miles de personas como ellas, como vos, como yo. Porque es así, hoy el conflicto sucede en el Medio Oriente pero lo siento como vecino, cercano, quien sabe, mañana capaz me toca a mí; y... al fin y al cabo los entiendo, los siento, los vivo, si, al fin y al cabo son seres humanos como yo, y duele; duele infinitamente, duele hasta la médula. Y no son solamente las muertes y atentados los que duelen, duele sentir esta desilusión tan grande de la gente que habita el planeta conmigo. Decepciona el saber que por más que se hable de avances y evolución y aceptación e igualdad, la humanidad demuestra solamente retrocesos, se muestra despiadada, desalmada y desconfiada. Cuando en todas partes se quiere mostrar constantemente la idea de progreso de esta humanidad, son episodios como estos los que me hacen
ver únicamente aprensión, crueldad y egoísmo. Cuando el mundo se está cayendo a pedazos y lo único que queda es crear un lazo de fraternidad y benevolencia entre las personas; sucede exactamente lo contrario, una fractura entre las mismas. Creo en el poder de las palabras, creo que pueden cambiar los hechos, creo que pueden llegar al fondo de las cosas. Sin embargo, creo también que, particularmente en este caso, una imagen vale más que mil palabras, por esto mismo incluí estas imágenes tan atroces, que muestras una vez más destrucción y sufrimiento y muerte, sobre todo muerte. Porque no hay otra cosa que pueda dejar una guerra como fruto más que la muerte. Es por esto que el fin de estas impactantes imágenes no es la morbosidad en sí, sino reflejar con cruda viveza los hechos ocurridos. El fin es transmitirles lo que me transmitieron a mí cuando las vi, se me heló la sangre, un escalofrío me recorrió de arriba a abajo y los ojos se me tornaron rotundamente vidriosos, al ver de la crueldad que es capaz el ser humano. Miles de los afectados fueron niños, y me pregunto yo ¿qué culpa tienen éstos? Están siendo forzados a madurar, a dejar su infancia atrás, a vivir cosas que ningún ser humano debería vivir. Si el respeto que le debería tener un hombre a otro no es suficiente motivo para dejar las guerras atrás, por lo menos que lo sean los niños, y el afán de prevalecer su inocencia y alegría. Por último, elegí imágenes de Siria y no de París no porque crea que este sea más importante, sino porque creo que se le
dio menos importancia. Quizá sea porque este no es un centro turístico, porque nos encontramos más alejados por cuestiones culturales, o ¿Porque se encuentra menos desarrollado? ¿Es esta una razón para considerar esta catástrofe menos importante que la de París? No debemos ignorar lo que está pasando en el mundo, el constante bombardeo a Siria, no debería borrar de nuestra memoria que en África siguen muriendo miles de personas por hambruna, falta de sanidad y agua. Así también por cuestiones étnicas, como el genocidio de Rwanda. No debemos olvidar las miles de violaciones ocasionadas por el Vaticano. No debemos olvidar la constante explotación y talleres clandestinos pertenecientes a EEUU. NO DEBEMOS OLVIDAR. Pareciera ser que una catástrofe reemplaza a otra, hasta que eventualmente se olvida. Los desastres son olvidados por todos. Menos por los que los sufren. No olvidemos que somos humanos, que debemos ayudarnos y ser solidarios y benevolentes los unos con los otros, porque vivir en paz es posible si lo que se quiere es vivir.