BIOGRAFIA DE HILDEBRANDO CASTRO POZO ESCRITO POR HILDEBRANDO CASTRO POZO DIAZ •
Hildebrando Castro Pozo nace el 9 de setiembre de 1890 en la calle Cáceres Nº 340344, Plaza de Armas de Ayavaca. Fue su padre Santiago Castro Niño y su madre, doña Carmen Flora Pozo Timoteo.1
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Durante su niñez vive en la Hacienda “Parales”. 2 Desde los 14 años de edad, en el “Instituto Piurano” cursa su instrucción secundaria hasta el tercer año de media. 3
• Obedeciendo a su deseo de seguir sus estudios fuga de su hogar cuando su padre lo quiso dedicar a las labores agrícolas de la hacienda “Parales” 4. Hildebrando Hildebrando Castro Castro Pozo Pozo 1
Augusto Urteaga Castro Pozo: “Hildebrando Castro Pozo (1891-1945) nace piurano y nace serrano, en una de las provincias serranas del Departamento de Piura, Ayavaca. Nace serrano y toda su vida la amará: la respira, la interpreta, la expresa, la narra y la representa fiel y espiritualmente como un buen amante.//Como lo atestiguara su paisano y amigo, Don Rubén Quevedo Timoteo (q.e.p.d),”- Hildebrando- “recorrió atónito y encantado Samanga, Olleros y el apu Aypate. Además, después de observarlas, se informó todo lo que pudo sobre el papel de las “muñidoras” y los “maestros”, durante la fiesta de La Cruz realizada cerca de las lagunas de Pacaipampa. Acaso sin saberlo a ciencia cierta, asumió y portó con dignidad, toda la vida, su originaria identidad de wayakuntur o guayacundo”. (En: Homenaje del pueblo de Ayabaca a Hildebrando Castro Pozo. Diciembre de 1995. Mario Polia Meconi. Los Guayacundos ayahuacas: Una arqueología desconocida. Concejo Municipal de Ayabaca-Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo Editorial 1995, p. 9). - Mario Vargas Llosa: …”famoso luchador social, defensor de campesinos, que pasó por la cárcel y el exilio, y autor de un libro sobre las comunidades indígenas que lo hizo famoso. Estuvo en el Congreso como diputado”. (En: El héroe discreto. Alfaguara. Lima, Perú, 2013, p. 310). 2
Juan María Merino Vigil: “me contaba Castro Pozo: “Allí en Parales mis amigos eran los indiecitos de la servidumbre de mi padre, y los indios cholos y mulatos hijos de los colonos de la hacienda; allí aprendí a conocer la injusticia de los hombres contra los hombres y desde entonces estoy al lado del dolor de los humildes”. (En: Castro Pozo, hombre representativo, vida heroica, vida ejemplar. Revista Folklore, Nº 16, edición extraordinaria, Lima, abril de 1946, pp. 410-413). -Hermelinda Merino Castro: “la mamá había muerto...eran como un pequeño clan en el que faltaba la mamá (por su temprana muerte) y el padre que casi siempre estaba ausente por lo de las tareas de la hacienda. Que los niños estaban rodeados por los campesinos y la servidumbre y es así como rompieron muchos prejuicios y se hicieron amigos de los campesinos: Gustaban de sus comidas, sus problemas, los comprendían y los hacían suyos (...) sin saberlo se hicieron “revolucionarios anticipados” porque ya no ejercían el paternalismo como los terratenientes sino que se sentían amigos de los campesinos e iguales a ellos”. (Entrevista grabada por Carmela Castro Pozo Díaz).
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• Hildebrando parte de Paita a Centro América en un barco carbonero. Fue mozo de cafetín, trabajador en las obras de apertura del Canal de Panamá, policía en Colón y la Isla Bocas del Toro, enganchado en el Atro en la Hacienda de Abuchar Hermanos, minero en el Darién y muchacho de oficiales a bordo del vapor “Ecuador”. •
Regresa al Perú en 19095 y trabaja en una fábrica de galletas y también como panadero, afiliado como tal a la Federación de Obreros Panaderos Estrella del Perú. 6
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En 1910 reinicia sus estudios secundarios en el Instituto de Lima 7
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Rubén Quevedo Timoteo en la biografía que hace de Hildebrando dice: “Estando de 14 años pensó estudiar su secundaria y fue a matricularse en el primer año en el Instituto Piurano dirigido por el Dr. Castro, donde cursó hasta su tercer año.” (Documento inédito a máquina S/f). 4
Juan María Merino Vigil anota lo siguiente: “Rebelde a la orden paterna huye de su hogar hasta Centro América y desde entonces comienza el martirologio de su vida heroica. El hijo de gamonal que no quiso explotar a los cholos de su latifundio, el heredero de feudales perspectivas es desde entonces uno mas entre los millones y millones de explotados del mundo, de los pobres sin pan, como todo proletario, vende su trabajo cotidiano por el insuficiente pan cotidiano”. (En: Castro Pozo, hombre representativo, vida heroica, vida ejemplar. Revista Folklore, Nº 16, edición extraordinaria, Lima, abril de 1946, pp. 410-413). 5 Juan María Merino Vigil refiere que: “no tiene hogar, no tiene ni siquiera donde dormir; duerme su hambre y duerme su miseria en su cuarto de un estudiante provinciano. “Si no hubiera sido por tu hermano Aurelio, no hubiera tenido en Lima donde dormir” -me decía Castro Pozo”. (En: Castro Pozo, hombre representativo, vida heroica, vida ejemplar. Revista Folklore, Nº 16, edición extraordinaria, Lima, abril de 1946, pp. 410-413). 6
Rubén Quevedo Timoteo dice: “en esa ciudad no conocía a nadie, dos noches no tuvo donde dormir, el tercer día cuando menos lo esperaba un amigo lo reconoció llamándolo por su nombre y lo llevó a su casa y buscándole trabajo, así fue que consiguió empleo en una fábrica de galletas y por las noches trabajaba de panadero”. Documento inédito a máquina S/f). 7
José S. Wagner: “mi primer encuentro con él no se me borra de la memoria jamás, pues era para mi una tremenda lección educativa: era en los primeros días de marzo de 1910, en la mañana de un domingo cuanto entró a mi despacho –en una sala en que hoy día tabletean los linotipos de “La Crónica” –un muchacho modestamente vestido y me rogó que lo matriculase en LA PRIMA. “¿Sabe Ud, q’ la enseñanza en el Instituto de Lima es cara?”. “No importa Doctor, trabajaré, puedo dictar una clase en la primaria”. “No, esto es imposible en este colegio, no solo por su prestigio, sino mas aún por lo exigentes que son todos los profesores en sus cursos (en aquel tiempo se cursó la Media en cuatro años y los exámenes no eran tan blandos como ahora) “¿Por qué no se matricula en otro colegio donde pueden darle todas las facilidades que desee?” “No, he leído su memoria del año pasado y creo que en su colegio llegaré a ser un buen alumno”. Con este declaración me venció; le ofrecí aceptarle gratuitamente, pero dándole cada mes el recibo como a los demás alumnos a fin de que nadie se enterase de su condición. Altivamente me contestó, “No, le pagaré puntualmente”; y así lo hizo en lo futuro”. (En: In Memorian de Hildebrando Castro Pozo. Revista Folklore, Nº 16, edición extraordinaria, Lima, abril de 1946, p. 400).
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En 1911 ingresa a la Universidad de San Marcos donde pasa a formar parte del grupo Juventud. 8
• 1912 a 1914. Participó en el Centro de Estudios Primero de Mayo y en la “Liga Juvenil” que se vincularon con los grupos de trabajadores que iniciaban la organización clasista sindical, la lucha por la implantación de la jornada de ocho horas, contribuyendo a la difusión de las ideas socialistas en el país. 9 8
-Chávez Granadino, Jorge: “Durante los primeros años del siglo XX, la universidad peruana, tanto en Lima como en provincias, se convirtió en un espacio donde se difundieron nuevas ideas entre una nueva generación de jóvenes inquietos (no siempre con la aprobación de autoridades y catedráticos), promoviendo una actitud de reflexión crítica de la realidad. En una etapa inicial, esta actitud no se manifestó bajo la forma de una participación estudiantil organizada, sino que se orientó principalmente a la discusión y difusión de ideas a través de grupos de estudio y medios de prensa. En 1911, un grupo de estudiantes de San Marcos forman la agrupación Juventud, y pocos años más tarde, poco antes del movimiento por la Reforma Universitaria, varios de ellos conformarían el grupo Germinal. Los nombres de estos jóvenes no pasarían desapercibidos en decenios posteriores en el ámbito cultural y político nacional: Hildebrando Castro Pozo (1890-1945), José Antonio Encinas (1888-1958), Abelardo Solís (1898-1938), Erasmo Roca (1893-1963), entre otros. (Rochabrún 1986; p.7), En: Los jóvenes a la obra: Juventud y participación política. Lima, noviembre de 1999). -Juan María Merino Vigil: “Un hombre probo iluminador de la conciencia nacional,
el doctor José Antonio Encinas, ha dicho con frase exactamente marxista. "llega a San Marcos después de haber probado la vida dolorosa del obrero y haber conocido como el capitalismo sabe explotar al que lo sirve". (En: Castro Pozo, hombre representativo, vida heroica, vida ejemplar. Revista Folklore, Nº 16, edición extraordinaria, Lima, abril de 1946, pp. 410-413). -José Antonio Encinas: “Castro Pozo participó en 1917 en la Convención de Estudiantes de la que nació el Congreso Regional, el primero de los que se reunió en la ciudad del Cuzco (…) Rememoró la labor de Castro Pozo como redactor de “Juventud” y de “Germinal” dos periódicos universitarios“. (En: Discurso en el Senado de la República, Setiembre de 1945. Trascrito en Revista “Avance” Nº 2, Piura, octubre de 1945, p. 19). -Erasmo Roca: “Esperando el comienzo de la sesión de apertura correspondiente al año universitario de 1911, apiñado en una de las graderías del salón denominado el General de San Marcos, se nos acercó sonriente un joven de tez bronceada, amplia frente, ojos vivaces y copiosa melena, a solicitarnos le proporcionáramos sitio para acomodarse. Trabada la conversación y obligadas inquisiciones sobre las respectivas carreras, resultamos ser dos novicios que debíamos iniciarnos, ese año, a la Facultad de Letras, para seguir la de abogacía. Así conocí a Hildebrando Castro Pozo”. (En: Estampas de de Hildebrando. Revista Folklore, Nº 16, edición extraordinaria, Lima, abril de 1946, pp. 401-404). -Ladislao Meza: “No fue de los conversatorios carolinos, que surgieron por ese tiempo; pero si fue de aquellos espíritus que se unieron para dar vida a ese semanario de combate que se llamó Juventud y que tanto hizo por el triunfo de una campaña de reorganización universitaria”. (En: Prólogo de la primera edición de “Nuestra Comunidad Indígena”). –Tatiana Bustamante: “(…) como integrante del grupo “Juventud., forma parte de la “Liga estudiantil” que se forma con la colaboración de Jorge Valverde y la adhesión de otros universitarios, vinculándose con los grupos de trabajadores que el año 1912 y 1914 iniciaban la organización clasista sindical, y eran el semillero de las ideas socialistas del Perú. Castro Pozo se identifica con el proletariado, pleno de entusiasmo e inquietud, lucha por la implantación de la jornada de ocho horas y pertenece al “Centro de Estudios 1º de Mayo” que en la clandestinidad estudiaba y forjaba planes para el porvenir”. (En: Bio-bibliografía de Hildebrando Castro Pozo. Revista Letras de la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, 1946, pp. 557-567). 9
-Erasmo Roca refiere que: “su espíritu crítico frente a las escuelas y principios imperantes u oficializados por la docencia y la riqueza de su ingenio e intelecto para plantear interpretaciones o soluciones propias, que, conjuntamente con las peculiaridades de su léxico y formas de expresión pintorescas, sirvieron para caracterizarlo como una fuerte y definida personalidad, con más tinte y perfiles de maestro que de estudiante. (En: Estampas de de Hildebrando. Revista Folklore, Nº 16, edición extraordinaria, Lima, abril de 1946, pp. 401-404). –Guillermo Rochabrún: “En los años anteriores al movimiento de reforma universitaria, un puñado de
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En 1913 fue inspector y luego profesor del Colegio “Instituto de Lima” hasta 1916 a cargo de los cursos de Geografía, Historia del Perú, Constitución y Sicología. 10
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En 1915 se trasladó a Jauja donde contrae matrimonio con doña Carmen Castro 11. Fue profesor del Colegio Nacional “San José” de Jauja. 12
• En setiembre de 1918 fue nombrado Secretario del Ministro de Fomento, Dr. Manuel A. Vinelli, puesto en que se desempeñó hasta el año 1919. 13 Investigador de comunidades
ellos (de estudiantes) formaron el grupo Germinal. En él se encontraban Hildebrando Castro Pozo (1890-1945), José Antonio Encinas (1888-1958), Abelardo Solís (1898-1938) y Erasmo Roca (18903-1963). Varios de ellos habían integrado en 1911 el grupo Juventud y más tarde la Liga Estudiantil. Algunos, como Castro Pozo ya se declaraban socialistas, pero en estos primeros tanteos si bien realizaron algunas actividades que preludiaron a las Universidades Populares González Prada, no llegaron a plasmar un programa político propio.” (En: Batallas por la teoría. En torno a Marx y el Perú. IEP, Lima, 2007, p. 356). -Hildebrando Castro Pozo en la Revista “Juventud” de octubre de 1915 en su artículo “Nuestros verdaderos males” refería que “La vitalicidad, herencia y repartimiento de los oficios” eran el origen
“de nuestros males universitarios”. Sostenía que: “Sí el puesto no fuera vitalicio; si, como en las universidades alemanas, para no citar otras, la renovación se llevará a cabo periódicamente, es lógico que no habíamos de tener el espectáculo de catedráticos que, cansados por su ya su larga labor pedagógica, no se preocupan de mejorar su sistema de enseñanza ni mucho menos de conservar siquiera el que tuvieron cuando jóvenes”. (…) “las cátedras de nuestras facultades, no deben ser provistas teniendo en cuenta tan sólo el prestigio, más o menos ilustre, de una familia; la influencia de ésta en los círculos políticos o sociales, sino por riguroso concurso”. Nota: (1) Al parecer Castro Pozo se esta refiriendo a Víctor Maúrtua, si se tiene en cuenta lo señalado por José Luis Rénique en su ensayo “De literati a socialista: el caso de Juan Croniqueur”: “Así, cuando a inicios de diciembre de 1918 los miembros del Comité de Propaganda Socialista se reunieron para decidir el nombramiento de un líder las opciones fueron dos figuras vinculadas al civilismo gobernante, José Matías Manzanilla y Víctor Maúrtua. Aunque sentía simpatía por el primero, el segundo era, para Mariátegui, el «líder por antonomasia del socialismo peruano»”. 10
José S. Wagner: “el maestro Hildebrando Castro sabía unir en su interior las épocas pasadas de su patria, sabía interpretar en su espíritu la suerte humana, sabía infundir alma a sus lecciones; su ojo fiel reflexivo se iluminaba siempre ante sus niños que le oían con respeto y veneración, ya cuando apenas había cumplido veinte años”. (En: In Memorian de Hildebrando Castro Pozo. Revista Folklore, Nº 16, edición extraordinaria, Lima, abril de 1946, p. 400). 11
El propio contrayente, Hildebrando Castro Pozo, cuenta: “...hoy 2 de agosto, hace la friolera de 26 años que, una linda mañana, en la capilla del Carmen de tu tierra –Jauja- nos unimos con tu madrecita. Me parece recordar la curiosidad con que me miraban los ojos vidriosos de los santos togados de lindos vestidos, que desde los altares presenciaban nuestra unión. La lámpara votiva calladita, aguaitándome con su sola pupila de fuego anaranjado, la Virgen del Carmen imperando sobre los brazos y las llamaradas de un infierno en que las almas sonríen purificando sus pecados, la luz acuchillando la semi oscuridad de la nave y mi corazón
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• En 1919 obtiene el grado de bachiller en Derecho. Su tesis se intituló “El matrimonio entre los indios; prácticas y supervivencias matrimoniales”.14 •
En 1920 fue nombrado auxiliar de la Sección de Estadística de la Dirección de Agricultura. Ese mismo año se le nombró Auxiliar de la Sección de Trabajo y, luego, al crearse la Sección de Asuntos Indígenas del Ministerio de Fomento fue nombrado Jefe de dicha Sección 15.
angustiado, muy cerca del de tu madre, con una esperanza en la entraña y una sonrisa de incredulidad a flor de labios… A tu madre no la veía, se había refujiado en el fondo de mi corazón, como en su casa… Mientras el sacerdote ganguaba unos conjuros, deletreando una de las epístolas sagradas, entre el bisbiseo de las gentes yo oía la plática regalona de tu abuela, a una de sus amigas, murmurando que el padrino no había puesto en el platillo las trece monedas rituales…Me acuerdo que, desde ese instante, tu madre y yo nos declaramos en huelga y nos independizamos del imperio de tu abuelita y nos fuimos a la Avenida de los Tilos de Jauja, en donde nos empapamos de soledad y misterio (…)”. (Carta de Hildebrando Castro Pozo a su hija Carmen Flora). 12
–Tatiana Bustamante: Volvió a lo que era su ocupación habitual: el magisterio, actuando como profesor en el Colegio Nacional de Jauja (…) Fue también periodista, escribiendo en “El Porvenir”, con seudónimo de Zorropastro y en la Revista “Juventud” con el de Sonrisita. Era muy conocido por su estilo, su crítica unas veces humorística otras lleno de fuego”. (En: Bio-bibliografía de Hildebrando Castro Pozo. Revista Letras de la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, 1946, pp. 557-567). 13
-José Luis Rénique refiere que en 1918 luego de abortar en el país la primera organización socialista ” José Antonio Encinas, Hildebrando Castro Pozo, Erasmo Roca y otros integrantes del ala juvenil del Comité de Propaganda Socialista se sumaron al «leguiísmo rojo» que el Ministro de Gobierno, Germán Leguía y Martínez, encabezaba desde el poder”. (En: “De literati a socialista: el caso de Juan Croniqueur”). -Jorge Basadre: “Mariátegui y Falcón formaron parte del grupo de trató de organizar un comité de propaganda socialista; pero se separaron cuando, bajo la influencia de Luis Ulloa y Carlos del Barzo, quedó acordado lanzar de inmediato un partido con ese nombre. Los renunciantes consideraron que esta decisión era prematura y los hechos parecieron darles pronto la razón, pues el partido tuvo muy corta vida (1919)”. (En: Historia de la República del Perú (1822-1933), Tomo 14. Editorial El Comercio, Lima, 2005, p. 254). –Nota: En este punto es pertinente referir que H. Castro Pozo señalaba en un artículo inédito, fechado en mayo de 1919, lo siguiente: “Tuvimos oportunidad de expresar en nuestro anterior artículo como la acción directa, si no lleva la prosecución de un fin determinado, va al fracaso, y como sólo debe hacerse uso de esta arma en casos concretos y bien definidos (…) Expresamos también que el Comité Pró-abaratamiento de las subsistencias se afanaba en lanzar a la clase trabajadora por un sendero peligroso, al pretender a punta de huelgas y paros abaratar los artículos de primera necesidad y expusimos nuestros temores de que la acción directa se desacredite y pase a la categoría de mito en la incipiente conciencia de nuestro pueblo que entiende más de conformismos femeniles que de despertares hombrunos y reivindicaciones varoniles”. 14 Así consta de una nota manuscrita del propio Castro Pozo, dirigida a su profesor del curso Derecho Civil especial, el Dr. Pedro Olivera y no como erróneamente se consigna en la reciente investigación realizada por Osmar Gonzales Alvarado que alude a que la tesis se denominaba “El problema sociológico-legal de las comunidades indígenas”. 15
-Percy Cayo Córdova: Durante el gobierno de Augusto B. Leguía “la Patria Nueva incluía –como discurso una vigorosa defensa del indígena y una fuerte condena al gamonalismo. Su defensa del indígena se expresaría en la creación de una Dirección de Asuntos Indígenas en el Ministerio de Fomento y Obras Públicas, a cargo de Hildebrando Castro Pozo” (En: La Patria Nueva. República. Enciclopedia Temática del Perú. El Comercio, Lima, 2004, Tomo III, p. 123). -Erasmo Roca: “Con motivo de una reclamación indígena, un representante a Congreso, directa o indirectamente afectado, pretendió imponer su criterio sobre la manera como aquella
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De 1921 a 1923 participó en la organización de los primeros congresos Indígenas “Tahuantinsuyo”. 16
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En 1923 publica “Celajes de Sierra” 17 que finaliza con unas notas explicativas de vocablos quechuas utilizados por el autor.
• En agosto de 1923 fue desterrado a Hamburgo en el vapor Ansgir conjuntamente con Erasmo Roca, José Ugarte Barton, Jorge Claudio Dancourt y otros por el Gobierno de Augusto B. Leguía por perturbador del orden público debido a su participación en la constitución del periódico “El Perú” propiciador de la candidatura de Germán Leguía Martínez y por su apoyo a las reclamaciones indígenas. 18. Ellos, sin embargo, lograron desembarcar en Panamá. debería ser considerada. Hildebrando, enérgico pero correctamente, hizo valer su posición de Jefe para dirigir la tramitación de los asuntos sometidos a su conocimiento. Indignado el diputado ante la altivez de Hildebrando, pretendió agredirlo con un bastón; pero se encontró con la rápida reacción de él, que cogiendo un tintero inmediato se lo lanzó, felizmente sin dar en bulto, pero si enlutando severamente la faz y la vestimenta del agresivo Padre de la Patria. Constituyóse éste inmediatamente en el despacho ministerial ostentando su estropeada figura y demandando sanción inmediatamente contra el empleado acusado de irreverencia. Constituyóse también Hildebrando a esclarecer con entereza su actitud. El Ministro, Dr. Curletti, tuvo también la de darle la razón e Hildebrando la satisfacción de recibir, al día siguiente, la visita disculpatoria del pretenso ofendido.” Cuenta, asimismo Erasmo Roca, que: “con Castro Pozo la calma del Ministerio de Fomento se rompió, produciéndose críticas burlescas, protestas y pedidos de supresión de dicha Sección. Así, refiere que: “cuando noticiados de la sucitación de algún conflicto y destacado prontamente Hildebrando a afrontarlo, regresaba, al poco tiempo, seguido de gran número de trabajadores, campesinos, o fabriles, que invadían, colmaban y obstruían las estrechas oficinas de la Sección del Trabajo y los pasadizos del Ministerio de Fomento” (…) “al encargársele la solución de un reclamo de los obreros zapateros de la capital contra las principales casas vendedoras de calzado, convirtió la Oficina de la Sección de Trabajo, en el propio Ministerio, en un taller improvisado, en donde se elaboraron, bajo su vigilancia y para el efecto de la determinación de los costos de fabricación, calzados de todas las categorías y dimensiones y, conforme a los resultados de la demostración, se solucionó el conflicto, fijándose los salarios que debían percibir los reclamantes”. (En: Estampas de de Hildebrando. Revista Folklore, Nº 16, edición extraordinaria, Lima, abril de 1946, pp. 401-404). 16
Jorge Basadre: “encargado de la sección de Asuntos Indígenas del Ministerio de Fomento, impulsó la organización de congresos indigenistas. En 1923, sin embargo, fue desterrado debido a su oposición a la reelección del presidente Leguía”. (En: Historia de la República del Perú (1822-1933), Tomo 14. Editorial El Comercio, Lima, 2005, p. 244). - Comité Proderecho Indígena Tahuantinsuyo: “Al respecto, Hildebrando Castro Pozo, quien estuvo al frente de la nueva Sección de Asuntos Indígenas del Ministerio de Fomento y Obras Públicas que creó el gobierno de Leguía, recuerda cómo ante su despacho solían presentarse una serie de delegadas, como comisionadas de sus ayllus o parcialidades, para pedir garantías contra los abusos del gamonalismo provinciano, las mismas que, a juzgar por las informaciones recogidas, resultaban "más despercudidas, locuaces y decididas que los varones".(Castro Pozo, Hildebrando: Nuestra comunidad indígena [1924], 2ª Edición, Lima, 1979, p. 87). 17
La presentación de este libro es de Abelardo Gamarra “El Tunante”: “El joven escritor, enfilado así en la falanje nueva, tiene todas las condiciones requeridas para destacarse con brillo: lleva en el alma todo el cariño por lo propio; la visual para lo que es bello; y el entusiasmo y la cultura que necesita todo Arte”. (sic). 18
-Jorge Basadre refiere de manera detallada los hechos relacionados con la enmienda constitucional que permitió la reelección del Presidente Leguía, la consiguiente renuncia de Germán Legüia y Martínez al Poder Ejecutivo, la preparación de la publicación del periódico “El Perú” por los “fieles amigos del ex Ministro
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En este destierro de ocho meses fue profesor del Panamá College y dictó el curso de Educación Cívica y Moral al cuerpo de seguridad de ese país. 19 Sin autorización, se embarco de retorno al Perú siendo nuevamente detenido y confinado el año 1924 en la Isla San Lorenzo 20. • El año 1924 publica su conocida obra “Nuestra Comunidad Indígena” (Editorial Lucero, Lima, pp. 498). Castro Pozo observó que la comunidad indígena conservaba dos grandes principios económicos sociales que hasta el presente ni la ciencia sociológica ni el empirismo de los grandes industrialistas han podido resolver satisfactoriamente: el contrato múltiple del trabajo y la realización de éste con menos desgaste fisiológico y en un ambiente de agradabilidad, emulación y compañerismo". 21 de Gobierno, entre los que figuraban Hildebrando Castro Pozo, Carlos Doig y Lora, Jos é Manuel Carreño, José Ugarte Bartón, Erasmo Roca, Abelardo Solís y otros” así como los apresamientos que siguieron a esos hechos”. (En: el Cap. V del Tomo 11 de su Historia de la República del Perú). -Ladislao Meza: “La ola de la agitación política en el país es movida por el gobierno, que inicia una era de persecución, de debelamiento con el grupo de Germinal, ha visto que el hombre llamado para suceder al actual mandatario reelegido es el antiguo maestro y entonces presidente del Consejo de Ministros, y va hacia él con el entusiasmo de sus años mozos, con la fe en el apostolado que hizo vislumbrar el entonces presidente del Consejo de Ministros. La policía no transige con tal actitud y a poco Castro Pozo es acusado de conspirador, encerrado en la isla y deportado a Panamá. Las horas del ostracismo son fuertes, son amargas”. (En: Prólogo de la primera edición de “Nuestra Comunidad Indígena”). -Tatiana Bustamante: ”Cuando había encontrado al fin su ambiente, la incomprensión y las intrigas políticas lo lanzaron al destierro. Su vigorosa campaña a favor de los indios, resolviendo sus asuntos en forma legal, le crearon muchas enemistades; y el gobierno lo consideró perturbador del orden público. Aunado esto a sus ideas políticas y a su intervención en la campaña electoral del año 23 a favor de Germán Leguía y Martínez lo mostraron como un hombre peligroso y poco deseable para el régimen”. (En: Bio-bibliografía de Hildebrando Castro Pozo. Revista Letras de la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, 1946, pp. 557-567). 19
Tatiana Bustamante: “Logró embarcarse a fines de abril de 1924 (de Panamá), al llegar al Perú fue detenido y confinado en la Isla San Lorenzo, de donde luego de penosas gestiones de sus familiares era puesto en libertad, con la condición de establecerse en Piura”. (En: Bio-bibliografía de Hildebrando Castro Pozo. Revista Letras de la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, 1946, pp. 557-567). -Nota: Entre los documentos inéditos de Castro Pozo existe el manuscrito de un cuento fechado en Panamá el 5 de noviembre de 1923, titulado “El ave misteriosa” –korakenke- con la anotación en el encabezado “para mis hijos Carmen florita é Hildebrando”. 20
-Jorge Basadre: “Castro Pozo era o había sido personaje "germancista", es decir figura directiva entre los partidarios de la candidatura presidencial de don Germán Leguía y Martínez, por lo que partió al exilio, según creo, en 1924, El hecho de haber ingresado otra vez al país sin autorización lo condujo a la isla” (En: La vida y la historia). Nota: Producto de estas carcelerías de Castro Pozo existen diversos manuscritos: “El Misti” y “Clamores de alba”, ésta última que en 1934 se publicaría como la novela “Renuevo de Peruanidad” y también “De Piura a Paita, en un decir Jesús! –que comprende, entre otros, el relato del interesante debate producido en prisión sobre la descentralización y el gamonalismo y que Castro Pozo intituló ”Ideologías regionalistas” Allí, entre otros, sostiene que: “Los ideales separatistas, sean cualquiera las razones que los hayan generado, son una monstruosidad política, indigna de informar las aspiraciones de un pueblo legendario, núcleo de nacionalidades como el Cuzco”. 21
-José Carlos Mariátegui: “la primera defensa orgánica y documentada de la comunidad indígena, tenía que inspirarse en el pensamiento socialista y reposar en un estudio concreto de su naturaleza, efectuado conforme a los métodos de investigación de la sociología y economía modernas. El libro de Castro Pozo así lo
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En 1925 se recibe de abogado en la Universidad Mayor de San Marcos. Este mismo año se publicó en Lima, el libro “Legislación del Trabajo y Previsión Social, figurando como autores el Dr. Mariano Echegaray y Ramón Silva, quienes posteriormente reconocieron como su verdadero autor a Hildebrando Castro Pozo. En dicho libro, efectivamente existe una especial mirada social propia de Castro Pozo 22
comprueba”. (En: Siete Ensayos de la realidad peruana). -Jorge Basadre: “…libro original e imperecedero titulado Nuestra Comunidad Indígena. Yo era entonces y sigo siendo un gran admirador de las grandes cualidades intelectuales y morales de Castro Pozo”. (En: La vida y la Historia). “El libro de Castro Pozo no fue un estudio histórico. Examinó con cariño y conocimiento la comunidad indígena en su estado actual y analizó sus caracteres y funciones, la condición de las mujeres, las prácticas y supervivencias matrimoniales, el régimen de los bienes conyugales, la religión, las actividades de brujos y curanderos, las expresiones estéticas y la producción industrial. Documentado y minucioso, incluyó en el texto la versión de creencias, tradiciones, cuentos, versos y cantares indígenas. Tiene en cierto sentido, un valor similar al de Adolfo Vienrich. Influyó sobre el indigenismo de Mariátegui”. (En: Capítulo X del Tomo 14 de su Historia de la República del Perú). Nota: Adolfo Vienrich escribió en 1905 la obra bilingüe (español y quechua) “Azucenas quechuas”. –Alberto Arca Parró: “El ideal era la desaparición o disgregación más o menos tardía o lenta de las comunidades para que sus comuneros se convirtiesen en pequeños propietarios (…) Es este el criterio pequeño burgués que preconizan todos los estudiosos de la escuela liberal hasta que un socialista es el primero que tiene un criterio nuevo, un criterio distinto sobre el porvenir de las comunidades indígenas. Me refiero a Castro Pozo, que en un libro publicado hace varios años sienta como base fundamental de su tesis la siguiente: “que sí las comunidades indígenas conviene mantenerlas, desarrollarlas y protegerlas, no es por que más tarde sean el germen, la semilla de la propiedad individual, de la propia parcializada, pulverizada; es porque la comunidad indígena es el germen de la propiedad colectivizada y es posible convertirla en cooperativa de producción, de consumo y de crédito.” Esta tesis decía la reclama para sí el Partido Socialista, por haber sido uno de sus fundadores quien la expone por primera vez”. (En: Congreso Constituyente de 1931. Diario de los Debates. Publicación Oficial Nº 117. 41ª Sesión de Constitución. Día miércoles 31 de agosto de 1932, pp.32213222).-Jaime A. Benites: “Nuestra Comunidad Indígena, que no es uno de tantos libros escritos para satisfacer interesadas demandas editoriales o del snobismo literario. Es uno de los primeros ensayos de interpretación sociológica de la célula económico-social del antiguo Perú que, venciendo todas las vicisitudes imaginables, sobrevive con insospechada potencialidad para poder convertirse, aun en nuestros días, en núcleo y punto de partida de una mejor estructuración de la economía agraria en el Perú”. (En: Discurso en el Senado de la República, Setiembre de 1945). Trascrito en Revista “Avance” Nº 2, Piura, octubre de 1945, p. 11 y ss). –Enrique Mayer: “La capacidad de actuar colectivamente es una de las características más sobresalientes de las unidades domésticas andinas. Este fue uno de los primeros temas del que se ocuparon los autores peruanos cuando los escritos etnográficos se volvieron aceptables. El más famoso fue Nuestra Comunidad Indígena de Hildebrando Castro Pozo (1924) en el cual el autor afirmaba su proyecto de convertir a las comunidades campesinas en cooperativas socialistas. Castro Pozo probablemente es responsable de haber perpetrado el mito de que las actuales comunidades andinas son descendientes directas del ayllu incaico “comunalista”, un mito potente en el Perú”. En: Casa, chacra y dinero. Economías domésticas y ecología en los andes. Lima, IEP, 2004. –Louis Baudin: “Remitimos a este estudio muy concienzudo al lector deseoso de conocer las supervivencias de las antiguas costumbres que se encuentran en la meseta y que no podríamos pasar revista aquí”. (En: El imperio socialista de los incas. Empresa Editora Zig-Zag, S.A. Quinta edición. Chile, 1962, p. 276). –Mauricio Arriola Granda: “El caudal de arte popular auténtico y vivo recogido por Castro Pozo lo puso en primer plano y ha dado perennidad a su obra de recopilación y de acertada interpretación y clasificación. Coincidió su empeño con la inquietud de ese momento por ingresar en la entraña del espíritu del indígena y revelar el mensaje humano y cultural del aborigen”. (En: Diccionario Literario del Perú, Editorial Universo S.A. Lima-Perú, Segunda Edición, 1983, Tomo I, p. 203). -Rodrigo Montoya: Castro Pozo “Optó por los indios y asumió una conducta antiterrateniente y fue crítico del romanticismo de los intelectuales indigenistas”. (…) “El libro Nuestra Comunidad Indígena debe ser considerado como una fuente histórica para el estudio de los problemas agrarios de nuestro país”. (En el prólogo a la segunda edición (1979) de esta misma obra). -Manuel Marzal: “Como se sabe, el momento más importante del Indigenismo peruano moderno es la década de los años 20, en la cual vuelve a reconocerse la existencia de la comunidad indígena, sucesora de la antigua “república de indios”, y se publican una serie de sugestivos ensayos sociales, replanteando el tema
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En esta obra organizó y comentó las principales normas que regulaban el “derecho de las clases laboralistas del país”, y que según los editores, su publicación: “se explica por la necesidad urgente, cada vez más premiosa, de que los organismos administrativos, judiciales y comunales, y sobre todo, la clase proletaria, conozcan lo que se ha legislado en materia social en el Perú”.23
indígena, después de largo silencio. Tales ensayos son: Nuestra comunidad indígena (1924) de Hildebrando Castro Pozo, Tempestad en los Andes (1927) de Luis E. Valcárcel, Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana (1928) de José Carlos Mariátegui, El nuevo indio (1930) de José U. García y La realidad nacional (1931) de Víctor A. Belaúnde”. (…) “Castro Pozo presenta en Nuestra Comunidad indígena (1924), un ensayo fundamentalmente etnográfico sobre el funcionamiento de las comunidades y, en Del ayllu al cooperativismo socialista (1936), otro ensayo de carácter histórico sobre el desarrollo de las comunidades durante los períodos prehispánico, colonial y republicano y su posible transformación, junto con las tierras de las haciendas, en cooperativas de producción. Ambas obras contienen, además, numerosas sugerencias prácticas sobre el tema y en su lectura no debe olvidarse que el autor era un político de oficio. Por todo esto, puede decirse que el aporte de Castro Pozo a nuestra historia es el funcionamiento de la comunidad indígena y su transformación”. (En: La comunidad indígena y su transformación según Castro Pozo. Revista Allpanchis Nº 16/1980. pp. 75-85). -Carlos Franco: “La primera impresión que se retira de la lectura de Nuestra Comunidad Indígena es la extraordinaria gama de dimensiones de la vida comunal registrada por Castro Pozo y la igualmente extraordinaria agudeza y perspicacia de su mirada”. (En: Castro Pozo: Nación, modernización endógena y socialismo. CEDEP. Lima, 1989, p. 23). -Juan Javier Rivera Andía reseñando a Pajuelo, Ramón: “Castro Pozo hace "la primera descripción etnográfica de una comunidad" (p. 131) del siglo XX. Pajuelo nos dice que "Nuestra comunidad indígena, hermoso y extenso libro...es el resultado del primer trabajo de campo realizado en el Perú antes de la existencia de la antropología profesional". (En: "Imágenes de la comunidad. Indígenas, campesinos y antropólogos en el Perú". (En Carlos Iván Degregori (ed.), No hay país más diverso. Compendio de antropología peruana. Gazeta de Antropología Nº 21, 2005. España). –Alejandro Diez Hurtado. “Las comunidades parecen tener algo de anacrónicas, parecen referirse al pasado antes que al presente y, mucho menos, al porvernir. Hildebrando Castro Pozo, hace poco menos de cien años, con unas comunidades más tradicionales que las que conocemos ahora, pensaba exactamente lo contrario: creía que daban muestra de iniciativa –hoy día diríamos proactividad- y que varios ejemplos mostraban sus posibilidades y ventajas frente al proceso y aspiración de modernidad del país”. (Las comunidades campesinas en perspectiva. La Revista Agraria Nº 146, Noviembre 2012). 22
Así, en la página 87 de esta obra comentando la legislación sobre salarios y los accidentes de trabajo se lee: “Quien lo creyera, en la costa peruana hay muchos obreros que trabajan de balde, y aún más: hay empresas que ahorran un cincuenta por ciento del salario que legítimamente debieran pagar dejando de abonar a sus trabajadores o pagándoles una jornada especial de aprendices y meritorios”. Lima, Imprenta Torres Aguirre, 1925. 23
Hildebrando Castro Pozo refiriéndose a las reclamaciones sindicales de esa época anota lo siguiente: “Hay que enjuiciar desapasionadamente el ciclo leguísta. Hay que señalar que, durante esa época de dispendio y malversación de los dineros públicos, cuando la moralidad administrativa se podría en el larvadero de ficticios escrúpulos personales; a pesar de la persecución sistemada de las instituciones sindicales por la soplonería organizada; aquestas gozaron, sin embargo, siempre que sometieron sus diferendos a las pautas legales de reglamentación, y tramitación de los conflictos obreros; gozaban, decimos, de relativa libertad y consideración. Y fue a su sombra y al calor de la inquietud espiritual sanmarquina, como se generó la decisión y se estudió la doctrina de reivindicación del proletariado urbano y campesino. Tan es así, que los sindicatos y la juventud universitaria fueron los únicos que no arriaron sus banderas de liberación; de éstos ha emergido el actual movimiento socialista, comprendiendo en él sus dos únicas ramas doctrinarias: Socialismo y Stalinismo rusolizante. A todo lo cual coadyuvó, como ya lo ha hecho notar uno de nuestros compañeros en el Parlamento (1), la higienización cáustica que del medio político nacional hiciera Leguía, en las propias filas del sector conservatista a que perteneció”. (En: Yanaconaje en las Haciendas Piuranas. Compañía de Impresiones y Publicidad. Lima, 1947, pp. 27-28).
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• El año 1927 fue nuevamente encarcelado por el gobierno de turno en la isla San Lorenzo acusado de “conspirador”. Durante este confinamiento, Hildebrando Castro Pozo, Jorge Basadre y el poeta Cristóbal Meza conjuntamente escribieron una nóvela que intitularon “La que se olvidó de amar”. 24 Tiempo después lograría su libertad, confinándosele en el Departamento de Piura. • Ejerció la docencia en el Departamento de Piura hasta el año 1931 en el Colegio San Miguel 25. • Fundador conjuntamente con los doctores Guillermo Garrido Lecca, Víctor M. Zapata, Luis Carranza, Manuel Cevallos y otros, del Colegio de Abogados del Distrito Judicial de Piura el 04 de mayo de 1928. • Castro Pozo ejerció permanentemente el periodismo en diversos medios escritos. Así, a partir de 1918 hasta 1945, entre otros, colabora con diversos artículos en diversos periódicos y revistas de Jauja, Piura y Lima, entre ellos, El Porvenir de Jauja, El Socialista y El Suplemento de Lima, El Tiempo de Piura, las revista “Folklore” y “El Optimista” de Sullana de izquierda dirigida por Benjamín Chunga Aguirre donde igualmente colaboraban el profesor huancabambino Felipe Adrianzén Ocaña, Manuel Reyes Mendoza, Manuel Cevallos, entre otros.
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Jorge Basadre:”En el alojamiento de "primera" habían bastantes comodidades. Las habitaciones eran individuales y nos las arreglaban diariamente; nos servían el desayuno, el almuerzo y la comida; y nos permitían, a veces, un período de tiempo para bañarnos en la playa bajo un sol que entonces en Lima no era visible. Venía a ser más fácil allí escribir y leer a solas; y con Castro Pozo y Meza iniciamos, en ciertas horas de la mañana, una novela fantástica de ambiente peruano que, por cierto, no avanzó mucho”. (En: La vida y la historia). Nota: Publicada en la Revista de la Biblioteca Nacional Libros&Artes, Nº 3 Noviembre del 2002, pp. 18-21. En la presentación a cargo de Irma López de Castilla Delgado se refiere que el manuscrito de la novela fue donada a la Biblioteca Nacional en 1994 por la Familia de Hildebrando Castro Pozo y que Jorge Basadre hace referencia a la misma en “La vida y la historia” (Lima, 1975, p. 222). 25
Uno de los alumnos de Castro Pozo en el Colegio San Miguel fue Juan Velasco Alvarado. Simón Jorge Amaya Periche miembro del Partido Socialista y ex dirigente Petrolero de Talara. (Nacido en Sechura el 28 de Octubre de 1916) manifiesta que fue testigo de las siguientes declaraciones de Juan Velasco Alvarado: “Voy a cumplir con la doctrina de mi maestro Hildebrando Castro Pozo”.–refiriéndose a la Reforma Agraria. (En: Entrevista gravada hecha por Carmela Castro Pozo Díaz). -En el libro “Velasco o el proceso de una Revolución” de Raúl-Estuardo Cornejo (Lima, 1969, p. 88) se publica copia del acta de exámenes del curso de historia de américa correspondiente a los alumnos de cuarto año de secundaria del año escolar de 1926 donde Hildebrando Castro Pozo, conjuntamente Manuel Cevallos y Raúl Yparraguirre, conforman el jurado oficial y entre los alumnos calificados figura el alumno “Velasco Juan F.”.
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• En abril de 1930 funda el Partido socialista en Piura 26 conjuntamente con Luis Montero, Juan Maria Merino Vigil, Américo Garcés, Augusto Moscol, Carlos López Albujar, Juan Luis Velásquez, Florentino Gálvez Saavedra, Teodoro Burneo, Jaime Benites, Andrés Pintado, Domingo Peña, Liberato Córdova, Domingo Coloma, Sinforoso Benites y otros.27
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El Partido Socialista del Perú es fundado posteriormente el 18 de octubre de 1930 conforme consta en el Art. 2º de sus estatutos.
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-Hildebrando Castro Pozo: -“Organizado el Partido Socialista en Piura, durante la inquietud y fervor nacionales de 1930, el “Centro Obrero” de Morropón y los demás campesinos de los valles piuranos ingresaron a sus filas”. (En: Yanaconaje en las Haciendas Piuranas. Compañía de Impresiones y Publicidad. Lima, 1947, p. 27). -“He hablado con los comuneros de Suyupampa, Tacalpo y otros, quienes me han ofrecido irse a inscribir en Ayavaca, a fin de tomar parte en las elecciones. Te suplico que las inscripciones se hagan poco por poco, sin amontonamiento ni alarde, lo mismo que sin manifestar opinión política respecto a su voto, a fin de obviar la dificultad que puede oponerse a la inscripción de ellos y sobre todo a la compra de su voto” (Carta dirigida a Rubén Quevedo de fecha 20 de diciembre de 1930). -“Le dire a Ud. mi amigo; el Partido es una bella realidad en todo el departamento, y él está organizado en Piura, Catacaos, Sechura, Bernal, La Arena, Tambogrande, Morropón, Salitral, Buenos Aires y en los caseríos de todos estos distritos, hay una célula socialista. En cuanto a las provincias de Paita y Sullana la organización está mucho mejor. En la última debo decir a Ud. que no hay un solo caserío donde no esté establecido el Partido. Para la organización de éste se ha contado con la colaboración de buen número de ciudadanos que, comprendiendo la trascendencia de nuestra idealidad socialista y el apretón que a diario sufren nuestras clases proletarias, han tenido y tienen el firme convencimiento de que sólo una organización política de esta naturaleza podrá salvarnos, y poner freno a los bastardos intereses personales de quienes durante tantos años, sólo se han servido de aquellas para lograr sus favores electorales y después explotarlas”. (En un diario de Lima: Reportaje al Dr. H. Castro Pozo). -Juan María Merino Vigil: “Castro Pozo, quien capitanea en Piura el cuadro brillante de los antiguos militantes del socialismo, de la vieja guardia socialista, que es marxista, antes que se funden los partidos marxistas del Perú”. (En: Castro Pozo, hombre representativo, vida heroica, vida ejemplar. Revista Folklore, Nº 16, edición extraordinaria, Lima, abril de 1946, pp. 410-413). –Jorge Basadre: “En una de nuestras muchas conversaciones en la isla Castro Pozo me dijo: "El final de Haya de la Torre va a ser que la derecha lo utilice como arma frente al comunismo". ¡Esto en 1927!”. (En: La vida y la historia). -Federico Meléndez (ex dirigente obrero piurano y militante del Partido Socialista): “Nadie era el que sabía más ó él tomaba la palabra “a fondo” como el Dr. Hildebrando Castro Pozo. Había estudiado muy bien la situación del campesinado y cuando el tomaba la palabra “todos escuchaban como si fuera una oración”, con mucha atención estas consignas: “La tierra para quien la trabaja” y “Libertad Sindical”. ¿Para que diga qué recuerdos tiene de HCP? R: Lo recuerda como un gran forjador, un buen dirigente no lo conoció como abogado, pero si como dirigente político ...un gran hombre. Sus discursos eran muy claros (dominaba muy bien el castellano), como amigo –antes de ser compadres- lo acompañaba en sus viajes al interior, en calidad de dirigente. -¿Para que diga a qué lugares iban? R: Sólo a la zona agrícola de Morropón, Pabur, Talandracas ...el Alto Piura donde hacían reuniones con los campesinos para organizarlos pero a escondidas / reuniones ocultas por que la policía no permitía reuniones abiertas con fines políticos”. (Entrevista grabada por Carmela Castro Pozo Díaz ,1985). -Gumersindo Castro Jarra: “Hace apenas un año que se ha observado en la masa campesina de Ayabaca, cierta intensión política, pero no como fruto de la espontaneidad. Conversando aisladamente con algunos colonos X, sobre qué había originado los conflictos colonales, contesto: “Desde que nos hemos afiliado al Partido de la Ley todos los camaradas han constituido el “sindicato para defender nuestros derechos”. Cuando se le preguntó qué era el Partido de la Ley, contestó que dicho Partido era “el SOCIALISMO” y que el “camarada” Sinforoso Benites lo había dicho así. Tiene fe absoluta que ese Partido de la Ley es el Gobierno y que el Gobierno les entregará las tierras en un plazo corto, porque así “lo aseguró, también el camarada Benites”. (En: Conclusiones del informe del Inspector de la Dirección General de Trabajo de fecha 30 de setiembre de 1946. Yanaconaje en las Haciendas piuranas, pp. 88-99). – Demetrio Ramos Rau: “…la propuesta socialista de Castro Pozo, no es una pura y acostumbrada imitación, por el contrario está encarnada en la veracidad idiosincrásica del pueblo peruano. Entonces, no le falta razón a Carlos Franco, cuando en su búsqueda de encontrar los hilos conductores de la construcción del socialismo peruano, descubre indiscutibles huellas
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de la influencia del pensador piurano en los esfuerzos de construir el socialismo peruano y latinoamericano por parte de Mariátegui, especialmente cuando éste no debe ser calco ni copia”. (En: Pensadores norteños. Hildebrando Castro Pozo. Revista Pueblo Continente, Volumen 17 Nº 1, Enero-Junio del 2006. Trujillo-Perú, p. 97 a 102). –Luciano Castillo: “Quienes conocimos a Castro Pozo, lo admiramos por su blandura en la intimidad y por la regia fortaleza que imprimía a su espíritu en la hora de la acción (…) Militante del socialismo se identificó con la tesis nuestra, de que el problema del indio no es un problema étnico sino un problema económico y social, de explotadores y explotados; y que su liberación entrañaba el cambio de las condiciones económicas, sociales y políticas de la nacionalidad. En la historia del socialismo peruano tiene un sitio entre los primeros, en la vanguardia de los que abren el surco, de los que trazan la huella del camino de la liberación de los trabajadores, de los que siempre serán recordados por su obra generosa y de sacrificio”. (En: Semanario “Política”, Nº 5, Piura, 29 de octubre de 1929, p. 1). –Ricardo Temoche: “Piura es un centro de producción de petróleo y de cultivo capitalizado de algodón. En ese departamento, sin embargo, el Partido Socialista organizó lo que pudo convertirse en la base del APRA obreros del petróleo, trabajadores rurales, arrendatarios, agricultores y pequeños propietarios. Existió en Piura, por consiguiente, un partido del tipo del APRA que Ilegó a ser fuerte y fue organizado por dos intelectuales de ese centro: Luciano Castillo e Hildebrando Castro Pozo. Por lo tanto, el desarrollo político de Piura concuerda con la hipótesis básica que vincula la existencia de una organización política radical con Ias perturbaciones sociales. Pero el descontento en ese departamento se canalizó a través del Partido Socialista en lugar de hacerlo a través del APRA” (En: Entrevista con Ricardo Temoche, antiguo socialista de Piura y miembro actual de la dirección nacional del APRA, Lima, 27 de febrero de 1969. Orígenes y crecimiento del Partido Aprista y el cambio socioeconómico en el Perú* Liisa North. Desarrollo Económico. Vol 10 N° 38. 1970. Traducido por Mario Dos Santos.http://www.educ.ar). -Carmela Castro Pozo Díaz: "Me refiere Susana (hija de Rubén Quevedo) que mi abuelo vino a pasar una pequeña temporada en Ayavaca durante la etapa de su confinamiento, se alojó donde Medardo Pozo, que ella vio que participó en una fiesta. Vino con mi abuela Carmen, y tía Flora y mi padre Hildebrando; que mi abuelito le tenía gran cariño a Flora Elisa Timoteo una tía que lo crío, que incluso se la llevó a Piura. // Que por esa oportunidad organizaron una conferencia y al enterarse las autoridades enviaron a un sub-teniente para que disolviera la reunión y que se enfrentaron que mi abuelo sacó su pistola. La reunión fue disuelta y quedó mi abuelo con don Ruben y Pedro Pablo. Nota suelta: El 04 de octubre de 1931 se formó el P.S.P. en Ayabaca y su primer Secretario General fue don Rubén Quevedo Timoteo. (En: apuntes manuscritos de fecha 23 de agosto de 1986). –Mario Vargas Llosa: “También en un sentido político, Piura significaba un caso aparte en el país: era el único lugar donde se podía hablar de un cierto equilibrio de partidos. En tanto que en el resto del Perú todo el pueblo organizado, o casi, era aprista, y los otros partidos sólo reunían directivas y grupos reducidos, en Piura eran partidos de masas el urrismo, el aprismo y el Partido Socialista, este último también por lealtad personal de buen número de campesinos y obreros a la admirable figura de Hildebrando Castro Pozo, un gran luchador social piurano. Ciertos barrios eran apristas, otros socialistas y la Mangachería era urrista”. (En: Historia secreta de una novela. 1.a edición en Cuadernos Marginales: 1971). -José Albán Ramos: “Mi contacto personal con Hildebrando Castro Pozo sería ocasional y anecdótico. Compartíamos asientos vecinos en el Expreso Sudamericano, cuando me dirigía a Lima para proseguir estudios secundarios en el Colegio Nacional de Nuestra Señora de Guadalupe, en un viaje que por entonces se hacía en dos etapas con escala nocturna en Trujillo. Me cautivó su porte señorial, sus maneras poco comunes y su mirada serena y profunda. Llevaba al brazo un sobretodo y leía con frecuencia haciendo anotaciones, un cuaderno escrito a máquina lo que por entonces me llamaría poderosamente la atención. De vez en cuando cruzábamos frases. Se interesó por saber quien era yo, por mi familia y por el propósito de mi viaje. No desperdició la oportunidad para hablarme de la tarea de la juventud en la creación de nuevas fuerzas sociales al servicio de la causa popular. En cierta forma depositó en mi espíritu la semilla socialista hábilmente cultivada más adelante por Augusto Moscol Carrera. Con voz pausada pero firme y convincente llamó la atención al controlador del ómnibus que pretendía despojar de su asiento a una humilde mujer para acomodar a un pasajero de ruta”. (En: Discurso en homenaje a Hildebrando Castro Pozo. Piura, 1º de setiembre de 1995. Documento a máquina de
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H. Castro Pozo en Ayavaca
• En 1931 es electo representante del Partido Socialista a la Asamblea Constituyente. (1931-1936). 28 • En agosto de 1931 en un ensayo sobre “el problema agrario” 29 enfatizaba que los socialistas no podían: “permanecer impasibles ante la destrucción de la comunidad indígena y el acaparamiento de la tierra por el escribir y en” homenaje a Castro Pozo” Época Nº 159, Marzo, 1982). -Rodrigo Montoya: “El Partido Socialista cuya base principal estuvo en Piura contó desde 1930, con la activa participación de Hildebrando Castro Pozo. Las bases agrarias de dicho partido y los dirigentes campesinos como Sinforoso Benítez tuvieron en Castro Pozo al compañero militante, el abogado defensor. (El libro El yanaconaje en las haciendas piuranas, publicado en 1947, recoge los textos y diversos proyectos de leyes en favor de los yanaconas que Castro Pozo escribió y presentó en la última parte de su vida). La convicción socialista de nuestro autor aparece plasmada incluso en las estrofas de una Marcha socialista y en un Credo socialista que el escribió como armas de propaganda y difusión de las ideas socialistas”. En esa marcha socialista, Castro Pozo, exigía a sus camaradas: “Luz en el cerebro, firmeza en la acción; haremos un mundo, sin explotación”. (En el prólogo a la segunda edición (1979) de Nuestra Comunidad Indígena). -Osmar Gonzales Alvarado y otro: “La opción política de Castro Pozo también la afirma con mucha claridad él mismo: el socialismo, pero un socialismo lejos de los productos históricos que hemos conocido en el siglo XX, es decir, los socialismos reales, ligados al autoritarismo cuando no al totalitarismo conducidos por anillos burocráticos impermeables. El socialismo de Castro Pozo es de raigambre colectivista y democrático”. (Hildebrando Castro Pozo y la visión moderna sobre el ser humano. En: Ideas, intelectuales y debates en el Perú. Universidad Ricardo Palma. Editorial Universitaria. Lima-Perú, 2011, pp. 661). -Augusto Ruiz Cevallos : “Ese acontecimiento fue el resultado de un proceso que comenzó a principios del siglo XX con la siembra de ideas socialistas de algunos intelectuales y políticos, como Lino Urquieta, Santiago Giraldo, Alberto Secada y Luis Ulloa, entre otros. En mayo de 1919, en plena agitación popular, nace y muere un primer Partido Socialista. En los años 20, acariciaban la idea de su fundación muchas agrupaciones y personalidades dispersas, como Castro Pozo, Alcides Espelucín, Martínez de la Torre, Mariátegui y, por supuesto, Luciano Castillo, quien trabajaba entonces en el norte al lado de obreros anarquistas. “Ambos ya eran socialistas”, recordó Jorge del Prado, refiriéndose a Castillo y Mariátegui. En 1928, estos líderes celebraron reuniones encaminadas a fundar esa organización. Sin embargo, la discrepancia asomó cuando Mariátegui y su grupo expresaron que se trataría de un partido que asumiría el marxismo leninismo como método de lucha y que estaría afiliado a la Internacional Comunista. Esto motivó que la fracción de Castillo optase por retirarse de las reuniones y trabajar por su cuenta. Dos años después, cuando, a la muerte de Mariátegui, sus herederos deciden asumir el nombre de Partido Comunista, Luciano Castillo culmina el largo período de gestación y funda el Partido Socialista del Perú, aún vigente. Durante varias décadas, el PS fue la más importante expresión de la izquierda electoral, con notables aportes a la defensa de los obreros petroleros, en el norte del país. Fue la única fuerza de izquierda que desde muy temprano luchó por el voto para las mujeres y los derechos indígenas. En la Constituyente de 1931 llevó al Congreso a cuatro grandes figuras: Hildebrando Castro Pozo, Alberto Arca Parró, Saturnino Vara Cadillo y al mismo Castillo, juristas, pensadores y políticos. Desde entonces, la izquierda no ha tenido una representación de tanta calidad. Por eso, ahora que el tiempo les ha dado la razón, es justo reivindicar su memoria y rendirles homenaje”. “En memoria de Luciano Castillo” El Peruano, 18 Octubre, 2006, página de Opinión. – Wilfredo Kapsoli Escudero: “Conviene enfatizar el tema referido a la participación del Partido Socialista en la organización de los campesinos yanaconas de las haciendas de la Sierra de Piura. En el año 1934, los yanaconas de la sierra piurana, iniciaron la lucha exigiendo el mejoramiento y la reglamentación de sus condiciones de trabajo en las haciendas. Sinforoso Benites, Hildebrando Castro Pozo, Andrés Pintado, entre otros, dirigentes del Partido Socialista apoyaron y asesoraron a los campesinos de las haciendas en sus reivindicaciones”.(En: Prólogo del libro Piura: Apuntes para su historia 1883-1940.Lima-Perú, 2011, p. 9.) Nota Final: La labor organizativa del Partido Socialista y la problemática del campesinado piurano es descrita pormenorizadamente por Hildebrando Castro Pozo en su condición de Secretario Nacional de Asuntos indígenas y campesinos del Partido Socialista en su informe de diciembre de 1935 titulado “La Situación actual del campesinado en los Valles de Piura”.
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gamonalismo. La tierra en manos del gamonal y latifundista costeño es y continuará siendo no solo instrumento de riqueza, sino esencialmente depresión y obscurantismo, explotación del indio y proletariado costeño y predominio político del gamonalismo garratierras durante muchos siglos”. 30
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-Jorge Basadre: “El crecimiento de la importancia obtenida por la imagen del indio en la conciencia nacional se reflejó en los largos discursos pronunciados en relación con él en el Congreso Constituyente de 1932. Fue como si el salón de sesiones se convirtiera en una aula en donde se sucedían (en algunos casos) las conferencias sobre derecho aborigen, a partir de la que pronunció Hildebrando Castro Pozo el 26 de agosto”. (En: Cap. VII del Tomo 13 de la República del Perú). – H. Castro Pozo: “El hacendado de “Llicsa” ha tenido la insolencia, después que se le ha impuesto una multa por la Prefectura del Departamento, de desacatar y no cumplir las órdenes impartidas por esta autoridad, y a despedido a cuarenta yanaconas, porque no quieren trabajar gratuitamente dentro de su fundo. Es ignominioso, señor Presidente, lo que pasa en esos fundos: se les arrancha, se les quita a los yanaconas todas las menestras que estos hombres producen como fruto de su trabajo, de su esfuerzo; y todo esto, aparte de que se les obliga a traer los productos desde la sierra hasta Sullana o Piura, sin remuneración alguna, y debiendo ellos mismos proporcionar gratuitamente, sus bestias para el transporte. ¡No es posible, señor Presidente, que en Piura exista semejante servidumbre! Mucho menos, señor, que habiéndola denunciado en la Cámara repetidas veces, pueda el Congreso permanecer impasible! Y todo esto consta en los documentos a que me he referido, que obran en poder del Ministerio de Fomento. (En: Diario de Debates del Congreso Constituyente de 1931. Publicación Oficial Nº 27. Sesión del Lunes 16 de setiembre de 195, p. 633). -Carlos Franco: “Las intervenciones de Castro Pozo en la Asamblea se extienden sobre una amplia gama de problemas no sólo nacionales sino también departamentales y locales. La claridad de sus exposiciones sobre la comunidad y el derecho indígena, han sido ya relievadas por Basadre”. (En: Castro Pozo: Nación, modernización endógena y socialismo. CEDEP. Lima, 1989, p. 42). Nota: Carmela Castro Pozo Díaz organizó las diversas intervenciones de Hildebrando Castro Pozo -y anotó las fechas de las mismas y las páginas de su publicación oficial- en esta Asamblea Constituyente, en los siguientes temas: a. Políticos (Acusación contra Augusto B. Leguía, Ley de Emergencia Nacional, autonomía del poder electoral, sublevación en la Marina, deportación de parlamentarios apristas, la pena de muerte, los derechos ciudadanos, derogatortia de la Ley de estado de sitio, la clausura de San Marcos, Etc.) b. Política sindical (Disolución de la Confederación General de Trabajadores, la masacre de Talara, legislación del trabajo, la mujer y el niño, trabajo para desocupados, horario de trabajo, organización sindical, repatriación de obreros petroleros, procedimientos laborales, educación en asientos petroleros de Talara y Lobitos; pasaje obrero y estudiantil; viviendas obreras en Piura, seguros y pensiones, los humos de La Oroya, Proyecto de ley de empleados públicos, empleados de correo. c. Internacionales (Acontecimientos de Nicaragua, solidaridad con el pueblo de Chile, conflicto paraguayo-boliviano, sucesos de Caballo Cocha, Leticia, Iquitos en contra del Tratado con Colombia). d. Problemática agraria (Comisión para estudiar la reforma agraria, derivación de las aguas del río Huancabamba, paludismo, pequeña agricultura, aguas para riego agrícola, yanaconaje, gravamen del guano, reclamos de yanaconas de los valles de Chancay y de Lima). e. Mujer y niños (sufragio de la mujer, derecho al voto a los 18 años, voto femenino, representación de minorías. F. problema indígena (Comisión de asuntos indígenas, proyecto de Lanatta, tierras “De Santos”, educación indígena, Comunidades indígenas). g. Administración pública (Presupuesto de la república, organización del Poder Legislativo, Poder Ejecutivo, Dirección Nacional de Estadística, inmunidad parlamentaria, Corte Suprema, moralidad, pago de raciones a soldados y oficiales. h. Descentralización (Centralismo, descentralización en minería, elecciones municipales); i. Culturales (Proyecto de difusión de la obra de J.C. Mariátegui, Colegio Nacional San Miguel de Piura, aniversario de la fundación de Piura, etc.); k. Económicos (deuda externa, Banco Central de Reserva, concesiones auríferas, impuestos a la importación de azufre, gravamen al juego, empleo en empresas extranjeras, presupuesto de la República, función administrativa, funcionarios públicos, signo monetario, ley que quiebras, Presupuesto de Defensa, contrato con All América Cables INC, transporte aéreo. l. Educación (modelo de gestión educativa, Instituto pedagógico, reforma universitaria, presupuesto para la Universidad de Trujillo, problemática de escuelas en Piura, Escuela de Ingenieros). 29
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En 1934 publica su novela “Renuevo de Peruanidad” que es precedida del valioso “prólogo polémico” 31. En este año, asimismo, escribe sobre el latifundio y el yanaconaje en Piura en diversos artículos, algunos de ellos publicados en el diario el “Suplemento” de Lima durante los meses de febrero y marzo de 1934. 32
Publicado el año 1947, como introducción del libro “El Yanaconaje en las haciendas piuranas”. Según Castro Pozo, “la zona norteña, durante la Colonia y lo que llevamos andado de la República, es la que más ha sufrido la agresión e imposición de las instituciones económicas del conquistador; lo cual, por propia defensa, obligó al indio a replegarse en sí mismo, a vivir familiarmente sus modalidades y tendencias espirituales; y, como los medios económicos a que se le redujo no distaban de la esclavitud, en este ambiente se ha conservado y se mantiene, como una posibilidad en potencia, en espera del esfuerzo propulsor que ha de transformarlo”. (En: Prólogo a la obra “Moche” de Arturo Jiménez Borja, Lima, Noviembre de 1937). 30
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-En este prólogo Castro Pozo sostiene, entre otros, que: i. “Del siglo XV a la fecha ha comenzado el proceso de humanización o mestización de la cultura, y el no se ha detenido ni se estancará. Todo tiende a realizarlo”. ii. El mestizo no es, pues, nocivo, perverso o insociable por ser mestizo; si en alguna forma éste es sospechoso a los fines que persigue y anhela la resurrección keshuaimara, ello es debido a la función social que realiza en nuestro medio social nacional. Lo cual no es óbice para prescindirlo, rechazándolo de nuestra futura organización social (…) Si se quiere que el mestizo, y con él el indio letrado o deletrero, no traicionen su «raza», ni sean garratierras, asesinos de sus hermanos, tinterillos, gamonales, enganchadores o raja espaldas; si todo esto se anhela, no hay otro modo de hacer sino destrozar o reformar las diversas, nocivas instituciones sociales que nos trajo el blanco e impuso por la conquista; teniendo presente la importancia cultural de los aportes de este elemento, de los que ningún pueblo del mundo podría prescindir. iii. “solo el indio y sus vástagos hibridados, a su propia idealidad, pueden reivindicarse; lo que no debe ser dentro de la lenta y oxidada maquinación educacional, con la que piensa regenerarlo el gamonalismo, sino de un golpe, con ademán viril, así como toman los hombres la cosa que necesitan para vivir. El mestizindio se debe pués, una trasformación, que vale decir una revolución socialista”. –Miguel Rojas Mix: “En Renuevo de Peruanidad, Hildebrando Castro Pozo se plantea la pregunta: ¿Quién es el indio? Interrogándose a continuación sobre si podía ser considerado un factor eficiente de renovación en una revolución social. Su respuesta es categórica. El indio es el factor más importante en toda organización económica del Perú. Sólo el indio y los mestizos podían restaurar sus propios ideales, y esta reivindicación no sería producto de la educación según querían los blancos, sino que sería violenta y repentina. Nada, pues, más alejado del hispanismo tradicional”. En: Los cien nombres de América. Eso que descubrió Colón. Colección Identidad Cultural. Editorial Universidad de Costa Rica, 1991, p. 282. -Fernando Mires: “Como ya se deja ver, las opiniones de Valcárcel no están despojadas de algunas connotaciones racistas. Las versiones más radicales del racismo indianista no las representa, sin embargo Valcárcel. Sus exponentes no son escritores peruanos, sino bolivianos. Los más conocidos son Alcides Arguedas y Franz Tamayo./Alcides Arguedas en su ensayo Pueblo Enfermo y en su novela Raza de bronce utiliza mistificadamente al indio para fundamentar sus ataques en contra del cholo, esto es, en contra de la mayoría del pueblo boliviano. Franz Tamayo, a su vez, a partir de la exaltación de la “raza india”, construye un discurso fascistoide. En ambos autores, la exaltación abstracta del indio no es más que un medio utilizado para denigrar a los sectores populares, razón que explica la aceptación de que gozaron en los círculos oligárquicos del país./Paralelamente, al auge indianista iba fortaleciéndose en el Perú la ideología indigenista. Dos de los más destacados representantes del indigenismo oficial peruano fueron Hildebrando Castro Pozo y Abelardo Solís. Castro Pozo tiene el mérito de haber abogado por la integración social del indio en condiciones que asegurarán el respeto, por sus instituciones históricas, especialmente el “ayllu”, que es considerado por el autor no tanto como una reliquia del pasado sino como una “fuerza colectiva” perfectamente compatible con las formas modernas de desarrollo económico”. En: “El discurso de la indianidad”. Fernando Mires. Editorial Abya Yala Quito-
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Ecuador, 1991, Texto citado, p. 172. Osmar Gonzales Alvarado: “la concepción que nos presenta Castro Pozo acerca del ser humano pertenece a un pensador profundamente moderno, en quien los pesos muertos de la historia o de las herencias naturales y genéticas desaparecen para emerger un ser humano que puede
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Ejerció la abogacía en Piura y Lima. Su estudio de abogado siempre estuvo lleno de campesinos y yanaconas. En Lima estaba en el jirón Azángaro Nº 811. 33
• En 1936 publica su obra “Del Ayllu al Cooperativismo Socialista.” 34 Ese mismo año se publicó sus artículos “Ayllu, estado y familia” y “Hacia una historia realista de la propiedad en el Perú” en la Revista de Economía y Finanzas de octubre y noviembre. ser dueño de su voluntad, libre de su acción, capaz de mirar al futuro como algo construido por su propia acción y que es creador y producto a su vez del entorno económico y social en el que vive”. (Hildebrando Castro Pozo y la visión moderna sobre el ser humano. En: Ideas, intelectuales y debates en el Perú. Universidad Ricardo Palma. Editorial Universitaria. Lima-Perú, 2011, pp. 660). 32
En la publicación de fecha 8 de marzo de 1934 refiriéndose a la lucha de los campesinos yanaconados del Departamento de Piura, anota: “Ya hace algunos años, -1883- cuando ciertos hacendados, extendieron el dominio de sus fundos hacia tierras de comunidades, en lo que fueron apoyados por las autoridades políticas y judiciales del Departamento; los comuneros de Frías y Santo Domingo, capitaneados por todos los de la comunidad de Chalaco, se sublevaron protestando, de lo que ellos llamaron, “parcialidad injusta a favor de los blancos”. Avanzaron en son de guerra hasta la Capital del Departamento, que tomaron sin resistencia; y cuando las autoridades quisieron rescatarla, hubo que hacerlo a sangre y fuego, y tomando las calles palmo a palmo. En la cual acción no se dejó perdonar ningún serrano comunero; pues sintiéndose acorralados por el número, se vieron los sobrevivientes en la dura necesidad de defenderse dentro de una casa, y allí prefirieron morir, entre las llamas del incendio que ordenó practicar la autoridad atacante, antes que rendirse e implorar la clemencia del vencedor”. (En: Hildebrando Castro Pozo. Yanaconaje en las Haciendas Piuranas. Compañía de Impresiones y Publicidad. Lima, 1947, pp. 26-27). 33
Tatiana Bustamante: “Llegaban a su estudio comisiones de indios de todas las regiones del Perú, de los rincones más apartados, en busca de justicia. Nunca salieron defraudados, sino con la convicción de que el “Doctor”, les resolviera sus problemas, porque no era para ellos, simplemente un jurista, sino un camarada que les brindaba su cariñoso apoyo. En esta época desempeñó los cargos de Asesor jurídico de la Federación General de Yanaconas y campesinos del Perú, de la Federación de obreros panaderos “Estrella del Perú y de la Sociedad de Panaderos del Callao, y de muchas otras asociaciones, actuando también como abogado de los empleados y obreros de las Empresas Eléctricas”.” (En: Bio-bibliografía de Hildebrando Castro Pozo. Revista Letras de la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, 1946, pp. 557-567). -Sinforoso Benites: “Tarde he reconocido a los dirigentes, ahora veo con claridad quien era Castro Pozo y aquilaté lo que me dijo un día que visité su oficina en el Jr. Azángaro, de Lima: “Toma esta docena de libros del Ayllu, el Cooperativismo Socialista, véndelos a los camaradas y piensa que allí hay optimismo al pensar en nuestro pasado. Y en nuestro presente también hay amarguras y desengaños que sólo supieron las paredes llenas de silencio de esta oficina. He recorrido el camino con los comuneros que llevaban sus títulos comunales al juez, al Palacio de Justicia reclamando sus tierras, tomadas por el garratierras. Y nunca pude ganar un juicio, aunque muchas veces les defendí las pequeñas tierras que el gamonal los dejara. Vende este libro, tienes unos reales y divulgas a la vez lo que fue la familia en el Imperio”. (En: Sinforoso Benites. Dagoberto Torres. Primera Edición. Ediciones Libro Amigo, Lima, 1990, p. 108). 34
-Julio C. Tello presentando al público esta obra anota que: “El noble espíritu de Castro Pozo, su moral socialista y su conocimiento de la historia Patria se reflejan en su obra, haciendo de ella uno de los mejores exponentes del verdadero patriotismo. El trabaja denodadamente por el mejoramiento de los desheredados, por que todos los hombres gocen de los privilegios y derechos que son patrimonio de la raza humana, por que todos disfruten de las dulzuras de su trabajo”. –Pedro Barrantes Castro:“Sin riesgo de incurrir en mentira o error, puede afirmarse que desde la publicación de los “Siete Ensayos” de José Carlos Mariátegui, en 1928, no había aparecido, de pluma peruana, ninguna obra con más documentada enjundia, con más hondo calado histórico-realista, con más inconstrastable abroquelamiento polémico que esta “Del Ayllu al Cooperativismo Socialista” de Hildebrando Castro Pozo./Nuestro autor –a quien no vacilamos en calificar de archivo
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• En 1940 se desempeña como profesor del Colegio Nacional “Nuestra Señora de Guadalupe” en los cursos de Historia y Geografía del Perú. Fue también Presidente viviente, talvez el más completo, pero, a buen seguro, el más genuino sabor raigal, de nuestro acerbo folklórico-social nativo – ha redondeado con el presente trabajo su recia personalidad ya acreditada por su primer libro “Nuestra Comunidad Indígena”, de tan vastas resonancias”. (En: Nota del Editor. Del Ayllu al Cooperativismo Socialista. Lima, 1936. pp V-VII). –Arriola Grande, M: “El autor, en su obra Del Ayllu al cooperativismo, polemiza contra los intérpretes espiritualistas de la sociedad y la historia peruanas, por ejemplo contra V.A. Belaúnde, a cuya tesis, no menos gaseosa y nebulosa, enfrenta C.P. una mejor refutación, aunque no completa. Mientras que para Belaúnde el fenómeno es sólo moral y espiritual, para C.P. es sólo material. Sostiene que sobre la igualdad económica, en que históricamente se han basado-dice- y continúan basándose los derechos políticos y las reformas económicas, sobre aquella igualdad, repetimos, debe, ante todo, instituirse por su propia índole la igualdad moral y la espiritual. Para C.P. el primer problema que se confronta en el Perú es de la tierra” (En: Diccionario literario del Perú. Comercial y Artes Gráficas S.A., Barcelona-España, 1968, p. 110-111). -Castro Pozo, Hildebrando en esta obra refiriéndose a la capitulación de Ayacucho sostiene que: (“… con Petroleros Maestro Hildebrando oCastro destrozado el poder peninsular en Ayacucho, el Estado queda en manos de las clases adineradas,HCP terratenientes, encomenderos, ennoblecidos plebeyos, comerciantes o mineros, togados y, especialmente, militares, representantes del ejército, al que, en realidad el Perú debía el cambioPozo del sistema o régimen político” y que esta no tuvo contenido social alguno. Por eso el Art. 87º de la Constitución de 1823 crea un Senado Conservador que tiene entre sus atribuciones -la del inc. 10) del Art. 90- consistente "velar sobre la conservación y mejor arreglo de las reducciones de los Andes". Para Castro Pozo esas fueron “las bases democráticasliberales sobre las que se instituyó la República. No se dijo siquiera, una sílaba respecto a las mitas, encomiendas, yanaconazgo, pongaje y tributo personal, que de hecho, continuaron subsistiendo. En esta obra Castro Pozo sostiene que: “Si el socialismo es técnico y científico, como atinge Jorge Basadre (Marx y PachacutecNueva Revista Peruana, Año I, Nº 1, p. 16) y fue lucubrado a base de la organización económico-capitalista del Viejo Mundo europeo, donde, en lo que respecta a la propiedad territorial y trabajos colectivos, hacía muchísimo siglos que éstos habían desaparecido hasta sus últimos rezagos; entre nosotros, cual los conserva y ha de perdurar la realidad histórica, aquellos dos factores existen, y es necesario que las fórmulas generales del socialismo científico, al serles aplicadas, se encarnen en su veracidad ideosincrásica; con lo cual, a través de los siglos, el espíritu del "señor don Carlos Marx" rejuvenecerá el de los Ayllus". (p. 169). -Rodrigo Montoya: “Su libro Del Ayllu al Cooperativismo Socialista, publicado en 1936, constituye el gran ensayo de Castro Pozo. Ofrece en él, su visión de la historia peruana, visión que parte de los elementos de socialismo que la tradición indígena contiene y debe concluir en la gestación de una sociedad socialista. La palabra cooperativa, entonces no había sido recuperada por la burguesía peruana y sus aliados terratenientes. Hablar de cooperativismo era hablar en contra de la burguesía”. (En el prólogo a la segunda edición (1979) de Nuestra Comunidad Indígena). –Jorge Basadre: -“Haya de la Torre postuló el mensaje aprista. Mariátegui trajo el mensaje comunista y yo, dentro de mi insignificancia personal sin más título que el de un joven más en esa época desorientada, no seguí ninguno de esos derroteros y sin embargo soñé, a pesar de todo, en una fórmula de construcción nacional y social para un Perú de más altos niveles de vida, con un Estado técnico, un país progresista, un pueblo atendido, cuidado, entusiasta, creador. Entre los muchos amigos de aquella época de inquietudes sociales, evoco con especial emoción a Abelardo Solís y a Hildebrando Castro Pozo. Al libro del primero Ante el problema agrario Peruano dediqué los artículos titulados “Agrarismo, peruanismo, unidad”, antes mencionados; y al del segundo de los escritores antedichos “Del Ayllu al cooperativismo socialista”, los que bajo los nombres de “Ayllu, estado, familia” y “Hacia una historia realista de la propiedad en el Perú”, publicó la Revista de Economía y Finanzas en octubre y en noviembre de 1936”. (En: La historia y el historiador. Ww.unsbg.edu.pe/maestro/yepes/doc.02. –Manuel Marzal: “Castro Pozo se refiere a las cooperativas de producción agrícolas y ganaderas, a las cooperativas de crédito y consumo y a las Cajas indígenas departamentales, para federar a las cooperativas de crédito de un mismo departamento (…) la creación de granjas-escuelas en cada departamento donde hay comunidades indígenas, para dar adiestramiento agropecuario intensivo a jóvenes comuneros a partir de los 17 años, para que puedan constituir luego cooperativas de producción, que recibirán apoyo técnico y crediticio del gobierno. Pero el proyecto de Ley de 8 de mayo
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de la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza. Fundó la Cooperativa de Consumo de los Profesores de Segunda Enseñanza. •
Fundador y Presidente del Instituto de Investigación Social Peruana, conjuntamente con Carlos Rodríguez Pastor, José María Argüedas, Saturnino Vara Cadillo, Federico Sal y Rosas, Alberto Tauro, Atilio Sivirichi, Xavier Abril, Esteban Pavletich, José Varallanos, José María Quimper, César Miró, Jorge Falcón, entre otros. 35
de 1933 que lleva la firma de Castro Pozo y de Luciano Castillo, nunca llegó a aprobarse. De todos modos, Castro Pozo representa una reflexión seria sobre la comunidad indígena y un proyecto de utopía que nunca llegó a realizarse a diferencia de las del período colonial”. (En: La comunidad indígena y su transformación según Castro Pozo. Revista Allpanchis Nº 16/1980. pp. 75-85).-Carlos Franco: “El ensanchamiento de la cobertura histórica tematizada en su libro demandó de Castro Pozo un desarrollo del enfoque y la metodología marxista más profundo que el demandado a Mariátegui por su objeto y propósito de análisis. Por otro lado, su propósito de formular una visión del desarrollo del país y de la manera de organizarlo según una perspectiva socialista, tarea no desarrollada por Mariátegui, condujo a Castro Pozo a fundar un sentido prospectivo del enfoque socialista de la evolución del país que, al menos en su tiempo, no tuvo antecedentes”. (En: Castro Pozo: Nación, modernización endógena y socialismo. CEDEP. Lima, 1989, p. 62). -Guillermo Rochabrún: “En 1936 Castro Pozo publica la única obra marxista de este periodo que ha trascendido a su época: Del ayllu al cooperativismo socialista. El libro comprende una visión global de la historia peruana. (En: Batallas por la teoría. En torno a Marx y el Perú. IEP, Lima, 2007, p. 366). - Paolo Gallizioli: “Regresando a las influencias incaicas sobre el marxismo suramericano cabe recordar la labor del peruano Hildebrando Castro Pozo. En Del ayllu al cooperativismo socialista (1936) analiza detalladamente el funcionamiento de la institución comunitaria precolombina, citando el ejemplo de una comunidad que se transformó en cooperativa de producción, de consumo y de crédito. (…) esta circunstancia puede generalizarse y extenderse a otras comunidades; su interpretación sugiere el traslado de la antigua tradición del comunismo agrario a un marco institucional moderno de carácter cooperativo. Ese cooperativismo, junto a una renovación ideológica de la conciencia de las masas indígenas, llevará a la implantación de un socialismo latinoamericano”. (En: Socialismo, Indigenismo y Populismo: el liderazgo de Evo Morales en Bolivia. Paolo Gallizioli, Università degli Studi di Modena e Reggio Emilia, 2005-06). –Demetrio Ramos Rau: “La descripción de la vida y obra de Hildebrando Castro Pozo, así como las anotaciones de los aspectos principales de “Del Ayllu al Cooperativismo Socialista” vislumbran la presencia temprana de la intelectualidad norteña y peruana, en procesos socioculturales de trascendencia. En efecto, “Nuestra Comunidad Indígena” publicada en 1924, antecede a las producciones hasta hoy consideradas fundacionales: “7 Ensayos de interpretación de la Realidad Peruana” de José Carlos Mariátegui y “E-l Antiimperialismo y el APRA” de Víctor Raúl Haya de la Torre. La propuesta de Castro Pozo, está antecedido, en todo caso, solo por “El Perú Contemporáneo” de Francisco García Calderón y el impacto de “Páginas Libres” de Manuel González Prada. Por tanto, que duda cabe, la autoría de la primera propuesta socialista en torno a la solución de los problemas peruanos, corresponden al piurano Hildebrando Castro Pozo”. (En: Pensadores norteños. Hildebrando Castro Pozo. Revista Pueblo Continente, Volumen 17 Nº 1, Enero-Junio del 2006. Trujillo-Perú, p.
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97 a 102). Osmar Gonzales Alvarado: “La importancia del trabajo colectivo, para Castro Pozo, estriba en que es una institución económico-social que, entre otras, contribuye a consolidar la propiedad colectiva territorial de los ayllus. Se trataría, según el autor, de una respuesta de los conglomerados humanos andinos, ante la agresividad de la naturaleza que los circunda. No se trataría, entonces, de un invento de los hombres andinos, sino de una imposición del medio.//Por otro lado, quienes se desarrollaron dentro de la civilización individualista no pueden entender la importancia del trabajo colectivo que dio como fruto los grandes acueductos, las andenerías, los reservorios de agua y otros testimonios de la tesonera lucha por dominar la agreste geografía. El Tahuantinsuyo fue producto de este esfuerzo de siglos, el cual la “raza individualista, anárquica y feudalizante no supo aprovechar” (Citando a Castro Pozo en esta obra, p. 112). (Hildebrando Castro Pozo y la visión moderna sobre el ser humano. En: Ideas, intelectuales y debates en el Perú. Universidad Ricardo Palma. Editorial Universitaria. Lima-Perú, 2011, p. 675).
En una de sus notas, a puño y letra, Castro Pozo impulsor del Instituto de Investigación Social Peruana, refería que la: “instrucción y culturización de las clases superiores es deficiente y anárquica. Si la enseñanza dada en los colegios de instrucción media, no sirve para orientar a nuestros hijos en 35
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En abril de 1940 participó en el Primer Congreso Inter-Americano Indigenista, en PáztcuaroMéxico, conjuntamente con el José Antonio Encinas, José Uriel García y José María Argüedas.36 En este Congreso sustentó la ponencia “El Ayllo Peruano debe transformarse en cooperativa de producción agro-pecuaria”.37
• De 1941 a 1944 se desempeñó como Asesor Técnico de la Dirección de Asuntos Indígenas. 38
las diversas actividades de la vida; la que se les concede en los Institutos Superiores especializados no solo los desplaza de la realidad en que viven, sino que satura sus mentes de conocimientos generales, extraños á nuestro medio, que los incapacita para la acción y, por la ley humana de la mínima resistencia, los lleva hacia el “buen decir” y la crítica estéril, anárquica é improductiva.//Creemos, por esto, dando aquí respuesta á una de las interrogaciones formuladas anteriormente, que es necesario que la conciencia estatal se constituya como un factor psicológico de índole nacional, como un acervo histórico en el que estén comprendidos todos los grandes intereses de la colectividad, como un imperativo moral de realizarlos á travez del tiempo y del espacio. Y como en el Perú no existe ningún organismo que tienda á llenar esta finalidad, nada más a propósito para realizarlo, que la organización de este Instituto, en el que se han conglomerado un grupos de hombres de buena voluntad, decididos a trabajar e investigar cada uno de nuestros problemas a fin de que su divulgación y enseñanza en la masa social, contribuyan a la formación del espíritu y conciencia nacionales”. 36
Augusto Urteaga Castro Pozo: El Primer Congreso Indigenista Interamericano que, como su propio nombre lo indica, tendrá una trascendencia principal en el desarrollo de las investigaciones sobre las culturas indígenas de América así como en la delimitación de programas y planes de trabajo en los medios indígenas y que abarcarán temáticas tan complejas y vigentes como las de tenencia de la tierra y el manejo de los recursos naturales, la territorialidad, el gobierno y la procuración tradicional de justicia indígena, así como la salud y el patrimonio cultural de estos conglomerados sociales denominados genéricamente indígenas. (En: Castro Pozo en México y la necesidad de regionalizar el Perú, Lima, 01 Septiembre de 1995). 37
Esta ponencia de Castro Pozo fue publicada en la Revista de Economía y Finanzas Nº 91 de julio de 1940, pp. 15-18 y 46. 38
Entre otros documentos consta que el 14 de julio de 1943 presentó a la Dirección de Indígenas el proyecto de las “Bases del Estatuto de las Comunidades Indígenas” constituido por XIII Capítulos y 55 artículos. Sostiene que en 1940 “existían censadas 4,600 comunidades de indígenas, de las que el Estado ha reconocido y empadronado oficialmente, conforme a ley, 833” y, que en dicha Dirección “hay muchísimas solicitudes de los personeros de dichas comunidades pidiendo que se les apruebe el proyecto de los estatutos”. Como fundamento de dicho proyecto se indica que “es imperioso, no solo modernizar la técnica de sus procedimientos agrícola-ganaderos, sino también impulsar la organización de otras industrias y crear en la voluntad de aquellos pueblos el incentivo de un mejor bienestar, para el fin de que se orienten hacia un desenvolvimiento económico-social más dinámico y constructivo, que encaje y coadyuve en la realización del proyecto del país” (sic). Refiere Castro Pozo, asimismo, que “en la exposición del derecho o práctica consuetudinarios que aparece en el articulado del proyecto, se ha procurado usar un método didáctico sencillo, exento de vocablos científicos o de culteranismos, que los indígenas no podrían entender”.
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El año 1945 es electo Senador de la República por el Departamento de Piura 39.
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Cartas familiares de Hildebrando Castro Pozo durante la campaña electoral de 1944-1945.-“Hoy hemos tenido nuestra primera incidencia política, al habernos invitado el gremio de chóferes a un almuerzo de camaradería que ellos se daban con motivo del día del chofer. No sabemos con la responsabilidad de quien o quienes, un tipo pagado, probablemente, trató de oponerse a que nosotros tomáramos la palabra. La actitud de este tipo fue acallada por todos y nosotros hablamos lo que bien nos vino en gana; pero ello nos da la medida de la presión que están ejerciendo los políticos para impedir que actuemos”. (Carta del 28 de diciembre de 1944). –“Si tu supieras el instante más a propósito en que llegué. Todo el Comité Departamental estaba alzado contra el Comité Ejecutivo de Lima y estaba para renunciar y separarse. La anarquía era tan grave, que hasta ahora mismo no se ha conjurado el peligro en toda su amplitud respecto de Sullana. De esto no se podía sacar nada. Parece que el instinto me avisaba el peligro y precipité todo”. (Carta del 31 de diciembre de 1944). –“El recibimiento que los compañeros de Las Lomas me han hecho lo califico sencillamente de magnífico; es una gente que me tiene mucha fé, y me estaban esperando desde temprano. Sólo a las cuatro y media de la tarde pude salirme, pues el chofer, a pesar de las atenciones que le prodigaban, ya estaba quejándose por la demora. Dos viejesitos, hermanos Herrera, bailaron como en sus buenos tiempos una marinera de esas que sólo se ven una sola vez en la vida. El viejito tiene alrededor de 60 años, pero lo hubieras visto bailar, ni sus nietos lo hacían mejor. La pareja resultó inmejorable. Herrera se la buscó entre todas, a pesar de que en la reunión habían muchísimas muchachas. El
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Falleció en Lima, en la Clínica “Quesada” de Miraflores el 1º de setiembre de 1945. 40 La noche anterior en el Senado de la República había sustentado su proyecto de Ley de irrigación de los valles del río Piura con la desviación del Río Quiroz. 41 En agosto de ese mismo año había presentado a su Cámara otros proyectos de Leyes, entre ellos, los de creación del Ministerio de Asuntos Indígenas,
pueblo ha mejorado bastante. Ha dejado de ser el rancherito de antes y se han abierto varias calles. Tienen una plazita de armas muy vistosa. Ellos me están agradecidos porque fui el que presentó el proyecto de ley que creó el distrito de Las Lomas. Dicen que yo les quité el yugo del hacendado”. Carta del 16 de enero de 1945). –“También me parece que la política del Departamento está en manos de Garrido Leca, quien hace y deshace a este respecto, y que lo que quieren es que yo no pueda hablar en público. Como la vez pasada hicieron lo que mejor les dio la gana, cambiando las ánforas; esta vez tratan de hacer lo mismo, amparados por la paciencia de los peruanos. (Carta sin fecha).”. –“Hasta la fecha no tenemos aquí ninguna noticia que nos hayan enviado del Comité. Yo estoy llevando la política que a mi me da la gana y que me parece conveniente desarrollar, sin consulta alguna, pues el Partido, dentro del Departamento, esta casi a mi cargo. Por eso quiero que venga Hilde para que me ayude”. (Carta del 21 de enero de 1945). –“Querida cholita: Dentro de una hora debemos partir nuevamente a la sierra, por la región de Frías, Chalaco, Santo Domingo i haber si podemos hacer Pacaipampa, que esta un poco lejos y se necesitaría por lo menos 2 días a caballo. Vamos desde aquí a Chulucanas en carro i de ahí a bestia, siguiendo la ruta que te he dicho, en las que nos acompañaran Andrés Pintado i nuestros amigos”. (Carta del 27 de enero de 1945). - “El cholo se ha portado admirablemente. Ha hecho su primer viaje a lomo de bestia en la madrugada del día 27 de enero, pues salimos de Chulucanas a las tres de la mañana, lloviendo y en medio de un fantástico gritar de sapos que nos llamaban con su chirrido de -¡¡Oye!! ¡¡¡Oye!!, que parecía que nos querían advertir algo. La madrugada era un poco oscura. Hilde no sabía coger las riendas del caballo, y el animal advirtiendo la calidad de su jinete, se iba por cualquier parte o se quedaba parado, esperando que se le arreara. Caminamos por espacio de 14 horas, subiendo o bajando, cuestas y laderas, hasta que llegamos a Frías, a las 4 de la tarde. El viaje fue magnífico. Los mismos frianos así lo reconocieron, pues estaba lloviendo y los caminos en estado infernal. Frías casi no ha cambiado. El pueblo ha permanecido en el mismo estado que lo conocí el año 1936. Aquí los compañeros socialistas se portaron admirablemente. Nos hicieron un buen recibimiento y nos acompañaron a cada instante. Más bien el pueblo estuvo un poco retrechero, pues está dividido entre los candidatos y hay una anarquía feroz. En Frías permanecimos por día y medio. El 29 de enero, bajo una lluvia un poquito fuerte, salimos como a las 9 de la mañana, acompañados por más de 25 colonos que, a pié y a caballo nos seguían. (…) Al bajar para Chalaco los compañeros comenzaron a despedirse para ir a sus estancias.- La bajada de Chalaco resultó tan mala como la subida a la Puna. Había oportunidades en que las bestias patinaban en espacios de cinco a diez metros, siguiendo la bajada de una pendiente, en que se percibía un precipicio de cincuenta o cien metros de profundidad. Pero que había que pasarla a mulo, ya que todos así lo hacían y mi interés era que Hilde saliera un buen jinete, arriesgado y valiente, pues no se bajó, ni se quedó atrás de la cabalgata. Llegamos a Chalaco con un aguacero de los mil demonios. Buscamos la casa de Toribio Córdova, en donde nos habíamos apeado en la excursión de 1936. Toribio nos recibió muy bien. La esposa tan amable que nos atendió con café caliente, casi de inmediato. Esta señora se portó tan gentilmente con nosotros, que nos preparó cuarto aparte y se portó como una gran señora –(Sería conveniente que tu le escribas agradeciéndole sus atenciones para conmigo y tu Hilde y se le envíe para sus chicos un libro de cuentos, como esos que tiene José Santiago) (…) Hildebrando hizo su cosecha con los jóvenes socialistas.- Aquí nos dimos cuenta que un camarada friano nos había venido siguiendo desde Frías. Era un perro muy hermoso, que se nos pegó en casa de Cristóbal Pintado. En la pampa creímos que este animal pertenecía a alguno de los compañeros; pero él no se quizo ir con ninguno de ellos y se quedó con nosotros. Estaba siempre al lado nuestro y dormía cuidando la puerta de nuestra habitación. Cuando a la mañana siguiente bajamos la cuesta de Chalaco, en medio de un aguacero torrencial, el perro nos venía siguiendo y bajó con nosotros hasta cerca de una gran vegada. Aquí, al pié de una casa, se encontró con una perra y su amor por el socialismo se transformó en el amor perruno, que nos hizo olvidar en el alma de aquel camarada, el último camarada friano. (Carta del 6 de febrero de 1945). -“Aquí la lucha continua intensa. Hoy debe salir una réplica mía a los apristas en los periódicos de la localidad, pues los volantes que deje para hacer, no los han dado a publicidad. Los compañeros están cojudos, que se mueren de miedo o no sé que les pasa. Creen que la lucha no se para con otros golpes, sino esperando que deje de llover”. (Carta a su hijo Hildebrando del 24 de abril de 1945). –“Nuestra situación en esta ciudad ha
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el de la organización de granjas comunales, el Tribunal Arbitral de Asuntos Indígenas, el de la ciudad guadalupana, entre otros. ¡Castro Pozo como Congresista sí que trabajaba!42
cambiado mucho. Ayer dimos dos conferencias: una en el Teatro Municipal de Piura, recordando el 1º de mayo, y otra en Paita, con el mismo objeto. La conferencia de Piura, que fue lo más importante desde el punto de vista político fue todo un éxito. El teatro estuvo completamente lleno, no por los señoritos que se titulan apristas-izquierdistas, sino por gentes del pueblo, por obreros que llenaron todos los compartimientos del teatro y salieron en manifestación a la calle, vivándonos y vivando el partido al grito de so-cia-lis-mo, so-cia-lis-mo ¡¡¡ Si hubieses visto la cara de los mojigatos apristas, te mueres de la risa. La sorpresa no cabía en sus ojos y han tratado de decir que es gente que nosotros hemos traído de los campos, porque se trataba de grupos de cholos. Otro tanto sucedió en la conferencia que dimos a los gremios obreros en Paita. El Teatro resultó chico para contener a tantos obreros y sus familias. Como nos demoramos en ir, porque la conferencia de Piura termino a la una de la tarde; dicen los hermanos de Castillo que la gente parecía marejadas: entraban y salían del Teatro y se paseaban por las calles en espera de nuestro ingreso. Casi dejamos al dueño del Teatro sin su función de Vermut, y le salimos muy agradecidos, pero con pena de haber dejado de hablar.” (Carta del 1 de mayo de 1945). –“Aquí las cosas están en una situación de lo más anárquica. Han surgido candidatos a montones dentro de cada partido y hasta la fecha no se ponen de acuerdo para designar a los de cada parte. Por esta razón, hasta ahora, resulta que nosotros somos los más unidos” (Carta del 03 de mayo de 1945). –“Ayer estuve, como te dije en mi pasada, en La Unión y Bernal. La campaña fue buena. Pero el carro se nos quedó atascado en el río, como a las 6 de la tarde, de regreso, y de allí solo pudimos salir a las 8 de la noche, jalados por los sancudos. Llegamos a Catacaos a pie, y Luis Felipe nos brindo unas copas, que nos sacaron el frío” (…) Que me agrada la designación de Villacorta como Secretario General de la Juventud Socialista. Que en estos días, como tenga un poquito de tiempo, les mando copia del Credo Socialista, que esta haciendo furor entre los compañeros”. (Carta del 07 de mayo de 1945). –“Dile a Hildebrando que hable con Basadre, Alayza y Paz Soldan, Barrantes Castro, Jorge Falcón y otros que recuerde, para pedirles colaboración para una Revista que se va a publicar en Piura, en estos días. Que la colaboración sea corta, porque la Revista solo será de 24 a 32 páginas, y es necesario que sea amena y que no se ocupe por un solo artículo”. (Carta del 10 de mayo de 1945). –“Ayer, día de la madre, estuve en Chulucanas. El Partido había acordado que los compañeros asistieran por la mañana, para llevar flores a las tumbas de sus madres. Con esta ocasión se hizo una romería que resultó sumamente interesante. (…) Por la noche la cosa fue más sugestiva y atrayente: -Los obreros y demás simpatizantes socialistas llevaron a sus madres al local del Partido, en donde una Comisión de sus hijas les obsequió con sendos ramos de flores. Una chica Núñez recitó la composición de Gabriela Mistral la composición a la madre; un muchacho presentó un trabajo sobre la importancia del cariño maternal. Jaimito les dio una conferencia sobre diversos tópicos relativos a la madre y yo les leí el CREDO SOCIALISTA, recomendándoles se lo aprendieran de memoria. Eral tal el apiñamiento de jentes, que el local resultó extrecho y los hombres se estacionaron en la calle y en los patios y otras habitaciones de la casa. Antes de terminar llegó el Subprefecto. Lo presenté como exsocialista y le pidieron que hablara, con lo cual las gentes terminaron por ponerse alegres y perder la modosidad campesina. La fiesta resulto de lo más bonita y alegre. Querrás creer que estuvieron hasta la cerca de la una y media de la mañana, sin tomar chicha, bailando lo más animadamente”. (Carta del 14 de mayo de 1945) -“La relación política que me hace Hilde esta muy buena. Ayer te dije en mi carta que se viniera. Debe hacerlo, porque lo necesito para terminar la campaña” (…) “Estoy por creer, que solo en Piura existe el Partido Socialista. Dile a Luciano que en estos días vienen los Gonzáles Loli, Gálvez, Bustamante y toda la tira de conferenciantes. Dicen que este año nos barren del mapa político del Departamento”. (Carta del 17 de mayo de 1945). –“Hilde me ha caído como una bendición, pues estaba un poco cansado y no quería darle el brazo a torcer, como se dice. Hoy ha trabajado bastante, pero ya se me va con el Andrés hasta Ayabaca, llevándose las cédulas y unas cartas de recomendación para los distritos que no pude visitar.” (…) El asunto electoral progresa. En este instante Benites se encuentra en la sierra.- No sé qué sea de Luciano; pero lo evidente es que nos faltan algunos distritos y que es necesario hacerlos.- Dile a Luciano que es conveniente que se venga lo más pronto.” (Carta del 23 de mayo del 1945). –“Anoche llegué de Talara, después de haber recorrido todos los asientos petroleros, desde El Alto hasta Talara y después de haber recibido el saludo cariñoso de todos los compañeros de estos centros
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de trabajo, que nos tienen tanto cariño y que confían tanto en nuestra acción. (…) Hildebrando está conmigo aquí en Piura; le fue muy bien en Ayabaca i ahora está proyectando irse a Huancabamba de un carro a otro, llevando la votación de esa provincia, que es un asunto tan importante.” (Carta del 05 de junio de 1945). –“Yo pasé el día en la ciudad de Chulucanas, en donde recorrí a caballo, desde las 8 hasta las 5 de la tarde las mesas de sufragio i me convencí de que todo marchaba regularmente. Nuestros hombres del partido votaron todos ellos por la mañana. Fue una votación cerrada y tengo el optimismo, de que si la sierra nos ha dado unos 200 votos, en esta provincia, hemos ganado la elección, pues hai 8 candidatos i el triunfo puede ser seguro si es que la votación se diluye entre todos ellos. Me costó un gran trabajo traerme las ánforas de Morropón y Chulucanas, después de muchas dificultades a las tres y media de la mañana, pero las hemos salvado, por lo pronto, de lo que pudiese haber resultado en esas tierras abandonadas. Todas las ánforas del Departamento ya están en Piura, i ayer comenzamos el escrutinio, por la Provincia de Piura”. (Carta del 12 de junio de 1945). –“”Piura me ha dado más de 1,400 votos; se ha comenzado a escrutar la Provincia de Morropón i llevo en la actualidad 1,600 votos. Este escrutinio solo se refiere a una cuantas ánforas de Chulucanas i Piura; faltan 200 ánforas por escrutar: Falta especialmente toda la región de Talara en donde tenemos grandes cantidades de votos i en donde los otros no tienen las probabilidades nuestras”. (Carta del 18 de junio de 1945). 40
“Falleció un líder socialista// triunfó para Senador//era nuestro defensor//en todo punto de vista.// Mucho tiempo ha venido luchando, en defensa del campesino,//estudiando un buen destino//para todo ciudadano.//Nadie se ha preocupado//del yanacona campesino,//ninguno de otro partido//siquiera se haya acordado.//Ya estaría muy rendido//de tanto que ha trabajado,//ya mi Dios lo ha transladado//dejando al mundo adolorido. (…)// Con la muerte del Senador//todo el mundo se ha enlutado,//así lamenta Andrés Pintado//porque fue mi defensor.” (En manuscrito: “La tristeza de la sierra” de Andrés Pintado Córdova. La voz de un campesino ante la tumba del camarada H. Castro Pozo. Lima, 02 de Setiembre de 1945). 41
Señor Presidente, Señores Senadores: Un viejo anhelo del Departamento de Piura vengo a poner en consideración de ustedes. Hace muchos años, siglos quizá, que el Departamento de Piura viene clamando por la irrigación de sus tierras. Recuerdo de mis lecturas que, en la época en que Raimondi estudió aquel rico Departamento, el sabio naturalista indicaba que uno de los más grandes anhelos de todos los propietarios de los valles superior e inferior del río Piura era, precisamente, que esas tierras fueran irrigadas. Desde entonces a nuestros días no se ha hecho absolutamente nada para convertir en realidad este viejo ideal. Los pueblos de Piura siempre han pedido agua. Tenemos una literatura amplia respecto a este viejo Clamor. Y aún la canción popular se inspira en tal anhelo: un "tondero" que se canta en todos los jolgorios y un "triste'' que también se entona en todos los lamentos, hablan del mismo clamor: ¡Si Piura tuviera riego! (En: Revista Avance, Año I, Nº 2. Piura 1 de octubre de 1945, p. 5, 9-10). 42
“Y el hecho de que Castro Pozo haya preferido ser explotado como peón agrícola, como obrero minero y panadero, en lugar de haber asumido su puesto en la clase explotadora, de la que era miembro nato, no solo constata una vida heroica sino que hace de la vida de Castro Pozo, una vida ejemplar, que es patrimonio espiritual no sólo del Perú, no sólo de América, sino del mundo entero, como la de Tolstoy, la de Gorki, la de Romaín Rolland, la de Barbusse, como la vida símbolo José Carlos Mariátegui, moviendo desde su sillón de inválido la revolución marxista en el Perú”.En: Juan María Merino Vigil: “Castro Pozo, hombre representativo, vida heroica, vida ejemplar. Revista Folklore, Nº 16, edición extraordinaria, Lima, abril de 1946, pp. 410-413).
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