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Para nosotras, la calle*

Para nosotras, que todavía no logramos disfrutar del derecho a la libertad de movimiento con total garantía, que nos educan para habitar y descubrir los espacios públicos midiendo a cada momento el ambiente, los gestos y movimientos que nos rodean para identificar los riesgos; que debemos cargar con el desgaste que genera la interminable tarea de aprender a andar en la calle esquivando las violencias; para nosotras no hay mayor amenaza a nuestra ya limitada condición de ciudadanas, que la profundización de barreras estatales dirigidas a restringir nuestro derecho constitucional a protestar en las calles: los escenarios públicos donde se construye la base de la vida democrática.

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