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Entrevista a Daniela Soto

* Autoridad indígena de Sath Tama Kiwe en el territorio de Kweth Kina

Revista Ácida: ¿qué papel jugó el movimiento indígena en el Paro Nacional? específicamente el Consejo Regional Indígena del Cauca -CRIC-, la organización a la que perteneces… desaparecer y asesinar jóvenes, la guardia indígena logró mediar y proteger un poco a la población civil y decirle a la fuerza pública: no, no ataquen más a la población que está manifestándose pacíficamente.

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Daniela Soto: El CRIC ha tenido a lo largo de toda su historia un ejercicio de movilización muy constante y activo, ha sido una de las herramientas que ha encontrado para exigir los derechos y el cumplimiento de acuerdos, para exigir el respeto a la vida y a la defensa del territorio. La movilización del 2021 tiene una diferencia, es una movilización que surge después de una pandemia y una crisis económica, donde la violencia en los territorios no paró en ningún momento, al contrario, aumentó el ejercicio por parte de grupos armados.

El paro del 2021 nace para decirle al gobierno que no estamos de acuerdo con una reforma tributaria porque venimos de una crisis económica muy fuerte y lo que necesitamos son garantías para poder recuperarnos y para realmente tener acceso a nuestros derechos y su respuesta ante la exigencia es agresiva, nos sigue violentando. Entonces creo que nace una conciencia más colectiva, porque la movilización empieza en las ciudades, en grandes capitales como Cali y Bogotá, desde los procesos sociales y populares, quienes hacen la invitación al movimiento indígena a sumarnos. Es un escenario distinto porque no arrancamos nosotros como pueblos indígenas, sino que arranca desde el ejercicio popular en las ciudades, quienes ven en el movimiento indígena un referente de movilización.

También se hizo otro tipo de ejercicio, un intercambio de experiencias de lo que pensamos desde lo rural y las ciudades, decíamos “pues ustedes ahorita están viviendo lo que nosotros hemos vivido tal vez durante más de 50 años”. Ahí empieza un ejercicio de hermanamiento, que creo es lo más importante que sucedió en el paro, comprender que entre lo rural y lo urbano todas las necesidades nos afectan de maneras diferentes, pero finalmente es necesario unirnos para poder exigir nuestros derechos ante un gobierno que en ese momento estaba totalmente en contra.

RA: ¿Recuerdas momentos que fueron cruciales en el Paro?

La Guardia Indígena como un actor de paz y de defensa también territorial juega un papel supremamente importante en la movilización del 2021 en el marco de las ciudades, porque entra a realizar un ejercicio de mediación en las situaciones de enfrentamientos con la fuerza pública.

Ellos [fuerza pública] lograron llegar a los puntos donde se dieron situaciones bastante complejas. Luego de días de

DS: Yo recuerdo varios momentos, recuerdo cuando llegamos a la ciudad de Cali cómo nos recibía la gente, con mucha alegría, tal vez nos tenían idealizados, decían “ellos tienen más experiencia con este tema la movilización nos van a respaldar”, era un ejercicio esperanzador el que nosotros llegaramos a acompañarlos, incluso las primeras líneas, las mujeres, veíamos que había gente que lloraba de la emoción de ver entrar a la minga. Ahí también la guardia indígena y la comunidad del movimiento indígena, se sintió muy halagada y dijo “ya la gente reconoce y valora todas nuestras luchas, no ha sido solamente hacia adentro, sino que hacia afuera hay una visión de nuestra lucha que es importante.”

Luego recuerdo un momento en Siloé, veíamos cómo se unían las diferentes barras de equipos de fútbol contra la fuerza pública y le decían a la minga “sigan, nosotros les vamos a cuidar ustedes. Están en nuestro territorio, los vamos a proteger” y era como si fuéramos todos uno.

Recuerdo también los momentos más críticos en los que tuvimos esas arremetidas por parte de la fuerza pública y que daba mucha impotencia ver cómo la gente no tenía con qué defenderse y cómo la policía era insensible, aunque también eran pueblo, igual estaban afectando al resto de la sociedad. Recuerdo que en los puntos críticos cómo las mujeres, como estrategia, nos organizábamos intentando que no atacaran y protegíamos a los demás.

El momento que me tocó vivir a mí fue muy muy complejo, todo fue muy rápido, salimos once compañeros y compañeras heridas, yo fui de las primeras, vi esa reacción de la población civil armada. Ya habíamos vivido previamente unas discusiones bastante racistas por parte de los “camisas blancas” que nos decían “devuélvanse a su comunidad, no tienen nada que hacer acá, guerrilleros indígenas” y no supieron cómo mantener la discusión sino que recurrieron a las armas, ese hecho hubiera podido terminar en un genocidio. Fue un momento bastante crítico en el que sentimos en nuestros propios cuerpos la violencia. Luego supimos que lo que me había sucedido tenía una señalización previa, porque habían unos chats donde compartían una foto mía minutos antes del disparo. 8 minutos antes cuando yo estaba haciendo un envivo, una persona al frente me toma la foto y escribe en el grupo “ojo esa está coordinando todo y van a venir por acá”. No les gusta que una mujer esté adelante dando las discusiones, liderando este tipo de ejercicios, porque de una vez también es señalizada, o sea, ya habíamos muchos, pero la foto que enviaron fue la mía. A los demás chicos los hirieron en las extremidades en las piernas y en los brazos, aunque igual fueron heridas graves, a la única que hirieron en el abdomen fue a mí, entonces esas cosas uno las va revisando y piensa ¿por qué tanto racismo y machismo en esas experiencias que una misma vive?

RA: ¿Qué acciones caracterizaron a las mujeres en el marco de la minga y el paro?

DS: Yo creo que las mujeres estuvieron en todos los frentes, desde las ollas comunitarias, preocupándose por el tema del cuidado, en el tema de salud, los primeros auxilios, pasando el agua, pasando la leche, también desde lo comunicativo para transmitir, en las primeras líneas, por ejemplo, en Siloé nosotras hicimos la primera línea de mujeres con las compañeras del barrio y las compañeras de la Guardia Indígena, fue un ejercicio de articulación bien bonito, yo creo que finalmente las mujeres estuvimos en todos los espacios haciendo cosas importantes y bueno, eso también conlleva a otro tipo de vulneraciones al exponernos y recibir otro tipo de violencias. También vamos tomando esa fuerza para posicionarnos en los espacios políticos de vocería, o sea, a pesar de que no se dé con las mayores garantías a pesar de que seamos nosotras mismas a las que nos toca tomarnos los espacios, igual se ha ido haciendo.

RA: ¿Qué cambió en ti el Paro Nacional?

DS: En mi cambió muchísimas cosas, empecé a ver y valorar la vida de otra manera. Tal vez yo antes, por andar atrás de los compañeros decía “pues si nos toca morir, pues nos morimos y damos la vida por este proceso”, uno está convencido de todo eso. Ahora pienso que hay que resguardar la vida y hay que tener autocuidado, ser muy estratégico y manejar malicia en estas acciones e intentar cuidarnos los unos a los otros, estar pendientes de las señales y pensar estratégicamente ¿cómo servimos más al proceso y a la organización, creo que eso no es miedo sino inteligencia. También, creo que esto nunca lo había contemplado, hay un sufrimiento colectivo cuando asesinan o hieren a las personas, pero el más complicado es el sufrimiento familiar, quienes terminan sintiendo la ausencia o el dolor de la persona que se ve afectada y aún como organización no tenemos una ruta o un escenario integral que logre hacer el acompañamiento a este tipo de casos.

En este tiempo también entendí que sí se puede generar una unidad entre los pueblos, entre los procesos, a veces uno ve que hay muchas discusiones entre los liderazgos, entre las organizaciones, pero al fijarse realmente en las necesidades de las comunidades, nos encontramos en varios puntos y con ello tomar mucha fuerza. Otro aprendizaje fue con respecto a la solidaridad, nosotros decíamos ¿cómo se mantiene un Paro Nacional durante más de dos meses? ¿con qué recursos? Entonces recuerdo que las comunidades que no estaban en Cali enviaban “revuelto” (papa, yuca, maíz). Hacían mingas, recogían por las veredas y nos llegaba tanto que hasta en algunos puntos de resistencia en los que no estaba la guardia logramos compartir y eso fue muy importante. Realmente como pueblo sí podemos generar una autonomía para hacer procesos que tengan dignidad y no esperar que siempre existan unas garantías económicas para hacerlo realidad.

Algo más que recuerdo y fue bastante importante: la juventud, creo que asumió el papel fundamental de mover el Paro Nacional, se logró que ellos tomaran una posición y mínimamente generar una conciencia, ya luego estos jóvenes empezaron a proyectar otras cosas “tengo derecho a la educación”, cosas que antes ni siquiera contemplaban como un derecho. Saber que a través de la movilización se puede también exigir muchas cosas y una muestra de eso es que hayamos logrado cambiar un gobierno derechista y poner un gobierno que creemos wes un poco más amigo de las causas sociales, tiene que ver mucho con el trabajo y la conciencia que se generó en el Paro Nacional. Yo creo que existe una claridad de que igual así este gobierno no cumpla con las expectativas que todos tenemos, pues ahí hay una herramienta importante que en algún momento se puede volver a usar y es la unidad entre los pueblos en el marco de la movilización social para exigir cosas.

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