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from Ácida 4ta Edición
A partir del 28 de abril, cuando centrales sindicales, obreras y grandes movimientos sociales convocaron al Paro Nacional en contra de la reforma tributaria, el Sur respondió a vencer: manadas, ordas, bandadas, cardumenes que salíamos desde todos los rincones: desde la región amazónica, pasando por el volcán Galeras y el Macizo, hasta los cañaduzales. El Estallido Social tuvo como eje expresiones artísticas, políticas y culturales que creaban carnavales llenos de colores e inundaban paisajes rurales y urbanos llevando mensajes pidiendo cambios estructurales. Inesperadamente, el Paro Nacional duró más de tres meses y las movilizadas estuvimos siempre en las primeras líneas.
Mientras las manifestaciones se llenaban de color, la represión ordenada por el gobierno nacional y materializada por las fuerzas policiales se agudizó: muertes, mutilaciones oculares y violencias basadas en género fueron las estrategias implementadas para oprimir y acabar con las marchas, dando tratamiento de guerra a la protesta social. Muchos de estos abusos quedaron registrados en las redes sociales de medios alternativos y emergentes de comunicación, organizaciones y activistas defensoras de Derechos Humanos. El 15 de mayo de 2021 Popayán fue el epicentro de un aullido de manadas, mujeres que pertenecían a primeras líneas, brigadas de cuidados y defensoras de Derechos Humanos, encabezaron una de las marchas más recordadas en la ciudad, el suroccidente y el país. La Policía Nacional había agredido a una de las nuestras, Alison Salazar, y toda nuestra furia apareció en pantalla, redes sociales, noticieros y notas que hablaban de nosotras, de nuestro dolor y el clamor de una justicia justa, una no patriarcal.
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La horda de rebeliones que se explayó por todo el suroccidente no sólo se centró en las marchas, sino que ocupó todo el espacio social: los barrios, las casas, las ollas, los cafés; la política inundó la palabra, los fogones y construyó lazos de solidaridad por la defensa de transformaciones más allá de lo jurídico, ahí los feminismos tuvieron un lugar que no había sido explorado o visibilizado. En la reivindicación de estos, la cuarta edición de Ácida ocupará distintos canales digitales e impresos (uno de ellos: las calles), ya que tendremos una versión especial como revista mural para que estas ideas sigan rondando nuestros espacios y nos recuerden que tras una gran movilización social las exigencias siguen vigentes, aquellas en torno a las que nos integramos para caminar, pintar, cocinar, bailar y protestar lado a lado por el cambio de este país.
“Movilizadas” recoge un grito herido que es vigente para nosotras, el grito de las que saben el papel que el feminismo jugó en el Estallido Social. Nuestras invitadas son autoras que reflexionan desde el Sur, nuestro lugar político, sobre el papel que las mujeres, disidencias sexuales y de género jugaron en uno de los hechos políticos y sociales de mayor relevancia en Colombia, y las transformaciones que propició.
Maria HurtadoAntropóloga feminista
* Sofía DuqueEstudiante de Antropología Activista por los derechos LGBTIQ+