En 1973 se interrumpió abruptamente un proceso que, si bien con limitaciones, desde los años 20 avanzaba en dirección hacia la socialización de la medicina. Bajo el dogma de “la primacía del mercado y la falencia del Estado Benefactor”, el núcleo hegemónico comandado por Pinochet y economistas neoliberales implementó en muy corto tiempo (1978-1981) un proyecto privatizador que atribuyó al Estado un papel apenas subsidiario de la iniciativa privada. Se introdujeron reformas estructurales totalmente opuestas a los rumbos anteriores, institucionalizándose un nuevo principio axiológico:
En 1973 se interrumpió abruptamente un proceso que, si bien con limitaciones, desde los años 20 avanzaba en dirección hacia la socialización de la medicina. Bajo el dogma de “la primacía del mercado y la falencia del Estado Benefactor”, el núcleo hegemónico comandado por Pinochet y economistas neoliberales implementó en muy corto tiempo (1978-1981) un proyecto privatizador que atribuyó al Estado un papel apenas subsidiario de la iniciativa privada. Se introdujeron reformas estructurales totalmente opuestas a los rumbos anteriores, institucionalizándose un nuevo principio axiológico:
“La inequidad como un fenómeno “natural” que solamente la libre competencia mercantil y el esfuerzo individual podrían corregir.”
“La inequidad como un fenómeno “natural” que solamente la libre competencia mercantil y el esfuerzo individual podrían corregir.”
Mediante un decreto-ley en 1981 se crean las Instituciones de Salud Previsional o Isapre, empresas privadas lucrativas cuya función es realizar la intermediación financiera en la compra y venta de planos de salud. El despegue de esta industria fue rápido: de existir 6 Isapres en 1981, pasaron a existir 23 en 1989. Las modificaciones en los mecanismos de financiamiento permitieron implementar una medicina para ricos y otra para pobres. Después de sucesivos aumentos, desde 1986 las personas pasaron a contribuir con un 7% de su renta tributable, quedando los patrones exentos de contribución. Se argumentó que, como en el mercado todos los individuos tienen igual oportunidad, no debe existir discriminación en el libre acceso a la oferta de servicios de salud, sean públicos o privados. Más aún, se manifestó que la contribución igualitaria acabaría con la lucha de clases. Sin embargo los mecanismos introducidos para restringir el acceso gratuito a los cuidados médicos, solo restablecieron de forma mas sofisticada las discriminaciones entre ciudadanos.
Mediante un decreto-ley en 1981 se crean las Instituciones de Salud Previsional o Isapre, empresas privadas lucrativas cuya función es realizar la intermediación financiera en la compra y venta de planos de salud. El despegue de esta industria fue rápido: de existir 6 Isapres en 1981, pasaron a existir 23 en 1989. Las modificaciones en los mecanismos de financiamiento permitieron implementar una medicina para ricos y otra para pobres. Después de sucesivos aumentos, desde 1986 las personas pasaron a contribuir con un 7% de su renta tributable, quedando los patrones exentos de contribución. Se argumentó que, como en el mercado todos los individuos tienen igual oportunidad, no debe existir discriminación en el libre acceso a la oferta de servicios de salud, sean públicos o privados. Más aún, se manifestó que la contribución igualitaria acabaría con la lucha de clases. Sin embargo los mecanismos introducidos para restringir el acceso gratuito a los cuidados médicos, solo restablecieron de forma mas sofisticada las discriminaciones entre ciudadanos.
Por su parte el porcentaje de aporte el fisco al financiamiento de la salud, disminuyó desde un 68% en 1974, a un 35% en 1989. La reforma en general y la estratificación del acceso, consolidaron dos segmentos: el público y el privado.
Por su parte el porcentaje de aporte el fisco al financiamiento de la salud, disminuyó desde un 68% en 1974, a un 35% en 1989. La reforma en general y la estratificación del acceso, consolidaron dos segmentos: el público y el privado.
ANEXOS
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