HABITAR LA NECROPOLIS

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UNIVERSIDAD DE CHILE

ARQUITECTURA EN TIEMPOS DE CRISIS

HABITAR LA NECROPOLIS 1

FACULTAD DE ARQUITECTURA Y URBANISMO

PROF: ÁLVARO FARRÚ - AYUDANTE: FELIPE CORVALÁN

F. CONTRERAS – S.MUÑOZ


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HABITAR LA NECROPOLIS

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Cementerio de los poetas, Roma

ARQUITECTURA Y MUERTE UNA CERTEZA: LA MUERTE es ineludible. Podemos ignorarla y creer en un futuro asegurado y sigue siendo inevitable. Con el paso de las décadas le prestamos atención al fenómeno. A los 50 años nos preocupa, y cuantos más pasan la muerte se transforma en una sombra con vida propia. Certeza es que al nacer tenemos nombre y epitafio. Somos seres “con fecha de inicio y con límite de caducidad”[1], y es igual con todo lo que consideramos vivo. Morir es un acto del hombre que ocupa y tiene su espacio y tiempo propios, idóneo a su precepto, es tan banal y realista como trascendente y significativo. La muerte es un tema de profundo interés en el hombre sedentario, pues debe hacerse cargo tanto de sus problemas prácticos como culturales. Excepto el culto a la vida, no hay otro fenómeno tan rico en interpretaciones y simbolismos, mitos, historias, cultos y ritos, cortejados por un sin fin de obras de arte y arquitectura.

¿Cuál es la tarea de nuestra disciplina entorno a la muerte?. Hay problemáticas practicas que exigen solución: la disposición urbanística de un lugar en relación a la ciudad, la programación interior, la disposición y tipologías de sepulcros que deben enfrentar el juicio sanitario con igual sutileza que la valoración cultural. El resultado es un trozo de territorio transformado en suelo intocable. “La obra de arquitectura funeraria alberga la intención última del monumento: el recuerdo, independientemente de su valor artístico o arquitectónico[2]”, y como tal debe permanecer incólume frente al paso del tiempo. En el monumento el hombre se vuelve imperecedero como los materiales que forman la obra, desafiando el paso del tiempo. No hay culturas que desconozcan a sus muertos sin dotarles de ceremonia o recordatorio alguno. Mas, en ocasiones las obras superan en opulencia los habitáculos de los vivos.

[1] Gonzales de Cardenal, O. ; Sobre la muerte, Salamanca: Ed. Sígueme, 2002, p. 10. [2] Partimos de la consideración de que toda obra de arquitectura funeraria alberga la intención última del monumento: el recuerdo, independientemente de su valor artístico o arquitectónico. Ver RIEGL, A. El Culto moderno de los monumentos. Madrid: Visor, 1987, LE GOFF, J. Documento/Monumento. Memoria-Historia. Enciclopedia Einaudi. Vol. I, I. N. Lisboa, 1984.

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Vitral del Cementerio General, Santiago, Chile

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LOS ORÍGENES DEL CEMENTERIO

Templo de Karnak, Egipto

CULTO FUNERARIO : EGIPTO

SUMERGIDOS en el acto de vivir, especialmente en la actualidad, es fácil olvidar el vinculo que la arquitectura mantiene con la muerte. Hay un desinterés por los objetos y espacios destinados a la memoria, la contemplación de un recuerdo o la muerte. Para ingresar al mundo de la muerte y la arquitectura contemporánea, debemos hacer una mirada al pasado. El cementerio como hoy lo conocemos es de origen relativamente reciente. Aunque los estudios antropológicos demuestran que el desarrollo de una cultura funeraria que considere la utilización de espacios es anterior a las civilizaciones sedentarias, los egipcios fueron los primeros en concretar un arte dedicado a los muertos que perdura hasta nuestros días. Para los Egipcios la muerte es solo un paso de la vida luego de la cual viene la resurrección. Las tumbas son la morada del muerto, y en ella se intentaría reproducir la vida terrenal. Las cámaras mortuorias así como las ánforas eran adornadas con ajuares funerarios, objetos personales que podrían serle de utilidad al difunto o recordarle quien era al momento de enfrentar la nueva vida. Pero obras de arquitectura monumental en Egipto no son mero capricho. Su trasfondo es social, político, cultural y tecnológico.

Las primeras obras mortuorias se construyen como símbolo del vinculo divino del Faraón como parte de un proceso de unificación del imperio, definiendo el motivo de su poder sobre los hombres. Las pirámides en Giza y el desarrollo de una Necrópolis en Tebas son las huellas de la importancia que colocaron las generaciones alrededor del rito funerario y el monumento. Para su construcción fueron necesarios la movilización de esclavos y sirvientes, incontables materiales, horas de planificación y estudio además de un importante desarrollo de tecnologías constructivas que la arqueología contemporánea aun trabaja para revelar. Una nación que desarrolla conocimiento sobre los misterios metafísicos del hombre se consolida como una nación con poder, enriqueciendo el folklore de sus habitantes. Así, en los hallazgos arqueológicos se encuentran pequeños monumentos en casas de personalidades que pudieron pertenecer a clases acomodadas y recordatorios menores con igual valor en significado entre los habitantes comunes.

Referencias en la bibliografía

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Pirรกmides de Guiza, Egipto

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Cementerio Chino de Manila

CULTO FUNERARIO : CHINA

Para entender la importancia del rito funerario y entierro en China, es necesario comprender el contexto de la cultura China y las creencias de esta acerca de la vida y la creación. En la prehistoria, la concepción de un Dios como creador era desconocida. Los filósofos chinos creían en la creación del mundo a partir de “la nada”, conocida como WU JIN (sin limites) y que a partir del movimiento de misteriosas fuerzas se crearon el YIN y el YAN, que representan la dualidad (noche-día, luzoscuridad, vida-muerte). La interacción de las fuerzas opuestas del YIN y el YAN son la base de la vida, los nacimientos, la riqueza y la prosperidad, la pobreza y la miseria, y –eventualmente- la muerte. Cuando estamos vivos, nos encontramos en el “mundo YAN”, y cuando morimos pasamos al “mundo YIN”. Estos dos mundos están en constante conexión y es necesario mantener relaciones armoniosas con los ancestros, ya que de ellos dependería la felicidad y prosperidad de los vivos. Por eso, los ritos que acompañan el entierro o cremación requieren que los vivos “respeten” a los muertos a través de asegurarles una buena y cómoda vida en el mundo yin. Además de “enviar” a los muertos a su próxima vida de manera digna a través de ritos; mantener las casas yin (tumbas, nichos, lápidas y altares) en buen estado es sagrado.

Sin embargo, no hay manera certera de asegurar que los espíritus yin han sido complacidos. Es por eso que, durante años de ensayo y error, se ha adoptado la teoría y práctica del feng-shui como guía para localizar, orientar y diseñar las casas yin. Además del feng-shui, es muy común el “segundo entierro”. Consiste en desenterrar el cuerpo, limpiar los huesos y volver a enterrarlo en el mismo u otro lugar. Como método alternativo, también se suelen guardar los huesos en un jinta (urna) o incluso cremarlos. Los cementerios, columbarios y tumbas reflejan los valores esenciales de esos que los ocupan y visitan. Actualmente los cementerios chinos son espacios muy grandes que albergan a miles de personas. Éstos se distribuyen en panteones y pequeños mausoleos uno tras otro sin perder espacio donde los difuntos están bastante hacinados, ya que aunque los cementerios sean grandes, la población de China supera al espacio destinado a estos sitios. Recientemente en las grandes ciudades se está optando por la incineración, que además va más acorde con su pensamiento religioso de las cenizas y el fuego. En China se cree que el familiar del difunto debe abastecer a éste con todo lo que pueda necesitar en su vida “del más allá”. 8


Cementerio Chino de Manila

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Cementerio Heleno

CULTO FUNERARIO : GRECIA Y ROMA

Hay un estrecho vinculo entre los ritos funerarios de estas dos civilizaciones. Ambas desarrollaron la planificación del asentamiento urbano resolviendo las distintas necesidades de sus habitantes. En la GRECIA ANTIGUA se acostumbraba la inhumación de los cuerpos en cementerios y “columbarios” o altares, utilizados para depositar las cenizas de los difuntos cremados. Etimologicamente “cementerium” del griego “koimiterion” se traduce como “lugar de descanso” o “dormitorio”, revelando parte de la creencia del pueblo respecto al fenómeno de la muerte. Su interpretación es la de un sueño eterno, que eventualmente pudo haber derivado también en la creencia judeo-cristiana en espera de la resurrección. Respetando el “principio de la igualdad frente a la muerte” [4], no habían especiales distinciones entre los féretros, sin importar cual fuese el estrato social o procedencia de los difuntos. El Mausoleo, tipología de entierro utilizada en nuestros días, proviene de esta civilización. Se cuenta que Mausolo, un acaudalado de la la provincia de Halicarnasus, habría erguido un monumento para su defunción. Esta idea de distinción sería reproducida por otras formas de culto.

LA CIVILIZACÏÓN ROMANA practicó también la inhumación de cuerpos tanto dentro como fuera de las ciudades. Los cementerios exteriores se transformaban en puntos de encuentro para los viajeros debido a su connotación sagrada. Aunque eran ampliamente utilizadas las fosas comunes en periodos de guerra, pestes e incluso en periodos de normalidad para sirvientes y renegados de la ley, el principio de igualdad es dejado de lado dando paso a la construcción de mausoleos, monumentos, sepulcros y columbarios. A partir del 462 a.C con la promulgación de las “doce tablas de la ley”, constitutivas del derecho romano actual, se prohíbe la acostumbrada inhumación al interior de las ciudades y se establecen métodos específicos para los entierros a favor de la sanidad. Durante el periodo de persecución del cristianismo en el imperio fueron utilizadas las catacumbas, galerías subterráneas que servían de escondite para los perseguidos que funcionaban a la vez como espacios sagrados de oración y celebración de ritos funerarios incluido el entierro. La creencia cristiana prohibía la cremación, por lo que se propició la proliferación de tumbas en sus diversas tipologías.

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[4]Brieva, Gaete, M. ; Cementerios tradicionales v/s cementerios parque ; Seminario U de Chile ; 2003


Tumba de Mausolo, Halica

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Parroquia Santa Maria La Real Cillamayor

CULTO FUNERARIO : IGLESIA E ILUSTRACIÓN “…, los pueblos cristianos comprendieron que la tumba es como la puerta de la eternidad y que establece en el alma del muerto y la divinidad un contacto inefable” José Tocornal. Libertad de cementerios. “El umbral es a la vez el hito, la frontera, que distingue y opone dos mundos y el lugar paradójico donde dichos mundos se comunican, donde se puede efectuar el transito del mundo profano al sagrado”. Mircea Eliade. Lo sagrado y lo profano.

HAY QUE TENER EN CUENTA que el proceso de traslado de los lugares de inhumación, desde la Iglesia a los cementerios “extramuros”, tuvo sus orígenes precisamente en el uso y abuso del entierro dentro de los recintos sagrados. La normativa española medieval tuvo mención al entierro en las iglesias, pero éste mantuvo por lo general un carácter de exclusividad: “Soterrar non deuen a otro ninguno en la eglesia si non a personas ciertas, que son nombradas en esta ley, assi como a los Reyes, e a las Reynas, e a sus fijos, e a los Obispos, e a los Priores, e a los Maestros, e a los Comendadores que son perlados de las ordenes, e de las Eglesias Conuentuales, e a los ricos omes, e los omes honrrados que fiziessen eglesias de nueuo, o monasterios, o escogiesen en ellas sepulturas, e a todo ome que fuesse clérigo, o lego, que lo meresciesse por sanidad de buena vida, o de buenas obras”[9].

A pesar de la existencia de esta ley, no fue respetada y al pasar los años, la posibilidad de ser enterrados era apta para todos quienes pudiesen disponer de los medios económicos suficientes para ser enterrados en las iglesias. El fondo de esta costumbre estaba la necesidad de alcanzar la salvación permanente, asegurada no solo por una ardua vida cristina, sino también por el vinculo secular que se establecía entre el espacio sagrado de la iglesia, -lugar de comunión de los santos y la “Casa de Dios”-, y el espacio de entierro, donde el alma y el cuerpo entraban en contacto directo con la divinidad, logrando un lugar en la esperada “vida eterna”. Por esto, la Iglesia parroquial adquirió la connotación de un campo de reposo, en el cual se esperaba hasta el día de la resurrección de la carne. Las discusiones respecto de las inhumaciones dentro de las iglesias se resumieron en lo que podríamos denominar un problema sanitario; la cantidad de cuerpos sepultados en las iglesias sobrepasaba en muchas situaciones su verdadera capacidad para acoger un gran número de cadáveres. Sus suelos de tierra, la poca ventilación, oscuridad y el reducido tamaño de las iglesias, las convertían en potenciales focos de infección, y otro de carácter más bien psicológico.

[9] Ley XI, Tit. XIII, Partida 1°, en Códigos antiguos de España. Colección completa de todos los códigos de España, publicada por Macerlino Martínez Alcubilla, López Camacho Impresor, Madrid, 1885, pág 256. Texto reproducido en Diego Barros Arana, op. Cit, pág. 228.

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Parroquia Santa Maria La Real Cillamayor

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CEMENTERIO HOY En los países protestantes, donde existía el cementerio jardín, surge, el “cementerio parque”, cuya gran característica son los grandes espacios despejados y una acusada ausencia de símbolos. Al contrario, en la Europa católica, aparece el problema inverso. Los cementerios se “convierten en maquetas a escala de la ciudad de los vivos” representando allí los problemas de ésta: conservación, especulación y saturación, lo que indujo al crecimiento en vertical, con el consiguiente auge de los nichos. La principal característica de esto, fue un considerable descenso en el valor arquitectónico y se aumento la producción en serie. Ocurrido esto, se recuerdan las polémicas afirmaciones de Adolf Loos[8]: :“Sólo una parte, muy pequeña, de la arquitectura corresponde al dominio del arte: el monumento funerario y el conmemorativo. Todo lo demás, todo lo que tiene una finalidad hay que excluirlo del imperio del arte”. El siglo xx trajo consigo una actitud ante la muerte, en donde se convierte en un nuevo tema poco tratado socialmente, que se le mira con recelo y miedo, provocando también un cambio en la manera de ver el cómo enterrar a los que ya no están con

nosotros. La incineración, “la muerte de la muerte”, prohibida por la Iglesia Católica hasta 1964, gana adeptos lentamente, lo que traerá consigo transformaciones fundamentales, ya que podría suponerse la desaparición de la tumba y del cementerio, implicando la aparición de nuevos espacios funerarios que mostrarán en el futuro la actitud que la sociedad de inicios del siglo XXI adopta ante la muerte. Por ende es importante investigar los diferentes lenguajes y símbolos acordes con la situación actual que toma la sociedad y sin dejar en el olvido los ya existentes. El concepto que sale de los cementerios tradicionales, es el cementerio parque, que se adapta y dialoga con la topografía y con el paisaje, por medio de recorridos cargados de significados evocativos. Se busca dialogar con el paisaje pero sobre todo convivir con la memoria de los que ya no están y para ello es primordial remarcar la importancia de lo existente, de apreciar lo vivo, para recordar a los muertos, en dónde tanto físico (cementerio sin grandes construcciones) como espiritualmente (almas que descansan) existe esa noción de ausencia.

[6] RODRIGUEZ BARBERÁN, J. Cementerios de Andalucía. Sevilla: Consejería de Obras Públicas y Transportes, 1993, p. 25. [7] BOHIGAS, O. Los cementerios como catálogo de arquitectura, CAU, enero-febrero, 1973, p. 56. [8] LOOS, A. Arquitectura 1910. Ornamento y delito y otros escritos. Barcelona: Gustavo Gili, 1980, p.229.

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Cementerio Parque del Recuerdo

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Cementerio Heleno

CEMENTERIO Y CIUDAD

Todo asentamiento humano contempla un lugar para el deposito, acumulación y veneración de los difuntos. Según sea su envergadura y población el sitio destinado para este fin cambia en dimensiones y características. Mientras los pueblos rurales tienen pequeños cementerios de tierra con nichos reducidos, las ciudades poseen infinitud de tipologías de entierro, desde la tierra hasta el mausoleo ostentoso, con capillas, templos y cinerarios en su programación, en terrenos con superficies enormes. Mientras por lo general la urbanización original de las ciudades contemplaba sus campo-santos en los limites exteriores, con el crecimiento de su población y la constante expansión del territorio habitacional las construcciones rodearon y eventualmente sobrepasaron los sitios, dejándoles en el centro de poblaciones o comunas. Se puede observar en los planos actuales como los cementerios pasan a formar parte de las tramas territoriales de la ciudad. Desde este punto de vista la los cementerios parque, cuya tipología de inhumación bajo tierra permite la mantención de áreas verdes sobre el terreno, han logrado una simbiosis con la ciudad, pasando a hacer el trabajo que antaño realizaban los parques comunales e intercomunales, recogiendo parte de la contaminación acústica y aérea, entregando espacio para el desarrollo de algunas especies animales e insectos.

Por otra parte, los cementerios clásicos, con menos capacidad de simbiosis pero mayor calidad simbólica, se constituyen como un legado del pasado, como hitos monumentales de la historia, integrándose al listado de áreas de interés para la ciudad. Como sea, la Necrópolis es un reflejo lúgubre de las personas que habitan la ciudad de los vivos. En sus detalles es reconocible el respeto y la transgresión por la cultura y folklore, en su crecimiento y densidad el desarrollo de su población, en sus fechas el paso de las generaciones. La distribución de los cementerios crece según sea el crecimiento de la ciudad a la que sirven. Su programación es la extensión de una planificación anterior que obedece a una ciudad primigenia. En Santiago los cementerios emblemáticos son el Cementerio General, el Cementerio Católico y el Parque del Recuerdo, los más antiguos. Han aparecido más. Para cada ciudad hay un espacio para revisar, obligatorio si se desea entender a las personas del lugar.

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PARQUE DEL RECUERDO

CEMENTERIO GENERAL

CEMENTERIO CATÓLICO

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CEMENTERIO MUNICIPAL DE VALDIVIA

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CEMENTERIO MUNICIPAL DE PUNTA ARENAS

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AUSENCIA, RECUERDO Y OLVIDO

La muerte es quizás lo más difícil de aceptar y sobre todo la de un familiar o ser amado. Con una mezcla de sentimientos como el dolor, enojo, impotencia, y resignación también logramos vivir ese luto. Para los cristianos, la muerte es el paso a una vida nueva, y se aferran a ese gran consuelo de que quien se ha ido, lo ha hecho a un lugar infinitamente mejor que éste, ya que esa persona ya no sufre, no siente dolor, soledad, tampoco indiferencia. Ahora bien, quien se fue no es el problema. El problema es quien se queda. ¿Por qué? Porque si bien sabemos que quien nos ha dejado no puede estar en mejor lugar, sufrimos principalmente su ausencia, no escuchamos su voz, no podemos tomarle la mano, tampoco podemos verlo, es aquí donde recurrimos a lo que más nos aferra a esas personas que nos dejaron, los recuerdos. En los cementerios nos encontramos generalmente con escenas que conmueven, como es el caso en que vemos a familiares de los difuntos moviéndose por estas calles, de acá para allá, retocando con regalos, tarjetas y adornando con flores frescas los nichos y los enterramientos de los suyos. Las alusiones al término de la vida y la necesidad de crear espacios consagrados a recordar a los ancestros, fueron aspectos que el hombre asumió a través del tiempo en la medida que éste tomó conciencia de que debía dejar una marca de su paso

por la tierra y de su individualidad, ideas que plasmó en sus respectivas tumbas. Estamos entonces en la situación en que los cementerios se vuelven espacios para los vivos, ya que son ellos quienes lo programan, quienes lo recorren, quienes se preocupan de las tumbas. Buscan plasmar todas ese cariño que les tenían a sus difuntos cuando estaban en vida. Sin embargo aunque suene extraño, son los muertos quienes “los habitan” y quienes tienen la permanencia perpetua en estos lugares pero con la ausencia física de la persona. Es por eso que en los cementerios más que verse solo grandes terrenos con tumbas y lápidas, comienzan a aparecer los recorridos horizontales y también los verticales, se empieza a darle otra forma de habitar pero desde “afuera de las tumbas” ya que van a visitar a los eternos moradores. Entonces también empiezan a aparecer los ornamentos, para las ofrendas y las bancas. La importancia de estas últimas se nota porque los vivos buscan el dejar su presencia en estas tumbas, existen la intención de tener un punto para mirar, rezar, reflexionar y hasta descansar en dicho lugar. Y al momento de volver a sus actividades fuera del cementerio, estos elementos que marcaban presencia física, muestran la ausencia que dejan estos lugares vacíos en donde quizás, los muertos esperan el regresos de sus familiares. 20


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LOS CEMENTERIOS pueden ser lugares mĂĄgicos. La preocupaciĂłn de los vivos por sus difuntos ha llenado de memoria los espacios, mientras el paso del tiempo se dedica a llenarles de abandono y despojarle de flores. Las tumbas nuevas, coloridas, las tumbas antiguas a mal traer, los pulcros monumentos erguidos en materiales ostentosos y las lapidas tapadas de polvo, los pabellones perfectamente modulados, los crucifijos y figuras humanoides crean un paisaje Ăşnico que rara vez nos detenemos a observar. Este es un registro de espacios rebosantes de recuerdo y olvido.

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ÍNDICE DE REGISTRO FOTOGRÁFICO

• Pag.24-25 Cementerio Oficina Buenaventura • Pag.26-27 Cementerio de la Isla de Mechuque • Pag.28-29 Tumbas y lápidas: Cementerio de la isla de Mechuque • Pag.30-31 Cementerio de Valdivia • Pag.32-33 Tumbas y lápidas: Cementerio de Valdivia • Pag.34-35 Mausoleos y tumbas: Cementerio General de Santiago • Pag.36-37 Construido (pabellones) y vacío (patios de tierra): Cementerio General de Santiago • Pag.38-39 Patio de tierra: Cementerio General de Santiago • Pag.40-41 Edificio interiormente (nichos y niveles): Cementerio Católico • Pág.42-43 Muros (nichos): Cementerio General • Pág.44-45 Mausoleo monumental v/s lápida simple: Cementerio General • Pág.46-47 Lapidas para cremación y decoración: Cementerio General • Pág.48-49 Nichos: Cementerio General • Pág.50-51 Nicho en descuido y tumba en espacio residual: Cementerio General • Pág.52-53 Mausoleo familiar y estatua: Cementerio General • Pág.54-55 Estatuas en deterioro: Cementerio General • Pág.56-57 Diferencia de espacios entre patio de Mausoleos y de tumbas: Cementerio General • Pág.58-59 Tallado en mausoleo: Cementerio General • Pág.60-61 Panteón: Cementerio General • Pág.62-63 Interior de Panteón: Cementerio General

• Pág.64 Distinción en placa y lápidas comunes: Cementerio General • Pág.66-67 Esculturas y mensajes en tumbas: Cementerio Católico • Pág.68-69 Esculturas en mausoleos: Cementerio General • Pág.70-71 Mausoleo Chino y lápida árabe: Cementerio General • Pág.72-73 Hacinamiento de placas y nichos: Cementerio General • Pág.74-75 • Cruces al interior de mausoleos: Cementerio Católico • Pág.76-77 Lucarnas y nichos en pisos inferiores: Cementerio Católico • Pág.78-79 Nichos interiores y exteriores en edificios: Cementerio Católico • Pág.80-81 vistas exteriores e interior de edificios: Cementerio Católico • Pág.82-83 Nichos y departamentos en vertical: Cementerio Católico • Pág.84-85 Esculturas en pasillos: Cementerio Católico • Pág.86-87 Catacumbas y nichos en nivel -1: Cementerio Católico • Pág.88-89 Acceso al parque y capilla del crematorio (programa): Parque del Recuerdo • Pág.90-91 Paisajes y naturaleza, lapidas "publicas y "privadas": Parque del Recuerdo • Pág.92-93 Presencia de la fé y la naturaleza: Parque del Recuerdo • Pág.94-95 Perspectivas, nichos de cremación y arbustos: Parque del Recuerdo l

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CONCLUSIONES Sin duda el tema de los Cementerios, tiene muchos ámbitos por dónde referirse a él, es por eso que decidimos darle la visión de “habitar la necrópolis”, con la intención de mostrar cómo los cementerios responden a una programación hecha por “los vivos” para habitarlo de manera distinta a la que lo habitan “los muertos”. Primeramente nos remontarnos a los orígenes de los cementerios y ver el cómo culturas distintas a la nuestra tocaban el tema y hacer un paso rápido por el tiempo hasta llegar a nuestros tiempos y analizar específicamente los casos de nuestro país, principalmente el Cementerio General de Santiago, Cementerio Católico y el Parque del Recuerdo. Terminado estos recorridos los tres casos, nos dimos cuenta que ellos tenían en común el cómo programaban ese recorrido ayudado de los espacios y elementos arquitectónicos, reconociendo ciertas tipologías que en ocasiones se repetían y en otras era muy específicas de cada caso. Debido a esto, elegimos el formato a modo de “revista” para mostrar este registro fotográfico y así hacer más claro el tipo de tipología y entender las similitudes y diferencias que se obtienen al poner en análisis los casos. Este proceso de reflexión visual sirvió también para entender el cómo ha existido, desde los principios de los tiempos del hombre, esa evolución y cambio en la mentalidad de cómo deben de ser “tratados” los restos de la gente que ya dejó este mundo.

Y decimos tratados porque el hecho de enterrar bajo tierra los cuerpos ya no es la única forma, sino que también existe un habitar vertical sobre la tierra y en altura y sin dejar de lado quizás el modo más contemporáneo que ha adoptado la gente (a pesar de que algunas religiones o culturas ya lo consideraban) como es la incineración que incluso la Iglesia Católica, a pesar de que sus ideales originales, a decidido adoptar esta forma. No sólo existió el cambio de cómo debían “tratarse” el cuerpo, si no de cómo debería ser este espacio de muerte en dónde descansarían los restos y se ve claramente este nuevo paso en los cementerios parque, que salen totalmente de los normal visto en los cementerio tradicionales., en donde la presencia física y señal de monumentalidad crea una atmósfera más cercana a la muerte con una espera hacia el descanso. En estos nuevos cementerios, ocurre lo contrario, en donde predominan los grandes terrenos de hermosos paisajes y naturaleza, destaca la ausencia física de la materia dando paso a la compresión del anhelado descanso que deseábamos en vida, pero que ahora podemos darle a nuestros seres queridos. De este modo, entendemos que el cementerio funciona como un registro histórico y visual de la concepción de la muerte por parte del hombre y que viene muy de la mano desde los comienzos con la arquitectura. 97


REFERENCIAS

1. Fuentes impresas.

3. Páginas de Internet.

Gonzales de Cardenal, O. ; Sobre la muerte, Salamanca: Ed. Sígueme, 2002, p. 10. Rielg, A. El Culto moderno de los monumentos. Madrid: Visor, 1987. Lee Goff, J. Documento/Monumento. Memoria-Historia. Enciclopedia Einaudi. Vol. I, I. N. Lisboa, 1984. Martínez Alcubilla, M., López Camacho I., Ley XI, Tit. XIII, Partida 1°, en Códigos antiguos de España. Colección completa de todos los códigos de España, Madrid, 1885, pág 256. Texto reproducido en Diego Barros Arana, op. Cit, pág. 228. Rodríguez Barberán, J. Cementerios de Andalucía. Sevilla: Consejería de Obras Públicas y Transportes, 1993, p. 25. Bohigas, O. Los cementerios como catálogo de arquitectura, CAU, enero-febrero, 1973, p. 56. Loos, A. Arquitectura 1910. Ornamento y delito y otros escritos. Barcelona: Gustavo Gili, 1980, p.229. Thomas Louis, Antropología de la muerte, México 1983 León León, M. A., Sepultura sagrada, tumba profana: Los espacios de la muerte en Santiago de Chile, 1883-1932. Ojeda Ledesma, L., Torres Bravo, M. “Animitas, deseos cristalizados de un duelo inacabado”, 2011.

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www.laciudaddelosmuertos.org http://www.asasve.es/ http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_de_las_Doce_Tablas www.parquedelrecuerdo.cl www.cementeriogenral.cl www.cementeriocatolico.cl www.monumentos.cl

4. Filmografía Departures (Okorubito) – 2008 Death at the funeral – 2007

5. Imágenes del registro fotográfico (propias) Contreras F., C. Gral., C. Católico, Parque del Recuerdo. Muñoz S., C. Gral., C. Católico, Parque del Recuerdo, C. de Valdivia, C. de Pta. Arenas. Beckett P., C. Buenaventura.

2. Documentos, artículos y tesis. El Mercurio, ediciones especiales : Parques Cementerios, 16 págs. Sábado 4 de junio de 1994. Pavez, Ma. Isabel, Algunas consideraciones sobre el concepto Cementerio-Parque, 1995 Brieva F., Juan Luis, Cementerios tradicionales v/s cementerios parque, 2003 Tomás Dominguez, Presentación Fundación Ciudad Eterna, archivo PDF, junio 2011. Tomás Dominguez, Ensayos y documentos , ARQ: Mausoleos exóticos, Tebaldo Brugnoli, archivo PDF.

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