Un hombre llegó inconsciente al hospital con un tatuaje que ponía "no resucitar". Los médicos tuvieron que tomar una decisión George Dvorsky
Cuando un paciente llegó sin conocimiento a una sala de urgencias del hospital de Florida, el personal médico se sorprendió al descubrir la frase “NO RESUCITAR” tatuada en su pecho, con la palabra “NO” subrayada y la firma del hombre debajo. Confundidos y alarmados, los médicos optaron inicialmente por ignorar la aparente Orden de No Resucitar (DNR), pero cuando alertaron al equipo de ética del hospital, este tenía una opinión diferente sobre el asunto. Según el caso médico, que ha sido publicado hoy por la revista New England Journal of Medicine, el hombre anónimo de 70 años fue llevado a la sala de emergencias por los paramédicos en estado de inconsciencia y con un nivel elevado de alcohol en la sangre. El paciente tenía antecedentes de enfermedad pulmonar obstructiva crónica, diabetes y frecuencia cardíaca irregular. Su estado comenzó a deteriorarse varias horas después de ser admitido, y se necesitaron importantes intervenciones médicas para mantenerlo vivo. “Inicialmente decidimos no honrar el tatuaje, invocando el principio de no seguir un camino irreversible en caso de incertidumbre”. Sin embargo, cuando el tatuaje “NO RESUCITAR” les devolvió la mirada, el equipo de la unidad de cuidados intensivos se enfrentó a un serio dilema. El paciente llegó al hospital sin identificación, el personal médico no pudo contactar a los parientes más cercanos y los esfuerzos por reanimar o comunicarse con el paciente fueron inútiles. El personal médico no tenía forma de saber si el tatuaje era representativo de los verdaderos deseos del hombre, por lo que decidieron ir a lo seguro e ignorarlo. “Inicialmente decidimos no honrar el tatuaje, invocando el principio de no seguir un camino irreversible en caso de incertidumbre”, escribieron los autores del caso médico. “Esta decisión nos dejó en conflicto, debido al extraordinario esfuerzo del paciente para dar a conocer su presunta petición; por lo tanto, solicitamos una consulta de ética”. Pero no era solo una cuestión de ética médica. Gregory Holt, el autor principal del caso, dice que el mayor interrogante en su mente era el aspecto legal: ¿era aceptable o no? “Florida tiene reglas estrictas sobre esto”, explica a Gizmodo.
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Si bien tatuarse un DNR puede parecer extremo, la solicitud de no ser resucitado durante una atención médica de vida o muerte ciertamente no lo es. Aproximadamente el 80% de los pacientes de Medicare en Estados Unidos dicen que “desean evitar la hospitalización y los cuidados intensivos durante la fase terminal de la enfermedad”. Es más, una encuesta de 2014 mostró que la gran mayoría de los médicos preferiría omitir intervenciones de alta intensidad para sí mismos. De los 1081 médicos encuestados, más del 88% optó por la no resurrección. Las medidas para mantener vivo al paciente suelen ser invasivas, dolorosas y costosas. Los DNR son una solicitud explícita para evitar intervenciones de alta intensidad como RCP, descargas eléctricas y tubos de intubación. Más implícitamente, son una solicitud para no acabar conectado a una máquina. Por lo general, los DNR son documentos formales y notariados que un paciente brinda a su médico y a sus familiares. Los tatuajes, huelga decirlo, son un medio muy poco ortodoxo, pero posiblemente directo de transmitir los deseos sobre el final de la vida. Dicho esto, el tatuaje de este paciente presentó algunas complicaciones innegables para el personal del hospital. ¿Es un tatuaje un documento legal? ¿Fue algo lamentable que el paciente hizo estando borracho o drogado? ¿Se hizo el tatuaje, pero luego cambió de opinión? En este último punto, existe un caso médico anterior en el cual el tatuaje DNR de un paciente no reflejaba sus deseos (según escribieron los autores de este informe en 2012: “...él no creía que nadie se fuera a tomar en serio su tatuaje...”) . En este otro caso más reciente, el equipo de la UCI hizo todo lo posible por mantener vivo al paciente mientras el equipo de ética reflexionaba sobre la situación, administrándole antibióticos, vasopresores (para reducir la presión arterial elevada), reanimación con líquidos por vía intravenosa y otras medidas. “Después de revisar el caso del paciente, los consultores de ética nos aconsejaron que respetáramos el tatuaje DNR del paciente”, dice Holt. “Sugirieron que era más razonable inferir que el tatuaje expresaba una preferencia auténtica, lo que podría verse como precaución pero también como una ceremonia de adherencia a la tradición y normas médicas, y que la ley a veces no es lo suficientemente ágil como para apoyar la atención centrada en el paciente y el respeto por sus intereses”. En consecuencia, el equipo de la UCI redactó un DNR y el paciente falleció más tarde esa noche sin haberse sometido a ninguna medida de emergencia por DNR. Antes de morir, el departamento de trabajo social del hospital descubrió en el historial del paciente un pedido de DNR “extrahospitalario” emitido por Departamento de Salud de Florida, que coincidía con el tatuaje. Como señalan los autores del nuevo informe, todo el incidente “produjo más confusión que claridad”. A pesar de lo difícil que puede ser para los pacientes dar a conocer sus deseos sobre el final de su vida, “este informe no admite ni se opone al uso de tatuajes para expresar deseos sobre el final de la vida cuando la persona está incapacitada”.
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Kerry Bowman, un bioético de la Universidad de Toronto, está de acuerdo en que este incidente fue un desafío. “Los DNR de cualquier tipo no anulan los deseos expresados más recientemente”, explica Bowman a Gizmodo. “En otras palabras, [el paciente] puede haber cambiado de opinión y es posible que no haya forma de saberlo. El arrepentimiento de un tatuaje no es raro. [El equipo de la UCI] se posicionó del lado de la vida”. Al mismo tiempo, Bowman es comprensivo con el paciente: cree que el tatuaje puede ser una expresión de cuán a menudo los deseos de los pacientes se pasan por alto de alguna manera y el sistema se hace cargo. “Mi posición sería que si alguien se toma la molestia de tener un DNR tatuado con una firma, eso indica un deseo fuerte y claro”, dice. Melissa Garrido, profesora asociada en la Escuela de Medicina de Icahn en Mount Sinai, en Nueva York, comparte este sentimiento, y dice que incluso cuando una orden de DNR ha sido admitida en un registro médico, no siempre es fácilmente accesible en una crisis de salud. “Un tatuaje estandarizado puede ser un método fácilmente accesible para comunicar una preferencia”.
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