EL OVNI QUE NO DEJÓ HUELLAS EN PUEBLO ENCANTO (PERO QUE CONTRIBUYÓ CON LA MITOLOGIA LOCAL)

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EL OVNI QUE NO DEJÓ HUELLAS EN PUEBLO ENCANTO

(PERO QUE CONTRIBUYÓ CON LA MITOLOGIA LOCAL)

Siete meses antes de que la “Huella del Pajarillo” apareciera estampada en la ladera del cerro homónimo, desatando un verdadero terremoto mediático que terminó convirtiendo a Capilla del Monte en un centro de peregrinación de ufólogos y místicos , supuestos extraterrestres ya hacían de las suyas a muy pocas cuadras de la famosa calle techada.

Según consigna el periodista y corresponsal de la revista FLASH, Jaime Cañas, en un artículo publicado el 17 de setiembre de 1985, durante la primera noche de invierno de ese año (el 21 de junio) un policía retirado de nombre José Ricardo Guerra, “hincha de Vélez Sarsfield y dueño de un almacén” fue testigo involuntario de un evento por demás anómalo.1

Tal vez porque el “hecho” no haya sido demasiado (o nada) conocido en el ámbito platillista, Cañas dedica unos cuantos renglones a comunicar que el testimonio recogido había sido el producto de una larga y paciente investigación, “(…) después de vencer la desconfianza”2 del ex uniformado. Este expediente (el de rescatar del olvido acontecimientos misteriosos e ignorados por el resto de los mortales) era una práctica común en muchos de sus artículos. Un subterfugio conveniente a la hora de reflejar eventos inéditos y escasa (o nula) circulación en el ámbito local y/o ufológico.

1 Véase: Cañas, Jaime, “Algo muy extraño sucede en Capilla del Monte” en Revista FLASH, año VI, N° 276, setiembre 17 de 1985, página 11.

2 Ibídem.

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Pueblo Encanto, Capilla del Monte –Fotos del autor (2019)

De acuerdo con la publicación, siendo las veintitrés treinta horas, estando acostado en su casa, José Guerra fue desvelado por un fuerte zumbido (“como el de un avión”), seguido por un temblor de tierra (“comunes en la región”)3. Curioso, se levantó, se cambió y caminó hasta la entrada del predio llamado Pueblo Encanto, a escasos 35 metros de su casa; ya que desde ahí creía que provenía el ruido.

Pensó en llamar al cuidador del lugar, un austríaco de nombre Juan José Reisner, pero al ver todas las luces de la portería estaban apagadas desistió, suponiendo que éste dormía plácidamente. Sin más preámbulo, Guerra entró en Pueblo Encanto y caminó hasta unos cien metros de la entrada, “atraído por luces y sonidos”.4

3 Ibídem. 4 Ibídem.

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Foto revista FLASH del 17 de setiembre de 1985 El enorme y hermoso predio de Pueblo Encanto, sitio en donde ocurrieron extraños sucesos en 1985 (foto del autor, 2019)

Entonces ocurrió lo que no debió haber ocurrido nunca.

“(…) Una luz muy fuerte de varios colores me encegueció. Sólo pude advertir que de una escalerilla pequeña, que se perdía en lo alto, bajaban tres enanos, cuyos cuerpos eran rectangulares, con la cabeza grande, aunque borrosa, y las piernas cortas”.5

Paralizado, sorprendido y con miedo, José observó cómo la luz palidecía y los visitantes, “caminando hacia arriba” desaparecían

Acto seguido volvió a su casa. Se le había quitado el sueño, dijo, (no era para menos) y prendió el televisor para tratar de convocarlo. Pero lo extraordinario continuó acosándolo aún en la supuesta seguridad de su hogar.

Repentinamente, “de mis manos salieron luces, en forma de haz, que rodearon el aparato de televisión. Entonces traté de dormir. Esto sucedió el viernes. El lunes me dirigí al médico, al doctor Ramón Guerra, que luego de revisarme me indicó que era una posible flebitis. Pero no le dije nada de lo ocurrido. Pensé que me creerían loco. Pero aquí [en Capilla del Monte] debe haber muchos locos por los hechos que suceden”.6

A fin de confirmar los dichos del ex policía, Jaime Cañas entrevistó al cuidador de Pueblo Encanto, el mencionado señor Reisner.

“Yo jamás creí en ovnis, ni siquiera cuando veía las series por la televisión. (…) En realidad no me interesaba. Pero ya en 1979, cuando cuidaba el campo de [Roque] Balista, hombre dedicado al tema en forma científica, tuve una gran experiencia que ahora le cuento.

“Cargando unos bultos en el automóvil de Balista, un atardecer de agosto, bastante fresco, don Roque me dijo: ‘¡Che, Juan, mira eso…! Del lado de Cruz del Eje (hacia el norte-noroeste) alcancé a ver una escuadrilla de platillos voladores en formación y como algo sé de aviación, creo que subieron unos 30 grados hacia arriba, y estaban a unos 5 kilómetros de distancia aproximadamente. Luego giraron hacia el noroeste, donde está el monte Uritorco, de casi 2000 metros de altura. Al día siguiente los diarios de Córdoba anunciaron una invasión de ovnis, con complicaciones en los aparatos de comunicación….”.7

Pero, ¿qué fue lo que Reisner vio la noche del 21 de junio del ´85, mientras cuidaba el predio de Pueblo Encanto?

En realidad, nada.

5 Ibídem. 6 Ibídem. 7 Ibídem.

3

Estaba dormido dijo , hasta que escuché un zumbido y creí que era el micro de un amigo que siempre lo deja en marcha. Entonces me dirigí hacia el lugar del estacionamiento, y no vi ningún micro, y decidí acostarme”.8

Ni luces, ni escalerillas, ni enanos cabezones.

En caso de querer creer en esta historia deberíamos confiar ciegamente en el testimonio de José Guerra, que, a fin de cuentas, se inscribe dentro del grupo de “testigos calificados” que suelen identificar los aficionados a los ovnis cuando de uniformados se trata (recordar que José había sido policía). Pero si el artículo que Jaime Cañas escribió deseaba tener mayor impacto y confiabilidad, había que entrevistar a algún personaje destacado de la comunidad capillense. Alguien con autoridad e influencia. Alguien a quien del título de “don” le cayera a medida. Su nombre: Alejandro Sebastián Luciansoff.

Poeta, folclorista, crítico de arte, periodista y maestro mayor de obra, Luciansoff era el propietario de Pueblo Encanto. Un personaje relevante de Capilla del Monte y, al decir de Cañas, “dueño de una notable capacidad de observación”. 9

“Compré Pueblo Encanto hace ocho años (1977), tras treinta de abandono y lo reconstruí sostiene Luciansoff en la nota. Y en relación a la aparición de ovnis en el lugar, aclara: Todo tiene su historia. Todo está relacionado. Un jardinero que murió en 1984, un tal Peralta, que se jubiló aquí, conocía desde hace muchos años las apariciones de platillos, que él con su cultura propia calificó de luces malas. Yo era nuevo y me dejé informar por ese jardinero. Me dio una orientación importante: con su mano extendida me 8 Ibídem. 9 Ibídem.

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Foto revista FLASH del 17 de setiembre de 1985

señaló tala grande, situado al norte. ‘De allí vienen las luces malas’, dijo, y dándose vuelta me indicó el monte Uritorco. ‘Y allá desaparecen’, agregó”.10

Pero Luciansoff no se limitó a relatar esa vieja anécdota. Haciendo uso de su capacidad especulativa, tanto como de sus contactos con entendidos en la materia, arriesgó una hipótesis (imposible de probar, por cierto):

“Creo que el Uritorco debe tener un carburante para los ovnis, cosa que me confirmó mi amigo y asiduo visitante, don Pedro Romaniuk. Además, la forma de castillo que tiene la casona principal de Pueblo Encanto, estilo mudéjar, único en América Latina, debe haber convencido a otros seres a aterrizar por aquí. Si analizamos las culturas maya y azteca, y otras de Amerindia, podemos empezar a sospechar que los contactos con los extraterrestres han sido bastante comunes”.11

BREVE PALABRAS FINALES

Más allá de lo extraordinario que pueda resultarnos la experiencia de José Ricardo Guerra y la sorprendente hipótesis del propietario de Pueblo Encanto, esta breve nota de Jaime Cañas en la revista FLASH demuestra (como muchas otras) que antes de que el municipio de Capilla del Monte “oficializara” la presencia de extraterrestres en la región con la Huella del Pajarillo, ya se venía construyendo a cuenta gotas el clima que propiciaría el sistema de creencias que hoy sostiene, en gran parte, a la localidad.

Es lo que algunos han llamado “la prehistoria ufológica capillense”. El Pajarillo fue sólo el catalizador.

Todo parece indicar que, siguiendo los dichos de J. Cañas, Pueblo Encanto tendría un rol más que destacado en la construcción del imaginario que ha vuelto famosa a la serrana ciudad del valle de Punilla. FJSR

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BUENOS AIRES DICIEMBRE 2023
10 Ibídem. 11 Ibídem.

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