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EL GORILA FANTASMA DE SAN LUIS Por Fernando Jorge Soto Roland*
INTRODUCCIÓN Desde que era chico, las noticias extrañas que suelen publicarse en los diarios, me han llamado mucho la atención. No me refiero, claro, a los relatos del discurso oficial del gobierno nacional, sino a esas otras historias que, aunque compiten con éste en estupidez y mentiras, no resultan ―a la postre― tan destructivos ni humillantes a la inteligencia promedio. Quizás los unos sean consecuencia de los otros. Es lo que muchos sostienen; y algo de cierto debe haber en todo el asunto. Las crisis suelen incubar el clima propicio para que “cosas raras” emerjan sin más, impactando en el imaginario social y colectivo. El acoso de la inflación, el desempleo y la inseguridad general producida por el neoliberalismo rampante tiene a esas cosas como propias. Las libera. Posibilita la emergencia “descontrolada” de monstruos. Y así, relatos que en otras circunstancias no hubieran encontrado el eco necesario para tomar impulso e instalarse ―al menos por un tiempo―, se imprimen con letra de molde de todos los periódicos. Es que, cuando la ciudadanía tiene miedo y el desbande económico desquebraja el tejido social y mental de la población, no es extraño que “lo extraño” asome su cabezota, sacudiendo la realidad cotidiana. Materializando en metáforas las inquietudes que circulan por todas partes. Instalando un realismo fantástico que encuentra, en las grietas que se van abriendo, el nicho adecuado para prosperar y crecer. Desde hace poco más de un año (marzo de 2018) ―y siguiendo los lineamientos teóricos expuestos en trabajos anteriores― una fauna exótica parecería estar recorriendo algunos parajes de nuestro país, exacerbando la angustia.
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Profesor en Historia por la Facultad de Humanidades de la UNMdP (Argentina).
2 Leones africanos en Berazategui (Buenos Aires), panteras negras y brujas en Córdoba, un velocísimo Hombre Polilla en Mar del Plata y, como si todo eso fuera poco, un gorila deambulando por la provincia de San Luis. Es como si los medios masivos de información (¿sic?) nos regalaran historias maravillosas, impactantes. Relatos imposibles que tiene por testigos a personas comunes y corrientes que juran y perjuran haber visto dichas entidades anómalas, en situaciones y contextos por demás extraños. Es lógico que, cuando esto ocurre, los amantes del misterio se sientan de parabienes. Están en su salsa. Y aunque ésta no dure mucho en pasarse de hervor ―decantándose, a posteriori, la ironía o la burla abierta― disfrutan del clima mientras éste dura, escribiendo kilómetros de especulaciones respecto de tales despropósitos. El universo de la pavada entra en expansión. Por momentos parece irrefrenable, desbocado. Los sabios y filósofos de turno dicen lo suyo. Las boberías se vuelven alambicadas. Retorcidas. Hipótesis esotéricas, místicas, ufológicas, recrean un caldo apofénico en el que decenas de condimentos se mezclan y entran en ebullición. La Biblia y el calefón, reptilianos y extraterrestres, crípticos y fantasmas, interactúan aludiendo ―como es moda― a la multifacética teoría cuántica. ¡Cuántica tontería! Por eso, cuando me enteré que en la región de Cuyo la gente estaban siendo acosada por un gorila (¡!) me propuse reunir la mayor cantidad de información sobre el tema, esperar un poco y escribir algo al respecto. Conservar la historia. Ordenarla. Sabía por experiencias previas que no iba a permanecer mucho tiempo en cartel y que el simio antropoide se desvanecería con la misma facilidad con que había aparecido, sin dejar ni una sola prueba de su real existencia. Ya había ocurrido antes y, de seguro, volverá a ocurrir. No sé si será un mono, un canguro o una jirafa quimérica. Tal vez sea el chupacabras o la tan famosa gárgola de nuestros días. Por lo pronto tenemos a un gorila. De él nos ocuparemos en las páginas que siguen.
Buenos Aires Abril 2019
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“DEBE SER UN GORILA”
Grabados del siglo XIX –Expedición de Paul Du Chaillu al Congo
Paul Du Chaillu (1831-1902), el famoso y controvertido explorador franco-americano que descubriera los primeros gorilas en el Congo a mediados del siglo XIX, se habría sorprendido mucho con la noticia. Es posible que hasta hubiera organizado una expedición a los exóticos parajes puntanos de America del Sur. Su objetivo (como el de todo buen explorador victoriano): verificar en carne propia si los rumores sobre la presencia de un “enorme animal con apariencia humana, bípedo, peludo y 1,80 metros de estatura”, eran ciertos en la provincia de San Luis (Argentina). Yo también me sorprendí mucho cuando un amigo me mandó por whatsapp la “buena nueva”. Hernán conoce de mi afición por los animales misteriosos, especialmente por aquellos que ―se dice― deambulan absolutamente fuera de contexto en regiones que no los tienen como autóctonos, pero que, aún así, hay testigos que pondrían las manos en el fuego afirmando haberlos visto. Las listas, como señalamos antes, son enormes. Panteras, leones, canguros y hasta pingüinos gigantes recrean centenares de historias que, de la prensa amarillista, saltan a los libros de criptozoología; adquiriendo en esa transferencia un status de misterio más respetable y, aparentemente, también más creíble. Los libros tienen esa magia, en especial dentro de los grupos que leen poco. Si está escrito, es cierto. Por eso, y antes de que a alguien se le ocurra publicar un libelo apostando por la existencia objetiva de un gorila dando vueltas por la región cuyana, me dispuse a escribir (con la noticia aún fresca) este breve artículo. No voy a negarlo. Me encantaría y divertiría muchísimo que todo fuera cierto. Incluso que el supuesto primate hubiera sido confundido con un Pie Grande bien real. Eso me ahorraría dejar de soñar con viajar a Canadá o Estados Unidos para conocer los escenarios de la famosa leyenda. ¡Que un Hombre Salvaje gigante recorriera el oeste de Argentina habría sido una verdadera lotería! Tener a menos de doce horas en colectivo a semejante personaje del imaginario sería, en verdad, genial.
4 Pero la desilusión no tardó en llegar. En poco más de una semana, el gorila se había evaporado y todo volvía a la normalidad. ¿Qué fue lo que paso? ¿Quiénes intervinieron en la historia? ¿Por qué tuvo tanta repercusión? ¿Cómo es posible que un relato de ese tipo llegara a la televisión en su horario estelar? Vayamos, pues, a los hechos.
Quines (San Luis)- Ubicación geográfica
Con una población aproximada de 7500 habitantes, según el último censo nacional de 2010, la localidad de Quines, al norte de la provincia de San Luis, es el mayor centro poblado del Departamento de Ayacucho. Un pueblo pequeño a la vera la Ruta Nacional 20, de ritmo cansino y orientado a las actividades del turismo y el campo; que se desarrollan en un clima más bien árido, de pocas lluvias, y muy poco propicio para que gorilas decidan allí hacer sus “nidos”. La verdad sea dicha, en nada ayuda el medio ambiente (por más “microclima” que se quiera publicitar). Es que los simios antropoides aludidos son animales de clima tropical y húmedo. Habituados a vivir en junglas espesas y no a las características dominantes del paisaje cuyano. Así todo, entre el 12 y el 21 de marzo de 2019, el principal medio gráfico de la provincia ―El Diario de la República― publicó una serie de notas en las que se informaba que “vecinos” de la localidad habían denunciado la presencia de un gorila deambulando en el barrio La Banda Este, una zona de quintas a sólo tres kilómetros del centro de Quines. La noticia se propagó (viralizó) como reguero de pólvora en decenas de periódicos digitales, blogs y demás redes sociales. En menos de 24 horas, el gorila se convirtió en la más rutilante estrella del bizarro firmamento periodístico. Quines cobró consistencia en el mapa y, de la mano del “mono”, las voces de sus autoridades y habitantes se dejaron oír a lo largo y ancho de todo el país.
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Titular del 12 de marzo de 2019. Así empezó todo.
El artículo del martes 12 de marzo inauguraba el misterio y fue ―de acuerdo con el diario La República― el representante de la Unidad de la Policía Ambiental N°5, comisario Marcelo Díaz, quien lanzó la sorprendente noticia al ruedo. Si bien hasta ese momento los testigos permanecían en el anonimato, se había denunciado que, desde el domingo 10, un gorila parecía estar merodeando la zona de chacras donde éstos vivían. “No sabemos qué es ―declaró Díaz―, pero encontramos huellas similares a las de ese animal. (…) La primera aparición surgió el domingo por la noche, cerca de las 22 horas, en un pequeño tambo. Un hombre bañaba a su hijo y salió al patio a orinar, cuando, a lo lejos, observó una figura de 1,80 metros de altura, de color negro, que saltó los alambrados sin tocarlos, con una capacidad atlética digna de una olimpíada. En la tarde-noche de este lunes (11 de marzo), ocurrió algo similar. Un testigo asegura haberlo visto a 200 metros de distancia en una chacra. Lo describió como una figura negra que iba hacia el monte, de manera tranquila. Caminaba y se paraba de a ratos”. 1 Entonces, Díaz, 10 oficiales y 5 baqueanos habían salido ―el mismo lunes 11― a buscarlo, encontrando los rastros mencionados. En principio, dos personas distintas lo habían visto. Vecinos, a secas. Sin nombres ni apellidos identificables. Pero el testimonio del policía confirmaba sus dichos. Y no sólo eso, también hacía 1
Disponible en Web: https://www.eldiariodelarepublica.com/nota/2019-3-12-15-1-0-asombro-y-misterio-policiaambiental-busca-un-gorila-en-quines
6 referencia a huellas parecidas a la de un gorila. Aunque el comisario agregaba más adelante: “Son similares a los del pie humano, pero descartamos que sean de una persona por el gran tamaño”.2 En ese primer artículo fue imposible comprobar el “gran tamaño” de las improntas. No había ni una sola fotografía. De todos modos, parecía que el uniformado conocía de simios antropoides. Sus declaraciones no dejaban margen de duda: las huellas eran de un gorila y aparentemente muy grande. ¿Había consultado en algún libro, o googleado, al respecto? ¿Qué podía saber un policía puntano sobre animales que tiene sus nichos naturales en la república del Congo? Dos párrafos más abajo, las sospechas quedaban resueltas: “Los representantes de la Fuerza de Seguridad investigaron que existen gorilas en las selva amazónicas, pero es imposible cruzar hacia este lado del país”.3
Dian Fossey, la mundialmente famosa experta en esos animales, se hubiera caído de espaldas ante semejante disparate.4
Dian Fossey (1932-1985)
¿Gorilas en el Amazonas? ¿De dónde habían sacado tal cosa? Ni siquiera el fantasioso explorador Percy H. Fawcett se hubiera atrevido a tanto. Igualmente fue lo que se publicó; anunciando ―ese mismo martes 12― que volverían a organizar una segunda búsqueda, “(…) que
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Ibídem. Ibídem. 4 Véase: Dian Fossey. Disponible en Web: https://es.wikipedia.org/wiki/Dian_Fossey 3
7 será de noche porque, según las personas que lo vieron, el supuesto gorila se mueve en la oscuridad”.5
Gorilas amazónicos con hábitos nocturnos. Era demasiado. Si lo bizarro constituía algún tipo de universo paralelo, en Quines se estaba abriendo una grieta interdimensional que conectaba ambos mundos. El nuestro y el de los misteriosos gorilas sudamericanos. ¿Qué hubiera costado consultar la Gorilapedia por Internet?6 Seguramente: lectores que siguieran la noticia al día siguiente. Pero sería injusto no aclarar que, cerrando el artículo, La República intentó darle un giro racional al asunto, trascribiendo la opinión del Jefe del Área de Flora y Fauna del Ministerio Medio Ambiente, Nicolás Bistolfi, quien argumentó: “No hay mucha información sobre el aspecto físico. Algunos dicen que tiene cola. Las huellas no parecen de gorila o chimpancé. Quizás se puede tratar de un mono carayá del norte. No es común, pero puede ser un mono de Latinoamérica. Pero esos animales tienen menos de un metro de altura y el avistado lo describen de 1,80 metros”.7
Claro que para entonces la opinión del comisario era la que prevalecía. Su trabajo de campo lo avalaba. Nadie en el pueblo (a sólo tres kilómetros) sabía nada. Nadie había dicho nunca tener un gorila en cautiverio. Y, por sobre todas las hipótesis, se descartaba de plano que el animal se hubiera escapado de un circo. Todo ciudadano bien informado es consciente que está prohibido tener semejantes animalitos en exhibición.8 Me quedé esperando nuevas noticias.9 Estaba ansioso por saber (en realidad, confirmar) cómo iba a evolucionar el asunto.10
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Véase La República, martes 12 de marzo 2019. Disponible en Web: https://www.eldiariodelarepublica.com/nota/2019-3-12-15-1-0-asombro-y-misterio-policia-ambiental-busca-un-gorilaen-quines 6 Véase: Gorilapedia. Disponible en Web: http://www.gorilapedia.com/caracteristicas-gorilas/ 7 Ibídem. 8 Ibídem. 9 Nota: Fueron muchos los diarios de todo el país que, tomando como fuente la noticia de La República, la reprodujeron con apenas modificaciones en el título, tratando de ser más o menos originales o irónicos. Véase: El Diario de San Luis. Disponible en Web: https://eldiariodesanluis.com/2019/03/12/asombro-y-misterio-policia-ambiental-busca-un-gorilaen-quines/ . Diario La Arena de La Pampa. Disponible en Web: http://www.laarena.com.ar/el_pais-buscan-un-gorilaen-san-luis-2044387-113.html 10 Nota: Esa misma noche, antes de acostarme e imaginar la búsqueda que en ese mismo momento se estaba llevando a cabo en san Luis, no pude dejar de ir a YouTube para escuchar la introducción de uno de los dibujos animados que
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La policía de Quines al acecho del misterioso gorila
Entre 13 y el 14 de mayo el asunto estalló por Internet y las cosas empezaron a tomar mejor forma. Más datos y testimonios aderezaron la historia del gorila de Quines. Por lo pronto, se hizo pública la identidad de los testigos. Que no eran tantos, como la palabra “vecinos” del día anterior podía haber sugerido. Eran dos hermanos: Javier y José Gatica.11
José Gatica (izquierda) y Javier Gatica (derecha) Testimoniando sobre la presencia del gorila en el lugar de los hechos
La radio y la televisión se enfocaron en el tema. Periódicos y diarios de todo el país transcribieron los reportes de La República y los medio oficialistas aprovecharon la boleada y desviaron la atención de los verdaderos problemas que acosaban (acosan) a la Argentina. El “mono” ―como empezaban a decirle, sin entrar en disquisiciones taxonómicas― se fagocitó por algunas horas a la inflación, la devaluación de la moneda y la baja del consumo en una economía que se habían signado mi infancia: El Show de Maguila Gorila. Disponible en Web: https://www.youtube.com/watch?v=7fRavlN9Q_I 11 Nota: Lo desconozco, pero en verdad sería muy irónico que ambos hermanos guardaran parentesco con el famoso boxeador José María “El Mono” Gatica (1925-1963).
9 enfriaba día a día. Un gorila socorriendo a otros “gorilas”. Pocas veces se había dado un fenómeno tan retorcidamente risueño como ése. En el maremágnum de información que empezó a circular, ciertas identidades cobraron notoriedad y toda la historia se alimentó con detalles por demás jugosos. Se habló de que se trataba de una broma. De algún paisano disfrazado de “mono” haciéndose el gracioso. Pero el comisario de Medio Ambiente, Marcelo Díaz, seguía haciendo declaraciones y el “principio de autoridad” se impuso a todos los demás rumores. Además, el oficial contaba ahora con el apoyo de los hermanos Gatica y el despliegue de una tecnología algo inusual para esos casos: miras con visión nocturna y drones. Pero, por sobre todas las cosas, estaban las huellas.
Titular del miércoles 13 de marzo 2019, Diario La República (San Luis)
“Las huellas distan mucho de ser humanas”, señaló la policía, negando de plano la chanza. “Están convencidos de que son muy parecidas a las de un primate”, indicó el diario puntano (desconociendo el sentido amplio del término).12 12
Véase: Diario La República del 13 de marzo 2019. disponible en Web: https://www.eldiariodelarepublica.com/nota/2019-3-13-10-57-0-sigue-la-busqueda-del-gorila-hallaron-huellas-de-unprimate
10 Por su parte, el comisario Díaz y sus hombres detallaron: “El supuesto primate, por las huellas que observamos, se mueve en un radio de 1 kilómetro y medio. Siempre por el campo de la familia Gatica. Descartamos que sean humanas, no sólo por la forma, sino porque el animal ha pisado sectores con muchas espinas y es improbable que un hombre no se lastime al pasar por allí”.13 Ni Sherlock Holmes hubiera podido ser más observador. Con sólo mirarlas, las huellas evidenciaban que se estaba ante un “misterio” más que real. Entonces, Javier Gatica salió hablando por radio, especificando los pormenores del extraño encuentro. Transcribo a continuación parte de la charla con el periodista de turno. “―Mi hermano llamó a la policía y vino. (Al principio) nos dijo que eran mentiras y que lo agarremos nosotros. Pero no es mentira. (Después) vino la policía de la brigada de Marcelo Díaz y, bueno, hallaron el rastro. Y sí, es un mono grande. (…) Es la primera vez que veo un mono tan grande (…) Y…, nunca vi un mono. “―Decía el comisario que aquí en La Banda Este había el comentario de que la gente venía viendo, supuestamente, la presencia de un mono ―agregó el periodista-locutor del programa. “―Sí. Hace como tres semanas que viene la gente diciendo eso ―confirmó Javier. ―Inclusive acá hay un vecino que supuestamente lo había tiroteado y no le había podido pegar. Pero sí, todos decían que lo veían. Yo no creía. No creía porque decía: ¡Qué va a haber un mono en la Banda Este! Pero anoche, yo salgo para atrás de mi casa y lo veo en el patio. “―¿Estaba cerca? “―A 6 o 7 metros de la casa, en el patio. (…)¡Vení, ve el mono!, le digo a mi señora. ¡Vení, ve el mono!... ¡Callate!, me dice. ¡Vení, ve el mono! ¡Está parado acá, en el patio! Sale ella y lo ve; y ahí nomás lo llamo a mi hermano que vive a la par de mi casa. Él sale. Llamo al vecino: ¡Vení, Fidel, a ver el mono! Y viene el vecino con una linterna y, sí, lo ve. Ve el bulto que ya se va caminando por el potrero. Y bué, vio el bulto. Y era grande y los caballos lo corrieron… “―¿El mono se perdió en el potrero? “―Sí, en el potreo, hacia el campo. Ahora la policía halló rastros por donde pasó. Por un canal. Y en ese momento que lo andan buscando, pasa (el mono) por detrás de ellos y se les vuelve a esconder… “―¿Vos tuviste la oportunidad de ver el rastro?
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Ibídem.
11 “―Sí. Dentro de la propiedad de nosotros, sí. Y mi hermano tiene el rastro en el celular. Le sacó fotos. “―¿Y a cuanto está (el rastro) de tu casa? “―A 150 metros, por ahí…”.14
Las huellas del “gorila” publicadas por el Diario La República
En el singular mundo de la criptozoología, las huellas suelen ser las únicas evidencias con que cuentan los románticos cazadores de monstruos para “probar” la existencia de Yetis y Pie Grandes (entre otras tantas criaturas imaginarias). Son siempre el anuncio de lo que está por venir, pero nunca viene. Un anticipo casi histérico que pareciera decirles: “conformate con esto porque no obtendrás nada más de mi parte”. Son la punta de un ovillo que no termina nunca de desenrollarse, estimulando la fantasía y, también, el temor. Detrás de ellas se despliega un universo enorme de posibilidades. Desde simples animales conocidos hasta enigmáticas anomalías del sentido común. Pero en Quines la solución al enigma expuesto por las huellas del supuesto gorila estaba a la vista. Sólo que sus fotos, al no tener referencias claras para dictaminar el real tamaño de las mismas, imposibilitaban rebatir el veredicto del comisario, que sostuviera ―como hemos visto― que no eran humanas por “el gran tamaño que tenían”.
Huella humana- Huella de gorila
Véase reportaje (audio) en: “Yo no creía hasta que vi al gorila en el patio de mi casa” en San Luis 24 Noticias todo el día 98.9 FM Sentir la Radio. Disponible en Web: http://www.sanluis24.com.ar/index.php/component/k2/item/176089-yo-no-creia-hasta-que-vi-al-gorila-en-el-patio-demi-casa-aseguro-un-vecino-de-quines 14
12 Convengamos algo: las improntas que se observan en las fotos de arriba no son de gorila. Éstas resultan muy diferentes a las que se plasmaron en la arena quinense. ¿Y si su aludido enorme tamaño nos estaba llevando a tratar con algún primate gigante y desconocido? ¿Estaríamos ante la increíble posibilidad de estar viendo los rastros de un Sasquatch argentino?
Supuesta huella de un Pie Grande o Sasquatch
Miré todas las fotos de las huellas que se publicaron del mono de Quines y ninguna facilitaba la tarea de compararlas con algo. Todos querían ver un misterio y explotaron el tema el tiempo que pudieron. Entonces, La República subió un video en su página Web. Evitaban las comparaciones odiosas, pero pasando la grabación en cámara lenta y realizando algunas capturas de pantalla se podía concluir claramente que de gigantes, las huellas, no tenían nada.15
Las huellas “gigantes” del gorila de Quines. Ni gigante, ni gorila.
Véase: “Quines: vecino aseguran que el gorila es curioso y no se deja ver de cerca”. Disponible en Web (últimos segundos del video): https://www.eldiariodelarepublica.com/nota/2019-3-14-20-33-0-quines-los-vecinos-aseguran-queel-gorila-es-curioso-pero-no-se-deja-ver-de-cerca 15
13 El “mono”, de haber calzado mocasines, tendría una talla aproximada no superior a 40. Nada sorprendente, si le sumamos que la impronta era ―tal como lo señalaran los primeros escépticos― claramente humana. ¿Por qué, entonces, el comisario de Medio Ambiente se lanzó, apresuradamente, a dar tan peregrinos diagnósticos, asegurando que “el supuesto primate” se movía dentro de un determinado perímetro, generando una lógica inquietud entre los vecinos?16 ¿Qué necesidad había de avalar el testimonio de los hermanos Gatica, del modo en que se hizo, frente a unas huellas que no tenían nada de extrañas? De todos modos, los rastrillajes continuaron, informándose que el “gorila” estaría (véase el condicional) oculto entre la vegetación, los montes y barrancas del campo. El jueves 14 de marzo, La República informaba de las ingeniosas tácticas desarrolladas por las fuerzas de seguridad para capturar a la bestia: bananas, manzanas y miel (¡!) como señuelos.17
Señuelos para atrapar a un gorila
“La búsqueda todavía es infructuosa ―dijo José Gatica. ―Los rastrillajes no han dado resultado positivo ya que todavía no pudieron verlo, pero sí encontraron más huellas en zonas muy cercanas donde lo rastrean”.18 “Durante la noche del miércoles 13 ―escribe el cronista― dejaron manzanas y bananas en los lugares donde habían visto muchas huellas con la intención de vigilar y ver la chance de que el animal se acercara. También dejaron latas de miel. Sin embargo no pudieron verlo ni escucharlo. 16
Nota: Los Primates es un Orden creado por Linneo en el siglo XVII para hacer agrupar a los mamíferos placentarios, de cinco dedos, entre los que se encuentra la Familia de Homínidos de la que nosotros- Homo Sapiens Sapiens- junto con los gorilas, orangutanes y chimpancés, formamos parte. En pocas palabras, cuando el diario hablaba de un primate merodeando el campo de los Gatica bien podría estar haciendo referencia a un ser humano. Pero no fue esa la intensión al utilizar el término. 17 Véase: “Gorila de Quines: le pusieron frutas como señuelo pero no pudieron verlo” en Diario La República, 14 de marzo 2019. Disponible en Web: https://www.eldiariodelarepublica.com/nota/2019-3-14-10-52-0-gorila-en-quines-lepusieron-fruta-como-senuelo-pero-no-pudieron-verlo 18 Ibídem.
14 A las 3.30 AM (de hoy jueves) decidieron postergar el rastrillaje para descansar, después de 72 horas de arduo trabajo. (…) Hoy ―jueves 14 de marzo― cuando José Gatica, a las 9.00 de la mañana volvió a la zona, descubrió que el primate se había comido las frutas y la miel”.19
In Search Of… Gorilas “La policía trajo perros que siguen los rastros –contó José-, pero al llegar cerca de otro campo vecino se pierden. Allí se frenan. En esa zona hay una acequia y luego viene un alambrado. Hasta ahí los animales huelen, pero luego se detienen”.20
“―Sin dudas nos olfatea –esgrimió José, antes de lanzar una fuerte crítica a todos aquellos vecinos que, a esa altura del partido, habían tomado el asunto en broma. ―Esto no es joda, no es un chiste. La gente dice tonterías y se ríe pero nosotros no movilizaos a la policía, ni le haríamos gastar recursos, ni andaríamos hasta la madrugada, cansados, sin dormir, por una broma. Por eso fuimos a la policía. A esos que se ríen, me gustaría tenerlos acá. Que estuvieran en el campo para que vean que buscamos un animal y que no estamos de joda”.21
Pero era inevitable que en Internet no tardaran en aparecer simpáticos memes referidos al “mono”.
Memes alusivos al “Gorila” de Quines
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Ibídem. Ibídem. 21 Ibídem. 20
15 Las cosas parecían estar yéndose de las manos y, ante el riesgo del que “el drama” se convirtiera en “comedia” (como evidentemente estaba ocurriendo), las altas jerarquías de la policía decidieron salir por Radio Mitre/Córdoba a relativizar los dichos que circulaban (desmintiendo muchas de las afirmaciones sostenidas hasta ese momento) La Jefa de Policía de Medio Ambiente de la Provincia, Carina Garro, tuvo los honores: “―En todos los medios está saliendo que estamos hablando de un gorila, y no es así. (…) Podemos decirle que hemos encontrado huellas. Huellas difusas con características similares a un primate o humano. No está definido de qué es. La policía está al acecho. Nosotros no hemos visto nada. Solamente las huellas difusas. (…) Parecieran de un pie o una pisada rara. Están a la vera de unas chacras del pueblo de Quines. Recorren una distancia, más o menos, de medio kilómetro. Va y viene, va y viene… hemos hecho rastrillajes con canes y drones hasta el día de ayer, en altas horas de la noche y no se ha podido encontrar”.22
Promediando la semana laboral, el viernes 15 de marzo, los hermanos Gatica salieron por el canal Web del Diario La República dándole al público una serie de detalles adicionales respecto de la historia. Javier Gatica, quien fuera el primer testigo ―incrédulo al principio, hasta que vio al mono en el patio trasero de su casa― lo describió como un “bicho negro” que, al mirarlo bien, resultó ser “un mono, un gorila, no sé, un bicho grande. (…) El animal es curioso porque anda detrás de nosotros. Lo seguimos, pero no lo podemos lograr ver. Pero él nos ve y nos persigue. ¡Nos sigue! Porque ha pasado que hemos borrado los rastros y de atrás de nosotros y, al ratito el rastro viene de nuevo. Como que nos está siguiendo el animal. Pero nosotros no lo podemos ver”.23 “Nos llama la atención que los perros no lo tocan ―agregó José―. Y eso que son perros malos. Ojalá lo podamos encontrar. Mucha gente habla cosas. Que he visto, que me han dicho que ha andado por la municipalidad… Pero en ningún momento (el mono) se ha movido para el centro. Todo se maneja acá. El bicho se mueve en este sector”.24
La escena descripta por Javier Gatica parecía salida de los viejos filmes de Hollywood. Cuando la escuché no pude dejar de recordar aquellas películas de los años 30 y 40 del siglo Escuchar su testimonio en Radio Mitre/Córdoba, “Denuncian que hay un gorila suelto en San Luis”. Disponible en Web: https://radiomitre.cienradios.com/denuncian-gorila-suelto-san-luis/ 23 Disponible en Web: https://www.eldiariodelarepublica.com/nota/2019-3-14-20-33-0-quines-los-vecinos-aseguranque-el-gorila-es-curioso-pero-no-se-deja-ver-de-cerca 24 Ibídem. 22
16 pasado, en las que los gorilas se habían convertido en objetos de terror de la audiencia y, a la vez, en elementos cómicos por lo sorpresivo de sus apariciones, casi siempre detrás de algún cómico de turno. El sigilo de la bestia y la distracción de su presunta víctima arrancaban las carcajadas de la gente, como parece que ya estaba ocurriendo en Quines.
El terror y la comicidad de la mano de los gorilas del cine
El gorila no sólo era por demás elusivo, sino en extremo sigiloso. Casi un gorila fantasma. “Es un mono grande ―intervino de nuevo Javier ―. No es cosa mala. Porque muchos dicen que es brujería. No. ¡Es un animal! Y está visto que es un animal porque yo lo he visto de cerquita, a 50 metros, y de día. Pelaje negro y bien lacio. Un pelo como de terciopelo. Tiene pelos largos, alargados. Negro, negro”.25
El 14 y 15 de marzo debieron ser unos días ajetreados para los hermanos Gatica. No paraban de salir por radio y televisión. Los medios los acosaban y, según se advierte, la pareja se sentía muy a gusto con su breve estrellato de 15 minutos de fama. Una radio de Villa Mercedes (San Luis) entrevistó a José.26 La escuché detenidamente. Con cada charla que daban en público el “mono” iba adquiriendo características nunca antes mencionadas. El cuadro se completaba de a poco. Entonces, un breve ¿lapsus? ―en mi opinión fundamental― se filtró en la charla. Parece que nadie se percató del ello. Es muy común que los locutores sólo se oigan a sí mismos y el entrevistado haga las veces de mero decorado de sus propios discursos. Pero dejar pasar que las huellas la habían hecho ellos, fue demasiado. En esta oportunidad, una vez más, José hizo las veces de relator: “Locutora: Lo dijimos: es misterio, asombro y la policía ambiental está buscando a este gorila en la localidad de Quines y ya me está escuchando José Gatica. Él y su hermano observaron al gorila de lejos. Buenas tardes, bienvenido a Cadena de Noticias. ¿Cómo te va? 25
Ibídem. Véase entrevista en www.villamercedes.info. Disponible en Web: https://soundcloud.com/cadenadenoticias/josegatica-gorila-en-quines 26
17 José: Muy buenas tardes. Acá, sorprendidos un poco de esto nuca visto acá en san Luis. Nunca se ha visto. Hace tres semanas que viene la bulla del mono. Todos, acá en Quines, están hablando del mono. Bueno, y yo también era uno de los que decía que era una mentira. Que podía ser algún pícaro que hiciera de mono. Hasta el día lunes a la noche que estábamos con mi hermano tomando mate en la casa de él, que vivimos pegados a las casas. Él sale afuera (…) porque le dio ganas de orinar, cuando el mono se le aparece a 6 metros. Me llama. El mono salta el alambre. Vuelve a saltar otro alambre de 6 hilos. ¡Salta como tal cosa! Yo voy a buscar a un vecino. Justo no tenía la linterna y un vecino me prestó una. Fuimos y lo vimos Y bueno, estamos sorprendidos con eso. Estamos con miedo porque tenemos hijos y el mono va al patio de la casa. Así que estamos con la policía. Anoche recorrimos con el jefe Marcelo Díaz y vecinos que lo están ayudando a ver si lo podemos agarrar porque es un peligro para los niños. Locutora: (…) ¿Cómo lo describirías? José: Un mono de 1,70, 1,80 metros, más o menos. Un pelo brilloso. Musculudo (sic) en parte de hombros. Bien piernudo (sic). Musculudo (sic) en parte de la nalga. Nos da mucha impresión. Y bueno, esa noche (lunes 11 marzo) anduvimos ahí con la policía y no lo vimos más. Ayer (por 13 de marzo) vino Marcelo Díaz. Estuvimos recorriendo (durante) toda la siesta, porque empezamos como a las 11 de la mañana a rastrearlo. (…) La gente de por acá no nos creía mucho hasta que se vio es rastro. El pie es muy grande. ¡Es algo impresionante! (…). Ayer, tipo 18.30, cruzó una charca que tenemos ahí. Justo en ese momento yo no estaba. Nosotros tenemos un tambito familiar. Hacemos reparto de leche en el pueblo. Mi hermano estaba lavando las máquinas cuando ve cruzar por la chacra al gorila. Es grande. Caminando tranquilo. Paró. Miró para todos lados. Después siguió. Cuando fuimos ya no lo vimos más. Se metió en el campo. Locutora: A nosotros, José, nos han llegado a la radio imágenes de huellas. ¿Ustedes las observaron? José: Sí, sí, sí… Es más, yo tengo huellas de ahí. Porque nosotros, cada huella que habíamos hecho, eh…, hemos visto, hemos sacado fotos. Hemos andado con la policía y ese bicho nos viene siguiendo de atrás. Volvemos para atrás y se nos aparece por otro lado, pero todavía no lo podemos ver. Ayer lo vimos a las seis de la tarde. Lo vio mi hermano cuando cruzó la chacra y llegamos todos con la policía y había bajado al canal que estaba húmedo y ahí había empezado a trotar. Pero a la noche vuelve al mismo lado a donde se escuende (sic). Locutora: ¿Qué creen allí en Quines? ¿Creen que lo tiene alguien o se le escapó a alguien que lo tenía de manera ilegal a este gorila? ¿Es de alguien? ¿Cuáles son las repercusiones, allí en el pueblo?
18 José: Mire, acá no se sabe nada… (Pero) es de alguno que lo ha tenido y gente que no es de acá, porque la gente de la zona donde apareció el bicho, son gente toda humilde. Para tener un bicho de esos, traerlo, tiene que ser alguien que tenga plata o haya tenido, porque ese bicho ahora anda con hambre. Y bueno, anoche, eran la un, andando con el Jefe (Díaz) buscándolo ―porque yo pedí custodia, porque tengo hijos, tengo miedo que el bicho aparezca, se enoje y… tengo mi familia. Para colmo no se lo puede matar, nada, por orden de la policía… Así que anduvimos hasta la una de la mañana y el bicho, de atrás, nos siguió. Le pusimos comida. Fuimos a eso de 7.30 a ver había comido y no. Hicimos un trecho para ver si lo vemos y el bicho se nos aparece por atrás. Fue algo que… miramos para atrás, lo vimos, pero se desapareció ahí nomás. Pero el rastro nos viene pisando de atrás de nosotros. Y anoche, no sé a qué hora, ha aparecido en la casa de mi padre, que está a una cuadra de ahí, por dónde pasó la chacra. En la galería, que es la casa. (…) Andaba en la galería de mi viejo. Ellos son viejos… y nosotros tenemos abejas para miel. Y teníamos un tarro de 20 litros con miel, cerrado, y ha venido el mono, de la galería lo ha sacado al tarro, ha roto la tapa y ha estado comiendo miel sentado debajo de un parral que tiene mi viejo ahí. Están las huellas y todo… Locutora (con tono incrédulo): Claro… José: Así que hoy, lo vamos a esperar. Vamos a ver si viene a buscar la miel de vuelta. Pero el Jefe Marcelo Díaz nos está dando una buena mano. Está bien que ellos tienen que andar, pero lo buscan más que todo por los niños. Locutora: Claro que sí… José, vamos a seguir atentos y bueno, ante cualquier novedad seguimos comunicados, a ver que les dicen por parte de la Policía Ambiental ¿si? Muchas gracias y saludos a la gente de Quines que está conectada a la radio. José: Muchísimas gracias. Si logramos agarrarlo le estoy avisando para que lo vean y para que vea la gente que no cree y nos juegan chistes. Como dijo el oficial: “esto no es chiste”. No es de boludear. Porque este es un bicho muy grande, muy musculudo (sic). Le aseguro que si el bicho se enoja, a cuatro personas las mata tranquilamente. Locutora: ¡Dios mío! José: Porque es muy grande… Ojalá se encuentre al tipo que lo haya traído y que vean qué tienen que hacer. Porque eso no tendría que haber traído sabiendo que es un bicho que, acá en San Luis, nunca se ha visto. Y lo dejó escapar. Locutora: Claro… José: Sí, sí… así que nosotros, aquí en el barrio, mucha gente está con miedo por los niños. Locutora: Claro…
19 José: Le digo: a nosotros nos ha empezado a aparecer en el patio de la casa. ¡Nosotros lo vimos a 6 metros! Locutora (incrédula): ¡Dios mío! José: ¡A 6 metros! No es que lo vimos a 20 metros. No. ¡A 6 metros lo vimos! Es un bicho que se ve está acostumbrado a estar con gente porque no nos encaró. He andado anoche. Solo y con la policía, y no nos ataca. Pero no se deja ver ni agarrar por la nocheLocutora (tratando de cortar la charla definitivamente): Bueno, José, vamos a estar atentos y seguimos en contacto”.27
José Gatica y la Policía de Medio Ambiente buscan al “musculudo” y evasivo gorila que aparece y desaparece como por arte de magia (según el relato de Gatica)
Las cosas se estaban saliendo de curso. Los Gatica tenían miedo. Los niños corrían peligro. El mono tenía una fuerza tremenda. Capaz de matar a cuatro hombres de un solo golpe y, encima de todo, casi jugando con la autoridad local, les pisaba los talones para luego desvanecerse, dejando “huellas impresionantes”. Amén de robar miel y comérsela debajo de una parra. Pero de todo ese testimonio, un pequeño fragmento me quedó rondando en la cabeza. Aquel que se deslizó cuando Gatica, bajando el tono y luego acelerando el discurso, dijo: “Cada huela que habíamos hecho”.28
Veinticuatro horas después, el 15 de marzo, el Comisario de la Policía de Quines, Juan Barrios, entrevistado por el periodista Daniel Arce, salió al ruedo para poner un poco de cordura en el tema. “Comisario Barrios: Hace unos días atrás se recibió un llamado al 111. Decía que un vecino había visto una especie de mono. Un animal así… Bueno, el personal de acá se constituye en el 27 28
Ibídem. Ibídem. Minuto 5:05.
20 lugar porque pensaban que se podía tratar de un animal suelto. No se logra ubicar ni rastrear a ningún animal. Después, con el paso de los días, se hizo como un mito urbano. Manifestaron haberlo visto en horas de la noche. La gente comentaba que habían visto huellas de gran tamaño. Pero todo eso son mitos urbanos. De eso no hay nada. Daniel Arce: Sabemos que la Policía Ambiental lo ha estado buscando, pero ¿no encontraron, usted dice, esas huellas que muestran algunos vecino? Comisario Barrio: No, no. El lugar es transitado. Las huellas que se han encontrado son huellas de pie humano. No es que se ha visto algún animal o de alguna especie rara. Todo se ha hecho como para hacer comentarios. Para crear mitos, nomás (…) No hay nada de eso. La Policía Ambiental sí se constituyó en el lugar porque ante cada requerimiento, nosotros sí, se constituye personal; porque a ver si se trata de laguna especie que esté siendo maltratada. Daniel Arce: Ahá… Pero, ¿no hay nada fehaciente, entonces, hasta el momento? Comisario Barrio: No. Es más: nosotros no estamos buscando, como en todos los medios salen, a ninguna especie. Ni ningún mono, ni nada por el estilo. Si a nosotros nos llaman, o sea en primera instancia, sí, el personal policial se constituye en el lugar. Pero no hay nada. No hay ningún animal, ninguna huella. Ninguna cuestión de esas. Daniel Arce: Esto es para llevar claridad y tranquilidad al poblado. Me imagino que lo habrán llamado de varios medios, ¿no? Comisario Barrio: Sí. Me han llamado porque esto trascendió. Pero (…) todas las localidades vecinas están más interesadas que los propios vecinos de Quines. Se tomó como una broma y esto se expandió. Daniel Arce: En otros medios hemos escuchado testimonios de algún vecino que dijo que lo vio en el patio de su casa… Comisario Barrio: Sí… Lo que pasa es que hay vecinos que manifiestan haber visto cosas, pero son manifestaciones extraoficiales. Cuando nosotros los requerimos y los entrevistamos, las versiones cambian. Yo le quiero dar un poco de seriedad a esto. No hay ningún animal, ninguna aparición, ninguna cosa rara. Daniel Arce: Perfecto. Bueno, comisario, le agradezco la comunicación. Comisario Barrio: Yo le agradezco a ustedes porque, personalmente, me incomodó un poco porque se ha tomado como broma todo esto”.29
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Reportaje al Comisario de Quines Juan Barrios. Disponible en Web: https://soundcloud.com/fabianweb/la-policia-dequines-no-esta-buscando-al-gorila
21 Estaba con bronca. Se le notaba en el tono de voz. Seguramente sus superiores lo habían llamado y preguntado sobre el gorila. La situación era francamente ridícula. Alguien tendría que dar cuenta de todo el circo mediático que se había desplegado, muy a pesar de que los Gatica seguían afirmando su versión. “Hasta hoy (15 de marzo) no hay novedades ni nuevos avistamientos (…). No hay búsqueda, pero no obstante hemos dispuesto el personal cerca de la familia por seguridad”, sentenció el Subjefe de la Unidad regional IV, Guillermo Gil.30 Pero sí había novedades. Las jerarquías policiales se movieron con celeridad y en horas, el jefe de la Unidad Ambiental N°5, Marcelo Díaz, había sido desplazado de su cargo. El primer intérprete de las huellas, aquel que se pasara las primeras noches persiguiendo sombras misteriosos juntos con los Gatica, había perdido su puesto en Medio Ambiente y un tal Javier Moyano lo suplantaba, adquiriendo una actitud más mesurada que su antecesor. Ya no informarían nada sobre el tema.31 Un manto de secreto (¿o vergüenza?) caía sobre el famoso gorila de Quines. La policía se llamó a silencio y durante tres días nada se volvió a saber del extraño ser, dando por terminada oficialmente la búsqueda.32 Entonces, el 18 de marzo, La República volvió a sacudir a la opinión pública con una nueva bomba mediática: el gorila había traspasado los invisibles límites de las chacras y estaba incursionando dentro del pueblo, sumando nuevos “testigos”. “Así lo aseguró un grupo de empleados de una hostería que, dicen, lo vieron en las ramas de un árbol ubicado en el patio de un complejo turístico”.33 Dicho personal se comunicó con la Policía de Medio Ambiente, que para entonces ya debería estar saturada del evasivo animal, viéndose obligada a montar un nuevo operativo, aunque esta vez sin la desmesurada tecnología aplicada con los hermanos Gatica. Los empelados sostenían que se trataba de un mono de gran porte que se movía de rama en rama, pero que no era un gorila. Tal vez un mono carayá, de menos de un metro de altura.
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Disponible en Web: https://elchorrillero.com/nota/2019/03/15/134646-el-gorila-de-quines-tras-el-operativo-condrones-y-perros-la-policia-sigue-trabajando/amp/ 31 Ibídem. 32 Véase; “Terminó la búsqueda del gorila, pero los vecinos vieron nuevas huellas” en Diario La República, 15 de marzo 2019. disponible en Web: https://www.eldiariodelarepublica.com/nota/2019-3-15-21-18-0-quines-termino-labusqueda-del-gorila-pero-los-vecinos-vieron-nuevas-huellas 33 Véase: “Quines: habrían visto al gorila en el árbol de una hostería” en Diario La República, 18 de mayo 2019. disponible en Web: https://www.eldiariodelarepublica.com/nota/2019-3-18-13-58-0-quines-habrian-visto-al-gorila-enel-arbol-de-una-hosteria
22 Lo sintomático es que otros medios de difusión (Vía San Luis y El Chorrillero34) no se refería a “empleados”, sino de una adolescente de 15 años (sin nombre) que aseguraba haber visto (ahora sí) un gorila colgado de un árbol en los fondos de la conocida Hostería Los Abuelos, propiedad del intendente Oscar Macías, el domingo 17 de marzo por la noche.35
Hostería Los Abuelos, en Quines
Jorge Castro, a cargo de la Sección Prensa de la Policía de San Luis, explicó que tras hacerse presente en el lugar, el personal no observó (como era de esperar) la presencia de ningún animal con las características mencionadas. El mono volvía a escabullirse. “No hay fotografías ni filmaciones, sólo testimonios”36, expresó y, acto seguido, pidió a toda la comunidad que terminaran con las bromas. “Al entrar un llamado hay que darle la seriedad que se merece ―dijo―. La policía Ambiental y la comisaría tienen que estar en las cosas importantes. No es que esto no sea importante, pero ahora estamos al límite de que pueda ser una psicosis, una broma o el producto de la imaginación de una persona”.37
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Disponible en Web: https://elchorrillero.com/nota/2019/03/19/135166-quines-vieron-al-gorila-en-la-hosteria-delintendente-pero-la-policia-ahora-niega-su-existencia/amp/ 35 Véase: “Habrían visto al gorila cerca de una hostería en Quines” en VíaSanLuis. Disponible en Web: https://viapais.com.ar/san-luis/915499-habrian-visto-al-gorila-cerca-de-una-hosteria-en-quines/ 36 Ibídem. 37 Ibídem.
23 Había que dale un cierre a la historia. Ya empezaba a aburrir y de la sorpresa inicial ya se estaba cayendo en el ridículo. El pueblo entero se había convertido en el hazmerreír de todo el país. Según La República, la gente sentía vergüenza.38 El gorila tenía que desaparecer o ser explicado. Hubiera bastado con dejar de cubrir las denuncias (que, por lo que sabemos, no se volvieron a dar), pero se decidió inocularle al misterioso “mono” una dosis de racionalismo y sentido común. Y así, como ocurre con los capítulos de Scooby Doo, los diarios del 20 y 21 de marzo anunciaron que el enigma quedaba develado: fuentes anónimas, consultadas por Radio Nacional de San Luis, dijeron que el gorila no era más que un ermitaño, de 60 años de edad, que padecía de cierto retraso mental y que, por lo tanto, se solicitaba a la gente no dispararle. 39 Estábamos, pues, ante un verdadero “hombre salvaje de las sierras” que, según decían, desde muy joven vivía y deambulaba por parajes bastante cercanos a Quines.40 Nunca publicaron una foto o entrevista, ni siquiera el nombre y apellido del ermitaño en cuestión. Pero con eso era suficiente. El Expediente X puntano se cerró y la zona recuperó la dignidad perdida por espacio de casi una semana. El gorila, transmutado en un viejo loco, regresaba a las brumas del imaginario del cual provenía.41
Véase: “La búsqueda del gorila y una localidad que se ruboriza” en Diario La República, 18 de marzo 2019. disponible en Web: https://www.eldiariodelarepublica.com/nota/2019-3-18-7-31-0-la-busqueda-del-gorila-y-unalocalidad-que-se-ruboriza 39 Véase: “El famoso gorila de Quines sería un hombre de 60 años que vive como un ermitaño” en El Corredor Noticias, 20 de marz0 2019. disponible en Web: https://www.elcorredornoticias.com/noticias/2019/03/20/6463-el-famoso-gorilade-quines-seria-un-hombre-de-unos-60-anos-que-vive-como-ermitano 40 Véase: Vía País.com. Disponible en Web: https://viapais.com.ar/san-luis/921898-aseguran-que-el-gorila-de-quinesseria-un-hombre-que-vive-como-ermitano/ 41 Véase: “Quines: ahora el famoso gorila sería un hombre que vive como ermitaño” en Traslasierra Noticias. Disponible en Web: https://www.traslasierranoticia.com.ar/quines-ahora-el-famoso-gorila-seria-un-hombre-que-vivecomo-ermitano/ 38
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PALABRAS FINALES
“Te estoy observando”
Sin fotos ni filmaciones, con sólo relatos y huellas que desde el principio resultaron bien humanas, es difícil concluir que un gorila haya estado merodeando y siguiendo con sigilo a los hermanos Gatica y a buena parte de la policía medioambiental de Quines. Tampoco pudo ser comprobada la opinión de los principales testigos, según la cual el inasible mono era el producto de una operación de importación de animales exóticos, encarada por alguien de mucho dinero. Un amante, tal vez, de mascotas raras, incapaz de mantenerlas en cautiverio y, por ende, responsable del pánico social desatado en toda la región. Pero, suponer que un vecino de Quines ―o de cualquier pueblo cercano― hubiera podido esconder durante años a un gorila de la mirada ajena, es muy poco verosímil. Casi tan extraño como creer en la posibilidad de que “entidades” de otras dimensiones ―o entrenadas por alienígenas― sean capaces de aparecer y desaparecer, rompiendo con las leyes naturales y el más elemental sentido crítico. ¿Sería acaso ese gorila ―como argumentaba John Keel respecto de los muchos monstruos que persiguió en su vida― una manifestación paranormal orquestada por alguna “inteligencia desconocida”? ¿Una broma dirigida por “Algo Extraño”, que nos esté jugando trucos, engañándonos con propósitos ignorados por todos? ¿O estaremos en presencia de los seres daimónicos de los que nos habla el escritor Patrick Harpur en sus libros? La verdad es que todo este academicismo románticamente irracional y enemigo de lo que llaman ―de manera peyorativa― “explicacionismo”, puede seguir argumentando los delirios que más le guste. No hay pruebas concretas de nada. Son meras conjeturas. Elucubraciones hipotéticas imposibles de probar. Sólo palabras bien dichas, rebuscadamente crípticas y hasta místicas en más de un sentido que no llevan a ningún lado. A no ser, claro, a un universo mágico ―que ensalzan como nuevo paradigma― y del que puede decirse cualquier cosa. En mi opinión, las cosas son mucho más sencillas.
25 El sensacionalismo explotado por medios de difusión, el aburrimiento y la sugestión, son los mejores candidatos a la hora de sugerir respuestas al enigma. Sin considerar, claro está, la mentira pura y llana, las ilusiones ópticas, las percepciones generadas por el estrés, la edición de recuerdos y las ganas de ver lo que se desea ver. ¿Y el ermitaño? Éste resultó ser tan impreciso y ambiguo como el gorila mismo.
Cuando hace un año (abril de 2018) indagué sobre la aparición de un león africano en el Partido de Berazategui, Provincia de Buenos Aires, me topé con un interesante artículo escrito por un especialista en folklore llamado Michael Gross. En ese trabajo, Gross exponía un punteo de situaciones que se dan siempre ante la aparición de animales extraños fuera de contexto. Releyendo su trabajo, las semejanzas con la historia del gorila son notables. Es como estar ante un guión en el que, paso por paso, eventos y actores se repiten. Una trama que tiene a toda la sociedad como autora colectiva.
En síntesis, la cuestión siempre se da del siguiente modo: 1- Alguien bien identificado, con nombre y apellido, asegura haber visto un animal misterioso. 2- El lugar del avistamiento es siempre un espacio abierto ―un campo, una chacra― por lo general cercano a la casa del testigo o de un poblado. 3- La aparición no constituye un caso aislado. Casi siempre hay un antecedente que lo confirma y le da verosimilitud, legitimando la supuesta presencia. 4- El avistamiento tiene corta duración y puede nuclear a más de un testigo, que se van sumando a medida que pasan las horas. 5- El suceso salta a los medios de difusión 6- El animal es bautizado 7- Se asume de entrada que es peligroso y que la gente corre riesgos (especialmente lo más chicos). 8- Los medios y redes sociales anuncian que se han encontrado huellas (y en algunos casos pequeños animales considerados víctimas). 9- La policía y agencias del gobierno local se toman en serio las denuncias y, al menos al principio, se hacen cargo del asunto. 10- Surge la explicación favorita: es una fiera que se escapó (mascota, animal de circo), pero no se encuentra ni una sola evidencia al respecto. 11- Se organizan búsquedas (batidas), sin resultado alguno.
26 12- El animal desaparece de a región y de los medios al mismo tiempo. Algunas veces con una explicación racional a fin de calmar los ánimos y dar una vuelta de página definitiva al tema.
Todos y cada uno de los pasos anteriores se dieron en Quines. Hay una matriz que se repite desde hace mucho tiempo. Un camino que, al modo de los mitos, se reitera una y otra vez, subyugando, asustando, movilizando y conectando a la opinión pública con cosmovisiones fantásticas surgidas, originalmente, al pie de las fogatas primitivas. El gorila se ha ido. Evanescente como otras tantas bestias de la moderna leyenda urbana, ya no deja siquiera huellas. Pero regresará investido con otro pelaje, otro nombre, e idéntico comportamiento. Y esa vez, es muy probable, que vuelva a enamorarme de la historia.
FJSR Buenos Aires Abril 2019