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México Mágico
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Malinalco
Expresión de la grandeza de nuestro México
Ahora y media de Toluca y de Cuernavaca; 2 horas de Taxco, y 2:20 h de Ciudad de México, en un hermoso valle de abundante vegetación al pie de las montañas se ubica Malinalco, en el Estado de México, Pueblo Mágico ancestral de calles empedradas y casas multicolores. Sus calles, salpicadas de flores que brotan de las paredes de sus casonas coloniales y templos de los siglos
XV y XVII, transportan al visitante en un viaje por el pasado del país. Malinalco fue sede de importantes hechos históricos: ahí se firmaron documentos valiosos para los independentistas encabezados por José María Morelos y Pavón, y en la época de la Revolución Mexicana sobresalió por su lucha del brazo de Emiliano Zapata. Con su vegetación exuberante y su olor a flores, el ex convento agustino y su adoratorio mexica en lo alto del cerro, a este pequeño pueblo de fuerte sabor indígena no le faltan restaurantes de autor, spas, pequeños hoteles de lujo, campo de golf y varios museos. Pero, ¿qué hacer en Malinalco? En primer término visitar la Zona Arqueológica de Cuauhtinchan. Este centro ceremonial mexica, labrado en la roca del Cerro de los Ídolos, es único en su tipo en Mesoamérica, y se usó para entrenar a quienes se convertirían en Guerreros Águila y Jaguar. En la Casa de las Águilas, su estructura principal, se llevaban a cabo las ceremonias de iniciación. Hay que subir más de 400 escalones para llegar al adoratorio, en un paseo con vistas espectaculares. También es ineludible visitar la Parroquia y Ex Convento del Divino Salvador. Del siglo XVI, este convento agustino tiene un gran atrio arbolado con una cruz de piedra, su fachada es plateresca, y el claustro guarda asombrosas muestras de pintura al fresco, elaboradas por manos indígenas.
Por otra parte, visitar el Museo Universitario “Dr. Luis Mario Schneider” es una experiencia edificante. Aborda la historia de Malinalco desde sus orígenes prehispánicos, cuando se le nombró así por su devoción a Malinalxóchil, diosa mexica de las artes oscuras y la hechicería, y aunque pequeño, el Museo es magnífico: conserva la estatua del dios Ehécatl hallada en el Cerro de los Ídolos, además de un jardín botánico y el acuario con truchas. Aparte, la Galería Tlakuikani invita a conocer mejor el arte mexiquense, pues exhibe desde obra contemporánea hasta objetos prehispánicos, y en el Museo Vivo los Bichos de Malinalco es posible acariciar arañas, alacranes y serpientes, o entrar en sintonía con las mantis religiosas en este ámbito que celebra la biodiversidad de la zona.
En el Malikualli Complejo Ecoturístico se vuela en parapente, se escala y se transita de una peña a otra, y se realizan paseos en bicicleta y se practica senderismo y cabalgata. También se deben probar las nieves tradicionales en la Plaza Principal, comer trucha empapelada al estilo Malinalco (con jitomate, epazote, rajas y cebolla) y probar el chile ancho con salsa de frijol o los tacos de cecina con papas fritas en el mercado. Alrededor del Quiosco se venden rebozos hechos a mano en telar de cintura, y en el centro hay varias galerías de artistas que hicieron de Malinalco su hogar, y no faltan quesos frescos y joyas hechas con semillas. Tampoco debe pasarse por alto el tour Sabores Destilados de Mi Tierra, con el fin de recorrer la comunidad Palmar de Guadalupe para visitar algunos alambiques y conocer todo acerca de la producción del mezcal, además observa paso a paso el proceso de elaboración de esta bebida y, al final, participar en su degustación. Por supuesto, es un paseo que se disfruta más acompañado.