Mesa: La planificación del territorio o estrategia del capital
Apartado: El espacio como reproductor de la sociedad o del capital
La vivienda de interés social y su incidencia en la reproducción de la sociedad capitalista
Facultad de Estudios Superiores Aragón UNAM Fernando Palma Galván Eduardo Josué Pérez Rodríguez
El capitalismo se basa en relaciones
económicas, sociales, políticas y
culturales sustentadas en la propiedad privada en las cuales los bienes producidos se destinan al mercado en sentido amplio predomina. En él se llevan a cabo las transacciones económicas entre personas, empresas, organizaciones y gobiernos que ofrecen productos y servicios de distinta índole y al mismo tiempo demandan otros.
Cada uno de los actores del mercado actúa según su propio interés, el capitalista, quien posee los medios de producción, busca la maximización del beneficio propio por medio de la venta de las mercancías, la acumulación y la reproducción ampliada de su capital obteniendo una generación y apropiación mayor de plusvalor. Tanto individual como social, Los trabajadores, quienes trabajan, por la recompensa material que reciben (el salario) y con el deben adquirir los bienes y servicios necesarios para la subsistencia y reproducción de ellos y su familia.
El capitalismo tiene como condición esencial la existencia y presencia constante en el mercado de trabajo de la mercancía fuerza de trabajo para evitar interrupciones de los procesos productivos por su escasez y dar 1
continuidad a la reproducción ampliada del ciclo del capital por eso, necesita generar el soporte material y las mercancías necesarias que le permitan la sujeción del trabajador, al capital.
Es en esta búsqueda que el capital ora tener la seguridad de contar con la disponibilidad en todo momento de la mercancía fuerza de trabajo que es el factor esencial de la producción, requiere asegurar que los conflictos, luchas y movimientos sociales, no se radicalicen y en ese contexto la mercancía vivienda juega un papel determinante al subordinar y sujetar a los trabajador.
La mercancía-vivienda no sólo cumple la función de generar un plusvalor para quien la produce y la vende, sino también, es el medio para reproducir y sostener en un espacio determinado, durante un prolongado lapso a la fuerza de trabajo requerida para el presente y el futuro inmediato por el capital.
La vivienda, de esta forma enlaza relaciones que brindan el soporte material necesario para la sujeción del trabajador sistema capitalista, con una falsa idea de libertad, los trabajadores "libres" (libres de las antiguas relaciones de servidumbre y prestación y libres de toda posesión, de toda propiedad) quedándoles como último recurso la venta de su capacidad de trabajo. Los aspectos de libertad e igualdad quedan encuadrados en las relaciones estructurales de desigualdad social y de clase en las que se encuentran sus límites (Hirsch 2001:40).
La importancia de la vivienda en el sistema capitalista la podemos entender en la característica social que presenta, por un lado la reproducción de la fuerza de trabajo para el mantenimiento y sostenimiento del sistema de producción capitalista y otro solucionado con la subordinación del obrero a un espacio específico por medio de la ubicación de las viviendas de interés social.
Las relaciones sociales se establecen entre el trabajador y el capital, en donde al capitalista lo que le interesa es la existencia de trabajadores con 2
características heterogéneas para adquirir la mercancía fuerza de trabajo que posee en su corporeidad el trabajador para generar así un plusvalor, por lo cual, no puede dejar de prescindir del trabajador, esto lo lleva a generar condiciones materiales que le permitan tener a su disposición la cantidad y de la calidad necesaria en el momento de ser requeridos los trabajadores, así como un amplio grupo en espera de encontrar un lugar en el empleo que se convierte en un ejército industrial de reserva.
Para lo cual, el capitalista necesita de un instrumento que le permita lograrlo de manera pacífica y además
suavice las luchas sindicales y sociales. “la
reestructuración fordista de la sociedad. A causa de la creciente capitalización de la sociedad, cuyo resultado es la desintegración social, la destrucción de las tradicionales comunidades de trabajadores, la diferenciación y fragmentación dentro de la clase trabajador a, el surgimiento de una nueva clase media y una movilidad forzada” (Joachim Hirsch,1996: 29).
Es de estos resultados del a capitalización de una nueva clase vivienda es uno de los
donde la
instrumentos por el cual puede lograr un mejor
resultado; si al inicio del capitalismo el obrero iba rentando viviendas cerca de las fábricas y se movía constantemente en busca de mejores salarios, el capital moderno genera la falsa idea de dotar al obrero con capacidad económica que puede acceder al mercado inmobiliario y adquirir una vivienda en propiedad, lo cual lo lleva a encasillarse en un determinado espacio y buscar conservar a toda costa su trabajo para poder pagar su vivienda y a largo plazo ser el dueño de esa propiedad. Dicho de otro modo, los modelos de inspiración marginalista no pueden explicar la constitución del espacio social. Esa dificultad, señalada por Von Böventer a nivel de la lógica matemática, refiere a una realidad social: es en el despliegue espacial que se manifiesta con más claridad de la contracción “social- privado” propia del modo de producción capitalista. (Alain Lipietz 1979:141)
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La idea de una mejoría en su calidad de vida pero sobretodo el ser propietario de un bien esencial .Como trabajador está permeada tanto por el capital como por el Estado y por eso la posibilidad de allegarse una vivienda se expresa en la adquisición de una de interés social, la cual tiene una serie de factores subjetivos que obnubilan al trabajador al momento de adquirirla, entre ellos podemos mencionar la idea de contar a largo plazo con un bien que le dará seguridad a él y su familia, ejercer su derecho como trabajador y la “independencia” que significa contar con una propiedad vivienda, además de tener algo para heredar a su prole.
Tales factores propician una
amplia demanda de las viviendas de interés
social, al igual que una aceptación incondicional en cuanto a la calidad de la construcción, su ubicación y el precio final.
Al momento que el trabajador obtiene la prestación para adquirir esta vivienda de interés social se encuentra ante tres disyuntivas:
1. Ubicación: la ubicación de esta vivienda juega un papel de suma importancia en el desarrollo de vida de las familias de los trabajadores.
“Schneider y Spellerberg (1999) afirman que los estilos de vida todavía difieren significativamente entre el medio rural y el urbano - aunque desde los años sesenta los estilos de vida urbanos se han impuesto en el medio rural, junto con el cambio económico y estructural (la decadencia del sector agrario), la extensión de los suburbios y las urbanizaciones periféricas...1”
De esta forma por un lado provenientes de un estilo de vida altamente urbano y pasar a uno rural con vías a desarrollarse de forma lenta a una ciudad tendremos también la construcción de un número variado de
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Revista internacional de ciencias sociales, marzo 2003 No. 173
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barreras simbólicas y un alto grado de estratificación geográfica, en una ciudad fuera de la ciudad que no lo es.
2. Social: el entramado social que emerge de estas relaciones (urbanasrurales) no es una sociedad urbana como tal
si no es una concepción
de una cultura que surge por los modelos sociales y económicos de la primera sin pertenecer plenamente a ella.
<<Sociedad urbana>> es definida ente todo como una cierta cultura, la cultura urbana, en el sentido antropológico del término, es decir, un cierto sistema de valores, normas y relaciones sociales que poseen una especificidad histórica y una lógica de organización y de transformación. (Manuel Castells, 2001:56).
3. La construcción: las viviendas de interés social presentan una construcción la cual genera una falsa idea de individualidad debido esto a la cantidad de
espacio y su distribución provocando la misma
situación de inicios de la era industrial. La masificación del espacio habitable aparece en Inglaterra con la Revolución Industrial, allí se dan los primeros conjuntos o series de casas para obreros producidas iterativamente, emulando la misma fabricación de objetos seriados. (Ernesto Velascon, 1990:121).
Aquí podemos observar que en los créditos otorgados por las instituciones de vivienda se presiona al trabajador a una constante venta de su fuerza de trabajo aun a precios inferiores para estar en condiciones de
pagar la
mercancía-vivienda.2
Las relaciones sociales de producción que se establecen entre el capital y el trabajador, se caracterizan por una parte que el primero como comprador de 2
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) recomienda no destinar más del 40% de los ingresos totales a la compra de la vivienda, para no afectar los gastos adicionales que tienen que ver con comida, transporte, vestido, educación y esparcimiento. dato consultado el 10/03/2010 en “http://www.cnnexpansion.com/mi-dinero/2009/11/20/buscas-casa-aprovecha-el-momento”
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fuerza de trabajo, necesita de un ejército constante de trabajadores y por tanto se ejerce el poder social bajo la sombra del -Estado-, el cual regula los medios de producción, la adquisición de la tierra y los inmuebles; por otra parte, el trabajador asalariado con lo único que cuenta es con la posibilidad de la venta de su fuerza de trabajo, la cual se realiza bajo las normas del capital, las que son apoyadas por el Estado.
La primera función del Estado es la de reproducir las condiciones y las relaciones de producción sociales; por tanto, el Estado se divorcia de la sociedad para reproducir las condiciones de explotación
del trabajo asalariado reproduciendo a la vez las
relaciones de producción… (Omar Guerrero 1995:83).
A esto corresponden las dos clases sociales: los poseedores del capital, y los trabajadores asalariados. Sus intereses son antagónicos. Está en la naturaleza del capital querer y ser "rentable". Pero no lo es a menos que obtenga un excedente y no lo puede obtener sino es mediante la producción y apropiación del plusvalor a partir de las diferencias entre el valor de cambio y el valor de uso de la fuerza de trabajo.
El trabajador, por supuesto, desea que su salario, el cual es la forma transfigurada del valor de su fuerza de trabajo, aumente. El capitalista desea no aumentar, sino incluso disminuir los salarios y lo hace.
De esta manera, las dos clases sociales antagónicas tienen relaciones de hostilidad y enfrentamiento. Son las leyes socio-económicas del capitalismo las que
están en el origen de esta situación y que la mantienen mediante
instituciones específicas del Estado.
Por tanto, las condiciones capitalistas sólo pueden conformarse en plenitud si la coacción física experimenta una institucionalización independiente de todas
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las clases sociales, inclusive de la dominante en términos económicos, precisamente, en la forma del Estado.
Así llegamos al doble juego social. En un estado capitalista tenemos por un lado una vivienda de interés social, la cual sirve para logar y garantizar el abasto de la fuerza de trabajo y generar un plusvalor al capital, y por otro, tenemos una fuerza de trabajo, que con la adquisición de este bien deja de lado la lucha por conseguir mejores condiciones de habitabilidad y se aliena bajo las leyes de un Estado imperantemente capitalista para no perder un salario y los derechos y beneficios de los que goza al estar inmerso en el sistema.
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